Sala de Utillaje

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SALA DE UTILLAJE (Monografía)

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Imprime: Gr谩ficas Diputaci贸n de Badajoz Dep贸sito Legal: BA- 000611/2012

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Índice

INTRODUCCIÓN ..........................................................

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1.- AGRICULTURA ......................................................

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1.1.- Preparación de la tierra ..................................

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1.2.- Siembra..........................................................

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1.3.- Mantenimiento ..............................................

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1.4.- Recogida de productos y transformación ......

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1.5.- Procesamiento ...............................................

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2.- GANADERÍA ..........................................................

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2.1.- De tiro ............................................................

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2.2.- Útiles para vacuno, cerda, ovino y caprino ...

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2.3.- Avicultura ......................................................

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2.4.- Apicultura ......................................................

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3.- CAZA Y PESCA ......................................................

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4.- MEDIDAS ................................................................

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Introducción Agricultura y ganadería han sido los ejes vertebradores de la economía oliventina, hasta tal punto que Carvalho da Costa afirma que «… esta vila é opulenta no comerço que vem a maior parte do Alentejo a trocar seus artículos por trigo do que esta zona é tan fértil que sem duvida administra a toda esta provincia parte de seu sustento»(1). Las bases para la explotación agrícola del término fueron establecidas por D. Dinis en su foral, dividiéndose en dos partes bien diferenciadas: una, la que se circunscribía a la villa, donde proliferaba la parcelación en forrajales, corelas, huertas y quiñones; la otra, sobrepasada la anterior, englobaba los grandes latifundios, donde la ganadería era preeminente. En la primera de ellas, se cultivaba esencialmente trigo, completándose con hortalizas, legumbres y frutales. Durante la primera mitad del XVIII, pequeños y medianos propietarios , junto con artesanos y comerciantes, se benefician de las medidas tomadas por la Santa Casa de Misericordia, Ayuntamiento y algunos grandes propietarios, consistente en aparcelar grandes fincas próximas a la localidad, obligando a sus foreros a la siembra de vid u olivo. Este tipo de explotación obligaba al cumplimiento de unas normas escrituradas entre propietario y forero, una de ellas impedía la siembra de cereal en «… os lugares donde se cultivan vid u olivo»(2). La proliferación de viñas en el término, a lo largo del XVIII, perjudicó seriamente a regiones vinateras lusitanas por excelencia. (1)

(2)

C ARVALHO D A C OSTA , A.: Chorographia portuguesa e descripção topográphica do famoso Reyno de Portugal. T. II. Lisboa, 1708. VALLECILLO TEODORO, M.A.: Olivenza en su historia. Olivenza, 1999, p. 92.

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Una vez incorporada Olivenza a España, la situación agrícola-ganadera y la economía en general fue desastrosa. Los primeros quince años del XIX fueron horrendos; los absentistas no podían arrendar sus tierras, los campos dejaron de cultivarse, muchas pequeñas propiedades comenzaron a venderse. Fueron los momentos de la ganadería y del contrabando. El crecimiento agrícola del término, desde 1820, fue imparable, siendo necesario que el Ayuntamiento dividiera las dehesas boyales Coitada del Ventoso y Coitada y Monjara para repartirla entre los vecinos. Se formalizan compañías agrícolas, se roturan nuevos campos, caso de las islas del río Guadiana, e incluso cañadas. Desde 1840 comienzan el flujo de familias procedentes del norte de España, atraídos por el negocio de la tierra y la ganadería trashumante. El hecho de que por la localidad pasase la cañada Soriana Occidental permite la llegada de familias y sociedades ganaderas, entre las que destacó la conocida como «Hijos de Llorente». La bonanza del clima y suelo conlleva el asentamiento, en la segunda mitad del XIX, de ganadería brava, que traerá consigo la construcción de una plaza de toros cuyos inicios arrancan de 1857. Hoy día las cabezas de ganado bovino, ovino y porcino son las más numerosas en Olivenza, con incremento considerable de reses destinadas a carne y clara reducción del número de las de leche, ante las exigencias de la Unión Europea. No olvidemos la importancia de la cabra, cuya piel se curtía en dos de las fábricas de la villa, ubicadas en las cercanías de las fuentes de la Rala y de la Cuerna. Para acercarnos a todo lo anteriormente comentado, a la forma de ser y vivir de este grupo humano arraigado a la tierra, surge esta sala, cuyos utensilios se han dividido en agrícolas, ganaderos, caza y pesca. Se han diferenciado los aperos atendiendo a: 6


1.- AGRICULTURA. 1.1.- Preparación de la tierra. 1.2.- Siembra y plantación. 1.3.- Mantenimiento. 1.4.- Recogida de productos y transformación. 1.5.- Transporte. 1.6.- Procesamiento. 2.- GANADERÍA. 2.1.- Útiles de tiro. 2.2.- Aperos para vacuno, cerda, ovino y caprino. 2.3.- Avicultura. 2.4.- Apicultura. 3.- CAZA Y PESCA. 4.- MEDIDAS DE SÓLIDOS Y LÍQUIDOS.

