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COI: El aceite y la aceituna aliado contra el cambio climático

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Las aceitunas y el aceite de oliva nunca fueron tan verdes ¿Qué puede hacer el sector del olivar para combatir el cambio climático?

Existe un consenso creciente en observar el cambio climático como uno de los principales desafíos que deberá abordar la humanidad en este siglo. Más allá de la complejidad de los avances en las sucesivas Cumbres Climáticas (COP), la preocupación ha saltado a las calles movilizando a cientos de miles de personas, principalmente jóvenes, que se manifiestan por todo el mundo en los “fridays for future”, reclamando acciones concretas e inmediatas para afrontar lo que han pasado a denominar “Emergencia Climática”.

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Ya nadie es ajeno al cambio climático, consumidores, empresas, organizaciones civiles, ciudades, gobiernos y organizaciones internacionales han incorporado compromisos y objetivos “verdes” en sus estrategias y toma de decisiones. Cada vez son más los productores que aspiran a situarse en primera línea de la lucha contra las emisiones de carbono, del mismo modo que cada vez más los consumidores lo exigen y lo reconocen.

Debemos preguntarnos qué puede hacer el sector del olivar para combatir el Cambio Climático. Hay una responsabilidad y también una oportunidad. Es preciso subrayar la condición de cultivo permanente y, por qué no, de auténtico Por Jaime Lillo Director adjunto del Consejo Oleícola Internacional

bosque mediterráneo, que a lo largo de siglos se ha consolidado como una masa arbórea frenando el avance de la desertización y favoreciendo la biodiversidad en regiones de escasas precipitaciones y suelos pobres. Es también el momento de señalar la capacidad del olivo para secuestrar CO2 en sus estructuras vegetales permanentes y fijarlo en el suelo contribuyendo a aminorar el exceso de este gas en la atmósfera.

El Consejo Oleícola Internacional (COI) ha venido desarrollando una línea permanente de trabajo, en colaboración con los principales investigadores y profesionales en la materia, que nos ha permitido cuantificar la absorción de CO2 del olivo y calcular el balance de carbono del aceite de oliva.

El COI ha desarrollado una línea permanente de trabajo para cuantificar la absorción de CO2 del olivo.

Por cada litro de aceite de oliva virgen producido se absorbe una media de 10,65 kg de CO2 de la atmosfera

Para ello se han analizado 144 escenarios en 12 países, que contemplan distintas variedades más o menos vigorosas, prácticas de cultivo tradicionales e innovadoras, en secano y regadío, en diferentes climas y latitudes, con distintas prácticas de extracción de aceite representando en su conjunto un 95% de la producción mundial de aceite de oliva. Los resultados muestran que, comparando las emisiones liberadas a la atmosfera en la elaboración de 1 litro de aceite de oliva virgen con el secuestro correspondiente del olivar, obtenemos un balance positivo de absorción de 10,65kg de CO2.

Es decir, por cada litro de aceite de oliva virgen producido se absorbe una media de 10,65 kg de CO2 de la atmosfera, lo que equivale a las emisiones medias de un coche en recorrer algo más de 80 km.

Es una cifra significativa, si pensamos en términos de la producción mundial de aceite de oliva, el secuestro de CO2 de la atmósfera equivale a las emisiones originadas por una ciudad de 9 millones de habitantes.

Además de elaborar el balance de carbono del aceite de oliva, desde el COI se han recogido las variables que inciden directamente sobre las emisiones y el secuestro de CO2, para ofrecer una herramienta que, a través de una aplicación por internet, permite a un productor calcular el balance de carbono de sus propias producciones. Ofrece por tanto la posibilidad de comparaciones y estimular prácticas más favorables para mejorar el balance y la contribución del olivar a la lucha contra el cambio climático. Ofrece además la posibilidad poner en valor esta contribución mediante el desarrollo de un sistema de certificaciones estandarizadas para el aceite de oliva.

Efecto del cambio climático en el olivar Por otra parte, es preciso también ocuparse del efecto que el cambio climático está teniendo sobre los olivares. Observamos el impacto de los fenómenos climáticos extremos como sequías, inundaciones o heladas a destiempo, la proliferación de incendios, o los cambios en las precipitaciones y temperaturas que afectan la floración de los olivos y el cuajado de sus frutos; surgen nuevas plagas y amenazas, todo ello afecta la calidad y la cantidad de las producciones. Los cambios bruscos entre las producciones de las últimas campañas no tienen precedentes.

En este sentido, el COI está movilizando la red de bancos de germoplasma y las colecciones internacionales de olivos con objeto de contribuir al análisis de la capacidad de adaptación de las distintas variedades a las consecuencias del cambio climático que ya estamos observando en las distintas latitudes y prevenir los escenarios futuros.

En conclusión, la aceleración del cambio climático presenta retos sustanciales al sector del olivar, pero también nuevas oportunidades. La economía del olivar debe ir más allá de las nobles producciones tradicionales y de la de la simple adaptación a las dificultades. Así, a las propiedades del aceite de oliva y de las aceitunas de mesa como producto de calidad, saludable y de delicioso sabor, hay que añadir también el valor de su contribución a la conservación del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático que lo diferencia aún más de otros aceites y grasas vegetales. Las aceitunas y el aceite de oliva nunca fueron tan verdes como lo son ahora.

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