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Natalia Cosio
El nuevo Eurasianismo como presupuesto de la política exterior Rusa
Natalia Cosío del Río
Rusia, ese enorme Estado que abarca prácticamente medio continente Europeo y Asiático, desde Kaliningrado a Vladivostok. No es solamente el Estado más grande del mundo sino que, es uno de los más poderosos que a lo largo de la Historia ha demostrado su gran dominio y poder en el giro de la política mundial. Nuestro siglo XXI no es menos, ¿quién no ha escuchado teorías conspiradoras de que la inteligencia Rusia está detrás de eventos como la victoria de Donald Trump o inclusive tras el referéndum secesionista de Cataluña del 1 de Octubre? ¿Qué le motiva hoy en día a Rusia a ser más protagonista en el dominio mundial que nunca? ¿Por qué en vez de acercarse a la Unión Europea o a Asia crea la Unión Económica Euroasiática dejando estupefacto al mundo? No es Putin un solo juguete de su prepotencia sino que, todo tiene su respuesta en la misma palabra: “Eurasianismo”.
1. El Eurasianismo en sus orígenes. Esta corriente ideológica surgió ni más ni menos que a principios del siglo pasado en la mente de intelectuales que huyen de la antigua Unión de Repúblicas Soviéticas a otras ciudades europeas (HADERACH, 2014) bebiendo de la Teoría del “Heartland” de John Halford Mackinder, el expansionismo ario hitleriano, el Paneuropeísmo o el Imperialismo de final del siglo XIX y principios del XX (MARTÍNEZ, 2012). Para estos autores, Rusia era la región Cardinal o la región del “Heartland” que Mackinder en el siglo XIX teorizó, afirmando que la región que se extendía desde Europa del Este hasta Asia Central era la más poderosa y ventajosa, y, quien consiguiese dominar esa zona controlaría no sólo la mitad de los recursos del mundo sino que lo dominaría: “Who rules East Europe commands the Heartland, who rules the Heartland commands the World-Island, who rules the WorldIsland commands the world”.1 (PINTOR PIRZKALL, 2014). Por rechazo a la mentalidad comunista de los inicios de la URSS que consideraban que anulaba la esencia rusa, y también la aversión a la pertenencia exclusiva a un solo continente, el Europeo o el Asiático, se elabora el Eurasianismo, una especie de “(…) civilización aparte, con señas de identidad propias y claramente distinguibles, que no sólo debía actuar como puente de unión entre ambos mundos (Oriente y Occidente), sino que además estaba destinada a ocupar un papel central en el devenir de ambos” (HADERACH, 2014). Así, ideólogos del Eurasianismo como Trubeckoy, Savickiy, Alekseev o Suvchinckiy, no solo comienzan a plantear un deseo de retomar las raíces no solo del gran Imperio Zarista, sino del mongol, los eslavos, el Cáucaso y la riqueza de la diversidad de Rusia para reivindicar su grandeza y papel en el mundo sino que, también empiezan a idear un nuevo orden internacional no bipolar como el que vivieron en la Guerra Fría, sino que aspiran a un orden en el que el Estado-Nación clásico occidental desaparezca, y así lo deslumbraremos en el Nuevo Eurasianismo de Duguin. Reivindicaban estos autores ya, el particular enclave de Rusia, que quedaba fuera del marco separado de Occidente y Oriente, Europa y Asia, sino que tanto geográfica, como política como culturalmente quedaba entre ambos mundos. Tampoco era Rusia un Estado cuya población se arraigase en un sustrato idéntico cultural pues la Rusia de Moscú era “Quien gobierne en Europa del Este dominará el Heartland; quien gobierne el Heartland dominará la Isla Mundial; quien gobierne la Isla Mundial controlará el mundo." 1
I
El nuevo Eurasianismo como presupuesto de la política exterior Rusa
Natalia Cosío del Río
completamente diferente a la Rusia del Cáucaso, así como diferenciada de la Rusia Siberiana.2 Eurasia sería, una suerte de “un continente separado tanto de Europa como de Asia, que (…) incluiría a los rusos junto con pueblos ugro-fineses y túrquicos del Volga, Siberia y Asia Central” (MORALES HERNÁNDEZ). Y el desarrollo de estas teorías a lo largo del siglo, tuvieron su renacer con la caída de la Unión Soviética y la creación de una nueva Rusia. Así, nació Duguin o el nuevo Rasputin. Así, se implantó el Nuevo Eurasianismo.
