Indice 3 - Sintesis argumental y objetivos 4 - Mapa conceptual 5 - Contenido 32 - Anexos 42 - Créditos de la muestra
La muestra Pampa Global fue realizada durante los años 2015 - 2016 e inaugurada en abril del 2016. Los diseños, infografías, mapas, producciones gráficas, etc, son de autoria del Museo Gallardo.
Pampa global Sintesis Argumental: Los problemas ambientales, resultado de una compleja trama de procesos
históricos, están
evidenciando una crisis que nos obliga a interrogarnos sobre el sentido mismo de nuestra civilización. Nunca antes como ahora, los efectos de nuestras acciones sobre el mundo se han manifestado con tanta intensidad y con tanta amplitud, modificando los ambientes. Analizar el problema del cambio del paisaje en el sur de Santa Fe implica trascender interpretaciones disciplinarias hacia un marco más abarcativo, en el que las dicotomías Ciencias Naturales/Ciencias Sociales - Saber científico/Saber popular, desdibujen sus fronteras e integren la mayor cantidad de conocimientos posibles, a los efectos de construir un saber útil, contextualizado y humanizado. Objetivos: Comprender al ambiente como el resultante de interacciones entre sistemas ecológicos, socioeconómicos, susceptibles de provocar efectos sobre los seres vivos y la actividad humana. Demostrar la relación entre las condiciones ambientales del país y los modelos de desarrollo elegidos o impuestos en un contexto determinado. Reflexioner sobre la idea y el uso de la tierra, el agua y la semilla. Público Objetivo*: +18
*hace referencia a una especificidad de público en relación a los modos de comunicar y pensar estrategicamente una muestra. No es de caracter excluyente.
Mapa Conceptual
Contenido
Manifestando un abordaje. Esta muestra fue pensada y delineada desde un enfoque interdisciplinario, posicionándose desde un discurso que abreva en lo político, lo ético y lo poético, construyendo una narración que tendrá como eje central al hombre y su ambiente desde sus comienzos hasta la actualidad. La relación entre ciencia y cultura es un tema de debate en la sociedad actual. Su necesidad se debe, entre otras cosas, a la absurda escisión entre el ámbito socio-cultural, la tarea científica y su comunicación. Esta tendencia fue dominante durante el siglo pasado. La tradición imponía modelos en los que primaba una idea de ciencia aséptica, objetiva y aislada de la sociedad, mientras que su comunicación quedaba reducida a una actividad escasamente reflexiva. Estas visiones han tenido su correlato en los museos de ciencias, constituidos muchas veces como espacios que legitimaron las políticas científico-tecnológicas del momento y establecieron relaciones escasas y verticalistas con la comunidad. De esta manera, como sostiene Nuria Rodríguez Ortega hay que tener en cuenta la comprensión del museo como un constructo y artefacto cultural, y de sus modos de exhibición como estructuras discursivas, condicionadas casi siempre por instancias de poder, que manifiestan un orden social, político y económico, en el que se inscriben y del que forman parte. Se hace necesario re-pensar el rol que ocupa la ciencia en la sociedad y devolverla como actividad humana, social y contextuada. ¿La ciencia es realmente objetiva, aséptica y éticamente incuestionable? ¿Existe la dicotomía entre ciencias naturales y ciencias sociales, entre el saber científico y el saber popular? ¿El desarrollo de las sociedades está al margen de los impactos que genera sobre el medio natural? ¿El medio natural debe pensarse separado del medio humano?. Nuestra perspectiva de trabajo supone que la gestión y la política de la ciencia no se pueden pensar separadas de las reflexiones éticas que se desprenden de cada una de las etapas de construcción del saber, y es ajena por lo tanto, a los modelos tradicionales de ciencia que abogan por una idea objetiva del mundo, construida sobre la base de un saber metódico y neutro, exento de intencionalidad política e ideológica. Mirar el mundo, interpretarlo desde un determinado posicionamiento epistemológico y ético-político y, entonces, actuar sobre él, son las premisas que nos van a orientar en nuestra reflexión sobre las problemáticas socio ambientales que afectan a la región. Este museo, como cualquier otro, construye un relato entre tantos otros posibles
Usted está aquí y ahora. En la actualidad lo que entendemos por Pampa es una extensa región de más de 700.000 km2 (70 millones de hectáreas) que ocupa territorios de la Argentina, Uruguay y Brasil. Cubierta originariamente por pastizales, sus condiciones naturales favorecieron históricamente el desarrollo de actividades relacionadas con la producción de alimentos y el asiento de grandes conglomerados urbano-industriales, fundamentalmente desde fines del siglo XIX hasta la actualidad. Tradicionalmente se la dividió en 4 subregiones en atención a sus características climáticas, topográficas, edáficas y fitogeográficas, encontrándose así la Pampa ondulada, la Pampa deprimida, la Pampa interior y la Pampa austral. Nuestra región, Gran Rosario, se encuentra circunscripta dentro de la denominada Pampa ondulada. En ella se ha generado, con mayor intensidad desde la llegada del hombre europeo, una compleja dinámica de cambios en el paisaje en relación a los usos de la tierra y la implementación de determinadas tecnologías. En los últimos años esta dinámica viró hacia la producción de monocultivos de organismos genéticamente modificados (OGM), la utilización masiva de agroquímicos y la implementación maquinarias de siembra directa, como rasgos comunes asociados al denominado Paquete productivo de los 90s. Caracterización eco-regional del sur de la Provincia de Santa Fe. La provincia de Santa Fe posee una superficie de 133.007 kilómetros cuadrados, extendiéndose desde los 28° S en el norte hasta los 34° 23’ S en el sur. En su eje norte-sur tiene una longitud de 720 km y en su eje este-oeste alcanza los 380 km. La provincia presenta numerosos y variados ambientes. Como ya mencionamos, y de acuerdo a la clasificación realizada por Burkart, dicho territorio se encuentra subdividido en cinco ecorregiones: Chaco Seco, Chaco Húmedo, Espinal, Pampa y Delta e Islas del Paraná (Fig. 1). En función de los propósitos que guían este trabajo describiremos las dos ecorregiones que caracterizan el sur santafesino: Pampa y Delta e Islas del Paraná. Eco-región pampa. Ubicación geográfica, geomorfología y geología. La ecorregión Pampa comprende una extensa planicie ubicada en el centro Este de la Argentina. Ocupa la provincia de Buenos Aires, excepto su extremo sur, el noreste de la provincia de La Pampa y el sur de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. La llanura pampeana tiene su origen en el relleno sedimentario de la gran fosa de hundimiento tectónico que se extiende hasta la provincia de Chaco (Burkart et al. 1999). Los terrenos relativamente planos formados en el Mesozoico se fracturaron y sus bloques comenzaron un lento movimiento de descenso impulsado por las fuerzas tectónicas resultantes de la elevación de la Cordillera de los Andes y la apertura del Océano Atlántico (Frenguelli, 1936). Asimismo, en la región encontramos un basamento cristalino no muy profundo que desde el Pleistoceno fue cubierto por sucesivos depósitos fluviales, eólicos y loessicos (Matteucci,
2012), siendo los sedimentos superficiales dominantemente continentales y de procesamiento eólico. La capa más reciente está formada por un loess rico en humus formado en un clima relativamente seco, bajo una vegetación herbácea de gramíneas xerofitas. (Burkart et al. 1999; Frenguelli, 1936). La gradación granulometría de los sedimentos presenta desde textura arenosa al suroeste, hasta textura más fina al noreste (limos y arcillas típicos del loess pampeano). Los suelos predominantes en la ecorregión son los Molisoles, los cuales presentan un horizonte superficial rico en materia orgánica que se ha desarrollado en tiempos geológicos por la incorporación de residuos vegetales, principalmente gramíneas, y su mezcla con la fracción mineral (Morello et al., 2012). (Ver detalles loess…referencia a pie de página) Clima. El clima de la región es templado-húmedo a subhúmedo con precipitaciones promedios que varían entre 1.100 mm y 600 mm anuales, decreciendo de noreste a suroeste. Las temperaturas medias anuales varían de 15°C en el sur a cerca de 18° en el norte y la mayor parte de las lluvias se concentra en el período primavera-verano (Burkart et al., 1999).
