Enfoque evangelizador de los centros educativos maristas

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Enfoque evangelizador de los centros educativos maristas Provincia Marista de América Central

Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar


Tabla de contenidos Introducción ........................................................................................................................................... 4 I.

Claves contextuales para la acción educativa y pastoral ............................................................... 5 Sociedades en cambio ........................................................................................................................ 5 Sociedades jóvenes y llenas de esperanza ......................................................................................... 6 Sociedades pluralistas, multiculturales y multiétnicas ....................................................................... 7 Sociedades con nuevas estructuras familiares ................................................................................... 7 Sociedades en tensión con los modelos económicos regionales ....................................................... 8 Sociedades con modelos educativos en crisis .................................................................................... 8 Sociedades convulsionadas ................................................................................................................ 8 Violencia e irrespeto a la vida ........................................................................................................ 8 Desigualdad de oportunidades y pobreza ...................................................................................... 8 Corrupción ...................................................................................................................................... 9 Pandillas, maras ............................................................................................................................. 9 Narcotráfico ................................................................................................................................... 9

II. Nuestro fundamento evangelizador ................................................................................................ 11 Ofrecemos una formación integral .................................................................................................. 11 Promovemos el diálogo entre la fe, la cultura y la vida ................................................................... 11 Nuestra propuesta educativa es esencialmente evangelizadora ..................................................... 12 Jesús está en el corazón de nuestra misión ................................................................................. 12 Colaboramos en la construcción de la comunidad eclesial .......................................................... 12 Optamos decididamente por la vida y la esperanza .................................................................... 13 Educamos en la fe desde diferentes escenarios escolares ........................................................... 14 Evangelizamos al estilo marista .................................................................................................... 15 Toda la comunidad educativa se implica en los procesos y se capacita ...................................... 16 Desde la especificidad vocacional ................................................................................................ 16 Desde la corresponsabilidad ........................................................................................................ 17 III. Opciones metodológicas para la educación y evangelización marista ............................................ 18 Desarrollar la misión compartida desde una Iglesia-­‐Comunión ....................................................... 18 Impulsar la comunidad como propuesta educativa ......................................................................... 18 Testimoniar la comunidad en medio de la educación .................................................................. 19 Formar y animar la comunidad educativa .................................................................................... 19 Diseñar un proyecto educativo que gire en torno a la comunidad .............................................. 19 Creer en la comunidad cristiana, culmen de la evangelización .................................................... 20 Poner a la persona en el centro del proyecto educativo: ................................................................ 20 2 | P á g i n a


Escuchar a los destinatarios, especialmente a los niños y los jóvenes ........................................ 20 Fundamentar la obra escolar sobre la atención a la persona del alumno y las relaciones interpersonales. ........................................................................................................................... 20 Favorecer el trato individual y acompañamiento personal .......................................................... 20 Desarrollar procesos de formación e innovación permanente como comunidades de aprendizaje ......................................................................................................................................................... 20 Los objetivos de la formación ....................................................................................................... 20 Los temas claves de nuestro tiempo ............................................................................................ 21 Responsabilidad personal y formación compartida ..................................................................... 21 Iniciar a la vida y a la fe .................................................................................................................... 21 Impulsar la solidaridad desde opción por los pobres ....................................................................... 22 Desarrollar pastoralmente la síntesis de fe-­‐vida y cultura ............................................................... 22 Implantar una organización corresponsable .................................................................................... 24 Equipo y Departamento de pastoral con los sectores pastorales ............................................... 24 Coordinador de pastoral general o de secciones y auxiliares de pastoral ................................... 25 Agentes ........................................................................................................................................ 25 Algunas intervenciones pastorales ............................................................................................... 25 VI. Retos y opciones evangelizadoras para las obras educativas maristas en América Central y Puerto Rico ....................................................................................................................................................... 27

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Introducción 001 Marcelino Champagnat consignó para el desarrollo del Instituto una misión que permanece entre nosotros: “Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”, y creó un estilo particular de educación y evangelización centrado en los valores y actitudes de María. En el escenario educativo de las primeras escuelas, desarrolló una perspectiva y una clara conciencia de la importancia de integrar ambos componentes de manera armónica y evolutiva. Por ello, educó evangelizando y evangelizó educando. Entreveró elementos que hoy contemplamos como una unidad, fundamentada en la clara conciencia del valor del ser humano, de su dignidad, y en la visión trascendente como hijos de Dios. Así la construcción del Reino se realiza día a día en las aulas y actividades diversas en la medida en que propugnamos una educación integral e integradora, donde el anuncio y vivencia de los valores evangélicos ocupan un lugar central. 002 Somos conscientes, por motivos analíticos y metodológicos, que “dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar” supone una claridad conceptual y un acercamiento particular al saber hacer bien el proceso educativo y el proceso evangelizador. En la medida en que comprendamos el aporte específico de cada proceso por separado, así como su integración efectiva, estaremos ofreciendo a la sociedad y la Iglesia un aporte significativo. 003 Este documento, en su dimensión divulgativa, pretende ser una referencia para el diálogo y la clarificación con docentes, personal no docente, directivos, padres de familia y agentes de pastoral. Ayuda a establecer un punto de partida para explicar y desarrollar el enfoque evangelizador de nuestros centros, desde una integración de sus componentes. En su dimensión referencial, aporta a la comprensión de los fundamentos y opciones metodológicas del esfuerzo evangelizador de los centros. En su dimensión propositiva, nos lleva a acordar decisiones que coordinen e impulsen esta dimensión en cada centro de la Provincia. 004 Es nuestro deseo que María, Buena Madre, primera discípula y peregrina en la fe, nos acompañe en esta ruta y nos ayude a desarrollar plenamente nuestra misión como Instituto en los tiempos actuales. En sus manos amorosas y en su corazón, colocamos confiados nuestros anhelos y más altas aspiraciones.

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I. Claves contextuales para la acción educativa y pastoral Sociedades en cambio 005 Las sociedades centroamericana y puertorriqueña1 compartimos una constante de nuestra época: el cambio en los más amplios y diversos escenarios sociales y culturales. La evolución social en las últimas décadas ha transformado la concepción de mundo, de sociedad y de cultura que se poseía previamente. Los fenómenos como la globalización, el cambio del dominio de los bloques políticos, la interconexión cultural, las redes sociales, la generalización y masificación de los medios e 2 instrumentos de comunicación, han desarrollado una nueva forma de vivir en el mundo, de 3 visualizar y de sentir los valores . Esta forma ha producido cambios positivos en la conciencia global 4 y ha introducido nuevas maneras de interpretar y valorar las situaciones, contextos y personas . Ha sido un cambio radical. 1. La novedad de estos cambios, a diferencia de los ocurridos en otras épocas, es que tienen un alcance global que, con diferencias y matices, afectan al mundo entero. Habitualmente, se los caracteriza como el fenómeno de la globalización. Un factor determinante de estos cambios es la ciencia y la tecnología, con su capacidad de manipular genéticamente la vida misma de los seres vivos, y, con su capacidad de crear una red de comunicaciones de alcance mundial, tanto pública como privada, para interactuar en tiempo real, es decir, con simultaneidad, no obstante las distancias geográficas. Como suele decirse, la historia se ha acelerado y los cambios mismos se vuelven vertiginosos, puesto que se comunican con gran velocidad a todos los rincones del planeta. 5 2. Ahora vivimos en un mundo pendular multidireccional. Ya no oscila sólo entre Oriente y Occidente, entre capitalismo y socialismo, entre norte y sur. Más que pasar de un periodo de paz a otro de guerra, transitamos de una guerra contenida, con focos delimitados, a un tiempo de guerra explícita y mundializada. Tal vez lo que más cuesta pensar es que dejamos una etapa en que esas distintas confrontaciones podían experimentarse en forma relativamente separada y entramos a un periodo en que todas las disputas, las que mencioné y muchas otras, se cruzan y potencian.6 006 Para poder comprender este complejo escenario, podemos anotar someramente seis claves interpretativas: 1. La comunicación ha dejado de ser una cuestión de medios para convertirse en una de fines: aparecen no sólo nuevas máquinas o medios sino nuevos lenguajes, sensibilidades, saberes y escrituras, marcada por la hegemonía de la experiencia audiovisual sobre la tipográfica. La alteración incluye la comunicación misma, la forma de convivir y el sentido del lazo social. Más allá de la vida de aldeas, pueblos y barrios, incluso del estado-­‐nación, hoy realmente, surge la experiencia del mundo. 2. La interconexión pone en evidencia lo que supone “estar juntos” y la comprensión de las crisis políticas, económicas, religiosas, étnicas, estéticas y sexuales. Nunca ha emergido 1

No se incluirá Cuba en las referencias regionales debido a la imposibilidad de obras educativas formales maristas en este momento. “Surgimiento de una nueva forma de entender la sociedad y el mundo, con valores reformados y nuevos códigos éticos”. Contágiate de Vida. Hermanos Maristas. 3 Proyecto Educativo Provincial, 2009-­‐2014. Hermanos Maristas, Guatemala, 2008. 4 “Cultura de lo virtual, donde a veces, el espacio normal de comunicación sea el chat, el celular, etc. limitando la relación interpersonal (que exige compromiso)”. Contágiate de Vida. Hermanos Maristas. 5 CELAM (2007). Documento de Aparecida, 34 6 Jesus Martín-­‐Barbero. La globalización en clave cultural: una mirada latinoamericana. Departamento de Estudios Socioculturales. ITESO, Guadalajara. MÉXICO, citando a N.García Canclini 2

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culturalmente con tanta fuerza la necesidad de reconocimiento y de sentido, de pertenecer y de compartir con. De esto, los jóvenes son principales actores y testimonios. Los cambios en la vida cotidiana de las familias y de la gente son notables, en sus adaptaciones a nuevas influencias culturales, antes ajenas, y a nuevas formas de vida y de organización económica. La identidad se ha transformado. Hasta hace muy poco decir identidad era hablar de raíces, de raigambre, territorio, y de tiempo largo, de memoria simbólicamente densa. Decir identidad hoy implica también hablar de redes, y de flujos, de migraciones y movilidades, de instantaneidad y desanclaje, raíces móviles, o mejor de raíces en movimiento. Como afirma Eduard Delgado, “sin raíces no se puede vivir pero muchas raíces impiden caminar”. En lo que se refiere las culturas tradicionales -­‐campesinas, indígenas y negras, estamos ante una profunda reconfiguración, que responde también a la intensificación de su comunicación e interacción con las otras culturas de cada país y del mundo. En la ciudad y en las culturas urbanas es donde se desarrollan las nuevas identidades -­‐ conceptos de lo nacional, tradiciones locales y flujos de información trasnacionales-­‐, donde se configuran nuevas formas de ciudadanía, representación y participación política; donde se dirigen los nuevos modos de estar juntos (comunicarse, vestir, relacionarse…), especialmente entre las generaciones más jóvenes. En el campo cultural, aparece con más fuerza la exaltación de la libertad y la conciencia individual como fuente subjetiva de valores. Se nota un repunte progresivo y ascendente del 7 relativismo moral y una reducción del papel social de la religión como sistema de cohesión . En algunos ámbitos, ésta se ha transformado en un producto de consumo, que subsiste en el contexto de un amplio sentido creyente de la vida por parte de nuestras sociedades. Se percibe una clara tendencia hedonista, que inhibe el surgimiento de preguntas sobre el 8 sentido y fin de la existencia o el valor mismo de la persona, e impulsa a la evasión . En contraste, surgen nuevos valores positivos como la solidaridad, la integración, la ciudadanía responsable, la ecología, entre otros.

