NOTA PREVIA Este libro de poemas es el producto final del proyecto Un cancionero petrarquista1, desarrollado en el IES “Chaves Nogales” de Sevilla durante el tercer trimestre del curso 2015-2016, como parte de la materia Lengua Castellana y Literatura de 3º de ESO F. El libro culmina un proceso de escritura colaborativa entre los alumnos y alumnas del grupo. Se trata de la recreación de algunos poemas del Cancionero de Francesco Petrarca, nacida de la aplicación de los principios humanistas de la imitatio renacentista. Los poemas mantienen la numeración de los originales de Petrarca, por lo que se puede acudir a ellos para comprender mejor el proceso de asimilación y transformación de los modelos. Por otro lado, el canon de belleza petrarquista ya no es el actual, y el sentimiento amoroso también ha cambiado bastante en estos primeros años del siglo XXI, especialmente en lo que se refiere al papel de las mujeres en las relaciones amorosas. Nuestros poemas pretenden ser una actualización en ambos sentidos indicados de los poemas petrarquistas. Esperamos que sean de vuestro agrado.
1
Este proyecto quedó en segunda posición en la convocatoria de los VIII Premios Rosa Regás a materiales educativos que defiendan la igualdad entre hombres y mujeres. La secuencia didáctica puede visitarse en http://sites.google.com/site/cancioneropetrarquista/
RIMAS IN VITA
1 Tened en cuenta, los que escucháis estos versos, que se trata del reflejo de un amor de juventud que, desde mi madurez, contemplo con sonrojo. Perdonad este atrevimiento y comprendedlo. Ha sido un breve sueño, y ya no importa. Nacho Gallardo
3 El día que al sol palidecía un día de viernes santo comenzaba, y fue entonces cuando, sin aviso, vi a una mujer pasar a la que quería ver más.
No era el momento ni tampoco el lugar donde yo me esperaba que pasaría, pero iba sin haberme sospechado de que de ti me enamoraría.
Me encontraba desarmado y aprovechó el ángel de Cupido para lanzar la flecha a través de tus ojos.
Sin embargo, debo decir que Cupido sólo tendría una flecha, porque ella en mí mostró rechazo, aunque demasiado profunda era esa flecha en mí.
Álvaro Beiroa
5
Si uso mis suspiros para llamarte y el nombre que un yo enamorado recuerda, un SANto aparece en mi cabeza repitiéndome en suspiros mis llamadas.
Un DRAgón en mí se despierta al oír nombrarte que aumenta el valor de mí amor por ti; deja de recordarla, me dijeron, ella busca más simpatía de la que tú das.
Como en un SANtuario me encuentro cada vez que tu voz escucho, donde se encuentra un aire de deseo que me invita a respirar profundo.
No me extrañaría que Apolo se rebelase, de ver como mi bombón de ojos verdes, con su cuerpo imperfectamente perfecto, de mi vida haría algo mejor.
Álvaro Beiroa
6
Grande es mi locura voy tras una mujer que huye de mí, porque el amor evita, y aunque intento enamorarla no lo logro
Cuanto más lo intento menos me escucha y retrocede; no tengo medio de convencerla, es normal en el amor resistirse.
Y cuando al final deja de huir de mí, quedo bajo su poder y la conciencia me dice;
al conseguir vencer su rechazo, y lograr su amor, me sabe amarga la victora. El amor causa más sufrimiento que felicidad.
Bruno Jiménez
11
No te quitas ni de día ni de noche el velo, señora, aun sabiendo el ansia que me ocasionas no dejándome pensar en otra cosa.
Mientras oculté mi pensamiento que ocasionaba malestar, noté en vuestra cara piedad; pero cuando os mostré mi amor ocultasteis vuestra cara de mi mirada.
Lo que más deseo me lo quitas, así es vuestro velo, ya que muero por ver el brillo de tus ojos que me oculta el velo.
Bruno Jiménez
12
Espero dejar de padecer en un futuro, cuando los estragos de la vejez hagan que te ablandes. Entonces, tendré el valor de decirte cuánto sufro por amarte. Y si ya es tarde para nosotros, me consolaré con que me recuerdes con nostalgia.
Bruno Jiménez
13
Mil gracias he de dar por aquella vez que nos cruzamos y por primera vez te vi pasar.
De no haberte conocido nunca, de no haber sabido de tu existencia, no habría llenado el vacío que hoy llenan tus reticencias.
Y cada hora me repito qué hubiera sido de mí si en aquel glorioso día mis ojos no se hubieran fijado en ti.
