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DESFILE DE MODELOS

Depaoli & Trosce: 25 años construyendo obra pública, privada y viviendas

Trabajos de la talla del Macro, el hospital de Reconquista, el Mercado del Patio y el Museo del Deporte le otorgaron notoriedad, pero sus clientes también la eligen por sus desarrollos privados. Celebrará sus bodas de plata con una nueva y amplia sede en las afueras de Rosario.

Un viaje a Misiones con sus respectivas empresas para un emprendimiento de Celulosa Argentina, fue lo que permitió que el ingeniero Luis Depaoli y el arquitecto Luis Trosce se conocieran. Tres años de estadía en esa provincia fortaleció la amistad, que continuó ya de regreso en Rosario. Las vicisitudes económicas de los años ‘90 los llevó a quedarse sin trabajo, pero también a alimentar el sueño de la empresa propia, que pudieron concretar en 1996. Obras de la talla del Museo de Arte Contemporáneo (Macro), el Mercado del Patio, el Museo del Deporte y la Biblioteca Argentina se cuentan en el haber de Depaoli & Trosce, pero también un creciente número de edificios de vivienda descubren la versatilidad de una firma que nació en el living de una casa, y que 25 años después, avanza en la construcción de una amplia y moderna sede en la periferia de Rosario.

Inicios

“El comienzo fue duro, porque no teníamos mucha maquinaria, equipo, ni oficina. De hecho empezamos fraccionando el living de la casa de Depaoli, montamos dos computadoras, un escritorio y empezamos a trabajar, porque por suerte de arranque contamos con dos obras: la biblioteca Estrada de Córdoba y Pascual Rosas, y el edificio de mantenimiento del Hospital de Niños de Rosario”, rememoró Trosce en diálogo con la AEV Revista. Estos antecedentes les permitieron ir avanzando a obras de mayor envergadura y el espacio de trabajo rápidamente les fue quedando chico. Antes del año, ya se habían mudado a una oficina compartida en zona sur, y más tarde a Triunvirato 531, frente al Portal Rosario.

Luis Trosce, arquitecto

“Siempre nos planteamos ser una empresa importante, trabajar fuerte, lograr contratos mayores e ir escalando en el registro de licitadores de Santa Fe”, comentó Depaoli. En el Vilela avanzaron con una segunda obra, que ganaron por licitación, empezaron a trabajar en los muelles de costa alta, en el Instituto del Niño y no pararon pese los avatares de 2001. “Por entonces surgió nuestro lema: a las obras las empezamos y las terminamos, sin importar lo que pase en el medio, y hasta ahora siempre hemos podido cumplir en tiempo y forma”, sostuvo Trosce.

Luis Depaoli, ingeniero Civil

Subiendo un escalón

Fue en base al trabajo responsable y al compromiso que crecieron tanto en el ámbito público como privado, haciendo trabajos para grandes marcas como Falabella, el Hospital Español, ACA Salud, AMR Rosario, J.F. Secco, entre otras. Pero hubo una serie de desarrollos que le permitieron dar el salto tan buscado. El primero fue el del Macro, donde intervinieron sobre los silos, sus áreas subterráneas y torres. Se habilitaron salas de exposiciones de obras de arte, un auditorio y junto a la Municipalidad de Rosario, lograron revitalizar de tal manera el inmueble que se terminó convirtiendo en un gran atractivo turístico. Luego ganaron su primera licitación provincial para la construcción de un complejo socioeducativo de puertas abiertas en Venado Tuerto, y finalmente terminaron de consolidarse con la construcción del Hospital de Reconquista, una estructura enorme y compleja, similar al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), pero en el norte santafesino.

A la par, también incursionaron en viviendas particulares. El Estudio Bressan Aguerreberry Arquitectura confió en Depaoli & Trosce para la construcción de casi todos sus PH, y también se hicieron cargo de la parte constructiva de los desarrollos de reconocidos arquitectos como Pujol, Araujo, Luetich, Gastón, entre otros. El primer emprendimiento privado propio tuvo lugar en Vera Mujica y San Luis, un planta baja y siete pisos, pero también hicieron otro en Salta al 1900 y uno más en Crespo 647 de planta baja y 11 pisos, cerca del Mercado del Patio, que también estuvo a cargo de la firma.

