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Sofía Rojas SozaEl lápiz y el dragón

El lápiz y el dragón

Sofía Rojas Soza Escuela Carlos Salinas Lagos - Talca En un pueblo muy antiguo vivía un inventor muy famoso; entre sus creaciones contaba con el primer modelo de avión del mundo.

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Claramente en el pueblo todos lo creían medio loco; su apariencia desordenada y acelerada lo confirmaba aún más. Utilizaba siempre el mismo lápiz para bosquejar sus creaciones y, la verdad, ya estaba un poco aburrido de su lápiz. Dadas así las cosas, decidió crear uno nuevo. Una mañana lluviosa se dio a la tarea de buscar materiales para hacer su nuevo lápiz. Caminó kilómetros hasta encontrar lo necesario, y a su regreso comenzó a construir.

Un día tocó a su puerta una niña que decía llamarse Anastasia. El inventor la dejó pasar y la niña le relata un sueño que había tenido; quería que él le diera vida a su fantasía. Le contó que soñó con un dragón que llevaba agua en un balde a los pueblos pobres. El inventor quedó perplejo con la historia de Anastasia, y comenzó a dibujar con su lápiz lo que iba imaginando de aquella historia.

- ¡He terminado! ¡Mira! - dijo el inventor.

La niña sonriendo se despide: - Muchas gracias. Adiós.

El inventor dejó su dibujo sobre la mesa, pero al día siguiente cuando lo fue a buscar ya no estaba.

Cuenta la leyenda que, desde ese día, un dragón de papel deambula dando agua a los pueblos pobres, tal como la niña lo había soñado.

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