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4.4 Doce años de colaboración abriendo nuevos caminos

Se trata de un proceso mutuo de transformación cuya meta es la consecución de una ciudadanía plena: la persona participando de forma activa como miembro de pleno derecho en una comunidad inclusiva.

En suma, es deseable pensar este trabajo y su trayectoria como un proceso que, de manera orgánica, va impactando y transformando a todos los agentes implicados: a las personas que participan porque les descubre nuevas posibilidades y escenarios, a los profesionales porque les ofrece la posibilidad de adoptar nuevos roles de acompañamiento y de participación desde perspectivas más horizontales, a los recursos n porque les permite abrirse a una dimensión comunitaria y al propio museo y a sus educadores porque los resignifica como escenario y puentes de encuentro para la transformación social.

Imagen 4: master class del proyecto del congreso internacional Aletheia.

El museo y las posibilidades que genera a través de su colección fueron el escenario donde en 2008 se pusieron las bases del primer acercamiento entre el CRPS Latina y el Área de Educación del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza a través de sus líneas de educación y acción social.

Desde un primer momento, la facilidad de diálogo y la coincidencia de objetivos entre los educadores del museo y los profesionales de los recursos de rehabilitación (de la acción centrada en la persona ysusnecesidades),laplenadisposiciónaexperimentarlas posibilidades a través de la vivencia periódica de las actividades en el museo y la metodología de diálogo y participación con la que ya se intervenía con otros públicos desde los programas educativos, facilitaron que las visitas y los talleres tuvieran una gran acogida por parte de los participantes. A su vez, tuvieron un gran impacto en los profesionales, que se descubrieron redefiniendo roles y experimentando relaciones con el grupo con el que de manera conjunta cocrearon la experiencia, tanto de los educadores del museo como de los profesionales de los recursos.

Imagen 5: reflejo de las participantes en una instalación en el proyecto inclusivo Nos+Otras en red.

Este primer acercamiento a las posibilidades del arte y su uso también fue la primera experiencia de trabajo para el CRPS Latina con este recurso que, avalado por los resultados obtenidos, derivó años después en el proyecto PCEA, centrado en la exploración con otras dimensiones del arte (pintura, danza, teatro, cine, literatura) y en la expansión a otros escenarios y acciones que, casi en su totalidad, se desenvolvieron a través de las redes de trabajo establecidas en torno al museo, en el que muchas veces se llevarían a cabo.

Imagen 6: experiencia en el museo liderada por el propio grupo.

De este modo, se fue estableciendo, de manera natural, una especial alianza entre los recursos de rehabilitación de Latina y sus acciones, y el Museo Nacional Thyssen Bornemisza a través de las líneas de educación y acción social de su Área de educación.

Esta relación surgió del propósito de amplificar las posibilidades del museo como espacio de transformación social, como escenario y ámbito comunitario de participación, y como ejercicio del derecho a la cultura. A su vez, nació en la idea de aprovechar el potencial de los lenguajes artísticos como medio para el desarrollo de habilidades y destrezas y vehículo de capacitación y expresión de los participantes, término este último en el que también se incluyen los profesionales del recurso, que en el museo desempeñarían un papel híbrido entre apoyo, acompañamiento y aceptación del rol como un participante más.

El desempeño de este papel activo en una práctica como la del uso del arte y la presencia en un espacio como el del museo implican, por su normalización entre el público del museo, la transformación respecto a la visión social del colectivo de las personas con diagnóstico de enfermedad mental. Partiendo de este encuadre, se desarrollaron actividades significativas para facilitar la capacitación (enabling), la agencia y el empoderamiento como medios para desarrollar el bienestar emocional de las personas: su autoconcepto, su independencia, la práctica de comportamientos saludables y la autopercepción de utilidad, además del aumento de la percepción del bienestar y la autorrealización (Carleto, Castro y Tavares, 2010).

Partimos de una concepción del arte y de la experiencia en el museo como instrumentos y herramientas que favorecen la expresión de emociones y la elaboración de un lenguaje subjetivo, y permiten el desarrollo de potencialidades y el autoconocimiento de la persona, su proyección en el discurso sobre la obra y la apropiación y reelaboración de su propia narrativa vital. Este hecho también transforma la realidad del museo al romper el relato hegemónico en torno a la obra de arte, crear nuevas visiones y posibilitar diversas maneras de ver las obras y de estar en el museo.

Descubrimos así el museo como un escenario de participación y de desarrollo de nuevos roles que transforman la manera de estar de las personas en los espacios culturales, haciéndolas pasar de sujetos y consumidores pasivos a sujetos activos productores de recursos(ilustración4).Enesteproceso,elrelatodelaspersonas que antes estaba instalado en los márgenes ocupa ahora una posición central, enriquece y humaniza la institución y la dota de una dimensión que permite transformar la visión social de las comunidades y de las personas.

Ilustración 4: pasos a desarrollar desde el museo para el funcionamiento de la red.

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