El país de las desigualdades Lo principal ante todo es averiguar cómo y cuáles son las razones y causas de nuestra situación actual en el ámbito económico y social. Viene bien explicado en el artículo leído. Desde hace tiempo, la distribución de la renta ha generado desigualdades económicas y por lo tanto sociales. España se sitúa en entre los países más desiguales de Europa, y entre las razones y causas, destacamos el largo periodo de dictadura y el déficit económico que ha sufrido el país, esto conllevo por ejemplo los bajos salarios en el mundo industrial. El insuficiente desarrollo del sector público, por corrupción, afecto tanto en la distribución primaria generando menos puestos de trabajo necesarios, en actividades como la educación, la sanidad, los servicios sociales y la investigación, como en la redistribución. Se genera una desigualdad de género, la mujer siempre ha desempeñado el papel de ama de casa y cuidadora de la familia, cuando el modelo familista entro en crisis, hubo una mayor incorporación de la mujer en el ámbito laboral optando siempre las mujeres inmigrantes con derechos disminuidos. Con esto vemos que las desigualdades siempre han existido y desarrollado a lo largo de la historia. Esto, dicho anteriormente, perpetuo en el sistema educativo, puesto que la sociedad estaba dividida entre personas de altos cargos y una gran mayoría de ineducados. Una de las explicaciones que se aporta frente a la desigualdad, es que se genera entre clases sociales. La minoría constituye la clase denominaste, pero los más afectados son el resto de la población, los no privilegiados. Estas desigualdades permitieron al poder legitimar las políticas de recorte de derechos. Por ejemplo, las diferencias entre los funcionarios y los no funcionarios a la hora de aplicar los salarios públicos. Estas desigualdades nacen del desarrollo capitalista, por ello, es necesario analizar si en nuestro marco laboral existen instituciones que cooperan el mantenimiento de esta desigualdad. Hay que destacar el modelo de contratación colectiva, generado en pleno franquismo. Esta estructura está diseñada para permitir una importante diferenciación salarial entre empresas y sectores públicos. Se ha hecho un esfuerzo de racionalización de la estructura, pero el hecho de fijarse simplemente en los niveles de crecimiento salarial aceptables generalizo el mantenimiento de las desigualdades. La evolución organizativa genero una óptica de fragmentación de los colectivos laborales, diferenciación de derechos, descarga de riesgos y control de la actividad través de las siguientes formulas: el uso de las modalidades específicas de empleo, la externalización de actividades y diferenciación salarial. El segundo elemento, desataca el salario mínimo interprofesional SIM cuyo nivel se sitúa por debajo de la pobreza. En los últimos años de adoptó una nuevo, el IPREM, pero no sirvió para promover un crecimiento sustancial del SIM.
El tercer elemento, es el escaso desarrollo de la formación profesional, las diferencias fundamentales se encuentran en el campo educativo. Este escaso desarrollo es debido por el poco interés de la misma y de la gente. El aumento de las desigualdades en los años de crisis, surge por las dificultades de emprender otras estrategias o por el bloqueo que sobre las posibles alternativas han tenido las elites nacionales e internacionales. El aumento del desempleo, es causa del insuficiente nivel de cobertura social de las personas sin empleo. El INEM ofrece esa cobertura, pero no mide a los no inscritos, lo que sobrevalora el nivel. En España, el 46% de los parados cubiertos recibieron en 2012 la prestación contributiva mientras que el resto, se situó en estado de pobreza. Aumentaba la debilidad de las estructuras públicas y la tolerancia con un sistema tan desigual que nos ha llevado al desastre. La desigualdad extrema. Afecta en todos los aspectos, sobre todo en la convivencia y en el bienestar. Debemos luchar por una sociedad igualitaria, es complicado y tenemos tres campos en los que trabajar: En primer lugar; la estructura y contenido de la negociación colectiva. En segundo lugar; elevar el nivel del suelo de derechos, y en especial el salario mínimo. Y, en tercer lugar; cualquier apuesta igualitaria exige legitimarla. En cuanto al empleo destaca la penosidad, inestabilidad, peligrosidad, horarios poco deseables…Esto afecta de un modo u otro la calidad de vida del ser humano. Muchos empleos peor pagados carecen de reconocimiento social. Muchos también están mal pagados porque se les considera de baja dificultad, pero muchas personas educadas y formadas son incapaces de desempeñar esa tarea. Si miramos la estructura social, el mundo va al revés ya que muchos trabajos peor considerados contribuyen crucialmente a nuestro bienestar, mientras que los mejor pagados son fuente de malestar. En este artículo, Albert subraya las razones y causas que nos han conducido a esta situación, defiende un enfoque igualitario y sugiere algunas acciones que el movimiento sindical puede emprender para derrumbar la crisis actual.