Marta Mozos
14
Ojos tristes, aunque me haga daño mirar sus ojos verdes y esos tatuajes por su musculoso brazo
no puedo dejar de mirarlo, y no es que quiera hacerme llorar, sino que es mi pensamiento el que controla mis ojos.
Ya que el daño ya lo tengo, aprovecho y disfruto de su perfecto físico moreno.
Miriam Saborido
15
Se va el anciano de su casa donde años cumplía, y le duele ver a su padre andar lejos;
arrastrando su viejo cuerpo, por sus últimos días de vida, se agarra al afán que tiene a su alta edad
y va a Roma siguiendo su deseo, de ver al que lo espera arriba.
Así cuando veo a otra mujer, realmente te estoy buscando a ti.
Marta Carrasco
17
Maldigo esta horrible agonía de la que no me puedo separar, pues por más que intento olvidaros más dolor me soléis causar.
Sois la dicha de mi sufrimiento y aún así no puedo olvidaros, porque sin vos mi vida no me hubiera imaginado.
Si queréis retirarme el saludo, si queréis retirarme la mirada, hacedme caso cuando os digo que jamás seréis olvidada.
Marta Mozos
19
Hay en esta vida animales tan valientes que se defienden del sol; otros prefieren permanecer bajo la protección de la noche
Y hay una raza de animales que no la acobarda lo que siente, sino que ese deseo lo enciende y es aquí donde aparece el amor
Porque no resisto pararme a mirarla, ya sea en un lugar u otro , allí donde la vea. Siento algo tan grande que no puedo dejar de mirarla aun sabiendo que es mi fin.
José Manuel Roales
20
Por vergüenza de que no digas nada, poesía escribo sobre tu belleza; vuelvo a cuando te vi, momento que no se repetirá.
Pero juzgarla no puedo, ni arreglar mis obras, con la inspiración que me aporta, si impacta sin ninguna rima.
Para cantar, mil veces abrí mi boca; sin poder emitir sonido alguno, ¿quién puede hablar más alto?
Mil veces escribí versos, y a pesar de mis ganas, ninguno fue acabado.
Marta Carrasco
31
Esta buena persona que ha muerto se ha ido joven a la otra vida; si tiene lo que se merece, estará muy bien.
Si no llegara al cielo, entonces formará parte de la luz del sol y las almas que están en el cielo verán su belleza.
Si llegase más arriba del cielo, ninguna mujer es más bella y, si alguna llegase a serlo nunca por encima de ella; y si aún así lo consigue, estoy seguro de que con la ayuda de Jove la vencería.
Irene Ramos
36 Si al morirme me librara de un amor que me da miedo, con mis propias manos me mataría para que el dolor parase; pero no creo que el dolor pase de sufrimientos y de problemas, del momento de la muerte que aún no me llega sigo vivo, aunque no quiera. Ya hubiese sido hora de que la muerte me llevara manchado en sangre. Y le pido al Amor que no me haga más daño Irene Ramos
39
Ojala de sus ojos no fuese preso, donde recuerdos y llantos guardo; de ellos me escondo, como si fueran a matarme, y hace tiempo que sigo huyendo .
No habrá humano que consiga encontrarme en este mundo en el que me hallo, por no hallar a quien mi razón sostiene.
Volver a ver sus ojos yo no querría, ya que en un segundo podrían apresarme; quizás el tiempo sea una excusa.
Si algún día esos ojos me encontraran y olvidara tal problema, sería prueba de voluntad y no pesada.
Lucía García
55
Pensé en vano que los años y la dura vida habrían matado en mí sentimientos y pasiones; pero no ha sido así, pues han asomado de nuevo azotándome el alma.
Tanto dolor me causan que mi llanto no solo no cesa, sino que moja encendido mi pecho.
Qué grande será el amor que siento que ningún dolor lo ha mitigado y aún me sale llanto más ardiente y amargo.
Pues, aunque tarde, he conocido el amor, no sé desanudar los lazos que me atan y si más lo intento más me amarra el alma.
Víctor Bernal
60
Mientras amé sin recibir desprecio ni desengaño alguno crecía ante mi nublada vista la imagen del ser amado.
Tras confundirme su falsedad se transformó de dulce a amargo, ocupando tanto mi pensamiento entero que llenó mis palabras de lamentos.
Si alguien que lea estos versos siente como yo sentía, ¿qué pensaría si los hubiese teñido de ilusión y optimismo?
Si así fuese, no se contagie de esperanza y acabe cualquier atracción que surja.
Víctor Bernal
61
Bendito sea el año, el mes, el día, el tiempo, la estación, la hora, el instante donde sus ojos prendieron mi alma.
Bendito el amor que me liga como firme amante y el arco y la canción que llegó a mi corazón.
