Puente de Alcántara

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NOTICIAS HISTÓRICAS DEL PUENTE DE ALCÁNTARA, ESTABLECIDO SOBRE EL RÍO TAJO, EN LA PROVINCIA DE EXTREMADURA, SEGÚN UN DOCUMENTO DEL SIGLO XVIII

A la salida de Alcántara hacia la parte que mira á Portugal, se pasa el caudaloso río Tajo, á quien los antiguos llamaron Tagus, sobre el magnífico y hermoso puente del que tomó nombre aquella Villa. Este soberbio Edificio, que verdaderamente és uno de los monumentos que testifican el espíritu y el lustre de la Nación Española, lo mandó construir el Gobernador de la Lusitania Cayo Julio Lacer, para facilitar el Comercio entre Emérita, y Norba Caesarina (hoy llamadas Mérida y Cáceres), pues los grandes precipicios y peñas escarpadas que forman las márgenes del río en aquella provincia, impedían su paso, o lo hacían difícil y peligroso. Para que se pueda hacer concepto de las circunstancias mas singulares que recomiendan a este suntuoso puente se añade a la explicación de sus partes, el Plano, Elevación y Perfil que lo demuestran en la Lámina, cuyo diseño y explicación es del Señor Zaramas. La longitud del Puente, tomada sobre su pavimento, es de 693 pies, y de 28 su latitud, incluso los guarda-lados: estos tienen dos pies y medio de espesor, y de alto 1


quatro y medio por la parte interior, y seis y medio por la exterior, desde la Cornisa de la fábrica hasta su coronamiento. Los arcos son seis en número, y todos circulares. El primero, hacia la parte de Alcántara es de 49 pies de diámetro, el segundo de 79 pies y quatro pulgadas, el tercero de 99 pies y dos pulgadas, el quarto de 407 pies y quatro pulgadas, el quinto de 83 pies y quatro pulgadas, y el sexto de 49 pies. Cada uno se compone de dos órdenes de Dovelas, las inferiores tienen siete pies de largo, y las superiores solo un pie y seis pulgadas. Las claves de los seis Arcos están en un propio nivel, y por lo mismo el piso del Puente es horizontal. Las alturas de los cinco Pilares y los dos estribos son diferentes, según la mayor o menor elevación del suelo que los recibe, pues el Puente está situado entre dos montañas, que forman el cauce, por donde corre el agua con extraña rapidez. De los dos pilares intermedios, el que asienta enteramente sobre el lecho del río tiene 29 pies de grueso, y solo 28 el que se afirma encaramado contra las rocas de la orilla: pero la elevación de entrambos és de 403 pies, hasta los arranques del Arco, los 80 descubiertos, y los 23 restantes siempre ocultos, o debajo de las aguas, que es la menor profundidad que les queda antes de recoger las primeras lluvias del invierno. El espesor de este Arco, es en la clave de 15 pies y cuatro pulgadas; la altura del puente, contada desde su piso hasta el fondo del río, es de 172 pies, ó 57 varas y una tercia de Castilla. Aunque esta altura parezca demasiada a primera vista, con todo, es necesario y precisa para dar paso a las aguas en tiempo de grandes avenidas, respecto de que en aquel parage suelen elevarse hasta 120 pies sobre el nivel de las que ordinariamente lleba el río, según se ha experimentado muchas veces.

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En el medio del Puente, y sobre su pavimento, está erigido un Arco ó Torre, a quien vulgarmente llaman el Nido del Águila, que apoya encima de los Taramares del Pilar intermedio, le afirma con su gravedad, sin embarazar el paso de la gente. Sus dimensiones consisten en 11 pies de ancho, 39 de largo y 51 de altura. Añadiendo esta á la del Puente, se tendrán 223 pies, ó 74 varas y una tercia por la total elevación de la Fábrica. El adorno de este Torreón, como el de toda obra, se reduce á una Arquitectura sencilla, pero magestuosa. El Señor Abate Masdeu [1] hace mención de este famoso Puente, entre las fábricas más perfectas y magníficas de la España Romana; y en la descripción que nos dá de sus medidas, se nota una gran diferencia pues solo le considera de longitud 670 pies, quando nos consta, de la relación que puse, siguiendo las noticias de Don Miguel Taramas [2] que tiene 693 pies. A la manera el Sr. Masdeu se valió de lo que dice Montfaucon; que según, a mi juicio, no está muy exacto. Yo me he valido (como tengo dicho), de las noticias que trae el Señor Taramas, porque ha más de convenir con el plano de las Láminas, se valió de sugetos abiles. En la cornisa del Arco o Torrecillo, se lee por las dos caras la inscripción siguiente: _________________ [1] Tomo 6º de las Lápidas y Medallas de la España Romana. [2] Tomo segundo, página 62 del tratado de Fortificación.

