Imprenta

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IMPRENTA (Monografía)

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Imprime: Gr谩ficas Diputaci贸n de Badajoz Dep贸sito Legal: BA- 000771/2013

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Índice IMPRENTA 1.- INTRODUCCIÓN....................................................... 5 2.- BREVE RESEÑA HISTÓRICA.................................. 6 3.- ¿CÓMO SE IMPRIMÍA?............................................ 8 4.- IMPRENTAS DE OLIVENZA................................... 12 5.- PIEZAS DE LA SALA................................................ 14 BIBLIOGRAFÍA.............................................................. 18

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1.- Introducción

Un nuevo campo de investigación relacionado, esta vez, con el mundo de la imprenta, se abre en nuestra localidad. A medida que redactábamos esta monografía nos fueron surgiendo algunas preguntas: ¿Existió alguna imprenta en Olivenza desde el siglo XVI a finales del XIX? Si la pregunta fuese afirmativa, ¿qué se imprimía en ellas?, ¿quiénes la dirigían?, ¿por qué no se mantuvieron? La bonanza económica que se vivió en la Olivenza del XVI seguro que invitó a más de un impresor a asentarse en la Villa pero, como hemos dicho, nos falta documentación para confirmarlo. No obstante digamos que fue importante la labor de los escribanos de cofradías como los de la Santa Casa de Misericordia o Señor de los Pasos, además del escribano público, a quienes se deben numerosos manuscritos, muchos de ellos se conservan en el Archivo de la Santa Casa mencionada. El siglo XVII fue la antítesis del anterior. La Guerra de Aclamación fue muy negativa para una localidad fronteriza como la nuestra. Durante la segunda mitad del XIX, la inquietud intelectual de algunos personajes, caso del médico Victoriano Parra García y el maestro Marceliano Ortiz López se proyectó en numerosas publicaciones. Parece que éste contó con su propia imprenta, donde se redactaron algunos periódicos de vida fugaz. A finales del XIX se tiene constancia de la imprenta de Rogelio Santos, a la que siguieron las de José Martín, J. Rojo y Martínez Rengifo. Desde entonces, la evolución de la imprenta, con nuevos avances tecnológicos ha sido sobresaliente. En la actualidad, en nuestra localidad se ubican las siguientes: Imprenta Oligraf, en calle Santa Quiteria, nº 26, Gráficas Píriz, en López de Ayala, nº 16, Gráfica Digital Dniet, en Av. Perú, nº 2 y GesMarSil, en C/ Sierra, nº 15. 5


Esta monografía nos acerca, de manera breve, a la evolución de la imprenta, nos enseña cómo se imprimía, las imprentas de la localidad y, por último, un índice con las principales piezas que se pueden localizar en la sala que el Museo le dedica a este oficio. Desde aquí queremos agradecer a don Enrique Galván su inestimable colaboración por ayudarnos a dar vida a esta monografía. 2.- Breve reseña histórica Su nacimiento se remonta hacia el 593, en China, reproduciéndose de forma múltiple dibujos y textos por parte de los monjes budistas. Dos factores influyeron en su desarrollo: 1.- La invención del papel. 2.- La difusión de la religión budista. Su práctica permitió confeccionar copias de oraciones y textos, favoreciendo el surgir de métodos mecánicos de reproducción. Parece ser que los caracteres móviles de la imprenta, es decir, la composición tipográfica, se debe al alquimista chino Pi Cheng (1040). Éstos se realizaban de arcilla, sobre moles en negativo y, posteriormente, se cocían. Los caracteres se unían sobre un marco metálico componiendo frases que se procedían a imprimir. La invención de la imprenta de tipos móviles, en Europa Occidental, fue el resultado del desarrollo de la alfabetización. En los siglos VI a XII se producían copias manuscritas por parte de los monjes, siendo más que suficientes para atender la demanda. Una serie de hechos, a partir del último siglo mencionado, como el nacimiento de las universidades, las peregrinaciones y las cruzadas proporcionaron una mayor demanda de libros. En nuestro continente, el holandés Laurens Coster, en el siglo XIV, fue el primero en utilizar tipos móviles de madera. No obstante, se considera a Johannes Gutenberg, natural de Maguncia 6


