ISSN:2322-74GX | A帽o 28 | Edici贸n 189 | Distribuci贸n gratuita | 12.000 ejemplares | Medell铆n, Mayo de 2015 | www.periodiconexos.com.co
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Asociación Cultural Periódico Estudiantil NEXOS
ÍNDICE
04 SOBRE EL PERIODISMO 05 DOS MÁS UNO 06 ABOGADOS Y POLITÓLOGOS: 07 ¿RIVALES O COLABORADORES? MARIO RINCÓN PARRA, CON P 08 DE PACHANGA JARDÍN DE BALCONES 10 AMORES PERROS 12 “CONGRATULATIONS, YOU HAVE A 13 NEW MATCH!” CARTA A QUIEN NUNCA ME CONOCIÓ 14 COLOMBIA, EL ÚNICO PAÍS CONSAGRADO EN 15 UNA VÍSCERA FEMINISMO MACHISTA 16 APRENDER A EMPRENDER 17 DESCANZA EN PAZ, PORFIRIO BARBA JACOB 18 HASTA SIEMPRE, DOCTOR NICANOR
POR DANIELLE NAVARRO B. POR PABLO PÉREZ ALTAIS
POR ESTEFANÍA VÁSQUEZ
POR ALEJANDRO CORTÉS ARBELÁEZ
POR NATALIA ZULUAGA S.
POR PAULINA ECHAVARRÍA, DANIELLE NAVARRO B. Y RUBÉN D. HIGUITA
POR FELIPE ARCILA G.
POR ÁGUEDA VILLA G.
POR FELIPE MURILLO CARVAJAL
POR AGUSTÍN RENDÓN CALLE
POR MARÍA GIRALDO VARGAS
POR FELIPE ARCILA G.
POR ANDREA GARCÍA VÉLEZ
Ilustración María Adelaida Restrepo
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Asociación Cultural Periódico Estudiantil NEXOS
María Fernanda Villafañe
Directora / mvillafa@eafit.edu.co
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esde sus primeras publicaciones el Periódico Nexos no sólo ha cumplido con la labor de ser un espacio para divulgar ideas sino que también se ha tomado el trabajo de contar historias sencillas, pero encantadoras, que con el tiempo se han vuelto imperceptibles y que en su mayoría pasan inadvertidas. Los acontecimientos que presenciamos día a día nos exigen un pensar diferente y cauteloso, pues para descubrir y atender a los simples hechos que logran dividir el tiempo y el ritmo de nuestra existencia, no se deben pasar por alto los pequeños detalles frecuentes y cotidianos. Nuestro ritmo de vida, cuyo compás se mueve junto a la sinfonía del tráfico, de la comida rápida, de la prisa constante y de la intranquilidad por no tener las cosas terminadas, nos ha impedido tener más espacios para alimentar el alma. Y es que alimentarla requiere tiempo, paciencia y la capacidad de frenar cuando la velocidad supera ciertos límites que nos imposibilitan enfocarnos en las historias que pasan a toda hora, en las personas que nos rodean y que tienen algo para contar, en los detalles que esconden secretos y nos permiten reposar y dar un respiro al cuerpo. Contar cómo somos, de dónde venimos y qué sucede a nuestro alrededor, es la base que permite el desarrollo de historias donde cada uno de sus personajes es protagonista de memorias y recuerdos llenos de sutilezas que nutren el alma, permitiendo a los lectores fugarse por minutos e inclusos por horas de su rutina. Sencillamente se debe direccionar la mirada hacia otro lado, hacia el
DIRECCIÓN María F. Villafañe García mvillafa@eafit.edu.co GERENCIA Hernando Vélez Herrera hvelezh@eafit.edu.co
Ideas y Cultura Asociación Cultural
Periódico Estudiantil NEXOS
EDICIÓN Natalia Zuluaga Salazar nzuluag2@eafit.edu.co Valentina Bustamante Mesa Miguel Ángel Correa Saldarriaga Daniela Navarro Bohórquez AgustÍn Rendón Calle Felipe Murillo Carvajal Maria Alejandra Carrillo Paulina Echavarría Maria Giraldo Vargas Andrea García Vélez DESARROLLO HUMANO Daniela Navarro Bohórquez dnavarr1@eafit.edu.co EDICIÓN WEB Y Sofía Pérez Aristizabal SOCIAL MEDIA spereza5@eafit.edu.co Carolina Restrepo Carolina Ramírez Santiago Londoño Ana María Jiménez Sebastián Garcés
lado de las calles, de las esquinas, del barrio, de los libros archivados en las estanterías de escritores como Elkin Obregón o de los artesanos que se sientan a ver pasar la vida en el Parque Bolívar. Narrar lo que acontece en la ciudad es una forma de cambiar la perspectiva y percatarse de que no todo ocurre dentro de una burbuja en donde acostumbramos vivir. Ésta nos aísla de lo humano pues nos encierra en un mundo donde prima lo material. Estamos acostumbrados a existir de acuerdo a un ritmo acelerado que nos convierte en seres de pensamientos monótonos que desechan el tiempo en un transcurrir invariable y agitado, seres sin momentos para contemplar, curiosear y en definitiva, sin tiempo para poder apreciar las cosas sencillas de la vida, las del común y las que ocurren a la vuelta de la esquina. Es necesario salir de esa burbuja pues llegó la hora de entender que existe algo más allá por fuera de las paredes de ladrillo que impiden extender nuestras miradas hacia lo que se esconde en lo cotidiano. Narrar la ciudad nos va dando un poco de calle queterminaabriéndonoslapercepción a cosas simples, pero con gran valor. Es por esto que Nexos, como medio de comunicación, manifiesta y divulga la importancia de tener un periódico universitario que no se enfoque en noticias de último minuto, que no se quede con lo que ocurre dentro de la universidad sino que entregue a sus lectores historias que llevan años escondidas frente a los ojos ciegos por el afán y la rapidez con la que vivimos.
MERCADEO Carlos Mario Arbelaéz Reyes carbel16@eafit.edu.co Mateo Emilio Saltaren Figueroa Manuela Sanín Cristian Arbeláez Daniel Hernández. Catalina Botero Santiago Mejía Alejandro Valencia PORTADA Juan Esteban Tobón Alzate (Ilustración) Natalia Zuluaga S. (Fotografía) DISEÑO Y MONTAJE Daniel Herrera R. Julián Betancur M. PREPRENSA E IMPRESIÓN Casa La Patria AGRADECIMIENTOS Desarrollo Humano Universidad EAFIT Rúben D. Higuita Fundado el 13 de agosto de 1987 por Jorge Restrepo, Jaime Cadavid, Claudia Patricia Mesa y Gustavo Escobar. Personería Jurídica No. 568 de septiembre de 1993. Carrera 49 No. 7 Sur-50 / Bloque 03 oficina 325 EAFIT Teléfono: 261 93 02 / Fax 261 95 00 ext. 407 nexos@eafit.edu.co / www.periodiconexos.com.co
Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de los autores y no representan expresamente el pensamiento editorial del periódico.
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Danielle Navarro B.
dnavarr1@eafit.edu.co
Qué
infortunio: a los antioqueños marzo se nos llevó súbitamente a Ramón Vásquez, a Carlos Gaviria y a Nicanor Restrepo. La muerte, como escribió Pablo Neruda, «vive tendida y de repente sopla». Y cuando lo hace y alguien muere, unos rezan y otros buscan refugio en la poesía –o la escriben–, pero todos, como lo afirmó hace poco Héctor Abad Faciolince, procuran “ese extraño, pero real, consuelo de las palabras”. A EAFIT, marzo le robó al Doctor Nicanor. Nicanor Restrepo Santamaría, como él firmaba.
Cortesía del Departamento de comunicaciones de la Universidad EAFIT.
«¿Y quién era él?» Preguntaron varios estudiantes al enterarse de que había fallecido ese hombre que presidía el Consejo Directivo desde hacía tres años. ¿Quién era usted, Doctor Nicanor?
una persona que ha podido estudiar y a quien no le faltó salud, alimentación ni afecto, es una privilegiada, y creo que tiene una deuda social que debe restituir Nicanor Restrepo Santamaría
Usted, quien nunca tuvo pretensiones mediáticas, y sin embargo, acaparó la atención en las redes sociales con la noticia de su defunción. Usted, quien ha sido descrito por los medios colombianos como un «reconocido empresario antioqueño», a despecho de su sincero interés por la cultura humanista. Usted, cuya muerte ha conmovido a los más crudos detractores del proceso de paz, a pesar de haberse sumado a los diálogos del Caguán en el año 99 y de manifestar, hasta sus últimos días, un optimismo categórico frente a la posibilidad de alcanzarla por medio del diálogo. Quienes lo conocieron coinciden en afirmar que usted era un ser excepcional, un gran caballero: brillante y modesto a la vez, una persona capaz de reunir en sí mismo al empresario y al humanista. Quienes no lo conocieron, pero fueron testigos de su labor, destacan su paso por la gobernación de Antioquia, el Grupo Empresarial Antioqueño y la dirección del Consejo Directivo de nuestra Universidad. En cambio, algunos medios de comunicación, que tal vez solo precisaban de usted para llenar un espacio, escatimaron esfuerzos y tomaron del El Colombiano la inspiración que les hacía falta para dar a conocer la noticia de su fallecimiento: «El destacado líder estaba rodeado por sus familiares en el momento de su muerte y hasta el último momento conservó la calidez y el buen humor que lo caracterizaron a lo largo de su vida».
Si alguien redacta el párrafo anterior en Google, lo encontrará así, igualito, en El País, Noticias Caracol, W Radio, Blu Radio, la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional… sin comillas, como otra prueba más de ese «esfuerzo desbocado por actualizar noticias cada veinte minutos» que critica el profesor Carlos Mario Correa. Su partida tomó a muchos por sorpresa. Los medios digitales y las redes sociales tardaron poco tiempo en difundir la noticia. Los impresos, en cambio, tuvieron que esperar hasta el lunes 16 para intentar rendirle un homenaje. Sin embargo, —tal vez porque usted no pretendió ser un hombre muy mediático— ninguna empresa periodística (a excepción de El Colombiano) parecía tener preparado un especial: solo se llevó, en El Tiempo, un pequeño recuadro en la portada y una página de la sección «Debes leer», en la cual había una gran fotografía suya, comentarios de distintos personajes y unos pocos párrafos. El Espectador, también el lunes 16 de marzo, dedicó una página de la sección «Negocios» para recordar su trayectoria empresarial. Y la revista Semana se limitó a darle un resaltado en amarillo en la portada de la edición 1716 (que ocupaba la foto de Jorge Pretelt) con la frase «Se fue un grande», después de su nombre. Y el artículo correspondiente, ubicado en la sección «Nación», enumeraba, al igual que los dos diarios, su honorable desempeño. Sin ánimo de hacer apologías, el diario antioqueño El Colombiano fue el único medio del país que dedicó varias páginas impresas para conmemorar al Doctor Nicanor, quien más que un líder del sector empresarial nos recuerda a los colombianos que sí es posible armonizar el humanismo y la bondad con los negocios, la justicia y la equidad con el libre mercado, la fama y el prestigio con la sencillez. A quienes somos o han sido estudiantes nos dejó, además de un legado de enseñanzas, una valiosa misión que quedó fijada en la Revista portafolio, en el año 2013: «una persona que ha podido estudiar y que ha nacido en hogares donde no le faltó ni la salud, ni la alimentación, ni el afecto, es una privilegiada, y creo que tiene una deuda social que debe restituir». Que esta sentencia habite para siempre en nuestra memoria. Bien lo expresó el rector Juan Luis Mejía en el mencionado diario antioqueño: «En un país carente de referentes morales, ¡qué falta nos hará el Doctor Nicanor!».