Flora y fauna. Antes de comenzar con la descripción de la flora y la fauna característica de la región creemos necesario hacer una breve referencia a conceptos como biogeografía, fitogeografía y zoogeografía. Por otra parte, mencionaremos algunos factores bióticos y abióticos que son determinantes en la distribución de las plantas y los animales. La biogeografía es la rama de la ecología que estudia la ordenación geográfica de los seres vivos en su conjunto, mientras que la fitogeografía estudia específicamente la distribución geográfica de los vegetales y la zoogeografía contempla la distribución de los animales. Estas ciencias no sólo se limitan a analizar las aéreas geográficas de las distintas especies o grupos de seres vivos, sino que se ocupan también de las causas que las determinan. Son numerosos los factores ecológicos que influyen en la manera en que los organismos se distribuyen sobre el planeta. Entre ellos podemos mencionar factores edáficos, climáticos, la disponibilidad de recursos como refugios o alimentos, factores bióticos y humanos. Los factores climáticos, por ejemplo, son determinantes para las plantas, ya que cada especie requiere condiciones particulares de temperatura, humedad, intensidad lumínica o duración del día para germinar, crecer y reproducirse. Mientras que los factores bióticos hacen referencia a las
interacciones que se establecen entre los seres vivos y el modo en que estos se afectan o condicionan unos a otros: por caso, podemos mencionar que muchos organismos vegetales están íntimamente relacionados a ciertos animales, dependiendo de ello su polinización o diseminación. Asimismo, las interacciones entre predadores y presas, la herbivoría y la competencia por el espacio, los nutrientes, la luz, el alimento o el refugio son otros factores determinantes en la distribución y abundancia de los seres vivos. Finalmente, cabe destacar que el hombre es el factor biótico más relevante en la limitación o expansión de regiones biogeografías, dado que ha modificado las áreas de distribución de muchísimos vegetales y animales y ha sido la causa de la extinción e introducción de numerosas especies. Flora. La formación vegetal originaria característica de la ecoregión Pampa es el pastizal, con ausencia de elementos arbóreos (Burkart et al. 1999). Evidencias palinológicas y paleontológicas indican que los pastizales pueden haber sido el tipo de fisonomía predominante de la región, al menos desde el periodo cuaternario (Ghersa y León, 2001, citado en Bilenca y Miñaro, 2004: 8). El intensivo uso agrícola y ganadero de nuestra región trajo aparejado una profunda transformación del paisaje, generando la destrucción casi completa de la vegetación prístina pampeana. En este sentido, las características florísticas naturales se deducen a partir de los relatos de los naturalistas del pasado y de pequeños relictos de vegetación que se conservan en las cercanías de las vías férreas, los campos poco alterados por el pastoreo o en pequeñas áreas urbanas donde no es posible practicar la agricultura. La vegetación dominante de la ecorregión Pampa, limitándonos en este caso a su extensión santafecina, eran las praderas o pseudoestepas de gramíneas, conformando densas matas entre las que crecían numerosas especies herbáceas. Los pastizales presentan generalmente dos períodos de reposo: uno durante la estación fría y otro durante el verano, floreciendo al comienzo de la primavera (Cabrera & Willink, 1980). Las comunidades más importantes de las mencionadas pseudoestepas de gramíneas son los flechillares, y se caracterizan por la presencia y abundancia de especies del género Nassella y Jarava. Los flechillares tienen una alta riqueza florística, aunque la mayoría de sus especies son poco frecuentes, y varían en su composición dependiendo de los distintos tipos de suelos, las variaciones en las sales en superficie y la disponibilidad de agua. En los suelos más altos y mejor drenados se observa una presencia abundante de Jarava plumosa (“flechilla mansa”) y Bothriochloa laguroides var. laguroides (“cola de liebre”), siendo esta última su codominante fisonómica. Otro tipo de flechillar es el que aparece en suelos más bajos y húmedos, presentando generalmente cierto grado de salinidad. En este caso Nassella hialina (“flechilla mansa”) y Sporobolus indicus (“pasto alambre”) son las especies dominantes; por debajo de este estrato alto es común encontrar un estrato denso de Phyla canescens (Lewis, 1981; Lewis, 1979; Pensiero et al., 2005). En suelos más bajos y halomórficos (suelos que presentan exceso de sales solubles) encontramos comunidades halófitas (con afinidad a las sales) donde se destacan: las “praderas saladas”, las “vegas” y los “espartillares”. Las “praderas saladas” están compuestas por pocas especies y se
caracterizan por la dominancia de Distichlis spicats var. spicata (“pelo de chancho”), acompañada en lugares más húmedos por Paspalum vaginatum (“gramilla blanca”). Dentro de estas praderas, en las depresiones más húmedas, aparecen las “vegas” de Schoenoplectus americanus (“junquillo”), y cuando el suelo es más alcalino se desarrollan los “peladales”, una comunidad de cobertura muy baja dominada por Sporobolus pyramidatus. En los suelos salinos y bajos que están sometidos a períodos largos de inundación encontramos los “espartillares”, quienes suelen estar representados por dos especies de espartillos: Spartina argentinensis y Spartina densiflora (Lewis, 1981; Lewis, 1979; Pensiero et al., 2005) Finalmente, en áreas muy bajas podemos hallar comunidades menores asociadas a las lagunas o a pequeñas depresiones inundables. Estas comunidades se caracterizan por la presencia de especies que crecen en suelos con abundante agua y su composición florística varía de acuerdo al tamaño y la profundidad de las depresiones. Las más comunes son los “juncales” de Schoenoplectus californicus var. Californicus (“junco”), los “pajonales” de Paspalum quadrifarium (“paja mansa”), las “vegas” dominadas por algunas especies del genero Eleocharis y las “pradera” compuestas por especies del genero Ludwigia , Poligonum punctatum (“catay”), Echinochloa helodes (“capín”), Luziola peruviana (“pastito de cañada”), Leersia hexandra (“pastito de agua”), Paspalum distichum (“pasto dulce”), entre otras especies (Pensiero et al., 2005). Fauna. Entre las especies de fauna de mamíferos que conforman la Pampa se destacan los herbívoros de gran porte, hoy prácticamente desaparecidos como el llamado “venado de las pampas” (Ozotoceros bezoarticus), especie de la que sobreviven menos de 2000 ejemplares en Argentina, y el “guanaco” (Lama guanicoe). Dentro de los carnívoros se encuentran: Puma concolor (“puma”), Leopardus geoffroyi (“gato montés”), Dusicyon gymnocercus (“zorro gris pampeano”), Conepatus chinga (“zorrino”) y Galictis cuja (“hurón”). Otros mamíferos conspicuos son Lagostomus maximus (“vizcacha”), cuises como Cavia aparea (“cuis pampeano”), Myocastor coypus (“coipo”), Chaetophractus villosus (“peludo”), Dasypus hybridus (“mulita pampeana”) y distintas especies de tuco-tuco, entre otros (Burkart et al. 1999; Bilenca et al., 2004). En cuanto a las aves nos limitaremos a nombrar solamente algunas, ya que la ecorregión Pampa registra un número cercano a las 300 especies (Matteucci, 2012). Entre ellas podemos nombrar a Rhea americana (“ñandú”), Chauna torquata (“chajá”), Rynchotus rufescens (“colorada”), Nothura maculosa (“inambú común”), Vanellus chilensis (“tero”), Athene cunicularia (“lechuza vizcachera”), Asio flammeus (“lechuzón de campo”), Zonotrichia capensis (“chingolo común”), Colaptes campestris (“carpintero campestre”), Sturnella defilippii (“loica pampeana”), Furnarius rufus (“hornero”), Asthenes hudsoni (“espartillero pampeano”). Por su parte, en los ambientes acuáticos se destacan distintas especies de “gallaretas”, “pollonas” y “garzas” y Ciconia maguari (“cigüeña americana”). Mientras que algunos pastizales pampeanos son importantes centros de concentración de aves migratorias del hemisferio norte y de la Patagonia (Burkart et al. 1999; Bilenca et al., 2004; Narosky y Yzurieta, 2003).
Eco-región Delta e islas del Paraná. Ubicación geográfica y geomorfología La ecorregión Delta e Islas del Paraná comprende los valles de inundación del trayecto medio del río Paraná, el tramo inferior del río Paraguay (Bajo Paraguay) y, en su porción más austral, incluye el antiguo estuario marino ocupado por el delta del Paraná y el cauce del río de la Plata (Figura 1). Se extiende de norte a sur a lo largo de la llanura chaco-pampeana encajonada en una gran falla geológica (Burkart et al. 1999). El río Paraguay es el principal tributario del río Paraná y nace en Brasil. Su porción argentinoparaguaya es la que se corresponde con el Bajo Paraguay y se inicia en su confluencia con el río Pilcomayo, continuando hasta su desembocadura en el río Paraná. Por su parte, el río Paraná también nace en Brasil, extendiéndose desde el pantanal del Mato Grosso hasta el río de la Plata. Teniendo en cuenta sus características geomorfológicas e hidrológicas, el Paraná es dividido generalmente en cuatro tramos: el Alto Paraná, el Paraná superior, el Paraná medio y el Delta (Figura 2). Los dos últimos tramos son los que están incluidos en la ecorregión Delta e islas del Paraná. El Paraná medio se extiende desde su confluencia con el río Paraguay hasta la ciudad de Diamante en la provincia de Entre Ríos, donde comienza el Delta que se prolonga hasta el Río de la Plata. Finalmente, el Río de la Plata corresponde a un estuario que se extiende desde la porción terminal del Delta y la desembocadura del río Uruguay hasta el océano Atlántico (Matteucci, 2012a y Brown, 2006). La ecorregión Delta e islas del Paraná constituye un territorio dinámico caracterizado por un conjunto de macroecosistemas de humedales de modelado fluvial (*1). Representa un paisaje de islas bajas e inundables, delimitadas por los brazos laterales y los causes principales de los ríos y extensos bajos ribereños. La misma es considerada una ecorregión de tipo “azonal”, ya que sus características cambiantes no responden a los factores continentales de gran escala como el clima y la geología de las zonas que atraviesa, siendo la fuerte acción de los ríos la principal modeladora de toda la ecorregión. La dinámica fluvial actúa por arrastre y deposición de sedimentos acarreados por los grandes ríos desde las mesetas y montañas en las que nacen. Estos procesos son pulsátiles: alternan picos de inundación con períodos secos (las fluctuaciones en la altura del río son anuales con bajantes en primavera y alturas máximas en otoño). Las grandes lluvias en las altas cuencas producen el desborde de los ríos Paraná y Paraguay y la inundación de las islas vecinas. Estos desbordes provocan la disminución brusca de la velocidad de las aguas generando, en primer lugar, la deposición de sedimentos gruesos sobre las márgenes de los causes y forman los albardones que bordean a las islas. Las islas adquieren así la forma de cubeta con materiales gruesos y porosos y bordes más elevados que su interior. Por otra parte, la misma dinámica hidrológica forma canales de interconexión que corta los albardones y permite el anegamiento o drenaje de las islas según el nivel del agua. En este sentido, el río con sus crecientes y bajantes va transformando permanentemente el paisaje (Burkart et al. 1999). Clima.
El clima de la ecorregión Delta e Islas del Paraná es templado húmedo. La presencia permanente de cuerpos de agua genera efectos climáticos locales de alta humedad ambiente y poca amplitud térmica, tanto diaria como estacional. Esto ha permitido la presencia de comunidades y especies típicas de las eco-regiones subtropicales húmedas del noreste del país en latitudes templadas, llegando incluso hasta la provincia de Buenos Aires (Burkart et al., 1999). Asimismo, debido a la gran amplitud latitudinal de la ecorregión (se extiende desde los 25,42° Latitud sur a los 36,33° Latitud sur), ésta presenta gradientes de temperaturas y precipitaciones en toda su extensión (Matteucci, 2012a). *1 - Humedales. El término humedales se utiliza para determinar áreas que permanecen en condiciones de anegamiento o inundación o, por lo menos, con suelos saturados con agua durante períodos de tiempo considerables. El aporte de agua puede ser de origen marino, fluvial, pluvial o freático. El régimen hidrológico, a su vez, puede ser muy variable en cuanto a la frecuencia e intensidad de la inundación o el anegamiento, permanencia y tasa de recambio de agua. Los humedales se distinguen, también, por las características particulares de sus suelos que reflejan la dinámica hidrológica local (hidromorfismo), y por la presencia de plantas adaptadas a las condiciones de inundación o de la alternancia de exceso y déficit hídrico. De esta manera los humedales no son necesariamente transiciones (ecotonos) entre los sistemas acuáticos y terrestres, sino que poseen características estructurales y funcionales propias. Estos sistemas cumplen funciones sumamente importantes tales como:
-Reserva y purificación de agua. -Amortiguación de inundaciones. -Papel crítico en el ciclo de vida de numerosas especies de fauna y flora. -Sumidero de carbono. -Importantes productores primarios. -Sitios acumuladores y/o exportadores de sedimentos, materia orgánica y nutrientes. -Sostén de cadenas tróficas de sistemas vecino. -Sitios aptos para numerosas actividades de turismo y recreación. -Sostén económico de numerosas poblaciones locales. -Áreas de alta biodiversidad y con importantes recursos naturales para el hombre. (Fuente: Kandus, et al., 2006)
Algunas características particulares de la zona del Delta del Paraná. La provincia de Santa Fe está incluida dentro de la ecorregión Delta e islas del Paraná (específicamente en el Paraná Medio y en una porción del Delta). El Delta, como ya mencionamos, se extiende a lo largo de 320 km entre el sur de Diamante y el Río de la Plata, enmarcada por la región pampeana santafecina, entrerriana y bonaerense. Dicha porción del Delta suele dividirse en tres tramos: superior, medio y bajo. El Delta superior se extiende desde Diamante (Entre Ríos) hasta Villa Constitución (Santa Fe), que es a partir de donde se inicia el Delta medio. Este se prolonga hasta Ibicuy (Entre Ríos), donde comienza la zona del Bajo Delta que se extiende hasta el Río de La Plata. A diferencia de lo que ocurre en el Paraná Medio, en el Delta superior y en el Delta Medio las barrancas se encuentran sobre la margen derecha (sur) y la planicie de inundación se extiende por la margen izquierda del río. En tal sentido, es importante destacar que el sector de islas más extenso dentro del Delta corresponde al departamento de Victoria (Entre Ríos) (Figura 3). En el Bajo Delta la planicie de inundación se encuentra sobre la margen derecha del río (Matteucci, 2012a; Taller Ecologista). El Delta del Paraná es el último de una cadena de macrosistemas de humedal (sensu Neiff 1994) que se emplazan a lo largo del eje fluvial Paraguay-Paraná, comenzando en Brasil con el gran Pantanal y continuando con los humedales asociados al curso del río Pilcomayo, los Esteros del Iberá, los bajos submeridionales y la planicie de inundación misma a lo largo del Paraná Medio. El río Paraná, con sus 4.000 kilómetros de longitud, drena una superficie de 2.600.000 kilómetros cuadrados y comprende muy diversas regiones geológicas, climáticas y biogeografías. Es el único de los grandes ríos del mundo que circula desde latitudes tropicales hasta una zona templada, confluyendo junto al Uruguay en el estuario del Río de la Plata. La descarga media anual del Paraná es de 16.000 m3/s con picos de 60.000 m3/s (Soldano, 1947) y la carga de sedimentos en suspensión es de más de 100 millones de toneladas por año, en su mayor parte aportadas por el río Bermejo, vía el río Paraguay, lo cual determina el permanente “avance” del Delta sobre el estuario del Plata (Sarubbi et al. 2004). La región del Delta del Paraná constituye así un extenso mosaico de humedales diferentes: es una compleja planicie inundable con características biogeográficas y ecológicas únicas en la Argentina (Malvárez, 1997; Violante, et al. 2007). Especies de linaje subtropical –chaqueño y paranaense– penetran a través de los ríos Paraná y Uruguay, coexistiendo con otras provenientes de las vecinas llanuras pampeana y mesopotámica de clima templado. Asimismo, la elevada heterogeneidad ambiental determina la yuxtaposición de diferentes comunidades de flora y fauna, otorgándole a la zona una alta diversidad ecológica, mucho mayor que la esperada para otras áreas terrestres a la
misma latitud. (Malvárez, 1997). Finalmente podemos subrayar que las condiciones ambientales que diferencian al Delta de su entorno regional y que determinan su heterogeneidad interna se deben a la acción de tres factores básicos: el régimen climático diferenciado, producto del efecto modulador de las grandes masas de agua presentes; los procesos geomorfológicos actuales y del pasado reciente y; finalmente, el régimen hidrológico actual. Flora. - Extractado de Oakley, L, D. Prado y J. F. Pensiero. 2005. Aspectos fitogeográficos de la provincia de Santa fe, en: Pensiero, J. F., H. F. Gutiérrez, A. M. Luchetti, E. Exner, V. Kern, E. Brnich, L. Oakley, D. Prado, J. P. Lewis. Flora vascular de la provincia de Santa Fe: claves para el reconocimiento de las familias y géneros: catálogo sistemático de las especies. Universidad Nacional del Litoral.