Bendito el sonido de su voz. Su nombre lo escribo en todas partes. Eres mi ansia, mi suspiro y mi lamento.
Y él sólo en ella piensa.
Ana Montes
84
¡Alma, gritad, soltad los llantos que tantos años por vergüenza guardas! Libera el peso que te hunde.
Ese amor que te hizo esconderte en llanto, con la esperanza de olvidar ese dolor que se aferra a ti.
De aquella alma que grita desconsolada, quedan llantos y palabras que hoy se sigue guardando.
Lucía García
85
Yo siempre te amé y en el futuro te amaré, porque dejaste huella con tu presencia en mi pobre corazón, que como un muro golpeaste en mí; pelea tras pelea te alejaste.
Conseguiste abrir un viejo corazón sin solución, por eso te seguiré y siempre te amaré. Día tras días sigo recordando tu olor inolvidable y tus ojos brillando cual resplandor de luna. Eso me inspira más a amarte y quererte.
Amanda Aguilar
90
Con la suave brisa su cabello se movía, formando olas del color del otoño; y en su mirada una tormenta siempre había, pues en su pensamiento una guerra se sucedía.
Dos lunas en miniatura aparecían en su rostro cuando sonreía, sus labios como corales nunca mentían, ¡de lo contrario, nunca le amaría!
Como un leopardo se movía y alcanzar el cielo él podía.
Y aunque pase el tiempo, seguirá siendo como un niño pequeño, tan gracioso, tan sincero, tan risueño.
Lorena Monfort
91
La mujer hermosa que amé tanto en nosotros ha desaparecido; espero que hasta el cielo haya subido, pues tal fue su preciosa vida que en nosotros algo ha vivido.
Tantos días te amé que aun siento que no te has ido. Fuiste mi llanto, mi alegría, mi enfado, y mi corazón extraña tu ida, pues por tu honra y valentía en mí controlaste todas mis huidas. Te quedaste la llave de mi corazón con el que tanto dolor te despido.
Mi única luz, a la que siempre volveré, eres y serás siempre mi camino.
Amanda Aguilar
100
Ese balcón en que se ve mi única esperanza, cuando ella quiere y yo más deseo se abre y cuando no se cierra; duele cada vez que no se asoma
Todas los días, noches, estaciones... espero ver aquel rostro que me enamoró el día que por primera vez te encontré
Y no es cansado esperar si contigo me voy a cruzar, pues yo sé que eso es lo que más te enamora.
Tantos días he esperado para encontrar mi luz que bien seguro estoy de casarme contigo. Cada piedra, cada fuente, cada losa que te sientes ahí estaré yo para verte e intentar besarte.
Amanda Aguilar
107
No encuentro forma de esconderme de esa tentadora mirada, que me asalta cuando me miras y que mis ojos evitan.
Poco a poco, sin darme cuenta, y después de tanto tiempo, en mi corazón te siento aún más que el primer día.
Estás siempre en mi pensamiento y la imagen de nuestra bonita historia invade mi memoria.
Y tu luz me guía en esta carrera de la vida que sin descanso recorremos, a veces, sin aliento.
Lorena Monfort
118
Mientras llevo once meses enamorada, el fin del último suspiro, y ahora que echo un vistazo me doy cuenta de que fue un corto camino.
Siento en mí sensaciones tan verdaderas sobre nuestro amor que se llevarán la muerte con ellas sin darme yo cuenta.
Aquí estoy, aunque me cueste; me gustaría demostrar más mi amor, pero no puedo dar más de mí.
Y tras tantos llantos que demuestran que fui la primera en esto, tras mil cambios, me quedo contigo.
Elena López
132
Si amor no es, ¿qué es lo que yo siento? Y si es amor, ¿de dónde viene? Si es bueno, ¿cómo me siento tan mal? Si es malo, ¿cómo me siento tan bien?
Si estoy contenta, ¿por qué lloro y me lamento? Si estoy triste, ¿qué gano con mi tristeza? Oh muerte, ¿cómo haces tanto en mí, si no lo consiento?
Y si lo consiento, me dejo llevar a merced del viento y del mar.
Tan poco sé y tantos errores cometo que yo ya no sé lo que anhelo y tengo frío en verano y calor en invierno.
Miriam Saborido
145 Ponme una barricada de sonrisas o un triste muro, argollas y cadenas; ponme deshidratado en las arenas o en agua, con despacios, con deprisas; ponme entre pantalones o camisas, entre carnes desnudas y morenas; ponme en la boca cante jondo o llenas estrofas de infelices poetisas; ponme en la piedra gris de mi recuerdo: allí las madrugadas son más breves y el amor se dibuja en pocos trazos; ponme en la encrucijada, no me pierdo contigo, sólo quiero que me lleves hipersensible en medio de los brazos. Nacho Gallardo
157
Aquel día se me quedó grabada en mi mente y, aunque no pueda explicarlo simplemente, me acuerdo de ella perfectamente.
