S O Ñ E M O S Juntos Revista Marista de Pastoral Vocacional
#no 28 - SEPTIEMBRE 2015
Buscar a Dios CONTÁCTANOS... COORDINDADOR PROVINCIAL Hno. Carlos Vélez velezcacho@hotmail.com
COSTA RICA
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EL SALVADOR
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GUATEMALA
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PUERTO RICO
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Y allí estás tú...
(Brotes de Olivo - ¿Cómo te podré pagar?) MIRO A LOS VALLES, MIRO A LOS PRADOS, MIRO Y ALLÍ ESTÁS TÚ, NIÑOS JUGANDO O EN EL REGAZO; MIRO Y ALLÍ ESTÁS TÚ. QUIERO TENERTE SIEMPRE PRESENTE. QUIERO ALABARTE MI DIOS. QUIERO ALABARTE, YO QUIERO ALABARTE, QUIERO ALABARTE MI DIOS. EN EL ENCUENTRO Y EN EL ABRAZO, MIRO Y ALLÍ ESTÁS TÚ. EN COMPAÑÍA O EN SOLITARIO, MIRO Y ALLÍ ESTÁS TÚ. QUIERO TENERTE SIEMPRE PRESENTE. QUIERO ALABARTE MI DIOS. QUIERO ALABARTE, YO QUIERO ALABARTE, QUIERO ALABARTE MI DIOS. EN LAS CLARAS NOCHES Y EN LOS DÍAS GRISES, SIENTO Y ALLÍ ESTÁS TÚ. EN LOS DULCES SUEÑOS Y AGITADAS SIESTAS, SIENTO Y ALLÍ ESTÁS TÚ. EN DÍAS DE PARO O DE INTENSO TRABAJO, SIENTO Y ALLÍ ESTÁS TÚ. TARDES DE DUDAS INCIERTAS Y MUDAS, SIENTO Y ALLÍ ESTÁS TÚ.
http://www.brotesdeolivo.es
¨PADRE de HERMANOS¨ (capítulo 13) Hno. Andrés Carpintero
Con Dios en todo momento. Marcelino, casi agotado, visitó las escuelas de la congregación. Algunos alumnos se confesaron con él. El obispo de Autun había comprado el palacio de Vauban para dárselo como casa de noviciado a una congregación de educadores. Marcelino recibió este obsequio e inauguró el noviciado el día de la Inmaculada. Habló así: —Hermanos, ¡qué distinta es esta casa de la que nos sirvió de cuna en La Valla! El Señor nos concede el céntuplo en esta vida. Hemos dejado cuatro cosas y Dios nos concede un palacio. En él hay peligro de que aflojemos en espíritu de sencillez y pobreza. Eso es lo que temo y me preocupa. Gracias que no hemos buscado esta casa. El señor obispo casi nos ha obligado a aceptarla. Días más tarde animaba a los hermanos a que comieran bien para poder trabajar. Su estómago no le toleraba, apenas, ningún alimento. (Se siguió levantando a la misma hora que los hermanos para decirles la misa. E iba con ellos al comedor, aunque no tomaba nada casi siempre. También iba al recreo y al trabajo.)
Uno de ellos, le tomó del brazo. Desde aquel día no volvió a trabajar en la huerta. El miércoles de ceniza le dio un ataque nefrítico. El dolor se volvía particularmente intenso cuando estaba acostado. En invierno se le hincharon las piernas terriblemente. El hermano Jerónimo se las frotaba para que la hinchazón bajase. El día de san José dio la bendición a los hermanos con el santísimo. Hizo testamento, pasando los bienes a los hermanos de su consejo, declarándoles herederos universales. El padre Maítrepierre le confesó. El Jueves Santo quiso ir a celebrar la eucaristía a Grange-Payre. Se lo quisieron impedir, pero no lo lograron. Fue a caballo. Habló así a los alumnos (que querían ser hermanos): —Recuerden con frecuencia que Jesús les ama mucho, que murió por ustedes y que les prepara la felicidad eterna en el cielo. Amen a la Virgen María. El treinta de abril, con grandes dolores, quiso inaugurar el mes de las flores. Al acabar, exclamó: —Se acabó. La vida se me va.