(Alemania), el inventor de la imprenta occidental, en 1450. A él se deben los tipos móviles de plomo fundido, más resistentes que los conocidos hasta ese momento. Entre 1436 y 1450 construyó un aparato que fundía satisfactoriamente las letras mecánicas. Gutenberg inauguró la industria editorial en Occidente con la publicación de su Biblia, en 1455. Con el paso de los siglos, la maquinaria fue evolucionando al son de los descubrimientos científicos como se comprueba en la prensa, máquina que se utilizaba para transferir la tinta desde la plancha de impresión a la página impresa, que pasa de la tradicional de tornillo, a la de vapor, rotativa y a la de doble impresión. La llegada de la imprenta a España se produjo con retraso. La primera se instaló en Segovia, en 1472, para proporcionar obras impresas a los alumnos del Estudio General de dicha ciudad, contratándose los servicios del impresor Juan Párix, natural de la ciudad alemana de Heildeberg, a quien se debe el Sinodal de Aquilafuente, considerado el primer libro escrito en castellano, salido de su imprenta segoviana en 1472(1). Otras ciudades beneficiadas fueron Barcelona, Burgos, donde se instala Fadrique de Basilea, quien imprime la Comedia de Calisto y Melibea, Sevilla, Valencia, donde se establece Lambert Palmart, natural de Colonia. Al finalizar el siglo XV se contabilizaron un total de treinta talleres de impresión en nuestro país. La invención de la Minerva, en 1867, fue un paso adelante para una impresión más rápida y eficaz. En 1904 la técnica de la litografía y en general el mundo de la impresión llegó a su punto álgido con la impresión en offset. La fotocomposición puso fin al reinado de 500 años de la tipografía como principal proceso.

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Actualmente la autoedición, con la incorporación del ordenador, ha supuesto una revolución de consecuencias impredecibles en este campo. 3.- ¿Cómo se imprimía? Estampar o imprimir consiste en reproducir repetidamente grafismos sobre un soporte, partiendo de una forma impresora mediante una sustancia colorante. Dicha reproducción se obtiene generalmente ejerciendo una presión. Así, para efectuar numerosos ejemplares idénticos, es necesario que la impronta o imagen de forma sea fácilmente transferible sobre el papel, que es el soporte más difundido. Esta transferencia se efectúa en dos operaciones sucesivas: el entintado y el contacto mediante presión entre el soporte y la forma. Para imprimir se requieren, por tanto, tres elementos: la forma, el soporte o material que debe recibir la impresión, y la máquina añadiendo a estos elementos la tinta que facilita la visibilidad de la impresión. A continuación enumeramos los pasos necesarios para imprimir en una imprenta antigua: 1.- El tipógrafo, situado delante de la caja, va leyendo poco a poco el texto original mientras toma, de los diferentes compartimentos, los tipos. 2.- Estos tipos los dispone uno junto al otro en el componedor, pieza de metal donde se van añadiendo, en una regleta, dichos caracteres, constituyendo así las líneas justificadas que, transportadas a la galera, forman los paquetes o galeradas de composición. 3.- El proceso se repite formando el molde. 8


4.- Cuando en la galera hay un número de renglones suficientes para completar una hoja, llega el momento de corregir los tipos mal colocados con ayuda de unas pinzas, además de ajustar las líneas. Una vez que todo está bien ajustado, se traslada a la forma que se coloca en la mesa de impresión o en la máquina de imprimir. 5.- En la mesa de impresión, se impregna el rodillo de tinta y se pasa concienzudamente sobre los tipos; se coloca una hoja de papel sobre la forma y, a continuación, un rodillo en blanco pasa por encima. En esta primera hoja se observan los fallos y se corrigen(2). Además, dependiendo del trabajo, se añadían elementos para ornamentar el texto: orlas, filetes y fondos. Las primeras eran dibujos geométricos o floreados más o menos estilizados; los segundos, láminas de metal, latón o plomo de longitud variable, servían para la composición de estados y tablas. Mucho más sencillo era la impresión con la Minerva, nombre que se debe al popular modelo inglés diseñado en 1867 por Henry Smith Gropper. Elementos esenciales son el tintero, en la parte superior, próximo a un rodillo fijo, que la alimentaba continuamente, el

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plato, para entintar, rodillos de caucho, encargados de hacer pasar la tinta desde el plato al molde, a la platina; por presiรณn se impregnaba el papel situado en el timpano. Todo el mecanismo anterior se accionaba gracias a una palanca que se manejaba con la mano izquierda. La mano derecha se empleaba para colocar y sacar el papel. En un taller grรกfico hay distintos utensilios, mรกquinas auxiliares, muebles y aparatos sencillos utilizados para el desarrollo normal del trabajo.