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Imp. Caesari Divi Neϫvae. F. Neϫvae, Tϫajano Aug. Geϫm. Dacico Pomtif. Maϫ. Tϫib. Potest. VIIII Imp. V. Cos, V. P.P. Por la presente inscripción nos consta la época de la fábrica, que se acabó por los años 406 de nuestra era Christiana, quando el Emperador Trajano había conseguido 5 Consulados, y muchos años de Potestad Tribunicia. En el mismo Arco había quatro Lápidas de mármol, esto es, dos a un lado y otras dos al otro, destinadas á conservar la memoria de los pueblos que concurrieron al gasto de la fábrica del Puente. De estas quatro tablas, que pueden decirse dos duplicadas, no quedan sino una con la inscripción siguiente: Municipia Provinciϫe. Lusitaniae Stipe. Conlata Peϫfeceϫunt Igϫeditani Lancienses Oppidaϫi Taloϫes Inteϫamnienses Colaϫni Lancienses. Tϫanscudari Meidubrigenses Aϫabriguenses Banienses Paesuϫes. Por esta inscripción sabemos los nombres de las Ciudades que concurrieron al gasto, que fueron las siguientes: Igaedita, de quien quedan las ruinas de Idaña, al norte de Alcántara cerca del río Ponsul que entra en 4


el Tajo; Lancia Oppidana, que estaba al norte de Idaña, caminando para Alfajate: la capital de los Taloros, que sería, tal vez, Talabrica, la que hoy llaman Aveyro; Interamniun, capital de los Lusitanos Interamnios, que habitaban entre los ríos Touroes y Coa Alfayate, sobre los confines de León y Portugal; Cotarnum, que no distancia mucho de aquellos contornos: Lancia Transcudana, Capital de los Lancienses Transcudanos, a quienes distinguían con este renombre, porque habitaban a la otra parte del río Cuda, que hoy llaman Coa: Meidubriga, que corresponde á Marvay, no lexos de la Ciudad de Portalegre: Arabriga, hoy Pobos, entre las dos ciudades de Lisboa y de Santaren: Bania, ciudad de los Lusitanos, que estaría entre Santaren y Leira, ó no muy lexos de alli: y finalmente la Capital de los Pesuros, que estaban, según Plinio, en Portugal entre el Duero y el Vouga. Al extremo del Puente que mira hacia Castilla, hay un pequeño Santuario de diez pies de ancho, y veinte de largo, cuyas piedras son de una magnitud enorme, y las que forman la techumbre están dispuestas con tal artificio, que sin embargo de la grande antigüedad de la fábrica, jamás la han penetrado las lluvias. La Puerta se compone de tres grandes piedras, y en la que sirve de Dintel hay la inscripción siguiente: Imp. Nervae, Traiano Caesari Augusto Germanico. Dacico Sacrum. Templum. In. Rupe. Tagi, Superis, et. Caesare. Plenun. Ars. Ubi. Materia, Vincitur. Ipsa. Sua Quis. Quali. Dederit, Voto. Fortasse. Requiret. Cura. Viatorum. Quos. Nova. Fama. Invat Ingentum. Vasta. Ponten. Qui. Mote. Peregit. Sacra. Litatuno. Fecit, Honore. Lacer Qui. Pontem. Fecit. Lacer. et. Nova. Templo. De Scilicet. et. Superis. Munsera. Sola. Litant. Pontem. Pepetui. Mansurum. In. Saecula. Mundi. Fecit, Divina. Nobilis. Arte. Lacer. Idem. Romuleis. Temptum, Cum. Caesare. Divis. Constituit. Filix. Ubranque. Causa. Sacri. La presente lápida nos ofrece en primer lugar una sencilla dedicación del templo al Emperador, no como á Divo, sino como á Soberano. Despues 5


contiene doce versos, que leyó así el Sr. Abate Masdeu. El pasagero curioso querrá saber, quien fue el Autor, y qual el motivo, porque se abrió en las peñas este Templo, admirable por su artificio, pero mucho más por su materia. Lacero Arquitecto de este gran puente, por agradecimiento a los dioses debía hacer sacrificios que fuesen dignos de la Divinidad. Por est razón, cumplida aquella obra, hizo y dedicó el nuevo Templo, porque agradan las dádivas aún a los dioses. El noble Arquitecto Lacero cosa anta divino hizo el puente que será eterno; y él mismo edificó el Templo a los dioses de Roma, y al Emperador: doble y muy dichoso motivo para el Sacrificio. En la misma fachada del Templo había la siguiente inscripción: C. Iulius. Lacer M. S. F. Et. Dedicavit Amico. Curio Lacone. Igaeditano Que en nuestro idioma dice así: Cayo Julio Lacero hizo este Templo, y lo dedicó siendo Sacerdote de Curia su amigo Lacon, natural de Igedita. Dentro del Templo había una ara con la siguiente inscripción: C. I. Lacer Hanc. Aram. Ererit Vt. Diis. S. F. En la presente inscripción se dice que Cayo Julio Lacero, erigió una ara para hacer en ella sacrificio a los dioses. Y por último, en Alcántara se encuentra otra lápida con estas letras: C. I. L. H. S. E. S. T. T. L.

