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Hallazgos Arqueológicos en la construcción del metro.

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El Matemático

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Hallazgos Arqueológicos en la Construcción del Metro

Por Pedro Lazcano

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No hay duda de que el Metro de la Ciudad de México es parte de la cultura colectiva de los habitantes de la capital mexicana al ser este el principal medio de transporte público en el cual convergen. Según las impresionantes cifras del director, 5.5 millones de personas diariamente circulan por el gran subterráneo, por lo tanto, en la memoria individual de cada citadino seguramente el metro ocupa un lugar especial en su historia personal, pero ¿qué historias se esconden en este lugar donde día con día transitan millones de personas?

l águila sobre el nopal devorando a una serpiente fue la señal divina que los Mexicas observaron y que marcó el lugar donde crearían uno de los imperios más grandes y poderosos de Mesoamérica. Esta ciudad que representó el poderío de la civilización, construida en medio del lago de Texcoco superó, gracias al ingenio de los Mexicas, cualquier reto ingenieril que pudiera representar su edificación. La capital mexicana asombró en su momento a los conquistadores españoles que llegaron a compararla con las grandes urbes europeas. Sus sistemas de drenaje, el trazo de sus edificaciones y su plano de organización son algunas de las cosas que asemejaban a la capital tenochca con las grandes ciudades del viejo mundo. Posterior a la conquista, el paisaje y el gran esplendor de Tenochtitlan fue desapareciendo para dar lugar a las edificaciones coloniales en la construcción de la capital de la Nueva España, que si bien al día de hoy muchas de las primeras han desaparecido, al día de hoy las edificaciones prehispánicas, coloniales y contemporáneas generan un paisaje perfecto que nos da una identidad como mexicanos. Nuestro pasado prehispánico y colonial es lo que nos define y lo que nos definirá en el futuro, debajo de las calles de la ciudad se esconde gran parte de este pasado y a finales de los años sesenta se presentó una oportunidad única para descubrir parte de los secretos que guarda nuestra capital.

Desde el comienzo, en el proceso de construcción del Sistema Metro de la Ciudad de México se hicieron grandes descubrimientos del pasado mexicano, estos van desde vestigios de la antigua Tenochtitlan, hasta descubrimientos de nuestro pasado prehistórico, como restos de animales del Pleistoceno, tal como el descubrimiento de un mamut localizado durante la construcción de la Línea 4 del Metro. Rastros de peces y osamentas humanas, como el cráneo del “Hombre del Metro Balderas” con una antigüedad de 11 mil años, hallado en 1968 en las obras de la Línea 3. Por lo tanto, durante las cuatro décadas de obras de formación del Metro se han recuperado cerca de 20 mil objetos.

La construcción del Sistema de Transporte Colectivo Metro por lo tanto supuso una excelente oportunidad para excavar y recuperar vestigios del subsuelo de la Ciudad de México, pues de no existir las obras correspondientes sería muy difícil la exploración arqueológica.

Las primeras líneas en ser construidas fueron las líneas 1 y 2, ambas perpendiculares entre si, de forma consecuente se crearon líneas paralelas a estas, por lo cual se formó una cuadrícula que permitió extender las exploraciones arqueológicas en los cuatro puntos cardinales, pues el trazado de las líneas 1 y 2 abarcaban el primer cuadro donde fue edificada la antigua Tenochtitlan. Fue una gran oportunidad de corroborar los hallazgos arqueológicos con datos existentes en documentación antigua.

El valor del metro en el descubrimiento de material prehistórico e histórico nos da una nueva visión respecto a este y le debe agregar una nueva valoración. Algunos de los descubrimientos más sobresalientes fueron los siguientes:

Templo a Ehécatl

La estación Pino Suárez forma parte de una intersección entre las líneas 1 y 2, y está representada por la silueta de un adoratorio o templo dedicado al dios del viento, Ehécatl, el cual hace referencia al descubrimiento de un basamento en el año de 1967. El basamento tiene una planta cuadrangular con una plataforma circular sobre la que se localiza el lugar sagrado. El hallazgo del templo permitió definir los límites de Tenochtitlan.

Canales prehispánicos

La estación de Santa Anita forma parte, al igual que Talismán, de la línea 4, e intersecta con la línea 8. Su ícono representa la silueta de un vendedor sobre una canoa. Este hace mención a la actividad del comercio de flores y legumbres cosechadas en las chinampas de los alrededores que eran transportadas a través del canal que comunicaba a la Laguna de Chalco con el Lago de Texcoco. Durante la construcción del metro se descubrieron los vestigios de los antiguos canales.

Mamut de la estación Talismán

La estación forma parte de la línea 4 y está representada por la silueta en perfil de un mamut. Este icono hace referencia al hallazgo de los restos de dicho animal, recuperados por los arqueólogos Francisco Ortuño Cos y Luis Alberto López Wario entre 1978 y 1980, en la avenida Inguarán, entre avenida Talismán y Oriente 171 en la colonia Inguarán o Ampliación San Juan de Aragón, la cual forma parte de la delegación Gustavo A. Madero. El ejemplar pertenece a un Mamut imperator, que medía cerca de 4 metros de altura y murió en edad adulta hace aproximadamente 10 000 o 12 000 años.

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