UNIVERSIDAD EAFIT: RECONOCIDA POR innovación Gracias al acompañamiento brindado por EAFIT a la empresa Corona, Sumicol S.A., el pasado 19 de marzo le fue entregado un renocimiento a la Universidad como aliado estratégico para la cultura e innvación en proyectos de investigación y producción.
Fotografía tomada de la página web de EAFIT
Ciencias Matemáticas, en busca de docentes El Departamento de Ciencias Matemáticas de la Universidad EAFIT abrió una convocatoria para ocupar dos plazas como docentes de tiempo completo. Entre los requisitos con los que deberán contarloscandidatos,seencuentran un título de doctorado y un buen dominio del inglés.
Meteorz,elvideojuego eafitense Emerald Digital Entertainment, un grupo conformado en el semillero de videojuegos del Departamento de Ingeniería de Sistemas de EAFIT, desarrolló Meteorz, un videojuego disponible para dispositivos móviles. La idea se basó en dos juegos de Atari y consiste en defender y evitar la destrucción de un planeta amenazado por meteoritos.
Semana de Mercadeo EAFIT 2015 Este año se celebrará la Semana de Mercadeo, donde se realizarán actividades recreativas y educativas como juegos, competencias y charlas sobre mercadeo aplicado. Se finalizará con el gran evento contra reloj Tic-Tac Marketing. El pregrado en Mercadeo invita a toda lacomunidadeafitense,yenespecial a sus estudiantes, a participar y disfrutar de esta semana.
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Es muy probable que hoy “Juan José Hoyos Naranjo esté dedicado de tiempo completo a ver caer las flores de los guayacanes amarillos como cuando era un niño y ‘parecía que alumbraban en la noche’”- Carlos Mario Correa Soto
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Desde las instalaciones de la Universidad EAFIT, hoy, cualquier día, por cualquier razón, recordamos con esta ilustración de “Altais” a ese hombre que continúa alimentándonos las ganas de contar historias.
Ilustración Pablo Pérez Altais periodistailustrado.blogspot.com
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Estefanía Vásquez
esas películas me encanta analizar gestos y movimientos. Me excita.
Más bizarro, más ardiente, más sensual, más capaz, más abstracto. Mucho más delicioso para mi boca, mis formas y mis sentidos… (...) E
l humo de la marihuana nubló la habitación. Las siluetas de los cuerpos a medio vestir que se dibujaban en el aire, entre ellas la mía, se movían al vaivén de la música electrónica. Me arrodillé frente a Daniel, cerré los ojos, y entonces sus murmullos parecían gritos. Mientras que con sus dedos me tocaba la boca, le preguntó si le gustaban mis labios. Ella, que los había visto muchas veces pero quizá no con el mismo deseo, tragó saliva y pronunció: “Son un-a chi-mba”. De inmediato sentí el calor y la sutileza del cuerpo de Julia acercándose al mío, sus labios me acariciaban tímidamente. No era la primera vez que ella vivía situaciones similares con otras personas. Nunca lo hubiera imaginado de esa mujercita de piel canela: tan callada, tan insegura, tan introvertida. El beso fue corto. Pero cuando abrí los ojos me di cuenta de que había sido suficiente para que el miembro rosado de Daniel estuviera duro. Cogí esos 18 cm entre mis manos y los conduje a mi boca. Al mismo tiempo, la miraba a ella, queriéndole enseñar cómo se succionaba un falo. El desespero y la lujuria habitaron nuestros cuerpos, pero Julia era la más ansiosa, se retorcía como si la poseyera algún espíritu. En aquel momento, él -un poco nervioso- le quitó el pantalón para dibujarle con sus dedos leves círculos en su sexo. Al instante los tres ya estábamos desnudos. De repente ellos comenzaron a besarse y sentí un aire frío invadiéndome desde la cabeza hasta los pies, estaba viendo a mi novio besarse con una de mis mejores amigas. Volví a cerrar los ojos. No podía perder el control: reaccioné, la halé del pelo para que fuera ella quien estuviera abajo. Esa boca era mía. A Daniel lo besé, le cogí la mano derecha para que me tocara los senos y a Julia la agarré de la cabeza indicándole que hiciera movimientos rápidos en el miembro de mi hombre. Ella jamás nos miró… Los empujé hacia la cama y monté a Julia sobre Daniel, me senté en la cara de él para que me lamiera; entre tanto, yo le apretaba los pechos, jugaba con mi lengua y miraba como lo cabalgaba. La directora y productora de esa escena de porno criollo era Estefanía… Sí, yo… Que nunca había tocado a otra mujer y que a duras penas, antes de Daniel, había tenido uno o dos encuentros sexuales satisfactorios. Yo, que soy el “sex symbol” de un montón de gallinazos hambrientos que dicen ser mis amigos y aseguran, “por pura intuición”, que debo ser “mero catre”… ¡Jummm! Pero a excepción de mi mirada coqueta y la grotesca sensualidad que impregna mi ser, mi vida sexual había sido un fiasco. A simple vista Julia y Daniel eran inexpertos, pero me llevaban años luz de experiencia. Esa era la oportunidad para reivindicarme conmigo misma, con mis “fans sexuales”. Era el momento para sacar mis dotes de actriz porno, porque de
Había planeado en mi cabeza, una y otra vez, ese momento… Mi primer trío. Por lo tanto, el 24 de mayo de 2013, dos días antes de que sucediera y con 22 días de noviazgo, me decidí y llamé a Daniel: –Hola, quiero que hagamos un trío. De esos que tú hiciste con tu ex novia – le dije. – ¿Segura? – contestó sorprendido pero satisfecho. – Sí. Va a ser el viernes y ya tengo la chica– respondí. – ¿Qué? – preguntó él. – Si ome, la única exigencia de ella es que haya mucha bareta del Barrio Antioquia– repliqué, mientras recordaba las palabras de Julia, quien nunca mostró resistencia ante mi propuesta. – Vale. Hermosa, Te quiero– agregó. Cuando dijo que me quería lo noté enormemente agradecido. No sé si por la bareta o por el trío, porque no conozco hombre más marihuanero, conveniente y vago que Daniel. Lo único bueno de él era que sabía follarme, porque físicamente no era tannnnn agradable: 23 años de edad, 1.70 metros de estatura, piel trigueña, labios gruesos, un expansor en cada oreja, unos 18 o 20 tatuajes a medio hacer y una contextura, que yo llamo, “cuajo de gamín”. Toda una nea. Su punto a favor era que me daba confianza y tranquilidad. Era el tipo de persona que siempre amé en los episodios de mi imaginación. Pero él era exceso. Más bizarro, más ardiente, más sensual, más capaz, más abstracto. Mucho más delicioso para mi boca, mis formas y mis sentidos… Ha sido al único hombre al que le he contado mis historias. Incluso esa que no comento con nadie, esa que había marcado mi vida desde que era una niña de 4 años, esa que hoy duele menos y recuerdo menos. Pero que de vez en cuando esboza en mi mente al hermano de mi papá tocándome como se supone que los adultos no deben hacerlo con los niños. La seguridad que Daniel me aportaba era la que me permitía estar ahí, gobernando esos cuerpos, borrando el tormentoso pasado de mi sexualidad. Ahora yo estaba reinventándome con él y ella, con el juego de sus órganos húmedos y excitados. Luego de estar viendo a mi amiga moviendo sus caderas encima de mi chico, me acerqué para besar sus senos, que se asomaban entre los crespos de su cabello largo. Ella se antojó y detuvo sus movimientos para acercarse a besar los míos, menos grandes pero más blancos y rosados que los suyos. Nos acostamos en la cama una al lado de la otra, con las piernas abiertas para tocarnos, al mismo tiempo que Daniel pendulaba su pelvis en nosotras… un poquito aquí, un poquito allá ¡Oh dios, dios, dios! mi orgasmo… menos intenso que de costumbre, pero al fin y al cabo orgasmo. El olor a vainilla dulce de mi sexo se mezclaba a la perfección con el aroma a maracuyá maduro del sexo de Julia. Mis gemidos -los de ellos- opacaban la música de fondo que, por la calentura, debió haber sido alguno de esos ritmos que ponen en los “striptisiaderos”. Daniel, más pasivo de lo que yo esperaba, mordía la parte izquierda de su labio inferior, nos miraba, se reía, deslizaba en nosotras su miembro, más rojo y más erecto que nunca, con movimientos rápidos y profundos. No pasaron más de 10 minutos cuando este hombre interrumpió el compás de las respiraciones agitadas: “Estefanía ya voy a acabar”. Como si fuera parte del libreto, me arrodillé frente a él con los ojos cerrados, igual que al principio, pero esta vez para que echara todo su placer en mi cara. Yo gritaba y agarraba mis senos cuando el líquido caliente cubría mi rostro, y con él, las ganas de que Julia lo lamiera. Abrí los ojos y la miré, pero no hizo buen gesto. Así que lo cogí con mis dedos y lo chupé por ella. Esa no fue la última vez que follamos con Julia. También tuvimos sexo con Andrea y luego Natalia. Más un montón de miembros que metí a mi boca para saciar su morbo y el mío. Después lo hicimos por webcam mientras que nos veían aproximadamente mil personas de todas partes del mundo, que no hacían más que adularme y acrecentar mi ego. La relación con Daniel no duró más de 5 meses. Después no volví a hacer ese tipo prácticas con otras personas, pero él me dio el tiempo suficiente para anular mi anterior vida sexual y, desde entonces, abrir una nueva: llena de gemidos, olores, texturas, expectativas, lujuria y orgasmos.
