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S O Ñ E M O S untos Revista Marista de Pastoral Vocacional
#no 46 - SEPTIEMBRE 2017
Construyendo el sueño Testigos de Champagnat - parte 1 CONTÁCTANOS... COORDINDADOR PROVINCIAL Hno. Carlos Vélez velezcacho@hotmail.com
COSTA RICA
Hno. René Montes renemon82@gmail.com
La luz de tu mirada. Hermanos, ¡Hermanos! Necesitamos hermanos. Hermanos sencillos. Sembradores del Evangelio. Maestros y catequistas que digan a los niños y a los jóvenes que Dios les ama con infinita ternura.
CUBA
Con la cabeza entre las manos, Marcelino se repetía estas palabras aquella noche del 28 de octubre de 1816.
EL SALVADOR
Eran las mismas palabras que le habían oído repetir mil veces sus compañeros en el seminario.
GUATEMALA
Pero ahora las gritaba con urgencia y con rabia, después de haber visto cómo desaparecía de este mundo, sin remedio, la vida de Juan Bautista Montagne, un muchacho de su parroquia que no sabía nada de Dios, con el que estuvo hablando horas antes…
Hno. Héctor Ávalos hectoravalosgil@hotmail.com Hno. Omar Peña omar.pena@maristasac.org Hno. Edgardo López edgardolopezrios@hotmail.com
NICARAGUA
Hno. Alejandro Herrera h.alejandro.fms@gmail.com
PUERTO RICO
Hno. José Antonio Gónzález jaggfms@gmail.com
En los ojos de ese joven, en su necesidad, Marcelino encontró la fuerza para decidirse a fundar una congregación de hermanos que llevara el nombre de María.
Siempre, al conocer la vida de alguien, podemos hacernos muchas preguntas, dialogar para profundizar en su misterio personal. Dicen las Constituciones de los hermanos Maristas: “Movido por el Espíritu, Marcelino Champagnat quedó cautivado por el amor de Jesús y de María a él y a los demás. Esta experiencia, unida a su apertura a los acontecimientos y a las personas, se convierte en fuente de su espiritualidad… y lo hace sensible a las necesidades de su tiempo…” Los testimonios de hermanos que vivieron con él nos demuestran su tenacidad, perseverancia y confianza en Dios frente al sueño que tenía y que estaba dispuesto a llevar adelante.
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nisl Hno. Esta
Cuando enfermó Marcelino, todos los hermanos querían irse, porque no teníamos ni dinero ni futuro.
Marcelino me había encargado de cuidar especialmente a los hermanos jóvenes de la comunidad. Un día de invierno que había nevado muchísimo fuimos a visitar al hermano Juan Bautista que estaba enfermo en BourArgental. Marcelino, a pesar del mal tiempo, quiso volver a La Valla. Yo lo acompañé. Llevábamos dos horas de camino, estábamos muy cansados, y nos perdimos. Yo no podía caminar. Tenía los pies helados… Marcelino me animaba, llevándome del brazo y rezando: Acuérdate, Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ti, buscando tu protección y reclamando tu socorro, haya sido abandonado… Perdí el conocimiento. Me desperté en una casa… Sé que María, nuestra Madre buena, nos salvó cuando Marcelino logró ver una luz a través de la nieve. Como también nos ayudó cuando, en el Hermitage, muy enfermo nuestro fundador, todos los hermanos se querían ir porque no teníamos dinero ni futuro. Yo se lo conté todo al padre Champaganat, busqué dinero y sobre todo, confié en la ayuda maternal de María…
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co R s i c n a r F no.