La geomorfología y las condiciones hidrológicas, particularmente la frecuencia, duración e intensidad de las inundaciones, determina un patrón recurrente en la vegetación nativa de la ecorregión (Matteucci, 2012a). El régimen pulsátil del río provoca procesos constantes de construcción y deconstrucción del sustrato y deposición diferencial de sedimentos aluviales, lo cual determina una distribución particular de las comunidades vegetales en el espacio. Según su fisonomía estas comunidades pueden ser agrupadas en arbóreas, arbustivas y herbáceas (Franceschi y Lewis, 1979). - Comunidades arbóreas Sobre los albardones presentes en las márgenes de los riachos y en el interior de las islas, que presentan suelos más desarrollados y mas arcillosos que los del resto del valles, se asientan los denominados “Bosques Insulares”. Son fajas estrechas de árboles que varían desde una sola hilera hasta casos extremos de un ancho de 70 metros. Se caracterizan por la presencia de Alvizia inundata (timbó blanco), Enterolobium contortisiliquum (timbó colorado), Inga vera subsp. affinis (ingá), Myrsine laetevierens (canelón), Nectandra Angustifolia (laurel amarillo), Rupretchia laxiflora (viraró), Sapium haematospermun (curupí), Terminalia triflora (palo amarillo), entre otros. Hacia el norte de la provincia de Santa Fe los Bosques Insulares son florísticamente más ricos y se pueden agregar varias especies de linaje chaqueño y se los denomina localmente “Monte Blanco”. Sobre las márgenes de los riachos más jóvenes, el estrato arbóreo es florísticamente más pobre, siendo las comunidades más características los “Curupisales” de Sapium haematuspermum (curupí), los “Seibales” de Erythrina crista-galli (seibo) y los “Timbosales” de Alvisia inundata (timbó blanco). Sobre los albardones arenosos, de formación más reciente, se asientan los “Sauzales” de Salix humboltiana(sauce criollo). En estas comunidades todos los árboles son coetáneos (Franceschi et al., 1985); las mismas pueden diferenciarse en “sauzales jóvenes”, cuando fuera del estrato arbóreo no tienen otras especies ya sean arbustos, hierbas o enredaderas, y en “sauzales senescentes”, con individuos de gran altura y edad, una gran cantidad de enredaderas y un profundo estrato herbáceo. En los bancos de arena se instalan los “Alisales” de Tessaria integrifolia var. integrofolia (aliso de río). Un esquema de sucesión propuesto para estas comunidades es el siguiente (Franceschi y Lewis, 1979):
alisales > sauzales jóvenes > sauzales senescentes > bosques insulares - Comunidades arbustivas. En los distintos tipos de albardones, en algunos casos formando mosaicos con las comunidades arbóreas vecinas, se destacan los “Chilcales” de Baccharis salicifolia (chilca), los “Matorrales” de Mimosa pigra (carpinchera) y de Hibiscus straiatus (rosa del bañado), los “Picanillares de Guadua paraguayana (picanilla) y los “Sangrosales” de Croton urucurana (sangre de dragón). En las depresiones internas de las islas, con suelos anegables son comunes los “Varillares” de Solanum glaucophyllum (Varilla) y los “Caferales” de Sesvania virgata (caderá o rama negra). - Comunidades herbáceas. Estas comunidades son muy heterogéneas y su distribución espacial está ligada al nivel que llega el agua durante los periodos de inundación. En aguas relativamente profundas hay comunidades de plantas flotantes libres y arraigadas, entre las que se destacan los “Camalotales” de Eichhornia azurea o E. crassipes (camalotes), los “Repollares” de Pistia stratiotes (repollito de agua), y en algunos lugares, grandes espacios cubiertos por Victoria cruziana (irupé). Donde el agua alcanza menor profundidad durante las crecientes y la superficie del suelo llega a secarse durante el estiaje, son comunes los “Canutillares” de diversas gramíneas higrófitas como Echinochloa polystachya (canutillo mayor), Hymenachne amplexicaulis (carrizo chico), Oplismenopsis najada, Panicum elephantipes (carrizo), etc.; los “Verdolagales” de Ludwigia peploides subsp. peploides (verdolaga): y los “Cataysales” dominados por distintas especies del género Polygonum (catay). En el interior de las islas, entre las depresiones y los albardones, donde el suelo es algo mas alto y por lo tanto menos afectado por las crecientes, se encuentran los “Pajonales” de Panicum prionitis (paja brava), comunidad que en la porción norte del valle domina el paisaje. Finalmente, otras comunidades de plantas helófitas que se pueden encontrar son los “Juncales” de Shoenoplectus californicus var californicus (junco), los “Pirizales” de Cyperus giganteus (pirí) y los “Totorales de Thyha domingensis o de T. latifolia (totora). Fauna. Las comunidades vegetales brindan refugio, alimento y sitios de nidificación a una diversa fauna de aves, mamíferos, reptiles y anfibios, y la variada vegetación sumergida y emergente provee refugio y alimentación a moluscos, crustáceos, oligoquetos, insectos y una gran cantidad de peces. Si sólo consideramos las especies más conspicuas, los peces y las aves son los grupos más diversos. Hay más de 200 especies de peces observadas en el Delta, aunque ninguna es endémica de la región (Almirón et al. 2008, Liotta 2006). Las especies más conocidas por su valor comercial son las migradoras: los surubíes (Pseudoplatystoma corruscans y P. fasciatum), el patí (Luciopimelodus pati), el manguruyú (Paulicea lüetkeni), los armados (Oxydoras kneri y Pterodoras granulosus), el dorado (Salminus brasiliensis), la boga (Leporinus obtusidens), el sábalo (Prochilodus lineatus.), el pacú (Piaractus mesopotamicus) y el pirapitá (Brycon orbygnianus), entre otros (Baigún y Oldani, 2005). Como dato hay que tener en cuenta que el sábalo constituye más del 50% de la biomasa íctica y está sujeto a una
importante pesca comercial para exportación (Baigún et al. 2009). Entre las aves se destacan el biguá (Phalacrocorax olivaceous), el biguá víbora (Anhinga anhinga), la garzas blancas (Ardea alba, Egretta thula y Ardea ibis), la garza mora (Ardea cocoi), las cigueñas (Mycteria americana y Ciconia maguari), el carao (Aramus guarauna), el ipacaá (Aramides ypecaha), el chajá (Chauna torquata), los cuervillos (Plegadis chihi y Phimosus infuscatus), los cisnes (Cygnus melanocoryphus y Coscoroba coscoroba), la pava de monte común (Penelope obscura), el federal (Amblyramphus holocericeus), los cabecita negra (Carduelis sp.), las gallaretas (Fulica spp.) y varias especies de macáes (Podiceps spp.), gallinetas (Rallus spp.), chorlos y playeros (Charadriidae y Scolopacidae). Aves rapaces como el caracolero (Rostrhamus sociabilis), el taguató (Buteo magnirostris), el aguilucho colorado (Heterospizias meridionalis) y el carancho (Caracara plancus) son muy comunes en la región. Además existen varias especies de patos, entre los que se destacan el pato real (Cairina moschata), el cutirí (Amazonetta brasiliensis), el capuchino (Anas versicolor), el sirirí pampa (Dendrocygna viduata), el sirirí colorado (Dendrocygna bicolor) y el picazo o crestón (Netta peposaca), los cuales son objeto de una intensa caza deportiva y de subsistencia. Los mamíferos más comunes de la zona son el carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris), el coipo (Myocastor coypus), el lobo de río (Lontra longicaudis), el ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), el gato montés (Oncifelis geoffroyi), la comadreja colorada (Lutreolina crasicaudata) y la rata colorada (Holochilus brasiliensis). Estos mamíferos conviven con otras especies de linaje chaqueño o pampeano como el zorro de monte (Cerdocyon thous) y la comadreja overa (Didelphis albiventris). Finalmente, entre los reptiles, se destacan el yacaré (Caiman yacare), el lagarto overo (Tupinambis merinae), las tortugas de agua (Phrynops hilarii, entre otras), la boa curiyú o anaconda amarilla (Eunectes notaeus) y la ñacaniná (Hydrodinastes gigas). Cambios. Esto que hoy es, no siempre fue y seguramente no será así en el futuro. Los problemas ambientales, resultado de una compleja trama de procesos
históricos, están
evidenciando una crisis que nos obliga a interrogarnos sobre el sentido mismo de nuestra civilización. Nunca antes como ahora, los efectos de nuestras acciones sobre el mundo se han manifestado con tanta intensidad y con tanta amplitud, modificando los ambientes. Analizar el problema del cambio del paisaje en el sur de Santa Fe implica trascender interpretaciones disciplinarias hacia un marco más abarcativo, en el que las dicotomías Ciencias Naturales/Ciencias Sociales - Saber científico/Saber popular, desdibujen sus fronteras e integren la mayor cantidad de conocimientos posibles, a los efectos de construir un saber útil, contextualizado y humanizado. Ambiente. El ambiente es la complejidad del mundo. Enrique Leff. “Ambiente es cruce que se establece entre la naturaleza y la sociedad; un cruce necesario en el cual las sociedades se relacionan con la naturaleza de diversas maneras y a través de diversas tecnologías. La influencia entre sociedad y medio son bidireccionales, al igual que la acción antròpica modifica o
