2 minute read

Qué hice en el sismo

Por Jaime Hernández

En lo personal, tuve suerte el día del sismo. Yo me encontraba en mi casa, estaba esperando a mis dos hermanos y, para pasar el rato, me había puesto a jugar videojuegos. Fue entonces que todo se empezó a mover, por lo que decidí salirme al jardín donde esperé junto a Cosa, mi mascota, a que pasara el sismo.

Advertisement

En cuanto acabó el movimiento, regresé a ver que todo estuviera bien y de nuevo tuve suerte: los únicos daños fueron un plato roto y un juguete caído de una repisa. Después de ver eso traté de comunicarme con mi familia. No tuve señal pero creí que era cosa de la compañía celular y que volvería pasado un rato. Fue así que barrí los restos del plato, los tiré y fui al teléfono público más cercano a tratar de llamar a mi familia.

Al llegar me percaté que tampoco el teléfono público tenía línea. No me preocupé en ese momento porque creía que no había pasado nada serio, esto porque las personas que vi en la calle hablaban de que no les pasó nada a ellos o sus casas y que el único problema era comunicarse con algún familiar ya que nadie tenía línea.

La preocupación vino al pasar dos horas y que no llegaran mis hermanos, porque si bien era consciente de que llegarían poco después de la hora del temblor, y aun con el atraso del sismo, consideré que ya era mucho tiempo. Lo peor fue que ellos no traían llaves de la casa así que si salía a buscarlos corría el riesgo de dejarlos fuera de la casa.

Después de preocuparme y estar meditando sobre lo que debía hacer, llegó mi hermano y, por un rato, me calmé. Me dijo que se había hecho un lio con las peceras y que el sismo lo agarró en la estación de MB más cercana a casa. Por eso su tardanza. Creímos que mi hermana debía haber pasado por algo similar así que decidimos esperar.

Al no llegar mi hermana, fue cuando se me ocurrió prender el radio para saber si había pasado algo grave en Insurgentes, y fue así que conocí la magnitud de la situación. Me espanté y preocupé por mi hermana y por mis padres. Recuerdo que al poco tiempo quise dormir, no sé, tal vez fue una manera de intentar aislarme.

Finalmente llegó mi hermana, hecho que alivió un poco mi tensión. Pasamos el resto de la tarde hablando de cómo había sido su camino a casa. Apagamos el radio para no estresarnos aún más.

Ya de noche llegó mi papá. Vio que estuviéramos todos bien y nos dijo que nos buscó pero que no nos encontró. Añadió que estaba un poco enojado de que no hayamos puesto más esfuerzo en comunicarnos con él. Seguido de eso fuimos a dejar todas las botellas de agua de la casa al centro de acopio del estadio de CU y finalizamos el día durmiendo todos en la misma habitación.

This article is from: