Poemas con esencia petrarquista

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NOTA PREVIA Este libro de poemas es el producto final del proyecto Un cancionero petrarquista 1 , desarrollado en el IES “Chaves Nogales” de Sevilla durante el tercer trimestre del curso 20142015, como parte de la materia Lengua Castellana y Literatura de 3º de ESO. El libro culmina un proceso de escritura colaborativa entre los alumnos y alumnas del grupo. Se trata de la recreación de algunos poemas del Cancionero de Francesco Petrarca, nacida de la aplicación de los principios humanistas de la imitatio renacentista. Los poemas mantienen la numeración de los originales de Petrarca, por lo que se puede acudir a ellos para comprender mejor el proceso de asimilación y transformación de los modelos. Por otro lado, el canon de belleza petrarquista ya no es el actual, y el sentimiento amoroso también ha cambiado bastante en estos primeros años del siglo XXI, especialmente en lo que se refiere al papel de las mujeres en las relaciones amorosas. Nuestros poemas pretenden ser una actualización en ambos sentidos indicados de los poemas petrarquistas. Esperamos que sean de vuestro agrado.

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Este proyecto quedó en segunda posición en la convocatoria de los VIII Premios Rosa Regás a materiales educativos que defiendan la igualdad entre hombres y mujeres. La secuencia didáctica puede visitarse en http://sites.google.com/site/cancioneropetrarquista/


RIMAS IN VITA


I Tened en cuenta, los que escuchĂĄis estos versos, que se trata del reflejo de un amor de juventud que, desde mi madurez, contemplo con sonrojo. Perdonad este atrevimiento y comprendedlo. Ha sido un breve sueĂąo, y ya no importa. Nacho Gallardo


II Sin apenas darme cuenta fui marcado por la flecha de tu amor como el diminuto tatuaje que luces con tanto primor. Lo que parecía solo un ligero toque a medida que fui cayendo en cuenta y escuchando en lo profundo de mi interior resultó ser un directo al corazón. Tu melena larga me enredó. Ya no hay remedio para lo que siento, siendo éste mi destino contigo. Debo aceptar mi profundo sentimiento si vivir tranquilo quiero despejando mis dudas y miedos. Javier Escobar


V Si con suspiros llamaros trato, y al nombre que en mi pecho ha escrito amor, de que el Lauro comienza ya el rumor del primer dulce acento me percato. Vuestra realeza, que hallo de inmediato, redobla, a tan alta empresa, su valor; pero ¡Tate!, me grita el fin, que honor cargar en otros hombros peso ingrato. Al Lauro, así, y a reverencia, enseña la misma voz, sin más, cuando os nombramos, pues por respeto y por orgullo brinda. sino que, si mortal lengua se empeña en hablar de sus siempre verdes ramos, su presunción tal vez a Apolo indigna. Ángel Anguas


VI Este amor y deseo que siento por ella me impulsa a seguirla en su carrera no pudiendo alcanzarla nunca, pues nuestros deseos están enfrentados. Por más que le imploro su atención esto solo me causa desánimo, pues es una carrera que nunca tendrá un buen fin. Un ser feliz y sociable como ella merece más elogios y ánimos para un mejor rumbo sin mí a su lado. Javier Escobar


XI Con su bello mirar verde destello que ni azabache cabello tapa, un velo cubrió su alegre mirada cuando le declaré mi amor oculto. De ojos almendrados cual flor, no albergo esperanza alguna ni apreciado gesto amoroso de mi querida enemiga. Compartir la música de corazón me une con ella, la esperanza fiel como muestra de amistad más que de amor. Javier Escobar


XIV Ojos tan verdes como la hierba que el campo colorea, olvidad a aquel que tristeza os proporciona y prestad atención a la felicidad que os llena. Tantas veces he deseado mi propia muerte, al cabo sólo otro obstáculo soy. Después pienso en los que me rodean, ¿acaso no verme les contentaría? Por ellos lucho y forcejeo. ¡Oh, verdes ojos!, ¿no podéis acaso darme un descanso? Bien sé que no podré descansar hasta contenta estar, conseguir esto es mi objetivo, días y días invertidos. Alba Fernández


