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4.8 Metodología y tipologías de acción
Aunque la diversidad de tipologías de accion hace que la intervención funcione con diferentes registros y dimensiones, podemos indicar que, en las actuaciones centradas en la actividad en las salas y talleres del museo, la metodología empleada durante las visitas y talleres es de tipo participativo, horizontal, dialógico, de carácter andragógico y basada en los principios de participación, horizontalidad y flexibilidad.
Usamos el diálogo y la experiencia ante las imágenes artísticas como base para la reflexión y la creación de conocimiento en los participantes. A su vez, añadimos técnicas de expresión plástica y dinámica como detonante de los aprendizajes y vehículo de expresión de sus intereses y preocupaciones a través de su potencial creativo y simbólico. Todo el proceso se codiseña entre los agentes implicados: educadores, profesionales del recurso y, en la medida de lo posible, los participantes.
Cada acción va precedida de una sesión preparatoria, de la que resulta una ficha de actividad. Tras ella, se lleva a cabo una puesta en común, donde se evalúan las diferentes dimensiones de la vivencia y se replantean los pasos a seguir y las siguientes acciones (ilustración 8).
Ilustración 8: tipologías de las acciones con el museo
En la observación y el diálogo con respecto a las obras priman los contenidos de cultura visual frente al discurso histórico-artístico para potenciar el desarrollo de los relatos personales y la creación de otros lenguajes que apoyen los procesos y objetivos personales de los participantes y de los profesionales en su trabajo con el grupo.
Entendemos los talleres plásticos como experiencias que apoyan o detonan los contenidos. Así, pueden consistir en experiencias que complementen el relato creado por el grupo, ayudándolo a profundizar en los contenidos, o en creaciones libres de las que surja un discurso que ayude a crear el vínculo con el museo en relación a su propia producción.
A pesar de todo esto, los formatos de diálogo siempre quedan abiertos a expensas de pactar sus contenidos y forma con los participantes. Esta idea implica hacerlos responsables de la experiencia. La metodología de trabajo conlleva, por tanto, una evolución de la implicación y los roles activos de las personas que participan en las actividades.
Por tanto, podemos destacar que hemos utilizado una metodología de carácter participativo de investigación-acción, de investigación basada en las artes y de carácter constructivista.
Establecemos cuatro tipos principales diferenciados de acciones que dejan fuera otras de carácter más puntual.
Acciones Grupales:
En este tipo de acciones, aunque están sujetas a una gran variabilidad, el formato más común se establece a través de:
Fase inicial del proceso: se diseñan las visitas de manera transversal de octubre a junio.
• Selección del tema: constructos semánticos asociados a significados de ideas como las de prejuicio, identidad, afectividad, sexualidad, miedo, amor, soledad, participación, estigma o familia, entre otras; todos ellas, dimensiones psicosociales de la salud y que se intervienen desde los recursos con el fin de lograr reflexiones que sirvan como material de cara a las visitas. Este
proceso se considera un continuum que permite la evaluación, el ajuste y la intervención a lo largo del tiempo, destacando el carácter vivo que nace del diálogo horizontal entre las partes.
La elección de la temática derivará de las necesidades manifiestas y latentes de los participantes y se constituirá en el eje desde donde partirán tanto la elección de los cuadros como del taller manipulativo asociado a la visita, que se constituye como una forma de integración y de transición de lo simbólico a lo factible.
Acción Individual:
Aprovechamos la herramienta que posibilita el museo en sí para la intervención de carácter individual con personas en procesos específicos de recuperación. El museo como agente social posibilita que emerjan cuestiones que pueden ser abordadas en el contexto de la intervención en los recursos, de manera que se refuerce la acción terapéutica con una proyección de participación comunitaria, enfatizando el sentido del proceso de recuperación personal y promoviendo una implicación activa de la persona al dotar de significación social al esfuerzo personal. Se abren, así, posibilidades al desarrollo de competencias en personas que, hasta el momento, mostraban una mayor resistencia al cambio. Ejemplos de ello son las personas involucradas en el voluntariado en el museo, en la creación del material Círculo de Historias y del blog sobre la experiencia con las obras, o en la participación en jornadas, congresos, cursos, seminarios, etcétera.
Acción Familiar:
Dadas las posibilidades reales que proporciona el museo, se propuso su utilización con las familias, con el fin de que experimentasen los mismos procesos que sus familiares y fueran capaces de acercarse a ellos desde otro lugar alejado del rol de persona enferma, para transformarse hacia el encuentro y reconocimiento de sus capacidades. El objetivo último de esta propuesta era introducir modificaciones en la dinámica familiar, evitando el excesivo énfasis en los elementos limitantes de la enfermedad y crear espacios donde no tuviera sentido la alusión a dichos elementos. Se extendía así la promoción del cambio desde la persona al sistema familiar, mediante un enfoque interactivo