Dar un paso más era fácil, pero lo estropearía todo si soltaba un llanto Seguía con dudas de si era buena idea. Oh mujer, por ti todo lo daría.
Esos gestos y dorados cabellos, junto a sus bellas cejas y sus hermosos ojos, que el arco del Amor nunca había visto.
Las lágrimas que dejaba tras su muerte: dejaba fuertes llantos de lágrimas cristalinas y cálido suspiro.
Elena López
183
Su mirada me envenena y su acento me desconcierta. Gracias a su amor, ríe y habla de manera dulce.
No sé si por azar o por mi culpa, él hace que toda la pena se convierte en furia.
Y si tiemblo y me entra miedo, veo su cara y se me pasa todo el miedo.
Y los celos, no duran en él más de un instante.
Ana Montes
190
Cándido pajarillo aquel día vi con ese hermoso plumaje castaño como un roble una fuerte llama en mi despertó.
Impresionante fue mi enamoramiento, tanto como el absurdo pensamiento de creer que con aquella hermosa mujer el cielo conseguiría surcar.
<<De nadie enamorada estoy>>, recitaba aquella mujer destruyendo el afán de todo hombre que a aquella mujer deseara.
Campanas agudas e indeseadas sonaban, cuando yo en un mar de lágrimas deseaba, mientras ella se marchaba volando, poder volverla a ver en la próxima jornada.
Ernesto Pandelet
260
Bellos ojos verdes como olivas aquel día vi, llenos de dulzura, serenidad y paz, siendo ella la única cura de esta tristeza y soledad tan oscura.
Imposible sería el intento de encontrar a ser más bello en este mundo. Afortunado será aquel hombre con la que ella esté, y desdichado será al que ella rechace;
mientras que a otras bellas mujeres morir de rabia las hace ya que, no hay hombre que deje sin enamorar.
Esta mujer es gloria, al igual que tortura para mí, produciéndome este sufrimiento de que mis deseos hacia ella vengan y se vayan.
Ernesto Pandelet
RIMAS IN MORTE
267
¡Ay, bello gesto, ay, plácida mirada, ay, siempre mejor andar guapo y peinado! ¡Ay, voz que hace al luchador tierno y rico humilde, y gente mala aún respetada!
¡Ay, risa donde un hacha fue clavada, porque otro bien que la muerte ya no espero! ¡Alma digna de las mayores riquezas y honores, si no fueses aquí más tarde enviada!
Por ti yo ardo y por ti respiro; tú mi amor tuviste; y si más no os veo, nada me podrá hacer sentir más dolor.
Cuando partí de vos en cruel retiro, de esperanza y deseo me llenaste; mas en el viento se escribió la letra.
Álvaro Beiroa
271
Tanto sufrí al amor atado que tanto años me retuviera que, tras desatarme, pienso que si entonces no morí nada ni nadie matarme pueda.
Pero después de aquél no pude ser libre, pues volví a quedar preso de otro amor que me oprimía.
Doy las gracias al lejano desengaño por haberme salvado su dolor de otros dolores más fuertes que hubieran roto un corazón viejo.
Solo la muerte me ha desatado, helando el fuego que tanto ardió, pues nada ni nadie puede con ella.
Víctor Bernal
273
¿Qué haces? ¿Qué piensas? Si ya no tienes por qué volver, ¿por qué sigues recordándote tus penas?
La mirada y la voz por la que suspiras se fueron, y aunque tú quieras volver a buscarlas ya sabes que es tarde
Olvida todo lo malo, no te centres tanto en la belleza. Busquemos a Dios, Que, aunque lo hemos encontrado tarde, la paz nos quita.
Ana Montes
275 Para mis ojos, nuestro mundo se ha terminado, pero el sol sigue saliendo todos los días y lo veremos y me verá triste. Para mis oídos, su voz ya es un sentimiento. Para mis pies, ya no hay camino, porque la que os guiaba ya no está. ¿Por qué me dais tantos problemas? No fui yo el que hizo que no encontrarais la calma en la tierra. Quejaos a la muerte o hablad con Dios, que es el que decide sobre las cosas, y que finalmente da paz al alma.
Irene Ramos
278
Aunque murió en su más bella juventud lo sigo recordando como si aún existiera.
