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Cristóbal Ganga BernalUn elfo desordenado
Un Elfo desordenado
Cristóbal Ganga Bernal Colegio Integrado San Pío X - Talca
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Había una vez un Elfo que no le hacía caso a nadie y le gustaba hacer bromas a todos en el pueblo; al presidente, al carnicero, al alcalde, a los héroes e incluso a los policías.
Cansados de las bromas las personas del pueblo hicieron una junta para ver que podían hacer con ese Elfo desordenado; muchos de los que asistieron a la reunión no hablaban, sólo comían y se iban. Pero después de más o menos una hora, a alguien se le ocurrió la idea de hacerle una broma.
Al día siguiente cuando el Elfo fue a comprar pan, el panadero le contó que había un bosque prohibido, excelente para hacer bromas. El Elfo sin pensarlo soltó la bolsa de pan y salió corriendo al bosque. Al llegar vio que estaba rodeado de policías y no podía pasar, y eso lo animó aún más a entrar, así que en un descuido lo logró. Cuando estuvo en el bosque empezaron a escucharse gritos, sonidos raros, aparecían y desaparecían personas, se veían rasguños con sangre en los árboles, hachas, cuchillos y almohadas volaban por los aires. De pronto se dio cuenta que un monstruo lo perseguía, corrió y encontró una casa abandonada donde se refugió, pero el monstruo comenzó a romper la puerta hasta que entró; el Elfo se arrancó y salió corriendo del bosque. Cuando llegó al pueblo las personas le contaron que todo había sido una broma, que la sangre era kétchup, que las hachas y cuchillos eran de plástico y que el monstruo era alguien disfrazado.
Ese día el Elfo aprendió una importante lección, y nunca más volvió a hacer bromas.