2. La escuela de Duguin. El nuevo Neurasianismo. El re-surgimiento del Eurasianismo no es casual, la caída del bloque soviético supuso un golpe duro para la gran Rusia, y una pérdida brutal de su hegemonía internacional. También, supuso un nuevo orden internacional, del bipolar de la Guerra Fría al multipolar, y así, Rusia dejó de ser “uno” para ser “uno más”. Los extremismos nacen en las épocas más complejas, y así, el Eurasianismo se fortalece bajo la figura del que es conocido como el nuevo Rasputín y fundador del Partido Eurasia: Alexander Duguin. Su ideología, o la Cuarta Política, es la que mueve la cara exterior de Rusia pues, fue además asesor del Preisdente del Parlamento de Rusia, así como el creador del Centro de Estudios de Geopolítica de Rusia. El nuevo Eurasianismo es un amalgama de ideologías complejas que supera al socialismo, al capitalismo y al bipolarismo internacional. Rechaza fuertemente la unidad cultural “Occidental”, pues considera que esos valores tienen una pretensión de universalidad que agrede “la multiplicidad de culturas y tradiciones que aún existen en el resto del mundo. (…) son esencialmente modernistas y posmodernistas, y son promulgados por los Estados Unidos a fuerza de intromisiones (…)” (MARTÍNEZ, 2012). Crea una suerte de orden internacional de entes estatales con Eurasia como núcleo (Heartland), y Rusia en el centro de Eurasia (MARCU, 2007), y por tanto se creará la Gran Russia o “Rossia Bolshaya”: “Autores de esta ideología (…) defienden una Eurasia en contra de la globalización, defienden unos Estados euroasiáticos no dependientes de, ya no tanto la Europa Occidental sino de las élites políticas de la misma; y tanto Rusia como Eurasia, tienen que convertirse en la Región Cardinal que resista al nuevo orden, resucitando también las culturas y la herencia históricocultural de esta región.”3 (COSÍO DEL RÍO, 2016). Detenernos a explicar todos los aspectos teóricos del Eurasianismo sería material de una tesis doctoral pues, es a la par de complejo, de necesaria abstracción de cómo está el mundo dividido actualmente. Lo que nos es de valor en este ensayo es la conclusión que saca el Eurasianismo en tanto la necesidad que tiene Rusia de abarcar más o de “invadir más” como puede a veces considerarse pues, no es otra cosa también, que una apelación “Piotr Savitski, otro de los pioneros eurasianistas, basaba su argumento en que Eurasia era geográficamente indivisible: “Los términos europeo y asiático son incompatibles con cualquier entendimiento de Rusia, como un mundo y una geografía especial e íntegra”; MARTÍNEZ, F.; “Eurasianismo: ¿enfermedad o cura?”; Russia Beyond; 14 de Junio de 2012. 2
MATERN, F.; “The Discourse of Civilization in the Works of Russia’s New Eurasianists: Lev Gumilev and Alexander Panarin”; York University Post-Communist Studies Programme Research Paper Series nº2; Febrero 2007, York. 3
II
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a las ideas nacionales-socialistas del “espacio vital”, es decir, la recuperación del estado vital ruso. Esta filosofía es abierta, y se nutre de diversas realidades, así como de la pluralidad, diversidad y multiculturalidad en contra de lo que denominan como la “dominación convencional obligatoria de una ideología, (…) la democracia liberal estadounidense” (DUGUIN 2016); y con una preponderancia de los derechos de las naciones, las etnias y las religiones. Es relevante la importancia que le otorga el señor Duguin y sus secuaces a la recuperación del Espacio vital de la Gran Rusia porque tienen un sentimiento paternalista para con los territorios que están bajo la influencia rusa o que formaron parte de Rusia como su consideración para con Ucrania o los territorios del Cáucaso como observaremos en el siguiente apartado.
3. La aplicación práctica. No se entiende el rumbo político en los asuntos exteriores de Rusia sin entender la necesidad de la creación de la Rossia Bolshaya y la protección de la población rusa allá donde quiera que se encuentre, y si bien la recuperación del espacio vital ya es non grata hacerla al “puro estilo de la II Guerra Mundial” y ni siquiera lo conveniente; Rusia se propuso volver a ser grande otra vez, utilizando las grandes armas de la realidad internacional de nuestros días: una pizca de “Hard Power” y un gran tonel de “Soft Power”. En un escenario post-soviético en pleno despegue de las organizaciones internacionales y de la Unión Europea como tal, Rusia creó la Commonwealth of Independent States en 1991, que agrupaba a todas las repúblicas post-soviéticas4 desmembradas de la antigua URSS, que fueron uniéndose paulatinamente hasta el año 1993. El primer paso fue la creación de un espacio económico común entre todos los Estados miembros (al corte europeísta), y así, una suerte de recuperación del espacio soviético. No obstante, no todo fueron grandes éxitos para Rusia pues, el