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Alejandro Cortés Arbeláez
alejandrocortes90@gmail.com
Si los abogados y los politólogos queremos hacer las cosas bien, deberíamos hacer esfuerzos para acercar nuestras disciplinas (...) Soy politólogo y si todo sale bien en un par de años seré también abogado, con lo que habré logrado la meta de ser egresado de dos pregrados. Tanto la ciencia política como el derecho tienen sus pros y sus contras, sus satisfacciones y sus decepciones, sus materias emocionantes (esas que uno no quiere que se acaben) y sus materias aburridas (esas que le hacen preguntarse a uno si vale la pena seguir el camino). Más allá de esto, debo decir que se trata de dos carreras apasionantes. Pero esta no es una densa columna sobre la naturaleza de estas disciplinas. Es más bien una reflexión personal sobre la forma en que abogados y politólogos se ven mutuamente (estoy generalizando, soy consciente de que en ambos lados hay excepciones).
En mi experiencia como estudiante de derecho, con frecuencia me encuentro con compañeros que ven como inferiores a quienes estudian ciencia política. En general, puedo ver que estas personas creen que los que eligieron ciencia política como carrera lo hicieron porque no son capaces de estudiar derecho, que en esta narrativa es vista como una disciplina más exigente y superior. Tan arraigada está esta idea en algunos abogados, que me han llegado a preguntar para qué estudio las dos carreras, si estudiar derecho es como estudiar ambos pregrados, puesto que la ciencia política está contenida en el derecho público. A esta creencia subyace la idea de que el análisis político se reduce al estudio de las constituciones, leyes, decretos, reglamentos, etc., y que con eso es suficiente para comprender los fenómenos políticos. Debido a ello, desde esta perspectiva se considera que es la disciplina del derecho –específicamente el derecho constitucional y el derecho administrativo– la más adecuada para analizar la política, y equivocadamente se asume que ese tipo de análisis político es el que hace un politólogo. Eso no es más que ignorancia respecto de las dinámicas de la ciencia política: un buen politólogo debe, por supuesto, conocer la normatividad jurídica relativa al tema que estudia, pero su labor es más amplia. El politólogo debe recurrir a metodologías de investigación propias de la ciencia política para analizar cuestiones como la manera en que los actores políticos operan en la realidad (más allá de lo que dicen las normas) y la forma en que las instituciones y la realidad social interactúan mutuamente, por dar un par de ejemplos. Con lo que he dicho hasta ahora, cualquiera podría pensar que les tengo bronca a los abogados y a los estudiantes de derecho y que estoy aprovechando para desquitarme. Pero seamos sinceros: los politólogos caen en los mismos pecados que los abogados.
En efecto, los estudiantes de ciencias políticas –especialmente los que están convencidos de que son el próximo Robert Dahl o el futuro Adam Przeworski– tienden a su vez a ver como inferiores a quienes se dedican al estudio del derecho. Consideran que el derecho es una disciplina excesivamente formalista y que quienes se dedican a ella están más preocupados por las disposiciones plasmadas en la normatividad, que por lo que ocurre en el mundo real. De manera errada, asumen que el estudio del derecho importa poco, puesto que ven a éste como un producto exclusivo de la política, ignorando la autonomía relativa del derecho respecto de otros fenómenos sociales. Por ello, consideran que es suficiente saber de ciencia política para entender por completo los fenómenos jurídicos. Además, los politólogos tienden a ver a los abogados como unos técnicos de las ciencias sociales, preocupados únicamente por recitar de memoria lo establecido en las disposiciones jurídicas. Esta imagen tiene dos problemas fundamentales: i) es falsa, ii) revela un problemático desprecio por las cuestiones técnicas. Efectivamente, los politólogos que creen que el derecho es una bobada puesto que es “muy técnico”, dan por hecho que es suficiente con estudiar las grandes teorías para comprender la realidad social, y que las minucias técnicas – las cuestiones de“carpintería”– son algo irrelevante, propio de científicos sociales de menor categoría (una vez un politólogo me dijo que le parecía innecesario estudiar derecho, puesto que si uno tenía una pregunta jurídica bastaba con“mirar en los códigos” para resolverla). Ese es un error fatal, pues si bien la teoría es muy importante, no lo es menos conocer las cuestiones que explican el funcionamiento concreto del mundo político. Así, de poco sirve entender la manera en que Montesquieu comprendió la separación de poderes, si no se entiende cómo se relacionan los poderes públicos en Colombia. Mauricio García Villegas, uno de los académicos colombianos que, a mi juicio, mejor ha sabido combinar la ciencia política y el derecho en sus investigaciones, cita al sociólogo Immanuel Wallerstein para afirmar que “los buenos científicos sociales del futuro deberán tener tres cualidades: una, ser menos arrogantes que los actuales, lo cual implica liberarse de prejuicios y dogmatismos; dos, conocer lo esencial de varias disciplinas, sobre todo de ciencia política, historia, economía y sociología [y derecho, agregaría yo], y tres, ser capaces de leer por lo menos en tres de las más importantes lenguas modernas”. Si los abogados y los politólogos queremos hacer las cosas bien, deberíamos hacer esfuerzos para acercar nuestras disciplinas, en vez de pretender aislarnos en una pureza disciplinar y metodológica que solo nos llevará a callejones sin salida.
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Ilustración María Camila Quintero Facebook: /Malicia
Natalia Zuluaga S.
nzuluag2@eafit.edu.co
HEAVY SALSA, SALSA DURA, SALSA CON SABOR COLOMBIANO (…)
“Flaquito y narizoncito como siempre” llegó a los estudios de Discos
Fuentes un día de junio de 1960 quien más tarde se convertiría en una leyenda de la música tropical en Colombia. Mario Rincón Parra entró por las puertas de la célebre disquera con la intención de formalizar una propuesta de trabajo, con ganas de oír aquello que Antonio Fuentes producía, y con su hermano detrás insistiéndole que dejara de callejear sin pretensiones de estudio y se dedicara a algo más conveniente. Anteriormente, y desde muy joven, Mario Rincón pasó mucho tiempo como acompañante de su hermano, Jaime Rincón Parra, en las grabaciones que se hacían en una fábrica conocida como Industrias Fonográficas Ondina. Fue allí donde tuvo la suerte de conocer a Antonio Fuentes, o “Don Antonio”, como él mismo lo llama. Este encuentro se dio debido a la falta temporal de espacios para grabar que obligaba al fundador de Discos Fuentes y a su hijo, José María, a visitar las instalaciones de Ondina para lograr sacar adelante sus producciones musicales. Un día de 1959 Fuentes le hizo una propuesta informal a Mario y lo invitó a trabajar en sus nuevos estudios tan pronto como estuvieran finalmente construidos.
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En 1960 Mario Rincón Parra ya hacía parte del poderoso equipo de trabajo de Discos Fuentes. Sin embargo, como para la fecha la edad de Mario encajaba perfectamente en los diez dedos de sus dos manos y sus dos pies, su jefe, Antonio Fuentes, no tenía legalmente la posibilidad de incluirlo en la nómina de la empresa discográfica. El pago a “Mariecito”, como algunas veces lo llamaba“Don Antonio”, se efectuaba entonces en un cheque que era entregado por una persona natural hacia otra persona natural: en este caso entregado por Antonio Fuentes López para Mario Rincón Parra. Sin ningún cartón que lo certificara como profesional en el tema, Mario tomó posesión del cargo de ingeniero de sonido de Discos Fuentes poco tiempo después de haber llegado a sus renovadas instalaciones. Y 55 años más tarde, sentado en un comedor del Éxito de Colombia, a las 11:00 de la mañana de un día del mes de marzo, el señor Mario Rincón Parra recuerda como si fuera antier que fue de Toño Fuentes de quien realmente aprendió la gran mayoría de las cosas que ahora sabe hacer.Vestido de cuadros, dispuesto a conversar sin afán de nada en particular, Mario comienza a reírse de sus anécdotas, contadas a medias. Cada una de ellas aparece en su memoria, y por consecuencia de esto, también en sus palabras, como adherida a la anterior; dejando poco espacio para la reflexión, pero mucho para la evocación.