altera los ecosistemas naturales, del mismo modo los fenómenos y procesos sociales se ven influidos por los factores ambientales en un proceso continuo de retroalimentación”. Arqueología de la sociología ambiental. Antonio Aledo. J. Andrés Domínguez. Antes de comenzar. La aparición del hombre significo el comienzo de una modificación a gran escala de los ecosistemas del planeta. “Los hombres no siempre destruyen la naturaleza a veces lo que hacen es transformarla en todo cambio hay fenómenos de construcción y de destrucción las dos son representaciones de las acciones humana sobre el universo, las distintas maneras de uso de la naturaleza por una especie dominante”. Brailovsky. La cultura, compuesta por los sistemas de creencias, la organización social y los desarrollos tecnológicos condicionó y condicionan el modo en que las sociedades se relacionan con la naturaleza, produciendo modificaciones en el ambiente. Diferentes grupos humanos tienen actitudes distintas frente a su entorno, dependiendo de su manera de ver el mundo. Las condiciones ambientales de una región están relacionadas con el estado de desarrollo social, económico y político por el que atraviesan. Sin embargo este puede ser elegido o impuesto. “Las sociedades, en diferentes contextos históricos, tuvieron diferentes miradas sobre la naturaleza” Cada época percibe de otro modo a su entorno Cristóbal Colon encontró el paraíso terrenal en las selvas tropicales las mismas que a principios de siglo XX fueron calificadas como el infierno verde, para los indios la selva era simplemente su hogar, para los españoles fue alternativamente infierno o paraíso, para algunos hombres de nuestro tiempo es fuente de recursos naturales (caucho , tierra, madera y oro) mientras para otro un ecosistema a ser preservado cuidadosamente”. Brailowsky. Intentaremos una aproximación a algunas de ellas, para lo cual se subdividiremos en etapas diferentes periodos de nuestra historia para poder analizarla en términos ecológicos. Prehispánico. A lo largo de la prehistoria desarrollamos un conocimiento profundo de la naturaleza, mediante la observación y el entendimiento, realizando así una gran tarea que dio comienzo a la selección vegetal. Competimos por los recursos sobrellevando tensiones, sometimientos y guerras en torno a esto. Nos adaptamos a diversos ecosistemas que posibilitaron el sostenimiento en condiciones de sustentabilidad de los recursos naturales involucrados. Generamos desastres ecológicos que llevaron al abandono de importantes centros poblados y a la dispersión de sus habitantes. No hay un grupo humano que sea más ecológico que otro, solo existen situaciones concretas que hay
que analizar particularmente. Infierno o paraíso? - 1490 – 1810. “El miedo a la naturaleza estaba asociado al miedo a los hombres, no se sabía si tenían alma…” Brailowsky. Sin embargo, el alma era una cualidad que conformaba el carácter de humano, sin el cual no tenía sentido la evangelización, que justificaría sometimientos y cambios radicales de creencias. “Nos, aunque indignos, ejercemos en la tierra el poder de nuestro señor…consideramos sin embargo que los indios son verdaderos hombres y que no solo son capaces de entender la fecatólica, sino que, de acuerdo con nuestras informaciones , se hallan deseosos de recibirla” Bula Sublimis Deus.1537. Pablo III. Al momento de pisar el actual suelo santafesino, los indios ya tenían alma… “La conquista”, desde el punto de vista ecológico significo una brutal reducción de la diversidad de uso de los recursos naturales bajando las potencialidades de los ecosistemas por complejas relaciones de poder económico y social. Aparece con la llegada del europeo un trasplante de las condiciones de origen a un entorno ajeno del cual se debían extraer mercancías. El paisaje comienza a sufrir modificaciones, la degradación de la naturaleza llevada adelante por los conquistadores se presenta como un mejoramiento a veces con finalidad productiva rutas comerciales y bienes a comercializar y otras como otra forma de desintegrar el espacio y para viabilizar la dominación. En nuestro territorio, con la entrada de los españoles el espacio de los pueblos originarios comenzó a desintegrarse. Diferentes expediciones como la de Sebastián Gaboto, pero especialmente aquella que resultó en la fundación de Santa Fe, comenzaron a crear un espacio europeo y cristiano. Había que organizarlo todo en una jerarquía divina y pacificar a sus habitantes, marcando el territorio con ciudades e iglesias. La creación del Virreinato del Perú en 1544 aseguró a la corona española el dominio sobre la mayor parte de las tierras de la cuña hidrográfica de la Cuenca del Plata. Los ríos fueron los organizadores del espacio en tiempos prehispánicos, la historia de Santa Fe no puede comprenderse sin considerar esa relación que se constituyó en la principal vía de circulación de hombres y recursos. La ciudad se asentó sobre la erosionable barranca arenosa del río San Javier, en el litoral paranaense argentino y el río Paraná, la frontera oriental del espacio santafesino, fue la gran vía de penetración al interior del continente. La ciudad actuó como desarticulador de la organización espacial anterior y se configuró a partir de jerarquías sociales importadas, de la modificación de las actividades productivas y de una forma absolutamente diversa de representar el universo.
Posteriormente, en 1650 el cabildo consignó a un grupo de vecinos para que marcharan a elegir el nuevo sitio. El espacio elegido fue el “rincón de la estancia de Lencinas”, en el vértice que formaba el río Salado al desembocar en el Paraná. Esta ubicación le daba a la ciudad una defensa natural contra los avances indígenas. Sin embargo, había otra razón poderosa. El nuevo sitio constituía un puerto natural del Paraná, con lo que se solucionaba el problema de navegación y circulación de mercaderías. El traslado se transforma en una estrategia territorial concreta del grupo de poder para mejorar sus condiciones y ampliar sus posibilidades económico-políticas. Desde una perspectiva sanitaria la introducción de gérmenes y bacterias. La pampa como espacio sin límite - 1810 – 1860. “En este contexto no hay nada por conservar, todo sobra todo es excesivo, todo puede ser utilizado sin limites.” Brailowsky. “La inmensa extensión del país que está en sus extremos es enteramente despoblada y ríos navegables posee que no ha surcado aun el frágil barquichuelo. El mal que aqueja a la republica Argentina es la extensión, el desierto la rodea por todas partes, se la insinúa en las entrañas, la soledad, el despoblado sin una habitación humana son por lo general los limites incuestionables entre unas y otras provincias. Allí la inmensidad por todas partes, inmensa la llanura, inmenso los bosques, inmenso los ríos, el horizonte siempre incierto , siempre confundiéndose con la tierra entre celajes y vapores tenues que no dejan en la lejana perspectiva señalar el punto en el que el mundo acaba y principia el cielo.” El Facundo. D.F. Sarmiento. Las condiciones de producción cambiaron por el agotamiento de las minas de oro plata y solo en función de este. El nuevo modelo, no se basa en el rescate de saberes ancestrales sino en responder a un esquema que continuaba siendo impuesto por “nueva metrópoli económica”. La ganadería extensiva es, por recomendación de Buenos Aires, la práctica comercial a llevar adelante, limitando así las posibilidades y modificando nuevamente el entorno. Durante la primera mitad del siglo XIX el paisaje que corresponde al territorio Santafesino es de fisonomía árida. Sobre el fin del período se desarrolla la expansión de la ganadería lanar, la invasión ovina. La dedicación a los cultivos se ve obstaculizada por las plagas de langostas. En 1845, Darwin retrata la situación afirmando que el fuego se usaba para espantar a los indios y mejorar las pasturas, McCann (viajero por las pampas en 1847) agrega que esta práctica también era responsable de la muerte de muchos animales y la destrucción de muchas viviendas que no podían hacer frente al fuego. Con el tiempo los rodeos reemplazan las vaquerías, el establecimiento de las plantas de salado y la cría de ovejas representan otro cambio sustancial en el uso de los pastizales. A mediados de S XIX se asientan las primeras colonias en la provincia, un tipo de organización social en el que se articula la propiedad de la tierra y el trabajo familiar con un fin agrícola. Esperanza, San Carlos y San Gerónimo son las primeras en ser conformadas como el inicio de una etapa que seguiría moldeando el ambiente y que terminaría por modificar la estructura socioeconómica y productiva.