XV Intento olvidarme de él, pero nunca lo hago, estoy cansada de no olvidar sus ojos verdes, esas esmeraldas que me miran inertes, pero estoy enamorada, y es en vano. Puede que avance a veces, pero siempre acabo recordando viejos tiempos, los mismos que siempre anhelo. ¡Quién le protegerá de sus más profundos miedos! Y, entonces, apenada, me pregunto: ¿Cómo me podré alejar de él? Son sus cabellos y su sonrisa mi más prohibido conjunto. Pero mi consciencia me devuelve a la realidad, preguntándome: ¿No sabías que la que ama nunca puede olvidarse de "su" mitad? Aunque el tiempo pase, suya será mi alma. Nuria Bernal


XVII Mis ojos derraman lágrimas, con profundos suspiros. Cuando mis ojos te ven, me aíslas de este mundo. Ya no siento angustia cuando noto tu serena sonrisa, pues al verla me embeleso y del mundo me apartas. Pero después mi alma hiela cuando al partir suavemente la tristeza a mi regresa. Por fin, las llaves del amor de tu corazón a tu alma llegan y en él se quedan. Lara García


XIX Hay una de color de piel de tan blanco que el mismo color de ojos verdes defiende; otra, en cambio, que con sus ojos almendrados ofende que el pelo moreno de la tierra guarda; y hay otra, que liso pelo le gusta, gozar sin tatuajes espera y sus pequeñas orejas, esplende, prueba de su afición por los deportes. ¡Y es esta donde Amor lugar me guarda! No me resisto a contemplar de ella su culo respingón ni de sus uñas pintadas defensa hacer, ni aunque su presencia sea ya escasa. Antes con su altura mediana y su cuerpo depilado cuando la veía yo gozaba; y sé bien que la estoy perdiendo, mientras pasa. Adrián Ruiz


XX Estoy avergonzado por mi silencio, porque su belleza me alucina. Recuerdo el tiempo que la vi tan cerca que no la veré más porque se escape. Yo no la juzgo por dejarme, ni por su alegre y simpática personalidad; con lo hipster que vestía, que su cuerpo lucía, se hielan mis recuerdos por añorarla. Sus pechos medianos como melocotones sin que pudiese contemplarlos más pues ¿qué pecho tan mediano? Comencé a escuchar mi música; pero no pude, sólo pensaba en su uñas cortadas y lo social que era Pero la perdí. Adrián Ruiz


XXI Cuantas veces rechazada he sido por culpa de buenos chicos que quitarme el corazón querían, más deben entender que sin él vivir no puedo. ¡Oh, corazón mío!, ¿cómo poder quitar tu sufrimiento? Noches de lágrimas corriendo por mis mejillas, aún al despertar todo se quita. Si en ti no hubiera demanda exigente podría yo estar aislada, más no puedo soportar tus dulces encantos. Siento mi latido no regalarte, mas mi vida depende de él y tal vez algún día ese derecho pueda negarle. Alba Fernández


XXII Para todos los chicos que habitan en tierra, si no es de aquel que el sol odia y su lumbre, tiempo es de trabajar mientras haya; muestras de estrellas en el cielo, vuelve a casa, duerme en la casa para reposar al menos hasta el alba. Y yo, desde que empieza la bella del alba a mecer la sombra de la tierra despertando a los niños de la ciudad, no hallo el día en que no trabaje; después, al ver estrellas en el cielo, sueño entre llanto deseando el día. Cuando la noche echa el claro del día y muestra su oscuridad y sus miedos, miro el tenebroso cielo y miedo y lloro que soy un compuesto de sensibilidad; y maldigo el día aquel que fui sensible, que me hace parecer menos hombre No creo que jamás sea un hombre una criatura tan cruel, de noche o día, como Hades, dios del infierno y vamos todos sin sueño y esperanzas rotas; todo se va porque, aunque soy mortal con cuerpo y alma, mi deseo es estar en el cielo. Antes que vuelvas, luz de la mañana y de sueños, o caiga abajo el poder de la oscuridad,


dejando el cuerpo triste y sin vida, vea en ella yo piedad, que un sólo día pueda no haber oscuridad, y antes del alba ser feliz al ver marchar la noche. ¡Quién pudiese evitar la oscuridad y tener sólo sol, sin ver las estrellas en el cielo, un día que nunca fuese la noche! Y que el día no se transforme en oscuras tinieblas para huir del temor, como el día soñado. Un día, en el futuro será al revés, el día tendrá estrellas en su cielo y la noche un sol radiante. Esperanza Lobillo