La conga formó la rumba, el timbal se calentó y con el golpe de clave el sonero se inspiró. Salsa con tumbao añejo, esencia de guaguancó, armonía cadenciosa: ¡lo que quiere el bailador!. Vengo caliente – Sonora Carruseles Heavy salsa, salsa dura, salsa con sabor colombiano fue lo que quiso plasmar Mario en 1995 al fundar una orquesta conocida hoy mundialmente como la Sonora Carruseles. Empezó como un proyecto de pocas grabaciones, así fue presentado en los estudios de Discos Fuentes y al parecer, apareció para quedarse.Veinte años después Carruseles sigue dándole la vuelta al mundo, aunque ya no bajo la dirección de Mario Rincón, quien por inconvenientes económicos y legales debió dejar a un lado el proyecto. Según Mario,
“LA GENTE COLECCIONA DISCOS, LOS OYE, LOS MIRA, TAL VEZ LOS TOCA, PERO NO CREO QUE MUCHOS HAYAN TENIDO EL PLACER DE CONOCER EL ALMA DE LOS DISCOS COMO YO LO HICE”
*** “La gente colecciona discos, los oye, los mira, tal vez los toca, pero no creo que muchos hayan tenido el placer de conocer el alma de los discos como yo lo hice”. Cuando Mario comenzó en Discos Fuentes, el proceso de grabar instrumentos y voces lo hacía él con toda la orquesta tocando al unísono y sin posibilidad de error. Este proceso fue evolucionando hasta permitir grabar cada instrumento por separado y juntar todo en una sola pista al final de la grabación. Además de esto, Mario estaba también encargado del procedimiento de creación de los discos de acetato que durante mucho tiempo mandaron la parada en el ámbito musical. El tratamiento con estos discos venía desde la lámina de acetato que se traía de otros países. Una de las principales funciones que tenía Mario Rincón a la hora de elaborar un buen elepé era la de mantenerse al pie de la máquina que grababa la música en la lámina de acetato. Esto lo hacía con la intención de que cuando una canción terminara de sonar, y por tanto, de grabarse en la lámina, la mano del operario (quien en la mayoría de los casos era él mismo) se encargara de correr unos cuantos centímetros la aguja, que iba dejando cicatrices con forma de canción, hacia el centro del disco para lograr los espacios debidos entre una canción y otra. Dichos espacios tienen la función de impedir que los surcos del disco se peguen y los temas suenen todos de un solo tiro, uno encima de otro. *** Bajos, altos y medios; ecualizaciones y frecuencias. Estas fueronlas palabras que llevaron desde principios de los 70, y durante casi 20 años, a José María Fuentes y a Mario Rincón a viajar anualmente a Estados Unidos para estudiar el funcionamiento de los equipos que ya se empezaban a usar en Discos Fuentes. Los viajes dieron como resultado un aprendizaje que permitió hacer sonar las voces, las guitarras y las congas cada vez mejor. Que el sonido de las teclas del piano no fuera excesivamente brillante o, por otro lado, excesivamente opaco, fue una lección aprendida gracias a los maestros Johnny Pacheco y Larry Harlow, y enseñada a los visitantes colombianos en uno de los tantos estudios que tuvieron la suerte de escuchar, durante horas, las voces de los integrantes de la Fania All Stars. El hecho de que los estudios de Toño Fuentes no estuvieran ubicados en la Gran Manzana no significa que tremendos artistas no acudieran a las manos de Mario Rincón para grabar algunos de sus más exitosos temas. Entre ellos están músicos extranjeros como Daniel Santos, Alfredo De Angelis y El Chato Flórez; y cientos de artistas y agrupaciones nacionales que marcaron en Fuentes la historia musical del país: Rodolfo Aicardi, Los Golden Boys, Los Corraleros de Majagual, The Latin Brothers, la Sonora Dinamita, Lisandro Mesa, y el gran Sexteto Miramar, precursor de la salsa colombiana. ***
el Boogaloo que antes se desprendía de los instrumentos y las voces de la Sonora Carruseles era la combinación de “buenas voces, buenos coros, poquita letra y mucha música”. En palabras suyas y de otros salsónamanos: ¡esa música se hizo pa’ los bailarines! Luego de 13 años de ir para arriba y para abajo con Carruseles, para Norteamérica y Suramérica, Mario Rincón decidió que era el momento de volver a ver nacer un proyecto de salsa colombiana en la disquera que hasta el día de hoy lo sigue llamando para grabaciones especiales. Y entonces, en el año 2008 “¡Se formó el rumbón!” con la Sonora Palma Soriano. Este álbum, que cuenta con diez temas que le cantan al amor, a la rumba, al mundo e incluso a épocas pasadas, contiene cuatro canciones compuestas por Mario y otras piezas escritas por clásicos autores, pero desempolvadas ahora por la sonora en cuestión. *** Señora viuda del muerto, ante la muerte irreparable de Mario Rincón Pachanga, os recuerdo la vieja sentencia china que pesa sobre las viudas sin consuelo. ¡El muerto! ¡Ay, no me lo recuerdes! - Sentencia China interpretada por Joe Arroyo Llegó el año 1975 y se trajo de la mano una de las anécdotas más evocadas por Mario: el día en el que recibió el apodo que lo acompañaría el resto de su vida. Pachanga es el apellido que se adhirió en segundo lugar a su nombre de nacimiento, reemplazando tal vez el Parra y celebrando de una u otra manera el alborozo característico de su personalidad. Tal día entró por la puerta de Discos Fuentes el Centurión de la noche, El ausente, El caminante: Álvaro José Arroyo Gonzáles, mejor conocido como El Joe Arroyo. Ese día, con un elepé en la mano que sonaba la Sentencia China, interpretada por otro salsero, Joe le preguntó a Mario si, en caso de él grabar esta canción, le permitiría decir su nombre en el epígrafe del tema. Sin pensarlo dos veces Mario aceptó. La conversación continuó y en pocos minutos El Joe llegó a la conclusión de que a un tipo que mantenía viva la alegría de una disquera no se le podía llamar solamente por su nombre natal. Y entonces dijo: “¡Pachanga!”. Porque fue esa la palabra que Joe Arroyo encontró en su memoria rastreando lo que mejor describiera al eterno ingeniero de sonido de Discos Fuentes. “Mario Pachanga”o –más larguito, pero menos peligrosoMario Rincón Pachanga, es el alias que lo acompaña desde hace 40 años. Y en el mismo comedor del mismo Éxito de la misma calle Colombia, el mismo día, pero a otra hora, Mario se ríe con nostalgia por haber tenido que enterrar al gran Joe Arroyo cuando había sido él quien en una canción ya le había sentenciado a la viuda sin consuelo la muerte irreparable de su esposo.
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Paulina Echavarría, Danielle Navarro B. y Rubén D. Higuita edicionnexos@gmail.com
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l final del Suroeste antioqueño hay un jardín de balcones. Están dispuestos en largas galerías y sus diseños presentan múltiples formas y colores: antiguos y modernos, coloridos y sobrios, brillantes y opacos, grandes y pequeños. Tal vez los ciudadanos jardineños desconozcan la razón de ser de este rasgo de su pueblo, y más aún, es muy probable que no perciban que los balcones del municipio de Jardín guardan una estrecha relación con sus habitantes. ¿Por qué Jardín está poblado de balcones? A esta pregunta, don Carlos, un jardineño robusto, de avanzada edad, quien suele salir a caminar con un bastón por la plaza de su pueblo, expresó, a secas, que es “por tradición”. Don Heriberto y don Juan, por su parte, un poco más delgados pero ambos de edad similar a la de don Carlos, apuntaron, con una evidente incertidumbre, que “eso siempre ha sido así”. Y nada más. Nada más, porque uno no suele preguntarse por qué razón aquello que“siempre ha sido así”, efectivamente, siempre lo ha sido. Los balcones son ambientes que conectan la intimidad del hogar con el espacio público, con el pueblo. Este rasgo arquitectónico es una herencia de antaño, y aunque se cree que llegaron a América como producto de la conquista española, los balcones existen desde mucho antes. De las cuatro civilizaciones de la Antigüedad —Mesopotamia, India, Egipto y China— solo la última no tuvo un espacio intermedio como el balcón. Las demás contaban con estos ambientes, y según explica el peruano Rafael Agüero (2009) en su tesis doctoral El balcón y la celosía, aunque no tenían una utilidad concreta, permitían una transición entre el ambiente interior y exterior de la casa. El balcón es, entonces, una extensión del hogar, y está dispuesto de tal manera que uno, al asomarse, pueda ver pasar a la gente. Es aquí donde el significado de esta expresión arquitectónica, icónica de los jardineños, se armoniza con la personalidad de los habitantes de este pueblo. Don Roberto Díaz Chaverra, guía certificado en turismo, explica que los íconos de su pueblo, como el balcón, ilustran de alguna manera la forma de
ser de sus habitantes. Y narra, como si estuviera leyendo un cuento: “cuando uno camina por el parque de Jardín, se da cuenta de que el jardineño anda muy despacio, porque somos amigos de la vida lenta; el que anda despacio puede mirar y puede admirar”. Los signos, como sugiere don Roberto,“son eso que nos une, y se contextualizan a partir de una realidad. A través del sentido común y de la experiencia cotidiana, hemos hecho una deducción de todo lo que estos elementos representan en nosotros”. Los balcones de Jardín, herencia de antaño, constituyen una manifestación artística, social, económica y política que se conjuga en armonía con la forma de ser de sus habitantes.
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“Si yo no estoy, Emiliano no come, es totalmente dependiente de mí. Además es el animal con más estatus en la casa, es el único que tiene derecho a dormir conmigo en la cama. Yo creo que es eso lo que logra que el resto de los perros lo respeten como lo hacen. Emiliano tiene dos hermanos: Juanita y Simón, que están en el otro bando, el de los ocho perros restantes. A esos les digo yo los paracos. Estos son más alborotaditos, más ruidosos y más pequeños y cuando duermen, ocupan el lugar de los carros en el garaje”, relata Marte. Por otro lado, en la zona verde de la casa hay un contenedor de vidrio en el que viven Schumacher y Cecilia, sus dos tortugas que se comportan como conejos. En la grama de la misma zona hay enterrados tres cebaderos para aves, en los que nunca faltan las tajadas de banano para que, en el transcurso del día, lleguen a comer los pájaros y a disputarse las frutas con las ardillas.
Felipe Arcila G.
farcila@eafit.edu.co
“LA MAYORÍA DE MIS PERROS SON DE RAZA PURACHAN… SON PURAS CHANDAS. D
e niña, a Marta Fernández no le gustaban los animales. Cualquier criatura que le regalaban terminaba asesinada por sus propias manos. De esta forma se terminaron los días de un pato, un canario y un pollito. Un día, el gato de su madre parió tres crías. Marta, en un juego inocente, aplastó a uno de los gaticos dejándolo sin vida. Fue tanto el impacto que esto generó en ella, que hasta el día de hoy es un recuerdo que le molesta. Cincuenta años después, Marta y su hijo Mateo, comparten la vida en una vivienda ubicada en el sector de El Poblado, de la ciudad de Medellín, con trece perros, dos tortugas, una tórtola y un chigüiro. La casa está situada en una urbanización y cuenta con lugares supremamente amplios para el buen esparcimiento de todos estos animales. Esto incluye una extensa zona verde que se encuentra dividida por cercas para marcar sus espacios. Con Marta, Mateo y los diecisiete los animales, vive también Margaret, quien se encarga del servicio doméstico. Tres personas, y aún así, esto se hace poco para la labor que es mantener un hogar lleno de mascotas.
Una de las aves que visita la casa tres o cuatro veces al día ya tiene nombre propio: Manuel. Es una tórtola que nació en uno de los cuernos colgados en la terraza de la casa de Marta. A los tres días de su nacimiento, su madre desapareció y Marta decidió encargarse de él. Cogió su nido, lo puso en una coca dentro de la casa y lo alimentó con agua y miel. Desde entonces, Manuel visita todos los días la casa de Marta y tranquilamente se pasa por la cocina y espera en la mesa a que Margaret coloque un mantel para empezar a comer su buena porción de mixtura. De todos los animales que habitan allí, el más inusual es el chigüiro. Chigüi, como ella lo llama, se cree el perro número 14 de la casa. Además de las frutas y el pasto de finca, su comida favorita es el cuido para perros. “Chigüi va a cumplir seis años conmigo y fue algo inesperado en su momento. En la ciénaga de Ayapel, donde mi esposo tiene una finca, se cazan estos animales, que además están en vía de extinción. Los cazadores ponen trampas en el agua que los engarzan del cuello y los lastiman mucho. Cuando Chigüi tenía un mes de nacido, quedó atrapado y por poco muere.Viéndolo muy aporreado, mi esposo decidió enviarlo a Medellín para que lo curaran. En la recuperación, Chigüi se hospedó aquí y decidí comprarle una piscina inflable para que se desarrollara adecuadamente. Se amañó tanto y me encariñé tanto con él, que decidí quedármelo”, cuenta Marta. Poca gente sabe sobre la existencia del chigüiro en la casa de Marta. Por ser un animal en peligro de extinción, podrían quitárselo, cosa que considera injusto por el gran cariño que éste recibe gracias a las excelentes condiciones en las que vive. En el 2013 se aprobó el proyecto de la línea de emergencias 123 para atender reclamos de maltrato animal, problema que, según Marta, es del país pero no para el país. Hoy en día, por medio de las redes sociales Marta mueve campañas atacando esta problemática y promoviendo la adopción de mascotas callejeras. Al finalizar el recorrido por el hogar de Marta, me di cuenta de que no hay una respuesta apropiada para contestar cómo hace ella para que su vida marche correctamente. Simplemente la energía positiva que ella genera en sus mascotas es correspondida, de manera que su vida se ha adaptado perfectamente a las necesidades de estos animales y se han complementado, más que como una compañía, como unos amores perros.
