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CUADERNO DE ESTUDIO ISSN 2711-2977 (EN LÍNEA)
El reloj de caja alta Luis Felipe Palacio Guerrero
abril de 2022
MUSEO COLONIAL Y MUSEO SANTA CLARA / MINISTERIO DE CULTURA
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CUADERNO DE ESTUDIO ISSN 2711-2977 (EN LÍNEA)
El reloj de caja alta Luis Felipe Palacio Guerrero
abril de 2022
MUSEO COLONIAL Y MUSEO SANTA CLARA / MINISTERIO DE CULTURA
Contenido
Presentación
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Ficha técnica
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El reloj de caja alta del Museo Colonial
12
Prefacio
13
I. La materialidad del reloj
16
II. Las escenas del reloj
23
III. Los autores del reloj
39
Notas
49
Bibliografía
52
Presentación
En este 2021 ofreceremos tres nuevas entregas de los Cuadernos de estudio en formato digital, a través de las cuales continuamos divulgando las investigaciones de estudiantes, profesores y colegas de los museos Colonial y Santa Clara sobre piezas de nuestras colecciones. Nuestro propósito es aprovechar los canales de divulgación digital para que estos trabajos, desarrollados en el contexto del mundo académico y museológico, puedan llegar a mayores y más amplios públicos. El estudio individual de las piezas permite, entre otras cosas, poner de manifiesto cómo cada obra es depositaria de gran cantidad de información e historia relacionada tanto con su materialidad, como con sus artífices, estilo, proveniencias, usos y contextos de circulación.
Los tres números que publicaremos abordan piezas de muy distinto carácter: iniciamos con una investigación sobre el retrato de María Thadea González, marquesa de San Jorge, pintado en 1775 por Joaquín Gutiérrez; continuamos con un análisis de los Atriles franciscanos labrados en plata por un orfebre anónimo del siglo XVII y concluimos la serie publicando una investigación sobre el Reloj de caja alta Jorge III, manufacturado por Robert & Peter Higgs en el último tercio del siglo XVIII.
6 · El reloj de caja alta
En el primer cuaderno de este año, Ana María Orobio, egresada de la carrera en Historia de la Universidad de los Andes, analiza un retrato civil femenino: el de María Thadea González, marquesa de San Jorge de 1772-1777. La joven historiadora estudia los objetos de la cultura material representada en el lienzo, contextualizándola según su significado social y político virreinal. Como parte de su análisis describe y explica la disposición del cuerpo de la marquesa, retratado de acuerdo con la concepción religiosa y patriarcal de la época, para desde allí, aproximarse a diferentes detalles de la composición. Tras revisar las características de la moda borbónica, Orobio compara ciertos aspectos del retrato de la marquesa con elementos similares presentes en otras obras pictóricas —como por ejemplo, el retrato de la Familia de Felipe V, del pintor francés Louis-Michel van Loo—, para detenerse luego en el examen individual del vestido, las joyas, el escudo de armas y el marco ovalado con cartela que enmarca la composición pintada por Joaquín Gutiérrez. Finalmente, Orobio alude al retrato que hace pareja con el de la marquesa: el de Jorge Miguel Lozano de Peralta, marqués de San Jorge de 1772 a 1777, para concluir que la representación de la marquesa, posiblemente póstuma, puede deber su origen al interés del marido —nacido en tierras americanas— por mantener vigente los privilegios derivados del vínculo matrimonial con la española María Thadea, y legitimar así un linaje español “puro” que le hiciera merecedor de conservar y ostentar su rango nobiliario.
El segundo número versa sobre los Atriles franciscanos. El texto es resultado de un trabajo investigativo desarrollado por la profesora Andrea Lorena Guerrero Jiménez y sus alumnas Nadia Catalina Flórez Soaita, Valentina Ovalle Camargo, Camila Andrea Guzmán Franco y Sunny Johanna Romero Sánchez, de la Escuela de Diseño de la Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano, de Bogotá. En este cuaderno las autoras, tras la descripción formal de las piezas y de su contextualización dentro del ámbito litúrgico del culto católico, indican cómo estos dos atriles estuvieron destinados a funcionar en pareja, pues según explican, servían de soporte a los dos misales usados en la liturgia eucarística de la América española. Cuaderno de estudio · 7
A continuación, las autoras dan cuenta del contexto sociocultural e histórico de los Atriles. Allí describen cómo nuevas técnicas de la platería llegaron con las familias de plateros españoles que se agremiaron como tales y cuyo oficio fue reglamentado por una serie de ordenanzas que pretendían regular su producción en el contexto colonial. Para ello, explican Lorena et al., la Corona estableció normativas de marcaje, pensadas para llevar un control sobre la producción de objetos labrados en metales preciosos. Aunque en el caso de la platería neogranadina, la asociación gremial fue estable y a ella se sumaron otros estamentos sociales, muy pocas piezas fueron marcadas, lo cual dificultó, en tiempos coloniales, el cobro de los impuestos, y dificulta hoy la identificación del lugar de origen de estas obras. Las autoras continúan desarrollando un análisis de las técnicas del labrado en plata, entre las que se encuentran, tras el requerido proceso de fundición con aleaciones y la laminación del metal, técnicas constructivas y ornamentales que se describen detalladamente. De la misma manera, este cuaderno refiere la reglamentación de comienzos del siglo XVIII sobre el uso obligatorio del atril en lugar del cojín, en ciertas festividades religiosas. Finalmente, tras vincular los atriles del Museo Colonial con piezas semejantes de diferentes colecciones, las autoras cierran su estudio con un detallado análisis iconográfico a partir del cual se infiere que la pareja de atriles estudiada pudo ser un encargo de la comunidad de los franciscanos, quienes fundaron conventos en diferentes ciudades de la Nueva Granada. El tercer y último cuaderno de este año fue escrito por el historiador y diseñador Luis Felipe Palacio, en él se investiga el Reloj de caja alta Jorge III. Tras una descripción formal de la pieza, contextualizada durante el auge de las chinoiseries en la Europa del siglo XVIII, Palacio presenta los resultados de su investigación sobre la materialidad de este objeto, los diseños de las escenas orientales y los artífices del reloj. Resalta en su estudio cómo fueron adaptadas las técnicas de las lacas chinas y japonesas utilizadas entre los siglos XV y XVII en diversas tipologías de muebles que, como los biombos, narraban escenas históricas. Su alto valor simbólico asociado al lujo y al poder dio lugar a su prestigio en Europa y al aumento de su demanda por parte de las élites de los siglos XVII y XVIII. Así, este cuaderno muestra cómo
8 · El reloj de caja alta
cómo el japanning del Reino Unido, reprodujo motivos orientales a partir de manuales como el de Stalker y Parker (1688) y el de Chippendale (1754), sobre el mobiliario suntuario.
La última parte de este texto se ocupa de los artífices del mecanismo, los hermanos Higgs, quienes posiblemente fabricaron este reloj entre 1769 y 1775. Tiempo después, los hermanos se enfocarían, junto con su socio Evans, en abastecer con sus piezas el mercado español, como lo demuestra el hallazgo de gran cantidad de objetos lacados y relojes muy similares en los inventarios de las colecciones reales de España e Inglaterra, así como en colecciones norteamericanas y peruanas.
