Museo Reproducciones Bilbao - Guía

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Berreginen Museoa

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LA COLECCIÓN

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Cariátide del Erecteion

Escayola

Reproducción: Museo Británico.1934

Original: Atenas. S. V a.C.

Se llama cariátide a cualquier figura de mujer que se utilice como soporte de alguna parte de un edificio. En este caso, la cariátide sostenía, junto a otras cinco jóvenes, uno de los pórticos del templo de la diosa Atenea en la Acrópolis de Atenas. Este templo era conocido como Erecteion y el pórtico en cuestión como Porche o Pórtico de las Cariátides o de las Doncellas.

Desconocemos su identidad, su significado, de dónde procede el nombre de cariátide y a qué hace referencia. Puede que estas figuras fuesen representaciones de doncellas y que estuviesen relacionadas con la fiesta de Atenea que se celebraba cada año en Atenas. Los actos centrales del festival tenían lugar en el Erecteion y en la explanada frente a él, justo delante del Pórtico de las Cariátides.

Auriga de Delfos

Escayola pintada

Reproducción: Museo del Louvre.1932

Original: Grecia. Años 70 del s. V a.C.

El Auriga de Delfos es uno de los pocos bronces griegos originales que se conservan. La figura original se fundió por partes, utilizando una técnica conocida como la cera perdida. Gracias a ella, la figura podía hacerse hueca y así el ahorro en bronce –un material muy caro- era considerable.

Un auriga era un conductor de carros. Este fue un conductor de cuadriga –un carro tirado por cuatro caballos- en una competición del antiguo Santuario de Delfos. La figura formaba parte de un grupo más grande, compuesto por él, un carro, cuatro caballos y un mozo. De todos ellos sólo se conserva el auriga y algunos fragmentos de las otras figuras.

Cada cuatro años, en Delfos se celebraban los Juegos Píticos. Eran similares a los Olímpicos pero, al celebrarse en Delfos estaban dedicados al dios Apolo. Se cree que el Auriga fue una ofrenda para celebrar una victoria en aquellos Juegos y que el donante pudo ser un miembro de la familia de tiranos de Siracusa, en Sicilia.

Gran Altar de Zeus

Escayola

Repoducción: Talleres de los Museos Berlineses.1932 y 1934

Original: Pergamo. S. II a.C.

Estas copias reproducen sendos fragmentos del Friso de la Gigantomaquia que decoraba el Altar de Zeus, en Pérgamo (Turquía). La Gigantomaquia era la lucha mitológica más importante del mundo griego y contaba el enfrentamiento entre las divinidades del Olimpo y los Gigantes.

El Altar de Zeus fue un templo, levantado en una de las terrazas de la acrópolis o ciudad alta de Pérgamo. En su interior el templo tenía un gran altar para quemar sacrificios. El friso en relieve de más de dos metros de altura y más de 100 metros de largo, decoraba el perímetro del edificio. Las figuras destacan por su expresividad. Parece que se mueven, como olas, en el fragor de la batalla. Los cuerpos se hinchan, la anatomía se exagera y los rostros de los Gigantes que se conservan expresan toda la angustia del que se sabe vencido. Este friso se considera el modelo del estilo barroco pergámeno de época helenística. Siguiendo su ejemplo se esculpirían también la Victoria de Samotracia o el grupo del Laocoonte.

LORENZO DE’ MEDICI

Escayola

Reproducción: Taller romano.1932

Original: Miguel Ángel Buonarroti. 1531-1534

La pose de esta figura ha hecho que, ya en el siglo XVI, se le bautizase con el nombre de Il Pensieroso (el pensativo). La figura original forma parte de la decoración escultórica de la Sacristía Nueva, el lugar de enterramiento de varios miembros de la familia Medici. El conjunto al completo fue diseñado y decorado por Miguel Ángel. Esta estatua en concreto decora la tumba de Lorenzo II de’ Medici, Duque de Urbino.

La figura no guarda ningún parecido con el Lorenzo real. Es más bien una representación ideal del concepto de la vida contemplativa. Lorenzo viste una coraza de cuero, como si fuese un antiguo romano. En su mano ziquierda sostiene un pañuelo, mientras se lleva el dedo índice a la boca, en un gesto pensativo. Bajo el codo izquierdo se asoma una caja con la representación de un murciélago. Estos animales fueron símbolos de la muerte y del más allá desde la antigüedad, un tema muy apropiado para un monumento funerario como este.