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1.- Agricultura. 1.1.- Preparación de la tierra. Entre los útiles que en la sala se aprecian para esta fase, se reconocen arados como el romano, de grandes dimensiones, realizado en madera (Foto 1), y el de vertedera (Foto 2), de hierro y más evolucionado, compuesto por dos manceras rectas unidas por travesaño, timón recto y vertedera reversible.

Foto 1

Foto 2

De ellos se conservan dos rejas de arado de hierro, una de forma lanceolada y lados rectos (Foto 3); la otra, de aristas curvas hacia adentro. Para limpiar la reja del arado se empleaba la aguijada de hierro.

Foto 3

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Extirpadora (Foto 4) y rastra (Foto 5) se empleaban para desterronar. La primera se compone de dos manceras de hierro unidas por barras del mismo metal, con base en la que se reconocen Foto 4 dos rejas delanteras, otras dos traseras y una tercera simple. Hay una palanca para graduar la profundidad. También se aprecia una rueda delantera y enganche para el tiro. La rastra (Foto 5), constituida por armazón de dos maderas curvas a los que se acoplan fiFoto 5 los de dientes de hierro, unidas por dos barras de madera y otras dos de hierro, presenta dos argollas en una de las barras mayores, donde se ataba el animal de tiro. Por último, existe una cultivadora (Foto 6), con base en forma de patín, sobre el que se sitúan siete brazos flexibles, cuatro posteriores y tres centrales. Se acciona mediante palanca que regula la profundidad del trabajo.

Foto 6

1.2.- Siembra. Una vez preparada la tierra, se procede a la siembra empleando para ello: azada (Foto 7), azada de dos puntas (Foto 8), que presenta dos dientes paralelos de hierro que se unen a astil de madera. 9


Foto 7

Foto 8

Más moderna es una sembradora de tracción animal, constituida por dos manceras unidas por vástago. Muestra dosificador de semilla, de forma cilíndrica, accionado por rueda motriz delantera y con embudo que desemboca junto a la reja. Presenta enganche para tiro (Foto 9).

Foto 9

1.3.- Mantenimiento. Entre los útiles de mano, realizados con madera y hierro descubrimos en la sala: hacha (Foto 10), podón (Foto 11), empleado para podar olivos, podadera (Foto 12), con la singularidad de presentar hachuela en el lado contrario, utilizada para la poda de la vid. No olvidemos la tijera de podar a dos manos (Foto 13). 10


Foto 10

Foto 11

Foto 12

Foto 13

También reseñemos una sulfatadora (Foto 14) con bombona adaptada a tabla rectangular para apoyarla a la espalada, con dos correas para sujetar. También se aprecia un tubo vertical de donde sale la manguera que expulsaba el producto con el que se prevenían o trataban enfermedades. Similar a la sulfatadora Foto 14 es un espolvoreador a motor, con depósito de carburante cilíndrico, mientras que el del polvo es troncopiramidal. Tiene cuatro patas para apoyar y cuatro mangas para su transporte (Foto 15). 11

Foto 15


1.4.- Recogida de productos y transformaci贸n. Entre las piezas de esta secci贸n destacan la hoz (Foto 16), de forma dentada, la guada帽a (Foto 17), con astil de dos manijas, una en el centro, otra en el extremo superior.

Foto 16

Foto 17

Para protegerse de estas herramientas se usaban mangas protectoras de cuero (Foto 18), para resguardar el brazo izquierdo, y dediles (Foto19), para los dedos.

Foto 18

Foto 19

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Relacionada con la guadaña se encuentra la colodra de madera (Foto 20), con lengüeta en parte exterior para colgarla en el cinturón. Servía para guardar la piedra que la afilaba. También se aprecian un martillo de hierro y yunque (Foto 21) con la misma finalidad.