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…mi vida al lado de Marcelino ha sido el regalo más maravilloso. Mi vida, al lado del padre Champagnat y con los demás hermanos, ha sido el regalo más maravilloso que ha podido recibir de María. Si tuviera que hablar de Marcelino, lo resumiría en lo que escribí: Al Padre Champagnat le hemos conocido bien: todos sabemos cómo era. Cuando hablábamos con él, nos repetía las mismas cosas, luego nos abrazaba, nos hablaba al corazón. Era firme y enérgico, y su mirada nos hacía temblar, pero sobre todo era bueno, era un padre. Y al fundar el Instituto ha querido fundar una familia, en la que los superiores sean padres y los demás sean hermanos entre sí. Cuando murió escribí a todas las comunidades: Queridos hermanos: En trance tan doloroso les invitamos a confundir sus lágrimas y esperanzas con las nuestras. Lloramos a un tierno padre, digno superior y fundador, sacerdote santo de María, nuestro apoyo, guía y consuelo. Ahora nos toca recoger y seguir con esmero sus últimas y conmovedoras instrucciones, hacer que viva en cada uno de nosotros imitando las virtudes que admiramos en él y apiñarnos más que nunca alrededor de nuestra buena y tierna Madre.
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M Hno. Luis
Que no haya entre ustedes más que un solo corazón y un mismo espíritu.
Me tocó recoger las palabras del testamento espiritual del padre Champagnat. Se las leí a todos los hermanos, en su habitación, mientras el hermano Francisco sostenía la cabeza de Marcelino: Os ruego también, muy queridos hermanos, con todo el cariño de mi alma y por el que ustedes me tienen a mí, que vivan de tal modo que la caridad perviva siempre entre ustedes. Ámense unos a otros como Jesucristo les ha amado. Que no haya entre ustedes más que un solo corazón y un mismo espíritu. Ojalá se pueda decir de los hermanitos de María lo que se decía de los primeros cristianos: “miren como se aman…” Pido además a Dios, y anhelo con toda mi alma, que perseveren fielmente en el santo ejercicio de la presencia de Dios, alma de la oración, de la meditación y de todas las virtudes. Que la humildad y la sencillez sean la característica de los hermanitos de María. Una filial y tierna devoción a nuestra Madre buena les aliente en todo tiempo y lugar: háganla amar cuanto puedan en todas partes. Les dejo, confiadamente, en los sagrados corazones de Jesús y María; espero que nos podamos reunir todos en la eternidad bienaventurada. Tal es mi última y expresa voluntad, para gloria de Jesús y de María. Al terminar, los hermanos le pidieron, llorando, que no los olvidara ante Dios. - ¿Olvidarles?, eso será imposible. – dijo Marcelino.
“hacer que viva en cada uno de nosotros y apiñarnos alrededor de nuestra Madre… hacer que viva en cada uno de nosotros…” (Hno. Francisco Rivat)
La vida de estos tres hermanos fue marcada por la de Marcelino y su sueño. Ellos fueron fieles testigos de su tesón y confianza en Jesús y María. Para tu trabajo y reflexión personal: • ¿Qué ideas de su pensamiento quieres destacar? • Si decimos que debemos ser como María, ¿qué entiendes por esta expresión? • ¿Qué te parecen los testimonios de quienes vivieron con Marcelino? • ¿Cómo valoras las palabras del hermano Estanislao? • ¿Cómo deben ser las comunidades maristas según el testamento del padre Marcelino recogido por el hermano Luis María? • ¿Qué mensaje te deja la carta que el hermano Francisco dirige a las comunidades con motivo de la muerte de Marcelino? • ¿Qué debemos hacer para que Marcelino viva en nosotros? No te olvides de compartirlo con todos a través de nuestras plataformas.
Detalle curioso del BICENTENARIO MARISTA La oficina de correos del Vaticano, el Ufficio Filatelico e Numismatico, ha diseñado un sello postal para el bicentenario marista, que se vende desde el 7 de septiembre. El sello tiene el costo de €1 Euro y su lanzamiento coincide con el inicio del 22º Capítulo General del Instituto Marista en Rionegro, Colombia. El diseño, de Patrizio Daniele, representa elementos maristas como la Buena Madre, San Marcelino Champagnat, la Cruz, la mesa de la primera comunidad de hermanos en La Valla (Francia), rodeada de hermanos y laicos cuidando a los niños. La oficina general de comunicaciones de la casa general llevó a cabo la iniciativa junto con el Vaticano, aunque la idea se originó por parte de la asociación de los antiguos alumnos de la Escuela Marista San Leone Magno en Roma.
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