007 La acción educativa y pastoral ha evolucionado desde posiciones estables y conservadoras para responder a un conjunto de sociedades más dinámicas, aceleradas y en cambio constante, profundamente marcadas por los acontecimientos de confrontación y pobreza. Dichos quiebres marcan ritmos y enfoques distintos en las acciones educativas y pastorales según las diferencias de los destinatarios. En este sentido, la diferenciación entre clases sociales y sus diversas expectativas, así como entre las áreas rurales y las urbanas con sus complejidades, lanzan nuevos retos al horizonte educativo y pastoral.

Sociedades jóvenes y llenas de esperanza 008 Los países de la Provincia (Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Puerto Rico y Cuba, y la obra hermana de Honduras) vibramos con la presencia abundante de niños y jóvenes, que componen una importante parte de la sociedad y que reflejan el futuro potencial de la misma. Esta niñez y juventud, reflejo del alto índice de natalidad y de la presencia de familias con un promedio de hijos superior a otras regiones del mundo, generan una sensación de posibilidad y de reto de futuro. La pastoral y la educación emergen así como dos elementos fundamentales para la construcción de la Iglesia y de las sociedades mismas, desde un proyecto transformador. Como aspecto positivo, estas generaciones están más conscientes, junto a sus educadores y agentes de pastoral, del “valor fundamental de la persona, de su conciencia y experiencia, la búsqueda del sentido de la vida y la trascendencia”9. Se muestran más claras en su libertad personal y en el 7

Veritatis Splendor, 84 “Creación de una personalidad híbrida, donde se conjugan los valores y contravalores de la cultura global con la propia; donde ésta cada vez se va perdiendo, dando paso a la dominante”. Contágiate de Vida. Hermanos Maristas. 9 Aparecida, 52 8

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cuestionamiento de los paradigmas tradicionales. Viven con más intensidad la experiencia personal, lo vivencial y lo testimonial.

Sociedades cultural, étnica y religiosamente plurales 009 El progreso de las sociedades centroamericanas hacia una democratización progresiva y los acuerdos de paz, que dieron fin a años de conflictos armados internos en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, han permitido el fortalecimiento de la pluralidad política e ideológica en la región. El avance es lento aunque progresivo y la consolidación del estado de derecho es todavía incipiente. Costa Rica y Puerto Rico aportan una tradición democrática solidificada por largas décadas de activismo civil. 010 Las sociedades actuales son más conscientes de su pluralidad, y de la composición multicultural y multiétnica de sus raíces. El desarrollo de esta conciencia ha fomentado una especial sensibilidad para atender la diversidad y aceptar los rasgos de la propia sociedad, en una constante tensión entre lo local y lo global, la mayoría y las minorías. Esto afecta la construcción social del concepto de la nacionalidad, incide en la mentalidad de las generaciones nuevas respecto a sus raíces, altera los paradigmas culturales y las escalas de valores en un diálogo constante con un mundo diverso e interconectado10. 011 El ambiente social plural se percibe también en el ámbito religioso. La tradición católica de nuestros pueblos coexiste con un crecimiento progresivo de los movimientos evangélicos. Esto se hace evidente en los alumnos y familias que ingresan a nuestros centros educativos y pastorales. El 11 reto evangelizador que supone la pluralidad religiosa para la pastoral y la configuración de la identidad de las escuelas continuará presente en el futuro inmediato.

Sociedades con nuevas estructuras familiares 012 En el conjunto de nuestra provincia, la familia ha ido experimentando un cambio progresivo en su estructuración así como en sus funciones sociales. Las familias poseen con más frecuencia organizaciones diferentes (mono-­‐parentales, abuelos-­‐padres, adopciones,…). Están constituidas por 12 menos miembros que en el pasado, y se observa una mayor descristianización . Se da el grave fenómeno de las crisis familiares, la ruptura del seno familiar, el abandono de los hijos, la absorción exhaustiva de los padres en el mundo del trabajo, el doloroso rostro de la pobreza y la marginalidad. Las consecuencias sobre la educación de los hijos se van evidenciando en elementos 13 sobreprotectores (por ejemplo, atención egocéntrica , cultura del éxito…) o en el descuido de las obligaciones básicas por negligencia o incapacidad real y en la falta de sustrato religioso sólido14. 013 La familia es a veces factor de apoyo o bien de dificultad en la labor evangelizadora de la escuela. Algunas familias poseen comportamientos que no siempre están en sintonía con la propuesta educativa marista mientras que otras manifiestan una clara identidad católica. Dentro de la comunidad creyente general, sin embargo, existe una mayor conciencia de la identidad y responsabilidad educativa de la familia cristiana. Hay una mayor insistencia en la mayor atención a la 10

Cfr. Aparecida, 44 “Retorno a la trascendencia desde un sistema espiritualista, que se acomoda en un Dios a su medida”. Contágiate de Vida. Hermanos Maristas. 12 Dávalos, Luis Adalberto. Nuevos paradigmas en torno a la evangelización en la escuela y su influencia en la pastoral vocacional. (sin fecha) 13 “Búsqueda de afectos en la simulación, el placer momentáneo y la falta de estabilidad emocional”. Contágiate de Vida. Hermanos Maristas. 14 Aparecida, 40: Entre los presupuestos que debilitan y menoscaban la vida familiar encontramos la ideología de género, según la cual cada uno puede escoger su orientación sexual, sin tomar en cuenta las diferencias dadas por la naturaleza humana. Esto ha provocado modificaciones legales que hieren gravemente la dignidad del matrimonio, el respeto al derecho a la vida y la identidad de la familia. 11

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calidad de las relaciones interpersonales en su seno y en el cuidado de la educación de los hijos. La familia es consciente de la necesidad de afrontar los retos de su propio crecimiento.

Sociedades en tensión con los modelos económicos regionales 014 Los modelos económicos prevalentes en los actuales países de la provincia se sostienen en el libre mercado y en los elementos de la teoría neoliberal. Se fundamentan en la cultura del consumo, como aspiración profunda, y generan un individualismo pragmático y narcisista. Las ideologías políticas, sin embargo, varían desde tendencias de izquierda (Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica) a las de derecha (Puerto Rico, Honduras), polarizadas por la influencia constante de Estados Unidos y su contraposición ideológica regional Cuba-­‐Venezuela15. Sin embargo, los modelos e ideologías actuales y pasadas no han podido resolver los problemas de fondo de las mayorías y el acceso a las condiciones mínimas de vida. De hecho, la prevalencia de la mayoría de la población en el desempleo, subempleo o empleo mal remunerado y la reducida clase media existente contrastan con una clase pudiente con amplio acceso y control de la riqueza.

Sociedades con modelos educativos en crisis 015 En términos globales, los modelos educativos de la región difieren entre la intencionalidad positiva de sus documentos y la ineficacia real del sistema para impulsar efectivamente el desarrollo cultural y social. Los centros educativos privados, en especial los católicos y los maristas, se perciben como escenarios de responsabilidad y calidad para dar respuesta tanto a la crisis educativa del sistema general como a la percepción de conflicto de valores en la sociedad. 016 Las desigualdades en el acceso educativo se mantienen constantes en términos generales en la región. Existe una insuficiencia estructural para atender tanto la cobertura como la retención escolar y se ve agravado por problemas como la inequidad, especialmente entre las niñas y las mujeres. Todos los países han emprendido reformas educativas que se pueden calificar como positivas y con diseños adecuados, en su mayoría con currículos por competencias, pero no hay indicadores para su adecuado seguimiento y evaluación, de manera que se desconoce su avance o logros reales. Existen débiles mecanismos de cooperación horizontal en esta materia.

Sociedades convulsionadas Violencia e irrespeto a la vida 017 La violencia constituye en la región uno de los flagelos más lacerantes de nuestra convulsionada realidad. Los índices de homicidios y asesinatos, de extorsiones, robos y asaltos han crecido alarmantemente en casi todos los países particularmente en Guatemala, El Salvador y Honduras, donde prevalece una sensación de inseguridad e impunidad generalizada. Los datos de Nicaragua, Costa Rica y Puerto Rico son más consoladores, pero se nota una tendencia al deterioro. Nuestras obras se encuentran hoy, con más frecuencia que antes, afectadas de una u otra forma por los incidentes de violencia e inseguridad circundantes y por las consecuencias sobre sus destinatarios. 018 La violencia, generada por diversas razones, afecta particularmente a los niños y jóvenes y lacera a las mujeres, como poblaciones más vulnerables. Deja en la desprotección a numerosas familias y huérfanos a muchos niños y niñas.

Desigualdad de oportunidades y pobreza 019 La pobreza constituye el reto de mayores dimensiones para el desarrollo de las naciones de nuestra región. Bien sea en sus expresiones más profundas en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, menores en Costa Rica, y sectoriales en Puerto Rico, es un factor de inestabilidad y falta de 15

Aparecida, 74: Sin embargo, vemos con preocupación el acelerado avance de diversas formas de regresión autoritaria por vía democrática que en ciertas ocasiones derivan en regímenes de corte neopopulista.

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oportunidades que incide directamente en la niñez y la juventud. Cierra las puertas del desarrollo a las actuales y futuras generaciones. Niega los servicios básicos de salud y protección social y conlleva la deshumanización lacerante de muchas comunidades y personas. La presencia pastoral y educativa sigue siendo altamente estimada como factor de promoción y apoyo social, y constituye una de las opciones de las presencias maristas en sectores y con poblaciones marginadas. 020 La situación de las mujeres es claramente más desventajosa que la de los hombres. En toda la región, el valor del Índice de Desarrollo Humano desciende cuando se examina las desigualdades que sufren las mujeres en educación, salud e ingresos. Asimismo, las mujeres están peor ubicadas en el mundo laboral y en la participación política, tal como refleja el Índice de Potenciación del Género (IPG). En el ámbito educativo y eclesial, la mujer tiene un papel protagónico en las tareas docentes y catequéticas, que ha permitido impulsar sus potencialidades y dar pasos en su liderazgo, mientras se responde a las necesidades de las comunidades y de la Iglesia.

Corrupción 021 La corrupción16, producto de estados débiles, representa uno de los lastres más notables que afecta a la conciencia ciudadana y su confianza en el estado de derecho. Los procesos de democratización atraviesan dificultades reales cuando se encuentran con estados limitados en su capacidad para luchar contra la impunidad y la aplicación regular de la ley y los procedimientos. Las generaciones de jóvenes están cobrando conciencia de su responsabilidad en la construcción de estados más democráticos y menos corruptos.