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Que se leen así: Cayo Julio Lacero aquí está enterrado: Séale la tierra ligera. Estas letras están grabadas en círculo sobre con un mármol redondo, que serviría para cubrir la urna. El Señor Taramar dice, que este Puente se construyó en seis años. Yo no alcanzo de donde lo puede deducir; pues a más de que las referidas inscripciones no lo declaran, no sé, que ningún Autor antiguo lo refiera; y así queda bajo la buena fe del referido Autor, contentándonos con poder asegurar, que este famoso edificio, está formado de grandes piedras de grano berroqueño, de un color ceniciento, asentadas sin mezclas, betúm o metal alguno, sino entalladas, y sobstenidas las unas contra las otras, por medio de la regularidad de sus cortes. El Emperador Don Carlos Quinto, hizo restaurar el primer arco de los del Puente, que se hallaba muy maltratado, desde que los Sarracenos le quitaron sesenta sillares de los principales para impedir el paso al Rey de León Don Alonso IX quando iba contra Alcántara el año de 1113, y le pusieron en el sitio que faltan las inscripciones antiguas, una memoria del referido Emperador. En el año de 1707 intentaron los portugueses volar este Puente; pero no tuvo efecto este proyecto, porque venteada la Mina por las juntas de los sillares, fué fácil que por ellas mismas se disipase la mayor parte del fuego, sin emplear su actividad contra lo sólido de la fábrica. La cual se puede decir con verdad, que ha resistido á los tiempos, á los elementos, y a las guerras, por espacio de 1684 años, hallándose al cabo de ellos entera y capaz de más larga duración. Las exquisitas circunstancias que se advierten en la situación de este portentoso Puente, le hacen tanto más digno de admiración, quanto menos se puede congeturar con certeza el medio, ó industria de que se valieron los antiguos para edificarlo: Porque la gran profundidad que siempre conserva el agua en aquel parage, su rapidez extraordinaria, y la naturaleza del suelo por donde corre aquel caudaloso rio, persuaden la imposibilidad de 7


establecer Azequias que lo contuviesen, para labrar lo que oculta. A esto se debe añadir, que la aspereza de los márgenes, formados de riscos y escarpadas peñas, como la grande elevación y abertura de los Arcos intermedios, presentan gravísimas dificultades, para concebir la disposición que dieron a las Cerchas, Andamios, y enmaderado, que necesariamente emplearon en la construcción. De suerte, que en algún modo, le han dado al Emperador Trajano los Españoles, más honor en este Puente, que el mismo Trajano se procuró en el que mandó construir sobre el Danubio, para inmortalizar su fama; pues de este apenas hay algún rastro de sus ruinas, quando aquel permanece en estado de llevar su nombre, hasta los más remotos siglos venideros.

INSCRIPCIÓN DEL PUENTE DE ALCÁNTARA DE TOLEDO

En el añ 1258 mandó esculpir, el Rey Don Alonso el Sabio, sobre el arco de la puerta segunda del puente de Alcantara de Toledo, que mira ácia la Ciudad, una lapida con letras de relieve; donde se advierte tambien el 8


uso que tenian valance de diferentes años; cuyo contenido es el siguiente: En el anno de M. e CC. E LVIII. annos de la Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo fué de grande diluvio de las aguas, e comenzo antes del mes de Agosto, e duro hasta el Jueves XX. e VI. dias andados de Diciembre, e fueron las llenas de las aguas muy grandes por todas las mas de las tierras, e ficieron muy grandes dannos en muchos logares, y snnaladamiente en España Espanna, que derribaron las mas de las puentes, que yeran, e entre todas las obras fue derribada una gran partida de esta puente de Toledo, que ovo fecha Halaf, fijo de Mohamat Alameri, Alcayd de Toledo, por mandado de Almansor Aboramir Mahemat, fijo de Abihamin, Alguacil de Amir Almomenin Hyrem, e fué acabada Era de los Moros, que andaba á este tiempo en CCC. LXXXVII. annos; e de si fixo la adoban, e renovan el Rey Don Alonso fijo del noble Rey Don Fernando, e de la Reyna Donna Beatriz, que regnaba á esa sazon en Castiella, e en Toledo, en Leon, e en Gallizia, en Sevilla, e en Cordova, en Murcia, e en Jaen, en Baesa, e en Badalloz, e en el Algarbe, e fue acabada en ochavo anno, que el regnó en el anno de la Encarnacion de M.CC. e LVIII. annos, e esse ano andaba la Era de Cesar en M.CC. e LXXXX e VII. annos, e la Alexandro en M. e D. e LXX, annos: e la de Moysen en dos M. e DC. e L. e I. anno; e la de los Moros en DC. e L. e VII. annos. Asi la traen leida el Señor Terreros, pag. 69 y el Señor Merino la copia en la pag, 222.

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