Una vez dentro de esta particular morada fui recibido por cinco perros a la vez. Todos intentaron, sin éxito, derribarme; ninguno de ellos paraba de ladrar ni de moverse por todas partes. Antes de llegar, iba prevenido a que encontraría un hogar desordenado y apestoso. Sin embargo, debo aceptar que al cruzar la puerta me encontré con una casa intacta en la que todo parece marchar muy bien. Mientras conversaba con Marta tres de los perros me miraban de pies a cabeza. Después de ofrecerme un café, de manera imprevista le pregunté “¿cómo hace para que su vida marche correctamente?”. En el hogar de Marta la fumigación es una acción que se repite cada 20 días, la misma regularidad con la que los animales son bañados. Cada uno de ellos cuenta con su propio plato para la comida y un sitio determinado para dormir. En los 17 años que Marta lleva viviendo en la unidad, no ha recibido ni una sola queja de los vecinos. Desde el día en que llegó a esta urbanización, decidió rodear el terreno con un muro alto de ladrillos para evitar inconvenientes y poder tener una vida más tranquila con sus mascotas. “La mayoría de mis perros son de raza purachan… Son puras chandas”. Dice Marta mientras sonríe y se levanta para darme un recorrido por la casa. “Estos están repartidos en dos bandos. Lo más irónico es que los más grandes, que son cinco, duermen conmigo en la pieza porque son los que mejor se comportan”. Su alcoba, o el “tétrico hospital” como ella le llama, tiene una cama doble en el centro que está rodeada por tres colchonetas. En estas duermen Lorenzo, un purachan encontrado en la calle con las patas quebradas; Yara, una perrita que fue encontrada abandonada y muy desnutrida en un albergue; Dino, un perro abandonado y amarrado en un poste; y Petronila, su perra más vieja, con 15 años de edad. En la cama, con Marta, duerme Emiliano, su mascota más cercana.
Video de Chigüi nadando y de Manuel esperando su comida. Ilustración María Toro Quijano Facebook: /Mariapalitos
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Águeda Villa G.
avillag@eafit.edu.co
No sé por qué descargué la aplicación. Tenía curiosidad, quería saber cómo era el maní. Nunca esperé encontrar nada, de hecho todo el tiempo tuve un poquito de vergüenza… ¿Qué iba a pensar la gente de mí?
Tinder, a simple vista, me parecía algo novedoso en medio de lo ridículo; como un nuevo Latinchat, una medida desesperada para solteros, y, por lo mismo, un completo caldero de hormonas. Le conté a una amiga. Con bastante naturalidad, me dijo que tenía un perfil allí: “Tinder no es solamente para encontrar pareja o para buscar sexo… Yo tengo amigos gracias a Tinder, nunca me quedo sin planes los fines de semana, ¡es una nota!”. Incluso defendió la aplicación en broma y me dijo que ésta es la época de las TIC, que los tiempos cambian y debemos adaptarnos… “¡Quién quita que ahí esté el amor de tu vida!” Me reí de la ocurrencia y descargué la aplicación para calmar mi curiosidad, con la intención de cerrarla, máximo, a los tres días. Me pedía sincronizarla con mi perfil de Facebook. “No te preocupes, no compartiremos información en tu perfil”, decía en la pantalla de mi celular, como respondiendo a mi susto repentino. Hecha esta aclaración, seguí los pasos. Elegí las fotos que iban a aparecer allí y borré la descripción que se había compartido desde mi Facebook. Seguramente a nadie le iba a importar que me derriten los guayacanes amarillos, o que el café me gusta a cualquier hora. ¿Qué pondrían allí mis amigas? ¿Era ese el espacio para poner cuál era su tipo de hombre o qué esperaban encontrar en la aplicación? Me pareció irrelevante, pues no pensaba conservarla. Puse entonces una carita feliz y empecé el viaje, cruzando los dedos para que no me viera nadie conocido.
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“NO VOY A DECIR QUE FUE ALGO MÁGICO, Y TODAS ESAS CURSILERÍAS ”. algo. Pero, justo debajo de su ventana de chat, había otros dos match desde el martes que no habían dicho nada, y pensé que qué hijuemadres, que no tenía nada que perder y que en ninguna parte había algún reglamento que estipulara que él debería hablarme primero. Le envié la carita feliz con más dientes de todo mi teclado para hacerle honor a su sonrisa, y al medio minuto respondió. Hablamos de cada uno, de lo que hacíamos, de lo que estudiábamos. Me contó que le gustaban las películas de terror, le conté que la sangre me daba náuseas aunque fuera de mentiras e hicimos un par de bromas al respecto. La conversación iba tan bien, que la continuamos por Whatsapp. No pude evitar reírme con la comparación: era el “pasemos al privado” de Latinchat. “¿Por qué Tinder?”, me preguntó Alejandro El Sonriente un día. Le dije la verdad: la curiosidad había sido la principal responsable. Al devolverle la pregunta, me respondió lo mismo. Me contó que, como mi amiga, también conservaba de ahí varias amistades, que había creado su cuenta hacía un par de semanas y que estaba conociendo, viendo cómo era la cosa. De cierta manera sentí alivio, Alejandro El Sonriente hacía parte, como yo, del pequeño porcentaje de usuarios que pertenecían a Tinder por curiosidad y sin pretensiones.
El mecanismo era sencillo: después de configurar las fotos, el rango de edad y los kilómetros de distancia de mi preferencia, la aplicación me iba mostrando persona por persona. El perfil que se me mostraba incluía también la lista de páginas de Facebook que nos gustaban a ambos y los amigos que teníamos en común, lo cual me pareció bastante invasivo y descarado. Estaba también la posibilidad de ver las tres o cuatro fotos que él había decidido compartir desde su Facebook, y si después de mirarlas —a veces incluso simplemente con la primera impresión—, a uno le gustaba el personaje, había, debajo de su foto, un corazón para “elegirlo” y una equis para descartarlo. Si uno tenía suerte, y a quien elegía también le gustaba uno: congratulations, you have a new match!, y la ventana de chat se abría para que uno pudiera hablar con ese desconocido. Suena a simple vista bastante maravilloso: es increíble ver cómo la tecnología avanza y las redes sociales se van adentrando en algo tan personal como conseguir pareja. Se trataba de encontrar gente que coincidiera con mis gustos basándome en descripciones cortas y tres o cuatro fotos. ¡El propio mercado de la carne! El primer día empecé a repartir corazones deliberada y superficialmente y a descartar personas con el mismo criterio. Veía la primera foto, y si me gustaba, me ponía a ver el resto… Hasta que encontraba cualquier mínima cosa que me hacía descartarlo, y seguía con el proceso. A veces incluso los descartaba de entrada, porque se me hacían “patos” o no eran para mí lo suficientemente atractivos. Cuando caí en cuenta de mi comportamiento, y estando a punto de compararme con cualquier desalmada reina de corazones, supe que no estaba haciendo nada malo, que seguramente había un montón de gente haciendo lo mismo en ese momento; que muchos pudieron descartarme por “pata” o por no ser su tipo, y otros pudieron ponerme un corazón por mi pelo, por mis tetas, o como yo, tal vez por curiosidad. Las coincidencias empezaron a salir. Pensé entonces en mis razones para elegir o descartar a alguien, y me reté a elegir distinto; a ponerle el corazón (awww, hasta tierno suena) a alguien que se saliera por completo de mis estándares. Y así fue como Alejandro apareció en el panorama. No voy a decir que fue algo mágico, que lo vi y mi mundo se detuvo por un momento ni todas esas cursilerías que uno ve en las películas —además esto no es una película, es Tinder, por amor a Dios—,lo que sí puedo decir es que me encantó su sonrisa y me inspiró confianza, y en su cortísima descripción teníamos cosas en común. ¡Taque! Lleve su corazón. Pensé entonces que seguro ni seríamos match, pues físicamente se veía como el típico man que rumbea en el Lleras con pura bachata de fondo. Un rato más tarde, mi celular vibró: congratulations, you have a new match! y una ventana de chat con algún mensaje sugerente por parte deTinder me invitaba a iniciar la conversación. Era Alejandro el Sonriente. Esperé a que me hablara mientras miraba sus fotos. Quería jugar a la señorita y esperar a que me dijera
Ilustración Mateo Sepúlveda García
Con el pasar de los días, Alejandro El Sonriente se convirtió en mi persona favorita. Es algo difícil de explicar, sólo puedo decir, para hacer la equivalencia, que Tinder, con sus mensajes, sus alertas y sus coincidencias, comenzó a estorbarme. De repente aquellos con quienes había hablado por ahí empezaron a parecerme insignificantes y pretenciosos. Y, ante la inevitable comparación con Alejandro El Sonriente, no veía necesidad ni ganas de conservarla, total, ya éramos contactos en Whatsapp y hablábamos todos los días. Sin pensarlo dos veces, cerré mi cuenta de Tinder, que de todos modos tendría ese destino inevitable desde el día que la creé. Fue, de cierta manera, tener un poco de libertad. “¿Por qué la cerraste?”, me preguntó Alejandro un día.“Mi celular ya no tenía espacio”, mentí cobardemente. No era capaz de decirle que mi curiosidad estaba satisfecha y que, además, había encontrado sin pretenderlo a la persona más bonita de mi mundo.
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¿POR QUÉ APENAS TOMO LA INICIATIVA SI YA NO PODRÁ LEER AQUELLO QUE QUIERO DECIRLE?
Felipe Murillo Carvajal fmurill1@eafit.edu.co
Hoy dirijo estas palabras a un remitente que desconoce mi existencia. Esta,
llamémosla carta, no será leída por él. ¿Por qué apenas tomo la iniciativa de escribirle si ya no podrá leer todo aquello que quiero decirle? Porque a veces sólo el abrazo de la muerte nos muestra que los pasos terrenales de quien habitaba este plano no son sólo pasos sino legados. Así que, sumido en desazón, rabia e impotencia, lo único que me queda por hacer es transmitir, más que mi admiración, las enseñanzas que dejó este entrañable hombre.