Pandillas, maras 022 Uno de los fenómenos más notables y sangrientos en Guatemala, El Salvador y Honduras, y poco o casi nada presentes en Nicaragua, Costa Rica y Puerto Rico, son las pandillas juveniles o maras. Estas estructuras de asociación juvenil han integrado a los jóvenes en círculos denigrantes de violencia, explotación y extorsión, y parecen retar a la capacidad social de los estados para controlarlas, disminuirlas y ofrecer a sus integrantes actuales y futuros alternativas de solución viables. Muchos jóvenes pierden sus vidas y su dignidad en estos grupos. En algunos contextos, los destinatarios maristas deben sobrevivir, e incluso han sido víctimas, de las acciones delictivas e intimidatorias de estos grupos. Algunos de nuestros estudiantes han fallecido por esta causa.

Narcotráfico 023 La presencia del narcotráfico en las estructuras sociales y políticas es cada vez mayor y más notoria. De igual forma, las posibilidades de acceso y consumo de sustancias prohibidas por parte de los jóvenes, y la utilización de éstos como intermediarios, ha sufrido un incremento en las últimas décadas. Las situaciones de dependencia, alienación y violencia se han multiplicado en los últimos años de manera alarmante. Entre los consumidores jóvenes, la búsqueda de gratificación inmediata se ve incentivada por la debilidad familiar y la búsqueda de un hedonismo fomentado socialmente. Los destinatarios de nuestras obras no están libres de las presiones ambientales y de la presión del narcotráfico.

Trabajo infantil 024 En nuestra región, más de 1.9 millones de niños y niñas ven amenazadas sus posibilidades de estudiar y salir del círculo de la pobreza, porque a diario deben ganarse el sustento trabajando. La existencia de la infancia trabajadora contribuye a perpetuar el subdesarrollo y es un caldo de cultivo para dramáticos conflictos sociales. Además, la gran mayoría de las niñas y niños que trabajan son ayudantes de sus padres o madres, y no reciben remuneración. Gran parte de la infancia trabajadora 16

Aparecida, 70: “Es también alarmante el nivel de la corrupción en las economías que involucra tanto al sector público como al sector privado, a lo que se suma una notable falta de transparencia y rendición de cuentas a la ciudadanía. En muchas ocasiones, la corrupción está vinculada al flagelo del narcotráfico o del narconegocio y, por otra parte, viene destruyendo el tejido social y económico en regiones enteras.” Además, Cfr. Aparecida 77

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divide su tiempo entre el trabajo y el estudio, pero con el correr de los años, la escuela suele perder la partida. El trabajo precoz y la deserción del sistema educativo conducen a tocar el techo de posibilidades profesionales a edad muy temprana. Eso puede asociarse con un cúmulo de descontento social y tentaciones de ingresar los círculos de la delincuencia. El trabajo infantil en la región es una muestra más de la constante violación de los derechos económicos, sociales y culturales. 17

Deterioro ambiental 025 Nuestro istmo centroamericano, con los 30 millones de habitantes en proceso acelerado de crecimiento poblacional, acomodados dentro de un territorio que escasamente supera los 500,000 kms2, confronta hoy una crisis de carácter ecológico que repercute negativamente en su desarrollo económico y social. Alterando y destruyendo los ecosistemas, consumiendo y mal disponiendo de los recursos naturales, contaminando el ambiente terrestre, acuático y aéreo, la presente explosión poblacional del istmo no solamente constituye un reto para la superación económica de nuestros pueblos, sino además, un riesgo permanente a la sobrevivencia de los mismos, como individuos que aspiran a vivir sanos e igualmente saludables.

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Muñoz, Néfer en: http://www.tierramerica.net/2003/0505/noticias4.shtml

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II. Nuestro fundamento evangelizador Ofrecemos una formación integral 026 Nuestros centros educativos son lugares de aprendizaje, vida y evangelización18. Como escuela asumimos la tarea de acompañar al niño y al joven en su proceso educativo para aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir19 en el marco de un currículo orientado hacia la vida. Nuestra identidad cristiana nos lleva a dar a conocer a Jesucristo y a acompañar a quienes deciden seguirlo20. Somos, finalmente, maristas, pues en nuestro estilo pedagógico y pastoral, legado por Marcelino Marcelino Champagnat, acentuamos las actitudes de María como educadora de Jesús en Nazaret21 en el trato con nuestros destinatarios. 027 Concebimos nuestra tarea como un proceso armónico22 en donde crecimiento humano y evangelización no son vías paralelas, contrarias o alternativas23: la formación intelectual, afectiva, física y espiritual24 posibilita que nuestros destinatarios lleguen a ser personas íntegras y esperanzadas, con un profundo sentido de responsabilidad orientadas a la transformación del mundo y la conservación de lo creado25 descubriendo con ello que el Dios de Jesús da sentido a la vida y compromete en la extensión de su Reino.

Promovemos el diálogo entre la fe, la cultura y la vida 028 Reconocemos que Dios se ha revelado de maneras muy diversas en la historia y la cultura de los pueblos26. Desde la perspectiva cristiana intentamos que en nuestros centros surja un diálogo respetuoso y constructivo en el que la fe, la vida y la cultura27 promuevan lo mejor del ser humano y la convivencia pacífica y constructiva, desarrollando “el ser cristiano y buen ciudadano”. 029 Ponemos especial atención en identificar las tendencias socioculturales y religiosas del entorno en que vivimos ya que inciden de manera directa en la conciencia y el bienestar de nuestros educandos28. Con paciencia, ayudamos a cultivar en ellos una nueva manera de ser, de mirar, de comprender y tratar la realidad, de considerar a las personas, los acontecimientos y las cosas29. Los animamos a expresar sus búsquedas, aspiraciones y planteamientos utilizando los lenguajes que les son propios30. Les ofrecemos un nuevo proyecto de persona y sociedad basado en los valores evangélicos, e invitamos gradualmente a adherirse de manera libre y consciente a él y a todo lo que comporta de afirmación31, crítica32 o denuncia33 de todo aquello que no posibilita la solidaridad, la 18

Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 126 Cf. UNESCO, “La Educación: un tesoro escondido dentro”, Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional para la Educación en el siglo XXI, J. Delors, presidente, UNESCO, Paris, 1996 20 Cf. Pablo VI, Declaración Gravissimum Educationis Momentum, 8, en http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-­‐ii_decl_19651028_gravissimum-­‐ educationis_sp.html 21 Cf. Hermanos Maristas, Constituciones de los Hermanos Maristas, 84, en http://www.intratext.com/X/ESL0018.htm 22 Cf. Congregación para la Educación Católica, Dimensión religiosa de la Educación en la Escuela Católica, 98 en http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccatheduc/documents/rc_con_ccatheduc_doc_19880407_catholic-­‐ school_sp.html 23 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 70, 76 y 170 24 Cf. Conferencia Episcopal Española, La escuela católica. Oferta de la Iglesia en España para la educación del siglo XXI, 24 en http://www.conferenciaepiscopal.es/documentos/Conferencia/EscuelaCatolica.html 25 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 70 y 140 26 Cf. Compañía de Jesús, Características de la Educación de la Compañía de Jesús, 38 en http://www.fundacionloyola.org/loyola/ini-­‐ E42/descargas/Uno/Id/D213/Caracteristicas_de_la_Educacion.pdf 27 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 144 28 Cf. Ídem, 56 29 Cf. Congregación para la Educación Católica, La escuela católica, 31 en http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccatheduc/documents/rc_con_ccatheduc_doc_19770319_catholic-­‐ school_sp.html 30 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 81 31 Ídem 32 Cf. Congregación para la Educación Católica, Dimensión religiosa de la escuela católica, 52 19

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justicia y la fraternidad, valores medulares de la nueva ciudadanía y del proceso de construcción del Reino.

Nuestra propuesta educativa es esencialmente evangelizadora Jesús y su Evangelio están en el corazón de nuestra misión 030 Presentamos a Jesús como una persona real a la que se puede llegar a conocer, amar y seguir34. Es el fundamento de nuestra misión y el marco de referencia de nuestro proyecto educativo35. En Jesús y su propuesta del Reino vemos a Dios que viene a nuestro encuentro para que podamos “tener vida y tenerla en plenitud”36. Sus palabras y acciones responden a nuestras aspiraciones más profundas. Nos trae a todos salud y esperanza. Perdona a los pecadores reconciliándose con la debilidad humana. Acoge con amor especial a los pobres y a los marginados. Nos enseña a orar. Denuncia las estructuras de dominación, poniéndose del lado de los oprimidos. Proclama una nueva visión de la sociedad humana que comienza con el amor de los unos a los otros, incluyendo a los enemigos, y nos invita a compartir el pan de vida, y a superar las divisiones que hemos originado a causa de la raza, la diferencia social, la riqueza, el sexo o cualquier otro motivo de exclusión37. Su muerte y resurrección revelan la profundidad del amor del Padre y el poder de Dios para desterrar el mal a favor del bien, inspirando nuestra esperanza como no lo hace ningún otro acontecimiento de la historia. Su Espíritu continúa obrando en nuestro corazón y en nuestra sociedad, redimiendo, liberando y reconciliando. Con fe respondemos a la acción de Dios en nuestra historia y nos dejamos transformar. Esta es la Buena Noticia de Jesús, “Camino, Verdad y Vida”38. 031 Elegimos estar presentes entre los niños y jóvenes de la misma manera que Jesús estaba con los discípulos en el camino de Emaús: respetando su conciencia y su ritmo de entender las cosas, compartiendo con amor sus preocupaciones, caminando a su lado como hermanos y hermanas, desplegando gradualmente ante ellos la riqueza y la relevancia de la visión transformadora que tiene Jesús de los hombres y del mundo39.

Colaboramos en la construcción de la comunidad eclesial 032 Fieles al espíritu de familia legado por Marcelino Champagnat, nuestras escuelas son lugares con vocación de acogida, servicio, propuesta e invitación evangelizadora a todos, especialmente a los más necesitados y excluidos40 (diakonía). Proporcionamos una experiencia de comunidad cristiana, de manera que lleguen a sentirse miembros de la Iglesia local (koinonía). Procuramos que participen activamente en las comunidades que celebran y alimentan su fe en la Palabra y en el Sacramento (liturgia). Los animamos a que sean ellos mismos testigos de la Buena Noticia en sus relaciones cotidianas, en sus diversos ambientes culturales y sociales (martyria). Facilitamos la iniciación sacramental a aquellos que lo piden41. 033 Asumimos que nuestra acción educativo-­‐evangelizadora está interrelacionada con otros escenarios educativos y eclesiales, que inciden en el desarrollo de los niños y los jóvenes, por lo que se hace necesaria una pastoral de conjunto42; por ello buscamos la integración de nuestros proyectos dentro de la Iglesia local43. Tomamos en cuenta sus orientaciones y consideramos los 33

Cf. Uriarte, Juan. El sentido de una escuela cristiana hoy, p.8 en http://www.elizagipuzkoa.org/home/dokumentuak/boletinak/EL%20SENTIDO%20DE%20UNA%20ESCUELA%20CRISTIANA%20H OY.pdf 34 Cf. Hermanos maristas, Misión Educativa Marista, 71 35 Cf. Conferencia Episcopal Española, La escuela católica, Oferta de la Iglesia en España para la educación del siglo XXI, 38 36 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 72 37 Ídem, 73 38 Ídem, 74 39 Ídem, 78 40 Cf. Diócesis de Bilbao, La escuela católica, cauce de evangelización, p.2 en www.bizkeliza.org/fileadmin/bizkeliza/web/doc_edu/la_escuela_catolica.doc; Gravissimum educationis, 9 41 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 84 42 Cf. Diócesis de Bilbao, op. cit., p.10 43 Cf. Ídem, p.63

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posibles efectos de nuestras líneas de acción en ella y en las comunidades cristianas del entorno44. Compartimos, además, nuestra experiencia educativa y evangelizadora y aprendemos de la experiencia de otros. Ayudamos a las autoridades de la Iglesia a mantenerse en contacto con la realidad de nuestra acción apostólica y pastoral. Compartimos nuestros proyectos pastorales y educativos con otras instancias eclesiales y educativas e intentamos contribuir al diseño y la práctica de las políticas educativas en el ámbito local y nacional45.

