La búsqueda de la mitológica ciudad de los Césares motivó la partida de la imponente expedición al mando de Gerónimo Luis de Cabrera (1620-1621). Siguiendo antiquísimas rastrilladas aborígenes atravesaron el territorio pampeano desde adyacencias del río Cuarto hasta alcanzar el río Negro tras pasar por las sierras de Lihuel Calel y cruzar el Colorado; continuando por la margen de este, alcanzarían el Neuquén al que atraviesan, prosiguiendo a orillas del Limay y mas adelante del Arroyo Picun Leufú, hasta alcanzar el valle del Aluminé. A partir de la reconstrucción de dichas rastrilladas, extraídas de cartografía antigua y primeros planos de mensura, en las cartas I.G.N. actuales, se logró certeza en algunos parajes y una aceptable aproximación en otros. Esta entrada española resulta ser la primera en descubrir tierras pampeanas, por lo que su replanteo reviste singular interés arqueológico.