desarrollo de finales del siglo XX y principios del Siglo XXI la hacen perder influencia en los mismos Estados, influyendo notablemente inclusive en la salida de Georgia de la CIS (debido a la guerra de Georgia por los territorios de Osetia del Sur y Abjasia, y el acercamiento de Georgia a Europa). Hoy en día, la CIS está formada por los siguientes estados postsoviéticos: Azerbaijan, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Ucrania.5 Aun así, siempre suelo incidir en que la CIS fue el gran fracaso de la creación de la Rossia Bolshaya que, parece que remontó cuando se creó la Unión Económica Euroasiática o EAEU, la gran competidora de la Unión Europea y, la que he defendido siempre como la verdadera explosión del neo-Eurasianismo en la práctica y la que, tiempo al tiempo, se comerá al mundo. Sus antecedentes datan del 1995, cuando era una mera unión aduanera entre solo 5 de los miembros de la CIS curiosamente y, 16 años después, el 29 de Mayo de 2014, se funda propiamente la conocida como Unión Económica Euroasiática o EAEU (Euroasiatic Economic Union, s.f.) formada definitivamente por
Exceptuamos siempre a las repúblicas Bálticas que toman otro camino diferente de proximidad a Europa. 4
Interstate Statistical Committee of the http://www.cisstat.com/eng/frame_about.html 5
III
Commonwealth
of
Independent
States
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Rusia, Bielorrusia, Kazajastán, Kirguistán y Armenia. Esta especie de imitación de la UE, engloba prácticamente medio mundo (20 millones de kilómetros cuadrados que es ni más ni menos que el 15% de la superficie terrestre), o, más bien, el territorio casi pleno de la teórica Eurasia o Heartland; y cuenta con el 3,2% del P.I.B si bien, Rusia aporta más del 86%.6 Sus exportaciones supone nel 3,7% de las exportaciones mundiales, producen más de 607 millones de toneladas de petróleo y más de 680 millones de toneladas de gas. (STRZELECKI, 2016) Obviando la pobre calidad democrática o de los sistemas de los Estados miembros, el funcionamiento de la EAEU si bien, marcado por una dominación fuerte de Rusia (pues, tiene derecho a veto), y sin un órgano parlamentario como el Parlamento de la UE; no dista mucho de organizaciones de carácter supranacional como la Unión Europea. No olvidemos que el objetivo de la propia UE es alcanzar unos “Estados Unidos de Europa” pues es hoy en día la única coalición posible para llegar a ser una superpotencia. Y por tanto, es el objetivo de Rusia, en mi opinión, volver a ser la Gran Rossia Bolshaya sin necesidad de esta supranacionalidad pues actualmente así se conforma Rusia con toda su gran basteza de territorios.
Duguin suspiraba al oído de Vladimir Putin la grandeza de volver a retomar la Rusia que era, al igual que Rasputín suspiraba a los oídos de los zares. Y por ello, no hay manera de entender el amor de un ruso hacia su líder (por mucha o menor formación que tenga) que el deseo de mantenerse en la grandeza que es y que fue. Quien conquiste la región cardinal conquistará el mundo, y Rusia ya está en la región cardinal.
Datos del 2016 obtenidos de STRZELECKI, J.; “The Eurasian Economic Union: a time of crisis”; OSW, 1 de Febrero de 2016; https://www.osw.waw.pl/en/publikacje/osw-commentary/201602-01/eurasian-economic-union-a-time-crisis 6
IV
El nuevo Eurasianismo como presupuesto de la política exterior Rusa
Natalia Cosío del Río
4. Bibliografía. COSÍO DEL RÍO, N. (Noviembre de 2016). El Nuevo Poder de Eurasia. DUGUIN, A. (2016). La idea de Eurasia: el Eurasianismo como camino hacia una multipolaridad real. Katehon. Obtenido de The Fourth Political Theory: www.4pt.su Euroasiatic Economic Union. (s.f.). Obtenido de http://www.eaeunion.org HADERACH, K. (2014). Eurasianismo, la cuarta teoría política. Obtenido de Agencia Tigris. MARCU, S. (1 de Diciembre de 2007). LA GEOPOLÍTICA DE LA RUSIA POSTSOVIÉTICA: DESINTEGRACIÓN, RENACIMIENTO DE UNA POTENCIA Y NUEVAS CORRIENTES DE PENSAMIENTO GEOPOLÍTICO. Scripta Nova, 11(253). MARTÍNEZ, F. (14 de Junio de 2012). Eurasianismo: ¿enfermedad o cura? Obtenido de Russia Beyond: https://es.rbth.com/articles/2012/06/14/eurasianismo_enfermedad_o_cura_ii_ 17505 MORALES HERNÁNDEZ, J. (s.f.). El Papel de Rusia en Eurasia: ¿Pragmatismo o Eurasianismo? Universidad Carlos III de Madrid. Obtenido de http://www.aecpa.es/uploads/files/congresos/congreso_09/grupostrabajo/area07/GT03/10.pdf PINTOR PIRZKALL, H. (16 de Marzo de 2014). HALFORD MACKINDER Y LA TEORIA DE LA ISLA MUNDIAL. Comillas Blog of International Relations. Obtenido de http://comillasirblog.blogspot.com.es/2014/03/halford-mackinder-y-la-teoriade-la.html SEBASTIAN, J. (s.f.). Alexander Dugin y la Nouvelle Droite rusa: entre el Neo-Eurasianismo y la Cuarta Teoría Política. Obtenido de El Espía Digital: www.elespiadigital.com STRZELECKI, J. (1 de Febreri de 2016). The Eurasian Economic Union: a time of crisis. OSW.
V