Es nuestro deseo que estos cuadernos, puestos a disposición de nuestras audiencias digitales, sean agentes de un mutuo beneficio: por una parte, permitir que la comunidad académica acceda a las colecciones de los museos Colonial y Santa Clara y encuentre en ellas un rico material investigativo; y, por otra, nutrir y ampliar el conocimiento disponible sobre obras individuales de nuestros acervos.
M ARÍA C ONSTANZA TOQUICA C LAVIJO Directora de los museos Colonial y Santa Clara Bogotá, 8 de abril de 2021
Cuaderno de estudio · 9
Ficha técnica
título autorías técnica
época
Reloj de caja alta Jorge III Mueble de manufactura inglesa Robert & Peter Higgs, relojería (inscrito) Madera tallada, policromada, dorada y lacada con mecanismo y engranajes metálicos con acabados dorados y plateados c. 1775
El reloj de caja alta del Museo Colonial Luis Felipe Palacio Guerrero
En la colección del Museo Colonial de Bogotá reposa un reloj de péndulo o “de caja”, si seguimos una denominación más precisa. Se trata de una pieza de relojería que cuenta en su segmento superior con un cabecero, armazón de madera que salvaguarda el mecanismo. Adquirida por el naciente Museo en abril de 1943 mediante una compra a José María Cordovez,1 y restaurada en septiembre de ese mismo año,2 la pieza puede describirse de la siguiente manera: El reloj mide 258 cm de altura máxima. Se trata de un reloj de sala, con caja de [madera de] haya, que se compone de un basamento casi cuadrangular en su frente, con una moldura en su interior que enmarca una escena; asentándose sobre un zócalo en el que se recortan las patas. El cuerpo central se encuentra flanqueado por dos columnas adosadas de orden toscano, acanaladas, que lo 12 · El reloj de caja alta
lo recorren en casi todo su frente. La mayor parte de su extensión está ocupada por la puerta, moldurada en sus bordes, y ligeramente relevada, que esconde el péndulo. La caja de la esfera, de 50 cm de anchura por 95 de altura, se asienta sobre varias molduras escalonadas de perfiles cóncavos. Enmarcada de nuevo por columnas toscanas acanaladas que adornan ambos lados del cuadrante, se remata en el copete con una moldura semicircular y un frontón partido de perfil cóncavo-convexo y tres hacheros, uno central y dos laterales. Alrededor de la esfera podemos observar una serie de molduras y grecas que le sirven de adorno, compuestas por rombos y motivos florales, realizados en marquetería, buscando imitar las aplicaciones en bronce utilizadas en otros relojes de la época. Estos adornos están recortados, dorados y sobrepuestos, creando así mayor ilusión de profundidad. Respecto a la esfera, esta es de latón motivos
latón plateado con su interior dorado, decorándose mediante la técnica del picado inglés o granulado. También son de latón plateado los círculos añadidos del minutero y el de tocar, conocido como silencio, como asimismo los esquinales decorados con orlas vegetales entrelazadas. Además de señalar las horas, indica también los minutos, segundos y la fecha. En el círculo horario de la esfera se numeran los minutos de cinco en cinco, en números romanos, mostrando una pequeña ventanilla sobre el VI la fecha, mientras que bajo el XII marca el día de la semana y el minutero. Sobre una esfera auxiliar se encuentra grabado el segundero. Las agujas, de latón negro, están muy ornamentadas, con un dibujo calado a modo de encaje. Cuenta asimismo con gran sonería, mecanismo que hace posible el toque automático de las horas, horas y medias y horas y cuartos. Todo él se encuentra lacado en su superficie, en tonos rojos y dorados en sus tres frentes.3
Ornamentan las diferentes caras del reloj algunas imágenes de inspiración oriental. En el basamento o pie, un monarca descansa en el jardín, sus asistentes le atienden y un ave fénix sobrevuela el grupo de personajes (figura 1); cuatro animales, dispuestos cada uno en una esquina, encuadran la escena. En la parte superior del cuerpo, correspondiente a la puerta del péndulo, algunos personajes ejecutan distintas tareas tareas
domésticas; otros, descansan. En la parte central, dos mujeres cruzan un puente. Este se eleva sobre un lago en cuyas aguas nadan tres cisnes. En la parte inferior, un soldado desmontado guía a su corcel (figura 2). En cada una de las cuatro esquinas vemos a un personaje con sombrilla.
En el segmento central del lateral derecho un personaje vestido al modo oriental porta arco y flecha; el personaje del lateral izquierdo sostiene una sombrilla. Bajo cada una de estas figuras, una garza camina entre los juncos; sobre ellas, vemos fénix en vuelo.
Prefacio El reloj de péndulo del Museo Colonial es una de las piezas que mejor refleja el alto nivel de intercambios comerciales que a partir del siglo XV conectaron, sin lugar a dudas, a todo el globo. Redescubrir los caminos surcados por artesanos, importadores, comerciantes, cargueros, compradores, en fin, por quienes trajeron esta pieza a la Santafé del siglo XVIII, ayuda a reconocer lo muy interconectado que estaba el mundo de entonces a nivel de comunicación e intercambio cultural. Tales procesos ocurrían no solo entre las colonias españolas tanto de Asia como de América, sino al interior mismo de las sociedades de todos los continentes. Cuaderno de estudio · 13
FIGURA 1. Reloj de caja alta Jorge III (detalle del rey). Mueble de manufactura inglesa; Robert & Peter Higgs, relojería (inscrito), madera
tallada, policromada, dorada y lacada con mecanismo y engranajes metálicos con acabados dorados y plateados, c. 1775.
14 · El reloj de caja alta
FIGURA 2. Reloj de caja alta Jorge III (detalle del caballero).
Cuaderno de estudio · 15
Así, pues, pueden identificarse tres elementos históricos en esta investigación. Primero, la manufactura del reloj y su materialidad permiten reconocer una parte, aunque pequeña, de la globalidad del proceso de comercialización de bienes decorativos: cada una de las estaciones a las que arribaban las piezas y sus materiales imprimían en ellas algo de su idiosincrasia. Segundo, la iconografía que ornamenta la caja del reloj es resultado de una interpretación europea de lo que podría denominarse “asiático” o “chinesco”. Esta suerte de estilo decorativo, aunque influido por las escenas características de la porcelana y otras piezas manufacturadas en Asia, así como por todo tipo de información visual y material llegada a Europa desde Oriente, es en realidad una exotización de ese mundo, que la mirada occidental imaginó como un espacio idílico, apropiado estilísticamente para piezas decorativas. Tercero, la autoría de la pieza delata las razones para las que fue adquirido, transportado y exhibido en las colonias americanas: relojes como este, definitivamente, fueron ideados, construidos y ensamblados para agradar el gusto de la Europa del siglo XVIII.