Foto 20

Foto 21

De la recogida y transporte se conservan aguaderas (Foto 22) y cestos (Foto 23), realizados con ramas de olivo, esparto o mimbre. Siempre se escogían los mimbres más gruesos y largos para hacer el «culo»; éstos formaban los montantes, soportes verticales que forman el armazón del cesto. Entre ellos se tejerán los mimbres que formarán la trama del cesto. Con estos «pilares», se rematará su borde. El cestero rural tenía un período de dedicación temporal, cuya actividad Foto 22 solía ir de noviembre o diciembre, hasta el mes de marzo o abril. Por lo general su trabajo era de encargo; el agricultor solicitaba sus servicios y ponía la materia prima. 13


La cestería del mimbre permite a algunos cesteros dedicarse una temporada de seis meses a este oficio. En la actualidad la profesión de cestero, que atendía las necesidades de la agricultura tradicional, ha desaparecido. Relacionada con la recogida está la transformación del Foto 23 producto. Así se aprecia en la sala un molino triturador, forjado en hierro, con tolva ovalada, rueda grande de cuatro radios y otras dos ruedas pequeñas, acanaladas, que hacen girar, cuando se mueve la manivela. Se empleaba para moler el grano (Foto 24). 1.5.- Procesamiento.

Foto 24

En esta sección rescatamos útiles para juntar la parva y aventar, tales como la horca de cuatro púas de hierro y astil de madera (Foto 25) y otras dos de hierro de dos y cuatro púas respectivamente (Foto 26).

Foto 25

Foto 26

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Otros instrumentos localizados en esta sala son: el rastrillo de madera, de diecisĂŠis pĂşas (Foto 27), bieldo, de seis pĂşas, empleado para aventar (Foto 28), al igual que la pala de madera (Foto 29).

Foto 27

Foto 28

Foto 29

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Ya mecanizado aparece una aventadora de dos cajones paralelos, tolvas y rueda a un lado (Foto 31).

Foto 30

Por Ăşltimo, se puede observar un trillo de armadura metĂĄlica con tres rulos o cilindros de madera, dos de ellos con lĂĄminas de hierro; el otro lleva seis aros con cuatro radios cada uno. Sobre ellos, un asiento largo de madera con respaldo. Existe aro para el tiro en la parte delantera (Foto 31).

Foto 31

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2.- Ganadería Los útiles existentes nos permiten dividirla en cuatro secciones: 2.1.- De tiro. Están relacionados con preparar al animal para desarrollar faenas de campo. Entre ellos destacan: el yugo de canga, de madera curvada, para una caballería, Foto 32 con dos argollas (Foto 32). El cangón, igual que el anterior, pero con dos palos de madera curvos llamados costillas que delimitan el cuello que ocupa el animal (Foto 33). El yugo de tipo cornal, para vacuno, muestra tronco de madera con dos arcos que se colocan sobre la testuz de los bueyes y se amarra con correas a los cuernos (Foto 34).

Foto 33

Foto 34

El oficio de guarnicionero siempre estuvo muy vinculado al trabajo en el campo y a la arriería(3). Hacía arreos para las caballerías que, ajustados a la talla de las bestias, facilitaban sus movimientos al tiempo que les evitaban roces, molestias y golpes en su ejercicio de tiro. Era la confección de arreos un trabajo muy laborioso, no exento de vistosidad que le daban ciertos adornos. (3)

VILLAR HERRERO, S.: Oficios tradicionales. Valladolid, 1996, pág. 85.

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El material fundamental es el cuero, que, en nuestra localidad, se adquiría directamente de una de las dos fábricas de curtidos existentes en las proximidades de las fuentes de la Cuerna y Rala. Se podían distinguir varios tipos de cueros, según el pellejo del animal del que se obtenían. Así, el de la vaca se llama sillero; el de los equinos, caballo; el de los ovinos, badanas, y el de los terneros, becerro. La lona puede sustituir al cuero en algunos arreos, como albardas, aparejos y colleras, o servir para almohadillas en collerones y sillas de montar, que se rellenaban con paja o lana. La collera, collar de cuello, relleno de paja (Foto 35), se ponía al cuello de la caballería para que no le hiciese daño el horcate (Foto 36), arreo de madera, en forma de herradura, que iba encima de aquélla. Presenta asas de acero en cada brazo a la que se sujetan las correas de tiro. Otros útiles son la cabezada Foto 36 (Foto 37), compuesta de carrileras estrechas con hebillas, frontera o tira de cuero, además de anteojeras; la albarda, silla curvada para adaptarse al animal , trabajada en cuero, lana y paja; alforja, para repartir el peso sobre el lomo del equino; estribos (Foto 38), espuelas, serreta y grilletes (Foto 39), éstos últimos para maniatar la caballería. Foto 35