XXX Muchacha hermosa bajo verde lauro blanca y fría como la nieve, jamás el sol tocó su piel. Me encandilé de su bello pelo, de su dulce habla y gesto, tanto que en mis ojos los retengo. Aunque las verdes hojas no adornen el verde lauro, mi pecho quede quieto y mis ojos se sequen, tendrá mis pensamientos, aunque para ello años espere. Aún la muerte llegue, vuele el tiempo y huyan años, seguiré la sombra del dulce lauro, por el sol que más arde y por la nieve, hasta que llegue el día en que mis ojos se cierren. Lara García


XXXIX Ni mis amados ojos verdes, por cercanos los halle, harán mis sufrimientos volar. No habrá un amor que por alto, que por gentileza y gallardía, que a mí me consolara de tal pena; mayor será la pena que el amor. Así que si tengo que irme para no volver más, ni mi amor podrá impedirlo. Cuando mi amor vea el no volver a verte nunca hará que yo no sea. Maite Aguilar


XLVIII Siempre mis padres y abuelos me decían un refrán que nunca le di a valorar. A menudo un contrario a otro genera, y nunca me replanteé si era útil hasta que tu apareciste. Amor, tú en mí despiertas esa esperanza y nuestras almas han estado concertadas. ¿Sé que lo que hice estuvo mal, y me arrepiento todas las noches al ver tu foto? Perdóname, amor. Mi corazón está vivo por ti, si no estás puede dejar de latir por ti, es fuerte si cada día al despertar siente que estás con él. Sé que algún día volverás y cuando lo hagas gritaré que “somos uno ”. El refrán que me contaron dice así: “DONDE HUBO FUEGO, CENIZAS QUEDAN”. Sé que vas a encontrar la cenizas de nuestro eterno amor. Esperanza Lobillo


IL Tú no, me tratas con dolor, no siendo tan atento como esperaba, así que haré que el olvido sea mi compañero. Cuanto más amor mostré menos correspondido fue, sin embargo, no dejaré de ver en ti momentos en los que me divertí. Dos lágrimas brillan en tus ojos almendrados que, si bien el dolor era para mí, dejaban ver en ti sufrimiento para los dos. Un suspiro perfila tu boca, que marca un punto final en esta historia. Maite Aguilar


LIV Tan enamorada estaba que no me importaba qué podía pasar. Yo seguía luchando por él a la vez que me decía: “No sabes el tiempo que estás perdiendo” Seguí insistiendo hasta darme cuenta de que sí, era verdad. Estaba perdiendo el tiempo. Andrea Pérez


LV Mis sentimientos por ti pensé que desaparecieron por este largo tiempo, pero todo cambió al pensar en tu moreno pelo, largo como un riachuelo. Cuenta me doy de que nunca quise que acabase, aunque este dolor en tantas lágrimas se tradujese, porque a valorar mi amor no llegaste. Sabiendo que una difícil relación es, no me importaría arriesgarme, con tal de admirar tu bella tez. Miguel Ángel López


LVII Comienza mi aventura esta tarde, crece el deseo y la esperanza frena, dejar todo me da pena; y duele más dejar a tus amigos. ¡Ay!, social y delgada eres, con la música que llevas en los cascos, y la luz se pondrá en tus ojos verdes que todo iluminan. Ante las uñas cortadas y pintadas, o Amor de otro juego, pues contra mí en mi daño hacen conjura; y si dulces, son tan amargos luego, que el gusto del desdén se desbarata. No más de su favor se me procura. Adrián Ruiz


