DOÑA MARÍA DE MENDOZA, AMANTE DE DON JUAN DE AUSTRIA Y SU POSIBLE TUMBA EN EL CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DEL ROSAL, EN PRIEGO, CUENCA
En un lugar de la Alcarria conquense, muy cercano a las estribaciones de la llamada sierra de Bascuñana que el río Escabas ha ido perforando durante siglos y formando el Estrecho de Priego, a no más de dos kilómetros de dicha ciudad medieval, en la carretera de Alcantud, y solar en otros tiempos de los condes de Priego, lloran en silencio las nobles y hoy olvidadas ruinas del convento de hermanas Concepcionistas franciscanas. Pero, naturalmente, no siempre fue así: el noble edificio, cuya espadaña aún hoy se enfrenta orgullosa a los vientos de Castilla, fundado en 1525 por iniciativa de don Hurtado de Mendoza, por aquel entonces párroco del pueblo de Zaorejas, más tarde Chantre y canónigo de la catedral de Cuenca, tercer hijo de don Diego Hurtado de Mendoza, II conde de Priego “...Manda que un Monasterio que tenía principiado en Ntra. Sra. del Rosal, ermita extramuros de la Villa de Priego se acabe de sus bienes 1