I. La materialidad del reloj No puede negarse la influencia del “lejano oriente”, esto es de la cultura material de lo que actualmente 16 · El reloj de caja alta
actualmente conocemos como China, Japón y Corea, en la configuración del imaginario europeo sobre esa parte del continente asiático. Baste decir, sin necesidad de mayores precisiones, que esta construcción visual claramente recibió de Asia mucha de su presentación. Tal influjo nunca se detuvo, ni siquiera cuando, ya en el siglo XV los roles de dominación territorial se trasladaron hacia la Europa que denominamos “moderna” —atribución que adquirió tras incorporar en su propio desarrollo las invenciones científicas de China y los conceptos del pensamiento extraídos de India—.4 Con el paso de los siglos, estas influencias se aceptaron ampliamente, integrándose poco a poco en la ornamentación de los objetos, casi siempre en los más cotidianos: muebles, decorados, vestidos, etc. Estos elementos se convirtieron en parte fundamental del discurso visual europeo y se readaptaron, olvidando, en la mayoría de los casos, la proveniencia y tradición en la que se generaron en primer lugar.5
Pese a lo arriba señalado, es interesante identificar las influencias más directas que sobre el mueble y los objetos de la vida cotidiana ejerció Asia en el siglo XVIII. Numerosos ejemplos sirven para ilustrar el ascendente de Oriente en Europa: la incorporación de patas de animales en las terminaciones de los muebles o las chambranas6 arqueadas
arqueadas de las sillas, típicas del estilo Luis XIV en adelante, se utilizaban en China desde la dinastía Song (960-1279); los biombos japoneses que tanto gustaron a los reyes europeos se convirtieron, lentamente, en parte fundamental de los estrados femeninos —basados estos en el harén musulmán—;7 materiales netamente asiáticos, como las famosas porcelanas Ming, los marfiles indios, los enconchados filipinos, el jade, los tintes y, desde luego, la seda, ocuparon un lugar en muchos de los espacios de la cotidianidad europea. Uno de los puentes fundamentales de intercambio fue el mundo islámico, cuya influencia particular también puede verse ampliamente en las representaciones europeas.
Así, en la Inglaterra del siglo XVIII, insuflada de una fascinación por lo oriental debida a la novedosa presencia inglesa en territorios de ultramar, la demanda de objetos “achinados” obligó a los artesanos a documentarse sobre las más importantes técnicas de los estilos orientales. En consecuencia, los muebles producidos en el siglo XVIII en los talleres ingleses fueron resultado de un ejercicio de imitación. Por esta época circularon en el territorio inglés varios manuales en los que se enseñaba cómo “laquear” o cómo acercarse a las apreciadas técnicas de Asia. John Stalker y George Parker, ebanistas y artesanos londinenses,
londinenses, publicaron en 1688, A treatise of japaning [sic] and varnishing,8 manual fundamental para la imitación de la técnica del japanning. Conocida más ampliamente como chinoiserie, esta técnica fue increíblemente popular en los estilos Reina Ana, Carlos II, Carlos III, Jorge III y Chippendale, en boga desde el último cuarto del siglo XVII hasta el último del XVIII.
Para ejecutar el japanning era necesario aplicar “una primera capa de estuco o yeso que cubría la superficie del objeto,9 una segunda [capa la constituía] el color, ya fuera rojo, blanco, azul, verde o negro, encima del cual se dibujaban los motivos decorativos, preferentemente de inspiración oriental, una tercera [capa la formaban] varias capas de barniz o goma-laca”.10 El objetivo final era imitar tanto como fuera posible el aspecto de los objetos traídos de Asia, ya que resultaba imposible acceder a los mismos materiales y/o artesanos chinos. De inmensa popularidad, la aplicación de esta técnica puede verse en la mayoría de los relojes fabricados en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVIII. Pertenecientes a colecciones públicas y privadas, son escasos los ejemplares en los que esta técnica se aprecia claramente, la mayoría de ellos son dorados, negros o rojos con escenas idílicas inspiradas en Asia.11 Cuaderno de estudio · 17
Los objetos manufacturados en Asia que efectivamente entraron a Europa pueden datarse en el siglo XVI, luego de que varias exploraciones diplomáticas y acuerdos comerciales —precoloniales— se concretaran.12 Lo cierto es que desde el contacto de Alejandro Magno con India y otras regiones de Asia Central (en el siglo IV a. e. c.), los productos orientales llegaron a Europa en pequeñas cantidades, pero en significativas formas y expresiones. Desde entonces se construyó una visión de Asia como un lugar de gran riqueza. En consecuencia, se contempló como necesaria una reinterpretación local de lo oriental: una imitación que no dependiera del comercio o del intercambio directo. Por ello, el uso de una técnica como el japanning se erigió en los talleres locales como solución al crecimiento del gusto por los cada vez más costosos objetos procedentes de Asia. Así, el uso de materiales locales, la aplicación de la visión “mágica” de oriente y la producción de estilos exclusivos, permitió que Inglaterra creara una serie de piezas originales que, aunque pasaban por orientales distaban mucho de asemejarse a los objetos importados de ciertas regiones de Asia. Pero era la “visión de Asia” lo que primaba y fue esta la que llegó precisamente a América, en conjunto con una cantidad de objetos de mercadería.13
18 · El reloj de caja alta
Si bien los elementos productivos mantuvieron las características de sus culturas de origen, al llegar primero a Inglaterra y, más tarde, a América a través de la ruta del Galeón de Manila, se entremezclaron con técnicas del lugar al que arribaban. Entre los elementos productivos más utilizados se cuentan las lacas japonesas hiramaki-e y takamaki-e, en ellas se basó el japanning inglés. Usadas originalmente en Japón entre los siglos XV y XVII, estas lacas se aplicaban específicamente a arcones, cajones, biombos, portones, armarios y mesas como barnices agregados a láminas de oro y plata, o mezclados directamente con pigmentos dorados y plateados con los que se representaban acontecimientos importantes de la historia japonesa. En Europa estos pigmentos se utilizaron para diseñar las escenas “idílicas” de aura oriental.
Los cofres japoneses también ejercieron gran influencia en los viajeros occidentales; su imitación en Inglaterra fue de suma importancia. Construidos en Japón de la misma manera que las cajas y cajones, contaban con un muy reducido espacio para la composición de escenas. Las técnicas de ornamentación de este tipo de pieza comprendían las lacas maki-e y el uso de materiales como madera, oro y plata. Ahora bien, no solo las técnicas compositivas eran motivo de imitación en Europa, también la composición
FIGURA 3.
Cofre Nanban. Anónimo japonés, madera lacada, maki-e dorado e inscrustaciones de madreperla, siglo Museo Guimet, París, Francia. https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=79422856.
XVI.
Colección del
Cuaderno de estudio · 19
composición iconográfica tuvo su influjo en piezas inglesas de inspiración oriental. Así, por ejemplo, en el Cofre nanban del Museo Guimet, en París, advertimos la presencia del tigre y el pavo real en las escenas frontales. Estas dos figuras, incluidas dentro del repertorio de imágenes propias del intercambio cultural entre toda Asia, fueron trasplantadas a los escenarios europeos y americanos (figura 3).
Otros elementos de destacada relevancia fueron los biombos, cortinillas de varios folios que se despliegan para segmentar provisionalmente un espacio, dejando cubierta u oculta una de sus partes. Estos elementos se utilizaron en las cortes chinas, indias, coreanas y japonesas desde la antigüedad. No es extraño ver diferentes tipos de biombos en toda Asia,14 desde los simples con decoraciones austeras —entre los que se incluirían los biombos portátiles transformados luego en sombrillas, cortinillas de carruajes y abanicos—, hasta los lujosos, pertenecientes a la corte o a las embajadas.
