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La adquisición del título: Los primeros marqueses de San Jorge en la Nueva Granada
con las ideas entonces vigentes sobre el cuerpo de la mujer. A pesar de lo anterior, María Thadea logró un importante impacto en la sociedad neogranadina, al ser de las pocas marquesas conocidas de la región e indispensable para su marido en la obtención del título. ejemplo, en el cargo de alférez real que ejerció el marqués, por ser un título que se compraba. El rey, para otorgar gracia a su pueblo y a la vez obtener dinero, dispuso algunos cargos subastados por él mismo, con funciones técnicas y fundamentalmente honoríficas. 37
Para otros cargos se generaron conflictos de preeminencia,38 por lo que don Jorge Miguel renunció a sus empleos públicos en 1769. 39 Este trasfondo lo llevó a buscar alternativas para demostrar la pureza de su sangre y su nobleza, por lo que “en 1767 otorgó poder a sus agentes en Madrid para que le gestionasen ante la Corte un alto cargo burocrático y, si ello fuera posible, un título de Castilla”. 40 No obtuvo respuesta alguna. Para entonces, ya había contraído primeras nupcias con doña María Thadea, elemento que pudo contribuir en que le dieran más fácilmente el título pues el matrimonio “limpió su sangre criolla”. Sin embargo, aún le hacía falta un documento muy importante.
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En 1772, don Jorge Miguel solicita la expedición de un documento conocido como Limpieza de Sangre. Al respecto, el historiador Carlos Rojas Cocoma explica que se trataba “de una serie de testimonios, reproducidos desde partidas de bautizos y certificados de matrimonio, en el que queda demostrado un linaje de español noble”. 41 Aquí
La adquisición del 4tulo: Los primeros marqueses de San Jorge en la Nueva Granada
El matrimonio entre María Thadea y Jorge Miguel (figuras 2 y 3) trajo consigo la adquisición de un título de Castilla de carácter nobiliario. Tanto el mayorazgo heredado por Jorge Miguel por parte de la familia Maldonado de Mendoza, como los cargos que habían ocupado los Lozano de Peralta, le daban gran prestigio al santafereño, como se muestra en la cartela de su retrato.
Sin embargo, no todo fue tan fácil para sus propósitos como parece. Al no ser español, no pudo acceder a ciertos privilegios. Las élites criollas y sus aspiraciones a altos cargos se vieron limitadas por la Corona, que depositaba su total confianza en los peninsulares, no en los nacidos en América. Esto se refleja, por ejemplo,