Foto 37

Foto 38

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Foto 39


2.2.- Útiles para vacuno, cerda, ovino y caprino. Múltiples son los elementos de esta tipología existentes en la sala, por ello nos limitaremos a reseñar los más singulares, como una pica de hierro en su extremo inferior y astil de madera; una porra, toda de madera, empleada para arrear bueyes. Del ganado de cerda se conservan tenazas para anillar, un lote de arganillos (Foto 40), así como varios látigos de mango tallado (Foto 41).

Foto 41

Foto 40

Muy curiosa resulta la tenaza para castrar lechones (Foto 42).

Foto 42

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El mayor número de instrumentos están relacionados con el ganado ovino y caprino, abundando esquilas (Foto 43), cencerros (Foto 44), hierros de marcar (Foto 45) y una máquina esquiladora (Foto 46). De la ejecución de éstos se encargaba el herrero, quizás el único oficio tradicional que aún se conserva en nuestros pueblos, aunque bastante mecanizado y modernizado.

Foto 44 Foto 43

Foto 46

Foto 45

El oficio de esquilador no era de plena dedicación; lo alternaban con otros trabajos, principalmente el pastoreo. El esquileo, también conocido en algunos puntos del país como «la motila», imprescindible para quitarle la lana a las ovejas antes de los calo20


res del verano, es una labor que , en la actualidad, casi nadie quiere realizar debido a la gran dureza que conlleva. Por este motivo, llegan a España temporeros procedentes del Este de Europa. Antiguamente se «apernaba» la oveja, es decir, se ataban sus patas, hoy día no hace falta pues entre dos personas llevan a buen fin la tarea. El relevo generacional en las explotaciones de ovino no está garantizado y muchas son las que han tenido que cerrar, pues, además de no descansar ni los domingos, falta rentabilidad tanto de la carne, leche como de la lana. Un útil muy curioso es el betijo (Foto 47), barrita de madera, atada en sus extremos, que se colocaba en la boca del chivo, sobre la lengua, y se sujetaba a la cabeza, con el fin de impedir que siguiese mamando.

Foto 47

Relacionado con el pastoreo, y próximo al chozo, habitáculo donde el pastor pasaba buena parte del día y donde se encontraban todos sus herramientas necesarias para el día a día, entre ellos los útiles para elaborar el queso. Así encontramos el jarro de ordeño (Foto 48), lecheras (Foto 49), caldero para cuajar el queso, esprimijo (Foto 50), tabla rectanguFoto 48 lar de cuatro patas con Foto 49 leve inclinación, escurridor, bandeja de madera de forma rectangular, que se colgaba por dos asas de hierro en sus extremos, empleada para secar el queso, cuyos moldes o cinchos también se conservan (Foto 51). 21


Foto 50

Foto 51

2.3.- Avicultura. Destacan dos incubadoras, con puerta abatible de cristal, lateral y foco de calor mediante petr贸leo que la calentaba por conducto (Foto 52). 22

Foto 52


2.4.- Apicultura. Nuestra comarca siempre destacó por la miel extraída de la Sierra de Alor. Una de las colmenas más antiguas es de corcho, de corteza de alcornoque, usado para tal fin desde época romana. Puede ser enteriza, como la expuesta, o bien de varios paños (Foto 53). Se considera de mejor calidad la que se hace con menor número de piezas, porque lleva menos trabajo y aísla mejor la luz, humedad y temperatura. La corteza se cocía y cortaba, para después coser los trozos a usar. Se hacían unos agujeros por donde se introducían palos afilados de jara. Del mismo modo se cose la tapadera, y en la parte de abajo se le hacen una o varias muescas para la salida y entrada de las abejas. La colmena finaliza con la introducción de cuatro aspas depalo de jara, separadas entre sí, Foto 53 que formarán el armazón apartirdel cual se formaba el panal. Los enjambres nuevos abandonaban las colmenas en primavera, momento aprovechado para hacerle ocupar el corcho. En agosto o septiembre se extraían la miel y la cera, se castraba la colmena, haciendo pasar el enjambre a otro corcho mediante el ahumado del primero y, posteriormente, se sacan los panales, destripándolos para sacar la miel y escaldándolos para separar la cera. Para tales fines existía la tajadera.

