Hacía mucho tiempo que su vida había entrado en un estado de insatisfacción y de amargura que trastocaba completamente sus hábitos corrientes. Su propia presencia física, siempre tan cuidada y pulcra, había ido transformándose con el tiempo y, al presente, el grado de dejación de su limpieza personal y de sus siempre arregladas ropas llamaba la atención de los pocos amigos que le quedaban a la fecha.