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Comportamiento de cardumen

COLUMNA: NELSON JUNIOR

Un recuerdo muy interesante que tengo de mi infancia y adolescencia fue la aparición de las áreas de alquiler de entretenimiento y entrega de comida a domicilio

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COMPORTAMIENTO DE CARDUMEN

NELSON JUNIOR

Guitarrista, productor, especialista de producto, instructor de música, sideman, vendedor desde los 13 años, colaborador didáctico de publicaciones musicales y escritor

La entrega - o delivery - no era algo habitual en Brasil y comenzó con los “disque pizza”, que dio lugar a establecimientos que eran sólo para preparación, pedido y entrega, ya sea en el mostrador o a través del servicio de motos, que proliferaron en esa área.

Casi en paralelo, con la aparición de videojuegos domésticos y videograbadoras, el servicio de alquiler de entretenimiento creció tan dramáticamente que la piratería llegaba antes que las películas originales - TODAS las tiendas de alquiler trabajaban inicialmente con películas que eran pirateadas y subtituladas por pequeñas productoras, que, a su vez, crecieron y, en determinado momento, se oficializaron, debido al crecimiento de ese sector.

Tengan en cuenta que la correlación surge naturalmente, en la que las personas pasan a alquilar películas y juegos, y al llegar a casa, piden pizza y bebidas, y se divierten con familiares y amigos.

Sin mencionar a aquellos que traían, oficialmente o no, aparatos de video y juegos, y aquellos que los transcodificaban, una área que fue creciendo naturalmente a través de la demanda, pero con el hecho de que donde surge un elemento que satisface una necesidad, surge la exposición del incumplimiento de las necesidades de otro lado. Con el crecimiento del entretenimiento en el hogar, comenzó a haber en esa época una crisis en el cine. Ni se soñaba con la interconexión actual de internet y los aparatos que la utilizan.

¿Vas a seguir al resto?

Donde hay oportunidades está el comportamiento de cardumen Si esas áreas han surgido mostrando una necesidad de consumo, en paralelo, surgen inversores que surfean la ola creada, y con esto, en poco tiempo el número de delivery de pizza y las tiendas de alquiler crecieron enormemente, al punto de que cualquier garaje se convertía en una oportunidad para abrir un nuevo negocio, que a veces se iniciaba de manera informal y después migraba a la oficialización.

El exceso de oferta genera un mercado dividido, con porciones más pequeñas del pastel, y, con eso, el que se destacaba era el que ofrecía algo extra, o diferente, y así las promociones de pizza y refrescos se convirtieron en algo común... ¿Quién sobreviviría? Quién ofreciese el mejor servicio y productos o quien fuera innovador.

Surge el delivery de hamburguesas,

comida china, comida árabe, etc.

Cada vez que uno prospera, el otro abre al lado ofreciendo exactamente el mismo producto y, por lo tanto, sólo sobrevive por precio, calidad o servicio. Pero un día todo se nivela con los avances tecnológicos y las prácticas de mercado.

Las tiendas de alquiler ya dependían únicamente de la cuestión tecnológica, y con la aparición de grandes inversores, las pequeñas cayeron; y con el cambio de medios, descargas y streaming, los grandes ganaron terrero.

En general, el comportamiento de cardumen del mercado es seguro durante un tiempo y no requiere “pensar”, sólo seguir el flujo. Inevitablemente, un poco más adelante hay una “red” o depredadores esperando el cardumen.

Seguir el flujo inicial, pero notar el camino del agua para mudar de dirección, a veces aparentemente contra la corriente, crea inversores más alertas.

En el mercado de la música no es diferente Todas las marcas tienen sus variables de modelos clásicos de instrumentos y un miedo a innovar, por el riesgo. Pero con tantas marcas haciendo lo mismo, ¿ya no se fragmenta el volumen de ventas?

Aún más, dado que no se tiene el mantenimiento del interés en el área y sus productos, ¿no se conduce a la extinción del negocio en sí? ¿No es hora de pensar en innovar en el presente y alentar el futuro?

Como negocio, la música debe ser inicialmente atractiva e inspiradora para el futuro músico, o el músico potencial, ya que él será el consumidor de los instrumentos y equipos en general del sector, y sin el estímulo del mercado futuro, con una percepción atractiva como campo profesional, el mercado se extingue.

No darse cuenta de esto es nadar camino hacia la “red”, depredadores de sí mismos, en un futuro donde no hay consumidores, porque uno no crea demanda ni garantiza el interés en el “ser” músico, la base de toda la pirámide.

Es muy sencillo darse cuenta de la importancia del incentivo de actividades musicales profesionales y

mantener la música como profesión, si continuamos con el análisis comparativo inicial, que fue con el ramo de delivery de alimentos.

El mercado futuro de quien trabaja con alimentos se mantiene por la necesidad de comer para continuar con vida, por el placer del sabor añadido.

La música necesita esfuerzo, entrega, genera dolor físico por las horas de entrenamiento, tiene resultados a mediano y largo plazo de estudio y, en una generación centrada en la inmediatez, cuyo comportamiento de cardumen es el acceso a las redes sociales, es difícil fomentar la continuidad de la música sin acción.

Ya no es posible cruzar los brazos y esperar que el mercado “lo haga solo” porque es necesario plantar para después cosechar...

Si el joven no entiende el sector de la música como ganancia, como placer y superación personal, como un esfuerzo a ser recompensado meritocráticamente en el estudio, y no como un granero de celebridades excéntricas, y no ve la remuneración en el sector, ¿quién en su sano juicio querrá seguir esta profesión?

Si no hay unión y esfuerzo en la base para mantener la música como carrera, el mercado desaparecerá.

El cine se ha reinventado a sí mismo mejorando la experiencia, al punto de que el formato es el mismo, pero la ejecución, las salas, todo fue mejorado creando un evento memorable.

La música, en su base, depende del músico, del campo de trabajo que se le ofrece y del público al que llega. Y la aparición del músico depende de la pasión, la inspiración por el ejemplo y la oportunidad.

Si no pensamos que el músico es el consumidor, y que él puede estar al borde de la extinción por falta de incentivos al mercado futuro, no habrá comprador, la cadena se romperá y el mercado terminará como negocio.

La solución es que cada uno proporcione su incentivo al mercado futuro, porque la marea no siempre lleva al camino correcto y, a veces, como hace el salmón, hasta el agotamiento, es necesario seguir al futuro, nadando contra la corriente, y la comodidad de dejarse llevar es el camino hacia la extinción.

La ganancia es el resultado, el crecimiento es inevitable, pero quien se deja llevar por las aguas del menor esfuerzo no “procreará”, no dejará un futuro asegurado. n

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