Siendo quien soy: siendo otros.
Sobre la muestra Porque yo soy otro. Sandro Pereira. Aproximación a Pablo Suárez y Rodolfo Bulacio de Sandro Pereira en el Fondo Nacional de las Artes, del 31 de mayo al 29 de junio de 2007
La experiencia de ser otro
Entramos a la sala del Fondo Nacional de las Artes porque inaugura una muestra de Sandro Pereira que, no por casualidad, se llama “Porque yo soy otro”. El título juega con dos elementos centrales de la exposición, por un lado, la original revisión que sus curadores proponen del vínculo poético y plástico entre la obra de este artista tucumano y las obras de su coetáneo Rodolfo Bulacio y el ex–Di Tella Pablo Suárez. Pereira es otro en la insistente autorreferencialidad, del primero y en la estética de un pop revisitado, del segundo. Por otra parte, es un correlato de los multiples “yo” que viene desplegando el artista desde sus primerísimas obras en 1995, año en que realizara un calco de su cuerpo, el cual cubriría de narices de payasos.
La propuesta curatorial es bien clara y se sostiene desde el catálogo1 con una cantidad de textos firmados por los curadores y por el crítico invitado –y ya hoy, especialista en Sandro Pereira- Kevin Power. Las líneas generales del marco propuesto transitan, casi obsesivamente, por dos aspectos de la obra de Pereira. Por un lado desarrollan la evolución del artista, su llegada a Buenos Aires siendo un tímido pueblerino con intereses íntimos y obras en pequeño formato (amén del espaldarazo en fortuna crítica que le proporcionó la venta del gran “Homenaje al Sandwich de Milanesa” en artaBA ‘01) hasta sus últimas piezas de un carácter marcadamente cuestionador, un poco más oscuras y teñidas por la vida en la ciudad. La otra línea que transitan es la que pone el acento sobre el valor paródico de la obra de Pereira y cómo con este recurso, señaladamente
posmoderno,
logra
escaparse
de
una
supuesta
frivolidad
transformar su obra en un elemento de crítica. 1
QUIJANO, Ana Martinez, FIGUEROA, Jorge y POWER, Kevin en Porque yo soy otro. Sandro Pereira. Aproximaciones a Pablo Suárez y Rodolfo Bulacio, catálogo de la exposición, Buenos Aires, F.N.A, 2007.
para
Estas son, a vuelo de pájaro, las líneas propuestas desde la labor curatorial. En este pequeño ensayo quisiera dejar, al menos planteadas, algunas otras direcciones de lectura. Me propongo pensar la obra de Sandro en el marco de una realidad y estética heterotópica posmoderna, siguiendo a Gianni Vátimo2. Pensar cómo en tiempos en que ni la Historia, ni el Arte -y mucho menos la Realidad- pueden ser pensados como unificados ni totales, obras autorreferenciales y heterogéneas como las de este artista son una manifestación clara del hacer comunidad desde la propia subjetividad. Se trataría, en todo caso, de una experiencia de lo bello que es ya particular –por no decir hiper-particular- como lo es, y será siempre, el cuerpo de uno: nuestra propia identidad.
Acontecer de múltiples rostros: Suárez & Bulacio.
Para empezar, retomo lo primero que señalé con respecto a la curaduría, y que considero un acierto: el fructífero vínculo entre la obra de Pereira y los otros desaparecidos artistas.
El acercamiento a lo popular en la obra propiamente dicha de Pablo Suárez puede remontarse hasta los años 80, cuando se dedicó a pintar descriptivamente el barrio de Mataderos, allí donde vivía, en una clave sensiblemente irónica. Ya a principios de los noventas retomaría la escultura desde la construcción de imágenes3 de una figuración grotesca y paródica. Su obra se poblaría de personajes, siempre hombres, de ojos saltones y nariz respingada, en su mayoría delegados de la clase trabajadora que nos hablan de las diferencias de clases, de la dificultad de vivir -y ser un excluido- en la Argentina. Asi como pasó con la vuelta de la pintura en los ochentas, la escultura de Suárez no se inscribe sin más en la línea tradicional de la escultura. Tras la desmaterialización de la obra de arte propuesta por el arte conceptual, la vuelta a las diversas materialidades de la obra se da a partir y a través del filtro de lo conceptual.
2
VATTIMO, Gianni: La sociedad transparente, Barcelona, Paidós, 1990 (1989). Sugiero se lea la palabra “imágenes” en el sentido que se usa para nombrar las piezas de bulto que ocupan los nichos de los retablos de las iglesias, aportando así un aura relativa al poder de hacer presente, de presentificar, y al mismo tiempo ser vehículo de conceptos, de sensaciones, de problemáticas ( que en el caso de las imágenes religiosas serían vehículo de la Fe).