Optamos decididamente por la vida y la esperanza Promovemos una cultura vocacional 034 La calidad de relaciones al interior de nuestras comunidades educativas crea el terreno para que se desarrolle una cultura vocacional46. Despertamos en niños y jóvenes el gusto por las grandes preguntas sobre el sentido de la vida y, mediante itinerarios educativos personalizados y compromisos graduales de servicio, los acompañamos al descubrimiento de las diversas opciones de vida: celibato, matrimonio, sacerdocio y vida consagrada47. La vivencia gozosa de nuestra propia vocación y profesión, como religiosos o laicos maristas, propone la vida como un don e invita a discernir el proyecto amoroso que Dios Padre tiene para cada quien: •

Los Hermanos, de manera especial, somos signo no solamente de una determinada vocación, sino del dinamismo vocacional como forma de vida, pues representamos la opción de vivir atentos a la llamada de Dios, que se manifiesta continuamente en la vida cotidiana48. Los laicos maristas mostramos a los destinatarios y a la Iglesia el valor de esta opción vocacional como camino de seguimiento de Cristo, al estilo de María, dentro de la inserción en el mundo y en la diversidad de experiencias laicales.

035 Mediante nuestros programas de formación permanente de agentes educativos y de pastoral evidenciamos la dimensión vocacional que cada uno tiene y las posibilidades de participación en la creación de un ambiente escolar propositivo y fecundo49. Evangelizamos educando y educamos evangelizando 036 Evangelizar educando es la fórmula que expresa el fin de nuestras escuelas (evangelización) y el marco en que se desarrolla (educación). La acción de educar ya construye en sí misma el evangelio en medio de los niños y jóvenes y desarrolla el Reino. Configuramos nuestro servicio evangelizador como una serie de itinerarios educativos pedagógicamente cualificados50, en los que cada miembro de nuestra comunidad está invitado a abrirse a la dimensión humana y religiosa de la vida y a la propuesta del Evangelio, de tal manera que penetre y transforme sus procesos de comprensión, conciencia, libertad y acción haciéndose capaz de entregarse a los demás a ejemplo de Jesús51. Desde la escuela marista y a través de la acción pastoral, desarrollamos discípulos y misioneros52. 037 Educamos cuando evangelizamos, ya que al anunciar explícitamente a Jesús y ofrecer un testimonio de vida coherente con el Evangelio, transformamos nuestra realidad personal y social 44

Cf. Compañía de Jesús, op.cit., 97 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 165 46 Cf. Colombo, Antonia, La escuela, lugar privilegiado de evangelización, p.3 en http://www.salesianoslitoral.org.ar/files/sei/escuela_lugar_privilegiado_evangelizacion.doc. 47 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 90 y 184 48 Cf. Congregación para la Educación Católica, Las personas consagradas y su misión en la escuela. Reflexiones y orientaciones, 56 en http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccatheduc/documents/rc_con_ccatheduc_doc_20021028_consecrated-­‐ persons_sp.html 49 Congregación para la Educación Católica, Las personas consagradas y su misión en la escuela. Reflexiones y orientaciones, 59 50 Cf. Juan Pablo II, Catechesi tradentae, 58 en http://multimedios.org/docs/d000083/; Gravissimum educationis, 4 51 Cf. Congregación para el Clero, Directorio General para la Catequesis, 147 en http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cclergy/documents/rc_con_ccatheduc_doc_17041998_directory-­‐for-­‐ catechesis_sp.html 52 Cf. Documento de Aparecida 45

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haciéndonos más humanos y abiertos. Ejercemos la crítica frente a las realidades que desvirtúan o robotizan al ser humano y le cierran las puertas a una calidad de vida mejor53. 038 Siguiendo las orientaciones de nuestros Obispos Latinoamericanos54 intentamos desarrollar una educación evangelizadora capaz de: •

Humanizar y personalizar al hombre, para crear en él el lugar donde pueda revelarse y ser escuchada la Buena Nueva: el designio salvífico del Padre en Cristo y su Iglesia.

Integrarse al proceso social latinoamericano impregnado por una cultura con raíces cristianas en la cual coexisten valores y antivalores, luces y sombras, y, por lo tanto, necesita ser constantemente reevangelizada.

Ejercer la función crítica propia de la verdadera educación, procurando regenerar permanentemente las pautas culturales y las normas de interacción social que posibiliten la creación de una nueva sociedad, verdaderamente participativa y fraterna, es decir, educación para la justicia.

Convertir al educando en sujeto, no sólo de su propio desarrollo, sino también al servicio del desarrollo de la comunidad.

Educamos en la fe desde diferentes escenarios escolares 039 Nuestra acción evangelizadora involucra a toda la escuela en sus escenarios, tiempos y personas. Para llevarlo a cabo, podemos organizar nuestro quehacer en diferentes sectores: •

Sector de Pastoral Familiar. Este sector dirige su acción pastoral hacia los padres de familia o la familia en su conjunto. Con su intervención pastoral coordina y anima las actividades que dentro del centro escolar van orientadas en esta línea, especialmente la Escuela de Padres, las convivencias y/o retiros con padres de familia.

Sector de Pastoral Docente y Consejería. Este sector pastoral vela por la asistencia espiritual y cristiana de los profesores y personal no docente del centro escolar. Ayuda a que éstos tomen progresiva conciencia de su identidad cristiana y marista y de las exigencias que implica colaborar en un centro escolar católico.

Sector de Pastoral Estudiantil. Formado por las personas que animan la atención pastoral de todos los estudiantes del centro educativo en actividades específicas que implican a todo un curso, sección o nivel: convivencias, reflexión-­‐oración inicial de la mañana, mes de Mayo y mes Marcelino Champagnat, etc.

Sector de Pastoral de Solidaridad. Este sector pastoral está atento a que toda la acción en línea de solidaridad desarrollada en el Centro educativo, esté impregnada de sentido evangélico y marista ya sea planificando acciones específicas o cuestionando y motivando la orientación cristiana de quienes las programan.

Sector de Pastoral de Catequesis Sacramental. Está integrado por todos los catequistas y responsables de coordinar la preparación y celebración sacramental de la Primera Comunión y Confirmación realizada en el Centro educativo con aprobación de la Diócesis.

Sector de Pastoral Litúrgica. Coordina y anima las celebraciones y tiempos litúrgicos en el Centro Educativo. Vela porque el año escolar esté acompasado con la vivencia litúrgica de la Iglesia Universal, a su vez propicia el acercamiento de los miembros de la CEM al encuentro con Jesús en los sacramentos de la reconciliación y eucaristía.

53 54

Cf. Uriarte, Juan. op.cit., p.4 Cf. III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de Puebla, 1027-­‐1030 en http://multimedios.org/docs/d000363/

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Sector de Educación Religiosa Escolar. Está integrado por todos los profesores y profesoras que imparten la clase de Religión. Su función específica es garantizar que la educación religiosa sea impartida integrando en cuanto sea posible los lineamientos trazados por la Institución escolar y por las directrices dadas por la Provincia Marista, el Ministerio de Educación y la Conferencia Episcopal del país.

Sector de Pastoral Vocacional. Tiene como finalidad cuidar el nacimiento, el discernimiento y el acompañamiento de las vocaciones:55de todas las vocaciones, la vocación laical marista y en particular la vocación a la vida consagrada marista.

Sector de pastoral de movimientos infantiles y juveniles. Tiene como finalidad acompañar a los niños y jóvenes en su proceso de maduración progresiva, ayudándoles a crecer dentro del carácter distintivo de cada movimiento.56 A través de ellos promovemos un catecumenado infantil y juvenil que complete y culmine la iniciación cristiana.

Sector de pastoral del Movimiento Champagnat de la Familia Marista. Está integrado por las personas que pertenecen a las Fraternidades que se reúnen periódicamente en el centro educativo.

Sector de pastoral con personal administrativo y de mantenimiento. Vela por la asistencia espiritual y cristiana del personal administrativo y de mantenimiento. Ayuda a que éstos tomen progresiva conciencia de su identidad cristiana y marista y de su colaboración activa en un centro marista.

Sector de pastoral con exalumnos/as. Promueve iniciativas que favorezcan en los exalumnos/as la referencia afectiva y efectiva en sus vidas a los valores maristas, y su implicación en nuestras tareas pastorales y sociales.57

Evangelizamos al estilo marista 040 Nuestro estilo educativo se fundamenta en una visión verdaderamente integral de la educación, que busca conscientemente comunicar valores. Utilizamos una metodología pedagógica peculiar que Marcelino y los primeros Maristas iniciaron y que era innovadora en muchos aspectos58. Las características particulares de nuestro estilo educativo son: presencia, sencillez, espíritu de familia, amor al trabajo y seguir el modelo de María59. •

Educamos, sobre todo, haciéndonos presentes entre los jóvenes, demostrando que nos preocupamos por ellos personalmente60.

Mostramos preferencia por la sencillez de método. Nuestra manera de educar, como la de Marcelino es personalizada, práctica, basada en la vida real61.

Nuestro espíritu de familia se antepone a la idea de una educación orientada a los resultados que no respeta la dignidad y las necesidades de cada persona62.

El amor al trabajo exige una preparación cuidadosa de nuestras clases y actividades educativas: corrección de las tareas y de los proyectos de los alumnos, planificación y

55 Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Postsinodal sobre la formación de los sacerdotes en la situación actual Pastores Dabo Vobis, 25 marzo 1992, 34. 56 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 148. 57 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 157. 58 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 97 59 Ídem, 98 60 Ídem, 99 61 Ídem, 105 62 Ídem, 110

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evaluación de nuestros programas, y apoyo complementario para aquellos que presenten cualquier tipo de dificultad63. •

El aspecto mariano de nuestra espiritualidad se manifiesta, ante todo, en el deseo de imitar las actitudes de María para con los demás y con Dios64.

