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Cultura urbana

Arte Libre en el espacio público

A una década de aquella intervención municipal Museo a Cielo Abierto que llevó a las medianeras de edificios rosarinos obras de artistas locales consagrados, la mirada del paseante se va tornando más exigente. Ávida de intensidad, hoy esa mirada no es distraída. Es atenta. No es ingenua, es receptiva. Artistas de la ciudad (o en tránsito por ella), han sabido captar el desafío de esta creciente demanda visual, este goce del ojo y muros y paredes de la ciudad disfrutan de ese intenso intercambio. “El impacto visual de los murales puede ser muy potente”, afirma Ariana Voh, artista plástica, muralista de la ciudad de Rosario y arquitecta. “Pinto muros desde hace seis años, pero mi pasión por el dibujo me acompaña desde el momento en que pude tomar un lápiz, hace como 30 años”. Sus temas favoritos son flora y fauna fantástica, de colores vibrantes con mucho contraste. Ariana es parte del colectivo artístico plural, inclusivo que no para de crecer. “El muralismo sigue en auge, porque es arte y el arte siempre tiene algo nuevo que decir”, afirma.

Cuando hablamos de muralismo, rápido lo asociamos con la calle. ¿Es esto, el circuito alterno, lo que determina al género?

El muralismo en la actualidad no necesariamente tiene que estar por fuera de los ámbitos artísticos estándar para ser considerado como tal. Si bien en sus orígenes esto fue así, y en gran medida se sostiene hasta la actualidad, hoy por hoy la intervención mural se encuentra en la calle como instrumento de denuncia, como mera expresión de la individualidad del artista o con fines comerciales, y lo mismo en interiores y emprendimientos privados.

El impacto visual de los murales puede ser muy potente. ¿Los murales dialogan con sus entornos o esto no siempre es necesario? Cómo pensás esa interacción espacio/arte desde el muralismo?

Desde el momento en que el mural está ubicado en un sitio, interactúa no solo con el sitio, sino también con quienes lo habitan y lo transitan. Como arquitecta no concibo el objeto aislado del espacio que lo contiene. No es lo mismo pintar un muro en el hall de un aeropuerto que uno en el patio de un vecino. Hay escalas, temáticas, paletas que adecuar para lograr plasmar la intención del proyecto.

- Conociendo ciudades como Valparaíso (Chile) que han producido identidad con sus famosos e innumerables murales urbanos, ¿es cierto que el arte en los muros cotiza “zonas” dentro del espacio urbano?

En más de una ocasión y en distintas partes del mundo se ha usado el muralismo desde los municipios para revitalizar zonas del ejido urbano deterioradas u olvidadas, polarizando el tránsito hacia ellas para contemplar las obras; con la consecuente transformación que eso provoca. En lo personal amo las intervenciones artísticas de gran escala, porque el aporte es precioso y vuelven el recorrido de la ciudad interesante y rico. Pero también tengo entendido que a veces esto se hace con intereses que lejos de beneficiar a los habitantes de esas áreas, los perjudican, y sería triste que se vinculara el arte urbano con el perjuicio de la comunidad. Con buena comunicación e iniciativas plurales creo que podría salvarse esta problemática y aprovecharse el beneficio.

Rosario tiene referencias fácilmente ubicables en sus calles de arte en muros. ¿Es todo autogestivo creés que hay política pública o estímulo privado para que suceda?

Rosario tiene intervenciones variadas. Las más llamativas, por dimensión y ubicación, son las que pertenecen al Museo a Cielo Abierto, impulsado por la Municipalidad de Rosario hace más de diez años, que llevó a medianeras gigantescas obras de artistas reconocidos de la ciudad. Mucho de lo que vemos es autogestivo de los propios artistas, ya que no hay mejor antecedente que la obra realizada y a la vista de todos. De todas formas, hoy por hoy, hay demanda de todos los sectores, y eso es una excelente noticia para la ciudad y los artistas, que estamos ansiosos por protagonizar un espacio público (o no) con nuestro aporte.

A la hora de pintar, ¿qué te provoca? ¿Una idea propia, el espacio urbano, causas sociales, la búsqueda de belleza?

En general suelo pintar para privados y en esos casos, el diseño parte de un deseo del propietario del muro de ver tal o cual cosa en su pared. Cuando pinto, todo igualmente tiene mi impronta, mis detalles, la forma de mis líneas. Si pinto para mí, sin demanda externa, me inclino por ideas que voy llevando en un cuaderno de bocetos y que en general tienen que ver con procesos de crecimiento espiritual. De todas formas, al pasarlas al muro, tengo muy en cuenta el emplazamiento, el tiempo que va a llevarme y la distancia desde donde va a verse la obra, buscando siempre la estrategia (lograr más con menos).

-Contanos la experiencia de trabajo con Obring y el concurso de Costavía, ¿Cuál fue la propuesta? En 2018 Obring lanzó un concurso para pintar un gran mural efímero, en uno de los muros del edificio Costavía, que iba a ir acompañando la construcción en su proceso hasta el momento de su demolición. Como propuesta me encantó, porque en alguna parte de su ser, el muralista sabe que un poco más tarde o más temprano, su obra siempre será efímera. Fue una experiencia hermosa. Detonante de muchas otras que le siguieron en este sentido. Ojalá otras empresas se sumen a la iniciativa, volviendo más atractivas las medianeras, mientras vemos crecer sus edificios.

Ver más de la artista @ariana.voh

Ahora Vivienda Revista realizó una selección de obras efímeras, como se conoce también al arte urbano, que acompaña los procesos de cambio del espacio social. Inevitable no pensar en Banksy y su activismo artístico, de gran compromiso e impacto público, pero hay más y muy variado.

Selección de obras: Tomás Wells.

D+ artista rosarino

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