La experiencia en la obra pública, donde los controles son sumamente estrictos, los trabajos de gran complejidad y los plazos exiguos, les otorgó un hándicap en los desarrollos de viviendas privadas. “En la obra pública está todo completamente definido de antemano y uno se limita a construir tal y como está. En la privada hay que arrancar antes de que esté todo planificado porque los tiempos comerciales son otros y muchas cosas se van definiendo sobre la marcha. Por eso la constructora debe ser seria para brindar confianza y tranquilidad a los inversores, y nosotros ya venimos con la costumbre de hacer las cosas bien por nuestra trayectoria en la obra pública”, explicó Trosce. “No nos cuesta hacer cosas para el ámbito público y el privado a la vez, y hoy en cantidad de obras de uno y otro lado estamos equiparados. Por ahí la pública tiene un volumen de facturación mayor, pero tenemos intenciones de incrementar la presencia en viviendas privadas propias y hasta pensamos en conformar una unidad específica dentro de la empresa abocada a eso”, sumó Depaoli.

Apuesta a futuro

Mientras tanto, acaban de finalizar un edificio de planta baja y ocho pisos en Juan José Paso 757, en la zona de Avellaneda cerca del río. Además, se encuentran cerrando la compra de tres hectáreas para desarrollar viviendas en el eje Rosario - Ibarlucea, donde avizoran un importante crecimiento en un futuro próximo, y que les servirá como pulmón de mano de obra cuando baje el ritmo de actividad en otros emprendimientos. “Hoy hay mercado de viviendas pero está un poco reducido como negocio porque hay que mantener pisados los precios de venta, y para eso hay que ser muy estricto con el control de costos”, enfatizó Trosce y añadió que las zonas de Oroño del centro hacia al río, avenida Francia, microcentros como Echesortu, las cercanías a los centros universitarios, Alberdi y Fisherton son algunas de las más elegidas para comprar.

Hoy entre profesionales, empleados técnicos y administrativos somos casi 200 trabajadores

Pero en el directorio de la firma, que desde hace algunos años sumó a Sebastián Cantú como nuevo socio, se optó por una zona más rural para instalarse a la brevedad. Para eso compraron una hectárea y media sobre la Ruta 34, yendo a Ibarlucea, pegado al club Logaritmo. Ahí avanzan a paso firme con su nueva sede, que contará con dos grandes galpones de 1100 metros cuadrados cada uno para almacenar la maquinaria, equipos y materiales, y grandes oficinas, sala de capacitaciones, recepción y quinchos en un área de 1200 m2, a lo que le sumarán un importante parquizado. “Nos permitirá atender las necesidades de hoy, porque donde estamos (Juan Pablo II 760 bis) nos quedó chico, pero también está pensado para crecer en staff. Hoy entre profesionales, empleados técnicos y administrativos somos casi 200, pero seguiremos sumando personal”, anticipó Trosce.

Sebastián Cantú, ingeniero civil

Nueva sede de Depaoli & Trosce en Ibarlucea,

Nueva sede de Depaoli & Trosce en Ibarlucea,

“La pandemia nos demoró la mudanza pero no nos detuvo, y estimamos que en julio podremos celebrar los 25 años con una nueva planta, donde podremos trabajar mucho más cómodo. Además es una apuesta al crecimiento, será un lugar para que las nuevas generaciones de profesionales puedan continuar nuestro legado”, completó Depaoli. “La empresa creció mucho pero aún conserva un gran potencial de crecimiento, y cuenta con muchos jóvenes profesionales para seguir por ese camino. El desafío es diversificarnos, sumar a la obra pública -que es nuestro fuerte-, obras privadas, industriales y desarrollos propios, y aspiramos a que en los próximos años podamos concretarlo”, aportó por su parte Cantú.

https://www.depaoli-trosce.com.ar

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