Toda la comunidad educativa se implica en los procesos y se capacita 041 Todos compartimos un interés común por el éxito de nuestro trabajo y nos sentimos corresponsables65 con los que están en puestos de responsabilidad para planificar, animar y evaluar nuestra labor. Los que ejercen tareas directivas pueden fomentar esa corresponsabilidad distribuyendo el trabajo y estableciendo estructuras para coordinar nuestros esfuerzos y asegurar una amplia participación en la toma de decisiones66. 042 En calidad de educadores, estamos llamados a desempeñar funciones de responsabilidad en lo profesional y en lo pastoral. Participamos en programas orientados a adquirir competencia personal en esta tarea, tratando de buscar juntos los métodos y estrategias más adecuados para educar a la juventud de hoy, y profundizar en el conocimiento del carácter específico de la educación y la espiritualidad católica marista67.

Desde la especificidad vocacional La comunidad de Hermanos 043 Los que somos Hermanos, además de brindar nuestras cualidades personales, contribuimos con los dones que provienen del carácter profético de nuestras vidas de consagrados68. Nos hacemos presentes en la escuela no porque seamos portadores de Dios, sino porque buscamos a Dios y nos sentimos llamados por Él para encontrarlo allí69. Nuestra misión es develar a los niños, jóvenes, educadores y otras personas su Presencia en el proceso educativo diario70. Aspiramos a ser maestros y guías expertos en vida espiritual antes que profesionales de cualquier materia71. Nuestra razón de ser no está en la promoción educativa o excelencia académica sino en mostrar que ellas son signo del proyecto de Dios que quiere una humanidad salvada y reconciliada72. 044 Como comunidad ofrecemos a todos el signo profético de una vida fraterna. Promovemos lazos humanos y espirituales y favorecemos la colaboración y enriquecimiento mutuo de todos73. Al establecer nuestras prioridades en la dedicación del tiempo demostramos que las personas son más importantes que los programas o los horarios. Las tareas académicas y profesionales no relegan a un segundo puesto la relación personalizada y cercana de los niños y jóvenes y sus familias74. 045 Fomentamos el compromiso solidario. Evitamos avalar con nuestra presencia situaciones claramente injustas u ofensivas para los pobres75. 046 Asumimos, finalmente, el compromiso de hacer vida en el presente el carisma que hemos heredado y reproducir con valor y audacia la creatividad y santidad de Marcelino Champagnat y los primeros hermanos76. 63

Ídem, 113 Ídem, 121 65 Cf. Congregación para la Educación Católica, Dimensión religiosa de la escuela católica, 32 66 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 47 67 Ídem, 163 68 Ídem, 40 69 Cf. Botana, Antonio. La nueva presencia del Hermano en la Escuela, p.15 en http://www.lasalle.org/media/pdf/fam_lasaliana/relato_continua/23_es.pdf 70 Cf. Botana, Antonio. La nueva presencia del Hermano en la Escuela, p.17 71 Cf. Juan Pablo II, Vita Consecrata, 55 en http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_exhortations/documents/hf_jp-­‐ ii_exh_25031996_vita-­‐consecrata_sp.html 72 Ídem,, 73 73 Cf. Botana, Antonio. Op.cit., p.12 74 Ídem., p.29-­‐30 75 Ídem, p.25 64

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Los laicos maristas 047 Los que somos Laicos ofrecemos nuestras propias cualidades así como los frutos de nuestro compromiso personal, nuestra profesionalidad y la experiencia que tenemos de las circunstancias ordinarias de la vida familiar y social77. Como la sal en la comida, manifestamos la profundidad que se esconde en la vida cotidiana, e inmersos en ella, testimoniamos las tres dimensiones de la misión de Cristo: consagrar el mundo a Dios, ser profeta de un futuro distinto y estar al servicio de los demás78. Con nuestra misión en la escuela contribuimos a que las nuevas generaciones descubran el rostro de Dios y tengan vida en abundancia79.

Desde la corresponsabilidad 048 Los que formamos parte del Consejo directivo80 y del Equipo de pastoral impulsamos y propiciamos la dimensión comunitaria. Llevamos a cabo procesos de reflexión y análisis que nos permitan discernir y tomar decisiones con criterios evangélicos. Con nuestra cercanía, disponibilidad y servicio estimulamos el sentir y quehacer evangelizador de toda la comunidad educativa y fomentamos el ambiente propicio para el crecimiento de la persona al estilo de Jesús, acorde a los criterios de los Proyectos Educativo y Pastoral. 049 Los que somos educadores81 desarrollamos nuestro compromiso evangélico a través de nuestra labor educativa en las respectivas áreas y campos del saber, y también fuera de ellas. Con nuestra vocación personal y competencia profesional, asumimos corresponsablemente los proyectos y nos dedicamos a preparar a los jóvenes para que puedan insertarse adecuadamente en el mundo universitario y laboral, en la sociedad y en la Iglesia. 050 Los que formamos parte del personal no docente, administrativo y de mantenimiento contribuimos con nuestro trabajo al buen ambiente de la escuela, asumiendo el papel de agentes evangelizadores desde la labor que desempeñamos, especialmente, desde el amor al trabajo bien hecho, la sencillez y cercanía propias del espíritu marista. 051 Los que somos padres y madres de familia82 somos los primeros y principales responsables de la educación de nuestros hijos. Al inscribirlos en la escuela marista asumimos que la evangelización es un terreno de diálogo, confrontación y colaboración. Como miembros de la Comunidad Educativa, participamos tanto en la reflexión sobre las necesidades formativas de los niños y jóvenes, en la realización de las propuestas educativas y evangelizadoras como en las oportunidades de formación humana y cristiana que se ofrecen en diferentes modalidades. 052 También los que somos alumnas y alumnos sabemos que constituimos el centro de la misión educativa y estamos llamados a ser protagonistas del crecimiento y de la vida de la Comunidad. Aportamos nuestro entusiasmo y creatividad intentando con ello ser evangelizadores de nuestros propios compañeros y de aquellos que más nos necesitan.

76

Cf. Juan Pablo II, Vita Consecrata 37 Cf. Hermanos Maristas, Misión Educativa Marista, 41 78 Cf. Hermanos Maristas, En torno a la misma mesa. La vocación de los laicos maristas de Champagnat, 37 en http://issuu.com/maristasiberica/docs/en_torno_a_la_misma_mesa 79 Ídem, 42 80 Cf. Pastoral Juvenil Salesianas, Líneas de Animación Pastoral en la Escuela, p. 10-­‐11 en http://www.pastoraljuvenilsalesianas.com/image/L%C3%8DNEAS%20DE%20ANIMACI%C3%93N%20PASTORAL.doc. 81 Cf. Congregación para la Educación Católica, La Escuela Católica, 35 82 Ídem, 47 77

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III. Opciones metodológicas para la educación y evangelización marista Desarrollamos la misión compartida desde una Iglesia-­‐Comunión 053 La raíz de lo que entendemos como misión compartida, y por lo tanto, de sus expresiones concretas en nuestra labor, se encuentra en la forma en que la Iglesia se comprende a sí misma hoy como comunión misionera83. Con el impulso del concilio Vaticano II, la Iglesia adquirió un nuevo nivel de conciencia: “la misión atañe a todos los cristianos”84 y se puede realizar en la comunión de unos con otros, ya sean laicos o consagrados, pero también en la cooperación con todos los hombres de buena voluntad85. En adelante, comunión y participación constituyen un criterio esencial para el desarrollo de la misión compartida, válido para todo cristiano. Construimos así una Iglesia-­‐signo del Reino, desde lo que somos y de la llamada de Dios para todos, como hermanos y hermanas. La misión se encuentra entrelazada con este don. Por El nos sentimos convocados, apasionados y en camino. 054 Hermanos y laicos hemos recibido el don del carisma de Marcelino. Por tanto, somos compañeros en la misión marista, y corresponsables para llevarla a cabo con ilusión. Nos inspiramos unos a otros para crecer en fidelidad al carisma, descubriendo nuevos aspectos en su riqueza espiritual y en su dinamismo para el apostolado86. 055 Nuestro sentido de misión compartida se extiende de manera particular a los padres, respetando su “deber primordial” de educar a los hijos. Inspirados en el proceder de Marcelino los recibimos con amabilidad, les escuchamos y “trabajamos junto con ellos”. Es un proceso de reciprocidad: nos ayudamos unos a otros a conocer y a orientar mejor la situación concreta y las necesidades educativas de sus hijos87. 056 La gestión educativa y pastoral de una obra puede ser reflejo de la espiritualidad que testimoniamos. Cuando el espíritu de familia preside nuestras relaciones e inspira un modelo corresponsable, disminuyen las tensiones internas y aumenta la fecundidad de la obra88. 057 Para Marcelino era fundamental que las obras maristas estuvieran integradas en la pastoral de conjunto de la Iglesia local. Este espíritu inspira hoy nuestra relación con las parroquias y las diócesis, al igual que nuestro deseo de compartir el don de nuestro carisma89.

Impulsamos la comunidad como propuesta educativa90 058 El cristianismo, en su esencia, es comunión que se concreta en el amor al prójimo. En Cristo descubrimos que una misión común nos une en comunidad y, a su vez, la comunidad nos impulsa hacia la misión91. Estamos convencidos de la importancia de la dimensión comunitaria de la escuela como una condición clave para lograr la formación integral del alumno, y la subrayamos porque sin tal dimensión resultaría difícil transmitir el núcleo de la fe cristiana. Asumimos alegres el reto de hacer de la escuela un proyecto de comunión, o lo que es lo mismo, plantear la comunidad como propuesta educativa fundamental. Fundamos esta propuesta en algunos elementos positivos que desglosamos a continuación. 83

Cf. INSTITUTO DE LOS HERMANOS MARISTAS, Misión Educativa Marista, México, Progreso, 1998, 34. JUAN PABLO II, Redemptoris missio, 2 85 Gaudium et spes, 43. 86 Cf. Ibid., 41. 87 Cf. Ibid., 45. 88 Cf. INSTITUTO DE LOS HERMANOS MARISTAS, En torno a la misma mesa. La vocación de los laicos maristas de Champagnat, Roma, 2009, 53. 89 Cf. Misión Educativa Marista, 46. 90 ANTONIO BOTANA, La nueva presencia del Hermano en la Escuela, pág. 26-­‐29. 91 Cf. INSTITUTO DE LOS HERMANOS MARISTAS, Agua de la Roca. Espiritualidad marista que brota de la tradición de Marcelino Champagnat, Roma, 2007, 95. 84

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Testimoniamos la comunidad en medio de la educación 059 Marcelino Champagnat transmitió a los primeros hermanos un modo de relacionarse basado en el ejemplo de María. Vivían un ambiente familiar, de hogar, de cercanía. Ese sentimiento de fraternidad iba con ellos allá donde fueran y formaba parte del estilo educativo de sus escuelas. A esta forma de relación, la llamamos espíritu de familia y es para nosotros parte fundamental de la herencia que nos legó Marcelino. Es la característica de nuestro carisma que, desde el primer momento, más atrae a las personas, la que nos dota de singularidad. Es nuestro gran signo profético92. 060 Los maristas reafirmamos la calidad de nuestra propia vida fraterna, y la ofrecemos como un signo. La vida fraterna “es un acto profético, en una sociedad en la que se esconde, a veces sin darse cuenta, un profundo anhelo de fraternidad sin fronteras”93. Testimoniar comunidad en medio de la educación es, bajo cierta perspectiva, un elemento importantísimo en nuestra escuela94. 061 La fuerza del espíritu de familia nos congrega a quienes vivimos el carisma marista en una nueva familia de seguidores de Cristo al estilo de María95. Este espíritu de familia propicia espacios y tiempos para compartir la fe y la vida: engendra comunidad. A ejemplo de Jesús, María y Marcelino, nos reunimos con otros para caminar juntos, compartiendo y ayudándonos a crecer en la fe y la misión96.

