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Piden fuerza ante inflación
JORGE RICARDO
A doña Mary, de 86 años, en silla de ruedas, no le alcanzó este año para los romeritos y bacalao, pero llevó pollo con mole, chicharrón en chile rojo y arroz y 25 kilos de tortillas para regalar afuera de la Capilla de la Candelaria de Los Patos.
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Aun así, gastó 6 mil pesos, lo doble que antes, incluido el costo de las flores de la portada de la iglesia, obra de su esposo, Pancho Alcántara Gorlón, de 75, un comerciante que ahora recoge ollas y canastas, mientras su esposa cuenta lo que este año va a pedirle al Niño Dios: “Que nos acompañe a todos, porque vivimos lo que es una crisis muy fuerte, todo el mandado subió, todo, todo. Todo a lo doble”.
Doña a Mary abraza a su Niño Dios, herencia de su familia, todo de madera de más de 100 años de antigüedad, los vagabundos y comerciantes de la populosa Colonia Candelaria de los Patos se limpian aún los bigotes del chicharrón y a la pequeña capilla cercada por juegos de feria van entrando los creyentes con sus Niños Dios en brazos.
El Niño Dios doctor, el Niño Dios enfermero, el Niño Dios Juan Diego, el de la abundancia, con su montón de dinero falso agarrado en la mano como señal de la necesidad.
La novedad este año, según el diácono Juan, encargado de la bendición, han sido los Niños Dios vestidos con turbante y manto, como se vestían en época de Cristo y como se vestían en Qatar, durante el pasado mundial de fútbol.
“Son las modas, se van imponiendo ciertas modas en lo que llamamos religiosidad popular”, dice el religioso vestido de blanco.
“Cada año aconsejamos, ¿verdad?, que los traigan como bebitos, pero los traen de enfermeros, de doctores. Los traen de vestimenta de policías, de bomberos, de santos niños de Atocha. Híjole, ves un catálogo de 100 vestidos diferentes”, dice el diácono, 62 años, descansando en una pausa. Él le ha pedido al Niño Dios protección ante la delincuencia.
“Como siempre, me preocupa la inseguridad. Me preocupa que en algunas comunidades no hay agua, me preocupa la situación política que se está viviendo; está demasiado polarizado todo, ya de plano si no eres mi amigo eres mi enemigo”, comentó. Cada media hora, máximo, se llenan las dos bancas de la capilla adornada de flores frescas.
Mujeres, hombres y niños escuchan y él les da un
El dinero no rindió como siempre, pero el festejo no se suspendió en la Capilla de la Candelaria de Los Patos