Victoria de Samotracia

Escayola

Reproducción: Museo del Louvre.1932

Original: Grecia. S. II a.C.

La estatua representa a Niké, la diosa griega de la Victoria. Fue descubierta en la isla de Samotracia, en 1863.

El cuerpo de Niké apareció roto en numerosos fragmentos. Además de la cabeza, los brazos y el pie derecho, al original le faltan también la zona izquierda del busto y el ala derecha. Ambas partes se restauraron en el Museo del Louvre, a finales del siglo XIX. Por ese motivo pueden verse tanto en el original, como la copia del Museo de Reproducciones. Además, la Victoria original se apoya sobre una base que tiene la forma de la proa de un barco y que aquí no está reproducida.

Llama la atención la teatralidad de la figura. La diosa parece estar descendiendo sobre la proa de un barco, mientras el viento hace flotar sus vestidos. Majestuosa, anuncia una victoria en un combate naval. Se desconoce lo que llevaba en su mano izquierda. De la derecha se ha encontrado la palma abierta por lo que se piensa que podría estar haciendo un gesto de saludo.

Moisés

Escayola

Reproducción: Taller romano.1934

Original: Miguel Ángel Buonarroti. 1505-1545

La estatua original de Moisés forma parte de la decoración de la tumba del Papa Julio II, en la iglesia de San Pietro in Vincoli de Roma. El conjunto fue obra del famoso escultor florentino Miguel Ángel Buonarroti. En la sepultura, Moisés ocupa el espacio central de la zona inferior.

La presencia de Moisés resulta impresionante. Mirando la mitad izquierda de su cuerpo parece que Moisés se va a levantar, enfurecido, de un momento a otro. Sin embargo, la parte derecha del cuerpo refleja calma absoluta. La mano derecha juega con la barba y el pie descansa completamente apoyado en el suelo.

Miguel Ángel fue un auténtico maestro en la representación de varios estados de ánimo en una misma imagen y Moisés es un ejemplo perfecto de su habilidad.

Un pequeño detalle llama la atención en la figura; los cuernos que se ven en su cabeza. Miguel Ángel sigue en su representación el texto bíblico latino que describía a Moisés con cuernos, al bajar del Monte Sinaí, después de recibir las Tablas de la Alianza.

Escayola

Reproducción: Benito Bartolozzi.1930

Originala Miguel Ángel Buonarroti. C. 1513

El Esclavo Moribundo fue una de las muchas figuras que Miguel Ángel talló para la tumba del Papa Julio II, aunque nunca llegó a colocarse en ella. El original forma pareja con el Esclavo Rebelde, ambos en el Museo del Louvre.

Miguel Ángel comenzó a tallar la figura original hacia 1513 pero nunca la terminó. Se desconoce por qué no lo hizo. Pero tampoco habría sido posible porque no hay suficiente cantidad de mármol bajo el pie derecho para poder extraerlo al completo sin que la estatua se rompa.

A pesar de su nombre, la figura representa a un prisionero y no a un esclavo. Parece que se trataba de una alegoría de la pintura prisionera, porque al morir el Papa no tenía quien la cultivase. La escultura se ha relacionado con la pintura por la representación inacabada del mono que hay tras ella. Desde la Edad Media, los simios eran símbolos de la pintura porque se decía que, entre todas las artes, esta era la más similar a la naturaleza: ars simia naturae.

Esclavo Moribundo

Afrodita y Dione

Escayola

Reproducción: Museo Británico.1934

Original: Atenas. S. V a.C.

Estas dos figuras de mujeres parece que representan a las diosas Afrodita y Dione. Las originales se tallaron en mármol del monte Pentélico, en bulto redondo, es decir, por todos sus lados. Se hicieron para colocarse en la fachada del Partenón de Atenas, en un espacio triangular, que remataba el edificio en su parte alta llamado frontón.

La mujer que aparece tumbada representa a Afrodita, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad para los griegos. La mujer sobre la que se apoya Afrodita parece que puede ser su madre Dione. Una de las características más llamativas de las figuras es la forma en la que los cuerpos de ambas pueden verse bajo los vestidos. Este modo de esculpir las telas se conoce como técnica de los paños mojados y se utilizaba para mostrar la belleza del cuerpo femenino, sin desnudarlo.