Formamos y animamos la comunidad educativa 062 Como sencillo testimonio de la comunión, los maristas nos proponemos ser artífices de comunión y “fomentar la espiritualidad de la comunión”97 entre las personas que comparten nuestra misión. Asumimos como función irrenunciable la formación y animación de la comunidad educativa; y dentro de ella, siempre que sea posible, la comunidad cristiana integrada por religiosos y laicos. Impulsamos procesos en los que, de forma gradual, se vayan creando lazos entre todos los miembros de la comunidad educativa marista: • • •

comenzando por los lazos que fomentan la solidaridad entre las personas, la valoración mutua y la corresponsabilidad en el proyecto común; continuando por los lazos de comunión en la fe, la comunicación de la experiencia de Dios y la sintonía con los valores y el mensaje del Evangelio; llegando, finalmente, a los lazos del servicio eclesial y vocacional desde la conciencia de sentirse mediadores de Dios y de la Iglesia para la misión, y portadores de un carisma que hay que garantizar comunitariamente.

Diseñamos un proyecto educativo que gira en torno a la comunidad 063 La comunidad como propuesta educativa es la finalidad del proceso de comunión establecido entre educadores y agentes en beneficio de nuestros destinatarios. Los Hermanos y laicos maristas desde la conciencia de ser fermento profético, nos empeñamos en que el proyecto educativo gire en torno a la comunidad y la creación de comunidad, y proponemos así un modelo alternativo de persona frente a una sociedad masificada e individualista. Además nos comprometemos a que la escuela se estructure y plantee como lugar de encuentro, de convivencia, de escucha, de comunicación.

92

Cf. En torno a la misma mesa, 68. JUAN PABLO II, Vita Consecrata, 85. 94 Cf. Código de Derecho Canónico, c. 619. 95 Cf. En torno a la misma mesa, 78. 96 Cf. Ibid., 84. 97 Cf. Vita Consecrata, 46,51. 93

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Creemos en la comunidad cristiana, culmen de la evangelización 064 La culminación de nuestra propuesta educativa es la comunidad cristiana. Por eso ofrecemos un proceso de iniciación a la comunidad cristiana, y proporcionamos su experiencia inmediata a través de grupos de catequesis, de pastoral infantil y juvenil y de evangelización, ya sea en su estructura propia, ya sea en colaboración con la parroquia, la diócesis o los movimientos eclesiales. Al Hermano y al laico comprometido en procesos evangelizadores les corresponde velar de forma especial y empeñarse en ello con su participación personal más directa.

Ponemos a la persona en el centro del proyecto educativo:98 Escuchamos a nuestros destinatarios, especialmente a los niños y los jóvenes 065 La construcción del ambiente evangelizador lo sostenemos en la escucha atenta del mundo de nuestros destinatarios, en especial de los niños y de los jóvenes, de sus trasfondos y de sus subculturas. La comprensión compasiva y atenta nos ayuda a conectar activamente con sus necesidades y sus sensibilidades. Sus realidades, en ocasiones difusas para los adultos, cobran significado en el ejercicio de búsqueda y encuentro que emprendemos. De esta forma, podemos dar pasos para adaptar nuestros lenguajes y expresiones para conectar mejor y responder mejor.

Fundamentamos nuestra obra escolar sobre la atención a la persona del alumno y las relaciones interpersonales. 066 Por la manera en que establecemos las prioridades en la dedicación del tiempo, nuestras comunidades educativas deben ser signo de que las personas son importantes, que merece la pena dedicar tiempo a la escucha, al acompañamiento,... especialmente a los más necesitados o marginados.

Favorecemos el trato individual y acompañamiento personal 067 Centramos el proyecto educativo en las necesidades reales de los jóvenes y destinatarios que acuden a nuestra escuela y grupos pastorales y no solamente en programas previamente diseñados. Esta nota resalta en nuestro centro educativo, de tal manera que “se configura como escuela para la persona y de las personas”99. Hacemos nuestro mejor esfuerzo por tratar a cada uno en consonancia con su individualidad. Desde una actitud de confianza, particularmente a los niños y jóvenes, les animamos a hacerse responsables y protagonistas de su propia educación y a colaborar en la educación de los demás. 068 Tratamos que la atención personal, o en estructuras grupales , se prolongue en un acompañamiento activo, en el diálogo y la escucha atenta. Esta será una de las prioridades para asegurar la vitalidad de una educación personalizada.

Desarrollamos procesos de formación e innovación permanente100 como comunidades de aprendizaje Los objetivos de nuestra formación 069 Los objetivos de la formación nos ayudan a iniciarnos, revitalizarnos y mantenernos en un ciclo vital de aprendizaje constante, que nos nutra en las dimensiones profesionales, humanas, cristianas y maristas. Se da a través de procesos integrales y también integradores, ayudando a responder coherentemente a los retos de la misión y a unificar nuestra vida en Cristo101. 98

Cf. La nueva presencia del Hermano en la Escuela, pág. 30-­‐31. CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, La escuela católica en los umbrales del tercer milenio, Roma, 1997, 9. 100 Cf. La nueva presencia del Hermano en la Escuela, pág. 29-­‐30. 101 Cf. En torno a la misma mesa, 160, 161. 99

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070 La formación permanente además nos ayuda a revivir el itinerario fundacional en nuestro tiempo, a descubrir y aplicar al presente el dinamismo que movió al Fundador a poner en marcha un proyecto de evangelización, a releer el carisma a la luz de los desafíos y posibilidades actuales y descubrirlo como raíz y profecía, y dejarse inspirar por él para dar respuesta a los problemas actuales.

Los temas claves de nuestro tiempo 071 La actualización es un deber de justicia que todos realizamos para nuestra formación profesional o misional. Hoy se vuelve clave introducir además temas cruciales de nuestro tiempo, aquéllos donde se juega hoy la visibilidad del Reino de Dios en nuestra tierra. En la formación permanente profundizamos temas como: las causas que generan el empobrecimiento de nuestros pueblos, el movimiento de género, la explotación de la infancia, los grandes retos ecológicos, la migración, las aspiraciones y las frustraciones de los jóvenes, la situación de la familia, el pluralismo religioso, los fundamentalismos, la globalización, la interculturalidad, etc.

La responsabilidad personal y formación compartida 072 No es suficiente con tener una buena planificación de formación permanente ni un modelo de formación “a lo largo de la vida”. Cada uno de nosotros debe asumir en su proyecto personal el compromiso de la formación constante y sostener el reto de la actualización. 073 Nuestros procesos de formación tienen una fuerte carga comunitaria102. Creemos en la experiencia como camino de crecimiento: experiencia leída, interpretada y compartida. La formación la compartimos comunitariamente. Dentro de esta experiencia, desarrollamos iniciativas nuevas y audaces de formación conjunta de Hermanos y laicos. Tenemos ante nosotros el desafío de ayudar a nacer una nueva vida marista y fortalecer la que existe, haciéndola más creativa, fiel y dinámica. De nuestra respuesta depende el futuro103.

Acompañamos en la vida y en la fe 074 Comprendemos la evangelización y la educación como procesos dinámicos y globales que se realizan entrelazados y unitariamente. La evangelización, como proceso de iniciación, no consiste sólo en dar a conocer a Jesús sino que promueve el cambio interior de la persona y la renovación de la humanidad, transformando con la fuerza del Evangelio los criterios, valores, puntos de interés, líneas de pensamiento, modelos de vida desde la perspectiva del Reino de Dios. La evangelización adapta su mensaje a las diversas situaciones y lo actualiza constantemente. La educación, a su vez, es otro proceso de iniciación a través del cual un individuo entra a participar en un grupo social, se integra en las relaciones de sus componentes, participa e interviene en su historia. El resultado es la adquisición de una identidad y la incorporación plena a su grupo vital. Emerge de esta manera un reto para nuestras escuelas y proyectos de pastoral que consiste en reorganizar todo nuestro proyecto educativo marista partiendo del principio que la persona no se realiza fundamentalmente en la posesión de contenidos, sino en el establecimiento de unas relaciones adecuadas con su entorno, con las personas, con la sociedad, con la naturaleza, con Dios. 075 Nuestras escuelas son un lugar de encuentro, de convivencia, de escucha, de comunicación. Son un escenario donde los miembros de la comunidad educativa se convierten en actores de un aprendizaje constructivo basado en la experimentación de valores. En medio de esta comunidad se acepta y se decide no solo elaborar y formular el proyecto educativo, sino vivirlo y sostenerlo juntos para hacerlo vivir. 076 La decisión de iniciar a la fe nos hace reconocer con realismo los diferentes niveles de su vivencia: desde los que prescinden de ella en su vida hasta los que la consideran como una 102 103

Cf. Ibid., 159. Cf. Ibid., 169.

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dimensión fundamental. Para unos y otros, desarrollamos un proyecto de comunión al servicio de la misión educativa que reconoce diferentes niveles del proceso evangelizador: •

El primero, aprender a ser persona. Nos centramos en hacer pasar de una situación previa de pasividad en el mundo y la iglesia a una situación crítica y activa. Desarrollamos una pedagogía que ayuda al estudiante o destinatario pastoral a hacer camino permitiéndole profundizar en su propio misterio hasta llegar al umbral de la fe. Ello conlleva descubrir la propia dignidad, reconocer la capacidad de elegir y decidir en base a unos valores básicos de respeto, solidaridad, creatividad e interioridad; cultivar expectativas, preparar personas que se nieguen a aceptar la realidad actual como única perspectiva posible y se empeñen en su transformación; generar preguntas al interior de la persona e incitar a la búsqueda de respuestas. El segundo es aprender a ser creyente, es decir, hacer una lectura trascendente de las experiencias existenciales de la condición humana (vida, muerte, dolor, enfermedad, violencia, etc.) llegando con ello a la invocación de un Dios que interviene en la historia. Nos empeñamos en proporcionar las claves para un discernimiento religioso, de tal forma que los contenidos curriculares adquieran sentido y significado, transformándose en “cultura” capaz de abrir el pensamiento a una nueva dimensión. El tercero, aprender a ser cristiano. Prevemos una adecuada iniciación a la oración y a la celebración de la fe a través de todo el currículo escolar y la experiencias co-­‐curriculares, los movimientos apostólicos y otras formas diversas, formando con ello la identidad cristiana, la inserción en la Comunidad eclesial y el proceso de conversión personal y seguimiento de Jesús. Los grupos de profundización en la fe (Amigos en Marcha, Aventúrate, Remar, Movimiento Champagnat de la Familia Marista, entre otros) aportan la experiencia comunitaria necesaria para entender lo que es la Iglesia, para optar por ella y construirla activamente. Subrayan además el compromiso social como exigencia del Reino de Dios.