En lo concerniente a este tipo de piezas, la relación Asia-Europa siguió dos vías. Según la primera, la presencia de biombos, cofres y cajas en Europa estuvo siempre ligado a la categorización de los objetos de influencia asiática entre los más elevados estratos del gusto 20 · El reloj de caja alta
gusto y el poder. Estas piezas se convirtieron así en objetos de lujo accesibles exclusivamente a los altos estamentos de la sociedad europea. Su compra se vio así vinculada a numerosas jerarquías institucionales que iban desde los mecanismos mismos de intercambio en Oriente —como el pago de embajadas y comerciantes, fletes, carga, personal y el precio de la pieza misma—, hasta los sistemas de ostentación propios de las cortes europeas. La segunda vía, parte del deseo generalizado de acceder a estos objetos, lo que permitió que los artesanos ingleses imitaran los estilos asiáticos. Para ello, generaron manuales que sirvieron para replicar las técnicas imitativas en el resto de Europa y en América. El trabajo de estos artífices buscaba acercarse al nivel de artesanía característica de Asia, suplir la creciente demanda de objetos decorativos en Europa y América y reducir significativamente los costes de producción.
El Biombo con doce paneles de la dinastía Ming que alberga el Museo Guimet, ofrece ejemplos significativos de las características iconográficas, ornamentales y estructurales que reprodujeron los ejemplares europeos, y que se trasplantaron a otros muebles, como armarios, arcones, bargueños, doseles y puertas.15
La interpretación de las técnicas de manufactura y acabados mencionadas son las que vemos en los talleres de Inglaterra. Ya para el siglo XVIII, estos talleres se encontraban en plena producción realizando objetos con elementos presentes en el reloj del Museo Colonial: lacas rojas, ilustraciones “asiáticas”, detalles en dorado, etc. (Figuras 4 y 5).
Hasta aquí hemos visto que la manufactura de muebles y elementos decorativos con estilos basados en técnicas orientales estaba bien establecida
21 · El reloj de caja alta
establecida en la Inglaterra del siglo XVIII. El Reloj de caja alta Jorge III del Museo Colonial pertenece a este tipo de objetos en los que confluyen las formas, figuras y apariencias de los objetos venidos de Asia, la fascinación por el “lejano oriente” y la consecuente reinvención de lo oriental según la mirada e imaginación europeas.
FIGURA 4.
Armario secreter (detalle de la cajonería inferior) FIGURA 5. Armario secreter. Anónimo británico, madera con japanning, elementos metálicos y espejo, c. 1735. Colección del Museo Metropolitano de Arte. https://www.metmuseum.org/art/collection/search/632104.
22 · El reloj de caja alta
II. Las escenas del reloj Jardines exóticos, aves fantásticas, paisajes con puentes y pagodas, personajes con sombrillas y abanicos conforman escenas diversas cuyas figuras y personajes adornan muebles hechos en Inglaterra con materiales y escenarios muy diferentes de los que podían encontrarse en Europa. ¿Cuál es la fuente de estas evocadoras y exóticas escenas? Sin duda, los objetos hechos en Asia proporcionaron al artesano europeo un punto de partida. Como ya hemos visto, las escenas ornamentales fueron parte fundamental del imaginario de diferentes estilos decorativos, literarios y figurativos del continente asiático. Biombos, cajones, cofres, armarios, abanicos, sombrillas, etc., se embellecían con ellas. Los elementos figurativos que llegaron a Europa proceden de esta imaginería original que de manera acentuada está presente en las artes decorativas y las artes “intelectuales” de Asia.17
En los acervos del Muso Guimet hay un Plato con decoración de duraznos de la dinastía Qing cuya decoración ofrece un ejemplo elemental de los complejos sistemas de representación chinos (figura 6). Fueron precisamente estas formas, menos profusas en detalles y elaboración las que primaron inicialmente en las decoraciones del mobiliario inglés de principios de siglo XVIII. Los
FIGURA 6.
Plato con decoración de duraznos. Jiangxi Jingdezhen, porcelana con policromía, 1736-1795, dinastía Qing. Colección del Museo Guimet, París, Francia. https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=37214544.
Los manuales de artesanía ya mencionados intentaban copiar estos estilos con la mayor fidelidad posible. Con el trasvase de la imaginería asiática a piezas de manufactura inglesa estas figuras se convirtieron en elementos casi automáticos de la reproducción de bienes suntuarios en Occidente.
El ejercicio imitativo —que no es más que la aplicación del mecanismo mimético18 occidental— apropia los elementos que le son útiles, como las formas básicas y ciertos colores, los Cuaderno de estudio · 23
FIGURA 7. Gira de inspección al sur del emperador de Qianlong. Rollo 6: El Gran Canal a su paso por Souzhou (detalle). Xu Yang, tinta y color sobre
seda, 1770 (fechado). Colección del Museo Metropolitano de Nueva York. https://www.metmuseum.org/art/collection/search/41493.
los amolda a la situación del lugar de producción, que en este caso es la Inglaterra del siglo XVIII, y presenta el resultado como una obra original.
Los textos ilustrados también fueron una fuente fundamental para la ejecución de este mecanismo: la cultura material asiática es prolífica en representaciones pictóricas que se guardan celosamente en rollos de papel, seda, bambú —todos ellos invenciones chinas— y otros elementos que representan momentos históricos clave. La invención de los tipos móviles en China ayudó en gran medida a complementar el ya avanzado sistema de representaciones visuales en toda Asia. Estos textos-imágenes, que circularon en Occidente con baja frecuencia, pero a los que muchos occidentales en sus viajes de exploración a Asia o embajadas oficiales pudieron acceder, están cargados de imágenes que se reciclarían en el siglo XVIII y se utilizarían para adornar muebles europeos. En el sexto rollo del Viaje de inspección al sur, tenemos un ejemplo de un documento chino en el que aparecen gran parte de los elementos que luego se utilizarían en las artes decorativas inglesas, a saber: las construcciones arquitectónicas típicamente chinas, los puentes arqueados que se alzan sobre Cuaderno de estudio · 25
los ríos, la vegetación característica de los paisajes asiáticos y la confluencia de diversos grupos de personas ocupadas en actividades cotidianas (figura 7). En cuanto a su diseño, algunos pocos ejemplares de muebles, así como sus respectivas formas y técnicas arribaron a Europa directamente de Asia. En este Gabinete portátil con cajones podemos ver cómo tanto las técnicas de manufactura mencionadas en nuestra primera parte FIGURAS 8 A 10.
Gabinete portátil con cajones. Anónimo japonés, madera lacada en negro con maki-e en oro, incrustaciones de nácar y elementos en plata, siglo XVI, periodo Momoyama (1573-1615). Colección del Museo Metropolitano de Arte. https://www.metmuseum.org/art/collection/search/40331.
26 · El reloj de caja alta
parte como los diseños florales que adornan este mueble influyeron tanto por su materialidad como por su visualidad en las piezas que posteriormente se construirían en Europa (figuras 8 a 10).
Una de las ilustraciones del manual de japanning de Stalker y Parker enseña al artesano qué imagen debe aparecer en la tapa de una caja de polvos cosméticos que, a su vez debe estar barnizada y decorada con las técnicas locales. Esta imagen, creada casi en la misma época en que se hicieron aquellas a las que nos referimos en ejemplos anteriores, nos muestra cómo funciona el mecanismo de imitación que genera la “chinería” en Occidente: por más que pueda percibirse en ellas cierto aire de originalidad, escenas orientales como estas se han arrancado de su contexto primigenio, exagerándose sus funciones y exotizádose hasta generar elementos que no son propiamente asiáticos, pero que para la mirada europea, son verdaderamente genuinos (figura 11).