Medellín, Abril de 2015 Admirado Sr. A cualquier lugar donde usted ingresaba, ya sea al teatro o al cine, a un café o a un salón de clases, deslumbraba por su apariencia: una abundante cabellera de un color blanco impoluto sumado a una barba igualmente alba; sobriedad al momento de vestir y una parsimonia al caminar que sólo practican quienes reconocen la importancia de desacelerar el paso. A su apariencia la acompañaba una abrumadora inteligencia y una claridad envidiable al momento de expresarse. Era inevitable para cualquier transeúnte que se topase con usted, quitarle los ojos de encima. A mí, admirado señor, me pasaba igual: cuando lo veía en la entrada al cine, aún sin conocerlo, y cuando asistía, ya a sabiendas de quién era, a esas conferencias a las que el adjetivo magistrales se torna insuficiente al momento de describir. Cuando lo escuchaba hablar, admirado señor, no imaginaba que su carrera había sido el derecho. Quizá porque leyendo a García Márquez y sumando la experiencia personal, había forjado una imagen de los abogados como seres sombríos, que con su llegada auguraban males, que en el ejercicio de su labor confundían y tergiversaban las concepciones de lo correcto y lo incorrecto. Pero usted, abogado, experto en filosofía del derecho, por no mencionar sus demás saberes, no percibió como suficiente obtener un conocimiento alrededor de aquello a lo que había dedicado su estudio universitario. Consagró gran parte de su vida a ahondar alrededor de la pregunta de lo que está bien y de lo que está mal; del buen y el mal obrar. Entendió y argumentó a sus contradictores, que a todo estudio, práctica, disciplina o labor, le subyace un comportamiento ético. Así pues, le confieso, comencé a seguirlo de cerca: asistí a las diversas conferencias que impartía e indagué por sus autores preferidos y por sus lecturas predilectas. Kant, Rousseau, Ortega y Gasset, Wittgenstein, Pico della Mirandola; La fundamentación de la metafísica de las costumbres, El Contrato Social, Democracia Morbosa, Conferencia sobre ética, La oración por la dignidad humana. Esta bibliografía es poca si se llega a avizorar la inmensidad de su biblioteca. Tuve la oportunidad de observarla, levemente, por medio de fotografías y relatos, especialmente uno que se robó mi favoritismo: una mezcla entre crónica y entrevista que realizó Ana Cristina Restrepo Jiménez. En ella, obra realizada con maestría, se alcanza a divisar al académico, amante de la música, apasionado por la lectura, y sobre todo, al gran ser humano y ciudadano que a veces nos cuesta ver, o mejor, que nos negamos a reconocer.
Admirado maestro, primero discúlpeme por no mencionar su nombre. Con esto intento lograr un propósito: demostrar que aquello que realmente debemos recordar e imitar de usted son sus acciones. De nada sirve inmortalizar su nombre si desechamos el legado de su comportamiento
Ilustración Daniela López Flickr: daniwill9
Usted, admirado señor, no dedicó sus estudios sobre la ética para postrarlos ante el papel. Entendió que ésta se manifiesta en el comportamiento, en la realización de las acciones más cotidianas. Y en medio de escenarios oscuros con olor a podredumbre, donde cuentan las leyendas que hasta el más pulcro se contamina, usted fue luz, fue faro moral. Cuando se le escuchaba hablar sobre un concepto tan abstracto como la dignidad, usted, bajo la guía de Pico della Mirandola, lo exponía con una claridad envidiable: “La criatura humana es la única que puede avistar su destino y perseguirlo”, citaba. A renglón seguido, decía que ello no traducía más que autonomía. Sí, autonomía que cada hombre tenía para decidir de qué manera actuar, tanto individualmente como en comunidad. ¿Cómo entonces obedecer sin sentir rebajada nuestra dignidad? Aquí, bajo la tutela de Kant y Sartre, respondía usted:únicamentecuandoobedecemosórdenesquenosotrosmismosnoshemos dado; cuando mi condena a la libertad, expresada en la perpetuidad a decidir, me lleva a elegir las reglas rectoras que considero dignas para que moldeen mi conducta y la conducta universal en pos de una sana y efectiva vida en comunidad. Usted así lo hizo: no separó entre un abismo inconmensurable el pensar y el actuar. Permítame, al final de esta carta que le dirijo, modificar el modo como lo estoy nombrando, ya que referirme a usted como admirado señor, no encarna lo que realmente es: un maestro. Sí, en el modo de pensar y en el modo de actuar. No fue suficiente la labor entrañable que realizó en los salones de clase, no, usted quiso cambiar la vida de las personas de manera aún más amplia y se adentró en un escenario cada día más roído que saca lo peor de cada ser humano. Allí, aunque muchos argumenten su fracaso, usted salió victorioso. No cambió su forma de pensar ni de actuar sino que otorgó un plus de dignidad a un espacio indigno. Admirado maestro, primero discúlpeme por no mencionar su nombre. Con esto intento lograr un propósito: demostrar que aquello que realmente debemos recordar e imitar de usted son sus acciones. De nada sirve inmortalizar su nombre si desechamos el legado de su comportamiento. En mí, créame, su proceder influyó. Sembró la duda y con ella la responsabilidad que entraña la libertad. Le agradezco por las muchas palabras que pronunció y que inmortalizó en su actuar. Y sobre todo, le agradezco por la claridad en su proceder. Le aseguro, que así como lo es para mí, para muchos más, usted, maestro, representa un faro moral, un ejemplo a seguir. Agradeciendo sus enseñanzas, queda usted en el eterno recuerdo, Felipe Murillo Carvajal
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EN EL PAÍS DEL SAGRADO CORAZÓN SE VA A MISA LOS DOMINGOS, SE REZA EL PADRE NUESTRO ANTES DE DORMIR, Y EN LA MAÑANA, SE ELEVAN JUNTO Agustín Rendón Calle arendon7@eafit.edu.co
Twitter: @Agustin_Rendon
Colombia, patria tan nuestra, consagrada en el Sagrado
Corazón de Jesús, colonizada por la santa madre iglesia seguida de los reos españoles. Una nación sometida a fuerza de bayoneta, arcabuz, y por supuesto, timo: ¡espejos por oro mis futuros difuntos! Se implantaron las reglas de las más selectas cárceles europeas y se convirtieron en la pretérita moral del pueblo, de esta Colombia sufrida por muchos y soñada por otros. Una tierra de contrastes en la que conviven, con distancia de una esquina, el cura y el burdel, la plácida paz de una sala de estar y la muerte llamando a la puerta. El proceso de colonización colombiano jugó un papel fundamental a la hora de crear una moral nacional. Primero vino la iglesia a cada uno de los parajes de Colombia y vio que era bueno; luego llegó el Estado, un poco más tímido y sin atreverse a llevar la ley y el orden a todos los dominios de la santa madre, y vio que todo era malo. En síntesis: la entonces nueva moral arrancó la vieja e implantó, a falta de Estado, su propia ley, la ley de Dios, aquella que fue entregada a Moisés en el Monte Sinaí, esa ley que está más allá de toda crítica pero más acá de toda duda. En el país del sagrado corazón se va a misa los domingos, se reza el padre nuestro antes de dormir, y en la mañana, se elevan junto a los primeros rayos del sol las plegarias vespertinas, pero también se toma, se insulta, se putea. Esta dicotomía en las actitudes de un pueblo es el caldo de cultivo perfecto para un conservadurismo conveniente como aquel que caracteriza al pueblo colombiano, de aquí la premisa “el que peca y reza, empata”, máxima que ha aparecido en las páginas más escabrosas de la historia de Colombia, capítulos que quedan enquistados en la memoria de un pueblo. O ¿acaso los cabecillas de las bandas criminales que tienen de rodillas a Colombia son ateos? Con la nueva constitución se suponía que el Estado recobraría la fuerza y que con el mito del “Estado laico”, la iglesia y la religión en general, tomarían su lugar y se limitarían a legislar solo en los confines del corazón de las personas. Sin perjuicio de lo anterior, el Estado colombiano, en la actualidad, es incapaz de ejercer su poder de imperio en la totalidad del territorio y, donde brilla por su ausencia, la autoridad sigue siendo el inmaculado párroco, en el mejor de los casos, o muy a nuestro pesar, el grupo armado de turno queriendo investirse de autoridad, y por ventura de legitimidad, jugando a ser Estado y desconociendo los fundamentos del mismo. La iglesia católica, que antes se erigía como el más poderoso Estado, con ejército, súbditos y jueces de sotana y camándula, fue desapareciendo, dejando como huella indeleble en la historia los más atroces crímenes por los más justos móviles. Como muestra de ello tenemos, entre otros, al exterminio del Catarismo en Francia por mantener la hegemonía sobre dios, a las cruzadas en Tierra Santa, donde la pesquisa por reliquias de santos muertos dejaba mártires por montones. Y la lista continúa. Aunque no todo fue atroz, el papel de la iglesia fue fundamental a la hora de mantener el orden en la sociedad, en tiempos en que los estados eran prácticamente inexistentes y sumamente ineficientes, similar a ciertos parajes actuales del territorio colombiano. Si bien Colombia parece avanzar en la materialización del estado laico, este proceso parece darse a paso de tortuga, esto se debe a la falta de voluntad política de llevar a cabo cambios de corte liberal, ya que estos no representan un capital político serio, o en otras palabras, no se traduce en votos puesto que sin importar lo que diga la constitución y lo que opinemos unos pocos, la moral nacional sigue teniendo un marcado corte conservador. Cabe resaltar que existe el mandato constitucional de apartar las posturas religiosas del derecho, y por ello, deberíamos avanzar en la creación de un marco normativo común a todos los seres humanos, basado en el respeto por las diferencias, entendiendo este como la base para una sociedad diversa, basada en la protección a la individualidad de los sujetos y que evita entrar en la pugna de preservar una moral que a todas luces no es unívoca.
