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Daniel Sabater hasta que llegó su hora
POR: DIEGO RUBIO
el Murciano, que abandera entre otres y en brazos del nueVo pop a una generación de artistas que Vieron truncada su progresión desde el priMer estadio por la irrupción de la pandeMia, presenta 'ya se Me pasará' (sony, 2022), su priMer disco.
FOTOS: STEVEN BERNHARD
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quizá jugar con las expectativas por los suelos sea una de las claves para enfrentar una carrera musical en tabula rasa. Supongo que es lo que han vivido muchos músicos a los que podemos etiquetar como la Generación Pandemia. “No hay conciertos, no hay contacto real con el público… No puedes disfrutar de lo que es la parte ‘profesional’ de ser músico, pero como en mi caso tampoco sabía de qué iba aquello, pues lo vives como algo normal”. Daniel Sabater, estilizado en minúscula en la línea de la nueva ola de intimidad, representaba uno de estos casos. Cuando empezó a publicar música en 2019 no sabía bien qué era una playlist, y el parón frustró una trayectoria que amenazaba con ser imparable. Ahora, más de dos años después, es bandera de una revolución pop que arrancó a rebufo de Cupido, Ferran Palau o Alizzz, pero que ya ha mutado en un jardín de aromas diferentes. Y en ese contexto presenta su primer trabajo. “Es lo más grande que hecho en mi carrera hasta ahora. Tiene una forma, una intención. Es más compacto, más unitario… No por longitud, sino por intención”.
Allá por julio del año pasado contactó con uno de sus partners musicales de confianza, Roy Borland. Me cuenta vía Zoom desde su casa familiar en Murcia que en tres días cerraron el concepto y definieron cómo querían sonar. Con las cosas claras desde el principio y esa fijación casi obsesiva con la intimidad, fueron dándole el sentido de una relación sentimental “entre dos personas y de cualquier tipo… Hay momentos en los que siento que estoy hablando de mi abuelo, por ejemplo”. Pero quizás lo que mejor sirve para entender el hilo conductor del disco sea la cercanía, la sensación susurrada. La intimidad, en definitiva. De hecho, en muchas canciones se cuelan out-takes, guijarros del making of: “Lo que nos pasa a Roy y a mí es que grabamos muchas cosas, nos lo pasamos muy bien en el estudio y siempre que sale un tema es porque literalmente es el tema que tiene que salir. Entre medias se cuelan sonidos o alguna risa, y nos hace gracia que estén. Luego, viendo el disco más en conjunto, nos dimos cuenta de que sonaba muy personal, y dejar esos fragmentos reforzaba esa idea. Al final somos dos chavales metidos en una habitación grabando algo que yo quiero contar. También hay algo de autoafirmación, una manera de decirle al mundo que esto lo hemos hecho Roy y yo solos, buscando en todo momento esa cercanía, esa honestidad”.
Él mismo se identifica como una persona muy intensa, pero nunca es oro todo lo que reluce. “Luego mi novia me llama mentiroso, y dice que realmente soy frío y seco. Así que supongo que entiendo escribir como una vía de escape para mi yo real. Es una manera de encontrar el equilibrio”. Lo que está claro es que en sus letras siempre se puede encontrar un rayo de esperanza. “No es intencionado, y de hecho me sorprendía que los primeros mensajes que me llegaron reaccionando a mi música solían coincidir en que les transmitía muy buen rollo. Pero al final mi lista de referencias está muy influenciada por el pop mainstream americano, que siempre tiende a lo brillante y a lo emocional en la melodía. Es mi manera de entender la música, y supongo que es normal que se filtre inconscientemente cuando me pongo a hacer canciones”. Se confiesa friki de todos los elementos que rodean al proceso de hacer un disco, desde la inspiración y la composición hasta lo relativo a la producción y el momento concreto de los detalles y los arreglos. Pero reconoce que ha encontrado su verdadera pasión en los ensayos y en montar el directo con su banda -ADN huertano, por supuesto, de la mejor calidad-. “Me flipa jugar con las transiciones, con los golpes de efecto…”.
Entre todas sus influencias está, en el fondo, el eclecticismo que se le presupone a la generación Y2K. “Un poco de todo y de nada”, como él mismo reconoce. Pero también el caldo de cultivo fundamental para la pérdida de complejos y prejuicios en la música. Habla de Rosalía y del impacto que les causó durante la producción la forma en la que la voz está tratada en Motomami, pero también de lo importante que son Boy Pablo o Rex Orange County para definir su personalidad sonora. También de que empezó escuchando AC/DC y tocando con una banda de rock progresivo antes de pasarse al pop comercial y, desde ahí, a lugares más electrónicos y experimentales. “Mi grupo favorito de la adolescencia era Twenty One Pilots, y quizá sí se me ha quedado de ellos esa idea de realizarse siempre de una manera diferente, probando géneros nuevos pero manteniendo una esencia clara. A la hora de componer me flipa esa idea de hacer de todo un poco. Con un orden, pero de todo”. La misma variedad de la que puede presumir la huerta murciana, de la que no solo está saliendo la mejor verdura de Europa, también todo un vergel de músicos excepcionales.
YA SE ME PASARÁ (SONY/ HELSINKI, 2022) Intro / Nadie más / Canción de amor / Un poco más / Qué pasó_ya te olvidaste de mí / Suave / Y LOVE U / De qué sirve / Bolero de desamor / Fue bonito mientras duró / Ya se me pasará CD / DIGITAL / LP
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DIR. CREATIVA: @ DORITO.ES Y @ EDUARDOAEME / FOTO: @ STTEVEENN / ESTILISMO: @ CARLAMENENDEZMORENO / DIR. ARTE: @ ALFREDOP.II Y @ JOR.MORALEEES.GE / MUAH: @ HUGO.TRIXX