La pagoda central de la ilustración propuesta por Stalker & Parker, dotada de elementos que nos hacen recordar más bien al gótico europeo, los elementos moriscos y la decoración previctoriana inglesa, están lejos de representar a una Asia verdadera. La vegetación, despojada de
FIGURA 11. A Treatise of Japanning and Varnishing (detalle de
una página interior). John Stalker y George Parker, tinta sobre papel, 1688.
de toda perspectiva, se articula como un elemento que Occidente justifica señalando el “atrasado” estado del arte en Oriente, finalmente, al ave que protagoniza la escena la acompaña un insecto de exageradas proporciones. Pese a las numerosas desviaciones o imprecisiones visibles en esta imagen, el dibujo imita a Asia, lo que es ya suficiente para un europeo, y el efecto oriental conseguido mediante este artificio genera la idea, netamente comercial, de que se está ante una pieza hecha en Oriente. Ahora bien, esto es solo la Cuaderno de estudio · 27
la tapa de una caja de polvos cosméticos, en el caso de los relojes, cajones, cofres y otros elementos de grandes proporciones, las adaptaciones fueron aún más osadas.
Ahora bien, el manual de Stalker y Parker (1688), junto a los de Thomas Chippendale (1754),19 y a los de otros autores posibilitaron la expansión de la técnica del jappaning como método exclusivamente inglés. Con textos como estos circularon y se desarrollaron20 las escenas chinescas cuya difusión también fue posible en los muebles con ellas decorados. Muchas de estas escenas aparecen en el Reloj del Museo Colonial. Es de anotar que este se construyó más de un siglo después de publicados los citados manuales, en un momento en que el jappaning había alcanzado ya su máxima expresión estilística.
A continuación veremos contrastadas algunas ornamentaciones del reloj con las ilustraciones presentes en la obra de Stalker & Parker.
FIGURA 12. A
y Parker.
treatise (detalle de una página interior). Stalker
FIGURA 13. Reloj de caja alta Jorge III
28 · El reloj de caja alta
(detalle de la cara frontal).
Cuaderno de estudio · 29
FIGURA 14.
New Book of Chinese Designs, Edward & Darly, tinta sobre papel, 1754.
30 · El reloj de caja alta
FIGURA 15.
Reloj de caja alta Jorge III (detalle de la cara frontal).
FIGURA 16.
Rural Architecture in the Chinese Taste, William Halfpenny, tinta sobre papel, 1755.
FIGURA 17.
Reloj de caja alta Jorge III (detalle de la cara frontal).
Cuaderno de estudio · 31
FIGURA 18. Stalker y Parker, 1688, 117.
32 · El reloj de caja alta
FIGURA 19. Reloj de caja alta Jorge III
(detalle de la cara lateral derecha, segmento inferor).
Cuaderno de estudio · 33
Escenas similares pueden verse en múltiples ejemplos de muebles contemporáneos al Reloj, lo que demuestra la circulación de estas escenas con sutiles alteraciones al gusto del cliente (figuras 16 a 18).
FIGURA 20. Gabinete buró. Anónimo inglés, madera con japanning,
remates y pies plateados y elementos metálicos, c. 1730, Colección del
Palacio de la Legión de Honor de California. Creative Commons CC0 1.0 Universal Public Domain Dedication: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bureau-cabinet_from_England,_c._1730,_California_Palace_of_the_Legion_of_Honor.JPG. FIGURA 21.
Armario secreter (detalle del lateral izquierdo, segmento inferior). Anónimo británico, madera con japanning, elementos metálicos y espejo, c. 1735. Colección del Museo Metropolitano de Arte. Dominio público: https://www.metmuseum.org/art/collection/search/632104. FIGURA 22. Silla lateral. Giles Grendey, madera lacada y dorada, c. 1735-1740. Colección
https://www.metmuseum.org/art/collection/search/198003.
34 · El reloj de caja alta
del Museo Metropolitano de Arte. Dominio público:
FIGURA 23. Reloj de caja alta Jorge III
36 · El reloj de caja alta
(detalle de la cara frontal, segmento superior).
Podemos concluir, tras este breve recuento, que las escenas presentes en estos muebles tuvieron amplia aceptación entre los clientes. En su mayoría, se desarrollaron a partir de los textos de Stalker, Parker y Chippendale, en Inglaterra, lugar de procedencia de piezas de mobiliario y relojería, de extendida circulación entre las élites europeas.
Cuaderno de estudio · 37
III. Los autores del reloj
La datación del Reloj de caja alta del Museo Colonial puede establecerse con muy alta precisión, pues las características de su manufactura, las firmas en él presentes y algunos datos historiográficos, nos permiten interpretar cuál fue el momento de su origen. En cambio, algunos datos concernientes a su procedencia se nos escapan: aunque conocemos con cierta claridad cómo fue la circulación de objetos similares durante los últimos años del siglo XVIII, en el caso concreto de esta pieza, las singularidades de su trasiego tras su adquisición en Inglaterra nos son incógnitas. Desconocemos cómo fue su paso por España y su posterior llegada a América, específicamente a Santafé. Podemos, empero, inferir algunos aspectos de su tránsito en el contexto histórico de la circulación de bienes de este estilo de Europa a América.
En primera medida sabemos que los autores del mecanismo del reloj son Peter y Robert Higgs, padre e hijo respectivamente. Ambos construyeron una buena cantidad de relojes entre los años 1743 y 1796, en el callejón de Sweetings, en Londres (figuras 20 a 22).
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FIGURA 24. Posición actual del callejón Sweetings, en el centro de Londres. Google Maps. FIGURA 25. En la actualidad, el callejón Sweetings sigue siendo un lugar de emplazamiento para tiendas de
objetos de lujo, como Montblanc y Louis Vuitton.
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FIGURA 26. En
el siglo XVIII, el callejón Sweetings se ubicaba tras de la Bolsa de Valores Real, a escasos pasos del Banco de Inglaterra. Era, para entonces, el epicentro boyante del lujo.
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De la vida de los Higgs sabemos que Robert, de nacionalidad alemana, fue aprendiz, en 1714, de Richard Blundell, uno de los fabricantes de relojes más importantes del siglo XVIII en Alemania. Admitido como miembro de la Compañía de Relojeros, trabajó en Sweetings Alley, Londres, al parecer, de 1743 hasta 1769. Allí se estableció un importante comercio en relojes complejos y musicales, muchos para el mercado español. Su hijo Peter fue aprendiz de él desde 1740 y fue Maestro de la Compañía de Relojería en 1767. Estuvieron en sociedad como Robert y Peter Higgs, y más tarde con James Evans, quien ocasionalmente se autonominó Diego Evans.21 Este último detalle es clave para la datación de nuestro reloj, ya que a partir de la unión de Evans, en 1775, la mayoría de los relojes de los Higgs empezaron a aparecer marcados con el nombre de este último. Tal es el caso de una copia casi exacta del reloj del Museo Colonial que se encuentra en el Monasterio de Sobrado de los Monxes, en La Coruña, España.22
La existencia de este reloj indica que el del Museo Colonial pudo haber sido manufacturado tan solo unos años antes de 1775, pero con posterioridad a 1769, ya que en él se encuentra la firma de padre e hijo, mas no la de Evans. Otro elemento que nos permite ubicar al Reloj en su periodo es su estilo, que en su mayoría 42 · El reloj de caja alta
londinenses,
FIGURA 27. Muebles de estilo inglés y su influencia en el exterior. José Claret R
t Rubira, tinta sobre papel, Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 1967.
mayoría corresponde al denominado estilo Jorge III. Esta característica indica que se manufacturó a mediados del siglo XVIII. Por lo demás, la incisiva influencia Chippendale en el corte del mueble nos lleva a datarlo en el último cuarto del mismo siglo.