La construcción del desierto - 1860 – 1930. En la segunda mitad del siglo XIX, asistimos a cambios profundos en el orden económico provocado por la expansión y consolidación del capitalismo a escala mundial. Se conforma el estado nación que propicia y desarrolla este nuevo orden social y de ideas que llegan desde afuera. Los burgueses locales optan por ser proveedores de alimentos y materias primas, por lo cual la tierra es una prioridad. Se pasa de un modelo ganadero a uno cerealero, aplicando nuevas tecnologías. Los espacios deben ser, productivos y rentables, los lugares que no cumplían con estas condiciones o que se regían por otras maneras de comprender el mundo eran considerados espacios vacíos. La conquista del desierto, si bien no se llevó adelante en Santa Fe ,denota el origen social de una categoría vinculada a la naturaleza, con una marcada intencionalidad política. Se invisibilizan y someten entonces a sociedades que ocupan el territorio con una lógica diferente a la impuesta. Los museos de ciencias naturales, bajo un paradigma positivista, funcionaron como aparatos legitimadores de una ideología que ordenó y mostró una naturaleza desvinculada de las acciones sociales y en donde las comunidades indígenas son parte de la naturaleza a dominar y a exhibir salas. En la provincia de Santa fe se amplían y definen fronteras que luego permitirán la multiplicación de colonias agrícolas, estimuladas por la articulación entre agricultura y transporte ferroportuario y la llegada de capitales extranjeros para la extracción de recursos y explotación de poblaciones. La industria del tanino en el Chaco santafesino, es un claro ejemplo de la economía extractiva en la que no se contemplo la reforestación atendiendo a su permanencia temporaria en la región, lo cual produjo efectos negativos tanto para las poblaciones como para el ambiente. En términos generales la destrucción ecológica, la sobre explotación de recursos naturales y la degradación ambiental han caracterizado los procesos de ocupación de tierras boscosas en la economía capitalista. La fisonomía de la pampa triguera se fue modificando de la mano del ferrocarril, los caminos, las colonias, las empresas, los cultivos, el inmigrante, los alambrados y los molinos. Las vías de comunicación santafesinas dibujaban una red radio céntrica, construida a partir de las ciudades puerto de Santa Fe y Rosario, se unifican así costumbres, estilos de vida y paisajes. Las autovías comienzan a tomar importancia en la obra pública por el gran ingreso de automotores y se organiza el cordón industrial. Chimeneas y ríos de colores - 1930 -1976. La crisis mundial del 1929 termina, temporalmente con el modelo agroexportador, que luego se retomara en el proceso de reconstrucción de la Europa de la pos guerra, permitiendo una acumulación de excedentes y una renovación tecnológica que será utilizada para el proceso de sustitución de importaciones. El territorio sigue ordenándose y modificándose según las demandas y oportunidades externas. La acumulación de capital posibilita el financiamiento de la industria local que crece sin cuestionarse el precio ecológico de sus acciones. Desde la perspectiva de la ecología urbana se produce el fenómeno de metropolización de las grandes ciudades debido a las migraciones masivas
del campo a la ciudad por la demanda de mano de obra y la mayor posibilidad de trabajo, aunque precarizado, cerca de estas. Se extienden los cordones industriales y se ocupan los espacios de un modo desordenado y sin planificación. La tendencia a la vida urbana es común a todo el litoral. Los cambios en el modelo de industrialización aceleran la contaminación del agua, el aire y el suelo con sus repercusiones sobre quienes lo habitan. Surgen como acciones aisladas políticas ambientales. En la provincia de Santa fe, en la cuenca del Arroyo saladillo se instala el frigorífico Swift, que evidencia la re reconfiguración de un paisaje urbano, con implicancias ecológicas. En el saladillo los efectos de la implantación del frigorífico avanzaron sobre la contaminación de la atmosfera, la belleza del paisaje y la utilización recreativa de este espacio que pasa de balneario a matadero. La idea de fertilidad ilimitada del suelo comienza a perder fuerza, se aplican pesticidas con el único objetivo de aumentar el volumen de las cosechas. La agricultura industrial comienza a tener un crecimiento exponencial a partir de la revolución verde que nace aparentemente para palear una crisis alimentaria de los países subdesarrollados. Comienza así un posicionamiento de los monocultivos como única posibilidad y la construcción de un mito, generado por sistemas de conocimiento universal , asociado al auge del capitalismo comercial “ Los monocultivos son esenciales parar resolver la escases y no hay más solución que destruir la diversidad biológica para aumentar la productividad “. Este modo de producción es sostenido por un sistema dependiente de maquinarias agrícolas modernas, transportes de alimentos, agroquímicos, biotecnología y sistemas de riegos. La industria se pone al servicio de la producción y comercialización de alimentos. La pampa global -1976 en adelante. “El proceso de globalización induce a una homogenización de los patrones de producción y consumo contra una sustentabilidad planetaria fundada en la diversidad ecológica y cultural”. Enrique Leff “El capitalismo necesita de la mercantilización de la naturaleza, es decir su transformación en un objeto valorable en términos crematísticos para lo cual son proceso imprescindibles la división naturaleza sociedad, la transformación de los seres naturales en cosas, la fragmentación de un todo en partes para permitir su control y por último el énfasis en la cuantificación de la realidad.” Arqueología de la sociología ambiental. Antonio Aledo. J. Andrés Domínguez. “La historia humana tampoco puede ser entendida sin incluir los factores ambientales que han ejercido una poderosa influencia en la dinámica social. el del agua como recurso escaso en las relaciones entre Israelitas y Palestinos, el petróleo sobre las sociedades industriales o los efectos del clima sobre las dinámicas económicas son ejemplos claros de los factores ambientales sobre las sociedades contemporáneas.” Arqueología de la sociología ambiental. Antonio Aledo. J. Andrés Domínguez La actual construcción del paisaje tiene más que ver con un sistema económico y la unificación de un modelo productivo que responde a una demanda externa que con características ecológicas.
Las características eco-regionales parecen no tener sentido ante el avance desmedido de la tierra como capital, el suelo y las comunidades son en función del sistema productivo global. A su vez, los sistemas aplicados en la pampa se implantan en ecosistemas más frágiles produciendo grandes desequilibrios. Empobrecimiento del suelo, pérdida de biodiversidad, homogenización del paisaje, contaminación y pérdida de soberanía alimentaria son sólo algunas de las consecuencias de nuestra actual relación con la tierra. La minería a cielo abierto, los monocultivos, las industrias, las ciencias y las tecnologías, aceleran la extinción de la vida sobre el planeta. Nuestra provincia también se ve afectada con el avance de la producción global de un monocultivo “la soja” sin considerar las particularidades ambientales…. de las diferentes eco- regiones, ni las consecuencias sociales, ambientales que esto provoca en lo que conforman nuestro actual territorio. La introducción de OGM (organismos genéticamente modificados), en 1996, genera una dependencia total en la producción. La semilla, en manos de quien tiene su patente comercial, necesita de fertilizantes y agrotóxicos para poder completar su ciclo, convirtiéndose en un alimento de dudoso efecto sobre la salud. Se construye primero un desierto verde que unifica el paisaje, expulsa habitantes y enferma a quienes no se van, para dar paso con el tiempo a una topografía de características desérticas , con un suelo pobre en nutrientes , planchado por la erosión hídrica y una alarmante disminución de la biodiversidad. Pérdida de diversidad de Fauna Silvestre. Si bien la extinción de especies es un fenómeno común en la historia natural, la acción del hombre introdujo causas que aceleraron dicho proceso. Entre ellas podemos mencionar la pérdida, fragmentación y degradación del hábitat, la introducción de especies exóticas, la contaminación y la sobreexplotación. En la ecorregión Pampa, la explotación intensiva en materia agrícola-ganadera ha causado la destrucción casi total de los pastizales naturales, propiciando la pérdida del hábitat y haciendo que varias especies de la fauna local se encuentren en peligro de extinción o en estado de vulnerabilidad. Por su parte, otras especies animales han sufrido importantes cambios en su área de distribución. La creciente preocupación a nivel mundial sobre la importancia de conservar la biodiversidad, ha llevado a la difusión masiva de términos y conceptos como Listas Rojas, especies en extinción o Apéndices del CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora Silvestres). A continuación se describen algunos de ellos. Estado de conservación de algunas especies de la ecorregión Pampa Algunas especies autóctonas muy abundantes, como la ‘comadreja’ (Didelphis albiventris), el ‘zorro pampeano’ (Pseudalopex gymnocercus) o el ‘murciélago cola de ratón’ (Tadarida brasiliensis), pueden convivir en ambientes urbanizados o modificados como La Pampa; muchas otras, sin embargo, no
han podido adaptarse a estos profundos cambios. En la actualidad, varias especies que estuvieron presentes en el territorio santafesino no se registran o su área de distribución se encuentra muy acotada. A continuación se mencionan algunos ejemplos: El ‘yaguareté’ (Pantera onca). El área de distribución original de este felino se extendía desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de la Patagonia Argentina (Guggisberg 1975; Brown 1983, citados en Perovic y Herrán 1988). En nuestro país, el yaguareté se encontraba desde el extremo norte hasta la costa del Río Negro, e incluso algunos autores sostienen que llegó a poblar el sur de la Patagonia (Azara 1838; Ambrosetti 1894; Carman 1984; Lemhan-Nitsche 1907; citados en Perovic y Herrán 1988). Hoy se encuentra extinto localmente de grandes regiones (Arra 1974). Según el Sistema de Información de Biodiversidad de Parques Nacionales, la caza de estos animales y la fragmentación de su hábitat como resultado de la conversión de tierras para cultivo y asentamientos urbanos, han provocado que la distribución en nuestro país haya quedado restringida al corredor verde de Misiones (Di Bitetti et al. 2006; Paviolo et al. 2008), el norte y este de Salta, el este de Jujuy (Perovic y Herrán 1998), el noreste de Santiago del Estero y el noroeste de Chaco y Formosa (Altrichter et al. 2006). A nivel nacional el yaguareté está considerado “En peligro crítico” por la SAREM (Ojeda et al., 2012) y está declarado Monumento Natural Nacional (Ley Nacional Nº 25.463). A nivel internacional su estatus de conservación, según la UICN, es “Casi amenazado” (ver. 3.1) (Casco et al. 2008b). Esto quiere decir que si bien es una especie abundante, a nivel global está amenazada por la pérdida de hábitat, la caza furtiva y la fragmentación de las poblaciones: si las amenazas continúan al ritmo actual la especie calificará como “Vulnerable” en un futuro próximo. Vale decir además que la especie está incluida en el Apéndice I de la CITES. El yaguareté está totalmente protegido en la mayor parte de su área de distribución, con la caza prohibida en Argentina, Brasil, Colombia, Guyana Francesa, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Surinam, Estados Unidos y Venezuela, y restricciones de caza en Brasil, Costa Rica, Guatemala, México y Perú (Nowell y Jackson, 1996). El ‘venado de las pampas’ (Ozotoceros bezoarticus celer) se distribuyó históricamente en la región pampeana de Santa Fe, existiendo menciones de su presencia en el siglo XIV (Lizárraga 1828, citado en Pautasso 2008). Muchos son los relatos que manifiestan su presencia abundante en la región durante ese periodo, preferentemente en el sur de la actual capital santafesina, en las cercanías del río Carcarañá, en Alcorta y la zona de Venado Tuerto (Zapata Gollán 1944; Marrone 1977; Carmen 1980; Mastropaolo y Pautasso 2005; citados en Pautasso 2008). Distintos escritos indican que la especie seguía siendo abundante en el siglo XIX. En la actualidad, la mencionada subespecie no se encuentra en Santa Fe, mientras que la subespecie Ozotoceros bezoarticus leucogaster, que siempre tuvo distribución en la región norte de nuestra provincia, hoy se encuentra representada por un número muy bajo de ejemplares (Pautasso 2008). Para la UICN reviste un estatus de conservación como especie “Casi Amenazado” (Gonzalez y Merino, 2008), y a nivel nacional la SAREM la considera “En Peligro” (Ojeda et al., 2012). Es importante mencionar que uno de los últimos núcleos viables de venados de las pampas del país