LX El dulce árbol que durante tantos años amé y que ni su fronda me ofrecía, bajo su sombra mi ingenio florecía, y mis tiempos antaño crecían. Pasado el tiempo mudó su dulce madera y de forma incrédula, mi pensamiento volvió a hablar por siempre de sus daños tristes. ¿Qué ahora dirá quién por amor suspiro si mi rima juvenil le hubiera dado otra esperanza, que por este pierde? No conseguí poesía de él ni agrado ninguno y el sol muestra tal ira que en él se seca al fin toda la hoja verde. Lara García


LXI Alegría de mí el día que te conocí, ese día en que tus ojos verdes prendieron en mí una llama que siempre alimentaré mientras su calor y luz me abrigue. Mil miradas puedo encontrar pero ninguna como la tuya, que inmóvil me pudo dejar admirando tu belleza sin igual. Anhelo oír tu voz a todas horas como hermosas melodías que nunca me cansaría de escuchar. Siempre tu buen hacer e inteligencia harían mis problemas mejor resolver siendo el paso de mi vida un placer. Maite Aguilar


LXV Me he enamorado y duele. Cuando el amor apareció pasó a ser en la única cosa en la que pensaba. El amor me ha hecho daño, pero yo solamente pretendía que ese incomprendido amor fuese correspondido. Andrea Pérez


LXXIII Será sabio el destino, solo él sabe cómo hacer sus cosas y cómo mover sus hilos, el poner a dos personas de dos mundos diferentes juntas en un mismo lugar, un lugar donde nada se busca pero todo se encuentra. Y te haces preguntas para las cuales sólo hay una respuesta: ¿Por qué estamos aquí?, o ¿Por qué a mí? ¿Quién es el responsables de todo esto? Todas estas preguntas tienen una respuesta: EL DESTINO nos puso en ese lugar, nos juntó. Yo no buscaba nada y tú no esperabas encontrar lo que al final encontramos El destino nos unió, estábamos los dos uno enfrente del otro, sin saber lo que él quería para nosotros y yo estaba allí, dos mundos diferentes unidos, dos personas con diferencias unidas en un solo camino al que llamamos el destino. Esperanza Lobillo


LXXV Los ojos, que me empujan a los acantilados, que sólo ellos pueden elevarme al mismo cielo, y no entiendo cómo hacer todo pueden, en solo una mirada sus sentimientos transfieren, la carrera de otro amor despega, que yo sólo puedo sentir, porque sin ti, yo podría morir y tu alma a la mía se agrega. Estos los ojos son que feliz me hacen, importancia no doy al sitio o lugar, siempre que tus miradas me abracen; estos ojos en los que tus sentimientos perduran, sintiendo día a día tu amor en mi pecho, pero sin hablar de ellos. Alba Fernández


LXXVIII Si, al tiempo que a Simón llegó el aliento de los bonitos ojos verde que le puso, le diera su amor junto a la forma alegre y simpática, me librara de suspiro y sentimiento cuando aparece otro; pues la muestra de la mujer perfecta prometiendo darle amor. Mas luego cuando hablando a ella miro, me echa cuenta atentamente, si responder supiese a mi suspiro. ¡Oh, Pigmalión, cuánto tu suerte admiro, pues tuviste con la belleza que luces lo que solo una persona aspira. Adrián Ruiz


LXXXII Mi amor por ti perdurará al igual que mi existencia, aunque casi tanto tiempo me vea entre interminables llantos. Y por mucho dolor que esté soportando, quiero morir solo pensando en ti, porque, de lo contrario, no tendría para mí sentido poder vivir. Miguel Ángel López


LXXXIII Si bien tu castaño cabello siempre será, alguna mezcla a mí llegará, porque por igual el tiempo no nos tratará. En mí pudieran llegar flechas de amor pero llegaron dardos envenenados del desamor haciéndome heridas que el tiempo cicatrizará. Mañana volverán a ver mis ojos sin el manto fino de la lluvia de las lágrimas, que no paran de brotar, porque mañana el sol los secará. El enojo de tu desamor no será el camino de mi vida sino la fuerza que en mi interior albergará mi más humilde amor. Maite Aguilar


