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HIJOS EN CASA?, ¡QUÉ NO CUNDA EL PÁNICO
from Nivel Uno Abril 2020
by Nivel Uno
¡Que no cunda
el pánico! ¿Hijos en casa?
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¿Estás a punto de recurrir a la TV para tener a tus hijos tranquilos en esta cuarentena? ¡Detente! Estos son los mejores tips para mantener ocupados a tus hijos y de paso aprendan valores como la responsabilidad, disciplina y temperancia.
Recurrir a la televisión para mantener entretenidos a tus hijos puede ser uno de los mayores errores que puedas cometer en estos días de cuarentena. El tener a los hijos en casa ha puesto a los padres en un gran dilema, pues es muy fácil que los niños caigan presas del hartazgo y el aburrimiento; por ello, ponemos a su disposición estas actividades que pueden salvarte de la desesperación.
Mantén horarios regulares
El tener horarios regulares te ayudará a formar en tus hijos hábitos y disciplina. Es preciso que al dormir y despertar tengas establecidos horarios específicos. La comida de igual forma debe servirse en horarios definidos y mantenerte firme en caso de que uno de tus hijos incumpla.
La ocasión perfecta para ser autodidactas
Como padres debemos buscar espacios en los que las y los niños trabajen de manera autónoma, asimismo, deben conseguir establecer desafíos de aprendizaje y reforzar la sensación de logro. Debemos incentivar los pequeños logros y promover las actividades en familia con actividades tan básicas como los juegos de mesa.
Redes sociales sí, pero con moderación
Prohibir a tus hijos el acceso a las redes sociales puede llevarte a discusiones interminables, por eso es recomendable no prohibirlas, pero sí tienes el derecho a administrar el tiempo que pasan tus hijos en ellas.
No olvides aprovechar las redes de forma estratégica. En tu caso puedes hacer grupos de WhatsApp entre padres de familia y maestros para que compartan sus avances escolares y organicen juegos a través de plataformas como Skype.
Es ideal que cuides el contenido de las noticias que tus hijos ven en línea para no generarles angustia.
Es tiempo de leer y escribir
Expertos recomiendan que en tiempos de cuarentena los padres realicen con sus hijos actividades de escritura que estimulen la imaginación de los pequeños. Juntos, pueden hacer un diario de agradecimiento, escribir cuentos o historias o leer cuentos antes de dormir.
10 actividades para hacer en familia 1.- Hacer un pastel 2.- Hacer una obra de teatro 3.- Jugar caras y gestos de películas 4.- Redecorar su habitación 5.- Hacer yoga 6.- Hacer un campamento en la sala 7.- Jugar al salón de belleza o a la peluquería 8.- Hacer karaoke 9.- Dibujen un comic 10.- Escriban una carta
Coronavirus
¿Qué sigue?
Por Mariana Otero Briz
Hay quienes ya la llaman “la pandemia sin precedentes”, lo que es cierto es que la actual contingencia sanitaria será un punto de inflexión en la historia de la humanidad, al que seguramente nos adaptaremos.
Las primeras lecciones son en materia tecnológica, pues gracias a Internet y sus múltiples vertientes, nos encontramos más comunicados que nunca. ¿Después de esto se entenderá que alguien con las posibilidades suficientes, no tenga al menos una cuenta en alguna red social? Sí, mientras vivimos en el aislamiento, nuestra necesidad de contacto social se encuentra colgada de la web.
Después del virus cuya velocidad de contagio superó a los sistemas de salud de varios países desarrollados y la capacidad de respuesta de otros más, seguramente, los gobiernos comenzarán a poner más atención a los epidemiólogos, a los biomédicos y en general, al desarrollo de tecnología que refuerce la detección oportuna de cualquier otra amenaza a la salud pública.
Por otra parte, hoy más que nunca sentimos las desventajas de tener una economía profundamente globalizada. Esa es la otra gran lección: La económica.
Antes de que se registrara un aumento considerable de casos en Estados Unidos, las bolsas de valores presentaban jornadas históricamente negativas, mientras que el comercio mundial y el turismo, también parecían padecer el contagio del COVID-19.
En México, el sector turístico, será uno de los más afectados por el aislamiento, a lo que se suman los miles de trabajadores informales que dependen de esa industria.
Lo que aún no hemos podido mitigar a través de la historia es, que sin importar el reto que enfrentemos como país, la población de menores recursos recibe el mayor golpe.
Más de la mitad de los trabajadores en México se encuentran en el sector informal, lo que significa que no tienen garantizado un sustento durante las etapas de la contingencia en que se debe mantener distanciamiento y evitar salir de casa.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEG), el 56.2 por ciento de la Población Económicamente Activa se encuentra en el sector informal, trabajadores a los que describe como “aquellos que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, con aquellos cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo”.
Así, en esta tasa se incluyen a los trabajadores en micronegocios no registrados o en la informalidad, ocupados por cuenta propia en la agricultura de subsistencia, y aquellos que no cuentan con seguridad social.
Millones de personas que se verán obligadas a mantenerse en la calle para obtener algún medio de subsistencia; y que a pesar del riesgo, tendrán una caída significativa en el monto de sus ingresos, pues los que cuentan con salario fijo estarán cumpliendo con las medidas de confinamiento.