se encuentra en los “Campos del Tuyú”, en la provincia de Buenos Aires, un área que representa una valiosa muestra de pastizal pampeano y en el año 2009, esas tierras que habían sido donadas por la Fundación Vida Silvestre, fueron convertidas en un Parque Nacional (Ley 26.499) (UICN, 2009). El ‘aguará guazú’ (Chrysocyon brachyurus). Su distribución actual en Argentina se extiende al este de las provincias de Formosa y Chaco, sudeste de Santiago del Estero, norte de Santa Fe, norte de Córdoba y gran parte de Corrientes (Beccaceci, 1992, 1993; Jayat et al., 1999; Richard et al., 1999; Haro et al., 2001; citados en Prevosti et al. 2004). Basándose en registros arqueológicos y paleontológicos, tanto García Esponda et al. (2001, citado en Pautasso, 2008) como Prevosti et al. (2004) subrayan que la presencia histórica del ‘aguará guazú’ llega hasta la provincia de Buenos Aires. Prevosti expresa que “varias citas de crónicas de viajeros (sacerdotes jesuitas, funcionarios coloniales) y topónimos registrados entre los siglos XVIII y XX fueron empleados para extender la distribución de esta especie en tiempos post-hispánicos hasta las provincias de Córdoba, San Luis, La Pampa, Buenos Aires y el norte de la región patagónica. Sin embargo, la mayoría de estas menciones carecen de datos contrastables” (2001: 28). El ‘aguará guazú’ ha sufrido una acentuada retracción en su área de distribución. En el caso santafesino, se estima que su rango de dispersión abarcaba toda la provincia, pero como ya mencionamos su presencia actual se encuentra restringida al norte de Santa Fe (Pautasso 2008). Las principales amenazas para esta especie son la caza, la reducción del área natural de dispersión debido al avance de la frontera agrícola, la apertura de rutas y la venta para mascotismo. En nuestra provincia la especie está protegida bajo la figura de Monumento Natural provincial (ley 12.182), aunque esto no ha tenido mayor impacto sobre la presión que existe sobre el ‘aguará guazú’. Por su parte, a nivel nacional reviste estatus de “En Peligro” (Ojeda et al., 2012) y a nivel internacional es considerado por la UICN como “Casi amenazado” (Rodden et al., 2008). La ‘vizcacha’ (Lagostomus maximus). Aunque no existen demasiados detalles esta especie habría estado presente en abundancia en toda la provincia. En el año 1907 fue declarada plaga por ley nacional para la agricultura y la ganadería y durante años se permitió su caza sin cupos fijos ni períodos de veda. Esta situación, entre otras, ha provocado una marcada reducción de sus poblaciones e incluso su desaparición en varias localidades. Particularmente, debido a su persecución y probablemente a la modificación del hábitat de la región pampeana, existen evidencias de que para principios de 1900 ya había sido exterminada de los alrededores de Venado Tuerto en el departamento General López. (Pautaso, 2008). El ‘puma’ (Puma concolor). Si bien este felino habitó toda la provincia de Santa Fe, ya sería muy raro en la región sur (Pautasso, 2008). Su estado de conservación según la UICN es “Preocupación menor” (ver 3.1) (Casco et al. 2008a). Esto se debe a que es una especie muy extendida. Sin embargo, se considera que la población está disminuyendo, y al ser considerado un gran depredador su conservación plantea numerosos desafíos. En América del Norte se ha extirpado de grandes zonas de su ámbito natural (Nowell y Jackson 1996). A nivel nacional, según la SAREM, también reviste estatus
de “Preocupación menor” (Ojeda et al., 2012). No obstante, a nivel provincial Pautasso (2008) sugiere que teniendo en cuenta la retracción de su área de distribución, la constante persecución a la que es sometido (es una especie considerada perjudicial por predar chanchos, ovejas, terneros y potrillos) y la pérdida de su hábitat natural la especie debería revestir estatus de “Amenazado” para Santa Fe. Finalmente, la especie se encuentra incluida dentro del Apéndice I de la CITES encontrándose protegida en gran parte de su área de distribución, con la caza prohibida en la mayor parte de Argentina, todo Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Guyana Francesa, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Surinam, Venezuela y Uruguay, y regulación de la caza en Canadá, México, Perú y los Estados Unidos (Nowell y Jackson 1996). Entre las especies de aves de las pampas que se encuentran amenazadas podemos mencionar Sturnella defilippii (“loica pampeana”), Anthus nattereri (“cachirla colorada”), Xanthopsar flavus (“tordo amarillo”) y distintas especies del género Sporophila como por ejemplo Sporophila zelichi (“capuchino de collar”) (Bilenca et al., 2004). En este sentido, nuestro país adhiere al programa Áreas Importantes para la Conservación de las Aves (AICAs) a cargo de la Organización no Gubernamental Aves Argentinas. Este programa intenta identificar, documentar y conservar una red de lugares fundamentales para la supervivencia de las aves, con tareas concretas que se basan en la educación ambiental, brindar instrumentos legales y con monitores constantes. La provincia de Santa Fe presenta a lo largo de su territorio cuatro AICAs: Cuña boscosa de Santa Fe, Jaaukanigás, Reserva Provincial de Usos Múltiples Federico Wildermuth y Laguna Melincué, siendo esta última la única para la Pampa. La misma, pertenece al departamento General López y tiene una superficie de 12.000 hectáreas. Es una zona de suma importancia, ya que en ella convergen especies como el ‘flamenco austral’, la ‘parina grande’ y muchas otras aves acuáticas como patos, gallaretas, gaviotines y gaviotas. Si bien el área cuenta con protección total, todavía existen diversas amenazas como las obras de canalización y drenaje, la caza furtiva, la contaminación y la siembra de peces. La ‘loica pampeana’ (Sturnella defilippii) es una de las aves de la región pampeana que se encuentra en condición crítica. A nivel nacional según AvA SAyDS (Aves Argentinas y Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable) reviste categoría de conservación de “En Peligro” (López-Lanús et al. 2008). En el marco internacional la UICN la categoriza como “Vulnerable” (ver 3.1). La conversión del paisaje para la agricultura viene provocando la rápida disminución de su área de distribución, con impactos inevitables sobre el tamaño poblacional (BirdLife International, 2012). Retracción y expansión de pequeños roedores en la región pampeana como resultado de la actividad antrópica (Pardiñas et al. 2010). Uno de los grupos más exitosos de mamíferos neotropicales lo constituyen los roedores sigmodontinos (familia: Cricetidae, subfamilia: Sigmodontinae). El registro fósil de esta subfamilia en la región Pampeana es muy completo. Los registros más antiguos en América del Sur fueron hallados en rocas de 5-4 millones de años (MA) en el sudoeste de la provincia de Buenos Aire. La ausencia de esta familia en rocas más antiguas indicaría que el origen del grupo fue externo a la región
pampeana. La llegada a esta región (Plioceno medio) puede considerarse como un primer evento de colonización en la historia del grupo. Los restos fósiles pampásicos corresponden, entre otros, a una especie frecuente aún hoy en la región, Reithrodon auritus (‘rata conejo’). Actualmente, se conocen más de 380 especies de roedores sigmodontinos. Para la región pampeana (abarcando gran parte de la provincia de Buenos Aires, sur de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, centro de San Luis y este de La Pampa) se han identificado 24 de estas especies. Algunas de ellas son características y de amplia distribución para la región, como por ejemplo Akodon azarae (‘ratón de Azara’) y Calomys laucha (‘laucha chica’), mientras que otras están restringidas a ambientes particulares o son de distribución marginal. Los cambios más dramáticos que han modificado los ensambles de estos roedores se registran a partir del año 1700 como resultado de procesos antrópicos y condiciones ambientales que continúan actualmente. La introducción del caballo y el ganado vacuno por los primeros españoles que se habían expandido y asilvestrado fue provocando cambios profundos en los ambientes, no sólo por su acción directa sobre el suelo y sobre las comunidades vegetales. La introducción del caballo provocó a partir de 1650, tanto en las sociedades aborígenes como criollas un cambio sustancial en sus costumbres, lo que incrementó los fuegos y mayor movilidad de plantas foráneas. Grandes extensiones de suelos desnudos, campos de médanos y ambientes calcáreos han sido registrados por viajeros como Cardiel, Falkner, Azara, d’Orbigny y Darwin. Los pastizales naturales fueron de esta manera sufriendo una paulatina desaparición, con la consiguiente extinción de especies de plantas nativas (Rapaport 1996), lo que llevó inevitablemente a determinar cambios en los ensambles de estos micromamíferos, llegando muchas especies a sufrir la retracción o desaparición. Por otra parte, a comienzos del siglo XIX, la aparición de granjas de cría intensiva de ovejas en los alrededores de Buenos Aires y la aparición hacia fines del siglo de una agricultura incipiente ocasionó la expansión y dominancia de algunos sigmodontinos típicos hoy de los agroecosistemas (Calomys laucha y Calomys musculinus), desbordando progresivamente todos los ambientes disponibles. Podría decirse que, las distribuciones conocidas actualmente de varios sigmodontinos muy posiblemente sea el resultado de 500 años de actividad humana. La falta de un “sello pampeano” en la biota (que llevó a Ringuelet en 1961 a definir a la pampa como un extenso ecotono entre los Dominios Subtropical y Patagónico-Central) podría ser el resultado del deterioro ambiental generado por la expansión de los agroecosistemas. Estado de conservación de algunas especies en la ecorregión Delta e Islas del Paraná En la región habitan varias especies que se encuentran amenazadas, sea a nivel local o nacional. Entre estas especies está el ‘lobo de río’ (Lontra longicaudis): según la UICN su estatus de conservación como especie es “Vulnerable” y está incluido en el apéndice I de la CITES (IUCNRed List, 2009). A nivel nacional su estatus de conservación se califica “En Peligro”. Otro mamífero que habita en el área y cuya conservación se encuentra amenazada, al igual que el resto de los gatos silvestres, es el ‘gato montés’ (Oncifelis geoffroyi). Este felino posee un estatus de
conservación calificado de “Riesgo Bajo” aunque “Potencialmente Vulnerable” y está incluido en el Apéndice I de CITES. En el área también se registran poblaciones de ‘yacaré’ (Caiman latirostris), especie que ha sufrido una marcada disminución de abundancia y la retracción de las áreas de distribución de sus poblaciones silvestres, principalmente por efecto de las prácticas de caza y la pérdida de hábitats. Si bien hoy, y gracias a algunos programas de recuperación de la especie, el yacaré ha pasado a un estatus de menor amenaza (Low Risk –IUCN), debemos considerar que todo sitio que albergue poblaciones reproductivas debe ser tenido en cuenta para su conservación. Según se señala en numerosas crónicas, el ‘Ciervo de los pantanos’ (Blastucerus dichotomus) fue una especie común a lo largo del valle del río Paraná. Registros históricos mencionan que entre los años 1857 y 1862 poblaban las islas cercanas a Santa Fe, y una publicación de 1940 lo mencionada habitando toda la cuenca del río Paraná, aunque allí se menciona que su presencia era escasa (Beck-Bernar, 2008; Cabrera y Yepes, 1940 citados en Pautaso, 2008). Pautaso (2008) señala que puede considerarse que el “Ciervo de los pantanos’ ha prácticamente desaparecido del valle del Paraná en la jurisdicción de Santa Fe. Este ciervo, el más grande de Sudamérica, es parte de la fauna amenazada a escala global y, para la UICN, reviste un estatus de conservación como especie “Vulnerable”. Además está incluida en el Apéndice I de CITES y a nivel nacional su estatus de conservación es “En Peligro”. En la actualidad, su mayor amenaza es la perdida y transformación de hábitat y la caza furtiva, siendo un animal muy valorado por su cornamenta. En el caso de los peces revisten particular atención las “rayas de agua dulce” (familia Potamotrigonidae), las cuales están siendo consideradas para su inclusión en el Apéndice III de CITES. En el caso del ‘pirapitá’ o ‘salmón de río’ (Brycon orbygnianum) y el ‘bagre marino’ (Genidens barbus), una reciente categorización de UICN para especies de la Cuenca del Plata las ubicó en estado de vulnerabilidad (Cappato y Yanoski 2009). Usted decide y actúa. La lucha por la protección ambiental es una de las facetas del conflicto social en donde se ponen en juego diferentes intereses. La gestión y política de la ciencia no se pueden pensar separadas de las reflexiones éticas que se desprenden de cada unas de las etapas de la construcción del saber entendiendo que estas suceden en un momento histórico social determinado en un lugar concreto y con una intencionalidad política e ideológica. De aquí la posibilidad de no tomar como “naturales “ni como únicas las prácticas culturales que deterioran el ambiente. Hay numerosos ejemplos de alternativas productivas en donde los conocimientos científicos dialogan y construyen junto a las experiencias y a otros saberes cuyos resultados favorecen al entorno y a la comunidad.