Unos son de uso general, otros pertenecen al equipo de cada mรกquina y los hay de uso personal de cada maquinista. Los perso10


nales comprenden: las pinzas, el tipómetro, las tijeras y lanceta para efectuar el arreglo, un cuentahílos para controlar los defectos de la impresión o el registro en trabajos de policromía (varios colores). Toda máquina de imprimir debe estar equipada con llaves y destornilladores necesarios para el desmontaje, montaje y regulación de los mecanismos, además de platinas para la preparación de las formas, armarios para las ramas y tableros para el transporte de la forma. También son necesarios accesorios para la limpieza de la máquina y su engrase caso de disolventes, brochas, pinceles y trapos. Es de uso común en el taller todo lo que se necesita para la preparación de las formas: imposiciones, interlíneas, cuñas, zócalos para estereotipias y grabados, con sus respectivos armarios divididos en compartimientos para su conservación y ordenación. No olvidemos la prensa de pruebas para preparar las formas fuera de la máquina, el prerregistro, las pruebas para el adelante y otras eventuales. Para el trabajo con estas máquinas era de obligado cumplimiento seguir unas normas básicas, buscando la seguridad y protección del operario. Así el vestido de trabajo debía estar ceñido al cuerpo, no se podía trabajar con corbatas y prendas colgantes además de anillos etc. Era imprescindible el orden y la limpieza en el puesto de trabajo labor siempre dedicada al aprendiz. El ambiente de trabajo era casi siempre cerrado, por lo que las emanaciones de plomo y tinta, junto con la evaporación de los disolventes hacían insalubre el ambiente. Esto provocaba riesgo de intoxicación, que se manifestaba en digestiones difíciles, pérdida de apetito, dolores musculares, etc. Para prevenir estos problemas se recomendaba: lavado continuo de la vestimenta, aseo frecuente, limpieza de dientes, de las uñas especialmente de las manos antes de las comidas; renovación diaria del aire del local, paseos al sol 11


y al aire libre, tomar a menudo leche y lacticinios y observar un moderado consumo de bebidas alcohólicas. 4.- Imprentas de Olivenza A día de hoy no existen noticias sobre si se desarrolló esta labor en la localidad desde el siglo XVI a mediados del XIX. Bien es cierto que existió una gran actividad cultural que emanaba de los conventos de San Francisco y Santa Clara, de las parroquiales de Santa María Magdalena y Santa María de la Asunción, de las cátedras de Música, Poesía y Gramática, de las cofradías e incluso de la Cámara, instituciones todas que contaban con sus propios escribanos. Pensemos que la mayoría de los libros que se redactaban eran manuscritos, costumbre que se extendió hasta el XIX. En la primera década del XIX se tienen noticias de dos periódicos que se imprimieron temporalmente en Olivenza. El primero de ellos, Memorial Militar y Patriótico, iniciado el 6 de abril de 1810 por el Marqués de la Romana. Su número 36 ve la luz en nuestra localidad, al trasladarse la imprenta desde Badajoz, por desavenencias entre el Marqués y la Junta Superior de Extremadura. Aquí se mantuvo hasta la primera quincena de septiembre. El segundo fue La Gazeta de Extremadura, de 1811, de cuya redacción se encargó D. Ambrosio García Becerril, que se establece en nuestra villa el 28 de mayo de 1811(3). No obstante, la mayoría de lo que se publicaba en Olivenza se realizaba a mano. Así se sabe que Victoriano Parra García dirigió el periódico manuscrito El Pasatiempo, del que se hicieron unos cincuenta y tres números. Su libro, Ensayo sobre topografía e historia de la Plaza de Olivenza, escrito en 1845, tuvo que es(3)

Rincón Giménez, J.: Periódicos y periodistas extremeños (de 1808 a 1814). Badajoz, 1915, págs. 81 a 123.

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perar sesenta y cuatro años para ser imprimido por iniciativa de Jesús Rincón, en la Tipografía y Librería de Antonio Arqueros, de Badajoz, ubicada en C/ Felipe Checa, 18. Madoz, en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico, de 1849, al hacer referencia a industrias y empresas de la localidad no habla de imprenta alguna en Olivenza. Escasas son también las noticias sobre este tema en la segunda mitad del XIX. Se sabe de la existencia del periódico El Estandarte Médico, de 1855(4). Nos podemos plantear, quién publica el bando del alcalde Juan Fuentes y Lara, dirigido a los vecinos, anunciando, el siete de abril de 1868, la llegada de la túnica donada por la reina Isabel II al Señor de los Pasos, patrón de la Villa(5). A nuestro entender no debió existir, por estas fechas, imprenta alguna en nuestra localidad pues el Compendio de Higiene o Arte de Conservar la Salud, se imprime en Imprenta Arteaga y CIA, de Badajoz. A finales del XIX y principios del XX, el florecimiento cultural de Olivenza fue manifiesto, apareciendo Sociedades como Casino de Artesanos, Casino de Olivenza, Círculo de las Artes… Gracias a ellos cobran vida carteles anunciadores de los bailes del Mindongo, Chanco, Vela, Cabezudo(6)…, que debieron ser elaborados en alguna imprenta local. En la labor impresora jugó un papel destacado Marceliano Ortiz López, quien fundó y dirigió periódicos como El Recreo

