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1.3 Acompañar para transformar
instrumento para mejorar la salud y terapéutica coadyuvante de la enfermedad.
El escenario que muestra es estimulante. Los museos, antaño puros depósitos de obras de arte, se comprometen ahora en un nuevo rol que abandona una postura estática para devenir en instrumento dinámico de cambio personal y social. El presente proyecto es un magnífico ejemplo de esta intervención en el caso de las personas con problemas de salud mental. Muestra cómo las artes plásticas pueden contribuir a una aproximación multifacética del tratamiento de los trastornos de salud mediante una integración de los entornos culturales y los recursos comunitarios. Volviendo a la reflexión del principio, quizá el siglo XXI recuperará el concepto holístico de filosofía, que incluía inicialmente tanto al arte como a la ciencia.
Catedrático Josep Eladi Baños Díez Rector de la Universitat de Vic Universitat Central de Catalunya (UVic-UCC).
En Grupo 5 tenemos una máxima constante que es mejorar la calidad de vida de las personas en situación de vulnerabilidad social. Esa misión es visible en el trabajo que desde hace doce años llevan desarrollando el Centro de Rehabilitación Psicosocial y el Centro de Día de Soporte Social Latina junto con el Área de Educación del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid y a los que se suma la Universitat de Vic.
La colaboración con el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y los recursos psicosociales de Latina ha evolucionado y crecido desde sus inicios, generando posibilidades y oportunidades para personas que pertenecen a estos recursos y a las que la sociedad, de una manera u otra, les ha ido cerrando las puertas.
Acompañar en la apertura de esas puertas donde lo comunitario se hace imprescindible es la labor diaria de nuestros equipos.
A lo largo de estos doce años hemos observado el cambio en personas como Raquel, Manuel, Pablo, Toni… donde, a través de la labor del Área de Educación del museo, sus voces se han podido oír sin miedos y sin juicios, donde sus emociones e impresiones han sido igual de válidas que las de cualquiera, donde han confluido con otras personas con el único fin de disfrutar del arte, de compartirlo, donde su autoestima ha aumentado e impulsado esa confianza en sí mismas hacia el resto de las esferas de su vida, donde el arte ha sido sinónimo de salud y el museo, un espacio de oportunidad, donde han vuelto a creer en lo que realmente son: ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho.
Hemos observado que la convergencia de museos, universidades y entidades genera un espacio para la transformación social que evidencia el papel democratizador del arte como lenguaje, el del museo como lugar, el de la universidad como verificador y el de las entidades como facilitadoras.
Aprendimos y seguimos aprendiendo porque estamos convencidas de que el arte tiene la capacidad de crear entornos seguros, libres de estigmas y de ser uno de los ejes que lidere la generación de una sociedad inclusiva donde el respeto a la diversidad sea la base sobre la que caminar, sobre la que avanzar.
Ana Lozano Cámbara Directora de Comunicación y RSC. Grupo 5