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El panadero carnicero

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Por Michelle Zaballa

¡ADVERTENCIA!

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El siguiente artículo contiene información no apropiada para lectores sensibles. Se recomienda discreción.

Nacido el 15 de febrero de 1939 en Estherville, Iowa, Estados Unidos, Robert Christian Hansen, es mejor conocido como “El panadero carnicero”. Hanse fue un asesino en serie que secuestró, violó y asesinó a 17 mujeres (aunque se estima que en realidad fueron más de 30) en los alrededores de Anchorage, Alaska, entre 1970 y 1983.

Fue hijo de un inmigrante danés, a quien siguió los pasos como panadero. Sus años de juventud fueron difíciles, por lo que dejaron una marca permanente en Hansen. Era un joven extremadamente delgado, tímido, tartamudo y con problemas severos de acné. Este padecimiento dejó cicatrices permanentes en su rostro, motivo por el cual las mujeres lo rechazaban abruptamente. Derivado de estos acontecimientos, Robert Hansen guardó rencor hacia las mujeres y creció odiándolas.

Dado que era una persona muy tímida y no tenía relaciones de ningún tipo con otras personas, comenzó a practicar la cacería, actividad en la cual encontraría un refugio del mundo real y que adoptó como un pasatiempo. Por esta razón, Hansen construyó una cabaña en medio del bosque, donde solía quedarse días y donde -más tarde- mantendría a las mujeres que secuestraba y agredía para luego simplemente cazarlas.

Unos años después, en 1960, Hansen contrajo matrimonio y ese mismo año fue arrestado por incendiar un garaje de autobuses escolares. Por este delito se ganó 20 meses en prisión. Durante este periodo se divorció y en 1963 volvió a casarse y tuvo 2 hijos.

Una de sus víctimas fue Cindy Paulson de 17 años, a quien en 1983, Hansen ofreció 200 dólares a cambio de ciertas prácticas sexuales. Una vez que la llevó a su casa, la violó y torturó mientras la amenazaba con una pistola, para después, encadenarla en el sótano mientras este descansaba.

Más tarde, Hansen la metió en su coche y la llevó al aeropuerto Merrill Field, ya que su intención era llevarla a su cabaña en el bosque, donde sólo se podía llegar en bote o avioneta. Mientras se preparaba para subirla a la avioneta, Cindy aprovechó un descuido y pudo escapar.

Cuando Cindy Paulson hizo su declaración a la policía, Hansen trató de negar la historia y declaró que era la chica quien había intentado extorsionarlo. Sin embargo, estas afirmaciones no lograron convencer al juez puesto que recientemente habían encontrado una serie de cadáveres alrededor de Anchorage.

Tras la declaración de Paulson y los cuerpos encontrados, la policía comenzó a sospechar de Hansen, por lo que en 1983 la policía solicitó una orden para registrar su casa, coche y avioneta. Los investigadores encontraron joyería perteneciente a una de las mujeres catalogadas como desaparecidas, así como una colección de armas escondidas en una esquina del ático.

La evidencia fue llevada y presentada ante la corte en un juicio. Frente a la evidencia -y sin armas ni argumentos para excusarse- Hansen confesó haber asesinado a mujeres de entre 16 y 19 años a principios de los años 70. Declaró que varias de sus víctimas fueron prostitutas y strippers, mismas que contribuyeron con sus testimonios en la investigación.

Además, Hansen mostró a los investigadores 17 sepulturas en el centro sur de Alaska, ubicaciones que tenía marcadas con una “X” en un mapa. Con su declaración y toda la evidencia en su contra, Hansen fue condenado a 461 años de prisión sin posibilidad de libertad condicional.

En un principio, fue encarcelado en la penitenciaría de Lewisburg, Estados Unidos pero en 1988 regresó a Alaska, donde fue encerrado en un centro correccional hasta su muerte en 2014 debido a una enfermedad no revelada.

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