La importancia que para una sociedad rural como la oliventina tuvo la imprenta evidencia una vez más su papel en la tímida difusión de las nuevas ideas que llegaron con el siglo XIX. Como vehículo de cultura, ayudó a promocionar el teatro, zarzuela y espectáculos de variedades, haciendo posible la edición de algunos periódicos como El Oliventino o El Guadiana que, a pesar de su efímera existencia, llenaron un vacío en el panorama de la ciudad. Las imprentas más activas de Olivenza fueron la de Marceliano Ortiz, La Económica, de J. Rojo, y la de Martínez Rengifo.