Los hermanos lloraban porque temían su pérdida. Marcelino les dijo: —Después de mi muerte, todo irá mejor que ahora. El tres de mayo celebró la eucaristía por última vez. Los dolores crecían. El día once recibió los últimos sacramentos en la sala capitular, sentado en un sillón. (Él solo se quitó las medias.) Y les habló: —Ámense. Recuerden que son hermanos, que María es madre de todos; que están llamados a una misma herencia: el cielo. Ámense como les ama Jesucristo, como les ama nuestra Madre. Sopórtense unos a otros. Préstense ayuda y servicio; no olviden que, con caridad, la vida religiosa es dulzura y paraíso en la tierra. Tienen que estar tan unidos, tan acostumbrados a buscar la felicidad común, que se pueda decir de ustedes: «¡Qué hermoso es que los hermanos vivan unidos!» Amen la vocación; consérvenla. He visto morir a muchos hermanos: no he visto ni uno solo que, en el lecho de muerte, se arrepintiera de haberse hecho religioso, ni de morir siendo marista. (Apenas podía seguir hablando.)
Un día, mientras trabajaba, se le cayeron las herramientas de las manos. Los obreros y los hermanos, que mil veces le habían dicho que no trabajara, al ver la escena, lloraban.
El hermano Estanislao le animó: —Creo que María le devolverá la salud antes de que termine el mes de mayo. Pero Marcelino sabía que iba a morir.
Pidió perdón a todos. Los hermanos lloraban. Marcelino también.
DOCUMENTOS de Pastoral
Necesidad de Dios ¿Por qué buscamos a Dios?
Cuando vemos a nuestros amigos nos damos cuenta de que no todos pensamos ni creemos lo mismo. Podríamos pensar que da lo mismo lo que uno crea o qué cosas considera valiosas, pero lo cierto es que nuestras creencias y preferencias influyen en las pequeñas o grandes decisiones que vamos tomando, haciendo que seamos personas de una o de otra manera y con un estilo determinado. Todos buscamos y deseamos ser felices y, por ello, nos esforzamos por conseguir aquellas cosas que pensamos que nos pueden ayudar a serlo cada día más. Cuando en los medios de comunicación aparecen personas que tienen de todo o que son famosas, o cuando nos miramos a nosotros mismos nos damos cuenta de que el dinero, la fama o el placer pueden ayudarnos a ser más felices, pero nunca nos darán la plena felicidad.
Dios conoce todos los obstáculos que podemos encontrar en el camino y que dificultan que podamos llegar a reconocerle. Por ello no se cansa de llamarnos y atraernos de muchos modos, sobre todo por medio del testimonio de otros cristianos, para que encontremos, de este modo, una felicidad que nada ni nadie nos podrá arrebatar.
Señor, enséñame a buscarte y muéstrate a quien te busca.
La Samaritana es esa mujer que buscaba agua con que saciar su sed y se encontró, sin embargo, con Jesús, que es el “agua viva” que sacia todos nuestras aspiraciones. Cuando Jesús le indicó a la samaritana que él le podría dar el “agua viva”, ella no parecía muy convencida en un primer momento. Desconcertada ante la actitud y las palabras de aquel forastero, la samaritana empezó a hacerle preguntas a Jesús para ver si lo que decía era verdad. Al igual que la samaritana, el ser humano se ha preguntado el porqué de Dios como origen y fin de todo lo creado. Buscamos, por tanto, a Dios porque Él, por puro amor, nos ha creado para que le descubramos y seamos felices. La tarea de buscar a Dios exige paciencia y constancia. Por eso Dios nos ha dado la razón y la voluntad, que nos ayudan a buscar a Dios con todas nuestras fuerzas y nuestra mente. Aunque todos podemos llegar a conocer a Dios, muchos, sin embargo, no han llegado a descubrirlo. Las causas de esa realidad son múltiples: • Las condiciones de vida y de trabajo de muchos jóvenes que, ocupados en sobrevivir, no se preguntan por la presencia de Dios en sus vidas. • El modo de vida materialista y pragmático, que lleva a pensar que solo existe o es importante lo que vemos, haciendo creer que Dios o no existe o que no es necesario para nosotros. • El escándalo que suele producir la vida de algunos creyentes, que puede traer como consecuencia que otros rechacen a Dios. • Nuestro propio egoísmo, que nos lleva a preocuparnos solo por nosotros mismos y por nuestros intereses, y nos impide levantar la mirada más allá.