En cuanto al mueble de madera de haya,24 podemos conjeturar que proviene de Escocia,25 de donde usualmente se importaban este tipo de estructuras. Los acabados de las mismas se hacían en Londres, en los talleres de los relojeros, quienes acudían a mano de obra especializada para ejecutar el japanning final. Hasta ahora, no se ha estudiado a cabalidad la relación entre los artesanos de madera que construían las estructuras y los relojeros que se encargaban de ornamentarlas y ensamblarlas al mecanismo de relojería.
Robert y Peter Higgs y Evans estaban claramente concentrados en la venta de estos objetos al mercado español. Esto lo sabemos gracias a la presencia de una gran cantidad de piezas lacadas en el inventario del Real Sitio de san Ildefonso de Felipe V26 y en las cortes de Jorge I y II de Inglaterra27 y por el hecho de que el
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Los relojes de repisa que ostentan las mismas técnicas de manufactura aplicadas en el reloj del Museo Colonial, circularon con mayor facilidad. Otro ejemplo de ello es el Reloj de ocho días, de la colección de McKinnon Fine Furniture. También en él vemos la misma técnica y manufactura que se aplicaron en nuestro reloj, sin embargo su mecanismo está firmado por Robert Wood, un relojero vecino de la calle Sweetings (figura 29).
FIGURA 28.
Reloj de repisa Jorge II con jappaning azul. Robt. Higgs (inscrito), madera dorada y lacada con jappaning, siglo XVIII. Casa de subastas Soteby’s. http://www.sothebys.com/en/auctions/ec atalogue/2009/fine-english-continentalfurniture-including-silver-ceramics-clocksl09763/lot.69.html.
el mismo Evans firmaba como “Diego”, un claro guiño al origen de sus clientes. También sabemos que este tipo de objetos se encuentran presentes en colecciones en Boston, Estados Unidos,28 y pasaron por Perú.29 Este último es el caso de una pieza de los Higgs que se sabe estuvo en Perú, hasta que fue adquirida y llevada a Europa por un coleccionista, se trata de un Reloj de repisa Jorge II con japanning azul, que hoy hace parte de una colección particular (figura 28).30 44 · El reloj de caja alta
FIGURA 29.
Reloj de ocho días. Rob.t Wood/London (inscrito), madera tallada, dorada y con jappaning, c. 1740. Imagen tomada de Looking East: Jappaning Furniture of Georgian England, catálogo del anticuario McKinnon Fine Furnuture, 2017.
Esto nos lleva a inferir que las mismas maderas y quizás lo mismos patrones técnicas y materiales circulaban por diferentes talleres vecinos de Londres con facilidad. Los objetos producidos salían con destino a clientes españoles y potencialmente americanos, quienes habilitaron su circulación desde el tiempo en que el gusto por estas piezas entró en vigor, hasta principios del siglo XIX.
con el citado registro, dicho reloj perteneció al Virrey Solís,34 a quien no pasaba desapercibida la importancia de los relojes para la vida pública. Durante su mandato Solís dispuso que se instalara el reloj de la torre del convento de san Francisco de Santafé, en 1775, “habiendo reconocido la mucha falta que hacía para el gobierno espiritual y temporal de la Comunidad”.35
Sobre la presencia de relojes de este tipo en la Nueva Granada existen pocos trabajos históricos.31 Podemos concluir, por nuestra parte, que su circulación obedeció en gran medida a su uso como objetos de lujo que obedecía más a un control sobre el tiempo y su uso que a una circulación masificada de estos aparatos entre la población. En 1793, por ejemplo, se registra la entrada de 110 relojes por Cartagena,32 un número relativamente bajo. La mención a un reloj “de salón” que podemos asociar a la pieza del Museo Colonial, alude a una pieza “con sonería”, esto es, con mecanismo musical. El historiador Ricardo Uribe asocia dicho reloj a un mecanismo de Higgs.33 Ahora bien, es poco probable que en la Nueva Granada de finales del siglo XVIII existiesen dos piezas de relojería como esta, por lo que asumimos que el reloj de salón mencionado en dicho registro es el misma que hoy alberga nuestro Museo. Es de destacar que, de acuerdo con
Otro reloj “de salón” se menciona en el avalúo de los bienes de una hacienda de la Compañía de Jesús en Panamá, en 1790, por un valor de 125 pesos.36 Esto nos lleva a pensar que para el siglo XVIII, los dueños de los relojes, o al menos quienes los solicitaban o los recibían en la Nueva Granada estaban relacionados con el poder virreinal o pertenecían a las comunidades religiosas. Solo hasta el siglo XIX empezaron a circular entre los habitantes.
Una primera acción propagandística y comercial dirigida a la sociedad en torno a estas piezas se difundió en el Correo curioso —periódico dirigido por Jorge Tadeo Lozano—, en los primeros años del siglo XIX. Allí, efectivamente, se estableció la venta de relojes abierta al público.37 Antes de que esto sucediera, piezas como estas se compraban por encargo o se obtenían como regalo. Su arribo inicial era Cartagena, Santa Marta y Guayaquil.38 Cuaderno de estudio · 45
En definitiva, el Reloj de caja alta del Museo Colonial es una pieza cuya presencia en la Santafé de finales del siglo XVII es prácticamente singular. Por ello y por las influencias que inspiraron su contenido visual y los detalles de su manufactura esta pieza es una de las más representativas de la colección museal. Sin duda, de su fascinante historia aún queda mucho por contar.