LXXXV Caí plenamente enamorado al admirar tu bello rostro, y desde entonces tiempo me falta para seguir contemplándolo. Destinado a amarte estoy pues sé que cambio a bien al veros; mi alma goza, aunque a mi corazón le duele. Enamorado estoy y no lo puedo evitar, estando muerto mejor viviría, pues este dolor no lo puedo soportar. Miguel Ángel López


LXXXVI Yo siempre te escucharé por donde el amor recorre; bonito es morir, mientras la vida es justa. Mientras el dolor de la pena me causa muchos males; y más me duele velos morir, con ver que el alma desaparece. Ella tenía que haber sabido, lo que la quería, cómo el tiempo no hay quien lo vuelva atrás ni quien lo enfrene. Yo la he intentado muchas veces conquistar: « Yéndome muy descontento, mientras era feliz». Adrián Ruiz


LXXXVIII Pues mi esperanza tanto se apalanca y el curso es de la vida así apurado, a tiempo saber de él habría soñado, para evitar el momento con retranca; y me voy, cojeando con listeza de allí donde el dolor me ha vencido; ya libre de él, mas con la señal herido que la caída hizo en mi cabeza. Así os cuento, si camináis de esta suerte: <<Mirad bien donde pisáis, vaya guasa, y no esperéis a caeros sin medida; que, aunque yo no siga, otro por aquí no pasa. ¡Mirad que el golpe fue fuerte, y encima la gente se reía!>> Raquel Dueñas


XCI La vida plena que disfrutaste tanto de tu lado de pronto se te ha ido, y espero que con ello hayas sabido que nada se arregla ahora con llanto. La rabia y el enfado que con tanto ahĂ­nco y vehemencia has proferido, demuestra que todo este tiempo has sido poco listo e irresponsable, un espanto. Ahora ya arrepentirse poco importa, remediarlo poco o nada ya se puede malgastaste mucho tiempo tu camino mira al frente que el sendero es breve, piensa siempre que la estancia es corta y caprichoso y doloroso es el destino. Raquel DueĂąas


XCIII <<Calla>>, pesado mil veces me decía, <<calla cuanto oíste en aquel foro, porque aquel que me sigue yo adoro y al vocero a golpes callaría. >>Un tiempo hubo que tu boca cerraría, infame requiebro al decoro; y, aun cuando lo intentó en otro foro, largando lo pillé mientras bebía. >>Y si ese, que tuve, tu silencio, ahora ya no tengo en la disputa, calla al fin tu voz en el comienzo, >>o cojo el puño con el que venzo, ya verás tu cuánto se disfruta acallando al chivato con desprecio.>> Raquel Dueñas


CIII Anibal ganó pero de poco le sirvió, así que sé más inteligente, tenlo en mente. Fue un luchador sin importar lo demás, menudo ganador, y qué crack. Y cómo se le recuerda, y siempre se hará, como en todas mentes concuerda, que jamás habrá otro igual. Nuria Bernal


CXXIII Diecisiete otoños han visto este cielo desde que ardo, y jamás me he apagado; más cuando pienso en mi presente estado en medio de las llamas siento que muero. Cierto es el dicho, que uno cambia el pelo mas no el vicio; si el cuerpo está cansado, no está el afecto humano atenuado: causa es la sombra del pesado velo. ¡Ay, triste!, ¿llegará alguna vez el día en que viendo pasar mi vida, termine de una vez esta agonía ¿Podré mirar cuando desee un día ese aire dulce de su hermoso rostro y un sensato placer dar a mis ojos? Ángel Anguas


CXXXII Lo que siento es amor, y nadie puede decirme lo contrario. SĂŠ que es amor. El amor, al mismo tiempo que me da gusto, me hiere. Pues lo que siento es amor Y que nadie diga lo contrario. Andrea PĂŠrez


CXXXIII Si no es amor, ¿qué es esto que yo siento? Mas si no lo es, ¿qué cosa y cuál? Si es bueno, ¿por qué es mortal? Si es malo, ¿por qué me deja sin aliento? Si ardo por gusto, ¿por qué me lamento? Si a mi pesar, ¿qué vale un llanto tal? Oh, viva muerte, oh deleitoso mal, ¿por qué me dañas si no te acepto? Y si consiento, sin motivo me lamento. Entre contrarios vientos va mi nave que en alta mar se encuentra sin gobierno tan ignorante y tan equivocada, que yo no sé ni lo que quiero, que me quiebro en verano y me quemo en la primeras heladas. Ángel Anguas


