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CREDITO FOTO

El jilguero, de Carel Fabritius, c. 1654.

84 | HARPER’S BAZAAR | Diciembre 2013

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CONFIDENCIAL

ARTE

LA CHICA VUELVE A CASA La gran colección de pinturas del Mauritshuis de La Haya vuelve al museo tras más de dos años de remodelación y ampliación.

POR JAVIER CABALLERO Y RAMÓN REBOIRAS. FOTOS: ©MAURITSHUIS, LA HAYE. ©FRANK VAN DER BURG. MAURITSHUIS.

C

uando Donna Tartt comenzó su última novela, El jilguero, no podía imaginar que su éxito coincidiría con la reapertura del museo que alberga la obra de Carel Fabritius que da nombre a la historia, el Mauritshuis de La Haya. “La señorita Tartt no es la primera escritora que se ha inspirado en una de las pinturas de nuestra colección, y espero que no sea la última”, comenta la directora del museo, Emilie Gordenker, en clara referencia a la novela de Tracy Chevalier La joven de la perla. “El jilguero ha ayudado sin duda a atraer más visitantes, como ya hizo Chevalier”, reconoce.

Tras más de dos años de trabajos de renovación, el Mauritshuis reabre sus puertas el 27 de junio. Casa de las mejores pinturas de la Edad de Oro neerlandesa, el edificio del siglo XVII que una vez fue casa del gobernador del Brasil holandés también custodia La lección de anatomía del maestro Rembrandt y la obra más emblemática que acogen: La joven de la perla de Johannes Vermeer, discípulo de Fabritius. “Estoy muy feliz de poder decir que nuestra chica ha vuelto a casa”, afirma Gordenker, sin minusvalorar el resto de cuadros. “Hemos echado de menos todas nuestras pinturas”, añade.

Durante este periodo, muchas obras (incluida La joven), han viajado por Estados Unidos y Japón, donde han gozado de la oportunidad de visitar gran parte de la colección del Mauritshuis sin necesidad de coger ningún avión ni sufrir del tan temido a la par que común jet lag. Un centenar, para alivio de la directora, ha permanecido en la ciudad, concretamente en el Gemeentemuseum. Las pinturas en itinerancia, sin embargo, no han sido huérfanas. “Un mensajero acompañaba siempre los cuadros”, explica Gordenker. “La condición de nuestras obras era comprobada antes de cada viaje y a su llegada a destino”, asegura. Además, esta gira internacional ha ayudado a la visibilidad del Mauritshuis. “No hace mucho, una de las preguntas más frecuentes en el Rijksmuseum era ¿Dónde está La joven de la perla?”, confiesa sobre uno de sus grandes retos, darse a conocer. “De algún modo, para nosotros el museo no ha cerrado.

Hemos trabajado en nuestro logo, en una aplicación móvil, una página web, nuestra

Emily Gordenker en una sala del Mauritshuis.

página de Facebook (¡que es genial!) y el programa de exposiciones. No tenemos miedo a las nuevas tecnologías, cuanto más conozcan la obra, más ganas tendrán de verla en persona”, convence la directora, a sabiendas de las reticencias de muchas galerías a mostrar sus tesoros en la red.

El museo, ahora, cuenta con un nuevo edificio al otro lado de la calle, el Royal Dutch Shell Wing, que duplica su espacio y que conecta con el principal mediante un vestíbulo subterráneo. Esta expansión ha sido ideada teniendo en cuenta las necesidades de los nuevos turistas y de los museos del siglo XXI. “La nueva ala servirá de apoyo a la colección permanente, que es después de todo nuestro objetivo principal. Además, contará con una brasserie, un taller educativo, nuestras oficinas y salas que implicarán que no tengamos que mover nuestra colección cada vez que organicemos una exhibición temporal”, desentraña, con orgullo, Gordenker. Las cuatro exposiciones programadas para el 2015 ya se pueden consultar en su web, www.mauritshuis.nl/en/.

Sobre los retos que se presentan a partir de ahora, se muestra segura. “¿Retos? ¡Estamos preparados para enfrentarlos a partir de nuestra apertura!”. ■

LITERATURA

Carel Fabritius, uno de los artistas más famosos de Delft, lo pintó en 1654 pero curiosamente su popularidad se ha visto impulsada por uno de los best-seller literarios más completos de los últimos años, El Jilguero, de la escritora estadounidense Donna Tartt. Recién publicado en España por la editorial Lumen, la peripecia de sus más de mil páginas gira en torno a la ficticia desaparición de esta pequeña maravilla. Aunque muchas veces una obra de arte ha sido el centro de la ficción literaria, pocas ha cobrado la trascendencia y el magnetismo de esta novela que hace revivir en toda su gama las emociones y peripecias de un viejo y leal compañero en la disparatada época presente.

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