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Anna Izquierdo Gilabert lo que un selfie esconde

ANNA IZQUIERDO GILABERT

POR: ANA MIRANDA

“Este es un libro autobiográfico que quiere contar y rememorar esas extrañas sensaciones que atravesé cuando era adolescente, y que surge tanto de la necesidad personal de cerrar esta etapa vital como de volver a retomar esas antiguas imágenes que hacía y que me hacían”.

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“el proyecto empezó en el verano de 2020 cuando, sin pensarlo mucho, comencé a retratar a mi prime, a su círculo y a otras adolescentes que se topaban en mi camino. Pronto me di cuenta que había una distancia muy fuerte entre ellas y yo. No me dejaban conocerlas, sentían mucho más que yo el salto generacional y se mostraban con mucho control. Allí es dónde decidí partir a través de mí para aportar subjetividad a esas imágenes, y es en ese momento que el proyecto realmente nació. En cierta manera, cuando yo fotografiaba a aquellas jóvenes proyectaba en ellas lo que yo había vivido a su edad. Así que decidí no ocultarlo e involucrarme al mismo nivel”.

“Para mí fue vital no esconder la sexualidad en la adolescencia. No infantilizar a la adolescente. Creo que es importante entender que, en muchas ocasiones, las adolescentes son sexuales, que buscan serlo, que están experimentando y buscándose. El problema son los ojos con los que se las mira y no ellas expresando una sana curiosidad sexual, un empoderamiento y un conocimiento de sus cuerpos. El patriarcado ya las sexualizará a su menester desde una temprana edad, creándoles experiencias traumáticas, así que ¿por qué no darles herramientas, crear espacios seguros y dejar que se apropien de sus propios cuerpos de una vez por todas?”.

“La edad de 13 años, no es ningún misterio, es la edad de entrada en la adolescencia, de cambio físico y psicológico más fuerte. El uso de la fotografía a esa edad se vuelve una necesidad real para muchas adolescentes, para entender el cuerpo cambiante, verse desde otra perspectiva y poder en cierta manera fijar esa imagen propia que refleja el espejo. Me

“Las cuatro protagonistas de I’m Okay son cuatro adolescentes de 13 años. La primera es Anastasia Romanov (1), la duquesa rusa que en 1916 se hizo el que es considerado uno de los primeros autorretratos a través de un espejo. La segunda es Francesca Woodman (2), que en 1972 se tomó su primer autorretrato tapándose la cara, el

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primero de una larga serie de autorretratos que tomó la artista durante años. La tercera soy yo misma (4), que una tarde de septiembre de 2007 me tomé fotos con mis amigas Lila y Juliette. La última es Rayan (3), mi prime, que en 2021 me mandó dos de los múltiples autorretratos que se toma con su móvil”. parece una etapa muy potente, porque se juega mucho con la apariencia exterior y no se tiene tanto control de cómo moverse delante de una cámara que el que se tendrá años más tarde. Es también una etapa muy dura, de duelo por el cuerpo infantil, de enormes dudas. Y el uso, a menudo secreto, de la fotografía me parece muy puro y genuino”.

“El planteamiento del volumen fotográfico es mucho más libre que el del tomo escrito. Sencillamente, contrapongo los retratos que he hecho de adolescentes estos últimos años con las imágenes que yo misma me hacía de adolescente, así como imágenes más simbólicas de recuerdos. El libro está lleno de pequeños secretos, de lugares que fueron importantes para mí, de intentos de recrear con imágenes sensaciones personales. Las imágenes de la quinceañera las tomé en febrero del 2020. Fue un sueño poder ser la fotógrafa de un evento como ese. Me imagino que esa fiesta sembró una semilla, sin que yo me diera mucha cuenta, que acabó siendo el libro años más tarde”.

“Al fin y al cabo, la razón por la que las adolescentes se hacen fotos actualmente no está tan alejada de las intenciones o las motivaciones de aquel primer autorretrato de Anastasia de 1916. He procurado indagar en ese sentido, buscando una razón de ser primogénita, siendo consciente de todas las implicaciones e inputs que actualmente tienen las jóvenes, pero empatizando con ellas, entendiendo que el ejercicio tiene una razón de ser mucho más psicoanalítica. Esa ha sido mi pequeña respuesta. Sin embargo, I'm okay, no es un libro que busque necesariamente respuestas. Más bien trata de lanzar preguntas y abrir caminos de reflexión”.

ANNA IZQUIERDO GILABERT

I'm Okay

Terranova 160 páginas (2 volúmenes) Color

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