Notas 1.0 AHMC, folio 4, carpeta 6, caja 1. 2.0 Ibíd. 3.0 Fancisco-Xabier Louzao-Martínez, “El reloj chinesco del monasterio de Sobrado de los Monxes (A Coruña)”, Revista internacional de investigación en mobiliario y objetos decorativos 6, n.o 7, 2017). 4.0Fue precisamente a partir del siglo XVI que el comercio con China se consolidó realmente en Europa gracias la fundación de las compañías de las Indias Orientales en Holanda, Francia e Inglaterra. Se inició así un proceso de intercambio comercial que permearía paulatinamente el desarrollo estético de los objetos con los que se comerciaba. Los efectos de este desarrollo se consolidarían en el siglo XVIII. Para una contextualización del rol de la Compañía en el periodo citado, véase William A. Pettigrew y Gopalan Mahesh, The East India Company, 1600-1857: Essays on Anglo-Indian connection (Nueva York: Routledge, 2017). 5.0Está claro que para el siglo XVIII, tanto la Dinastía Ming, en China (siglos XVI al XVIII), como la Europa Occidental, habían desarrollado acciones estilísticas propias que, si bien tenían diferencias —debidas, desde luego, a la ubicación geográfica de ambos epicentros estilísticos—, se influyeron recíprocamente en este siglo, creando entre ellas una suerte de competencia comercial. Esto hizo que los artículos provenientes de ambos territorios se posicionaran entre los más costosos y, desde luego, los más apreciados por las élites del mundo, que en muchas ocasiones confundían indistintamente el origen de las piezas. Liu, Xin-You, Marina Cionca y María Cristina Timar, “A Comparative Study of 17th Century
Ming and Western European Chairs”, European Journal of Science and Theology 11, n.o 1 (2015): 253-262. 6.0 Elemento base que en las sillas se ubica inmediatamente debajo del cojín. Sostiene el asiento y lo une a las patas y a estas entre sí. 7.0 Los “indios chinos” en la Nueva España: La inmigración de la nao de China, 1565-1700 (Ciudad de México: Centro de Estudios Históricos y El Colegio de México, 2007), 154-195. 8.0 Para esta investigación acudimos a la versión Oxford del Smithsonian Institute en Estados Unidos, publicada en 1688. Disponible en línea en: https://library.si.edu/digitallibrary/book/treatisejapanin00stal. 9.0 Este objeto era una talla en madera que ya tenía el estilo inglés insertado. 10. Sonia Pérez Carrillo. “Imitación de la laca oriental en muebles novohispanos del siglo XVIII”, Cuadernos de Arte Colonial, n.o 3 (1987): 54. 11. Algunos ejemplos pertenecientes a lotes de subasta vendidos en 2005 por la casa Christie’s, pueden visitarse en los siguientes vínculos: http://www.christies.com/LotFinder/lot_details.aspx?in tObjectID=4425260 y http://www.christies.com/LotFinder/lot_details.aspx?p os=8&intObjectID=4425259&sid=. Es de destacar que el primero de estos relojes, el George III cream-japanned musical longcase clock (‘Reloj musical de caja alta con japanning color crema Jorge III’), manufacturado a finales del siglo XVII, tiene el mismo mecanismo que el
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reloj del Museo Colonial, por lo que puede considerarse su “hermano”, ya que la forma y el mecanismo (firmado por Higgs) provienen del mismo taller y solo difieren en su decoración exterior.
convertirse en Otro. La maravilla de la mimesis radica en que la copia se basa en el carácter y el poder del original, hasta el punto de que la representación puede incluso asumir ese carácter y ese poder”.
12. Ver los edictos de la Reina Isabel (1590) y Carlos II (1661 y 1669) autorizando a la Compañía de las Indias Orientales para constituir oficinas de carga en dominios ingleses en Asia. Véase John Shaw, Charters Relating to the East India Company from 1600 to 1761 (Oxford: Oxford University Press, 1886).
19. Thomas Chippendale, The Gentleman and CabinetMaker’s Director (Londres: Osborne Press, 1754). Pese al establecimiento de un estilo característico, que debido a su enorme popularidad entre los artesanos y carpinteros de la época llevaría el nombre de su inventor, Chippendale, él mismo señala en sus escritos que sus muebles están basados en los estilos “Gótico, Chino y Moderno” (negrillas añadidas), los cuales intentó fusionar en su obra. Los escritos de Chippendale incluyen instrucciones de construcción y decoración de muebles para “Caballeros”, esto es, para clientes de élite.
13. Para un recuento de varios ejemplos de los elementos que llegaron a la Nueva Granada, véase el Catálogo de la exposición “Viaje y tornaviaje: Bienes y rutas del Galeón de Manila”, Bogotá: Museo Nacional de Colombia, 2021. 14. La conexión es más directa entre Japón y Europa e incluso entre Japón y América. Al respecto es importante mencionar la Misión Tensho, en la que cuatro japoneses visitaron a Felipe II y al papa Gregorio XIII llevándoles biombos. También se sabe que en 1614, el shogun Tokugawa Ieyasu envió cinco biombos al virrey de la Nueva España, Luis de Velasco II. Véase, Carlos Martínez Shaw, “España y Japón en el siglo XVII: Las dos embajadas de la era Keichô (1596-1615)”, Tempus Revista en Historia General, n.o 4 (2016). 15. Una imagen de esta pieza y de su ornamentación puede verse visitando el siguiente vínculo: https://www.photo.rmn.fr/C.aspx?VP3=SearchResult_V Page&STID=2C6NU0ETU26L. 16. Véase el catálogo de la exhibición Lustrous Surfaces, realizada en el Victoria & Albert Museum entre el 14 de octubre de 2017 y el 16 de septiembre de 2018, en South Kensington, Londres. 17. Existen innumerables ejemplos de catálogos y bibliografía sobre arte asiático disponibles. Para una revisión compilada véase: Dorinda Neave, Lara C. W. Blanchard y Marika Sardar, Asian Art, (Boston: Pearson, 2014) o William Theodore de Bary e Irene Bloom, Sources of Chinese Tradition vol. 2: From Earliest Times to 1600 (Nueva York: Columbia University Press, 1999). 18. Así lo propone Michael Taussig en Mimesis and Alterity: “La mimesis es la naturaleza que utiliza la cultura para crear una segunda naturaleza, la facultad de copiar, imitar, hacer modelos, explorar la diferencia, ceder y
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20. Autores todos ingleses como William Halfpenny, con New Designs for Chinese Temples (1750); Lock & Copland, con New Book of Ornaments (1752); y Edward & Darly’s New Book of Chinese Design (1754). Ninguno de estos autores estuvo alguna vez en Asia. 21. C. Clutton ed., Britten’s Old Clocks and Watches and their Makers: A Historical and Descriptive Account of the Different Styles of Clocks and Watches of the Past in England and Abroad Containing a List of Nearly Fourteen Thousand Makers (New York: Dutton & Co., 1973) y G. H. Baillie, Watchmakers and Clock Makers of the World (Colchester: Robert Hale Ltd., 1988). 22. Dicho relej solo se diferencia del que alberga en Museo en las escenas y en sus personajes. Imágenes del reloj del Monasterio pueden verse en el siguiente vínculo: https://1library.co/document/zke8o68z-chinescomonasterio-sobrado-coruna-chinoiserie-monasterysobrado-coruna.html. 23. Louzao-Martinez, “El reloj chinesco”. 24. Subespecie de roble muy común en los bosques europeos. 25. Geoffrey Beard y Christopher Gilbert, Dictionary of English Furniture Makers 1660-1840 (Leeds: Furniture History Society y W. S. Maney and Son, 1986), 371-372. 26. María Soledad García Fernández, “Mobiliario de Felipe V: El Real Sitio de San Ildefonso”, Reales Sitios n.o 144 (2000): 36-37.