3
El otro artista traído en diálogo, Rodolfo Bulacio, gozó de una muy fuerte popularidad en su provincia natal y sin embargo tuvo un muy breve paso por este mundo. Fue performer, realizó xilografías (como la serie de “Divas”) y una cantidad importante de retratos y autorretratos pintados. Pereira lo conoció a Bulacio en la UTN cursando la licenciatura en artes plásticas, siendo éste último ya un artista referente para toda esa generación4. La obra de Bulacio recorre la temática de lo popular en un sentido de recuperación de esos valores y como crítica de lo extranjero, al mismo tiempo que desarrolla el género del autorretrato y el retrato de figuras cercanas de su familia (en 1996 le dedica una exposición a su abuela).
Por lo tanto en los tres artistas vemos la recurrencia al universo representativo de lo popular, de la cultura de masas, una revalorización de lo cotidiano e incluso lo, en apariencia, banal, frívolo. Todo esto cubriendo de sentido a la figura humana, en el caso de Suárez hombre ajeno, pero en el caso de los otros dos artistas esa figura humana no es ni más ni menos que el propio cuerpo.
La materia no sabe de Alta o Baja Cultura.
La poética de Sandro Pereira se inscribe necesariamente en el marco de una nueva sensibilidad que podríamos llamar posmoderna, irreverente con respecto a la divisoria de aguas entre alta o baja cultura.
Así como en la modernidad, que siguiendo a Andreas Huyssen5 cubriría un lapso que va de fines del siglo XIX hasta mediados de la década del sesenta del siglo siguiente, el discurso hegemónico fue aquel que pregonaba por una Gran Division a favor -o en contra dependiendo de qué lado se lo mirara- de una Alta Cultura incontaminada por la cultura de masas, en la posmodernidad esta división ya no tiene asidero. La posibilidad de una Gran División estallo en miles de difusas partes.
4
Según explica Jorge Figueroa en el catálogo de la exposición “en el 2002 en una encuesta [Pereira admitía] que lo más atractivo de los años 90 fueron las performances y el incentivo de Bulacio”. QUIJANO, op. Cit. 5 HUYSSEN, Andreas; Después de la gran división. Modernismo, cultura de masas y posmodernismo. Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora, 2002.
Este estallido operó de manera tal sobre las artes que, entre otras cosas, permitió el recurso a lo popular en las obras. Es por eso que podemos encontrarnos, cuando paseamos por un parque dedicado a los próceres de una Nación, con un monumento de un hombre regordete sosteniendo una verdadera delicia del pueblo como es el Sándwich de Milanesas.
Esta nueva sensibilidad, desligada de los mandatos morales y éticos de la Alta Cultura permitió, a su vez, el acceso a materiales antes marginados por su “falta de nobleza”. De esta forma, vemos expuestas en esta muestra del FNA tres pequeñas esculturas de Sandro realizadas en plastilina y una última en goma espuma, las cuatro pertenecientes a una colección privada6.
La elección de estos materiales se debe a un incesante curiosidad y necesidad de experimentación, tanto como a una verdadera voluntad de crítica. Y aquí es donde discrepo –humildemente- con Huyssen, ya que éste propone que en el marco de la nueva sensibilidad posmodera “es difícil sostener la vieja concepción del arte como crítica” [Huyssen, 2002 : 313]. Ahora bien, si no nos cuesta pensar al “Homenaje al Sándwich de Milanesa” como una obra doblemente crítica: por un lado a la institución del monumento y por el otro a la institución del fastfood7, menos nos debería costar pensar en la elección de ciertos materiales, blandos, menores, efímeros, como una crítica a la institucionalización de ciertos materiales más nobles y duraderos, es cierto, pero mucho más caros y de difícil acceso.
La subjetividad exacerbada, el reino de la heterotopia.
Durante la antes mencionada modernidad se creía, a grandes rasgos, en un modelo del mundo que estaba dado, acabo y objetivamente delante de nuestros ojos para ser descubierto. El papel de las obras de arte sería el de desvelarnos este mundo, el papel
6
Pertenecen a la colección de Gustavo Bruzzone, juez de la Nación, fundador de la revista ramona y coleccionista de arte de los noventas en una afán por mantener viva la memoria de ese período tan propenso a la experimentación con materiales poco tradicionales. 7 Figueroa propone que este monumento no es otra cosa que una “reivindicación de la milanesa […] frente a la hamburguesa McDonalds, que habría su negocio en la provincia por esos meses”.
de hacernos llegar a un “valor absoluto” de lo bello. Este es el espíritu de la Utopía de la modernidad: la utopía unificante. Sabemos que esta Utopía no se concretó hoy tal cual fue planteada y promovida por sus diversos militantes. Sin embargo Vattimo sostiene que sí estamos frente a la realización de esta utopía estética, la cual sufrió una inevitable transmutación ya que, para concretarse, tuvo que volverse Heterotopia.