Hermes con el Niño Dioniso

Escayola

Reproducción: Talleres de los Museos Berlineses.1932

Original: Grecia o Roma. Del s. I a.C. al I d.C. Copiando un original griego del s. IV a.C.

La escultura original se encontró en el Santuario de Olimpia, en 1877. Debido al lugar de su hallazgo, se pensó que se trataba de un original del escultor ateniense Praxíteles. Sin embargo, hoy se cree que se trata de una copia de un original de aquel escultor.

El grupo representa al dios Hermes, el mensajero del Olimpo, sosteniendo en sus brazos al niño Dioniso. La escena es parte de la narración mitológica del nacimiento del dios del vino, llamado Dioniso en Grecia y Baco en Roma.

En el grupo llama la atención la pose de Hermes. De cintura para abajo el peso del cuerpo se apoya sólo en la pierna derecha, haciendo que la cadera de ese mismo lado se desplace también hacia la derecha. El tronco, sin embargo, se vuelve hacia la izquierda. Y, finalmente, la cabeza se inclina de nuevo hacia la derecha. Si dibujásemos una línea vertical desde la cabeza a los pies ésta tendría forma de ese. Esa curva hace que el cuerpo de este hombre atlético resulte muy sensual, una característica que Praxíteles solía dar a sus obras.

Sileno y el Niño Dioniso

Escayola

Reproducción: Museo del Louvre.1930

Original: Roma. S. I-II d.C.

Copiando un original griego del s. IV a.C.

La escultura representa a Sileno sosteniendo en sus brazos al niño Dioniso. Según la mitología griega Sileno era un sátiro –una criatura mitad humana mitad animal- a quien se le encargó cuidar del recién nacido Dioniso. El pequeño dios era hijo de Zeus y una amante mortal llamada Sémele. La mujer de Zeus, Hera, quería acabar con su vida y para evitarlo, Zeus mandó esconder el niño en el bosque, al cuidado de Sileno.

Se conservan varias copias de este grupo escultórico. Sus formas hacen pensar que existió un original en bronce, posiblemente de finales del siglo IV a.C., que sirvió de inspiración a las versiones posteriores. Por sus características, se piensa que el original de bronce pudo ser obra del famoso escultor Lisipo, quien fue retratista de Alejandro Magno.

Torso del Belvedere

Escayola

Reproducción: Benito Bartolozzi.1930

Original: Grecia. S. I a.C.

Copiando un original griego del s. II a.C.

La escultura original se conoce también por el nombre de El Torso. Durante el Renacimiento, se llamaba así a toda estatua que apareciese en estado fragmentario. Sin embargo, la importancia adquirida por esta figura en concreto hizo que terminase siendo considerada el ejemplo perfecto de este tipo de escultura fragmentaria.

Le faltan las piernas por debajo de las rodillas, ambos brazos y la cadera. Y, a pesar de todo, hoy tenemos una idea aproximada de cómo fue. Durante siglos se pensó que representaba al héroe Heracles (Hércules en Roma). Se creía que la piel sobre la que se sienta era la de un león, pero la cola que puede verse en el lado derecho no se corresponde con la de este animal.

Hoy se cree que representa a Ájax, otro héroe griego.

La figura habría estado sentada, con su codo derecho apoyado sobre el muslo. La mano derecha sostendría una espada, con el filo hacia abajo.

La cabeza se habría apoyado, pensativa, sobre la empuñadura de la espada y con la mano izquierda habría sujetado la vaina de la espada que correría paralela a la pierna.

Sobre la base de la estatua puede leerse aún la inscripción realizada por su autor: «Apolonio, hijo de Néstor, ateniense, la hizo».

Diana de Versalles

Escayola

Reproducción: Museo del Louvre.1932

Original: Roma. S. II d.C.

Copiando un original griego del s. IV a.C.

Esta escultura se conoce como Diana de Versalles porque durante mucho tiempo estuvo decorando aquel famoso palacio francés. La figura original llegó a Francia hacia 1556, durante el reinado de Enrique II, al parecer como regalo político del Papa Pablo IV.

Primero se instaló en el Palacio de Fontainebleau. A principios del siglo XVII se trasladó al Palacio del Louvre y a mediados del mismo siglo Luis XIV se la llevó a Versalles, de donde tomó su nombre.