Anexos Textos de sala. Usted está aquí y ahora. 133.007 km2, extendiéndose desde los 28° S en el norte hasta los 34° 23’ S en el sur. En su eje nortesur tiene una longitud de 720 km y en su eje este-oeste alcanza los 380 km. La Pampa es una extensa región de más de 700.000 km2 (70 millones de hectáreas) que ocupa territorios de la Argentina, Uruguay y Brasil. Cubierta originariamente por pastizales, sus condiciones naturales favorecieron históricamente el desarrollo de actividades relacionadas con la producción de alimentos y el asiento de grandes conglomerados urbano-industriales, fundamentalmente desde fines del siglo XIX hasta la actualidad. En ella se ha generado, con mayor intensidad desde la llegada de los europeos, una compleja dinámica de cambios en el paisaje en relación a los usos de la tierra. Los cambios fueron constantes y dependientes de la aplicación de diferentes ideologías y tecnologías. Esta dinámica viró, en los últimos años hacia la producción de monocultivos de organismos genéticamente modificados (OGM), la utilización masiva de agroquímicos y la implementación maquinarias de siembra directa, como rasgos comunes asociados al denominado paquete productivo de los 90s. Ecorregiones Santa Fe. De las cinco ecorregiones que conforman la provincia; a Chaco Seco, Chaco Húmedo, Espinal, Pampa y Delta e Islas del Paraná, describiremos las dos ecorregiones que caracterizan el sur santafesino: Pampa y Delta e Islas del Paraná. Son numerosos los factores ecológicos que influyen en la manera en que los organismos se distribuyen sobre el planeta, factores edáficos, climáticos, la disponibilidad de recursos como refugios o alimentos y factores bióticos. El hombre es el factor biótico más relevante en la limitación o expansión de regiones biogeografías, dado que ha modificado las áreas de distribución de muchísimos vegetales y animales y ha sido la causa de la extinción e introducción de numerosas especies. Ecorregion pampeana. La formación vegetal originaria característica de la ecoregión Pampa es el pastizal, con ausencia de elementos arbóreos. Evidencias palinológicas y paleontológicas indican que los pastizales pueden haber sido el tipo de fisonomía predominante de la región, desde hace más de dos millones de años.
Muchos organismos vegetales están íntimamente relacionados a ciertos animales, dependiendo de ello su polinización o diseminación. Asimismo, las interacciones entre predadores y presas, la herbivoría y la competencia por el espacio, los nutrientes, la luz, el alimento o el refugio son otros factores determinantes en la distribución y abundancia de los seres vivos. La vegetación dominante de la ecorregión Pampa, limitándonos en este caso a su extensión santafecina, eran las praderas o pseudoestepas de gramíneas, conformando densas matas entre las que crecían numerosas especies herbáceas Ecorregion delta e islas del Paraná. Ubicación geográfica y geomorfología. La ecorregión Delta e islas del Paraná constituye un territorio dinámico caracterizado por un conjunto de humedales. Representa un paisaje de islas bajas e inundables, delimitadas por los brazos laterales y los causes principales de los ríos y extensos bajos ribereños. La misma es considerada una ecorregión de tipo “azonal”, ya que sus características cambiantes no responden a los factores continentales de gran escala como el clima y la geología de las zonas que atraviesa, siendo la fuerte acción de los ríos la principal modeladora de toda la ecorregión. La dinámica fluvial actúa por arrastre y deposición de sedimentos acarreados por los grandes ríos desde las mesetas y montañas en las que nacen. Estos procesos son pulsátiles: alternan picos de inundación con períodos secos (las fluctuaciones en la altura del río son anuales con bajantes en primavera y alturas máximas en otoño). Las grandes lluvias en las altas cuencas producen el desborde de los ríos Paraná y Paraguay y la inundación de las islas vecinas. Estos desbordes provocan la disminución brusca de la velocidad de las aguas generando, en primer lugar, la deposición de sedimentos gruesos sobre las márgenes de los causes y forman los albardones que bordean a las islas. Las islas adquieren así la forma de cubeta con materiales gruesos y porosos y bordes más elevados que su interior. Por otra parte, la misma dinámica hidrológica forma canales de interconexión que corta los albardones y permite el anegamiento o drenaje de las islas según el nivel del agua. En este sentido, el río con sus crecientes y bajantes va transformando permanentemente el paisaje. Pérdida de diversidad de flora y fauna silvestre. Si bien la extinción de especies es un fenómeno común en la historia natural, la acción del hombre introdujo causas que la aceleraron . La pérdida, fragmentación y degradación del hábitat, la introducción de especies exóticas, la contaminación y la sobreexplotación, son algunas de ellas. La explotación intensiva en materia agrícola-ganadera ha causado la destrucción casi total de los pastizales naturales, propiciando la pérdida del hábitat y haciendo que varias especies de la fauna local se encuentren en peligro de extinción o en estado de vulnerabilidad. Otras especies animales han sufrido importantes cambios en su área de distribución. La creciente preocupación a nivel mundial sobre la importancia de conservar la biodiversidad,
ha llevado a la difusión masiva de términos y conceptos como Listas Rojas, especies en extinción o Apéndices del CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora Silvestres). Ambiente. “El ambiente es la complejidad del mundo”. Enrique Leff. “Ambiente es el cruce que se establece entre la naturaleza y la sociedad; un cruce necesario en el cual las sociedades se relacionan con la naturaleza de diversas maneras y a través de diversas tecnologías. La influencia entre sociedad y medio son bidireccionales, al igual que la acción antròpica modifica o altera los ecosistemas naturales, del mismo modo los fenómenos y procesos sociales se ven influidos por los factores ambientales en un proceso continuo de retroalimentación”. Arqueología de la sociología ambiental. Antonio Aledo. J. Andrés Domínguez. Esto que hoy es, no siempre fue y seguramente no será así en el futuro Los problemas ambientales, resultado de una compleja trama de procesos históricos, están evidenciando una crisis que nos obliga a interrogarnos sobre el sentido mismo de nuestra civilización. Analizar el problema del cambio del paisaje en el sur de Santa Fe implica trascender interpretaciones disciplinarias hacia un marco más abarcativo, en el que las dicotomías Ciencias Naturales/Ciencias Sociales - Saber científico/Saber popular, desdibujen sus fronteras e integren la mayor cantidad de conocimientos posibles, a los efectos de construir un saber útil, contextualizado y humanizado. Usted está en un museo. El museo es una construcción social, un artefacto cultural, sus modos de exhibición como estructuras discursivas están condicionadas casi siempre por instancias de poder, que manifiestan un orden social, político y económico, en el que se inscriben y del que forman parte. Algunos museos de ciencias se han constituidos muchas veces como espacios que legitimaron las políticas científico-tecnológicas del momento y establecieron relaciones escasas y verticalistas con la comunidad. Para nosotros un museo de ciencias naturales es un lugar de construcciones colectivas de sentidos. Ciencia - en pared-. ¿La ciencia es realmente objetiva, aséptica y éticamente incuestionable? ¿Existe la dicotomía entre ciencias naturales y ciencias sociales, entre el saber científico y el saber popular?
¿El desarrollo de las sociedades está al margen de los impactos que genera sobre el medio natural? ¿El medio natural debe pensarse separado del medio humano? ¿Que tan ciertas son las narrativas que construye el museo? Mesas. La aparición del hombre significo el comienzo de una modificación a gran escala de los ecosistemas del planeta. “Los hombres no siempre destruyen la naturaleza a veces lo que hacen es transformarla, en todo cambio hay fenómenos de construcción y de destrucción las dos son representaciones de las acciones humana sobre el universo, las distintas maneras de uso de la naturaleza por una especie dominante”. Brailovsky. La cultura, compuesta por los sistemas de creencias, la organización social y los desarrollos tecnológicos condicionó y condiciona el modo en que las sociedades se relacionan con la naturaleza, produciendo modificaciones en el ambiente. Las condiciones ambientales de una región están relacionadas con el estado de desarrollo social, económico y político por el que atraviesan, este puede ser elegido o impuesto. “Diferentes grupos humanos tienen actitudes distintas frente a su entorno, dependiendo de su manera de ver el mundo. Los no indígenas percibimos a la naturaleza como la medida de nuestra exterioridad”. F. Tola. A lo largo de la prehistoria desarrollamos un conocimiento profundo de la naturaleza, mediante la observación y el entendimiento, realizando así una gran tarea que dio comienzo a la selección vegetal. Competimos por los recursos sobrellevando tensiones, sometimientos y guerras en torno a esto. Nos adaptamos a diversos ecosistemas que posibilitaron el sostenimiento en condiciones de sustentabilidad de los recursos naturales involucrados. Generamos desastres ecológicos que llevaron al abandono de importantes centros poblados y a la dispersión de sus habitantes. Contribuimos a la extinción de especies. No hay un grupo humano que sea más ecológico que otro, solo existen situaciones concretas que hay que analizar particularmente. Infierno o paraíso? Mesa uno (1490 – 1810). “El miedo a la naturaleza estaba asociado al miedo a los hombres, no se sabía si tenían alma”. Brailowsky. Sin embargo, el alma era una cualidad que conformaba el carácter de humano, sin el cual no tenía
sentido la evangelización, que justificaría sometimientos y cambios radicales de creencias. “Nos, aunque indignos, ejercemos en la tierra el poder de nuestro señor…consideramos sin embargo que los indios son verdaderos hombres y que no solo son capaces de entender la fe católica, sino que, de acuerdo con nuestras informaciones, se hallan deseosos de recibirla” Bula Sublimas Deus.1537. Pablo III Al momento de pisar el actual suelo santafesino, los indios ya tenían alma… “La conquista”, desde el punto de vista ecológico significo una brutal reducción de la diversidad de uso de los recursos naturales bajando las potencialidades de los ecosistemas por complejas relaciones de poder económico y social. Aparece con la llegada del europeo un trasplante de las condiciones de origen a un entorno ajeno del cual se debían extraer mercancías. El paisaje se modifica, la degradación de la naturaleza llevada adelante por los conquistadores se presenta como un mejoramiento a veces con finalidad productiva en torno a rutas comerciales y bienes a comercializar pero fundamentalmente como otra forma de desintegrar el espacio , para viabilizar la dominación. En nuestro territorio, con la entrada de los españoles el espacio de los pueblos originarios comenzó a desintegrarse. Diferentes expediciones como la de Sebastián Gaboto, pero especialmente aquella que resultó en la fundación de Santa Fe, comenzaron a crear un espacio europeo y cristiano. Había que organizarlo todo en una jerarquía divina y pacificar a sus habitantes, marcando el territorio con ciudades e iglesias. La ciudad actuó como des articulador de la organización espacial anterior y se configuró a partir de jerarquías sociales importadas, de la modificación de las actividades productivas y de una forma absolutamente diversa de representar el universo. Los ríos fueron los organizadores del espacio en tiempos prehispánicos, la historia de Santa Fe no puede comprenderse sin considerar esa relación que se constituyó en la principal vía de circulación de hombres y recursos. Espacio sin límite. Mesa dos (1810 – 1860) “En este contexto no hay nada por conservar, todo sobra todo es excesivo, todo puede ser utilizado sin límites” Brailosky. La inmensa extensión del país que está en sus extremos es enteramente despoblada y ríos navegables posee que no ha surcado aun el frágil barquichuelo. El mal que aqueja a la república Argentina es la extensión, el desierto la rodea por todas partes, se la insinúa en las entrañas, la soledad, el despoblado sin una habitación humana son por lo general los limites incuestionables entre unas y otras provincias. Allí la inmensidad por todas partes, inmensa la llanura, inmenso los bosques, inmenso los ríos, el horizonte siempre incierto, siempre confundiéndose con la tierra entre celajes y vapores tenues que no dejan en la lejana perspectiva señalar el punto en el que el mundo acaba y principia el cielo. (D. Faustino Sarmiento, El Facundo)