CXXXVI Quizás mi corazón desee que el tuyo abrasado sea por mil llamas pero mi paz interior anhela sólo alejarse en el caminar. Si de tu nido la maldad salió a volar a tu vista no estaré porque tu presa no quiero ser. Enredada en tu cabello castaño como hiedra en la pared, nudos hubo que deshacer y escapar de lo que sufro. Maite Aguilar


CXLV Ponme una barricada de sonrisas o un triste muro, argollas y cadenas; ponme deshidratado en las arenas o en agua, con despacios, con deprisas; ponme entre pantalones o camisas, entre carnes desnudas y morenas; ponme en la boca cante jondo o llenas estrofas de infelices poetisas; ponme en la piedra gris de mi recuerdo: allĂ­ las madrugadas son mĂĄs breves y el amor se dibuja en pocos trazos; ponme en la encrucijada, no me pierdo contigo, sĂłlo quiero que me lleves hipersensible en medio de los brazos. Nacho Gallardo


CL ¿Qué me pasa y hiere? ¿Tendré que seguir luchando? Si no me quiere, ¿por qué le sigo importando? No se aclara, no es como antes, no quiero que se calle lo que por dentro ampara. Y tengo que callarme lo que siento, aunque por dentro no lo intento, y mientras estallo sin impedimento nadie está ahí para poder verlo. No por eso dejaré de pensar, combatiendo contra este dolor, que a él tanto le gusta disfrutar. ¡Menudo par! Nuria Bernal


CLXXIV De sus manos arando el suelo duro donde surge el fruto que alimenta y el sudor del trabajo se implementa en la tierra que saciará el futuro. Y llenándolo de amor pese a que en muro parece convertirse tan noble afrenta la lucha por conseguir lo que cuenta compensa el desengaño tan impuro. Por estas razones, y otras tantas, con frío o con un sol incandescente con ganas o sin ellas, poco importa cada día, fiesta o no, se levanta el labriego, corazón impenitente, a cuidar de ese tallo que allí brota. Raquel Dueñas


CCII Gambas y jamón me habían prometido de grana y oro un festín regalado, y a la hora de pagar el muy osado pitando y a escondidas se había ido. Ni acordarme quiero del día mencionado, ese que me dejó harto pero engañado, con la barriga llena pero “enmarronado”, y en trance doloroso arrebatado. Pues no fui capaz de sorprenderme, tan poco listo ante la afrenta de aquel espabilado elemento: Y dije para mí: “Venga de frente”. Y con presteza y sigilo sobrehumano supe al fin huir de la cuenta que apuñala. Raquel Dueñas


CCLXIII Árbol triunfal y planta victoriosa, que sabe inquietarme en esta vida enojosa. Solo piensas en tu honor y en ninguna otra cosa. Solo ansías la nobleza, las joyas y tu belleza. Tú no te das cuenta, pero esto te atormenta. Javier Aguilar


RIMAS IN MORTE


CCLXV Su trágica e inesperada pérdida me arrebató a mi amada, convirtiendo mi corazón en frío mármol y en dura armadura todo mi cuerpo. Sólo el recuerdo de las caricias dadas en su medianos pechos y brazos y la mirada angelical de sus ojos verdes hará brotar de mí lágrimas por ella. Cuando mi llanto sea más débil y mi alma más ancha nacerá la esperanza de seguir. La vida nos lleva por pasajes de amargura que con el tiempo retornan a otros de nuevos sentimientos. Javier Escobar


CCXLV Dos rosas frescas, en un campo verde de vida, donde despiertan en mayo para estar despiertas en primavera, con sus hermosos colores, llamativos, que alegran los días a las personas, las dos rosas más hermosas están más cerca de lo que pensamos, las tenemos en casa. «No ha visto el sol amando igual pareja», decía a la vez con risa y con suspiro; y en abrazo con ambos se fundía. Así daba palabra y flor bermeja, recuerdo por que aún gozo y suspiro. ¡Oh elocuencia feliz! ¡Oh alegre día! Esperanza Lobillo