La utopía se realizó “como un despliegue de la capacidad del producto estético – señala Vattimo y agrega que ya no se podría hablar de obra sin más- para ‘hacer mundo’, para crear comunidad” [Vattimo, 1990 : 161]. De esta forma, la realidad posmoderna es el resultado
de
una
entrecruzamiento
de
múltiples
imágenes,
interpretaciones
y
reconstrucciones que se yuxtaponen proponiendo varios mundos y valores de lo bello, creando experiencia, reconociendo comunidades de valores.
La experiencia de lo bello así resignificada se da como un reconocimiento de modelos que hacen mundos y que nos identifican, pero que al mismo tiempo, nos hablan de y desde lo múltiple. Es así como vemos a un mismo Sandro formulado desde el surtido de materiales y propuestas que no puede ser mas que el producto de esta explosión de lo absoluto. Las variadísimas formas de ser de Sandro, son el correlato más bello e irónico, de
nuestra
forma
de
experimentar
la
vida
en
la
posmodernidad.
Vivimos
identificándonos con pequeños momentos de belleza, haciendo alrededor de ellos comunidad, construyéndonos a cada paso porque sabemos muy bien que no hay una Realidad por descubrir, sino una infinita cantidad de realidades por tejer.
Lic. Mariana L. Rodríguez.
Curriculum Vitae: Nació en 1974 en San Miguel de Tucumán, Argentina BECAS 1998-"ENCUENTRO DE ANALISIS DE OBRA PARA JOVENES ARTISTAS DEL NOA "organizado por la Fundación Antorchas y la Facultad de Artes de la UNT. 2000"SUBSIDO DE PRODUCCION PARA ARTISTA DEL INTERIOR DEL PAIS "otorgado por la Fundación Antorchas. 2000-"Encuentro de Análisis de obra-Buenos Aires "otorgado por TRAMA. 2001-"BECA DE PERFECCIONAMIENTO PARA ARTISTAS DEL INTERIOR "otorgada por el Fondo Nacional de las artes. 2002-"BECA PARA VISITAR A LA BIENAL DE SAN PABLO BRASIL" otrogada por la Fundación Antorchas. MUESTRAS 1996-"GRABADOS Y DIBUJOS"-Centro Cultural Yocavil-Sta María-Catamarca. 1997"Y...HABRÁ QUE VER"-Sótano de la Facultad de Artes-Tucumán. 1997-"MUTILACION"Sótano de la Facultad de Artes –Tucumán. 1997-"VITAMINA C" -Centro Cultural VirlaTucumán. 1997-"VOY A APAGAR LA LUZ" La Zona-Tucumán. 1997-"EXTREMO LIBRE"La Zona –Tucumán 1997-"RECUERDOS DE TUCUMÁN "La Zona – Tucumán. 1998-"PUNTO CERO" La Zona-Tucumán 1998-"LAS FLORES DE MI JARDIN"-Biblioteca ArgentinaRosario-Sta Fé. 1998-"RODOLFO BULACIO-RETRATOS"-La Zona-Tucumán. 1998"TALLER C " -Cento Cultural Virla-Tucumán. 1999-"MUNDO ORDINARIO"-Casa ClubTucumán. 1999-"S/T"-Facultad de Artes de la UNT-Tucuman. 2000-"HOMENAJE AL SANGUCHE DE MILANESA"-Parque 9 de Julio-Tucumán. 2001-"PRODUCCION"-La Sabasta-Tucumán. 2001-"HOMENAJE AL SANGUCHE DE MILANESA"-Arte BA-Buenos Aires. 2001-"MUCHACHITO DE PUEBLO"Duplus-Buenos Aires. 2001-"SALVAVIDAS"Lago San Miguel-Tucumán. 2002-"EL MALETIN"Casa de las Américas-Madrid-España. 2002"ARTE HOY"Centro Cultural Virla-Tucumán SALONES 1995-2º PREMIO DE GRABADO - Salón Lino E. Spilimbergo –Tucumán. 1996-2º PREMIO DE DIBUJO -Salón Lino E. Spilimbergo- Tucumán. 1996-2º PREMIO DE OBJETO-Salón Carlos Navarro-Tucumán. 1990-3º PREMIO DE ESCULTURA -Salón Lino E. Spilimbergo-Tucumán. 2000-1º PREMIO DE ESCULTURA -Salón Lino E. SpilimbergoTucumán. 2000-1º PREMIO DE DIBUJO-Salón Lino E. Spilimbergo-Tucumán.
Homenaje al Sanguche de Milanesa, 2001, resina poliéster policromada, 3 x 1,50 x 1,50 mts, Parque 9 de Julio, San Miguel de Tucumán, de la colección Juan Cambiaos.
Fabuloso, 2003, resina y peluche, 50 x 62 x 40. Colección Gustavo Bruzzone.
En primer plano: Viento, 2002, Resina poliéster policromada, 45 x 29 x 52 cm. Colección Marcelo Villalba. Detrás: Bañista, Boxeador, Supermancito y Gooool. Las cuatro de 1998. Salvo la primera, que es de espuma, son todas de plastilina y no superan los 22 cms de alto. Colección G. Bruzzone.