A LOS PRIMEROS RAYOS DEL SOL LAS PLEGARIAS VESPERTINAS, PERO TAMBIÉN SE TOMA, SE INSULTA, SE PUTEA. Actualmente en el ámbito jurídico tiene lugar una discusión de nunca acabar. Por un lado están, a grandes trazos, quienes sostienen que el derecho no requiere ser justo para ser derecho, y que basta con estar institucionalizado y tener carácter de obligatoriedad; a esta corriente se le llama iuspositivista. Por otro lado están los iusnaturalistas, quienes sostienen que una norma jurídica con contenido injusto es inexistente, añadiendo así la pretensión de corrección dentro del derecho, permitiendo con esta desobedecer el derecho injusto en busca de la justicia misma. El problema radica en definir qué es justicia. El ideario de la justicia ha servido como fundamento de grandes revoluciones a lo largo de la historia, no en vano Mahatma Gandhi afirmaba que estando frente a una ley injusta existía el deber de desobedecerla, para así reafirmar la justicia, situándolo así como un iusnaturalista. Sin embargo, contrario a lo que muchos creemos, la idea de justica no siempre ha servido de puente entre una sociedad vieja y una nueva, sino que por el contrario la idea de justicia, aunada a la moral, ha sido utilizada como argumento estrella a la hora de fundamentar la necesidad de estabilidad dentro de la sociedad Parece que en nuestro país los políticos se preocupan más por los votos que por los sujetos, de aquí que los grandes avances en materia liberal que el país ha visto hayan surgido no de nuestros legisladores sino de nuestros jueces. La Corte Constitucional ha jugado un papel fundamental en temas como el reconocimiento de derechos patrimoniales a parejas del mismo sexo, la despenalización de la dosis mínima de drogas blandas, y actualmente está sobre la mesa la adopción por parte de parejas homosexuales. Estos importantesdebatessedanprecisamentemedianteelreconocimientojudicial de los derechos de los seres humanos, ya que los legisladores parecen estar maniatados por la pétrea y conservadora moral del pueblo colombiano, llevándolos a hacerse los de la vista gorda frente a necesidades imperantes de un pueblo. Los cambios sociales no deben provenir de los jueces, deben surgir por iniciativa de nuestros legisladores, ya que son ellos quienes hablan en nombre del pueblo y en desarrollo de la democracia deben crear normas jurídicas que vayan de la mano con los cambios de la sociedad, pero aquí sucede lo contrario. Parece que los legisladores no quieren librar batallas para reconocer derechos propios de la sociedad actual y, por el contrario, hacen gala de un silencio cómplice, uno que no cueste votos y que no perturbe en nada la moral heredada de la iglesia, esa propia de un estado consagrado en el corazón de jesús. Estamos frente a una coyuntura tanto social como jurídica, en la cual las leyes que rigen la sociedad han dejado de ir un paso atrás de la moral en su carrera por hacer de los usos comunes normas exigibles. Frente a una sociedad con una moral tan pétrea en los albores de un estado liberal, ya no es esta quien lleva la delantera, sino que son las normas jurídicas las cuales en ejercicio del reconocimiento de los derechos más básicos de la sociedad motivan a la moral a adaptarse, a aceptar el matrimonio homosexual en vista de la igualdad, a permitir la eutanasia por proteger la buena vida; en síntesis, a ir más allá de los prejuicios morales en aras de proteger lo que en verdad es bueno.
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María Giraldo Vargas mgiral95@eafit.edu.co
Delfeminismosehadichotantocomodelamujermisma.Haytantasperspectivas
y formas de abordarlo, que sería iluso pensar que se puede resumir una opinión completa sobre este en un texto, o incluso, en un libro. Esta es, entonces, una de las muchas reflexiones que se puede hacer sobre la multitud de aspectos que encierra la palabra“feminismo”, desde sus concepciones más acertadas hasta las más erradas. El feminismo es, según la RAE, una “doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres.” Es la creencia en que ambos sexos deberían tener los mismos derechos sociales, políticos, económicos y físicos, pues las mujeres hemos sido reprimidas en cuanto a estos durante miles de años a través de la historia. El movimiento comenzó formalmente en 1791, en plena Ilustración luego de la Revolución Francesa, ya que en aquel momento se creó en Francia la “Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana”, como contraparte de los “Derechos del hombre y el Ciudadano”. A partir de este momento, olas de activistas comenzaron a protestar frente a las fábricas, las alcaldías y gobiernos. a marchar y a actuar para abolir la tradición y crear una nueva cultura que incluyera a la mujer. No obstante, Cleopatra gobernó el gran reino de Egipto en los años 30 a.C, Juana de Arco lideró al ejército francés y lo llevó a múltiples victorias en 1429, Lady Godiva se despojó de sus prendas y recorrió un pueblo entero desnuda con el solemne propósito de que no se incrementaran los impuestos de los vasallos. Mujeres como estas ejercieron roles totalmente ajenos a las costumbres de sus épocas y sus sociedades sin motivo alguno más que el de hacer aquello que creían necesario. No tenían un movimiento ni una lucha definida que respaldara sus acciones, simplemente eran conscientes de sus capacidades y las pusieron en práctica así no fuera lo común de su época. El feminismo ha estado presente desde siempre, solo que ha venido tomado fuerza y forma, y se ha ido consolidando como algo concreto con fines más precisos. Las luchas, las protestas, las marchas y los discursos por la igualdad social, los derechos y la inclusión, nunca dejarán de ser imprescindibles para el género femenino, que aún está lejos de alcanzar la igualdad deseada. Sobra decir que sin aquellas mujeres que han emprendido este tipo de acciones no estaríamos donde estamos hoy: en aulas de clase, en empresas, en el congreso o en los medios de comunicación. Pero el feminismo no va solo en luchar por tener el mismo salario, las mismas oportunidades de trabajo o el derecho a comprar una propiedad. En medio de nuestra cotidianidad estamos percibiéndolo como una lucha para igualarnos al hombre, pasando por alto en lo que esto nos está convirtiendo. Aristóteles hablaba de que el ser debe estudiarse en cuanto sí: “El ser en cuanto al ser”. La esencia de algo o alguien no está en otros campos diferentes a sí mismo, y es precisamente por eso que es tan valioso. La mujer debe entenderse en cuanto a la mujer, y el hombre en cuanto al hombre; no hay necesidad alguna de buscar una igualdad entre los géneros comparándolos el uno con el otro, al igual que nadie compara o juzga un rosal por no dar girasoles. Cada vez es más común ver a las mujeres enfrascadas en una lucha por estar a la “altura” del hombre en cualquier sentido. Nos hemos enfocado tanto en buscar esa igualdad, que muchas veces estamos perdiendo nuestra esencia y nuestra autonomía, buscando parecernos más a ellos, pensando que es eso lo único que nos dará su validación. Actuando no por lo que nos place sino por
lo que nos daría una aprobación ante sus ojos. ¿Acaso no es esto una forma de autodiscriminarnos? Vale la pena aclarar que no me estoy refiriendo a que a algunas les guste jugar fútbol, o ponerse falda y tacones, o decidan no tener hijos. Estoy completamente de acuerdo con que las mujeres podamos ser y hacer lo que nuestro espíritu humano demande. A lo que me refiero es a que en medio de tomar el feminismo como lo conocemos, no nos hemos percatado de que muchas veces somos nosotras mismas quienes nos censuramos, nos reprimimos, y nos discriminamos.
Cada vez es más común ver a las mujeres enfrascadas en una lucha por estar a la “altura” del hombre en cualquier sentido. Nos hemos sumergido tanto en la batalla de los géneros, que hemos llegado a un punto donde muchas tememos ser nosotras mismas y solo actuamos en una especie de carrera por demostrar nuestras capacidades ante un hombre o incluso ante otras mujeres. Donde nos da miedo sentir, pensar o actuar de determinadas maneras porque estaríamos, supuestamente, en contra de nuestro progreso. Algo tan innato al ser humano, y especialmente a la mujer, como el llanto, la conmoción, la ternura, incluso la delicadeza, se han convertido en expresiones y actitudes prohibidas, porque sería dar un paso atrás en los logros que se han venido consiguiendo. Quedarse siendo ama de casa o escoger una profesión demasiado femenina sería una contradicción a nuestro potencial. ¿No es esta autorepresión la peor forma de machismo, causado por nosotras mismas? Es indiscutible que puede hacerse cientos de reflexiones alrededor de este tema. Esta es solo una de ellas. La mejor revolución feminista que podemos llevar a cabo no es necesariamente la de salir a trabajar, apuntar a los mejores cargos o ser las más deportistas. No hay razón para cerrar el espectro a un número de cosas que serían bien vistas. La mejor revolución feminista es la de ser lo que nos guste -amas de casa, enfermeras, modelos, empresarias, políticas o científicassin sentirnos jamás inferiores por ello.
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Felipe Arcila G.
farcila@eafit.edu.co
Sedicemuchoqueelmejorlegadoquepuederecibirunapersonaeslaexperiencia
ajena como modelo de autoformación y de éxito. En la ciudad declarada como la más innovadora del planeta, se publicó, en marzo de este año, un libro titulado “Emprendimientos innovadores latinoamericanos”. Este texto surgió debido a una preocupación de la Universidad EAFIT: ¿qué pasará cuando Jorge Hernán Mesa Cano, el cerebro, el corazón y las manos detrás de este libro, falte? Jorge Hernán es el coordinador del programa de empresarismo de EAFIT, es además conferencista y consultor internacional en temas de emprendimiento e innovación y es también el fundador de la empresa In-Nove S.A.S. Ha llegado a hacer un gran recorrido de la mano del emprendimiento y la innovación y de este modo recoge en su texto conocimientos y experiencias propias sobre el tema. La pregunta clave para escribir el texto era esta: ¿cómo hablar de innovación en un libro, aplicándola en la escritura del mismo? Para lidiar con esto, Jorge Hernán logró crear un escrito totalmente riguroso con lo académico, pasando de ser algo “ladrilludo” a algo ligero y fluido para su lectura. En el libro se incluyen fotos que de forma más figurativa, ayudan al reconocimiento y la identificación del lector con el texto, además de darle a los casos de emprendimiento un tono muy periodístico a modo de perfil. Este también logra ser algo más que una lectura pasajera. Al final de cada caso, se encuentran unas preguntas con el fin de que los lectores se cuestionen a sí mismos y se inciten a resolver problemas a modo de reto personal.
El libro, publicado por el Fondo Editorial Universidad EAFIT, consta de una introducción, y seis capítulos titulados: Las ideas, la creatividad y los emprendimientos innovadores; Generación de ideas y su transformación en conceptos de negocio; Construcción de la oportunidad de negocio y sus componentes concepto de negocio, propuesta de valor y modelo de negocio; La oportunidad de negocio y los componentes de mercadeo, finanzas e impacto del proyecto; Ideas innovadoras y sus variables clave; y Perfiles de emprendimientos innovadores latinoamericanos. Según el doctor Mesa Cano, muchas veces los estudiantes llegan a cuestionar a los profesores basados en estos temas, debido a que no aplican lo que enseñan. De este modo, él incluyó en el libro el caso de In-Nove S.A.S., una empresa creada por él, la cual hoy en día sigue operando.
Sin embargo, detrás de la publicación del libro existe una inmersión por parte de Jorge Hernán en diferentes casos presentes mundialmente. Debido a la preocupación citada anteriormente, la Universidad EAFIT le propuso a Jorge H. Mesa tomar un año sabático para que escribiera sobre sus temas predilectos: el emprendimiento y la innovación. En el 2011, Jorge Hernán visitó países como España, Francia, Chile, Perú y México, tratando de ratificar que lo que estaba haciendo el modelo de emprendimiento de EAFIT era lo adecuado. Viajó también en búsqueda de posibles mejoras mientras hacía contrastes comparativos con los demás modelos internacionales. Como conclusión, encontró que EAFIT iba por un camino muy similar a los demás países y que hay cuatro elementos que hacen esencial la evolución y el desarrollo de una idea: el potencial de un país, la orientación hacia los mercados, las redes y los contactos, y el conocimiento de cada persona. Esta información la convirtió en un esquema propio entablado en el libro, el cual es validado con los casos mostrados y que, según él, hace potenciar las ideas.