CCLV Cuando estás enamorado, deseas acostarte con esa persona de ese modo; sin embargo, no me puedo aplicar lo explicado, pues yo estoy deseando que amanezca si es solo. Y es que lo único que me mantiene esperanzado es el levantar cada mañana, sin tener que estar preocupándome todas las noches porque no encuentre alguien con quien compartirlas. Nuria Bernal


CCLXXIV Dame ya paz, ¡oh duro pensamiento!, ¿no basta con que me enfrente día y noche a todos estos fuertes sentimientos que dentro de mí se mueven? Y tú, latido constante, una y otra vez me traicionas; pero perdonarte debo: gracias a vos vivo sigo, mas no puedo seguir con esta tortura. Sentimientos agolpados en mi interior, momentos escapados en los actos, ¿tanto pido, pobre corazón? Solo un poco de tranquilidad yo pido, rematar este tormento que de mí ríe, ¡oh, dulce amigo latido!, ¿por qué castigando sigues? Alba Fernández


CCLXXXII Creer no puedo que ya no estés, pues tu espíritu aún lo siento presente cada minuto que en ti pienso. Tanto tiempo dediqué a enamorarte, mas ahora que no estás entre más llantos me veo envuelto. Parecíame que mostrar tu belleza intentabas, mas nunca pude ni podré disfrutarla ya que imposible es estando en vida Miguel Ángel López


CCLXXIV Necesito hallar paz en mis pensamientos. ¿No es suficiente que amor, fortuna o muerte provoquen una guerra fuerte y que en mí no halle otro tormento? Siento la deslealtad de mi corazón. ¿Por qué te alías con el mal para seguir abandonando mi descontento? Amor en ti su ingenio Despliega, en ti fortuna, y da muerte a la memoria de aquel tiro. Que toda mi vida hará que rompa en ti mi vano juicio porque a ti solo por culpable miro. Lara García


CCXCIII Sus ojos que canté amorosamente, su cuerpo hermoso que adoré constantemente y que vivir me hiciera tan distante de mí mismo, y único entre la gente. Su cabellera de oro reluciente, la risa de su angélico semblante que hizo la tierra al cielo semejante, ¡apenas son ceniza ardiente! ¡Y sin embargo vivo todavía! A ciegas, sin la lumbre que amé tanto, surca mi nave la extensión vacía... Aquí termine mi amoroso canto: seca la fuente está de mi alegría, mi lira yace convertida en llanto. Ángel Anguas


CCXCIV Cuando la tenía, estaba siempre preciosa, como si una princesa en casa de un ogro. Ahora, ella se ha ido y yo me quedo solo. Y ella parece estar bien, yo al contrario. La echo de menos, es cierto. Porque con ella todo parecía tener sentido. Y aquí estoy yo ahora, sufriendo por dentro. Mas no hay quien tal dolor cuente ni escriba. Pero eso es así y me ha tocado sufrir a mí. Andrea Pérez


CCXCV Dulcemente suelen mis pensamientos encontrarse con los tuyos a menudo, y siempre entre susurros murmurar cuánto ambos nos extrañamos. Al final de cada día, sin importar qué haya podido suceder, sé que tú me cuidas desde allí donde estés, dándome la fuerza necesaria para seguir. ¡Oh magia encantadora! ¡Oh sufrimiento consumidor! De mi amado que me quiere con amor. Tiene en el cielo su final, aquí abajo su llegada esperamos, pero tal vez nunca llegue. Alba Fernández


CCCVII Después de tanto intento busqué escaparme fuera y olvidarme de lamentos. Abriendo mis alas, confiando solo en mí, en mí y nadie más, intentando olvidar. Yo nunca he hecho esto, pero sí estaba seguro de no hacer lo opuesto. Con ganas la seguía y aunque sé que fuera indigno también sé que la quería. Javier Aguilar