Ea, hombrecillo, deja un momento tus ocupaciones habituales; entra un instante en ti mismo, lejos del tumulto de tus pensamientos. Arroja fuera de ti las preocupaciones agobiantes; aparta de ti tus inquietudes trabajosas. Dedícate algún rato a Dios y descansa siquiera un momento en su presencia. Entra en el aposento de tu alma; excluye todo, excepto Dios y lo que pueda ayudarte para buscarle; y así, cerradas todas las puertas, ve en pos de Él. Di, pues, alma mía, di a Dios: «Busco tu rostro; Señor, anhelo ver tu rostro». Y ahora, Señor, mi Dios, enseña a mi corazón dónde y cómo buscarte, dónde y cómo encontrarte. Señor, Tú eres mi Dios, mi dueño, y con todo, nunca te vi. Tú me has creado y renovado, me has concedido todos los bienes que poseo, y aún no te conozco. Me creaste, en fin, para verte, y todavía nada he hecho de aquello para lo que fui creado. Enséñame a buscarte y muéstrate a quien te busca; porque no puedo ir en tu busca a menos que Tú me enseñes, y no puedo encontrarte si Tú no te manifiestas. Deseando te buscaré, buscando te desearé, amando te hallaré y hallándote te amaré. San Anselmo
NOTICIAS de FAMILIA
ENCUENTROS VOCACIONALES Complejo Educativo Católico “Jesús Obrero” Ateos (El Salvador) En el Complejo Educativo “Jesús Obrero”, en Ateos (El Salvador), hemos dado nuestros primeros pasos en búsqueda de espacios que ofrezcan respuesta a la necesidad que tienen nuestros jóvenes de compartir sus llamadas, sus experiencias e inquietudes que puedan surgir después de la vivencia del tiempo vocacional que cada año se organiza.
El equipo animador que formamos el EPAV, tratamos de darle el dinamismo necesario a cada encuentro. El Hno. Carlos Monroy y Hna. Daysi Contreras nos han acompañado en el arranque de esta experiencia junto a los Hnos. Oscar Laso e Ismael González.
Los Encuentros Vocacionales buscan compartir cada detalle para DARLE COLOR a las vidas de los jóvenes que buscan a Dios en su decisiones.
Recordamos la vida diaria, la familia, el entorno social..., en fin temas que no son ajenos a nuestra realidad y nos ayudan en la reflexión en este proceso de crecimiento.
“No, no temáis, soy yo quien llamo, no, no temáis”. Este canto nos acompañó durante el encuentro. Buscamos la experiencia de sentir la llamada de Dios que llena el corazón con ese gozo y paz cuando se produce el encuentro, cuando cada joven se atreve a seguir buscando respuestas a sus propias dudas, cuando te sientes animado a seguir marcando la vida misma con las huellas de Jesús.
Es muy gratificante estar bendecidos con esta misión en la que podemos encontrarnos con nosotros mismos, con los otros, con nuestro entorno y con Dios. Una misión compartida en la que estamos animados a seguir siendo portadores de herramientas para la vida, para que nuestros jóvenes descubran su caminar y encuentren nuevos retos que seguir.
Los encuentros vocacionales están destinados para los jóvenes de Bachillerato; serán los jueves, alternando los grados para así dar respuesta a todos.
Somos constructores de futuro, caminando de la mano de Dios en nuestro presente.
PARA LA REFLEXIÓN: ¿Cuáles son las prioridades de la gente joven hoy? ¿Y las tuyas? ¿Cómo buscas a Dios en tu vida diaria? ¿Qué aspectos, lugares, personas...te ayudan a encontrarte con Dios?
¿Cómo ha sido hasta ahora tu imagen de Dios? ¿Crees que esto debe cambiar? ¿Por qué?
Te invitamos a realizar tu propia reflexión y compartirla con todos nosotros a través de nuestras redes sociales. e-mail: pastoralvocacional@maristasac.org Twitter: @PVMaristaAC Facebook:Pastoral Vocacional Marista América Central
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