A veces, mi pensamiento constante hace que quiera morir para estar con él, volver a ver sus preciosos ojos azules y su piel morena.
Pero luego me doy cuenta De que es estúpido, Porque, aunque no pare de pensar en él, no puedo dejar que ese sentimiento me acabe matando por dentro.
Miriam Saborido
292
Aquellos hermosos ojos brazos, manos, pies y dulce gesto que estaban tan distanciados de mí y se camuflaban en la multitud,
aquellos rizados y dorados cabellos y su dulce y contagiosa risa (que todos se enteren de esto) es poco sobre ella.
Y aún siento el dolor y la tristeza porque nunca llegué a amar tanto de esta manera.
Con estas palabras quiero decir que yo, dueño de esa bella mujer, recordándola, aún lloro.
Elena López
298
La suerte y el amor me habían concedido un guante bordado y me llevó al más alto nivel, porque pensé de quién había sido.
Nunca más he recordado al que me puso en esta situación, pues no he sucumbido a la ira y al dolor.
Porque no fui capaz de quedarme con ese guante ni fui constante ante la belleza y la hermosura de esa persona.
Y tampoco pude huir de esa persona que tanto me hacía sufrir y llorar, porque ya estaba atrapado.
José Manuel Roales
300
Siento el deseo de ser tierra, pues en ella te has escondido, y ahora que ya no puedo verte toda mi paz ha desaparecido.
Siento el deseo de ser cielo, pues tu alma allí ha subido, dejando tu cuerpo vacío como tantos que han desaparecido.
Siento el deseo de ser como otras almas, pues mientras tú estuviste en vida, lo que yo más anhelaba era estar en tu compañía.
Le he temido siempre a la muerte, y ahora de mis brazos te ha arrancado, pero tranquilo, no sufras: Ahora soy más fuerte.
Lorena Monfort
313
Mi querido amor, solo me encuentro en esta vida sin ti, ya que desde tu muerte la vida se ríe de mí. Mientras el día me trata de animar, la noche me recuerda que solo estás.
Desde aquel día en el te conocí todos los días giran en torno a ti. Cuando mi muerte suceda y me una contigo, todos mis problemas se habrán ido.
La vida me pisa y no puedo hacer nada con esta agonía que llena mi alma. Aquí desespero y le pido a la vida que calme el dolor de tanta cabida.
Marta Mozos
345
A ti te ruego, señor del cielo, que oigas todas mis alabanzas, ya que son mis últimas esperanzas y mi único consuelo.
Toda una vida desperdiciada, dedicada a una única persona que por más que me rechaza no me desilusiona.
Por mucha desdicha que siento, de nada me arrepiento, pues de no haberte amado hace tiempo me habría derrumbado.
Marta Mozos
349
A veces creo escuchar a mi mujer llamándome, tanto por dentro como por fuera voy cambiando.
Ya ni recuerdo cómo era antes. He ido olvidando cómo vivía antes. ¡Ojalá pudiera saber cuándo! Pero ya queda poco para reunirme con ella.
¡Que feliz seré cuando suba y deje en esta cárcel mi frágil ropa!
Y alejándome de este dolor, suba hasta el tranquilo cielo donde vea a Dios y a mi señora.
Marta Carrasco
361
¿Mirar mi reflejo? Rutina de la que yo huyo, pues me refleja tristeza, amargura y sufrimiento, y mis fuerzas y esperanzas machacadas.
Siempre natural, ya que dejé de luchar hace tiempo, intentarlo algún día podría.
Dejo atrás mis sueños y me enfrento a la realidad, donde la belleza no descansa dentro.
Y bien veo vivir encerrada en un espejo, en el que yo ni me reflejo, y dentro de mí mi voz grita desconsolada.
De aquella cuya esperanza hoy machacada, que aquí guardaba ilusionada, hoy contemplo en el espejo.
Lucía García
363
El sueño más profundo de mi amada me ha arrebatado la estrella que me guiaba. Felicidad y amor en tristeza se convierte mi todo, aquel afán de vivir se desvanece.
Y aunque todo ya sea pasado, el mal y el dolor en mí todavía permanecen, y ahí permanecerán, consumiendo mi interior, consumiendo mi espíritu.
Después de todo lo ocurrido y de todo el daño que en su día sufrí, hoy despierto siendo libre en una odiosa realidad.
Y al señor que está en los cielos todo este tiempo de gozo y felicidad, y sobre todo por este apasionado amor, por siempre le estaré agradecido.
Ernesto Pandelet
Diseño de portada: Dibujo original de Elena López. Diseño de contraportada: Dibujo original de Lorena Monfort.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons AtribuciónCompartirIgual 4.0 Internacional.