Impulsamos la solidaridad desde opción por los pobres 077 Construimos el proyecto educativo sobre las necesidades reales de nuestros destinatarios especialmente de aquellos que tienden a quedar al margen y de los que viven en situaciones de pobreza. Nuestra escuela busca favorecer su integración, haciendo que su palabra resuene en la comunidad educativa. Mediante la escucha atenta de la realidad y la solidaridad activa, nuestra comunidad educativa ejerce un servicio constante para el bien inmediato, futuro y estructural que devuelva la dignidad a los más necesitados, restaure la justicia del Reino entre los más abandonados y construya una cultura de fraternidad universal entre todos. Nuestra opción por los pobres se expresa desde la acción directa (voluntariado, sensibilización, campañas…) con los necesitados del centro o como una acción solidaria con hermanos y hermanas de todos los rincones de la tierra.

Desarrollamos pastoralmente la síntesis de fe-­‐vida-­‐cultura104 078 Comprendemos la acción pastoral en un centro educativo como una acción muy compleja y profundamente unitaria. La tarea a la que todos los actores son convocados es la de realizar una síntesis de fe-­‐vida-­‐cultura. Asumimos esta tarea de fondo de la actividad educativa: en torno a los saberes culturales socialmente significativos y su recreación crítica, construir comunidades de creyentes. Esta es una tarea de todos los actores: directivos, docentes, auxiliares, alumnos, familias, religiosos y laicos. 079

De esta síntesis emergen dos procesos que desarrollamos en múltiples actividades.

1. El proceso de evangelización de la cultura y la inculturación del evangelio. Es el proceso relacionado con el discernimiento que la comunidad educativa hace para descubrir a Dios en el seno de los bienes culturales, que abordamos en el trabajo escolar, y para desarrollar, en 104

Cf. Inspectoría “Nuestra Señora del Rosario” / ARO-­‐SDB, La pastoral educativa, hoy.

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ellos, los bienes del Reino. El lugar privilegiado de las actividades de este proceso son los aprendizajes sistemáticos y significativos, competenciales y constructivistas. 2. La evangelización de las situaciones cotidianas. Ofrecemos una visión de la vida profundamente evangélica mediante una construcción teórica y reflexiva coherente y verdadera; tratamos, además, de que esa visión sea operante en la vida de todos los días. Reconocemos la Palabra de Dios en “los bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad, en todos los frutos excelentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo”105. Esto nos lleva a crecer en dignidad, fraternidad, libertad y a la transformación social hacia una comunidad alternativa construida desde una nueva ciudadanía y una comunidad creyente diferente. El lugar privilegiado para las actividades de este proceso son la convivencia diaria y el acompañamiento de todas las personas, las situaciones imprevistas que requieren intervención, la constitución de grupos y comunidades de fe, el aprendizaje de las decisiones de vida o carrera y la pastoral vocacional, las actividades asistenciales, solidarias e incluso misioneras del centro educativo. 080

Para realizar esta tarea, hacemos tres opciones.

1. En primer lugar, la pastoral en nuestros centros educativos aborda la educación como una cuestión de humanización. En el centro de esos saberes está el ser humano. Por eso, insistimos que en el centro de la vida escolar está toda la persona y todas las personas. La opción evangelizadora y pastoral nos ayuda a poner en diálogo lo humano y lo cristiano en un ir y venir de preguntas y respuestas. 2. Una segunda opción es la búsqueda de una sociedad alternativa a la que estamos viviendo marcada por la violencia, el abuso de poder, la desigualdad, el consumismo, el desprecio de la vida y el deterioro ecológico y moral. En nuestros centros educativos, aprendemos a transformar y servir. 3. En tercer lugar, pensamos en clave misionera. Hemos pasado las épocas de las cristiandades. Tratamos de apuntar ahora a procesos de iniciación y re-­‐iniciación permanente. Se trata de fundaciones y re-­‐fundaciones, muchas veces provisionales. En nuestra en procesos de secularización y dispersión religiosa, tratamos de construir procesos de iniciación. 081 Para desarrollar la tarea, identificamos cuatro frentes que nos permiten diseñar los procesos de renovación que nos conduzcan a una actividad planificada. La vida escolar es una sola, pero podemos “realizarla” desde cuatro posiciones de crecimiento. 1. Por un lado, el clima institucional o ambiente. Lo visualizamos como el modo en que se vivifica, se construye, se modela y se habita nuestra escuela o colegio106. Es todo aquello que constituye el centro educativo como un verdadero lugar antropológico: un espacio cargado de historia en el que la relación cara a cara nos confiere una identidad particular a los que lo habitamos. O justamente todo aquello que impide que ese lugar se configure. Forman parte de ese clima elementos que exceden la vida escolar, como las condiciones sociales de la educación, pero fundamentalmente son elementos planificables: el equipamiento escolar, la relación comunitaria, la racionalidad institucional, la profesionalidad de los actores, la administración de los tiempos y los recursos, los reglamentos, los procesos de conducción, animación, formación profesional y participación. 2. Por otra parte, la propuesta curricular. Configuramos nuestra propuesta curricular como una serie de actuaciones integrales que llevan a identificar, interpretar, argumentar y resolver problemas del contexto con idoneidad y ética, integrando el ser, el saber, el saber hacer y el convivir propuestos por Delors107 en el informe de la UNESCO. Dicha propuesta la desarrollamos mediante nueve competencias: comunicación, pensamiento lógico-­‐ 105 106 107

Gaudium et spes, 39. Graciela Frigerio. Informe de la UNESCO, La educación encierra un tesoro. Santillana, Madrid, 1996.

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matemático, conocimiento e interacción con el mundo físico, tratamiento de la información y competencia digital, inserción social y ciudadana, cultural y artística, aprender a aprender, autonomía e iniciativa personal y pensamiento religioso o trascendente. 3. Un tercer frente lo constituyen los espacios de explicitación del evangelio (catequesis, grupos de profundización, movimientos, comunidades, fraternidades, iniciativas sacramentales y litúrgicas, solidaridad). Algunos son obligatorios, otros optativos. Algunos están permanentemente, otros aparecen en algunos tiempos significativos. Algunos tienen unos destinatarios específicos, otros son abiertos. 4. El cuarto frente, los ejes y contenidos transversales son la marca ética del proyecto educativo evangelizador. Estos ejes los consideramos expresión de la identidad marista y de los valores medulares del currículo o de las propuestas pastorales de los grupos.

Implantamos una organización corresponsable 082 Creemos en una organización que responda a los retos de la evangelización y que se articule en torno a la corresponsabilidad. Por ello, establecemos en los centros educativos diferentes instancias que se apoyan mutuamente para lograr la misión marista. 083 Nuestras instancias colaborativas son el Consejo educativo y el Equipo de pastoral. El primero, vela por el funcionamiento y orientación armónica de todos los elementos educativos y tiene la responsabilidad directa de orientar las grandes líneas pastorales de la obra. El segundo, asegura con su reflexión y coordinación la armonización de todos los sectores pastorales de la obra. Planifica estratégicamente la atención pastoral para que responda las necesidades de los destinatarios y del contexto. Ambas instancias realizan una acción coordinada e integradora de la misión del centro y de la orientación evangelizadora de la obra. 084 El Proyecto Educativo de Centro (PEC/PEI) recoge la identidad de nuestro centro en cuanto espacio de integración cognoscitiva, cultural y religiosa. Se fundamenta en la Misión Educativa Marista, documento que trata de hacer vida. Expresa los principios guías y los objetivos básicos de la Institución, expresados en la misión y visión, así como en las creencias y fundamentos educativos. El Proyecto identifica la organización escolar, determina los reglamentos y normas de convivencia, presenta la planificación estratégica, estipula la memoria histórica del centro. 085 El Proyecto Curricular constituye el eje educativo de los aprendizajes formales en sus niveles de concreción: capacidades, objetivos generales, competencias, destrezas, valores, actitudes, conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales, indicadores de logros, estrategias metodológicas y procedimientos de evaluación y avalúo. En nuestro centro educativo, inspirado en el Evangelio, el Currículo, como mediación educativo-­‐pastoral, cumple un papel fundamental en la realización de nuestra misión evangelizadora y desde su construcción aseguramos el enfoque cristiano: antropología de base, fundamento teológico, visión ecológica-­‐holística, fundamento ético, dimensión utópica, conciencia y responsabilidad ciudadanas. 086 La Planificación Pastoral local constituye nuestra respuesta a la comprensión de las necesidades y urgencias de la comunidad. Mediante un ejercicio reflexión, establecemos de manera clara las estrategias a largo plazo y las metas que deseamos alcanzar. Organizamos los sectores pastorales y su animación. Establecemos el calendario común de la obra. Evaluamos el impacto de las acciones sobre nuestros destinatarios. 087 La organización directa de la acción pastoral y evangelizadora la estructuramos mediante las siguientes instancias:

El Equipo y Departamento de pastoral 088 El Equipo de pastoral local está conformado por los diferentes sectores pastorales de la comunidad educativa y sus respectivos programas. Anima y coordina todos los sectores de la acción pastoral de la obra (entre otros, Departamento de Educación en la fe -­‐ERE-­‐, pastoral de movimientos 24 | P á g i n a


infantiles y juveniles –Amigos en Marcha, Aventúrate, Remar-­‐, Sacramentos, Escuela de Padres, Maestros, Personal no docente, Fraternidades, Solidaridad, Liturgia, Retiros-­‐Convivencias, pastoral vocacional y con ex alumnos/as). Promueve líneas de trabajo de la misión evangelizadora de la obra, avaladas por el Consejo Educativo. Anima las actividades escolares y extraescolares propias de su área. Garantiza la consecución de las prioridades pastorales provinciales. Organiza sus acciones desde una visión integral. El equipo está compuesto por el Coordinador(es) de Pastoral local y los delegados de los sectores pastorales activos. Cada centro de acuerdo a su realidad configura el equipo más idóneo y representativo.

El Coordinador de pastoral general, coordinador de nivel educativo y auxiliares de pastoral 089 Planifican, coordinan, animan y evalúan el Departamento de Pastoral del centro con la ayuda del Equipo de Pastoral del Colegio.