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3.- Caza y P esca Pesca

Foto 54

Caza y pesca fueron importante fuente de ingresos en el término. La primera de ellas se podía realizar con escopetas o usando cepos de metal, cuyos arcos de boca se abren con las manos al tiempo que el resorte se presiona con el pie. Hay un apéndice de hierro, con muelle, unido a la cazoleta donde se coloca el cebo. Desde aquí parte una cadena con estaca para fijarla al suelo. Se cubre de tierra, quedando únicamente a la vista el cebo (Foto 54).

Entre las piezas que se conservan relacionadas con la caza de escopeta se encuentran: útiles para rellenar cartuchos, tales como dosificador, prensador Foto 55 y recargador (Foto 55), variados reclamos de madera o cuero (Foto 56) y trompetas para llamar a los perros (Foto 57). El ejercicio de la pesca va parejo a la aparición del ser humano quien, a medida que evoluciona, va construyendo nuevos utensilios. Con carácter profesional, se remonta a época romana, pero empieza a adquirir importancia a nivel social y económico a partir del siglo XVI, regulándose por Ordenanzas Municipales. 24

Foto 56


En nuestro término, dos fueron los ríos donde se practicaba este arte: el Guadiana y Olivenza. Dicho arte se transmitía de padres a hijos y siempre fue una tradición familiar. Mientras el marido pescaba, la mujer cuidaba de sus hijos, realizaba las labores domésticas, se ocupaba de confeccionar los aparejos (redes, traviesa, tarraya y trasmallo), y de vender el pescado por las calles de la localidad. Como recoge Ledesma Abrantes, «No Foto 57 rio criam-se bogas, barbos, tencas, savaletes, bordalos, pardelhas, etc de que se fazem grandes pescarias».(4) De los útiles de pesca que se admiran en nuestro museo destacan: 1.- Barca, de forma romboidal, trabajada en madera. En ella se reconocen sus remos, dos tablas de asiento, traba maestra, calamollo y cuartos. Fue construida en Cheles y usada por un vecino de Villarreal (Foto 58).

Foto 58 (4)

LEDESMA ABRANTES, V.: O patrimonio da Sereníssima Caza de Bragança em Olivença. Lisboa, 1954, p. 431.

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2.- Palo balsero, usado para «juchear», ahuyentar a los peces contra las redes. 3.- Traviesa, similar al trasmallo, red alargada, entre 0´90 y 1´50 metros de altura y entre 20 y 24 metros de largo. Lleva dos «cordeles», uno superior, donde se intercalan las «corchas»; otra inferior, en el que se colocan los plomos. Se diferencian en que la traviesa no lleva albitranas, es decir, es una sola red. 4.- Costera, de forma troncocónica, con boca estrecha y asiento ancho. Los peces recién capturados se meten en ella, introduciéndose ésta en la orilla del río, en una zona poco profunda, de manera que el agua no la cubra totalmente y circule por los pequeños huecos que quedan entre las ramas de mimbre. Los peces de río eran muy apreciados por el pueblo. Una de las recetas más antiguas nos la proporciona Ledesma Abrantes: «Num tacho deita-se um pouco de azeite, sal, pimenta, pimento, poejos verde e pisam-se alguns alhos, deitando-se a agua correpondente. Os peixes sao convenientemente limpos; colocam-se no tacho sem os mexer e deixam-se coser bem. Logo que estejam prontos, verter-se o caldo num outro tacho onde está o pao cortado e colocam-se os peixes por cima, abafando-os com uma tampa para melhor embeberem o caldo».

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4.- Medidas Servían para medir no sólo cereales o legumbres, sino también determinados productos como cal o sal, que no solían venderse por peso. Complemento imprescindible era el rasero, que servía para «rasar» la superficie del recipiente, para eliminar la cantidad sobrante. Era muy importante el material del que se hacían los recipientes para medir áridos, pues podían deformarse con la humedad o sequía, o con el simple uso, de ahí que se hicieran bien metálicos , bien con algunas piezas de hierro, sobre todo los grandes.

Foto 59

En la sala se conservan: cuartilla, de 13´87 litros de capacidad (Foto 59), cuartillo, de 1´56 litros, medio cuartillo y celemín, de 4´60 litros (Foto 60).

Foto 60

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Otro Ăştil para pesar es la romana, que consta de dos brazos desiguales que se equilibran mediante contrapesos. Presenta un pilĂłn que se coloca en el brazo mĂĄs largo (Foto 61).

Foto 61

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