CCCXI El ruiseñor con su canto baña al cielo de dulzura y a la campaña con nota acompasada y voz piadosa. Sea quizás por sus hijos o su amada esposa. Las noches me recuerdan y acompañan mi suerte dolorosa y durante ellas a mí llorarla me atañe. Nunca pensé que la muerte te hiriese, Diosa. ¡Aun siendo el alma segura, cuánto se engaña! Aun siendo más que el sol radiante prenda, ¿quién pensaría verla cual tierra oscura? Lara García


CCCXIII Tantos días pasaron, después de dejar de verla, y aún no me acostumbro a no poder contemplar aquel rostro moreno que me cautivaba de tal forma. Su mirada influía tanto en mí que mi alma la acompañaba y mi corazón la admiraba. Mas ahora que en el cielo disfruta de todo lo que ganó en su vida terrenal, ojalá la muerte se apiade de mí y me lleve con ella, donde mejor estaré. Miguel Ángel López


CCCXXXVIII Muerte que has dejado sin amor y solo el mundo, dejándome tocado y también sin rumbo. Aquí estoy yo, sufriendo, sin merecerlo y esperando al día que dejaré de hacerlo. He soltado muchas lágrimas, pero prometí sacar de ellas, las fuerzas necesarias, para expulsar todas las lástimas. Y así poder decir en un suspiro... Al fin el mundo es mío, lo conseguí. Javier Aguilar


CCCLXV Llorando voy los tiempos del pasado por culpa de amar las cosas sucias. Podría haber tenido más astucia y así no haber llorado. Tú que siempre ahí has estado viendo como yo sufría, por eso estoy esperanzado en que tú eres quien me guía. Y ya con el morir casi alcanzado y lo mal que lo he pasado espero morir en paz y sentirme despejado. Javier Aguilar


CCCXLVII Ven a mí como yo lo hago. Soy sincero y cristalino. ¿Por qué no lo eres conmigo? Te ofrezco mi amor y fe que tanto me cuesta darla. Sólo te la he dado a ti. Sólo quiero la recompensa, la recompensa del esfuerzo, ese esfuerzo que he mostrado para que tú estés a mi lado. Javier Aguilar


CCCLX Hace tiempo que salgo con un chico, el mismo que para mí lo era todo, pero que hoy ya no es lo mismo. Ya no me puede engañar, puesto que ya le conozco y me sé todas sus mañas. Y me da igual lo que me pase; otros han sufrido más que yo, lo único que quiero es valorarme.

Me doy hoy cuenta que mi fatal ventura quiere que entienda viviendo en lágrimas, que nada hay inmortal y que nada dura. Nuria Bernal


CCCLXIV Muerte ha extinguido al sol que me ofuscaba y en tinieblas sus ojos ha dejado; olmo es, y roble, el lauro marchitado, y tierra quien me ardía y me enfriaba: que es bueno estar, más mi dolor no acaba. Falta quien haga tímido y osado mi pensamiento, y frío caldeado: quien de esperanza y duelo me colmaba. Lejos de aquel que igual hiere que cura, y que en mi pecho abrió tan honda herida, mi libertad es gozo y amargura, y vuelvo con el alma agradecida al que gobierna la celeste altura, ya muy cansado y harto de la vida. Ángel Anguas


CCCLXV Ahora sufro por lo que un día fuimos: perdí el tiempo en complacerte en vez de aprovecharlo. Porque yo lo hacía todo por ti y tú en cambio no me demostrabas nada. Simplemente me utilizabas. Hasta que sentí que ya no podía seguir así y me cansé de ti. Y ahora solamente me arrepiento de lo que un día fuimos pero no pudo ser. Andrea Pérez


Diseño de portada: Montaje fotográfico de Maite Aguilar sobre imágenes tomadas de Flickr con licencia CC:  https://www.flickr.com/photos/67662120@N00/267873796 3  https://www.flickr.com/photos/84129012@N00/230474560  https://www.flickr.com/photos/10422334@N08/382443068 5  https://www.flickr.com/photos/17339947@N00/231893792 5

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons AtribuciónCompartirIgual 4.0 Internacional.


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