Representa a la diosa romana Diana, conocida en Grecia como Artemisa. Era la diosa de la caza y como tal lleva a su espalda un carcaj con flechas. Como protectora de la naturaleza que también fue está se acompaña de un ciervo.

Durante mucho tiempo se creyó que la estatua era un original griego del siglo IV a.C. y que formaba pareja con otra famosa escultura (que también puede verse en el Museo) conocida como el Apolo del Belvedere. Sin embargo, hoy se cree que es una copia romana de una estatua griega perdida.

Venus de Milo

Escayola

Reproducción: Museo del Louvre.1932

Original: Roma. S. I a.C.

La Venus de Milo es una de las esculturas más famosas del mundo antiguo. A pesar de la creencia popular, no se trata de una estatua griega. La escultura fue producida por talleres romanos y sus formas obedecen a los gustos de aquel momento.

Se conoce como Venus de Milo porque se encontró, en 1820, en la isla griega de Milo o Melos. Desde su hallazgo se convirtió en un modelo de belleza griega, aunque la estatua más bien adapta formas del pasado griego a los gustos romanos. La cara parece que se inspira en modelos clásicos del siglo V a.C. y la forma de representar la carne recuerda a las creaciones de Praxíteles, en el siglo IV a.C. El cuerpo, sin embargo, parece seguir los modelos helenísticos y gira sobre sí mismo, para ofrecer diferentes puntos de vista.

Venus del Esquilino

Escayola

Reproducción: Benito Bartolozzi. 1931

Original: Roma. S. I a.C.

La estatua original se encontró en los Horti Lamiani (los Jardines Lamianos) romanos, en la colina del Esquilino, en 1874. Se trata de una imagen de Venus desnuda, recogiéndose el cabello tras el baño. Aunque la figura ha perdido sus brazos, los restos de los dedos de su mano izquierda pueden verse sujetando el moño.

La escultura sigue el modelo de representación conocido como Venus Anadiómene o Venus surgida del mar. Según una de las versiones sobre su nacimiento, la diosa Venus- Afrodita surgió de la espuma del mar. Esta espuma se formó alrededor de los genitales castrados del dios Urano, lanzados al agua.

Sin embargo, hay un pequeño detalle que da a la figura un aire de misterio. Sobre las paredes de la vasija que aparece a los pies de la diosa se enrosca una serpiente. Hay investigaciones que ven en esta serpiente una referencia a Egipto y proponen que se trata de una imagen de la famosa reina Cleopatra.

Afrodita Cnidia

Escayola

Reproducción: Casa Juan Serra.1943

Original: Roma. S. I. a.C.

Copiando un original griego del s. IV a.C.

La Venus de Cnido o Afrodita Cnidia fue una famosa escultura antigua de la que sólo se conservan copias y versiones. El original fue tallado por el escultor griego Praxíteles, en el siglo IV a.C. Fue famosa desde que salió del taller porque fue la primera estatua de gran tamaño en representar a una mujer desnuda. Su nombre proviene de la ciudad que la compró, Cnido, en Asia Menor. Una de las versiones más famosas de aquel original es la Venus Colonna de los Museos Vaticanos que aquí se reproduce.

Praxíteles fue conocido por representar escenas mitológicas utilizando muy pocos elementos. Aquí podemos ver a Afrodita, sosteniendo una tela sobre una vasija y llevándose la mano derecha al pubis. Al mirarla, da la impresión de que la hemos sorprendido en el baño. Parece que el conjunto representaba a la diosa bañándose y embelleciéndose, antes de someterse al Juicio de Paris quien debía elegir a la diosa más bella.

Laocoonte y sus Hijos

Escayola

Reproducción: Museos Vaticanos.1934

Original: Grecia. Ss. III a I a.C.

El grupo representa al sacerdote troyano Laocoonte y a sus dos hijos en el momento en el que son atacados por dos serpientes, enviadas por Poseidón. Nos cuenta una escena relacionada con la Guerra de Troya. Laocoonte se niega a aceptar el famoso caballo de madera y recomienda que no se meta en la ciudad. Poco después, al hacer un sacrificio a los dioses, acompañado de sus hijos, del mar surgen dos serpientes que acaban con sus vidas. Los troyanos interpretan su muerte como un castigo por no aceptar el caballo y lo introducen en la ciudad. Por la noche, del interior del caballo de madera, sale Ulises con parte de las tropas griegas, abre las puertas de la ciudad y con ello provoca la caída de Troya.