Trabajadoras domésticas, “freelanceros”, vendedores ambulantes, organilleros, empacadores de supermercados (que además son adultos mayores), repartidores a domicilio, meseros, guías turísticos y despachadores de gasolineras, y un sinfín más de oficios, encontrarán en este periodo enormes desafíos para mantener economía y salud en un nivel aceptable.
Por eso, aquellos que pertenecemos a una clase “privilegiada” (así entrecomillado, porque pareciera que estar en la formalidad es un lujo en México), estamos obligados a realizar algunos esfuerzos, una vez que la contingencia termine, pues la economía también tendrá que recibir tratamiento médico, y nosotros podemos auxiliar en eso. Se me ocurren algunas pequeñas acciones para extender una mano solidaria a la otra mitad de mexicanos, y que como siempre, demostremos que somos un pueblo solidario y resiliente.
1. Darle “un poco más” a los trabajadores que dependen enteramente de sus propinas para lograr que en un menor lapso puedan reponerse económicamente. Si en el supermercado extendías una moneda de 5 o 10 pesos al adulto mayor que empaca tus víveres ¿Qué tanto te afectaría darle 10 o 15 pesos durante los próximos meses? Lo que para algunos podría ser menor, para los que viven de sus propinas puede representar la diferencia. 2. Evita que las trabajadoras domésticas acudan a trabajar y sigue pagando su salario, con esto vas a lograr que no se propague el virus, tendrás la garantía que una vez pasada la contingencia volverás a contar con ayuda en tu casa, y sobre todo, al realizar las labores de limpieza, valorarás el esfuerzo, dedicación y “joda” que significa mantener un lugar en condiciones higiénicas… en una de esas, y decides subir la paga! 3. Consume en los pequeños comercios cercanos a tu casa. Las grandes cadenas de supermercados, comida y otras cosas, van a sobrevivir a la contingencia, mientras que la pequeña cafetería, la verdulería o papelería de tu colonia dependerán de las ventas que realicen. 4. Apoya emprendedores o conviértete en uno. Si siempre tuviste el deseo de emprender algún negocio, este será el momento, sin duda existirán diversos apoyos gubernamentales a los que podrás acceder y no hay nada mejor para una economía que contar con nuevos comercios, o en su caso, apoya aquellos que estaban comenzando previamente a la contingencia. 5. El último punto, de esta serie de propuestas, cuya finalidad primordial es buscar que los mexicanos superemos esto lo antes posible, es: Cuida, apapacha, ovaciona, aplaude o lo que puedas, a todos los profesionales de la salud. Estamos en sus manos. Su riesgo significará otra persona atendida, y tal vez, salvada.
Arte en Movimiento Arístedes Ortíz
Arte en Movimiento Arístides Ortíz es uno de los más prometedores artistas de la ciudad de Toluca. Su talento se ha hecho patente en diversas exposiciones y se ha convertido en un referente obligado del arte en la ciudad capital del Estado de México. Su trabajo es evidencia de el crecimiento de Toluca en áreas en las que el talento y la creatividad están involucradas. Por Nirvana Maggioli
Arístides experimentó en la literatura, en la fotografía y en la música solo para darse cuenta que la pintura es su verdadera pasión. Hoy, es uno de los pintores más reconocidos de la ciudad de Toluca, con recurrentes exposiciones.
Pero Arístides es un artista en proceso. Su estilo aún es indefinible para él, y ello debido a que se encuentra en constante transformación y espera lograr una identidad propia.
Los artistas de los que ha recibido mayor influencia son Egon Schiele, Amedeo Modigliani y Mark Rothko, no obstante, en la búsqueda de su propia identidad, experimenta y vuelve experimentar.
Arístides nació el 27 de mayo de 1982 en Toluca. A los 22 años se empezó a emocionar con la pintura, pero a estas alturas -dice- “me cuesta un poco de trabajo encasillarme, creo que en mi pintura lo que mas uso es la mancha, es algo en lo que me he apoyado tanto en lo figurativo como en lo abstracto”.
Arístides trabaja en la Escuela de Bellas Artes de Toluca, ahí transmite a los chicos que están en proceso de titulación sus conocimientos para abordar sus ideas de manera más clara.
El difícil camino de un artista
En diversas entrevistas, Arístides Ortíz asegura que la mayoría de los artistas “deben hacerse camino solos y a contracorriente, buscando y creando sus propios espacios”.
En entrevista con un medio de comunicación, Arístides refirió: “Normalmente hago mis exposiciones por medio de la iniciativa privada, foros independientes, gente que me invita a intervenir muros o prestarles la obra, casi siempre de manera underground”.
Arístides cree que existen espacios para exponer las obras de los artistas, no obstante, éstos están ocupados por exposiciones permanentes o tienen lista de espera de hasta un año. Cuando intentó exponer su obra en el Museo del Barro en Metepec, se enfrentó a “un largo proceso, a muchas llamadas no contestadas, cancelaciones, plantones y poca profesionalidad”, lo que provocó que finalmente decidiera buscar otros espacios privados.
Para el artista “muchas veces entablar una relación profesional con las instancias gubernamentales, más que un impulso se vuelve una limitación”, refiere.
“A mí me sirve moverme por mi parte, pierdes mucho tiempo atrás de las instituciones; sí hay gente muy comprometida, pero no faltan los que no tienen ni idea del tema y aparte ningunean a los autores”, asegura.