Agentes y destinatarios 1. Directivos. Impulsan y propician la dimensión comunitaria, de tal forma que promueven la participación por medio de la comunión fraterna. Adelantan procesos de reflexión y análisis, que lleven a discernir y tomar decisiones con criterios evangélicos. Con una actitud de cercanía, apertura, disponibilidad y servicio, orientan, apoyan y estimulan el sentir y el quehacer evangelizador de la Comunidad Educativa y fomentan el ambiente propicio para el crecimiento integral de la persona al estilo de Cristo Jesús y acorde con los criterios del Proyecto Educativo Pastoral. 2. Educadores. Desarrollan su compromiso evangélico a través de su labor educativa en sus respectivas áreas y campos del saber, y también fuera de ellas. Con su vocación personal y competencia profesional, asumen corresponsablemente el Proyecto Educativo (PEC/PEI), y se dedican a preparar a los jóvenes para que puedan insertarse adecuadamente en el mundo del trabajo, en la sociedad y en la Iglesia. 3. Personal administrativo y de servicio. Contribuye con su prestación al buen ambiente de la casa, asumiendo su papel de agentes desde la labor que desempeñan, especialmente, desde el servicio generoso que prestan, con la amabilidad propia de nuestro carisma. 4. Padres y madres de familia. Son los primeros y principales responsables de la educación de los hijos. Esta responsabilidad se manifiesta en el compartir el Proyecto Educativo. Como miembros de la Comunidad Educativa, participan en la reflexión sobre las necesidades formativas de los jóvenes y en la realización de las propuestas educativas. 5. Asesores y animadores. Son los encargados de determinados sectores y grupos de formación y profundización (Amigos en marcha, Aventúrate, Remar, Fraternidades, Escuelas de padres, Fraternidades maristas…). Su responsabilidad radica en la calidad de los programas que llevan a cabo y en la acción evangelizadora directa. 6. Alumnas y Alumnos. Son el centro de la misión educativa y están llamados a ser protagonistas del crecimiento y de la vida de la Comunidad. En la tradición marista los jóvenes son evangelizadores de los otros jóvenes, por ello, creemos en sus posibilidades de apertura, transformación y crecimiento. Intervenciones pastorales 090 Las jornadas de comienzo de curso. Al comenzar el curso motivamos y dedicamos un tiempo a la reflexión y reenfoque de los proyectos educativos y pastorales. Esto nos ayuda tomar conciencia de la nueva oportunidad que supone cada “año escolar”, y a hacer un ejercicio práctico de corresponsabilidad en la elección del camino a seguir hasta final de curso.

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091 El tiempo de reflexión u oración matutina. Es una tradición entre nosotros aprovechar un momento diario, habitual y breve, para comenzar la jornada escolar con una oración o reflexión. El objetivo es motivarnos al trabajo del día -­‐desde la lectura del evangelio cotidiano o la educación en valores-­‐, y reforzar el sentido de grupo que comparte unas mismas metas e ilusiones. 092 Las celebraciones religiosas. Nos ofrecen la oportunidad de agradecer a Dios el amor que nos profesa en su hijo Jesús. Involucran a toda la CEM o a determinados sectores. Preparamos, ambientamos y animamos debidamente, entre otras cosas, el inicio y final del año escolar, los tiempos litúrgicos, la iniciación sacramental y las festividades marianas y maristas. 093 Las convivencias y retiros. Son jornadas escolares o de fin de semana, en las que un mismo grupo de clase realiza una serie de actividades de crecimiento humano y religioso. Se trata de vivir la experiencia de tener un tiempo adecuado para la reflexión y la convivencia. Para ello presentamos el mensaje cristiano adaptándolo a la edad y circunstancias, para ayudar a personalizar la fe en Jesús y lograr un encuentro con Él. 094 La animación vocacional (p. ej. Contágiate de Vida). Tiene como objeto que el niño y el joven, en su proceso de maduración personal, lleguen a descubrir y asumir el proyecto personal de vida a la luz de la vocación cristiana general y específica. Los elementos metodológicos fundamentales que utilizamos son parten de una actitud de diálogo constante, la facilidad para la cercanía y el acompañamiento personal en el día a día, la valoración de las posibilidades de bien que tiene cada persona, la invitación a superarse constantemente, la motivación positiva y la personalización de las propuestas educativas y pastorales. Durante el curso programamos semanas vocacionales, mesas redondas, y ofrecemos acompañamiento personalizado, momentos de oración, compromisos solidarios, etc. 095 La animación misionera. Agrupamos bajo este epígrafe toda actividad dirigida a crear, desarrollar y mantener viva la conciencia misionera, evangelizadora y solidaria entre todos los miembros de la CEM. Se trabaja en un triple nivel: información-­‐sensibilización, formación y actuación mediante intervenciones concretas. 096 La vivencia mariana y marista. Fieles a nuestra identidad transmitimos el amor y devoción a la Buena Madre y al Fundador. Adoptamos estrategias que ayuden a los alumnos y alumnas a conocer su vida y a asumir sus actitudes en lo cotidiano: celebración del mes mariano y mes Champagnat, estudio y profundización en la clase de religión, vivencia de los valores maristas, etc. 097 Los grupos de profundización en la fe. Los Movimientos son una oferta que hacemos al niño y al joven. Mediante la experiencia de grupo los ayudamos a crecer como personas con un sentido cristiano de la vida, y como consecuencia de ello, a descubrir el puesto que han de ocupar en la sociedad y en la Iglesia. 098 Las acciones solidarias y el servicio social. Pretendemos promover experiencias significativas que potencien actitudes y comportamientos que lleven a la construcción de un mundo más justo y de una sociedad más solidaria. 099 Las tutorías y orientación. La labor tutorial y de orientación tiene una importancia fundamental en el proceso educativo global. Es para nosotros un momento privilegiado de intervención, en cuanto que esta labor tutorial y de orientación la contemplamos, coordinamos e integramos dentro del Plan pastoral y de la organización del Departamento de consejería escolar. 100 La formación de profesores, padres de familia y exalumnos. Incluye todas las ofertas formativas e intervenciones educativas que llevamos a cabo con adultos y que tienen como objetivo ayudar a crecer en la dimensión humana, cristiana, marista y de solidaridad (encuentros de educadores, Formar, Diplomado en Espiritualidad, Escuela de padres, Fraternidades maristas, voluntariado,etc).

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VI. Retos y opciones evangelizadoras para las obras educativas maristas en América Central y Puerto Rico 101 Reunidos los directivos y coordinadores de pastoral de las diferentes obras educativas de América Central y Puerto Rico, los días 26, 27 y 28 de marzo de 2010, en la ciudad de Guatemala, acordamos poner en práctica para los próximos cinco años, los siguientes retos con sus respectivas líneas de acción. 102 RETO 1: POTENCIAR LA FORMACIÓN DE EDUCADORES Y AGENTES DE PASTORAL PARA LOGRAR UNA MEJOR EDUCACIÓN EVANGELIZADORA. LÍNEAS DE ACCIÓN 1. Estructurar la selección e inducción de personal idóneo y cualificado. 2. Establecer planes de formación que respondan a las necesidades de los agentes de cada sector de pastoral. 3. Proporcionar espacios y tiempos de formación y acompañamiento para agentes de pastoral y docentes. 103 RETO 2: CREAR Y CONSOLIDAR LOS EQUIPOS DE PASTORAL (E.P.) Y CONSEJOS EDUCATIVOS (C.E.) PARA FAVORECER EL PROCESO EVANGELIZADOR EN EL CENTRO EDUCATIVO, GENERANDO ESPACIOS DE DIÁLOGO Y REFLEXIÓN CONJUNTA. LÍNEAS DE ACCIÓN 1. Garantizar la existencia y el funcionamiento de los E.E.P.P. y C.C.E.E. con espacios periódicos para la reflexión, planificación y evaluación; asegurando los recursos necesarios (humanos, económicos y temporales). 2. Conformar, potenciar y articular los sectores de pastoral apropiados a la realidad del centro. 3. Establecer reuniones conjuntas del E.P. y el C. E. al menos dos veces al año. 4. Presentar la planificación anual del E.P. al C. E. para su revisión, aprobación y divulgación. 104 RETO 3: DESARROLLAR PROCESOS SISTEMÁTICOS DE REFLEXIÓN Y VIVENCIA QUE AYUDEN A DESCUBRIR LA VOCACIÓN PERSONAL, PARTICULARMENTE LA MARISTA. LÍNEAS DE ACCIÓN 1. Garantizar la creación y funcionamiento del sector de PV en cada obra. 2. Elaborar y ejecutar el plan de acción del sector de PV a nivel provincial y local, a la luz del documento Contágiate de Vida. 3. Estructurar e impulsar un plan de formación sobre PV para hermanos y laicos implicados en este sector. 105 RETO 4: PRIORIZAR LA DIMENSIÓN RELACIONAL108 Y SOLIDARIA PARA FORTALECER LA MISIÓN EVANGELIZADORA COMPARTIDA DE LA CEM109. LÍNEAS DE ACCIÓN 1. Fortalecer o replantear la dimensión espiritual en la CEM, para descubrir a Dios en la vida de forma más afectiva compartiendo la fe. 108 109

Enfoque Evangelizador (acompañar en la vida y en la fe, p. 20) La CEM: Docentes, personal de Consejería, hermanos, padres de familia, alumnos, personal administrativo y de mantenimiento.

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2. Favorecer encuentros formales e informales entre miembros de la CEM que ayuden a estrechar lazos y sentirse parte de una misma familia. 3. Favorecer en todos los miembros de la CEM, la interiorización y el contacto consigo mismo en los diferentes espacios de reflexión y oración. 4. Cultivar la sensibilidad ecológica en todos los miembros de la CEM. 5. Crear espacios de encuentro que permitan el acercamiento a los ex alumnos, para celebrar, compartir, reflexionar, realizar gestos solidarios, etc. 6. Impulsar la solidaridad desde un proyecto que abarque a toda la CEM. (Becas, voluntariado, apertura de los colegios a otras escuelas para actividades, campañas de sensibilización, visitas solidarias, etc.) 106 RETO 5: IMPLEMENTAR UN PROCESO DE DEPARTAMENTALIZACIÓN DE LA ERE Y PROFESIONALIZACIÓN DE LOS DOCENTES Y DE LOS/LAS COORDINADORES/AS DE PASTORAL PARA LLEVAR A CABO LA MISIÓN EVANGELIZADORA. LÍNEAS DE ACCIÓN 1. Elaborar un instrumento para la selección y contratación idónea de los docentes de ERE y los Coordinadores de Pastoral según el manual de competencias profesionales de la Provincia. 2. Impulsar la departamentalización de la ERE según la realidad de los centros. 3. Acompañar y evaluar la formación permanente de los docentes y Coordinadores de Pastoral (talleres de capacitación, diplomados, estudios universitarios). 4. Dotar de recursos físicos y didácticos necesarios para el funcionamiento del Departamento de la ERE – Pastoral. 107 RETO 6: REVISAR EL PEC PARA VINCULAR A TODOS LOS SECTORES EN LA VISIÓN EVANGELIZADORA PROVINCIAL LÍNEAS DE ACCIÓN 1. Divulgar, conocer y profundizar el documento “Enfoque Evangelizador de los Centros Educativos Maristas”, con todos los miembros de la CEM. 2. Evaluar, revisar y reelaborar el PEC a la luz del documento “Enfoque Evangelizador de los Centros Educativos Maristas”, los nuevos documentos del Capítulo General y el Proyecto Educativo Provincial, con la participación de todos los sectores de la CEM. 3. Potenciar una cultura evaluativa de la CEM para asegurar los procesos evangelizadores.

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