Cabral Gil, J. Médicos en los periódicos de Olivenza. En Olivenza Antología Esencial. Mérida, 1994. (5)   Fuentes y Lara, J.: Bando con motivo de la llegada de la túnica del Señor de los Pasos, donada por la reina Isabel II, a Olivenza. En Olivenza Antología Esencial, p. 181. Mérida, 1994. (6)   González Santana, F.: Sociedades Recreativas y Bailes Populares en la Olivenza de antaño. En Olivenza Antología Esencial, págs... 238 a 242. Mérida, 1994. (4)

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(1879), El Oliventino (1882) y El Guadiana, “… que se tiraban en su propia imprenta”(7). Otros periódicos, de quien no conocemos su impresor, fueron: El Viento (1889), El Arte (1894), El Popular, Ecos Oliventinos y El Anunciador (1927). De la segunda mitad del XIX se tienen noticias de la imprenta de Rogelio Santos, ubicada en la C/ Ruperto Chapí, nº 9. A él se debe, entre otras, la impresión de la biografía de D. Francisco Ortiz López, de 1895, que escribe Pablo Blasco. En 1927, esta imprenta seguía existiendo, con la de José Martín. Posteriores al año mencionado fueron las de José Rojo, ubicada en la Plaza de la Constitución, frente a la Cámara Municipal, quien imprimió El Pantano de Piedra Aguda y su utilización, obra redactada por Manuel Gómez Castaño, y la de Martínez Rengifo, en C/ Baldosines.

5.- Piezas de la sala

1.-  Prensa. Usada para encuadernar. Realizada en hierro. Se ubica sobre un soporte de diferente forma y tamaño. Consta de dos platos cuadrados, uno fijo otro móvil, entre los que se dispone el objeto a prensar. El móvil se acciona mediante un balancín de dos pomos o con rueda que giran alrededor de un tornillo. (7)

Ortiz Blasco, M.: Francisco y Marceliano Ortiz, dos oliventinos célebres. En Olivenza Antología Esencial, p. 278. Mérida, 1994.

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2.-  Måquina de imprimir, Minerva. Presenta dos rodillos para la tinta. En su centro, pieza circular para colocar el papel sobre el que pasan los mencionados rodillos entintados. Se reconoce una manivela lateral para accionarla y una placa con el nombre de la casa Richard Gans S.A.

3.-  Chibalete. Realizado en madera, presenta diferentes cajones con compartimentos interiores para los tipos. 15


4.-  Componedor. Especie de regla con un borde a lo largo y un top en uno de los extremos; en Êl se colocan una a una las letras y signos que han de componer uno o dos renglones que luego se trasladan a la galera. 5.-  Galera de imprenta. Plancha de hierro o madera de forma rectangular, con bordes en tres lados. Se emplea para preparar las composiciones.

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6.-  Formas. Estructura rectangular de hierro donde se depositaba la composición hecha en la galera, que se ajustaba mediante tornillos.

7.- Guillotina de imprenta. En hierro; empleada para cortar papel. En el centro se reconoce una plataforma rectangular sobre la que se apoya el papel; encima de ella, una barra horizontal para sujetarlo, que se acciona mediante un volante superior dispuesto horizontalmente. Junto a la barra y paralela a ella, la cuchilla, que se acciona haciendo girar una gran rueda situada a la derecha, gracias a un mango de madera que mueve el engranaje de cuatro ruedas dentadas de diferentes tamaĂąos.

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7.-  Telar de cosido a mano. Consta de base rectangular, dos barras verticales torneadas que soportan otra circular. En la plataforma, dos ranuras paralelas. Se empleaba para coser libros.

A las piezas anteriores hay que sumarles otras como tijeras, hilo, metro, cepillos, palanganero para lavarse, alcuza para engrasar.

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BIBLIOGRAFÍA Einstein, E.: La Revolución de la Imprenta en la Edad Moderna Europea. Madrid, 1994. Maclean, R.: Manual de Tipografía. Madrid, 1993.

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