La escultura original es uno de los grupos griegos más famosos de todos los tiempos. Llegó al Vaticano en 1506, tras encontrarse en Roma por pura casualidad. Se considera uno de los mejores ejemplos del barroco helenístico. Este estilo artístico se caracteriza por su fuerza expresiva, su dinamismo y la poderosa representación de los cuerpos.

Busto de Homero

Escayola

Reproducción: Museos Nacionales de Francia

Original: Roma. S. II d.C.

Copiando un original griego del s. II a.C.

Se conservan numerosos bustos antiguos que representan al poeta griego Homero, aunque ninguno de ellos puede considerarse u verdadero retrato. Homero habría vivido en torno al siglo VIII a.C. y sus retratos no se habrían producido hasta varios siglos después.

El busto original está tallado en mármol, en un estilo que recuerda a la escultura del taller de Pérgamo. Parece que, en el siglo II a.C., este taller creó una estatua de cuerpo entero de Homero, a tamaño natural, que sirvió de prototipo para los muchos bustos que se hicieron después.

Homero está representado como un anciano, al final de su vida. Los ojos hundidos y vacíos quieren reflejar la ceguera del poeta. El retrato, aún siendo imaginario, utiliza formas naturalistas para tratar de crear un personaje real, aunque no cercano. La banda sobre la frente lo relaciona con el mundo de los héroes y no con el de los mortales.

Escayola

Reproducción: Benito Bartolozzi. 1930

Original: Roma. S. II d.C.

Copiando un original griego del s. V a.C.

Solemos relacionar la figura del Discóbolo con el escultor griego Mirón. Él fue el creador de la escultura original en bronce, pero todo lo que hoy conservamos son copias romanas de aquella obra de Mirón. Existen diferentes versiones, en diversos estados de conservación y en distintos tamaños y materiales. La copia romana más famosa es el Discóbolo Lanzelotti del Museo Nacional Romano. La que aquí puede verse es una versión reducida del Discóbolo Townley que se conserva en el Museo Británico. Se trata de una versión en la que la cabeza se ha colocado incorrectamente. Parece que en el original de Mirón la vista del atleta se dirigía al disco y no al suelo.

La estatua representa a un lanzador de disco, justo en el momento previo al lanzamiento. La figura ha resumido el movimiento en una pose estática. De esta forma, somos nosotros quienes recreamos en nuestra mente la acción completa del lanzamiento.

Discóbolo

Apolo del Belvedere

Escayola

Reproducción: Museos Vaticanos. 1932

Original: Roma. S. I d.C.

Copiando un original griego del s. IV a.C.

La estatua original del Apolo del Belvedere formaba parte de la colección privada del Cardenal Giuliano della Rovere. En 1503, el Cardenal se convirtió en el Papa Julio II y la estatua se trasladó al Vaticano, donde sigue encontrándose hoy en día.

La figura representa al dios griego Apolo, hermano mellizo de la diosa Artemisa. Apolo era dios de la música, la poesía y las matemáticas y se relacionaba con las ideas de la belleza, de la medida y el orden. Presidía el santuario de Delfos y allí era el dios de la adivinación. Cuenta la mitología que para gobernar el santuario tuvo que matar primero a la serpiente Pitón. Se cree que esta estatua pudo representar a Apolo disparando a la serpiente. Además de llevar flechas a la espalda, parece que en su mano izquierda pudo sostener un arco.

Gladiador Borghese

Escayola

Reproducción: Museo del Louvre. 1934

Original: Grecia. Ss. II a I a.C.

Aunque la estatua se bautizó con el nombre de gladiador sabemos que no representa a uno porque los antiguos gladiadores romanos no solían aparecer desnudos. Al contrario, hoy se cree que la figura representa al héroe griego Aquiles. El personaje estaría combatiendo contra un enemigo a caballo. En su brazo izquierdo habría llevado un escudo del que sólo queda la abrazadera con la que se sostenía alrededor de su antebrazo. Al mismo tiempo, mientras protegía su cuerpo con este escudo, atacaba con la espada que habría llevado en su mano derecha.