“En el 2006, cuando mi hijo cumplió 15 años, me pidió de regalo un juego llamado «Calabozos y dragones». Fuimos a un lugar en Vizcaya donde había varia gente jugándolo y me llamó la atención la forma como el juego movilizaba a esa gente, intercambiando figuras, haciendo estrategias y demás. Otro día, mi hijo me hizo cancelarle una cita odontológica ya que haría un juego de rol en una clase del colegio. ¡Entendí que querían jugar! y eso era lo que debía traer al emprendimiento. Con mi hijo diseñamos un juego de mesa, recreamos figuras de plastilina, e hicimos un tipo de reto. Logramos patentar el juego y ahí se generó un proceso de aprendizaje. La empresa la comencé a montar como un spin-off y creció a ser lo que es ahora. Por conflictos de interés no sigo en la compañía, pero quedé con la experiencia y con la prueba de cómo un simple juego se convirtió en una empresa consultora internacional de emprendimiento e innovación”.
“LA PREGUNTA CLAVE PARA ESCRIBIR EL TEXTO ERA ESTA: ¿CÓMO HABLAR DE INNOVACIÓN EN UN LIBRO, APLICÁNDOLA A LA ESCRITURA DEL MISMO?(...)”
Tal vez uno de los aportes más ambiciosos del doctor Mesa para la Universidad EAFIT es la nueva línea de énfasis de innovación, la cual saldrá en el 2015-2 y se ofrecerá desde la Escuela de Administración. Esta permitirá convertir a la universidad en un referente de innovación y emprendimiento en Latinoamérica, mejorando en los estudiantes las aptitudes con respecto a estos temas. Esto, a través del desarrollo de diferentes retos (con contenidos creados mayoritariamente por ellos mismos) y propiciando los valores de la Universidad: audacia, creatividad y valentía.
“Este es mi tercer libro, el primero propio. Para mí, existen dos grandes públicos para este texto. Primero, los docentes que en las diferentes instituciones educativas están encargados de los temas de innovación y emprendimiento. Pero el público mayoritario que espero es esa gente que en algún instante llega acá a la oficina y tienen preguntas como ¿cómo se desarrolla esta idea?, ¿cómo se hace esto?, ¿cómo consigo aliados?, etc. En el libro lo muestro todo, es por eso que explico cómo es el proceso creativo, cómo se generan las ideas, cómo transformar todo en un concepto, cómo tener emprendimientos innovadores, y demás. Creo que se logró crear un libro que es propio de la comunidad eafitense”, explica Jorge Hernán.
Para Jorge Hernán, ellos cumplen más el papel de un entrenador que de un profesor, de manera que cuando lograban que los emprendedores sacaran proyectos adelante, al tiempo en que estos se iban de la universidad, se perdía la capacidad de aprender más de los casos. De esta manera, In-Nove S.A.S. logró mantener ambos lados en contacto y progresar mutuamente con diferentes actividades y programas.
Jorge Hernán Mesa Cano logra denotar en su más reciente libro que los emprendedores latinoamericanos trabajan con las uñas, que aunque pueden tener limitaciones, esto también los ayuda a superar obstáculos más fácilmente. Hay una gran diferencia que caracteriza a estos emprendedores y tiene que ver con su mentalidad y su forma de financiación, logrando que sean capaces de mantener equipos de largo aliento. Pero lo que el autor busca va mucho más allá a una caracterización. Él quiere demostrar que la innovación está al alcance de todos, que, aunque problemas hay todos los días, esa no es razón para desfallecer, y que siempre hay que tener en cuenta lo que se ha construido y a donde se ha llegado. De este modo, este libro se logra expresar como un legado de experiencias del trabajo arduo del autor, hacia sus hijos adoptivos: los emprendedores y los innovadores.
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Andrea García Vélez
wguerre1@eafit.edu.co
Tu numen inmortalizado está bajo ese cielo donde ahora mismo reposas tú, donde
se viven los sentimientos de los que en tu existencia
E
hiciste tan importante triunfo literario.
n 1883 nace Miguel Ángel Osorio Benítez, poeta y periodista antioqueño, criado en Santa Rosa de Osos por su tía, a quien quería como su madre. En 1903, él, joven de corazón aventurero, funda en la zona rural de Angostura una escuela en la que como maestro insólito, travieso y burlón que hace versos, enseña en excursiones y paseos a sus estudiantes la geografía del mundo haciéndoles imaginar que sus recorridos eran largas aventuras en barcos y trenes. En 1907 emprende un viaje para no volver. Las tierras Americanas como México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Perú fueron lugares de inspiración donde se dedicó a plasmar en papel sus vivencias, en forma de verso y prosa en las que cantaba a la vida, al amor, a la mujer, a la sensualidad y a los más efímeros sentimientos del ser humano, así lo hizo en su conocido poema canción de la vida profunda, al expresar que el hombre es un ser volátil y ondeante en sus emociones. Hay días en que somos tan móviles, tan móviles, como las leves briznas al viento y al azar. Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe. La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar. Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles, como en abril el campo, que tiembla de pasión: bajo el influjo próvido de espirituales lluvias, el alma está brotando florestas de ilusión.
Entre otras de sus grandes obras aparecen: La Parábola del Retorno, Futuro, Triste Amor, Elegía de un Azul Imposible y el fantástico Acuarimántima; poema que surge en un viaje de Barranquilla, lugar donde trabajó como editor de periódicos, hacia Costa Rica. Este viaje dejó como resultado el ideal de una ciudad soñada donde quizá la humanidad pudiera vivir totalmente feliz. Por ese anhelo, en rimas balbucientes canto el rojo camino que a la tarde se pinta en la montaña evocadora, o a la vívida luz del sol temprano, como una obsesión conturbadora de sangre y sangre en el azul lejano. Main Jiménez. Miguel Ángel Osorio a lo largo de su vida utilizó diversos seudónimos para firmar sus poemas, algunos de ellos más conocidos que otros, y habrá que entender más de la intimidad de su alma para explicarse porque adoptó cada uno de ellos. Juan sin Tierra, Almafuerte, y Corresponsal Viajero, fueron utilizados ocasionalmente; Ricardo Arenales, Maín Jiménez y Porfirio Barba Jacob fueron nombres que le aportaron sentido a su identidad durante extensas etapas de su vida. En la contraportada del libro El Mensajero de Fernando Vallejo sobre la vida y obra de Porfirio Barba Jacob dice textualmente. “En la primavera de 1507 en Barcelona, en la plaza del Rey, ardió, en la hoguera de la inquisición catalana, Mossen Urbano por predicar la doctrina de Barba Jacob -Dios verdadero, omnipotente, en Trinidad Padre, Hijo y Espíritu
Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos, como la entraña obscura de oscuro pedernal: la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas, en rútiles monedas tasando el Bien y el Mal. Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos... (¡niñez en el crepúsculo! ¡Lagunas de zafir!) que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza, y hasta las propias penas nos hacen sonreír. Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos, que nos depara en vano su carne la mujer: tras de ceñir un talle y acariciar un seno, la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer. Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
(...) se dedicó a plasmar en papel sus vivencias, en forma de verso y prosa en las que cantaba a la vida, al amor, a la mujer (...)
como en las noches lúgubres el llanto del pinar. El alma gime entonces bajo el dolor del mundo, y acaso ni Dios mismo nos puede consolar. Mas hay también ¡Oh Tierra! un día... un día... un día...
Santo, Igual a Jesucristo- y anunciar el advenimiento de su iglesia, la segunda iglesia en que las hembras concebirían y parirían sin obra de varón. Siglos después, en tierra Americana, otro barba Jacob, un poeta, divulga sus mensajes: El gran mensaje humano, el más valioso, desafío a toda norma y pasajera moral”
en que levamos anclas para jamás volver... Un día en que discurren vientos ineluctables ¡un día en que ya nadie nos puede retener!
En ello, se contrastan dos personajes haciendo intuir porque quizá el poeta adoptó su último seudónimo; Cuando la iglesia no aceptó el mensaje que predicó Mossen Urbano, lo incineró en la hoguera en 1507. Este acontecimiento hizo
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surgir siglos después a Porfirio Barba Jacob poeta, que vivió abiertamente su homosexualidad y desafío de igual manera las creencias y normas morales de su época religiosa expresando a su modo los mensajes de su ser.
Días antes de morir Barba Jacob como buen creyente de la Iglesia y deseoso de una muerte digna, solicita la presencia de un cura para confesarse y comulgarse y así mismo recibir los santos oleos con el nombre de Miguel Ángel Osorio. Mas hay también ¡Oh Tierra! un día... un día... un día...
Pensando estoy… Yo, cómo ceñiría
en que levamos anclas para jamás volver...
la cabeza encrespada y voluptuosa
Un día en que discurren vientos ineluctables
de un joven, en la playa deleitosa,
¡un día en que ya nadie nos puede retener!
cual besa el mar con sus lenguas el día. Y cómo de él cautivo, temblando, suspirando,
Canción de la vida profunda.
contra la Muerte
Porfirio Barba Jacob.
su juventud indómita, tierno, protegería. Contra la Muerte, su silueta ilusoria vaga en mi poesía.
Falleció el 14 de enero de 1942 de tuberculosis en Ciudad de México, en compañía de pocos amigos. Dejando como legado una cantidad de inolvidables obras literarias que sirven como referente e inspiración que hoy por hoy deleitan a un público moderno.
Morir… ¿Conque esta carne cerúlea, macerada en los jugos del mar, suave y ardiente, será por el dolor acongojada? Y el ser bello en la tierra encantada, y el soñar en la noche iluminada, y la ilusión, de soles diademada, y el vigor… y el amor… ¿fue nada, nada? ¡Dame tu miel, oh niño de boca perfumada! Elegía del marino ilusorio. Porfirio Barba Jacob Porfirio Barba Jacob fue un hombre sensible, irónico y de buen humor. Encontraba en la marihuana momentos de lucidez y da cuenta de ello en su poema balada de la loca alegría que canta así: Mi vaso lleno -el vino del Anáhuacmi esfuerzo vano -estéril mi pasiónsoy un perdido -soy un marihuanoa beber y a danzar al son de mi canción… En 1927 a los 44 años, Porfirio Barba Jacob regresa de un ir y venir por tierras Centroamericanas a Colombia donde la gente en tertulias, se fascinaba escuchándolo relatar historias que, como buen narrador, en ocasiones inventaba. Solía declamar a modo de performance sus poemas en el antiguó Teatro Bolívar de la ciudad de Medellín. Ilustración Laura Arango lau.arango@hotmail.com
Yojan Valencia
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