Durante el período post revolucionario, las condiciones de producción cambiaron por el agotamiento de las minas de oro y plata. El nuevo modelo, no se basa en el rescate de saberes ancestrales sino en responder a un esquema que continuaba siendo impuesto por una “nueva metrópoli económica “. La ganadería extensiva es, por recomendación de Buenos Aires, la práctica comercial a llevar adelante, limitando así las posibilidades y modificando nuevamente el entorno. Durante la primera mitad del siglo XIX el paisaje que corresponde al territorio Santafesino es de fisonomía árida. Sobre el fin del período se desarrolla la expansión de la ganadería lanar, la invasión ovina. La dedicación a los cultivos se ve obstaculizada por las plagas de langostas. En 1845, Darwin retrata que el fuego se usaba para espantar a los indios y mejorar las pasturas, McCann (viajero por las pampas en 1847) agrega que esta práctica también era responsable de la muerte de muchos animales y la destrucción de muchas viviendas. Con el tiempo los rodeos reemplazan las vaquerías, el establecimiento de las plantas de salado y la cría de ovejas representan otro cambio sustancial en el uso de los pastizales. A mediados de S XIX se asientan las primeras colonias en la provincia, un tipo de organización social en el que se articula la propiedad de la tierra y el trabajo familiar con un fin agrícola. Esperanza, San Carlos y San Gerónimo son las primeras en ser conformadas como el inicio de una etapa que seguiría moldeando el ambiente y que terminaría por modificar la estructura socioeconómica y productiva provincial. La construcción del desierto. Mesa tres (1860 – 1930). En la segunda mitad del siglo XIX, asistimos a cambios profundos en el orden económico provocado por la expansión y consolidación del capitalismo a escala mundial. Se conforma el estado nación que propicia y desarrolla este nuevo orden social y de ideas que llegan desde afuera. Se pasa de un modelo ganadero a uno cerealero, aplicando nuevas tecnologías. Los espacios deben ser, productivos y rentables, los lugares que no cumplían con estas condiciones o que se regían por otras maneras de comprender el mundo eran considerados espacios vacíos. La conquista del desierto, denota el origen social de una categoría vinculada a la naturaleza, con una marcada intencionalidad política. Se invisibilizan y someten entonces a sociedades que ocupan el territorio con una lógica diferente a la impuesta. Los museos de ciencias naturales, bajo un paradigma positivista, funcionaron como aparatos legitimadores de una ideología que ordenó y mostró una naturaleza desvinculada de las acciones sociales y en donde las comunidades indígenas son parte de la naturaleza a dominar y a exhibir salas. En la provincia de Santa fe, durante este período, se amplían y definen fronteras que luego permitirán la multiplicación de colonias agrícolas, estimuladas por la articulación entre agricultura y transporte ferro portuario y la llegada de capitales extranjeros para la extracción de recursos y explotación de poblaciones.
La industria del tanino en el Chaco santafesino, es un claro ejemplo de la economía extractiva y de enclave en la que no se contempló la reforestación atendiendo a su permanencia temporaria en la región, lo cual produjo efectos negativos tanto para las poblaciones como para el medio. En términos generales la destrucción ecológica, la sobre explotación de recursos naturales y la degradación ambiental han caracterizado los procesos de ocupación de tierras boscosas en la economía capitalista. La fisonomía de la pampa triguera se fue modificando de la mano del ferrocarril, los caminos, las colonias, las empresas, los cultivos, el inmigrante, los alambrados y los molinos. Las vías de comunicación santafesinas dibujaban una red radio céntrica, construida a partir de las ciudades puerto de Santa Fe y Rosario, se unifican así costumbres, estilos de vida y paisajes. Las autovías comienzan a tomar importancia en la obra pública por el gran ingreso de automotores y se organiza el cordón industrial. Chimeneas y ríos de colores. Mesa cuatro (1930 -1976). La crisis mundial del 1929 termina temporalmente con el modelo agroexportador, que luego se retomará en el proceso de reconstrucción de la Europa de la pos guerra, permitiendo una acumulación de excedentes y una renovación tecnológica que será utilizada para el proceso de sustitución de importaciones. La acumulación de capital posibilita el financiamiento de la industria local que crece sin cuestionarse el precio ecológico de sus acciones. Desde la perspectiva de la ecología urbana se produce el fenómeno de metropolización de las grandes ciudades debido a las migraciones masivas del campo a la ciudad por la demanda de mano de obra y la mayor posibilidad de trabajo, aunque precarizado, cerca de estas. Se extienden los cordones industriales y se ocupan los espacios de un modo desordenado y sin planificación. La tendencia a la vida urbana es común a todo el litoral. Los cambios en el modelo de industrialización aceleran la contaminación del agua, el aire y el suelo con sus repercusiones sobre quienes lo habitan. Surgen como acciones aisladas políticas ambientales. En la provincia de Santa fe, en la cuenca del Arroyo saladillo se instala el frigorífico Swift, que evidencia la reconfiguración de un paisaje urbano, con implicancias ecológicas. En el saladillo los efectos de la implantación del frigorífico avanzaron sobre la contaminación de la atmosfera, la belleza del paisaje y la utilización recreativa de este espacio que pasa de balneario a matadero. La idea de fertilidad ilimitada del suelo comienza a perder fuerza, se aplican pesticidas con el único objetivo de aumentar el volumen de las cosechas. La pampa global Mesa cinco (1976 en adelante). “El proceso de globalización induce a una homogenización de los patrones de producción y consumo contra una sustentabilidad planetaria fundada en la diversidad ecológica y cultural”. Enrique Leff. El capitalismo necesita de la mercantilización de la naturaleza, es decir su transformación en un objeto valorable en términos crematísticos para lo cual son procesos imprescindibles la división
naturaleza sociedad, la transformación de los seres naturales en cosas, la fragmentación de un todo en partes para permitir su control y por último el énfasis en la cuantificación de la realidad. (Arqueología de la sociología ambiental. Antonio Aledo. J. Andrés Domínguez) La actual construcción del paisaje tiene más que ver con un sistema económico y la unificación de un modelo productivo que responde a una demanda externa que con características ecológicas. Las características eco regionales parecen no tener sentido ante el avance desmedido de la tierra como capital, el suelo y las comunidades son en función del sistema productivo global. A su vez, los sistemas aplicados en la pampa se implantan en ecosistemas más frágiles produciendo grandes desequilibrios. La agricultura industrial comienza a tener un crecimiento exponencial a partir de la revolución verde que nace aparentemente para palear la crisis alimentaria de los países subdesarrollados. Comienza así un posicionamiento de los monocultivos como única posibilidad y la construcción de un mito, generado por sistemas de conocimiento universal , asociado al auge del capitalismo comercial “ Los monocultivos son esenciales parar resolver la escases y no hay más solución que destruir la diversidad biológica para aumentar la productividad “. Este modo de producción es sostenido por un sistema dependiente de maquinarias agrícolas modernas, transportes de alimentos, agroquímicos, biotecnología y sistemas de riegos. La industria se pone al servicio de la producción y comercialización de alimentos . Empobrecimiento del suelo, pérdida de biodiversidad, inundaciones, homogenización del paisaje, contaminación y pérdida de soberanía alimentaria son sólo algunas de las consecuencias de nuestra actual relación con la tierra. La minería a cielo abierto, los monocultivos, las industrias, las ciencias y las tecnologías no pensadas con y a favor de la comunidad, aceleran la extinción de la vida sobre el planeta. La introducción de OGM (organismos genéticamente modificados), en 1996, genera una dependencia total en la producción. La semilla, en manos de quien tiene su patente comercial, necesita de fertilizantes y agro tóxicos para poder completar su ciclo, convirtiéndose en un alimento de dudoso efecto sobre la salud. Se construye primero un desierto verde que unifica el paisaje, expulsa habitantes y enferma a quienes no se van, para dar paso con el tiempo a una topografía de características desérticas , con un suelo pobre en nutrientes , planchado por la erosión hídrica y una alarmante disminución de la biodiversidad. Llevan los barcos en su vientre la pradera. Falu Mesa Redonda - Usted decide y actúa. La lucha por la protección ambiental es una de las facetas del conflicto social en donde se ponen en juego diferentes intereses. La gestión y política de la ciencia no se pueden pensar separadas de las reflexiones éticas que se desprenden de cada unas de las etapas de la construcción del saber entendiendo que estas suceden en un momento histórico social determinado en un lugar concreto y con una intencionalidad política e ideológica. De aquí la posibilidad de no tomar como “naturales “ni como únicas las prácticas
culturales que deterioran el ambiente. Hay numerosos ejemplos de sistemas de producción en donde los conocimientos científicos dialogan y construyen junto a las experiencias y a otros saberes cuyos resultados favorecen al entorno y a la comunidad. El museo actúa como un aparato que visibiliza historias, relatos y saberes. Este espacio que se modifica cada seis meses tiene como intención sociabilizar prácticas que hoy resultan necesarias para construir un ambiente más saludable Lo invitamos a que comparta su experiencia con quienes visitan la muestra.
Créditos muestra Pampa global (orden alfabético) Guión de contenidos:
Sebastian Bosch M. Eugenia Montani Eugenia Pedrero Carolina Piazzi Giselda Tarrago Mauro Torales Paula Villani Romina Zampa Guión, producción y diseño museológico/ museográfico:
Mario Amatiello Sebastián Bosch Lisandro Carreras Romina Coletta Ariel Ibarra Lucrecia Moras M. Paula Villani Diseño Gráfico: Mario Amatiello Ariel Ibarra Dispositivos Digitales: Lorena Di Natale Matias Gil Gina Valenti Juan Pablo Manson Pablo Medina Lucas Linch Gastón Pereyra Realización Audiovisual: Diego Castro Martin DePaolis Luciana Lacorazza Realización Silo: Lucrecia Moras
Federico Salafia Juan Schegtel Equipo carpintería: Leonardo Casal Leandro Favot Martin Disciani Ignacio Grunfeld Guillermo John Dario Kosak Hernan Muller Carlos Athyla de Oliveira Novais Cúpulas: Eduardo Reinaldo Mauro Electricidad: Hugo Miño Gestión General: Cecilia Vallina Secretaría: Leda Martinez Conservación Preventiva colección zoología: Lilia del Carmen Flores Corrección textos: Ernesto Inouye Textos Braille: Maximiliano Marc Guillermo Torres Área Educación: Cecilia Arias Emmanuel Balla Fabiana Fedorchuk M. Ángeles Nebozuk
Agradecimientos: Museo Provincial de Ciencias Naturales Florentino Ameghino - Ciudad de Santa Fe Ariel Erbetta Pablo Gobino