J.M.J.CH. 09 de diciembre de 2017
Queridos laicos(as) y hermanos: Buenas tardes para todos y gracias por su presencia. Al iniciar el Capítulo Provincial asumo con gozo, paz y gratitud el servicio que se me encomienda de animar, acompañar y cuidar la vida y misión marista en nuestra querida Provincia de América Central. Servicio que se me pide en un momento de mi vida en el que apenas me encontraba desplegando en otra misión, la del Secretariado Hermanos Hoy, la que estaba viviendo con entrega, satisfacción y creatividad. Reconozco, con sencillez, que en esta ocasión el sí ha sido más difícil, pero también más consecuente, sereno y realista. Conozco las implicaciones de esta misión, soy más consciente de mis límites, fragilidades e incoherencias personales, pero esta conciencia, me anima y consuela profundamente a servir a Dios en las vidas de los hermanos y laicos de la Provincia y a poner mi confianza en el Señor y Nuestra Buena Madre. ¡Gracias hermanos por la confianza depositada en mi persona, me conmueve y asombra! Cuento con su apoyo fraterno y sus oraciones. Me siento muy feliz y dichoso de volver a la Provincia y cuenten con mi disponibilidad. No es mi deseo, en este momento de apertura del Capítulo, presentarles un mensaje programático ni planes de gobierno, sería ingenuo y arriesgo de mi parte. • He estado varios años desvinculado del caminar provincial y necesito ubicarme, conectarme y escuchar, escuchar mucho, para ponerme en sintonía. Esta será mi principal actitud y deseo en estos días de Capítulo y también en mis primeros acercamientos con la vida y misión de la Provincia. • Junto con esta actitud de escucha, deseo acoger, asumir e implementar las llamadas e iniciativas que nazcan del XV Capítulo Provincial, a la luz de las llamadas del XXII Capítulo General, como manifestación del querer de Dios en el ahora de la Provincia. • Me siento también invitado a la responsabilidad en dar continuidad a los procesos que se están desarrollando en este momento en la Provincia y que son fuente de gran dinamismo y vitalidad. También con libertad de discernir, evaluar y reenfocar los procesos y opciones que aparezcan con preocupación y a potenciar las nuevas iniciativas que emerjan como signos de nueva vida en el caminar provincial. Es decir, me siento llamado a ESCUCHAR, ACOGER Y EN CONTINUIDAD CON LIBERTAD… Siempre en comunión y responsabilidad con el Equipo de Gobierno se me confíe, y con el sentir y querer de hermanos y laicos de la Provincia, en sintonía y respuesta al Evangelio y al carisma Marista.
Este XV Capítulo, como un eslabón más de nuestra pequeña historia marista, se ubica en el año del Bicentenario del Instituto y de la celebración del XXII Capítulo General, se vislumbra con horizontes mayores, regionales y globales. Les invito, hermanos y laicos, a vivir estos días de Capítulo: • desde la autenticidad que somos, a vivir despiertos y atentos para desplegar nuestra pasión y creatividad en intuir esos “micro-‐cosmos” que generen un presente de esperanza para el carisma marista, para hermanos y laicos y para los niños y jóvenes más pobres, que son la razón de nuestra existencia; • a vencer los miedos que nos paralizan o nos hacen vivir de inercias, a vencer nuestros prejuicios y posturas fijas; • con gran humanidad y fraternidad, con humildad y sintiéndonos “todos somos parte del todo” (Ubuntu), “en el mismo barco” … Asumiendo con gozo la responsabilidad encomendada por nuestros hermanos de la Provincia. • en actitud de fe, silencio e interioridad, con gran capacidad de escucha y deseos auténticos de respuesta creativa al querer de Dios en nuestra Provincia. En este momento aprovecho para agradecer de nuevo a todos los Hermanos que con entrega y dedicación han participado en la comisión preparatoria de este Capítulo: Juan Antonio, Carlos Vélez, Nice, Jorge Sánchez, Marco Antonio, Goyo y Rodrigo. (Un aplauso de agradecimiento) Como Asamblea Capitular también agradecemos de manera especial y significativa al H. Luis Carlos Gutiérrez que ha servido 4 años como Provincial y muchos años más en otros servicios provinciales, especialmente desde la Educación provincial. Gracias Luis Carlos, todos somos testigos de tus dones y capacidades para el liderazgo, la organización y la innovación. (En Puerto Rico recuerdo que decían las coordinadoras que tienes dos cerebros). Pero también agradecemos tu finura y hondura espiritual para discernir y buscar las cosas de Dios en el caminar de la vida de los hermanos y de la Provincia. Gracias por tu gran humanidad, tus gestos de presencia, tu entrega sin medir tiempo, tu compasión en la vida cotidiana. ¡Gracias por todo lo que eres, vives e impulsas en la Provincia! Ahora te “perdemos” entre comillas, pero tu persona es un gran regalo y un gran aporte para la animación en el Instituto (Será un bien mayor como dicen los jesuitas) Te deseamos de corazón lo mejor en tu nueva misión, te echaremos de menos, así que esperamos que no nos olvides y nos visites de vez en cuando. Cuenta con nuestro aprecio, recuerdo y oraciones. ¡Gracias por todo! (Un fuerte aplauso de agradecimiento). Te entrego esta imagen de María, que ella te siga sosteniendo y acompañando en tu nueva misión como Vicario General del Instituto, y que al contemplarla – de vez en cuando – sea recuerdo y evocación de todo el aprecio y cariño de los hermanos y laicos, y también de tu entrega y amor por la Provincia. Y para concluir, retomo el pensamiento de San Gregorio de Nisa y de la escritora Margaret Silf y que utiliza el H. Emili Turù, SG. en su carta de convocatoria para el XXII Capítulo General:
En la vida, en nuestro proyecto de vida, y por lo tanto también en el caminar de la Provincia y del Instituto… “Vamos de comienzo en comienzo, a través de comienzos sin fin” (San Gregorio de Nisa). Eso significa que nuestra vida e historia es un recomenzar perpetuo, por el cual nos ponemos siempre de nuevo a la escucha del Espíritu, y nos preparamos continuamente para poner en práctica su voluntad” “El futuro no es un lugar al que nos dirigimos, sino algo que creamos; los caminos hacia él no se encuentran, sino que se construyen, y la construcción de esos caminos cambia tanto al constructor como al destino” (Margaret Silf) ¡Ánimo hermanos y laicos en esta aventura! ¡Todos en camino hacia u nuevo La Valla! Y los demás hermanos que nos acompañan, gracias por su apoyo y oraciones en estos días de Capítulo. ¡Muchas gracias! Hipólito Pérez