27. Luis Feduchi, Historia del mueble (Madrid: Afrodisio Aguado, 1946), 165. 28. Tara Cederholm, “Curiously Engraven: The New Art of Japanning and an Exploration of Depictions of Asia in Eighteenth-Century London and Boston”. Tercer Simposio Internacional de Conservación de Madera y Mobiliario (Amsterdam: Stichting Ebenist, 1996), 177189. Al respecto, cabe anotar que en el siglo XVIII se abrieron algunos talleres de mobiliario en Boston. Gracias a ello, sobrevivieron algunas piezas en las que se aplicó la técnica del japanning. La demanda de este tipo de piezas en América del Norte parece haber aumentado con la llegada de las piezas europeas. 29. Vendida por Sotheby´s en 2004 por $78 000 USD. https://www.sothebys.com/en/auctions/ecatalogue/lot. 180.html/2004/a-celebration-of-the-english-countryhouse-n07979. 30. Los relojes de repisa son versiones más “portables” de los relojes de péndulo. Dotados de un mecanismo interno con unos péndulos más pequeños, están diseñados para reposar sobre repisas de pared y su transporte es mucho más fácil debido a su portabilidad. Clutton ed., Britten’s Old Clocks.
(Bogotá: Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes, 2017), 63. 34. “Reloj de torre”, en Daniel Samper Ortega, Don José Solís: Virrey del Nuevo Reino de Granada (Bogotá: Pax, 1953). 35. Samper Ortega, Don José Solís, 338. 36. Uribe, “Reloj y hábito”, 66. 37. En Lia de Roux, Guido Tamayo y Ana María Rodríguez (coord.), Correo curioso, erudito, económico y mercantil 3, martes 3 de marzo de 1801 (Bogotá: Biblioteca Nacional, 1993), 32. 38. Por ejemplo, Carlos III envió a la Nueva Granada desde Londres “un reloj de péndulo y dos relojes de faltriquera [de bolsillo] con minutos y segundos”. Los tres relojes fueron enviados a José Celestino Mutis y serían usados ampliamente en la Expedición Botánica. Véase: “Título de primer Botánico y Astrónomo de la Expedición” del texto de Apolinar Federico Gredilla, “Observaciones sobre vigilias y sueños de algunas plantas”, en Biografía de José Celestino Mutis (Bogotá: Plaza & Janés, 1982), 145-147.
31. Podemos resaltar algunos en otras regiones de Hispanoamérica. Para el caso de México, véanse: Sebastián Rivera Mir, “Los relojes públicos y la unificación social del tiempo en la ciudad de México, 1882-1922”, Revista de Estudios Históricos 58 (2013): 99127 y Luis Arturo Torres Rojo, Los amos del tiempo, los artífices vivientes y los sujetos de la resistencia: Relojes públicos de la ciudad de México, 1861-1910 (México: Praxis, 2012). Para el caso de Chile, véanse Jaime Valenzuela Márquez, “La percepción del tiempo en la Colonia: Poderes y sensibilidades”, Revista Mapocho 32 (1992): 225-244 y Eugenio Pereira Salas, “Relojes y la noción del tiempo en la época colonial”, Boletín de la Academia Chilena de la Historia 68 (1963): 5-29. 32. Don Joaquín Durán y Díaz, Estado general de todo el Virreynato de Santafé de Bogotá en el presente año de 1794 (Bogotá: Banco de la República, 2012), 455. 33. Ricardo Uribe, “Reloj y hábito en la Nueva Granada: Introducción, circulación y usos de un artefacto”, en Comunicación, objetos y mercancías en el Nuevo Reino de Granada: Estudios sobre producción y circulación
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Créditos MINISTERIO DE CULTURA Ministra de Cultura Angélica María Mayolo Obregón Viceministro de Fomento Regional y Patrimonio José Ignacio Argote López Viceministra de Creatividad y Economía Naranja Adriana Padilla Leal Secretaria General del Ministerio de Cultura Claudia Jineth Álvarez Benítez MUSEO COLONIAL / MUSEO SANTA CLARA Dirección María Constanza Toquica Clavijo Museología Manuel Amaya Quintero Administración Juan Pablo Ochoa Giraldo Curaduría Anamaría Torres Rodríguez // María Isabel Téllez Colmenares Educación y Cultura Laura Emilia Fonseca Duque Jimena Guerrero Ramírez // Laura Daniela Perdomo Ramos Administración de colecciones Paula Ximena Guzmán López // Carla Medina Méndez Museografía Luis Felipe Palacio Guerrero Asistentes museográficos Armando Gutiérrez Cuesta // Alejandro Hernández Divulgación y Prensa Valentina Bastidas Cano Editorial Tanit Barragán Montilla Administración operativa Adriana Patricia Páez Ávila // José Germán León Secretaria de Dirección Irene Meneses Ruiz Auxiliares administrativos Michell Valeria Bojacá Alape // Juan Carlos Galarza Aseo, mantenimiento y cafetería EMINSER S. A. S.
CUADERNO DE ESTUDIO No. 11 El reloj de caja alta Jorge III Marzo de 2022 Investigación y textos Luis Felipe Palacio Guerrero Comité curatorial María Constanza Toquica Clavijo // Anamaría Torres // Manuel Amaya Jimena Guerrero Ramírez // María Isabel Téllez Colmenares Revisión de estilo y diagramación Tanit Barragán Montilla Imágenes Carátula y páginas 11 y 34-35: © Óscar Monsalve Pino. Páginas 10, 14, 15, 29, 30, 31, 33, 36-39, 47, 48 y 55: © Carla Medina y Luis Felipe Palacio. Página 19 Cofre Namban. Anónimo japonés, Dominio Público: https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=79422856. By User:Ash_Crow - Own work, CC BY.SA 4.0. Páginas 21-22 y 34 Armario secreter. Anónimo británico, Dominio Público: https://www.metmuseum.org/art/collection/search/632104. Página 23 Plato con decoración de durazno. Jiangxi Jingdezhen, Dominio Público: https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=37214544. By Jean-Pierre Dalbéra from Paris, France Plat (musée Guimet, Paris), CC BY 2.0. Páginas 24 y 25 Gira de inspección al sur del emperador de Qianlong. Rollo 6: El Gran Canal a su paso por Souzhou (detalle). Xu Yang. Dominio Público: https://www.metmuseum.org/art/collection/search/41493. Página 26 Gabinete portátil con cajones. Anónimo japonés. Dominio Público: https://www.metmuseum.org/art/collection/search/40331. Página 34 Gabinete buró. Anónimo inglés. Creative Commons CC0 1.0 Universal Public Domain Dedication: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bureaucabinet_from_England,_c._1730,_California_Palace_of_the_Legion_of_Honor.JPG.
Página 35 Silla lateral. Giles Grendey. Dominio público: https://www.metmuseum.org/art/collection/search/198003. Página 44 Reloj de repisa Jorge II con Jappaning. Casa de subastas Soteby’s. http://www.sothebys.com/en/auctions/ecatalogue/2009/fine-english-continental-furniture-includingsilver-ceramics-clocks-l09763/lot.69.html. Reloj de ocho días. Catálogo del anticuario McKinnon. https://issuu.com/artsolution/docs/637044391852850447?fr=sYTEzMjk0MjEy. Agradecemos a todas las personas que hicieron posible este proyecto y a quienes laboran día a día en nuestros Museos.
La serie Cuadernos de estudio se publica periódicamente en formato electrónico. Esta undécima entrega se puso en circulación el 06 de abril de 2022, desde los museos Colonial y Santa Clara, en Bogotá, Colombia con ISSN 2711-2977 Museo Santa Clara // Carrera 8 # 8-91 // (57 1) 337 6762 Museo Colonial // Carrera 6 #9-77 // (57 1 ) 342 4100 museocolonial@mincultura .gov.co
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