La estatua está firmada en su base. En griego puede leerse: Agasias, hijo de Dositeo, efesio, la hizo. Parece que se trata de una copia helenística de un original de bronce del siglo IV a.C. Durante siglos perteneció a la familia Borghese, de la que tomó su nombre hasta que el Príncipe Camilo Borghese se la vendió a Napoleón, en 1807.

Escayola

Reproducción: Benito Bartolozzi. 1930

Original: Roma. S. I d.C.

El Espinario fue una de las pocas esculturas antiguas que continuaron víendose en Roma tras la caída del Imperio Romano. Estuvo colocada en la Plaza de San Juan de Letrán hasta que Sixto IV la trasladó a su ubicación actual en los Museos Capitolinos.

El original que puede verse en Roma se fundió en bronce. Sin embargo, existen muchas otras versiones del mismo tema, tanto en bronce como en mármol.

La figura es producto de las modas impuestas por la élite romana. Combina el naturalismo de la época a la hora de representar el cuerpo, con una cabeza que imita al clasicismo del siglo V a.C. El rostro no refleja ninguna emoción y el pelo se ordena de una forma nada naturalista.

Su temática está inspirada en un acontecimiento sin importancia; un niño que se ha clavado una espina en el pie y trata de sacársela y su título se deriva precisamente de esta acción.

Espinario

Diana de Gabies

Escayola

Reproducción: Museo del Louvre. 1932

Original: Roma. S. II d.C.

Copiando un original griego del s. IV a.C.

La estatua representa a Diana, la diosa de la caza y de la naturaleza salvaje. Diana era su nombre romano, mientras Artemisa era el griego.

La estatua original se encontró en Gabies, Italia, en 1792. Desde que salió a la luz se ha pensado que era una copia romana de un original griego anterior. Se creía que la estatua que sirvió de modelo era una obra de Praxíteles, un famoso escultor griego del siglo IV a.C. Él fue el encargado de hacer una figura de la diosa Artemisa para un templo de la Acrópolis de Atenas llamado Brauroneion. El templo estaba dedicado a la diosa como protectora de las mujeres en general. De ellas, Artemisa solía recibir ofrendas, consistentes en mantos y otros objetos femeninos. En este caso, el manto que se pone la diosa podría ser uno de esos regalos que se depositaban en el templo.

Niño de la Oca

Escayola

Reproducción: Benito Bartolozzi. 1930

Original: Roma. S. II d.C. Copiando un original griego del s. II a.C.

Durante la Época Helenística no sólo se puso de moda representar temas sin importancia aparente, sino que además nuevos personajes comenzaron a aparecer en el arte. Las esculturas ya no sólo estaban protagonizadas por jóvenes atléticos y bellas mujeres en la flor de la vida, sino también por niñas, ancianos o personas feas y deformes. Otra novedad consistió en abandonar la visión frontal de las esculturas. Ahora, las figuras se diseñaban para verse desde todos sus ángulos y no sólo desde delante.

El Niño de la Oca es un ejemplo perfecto de las nuevas tendencias helenísticas. El grupo nos muestra a un niño jugando con una oca o un ganso. Se trata de una escena sencilla y familiar que no pretende tener ningún significado simbólico. Además, su composición en forma de pirámide nos obliga a rodear las figuras para poder apreciar todos los detalles de la escena.

Escayola

Reproducción: Instituto Real de Florencia. 1930

Original: Roma. S. I d.C.

Copiando un original griego de los ss. III a I a.C. El grupo original de los luchadores se encontró en Roma, a finales del siglo XVI. Francesco I de’ Medici lo compró inmediatamente después de su aparición y lo trasladó a su villa en Roma. En el siglo XVII, la escultura se trasladó a Florencia y se instaló en la Tribuna, en la Galería de los Uffizi, donde puede verse todavía hoy.

Ambas figuras aparecieron sin sus cabezas. Para completar el grupo a una de las figuras se le colocó una cabeza antigua de época romana, mientras a la otra se le hizo una copia de la primera.

Parece que las figuras representan a dos pancracistas griegos. El pancracio era uno de los tres tipos de lucha que se practicaban en los Juegos de la antigua Grecia. Este tipo de composiciones de cuerpos entrelazados se pusieron de moda durante la fase final del arte griego, la Época Helenística.

Los Luchadores
www.bilbokoberreginenmuseoa.eus info@ bilbokoberreginenmuseoa.eus Tel.: +34 944 150 231

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