3 minute read

Belén García , Directora de Packnet

Los múltiples aspectos en la elección del formato ideal de un envase

Sin duda alguna la innovación en el packaging forma parte de su ADN prácticamente desde su origen dado que la búsqueda de nuevos materiales, formatos y mejoras ha sido la constante que ha permitido que los productos envasados hayan arrinconado con el paso del tiempo otras formas de venta.

Advertisement

Un vector que condiciona indudablemente la innovación es el marco regulatorio y en este sentido la Unión Europea en aras del modelo productivo de la Economía Circular busca que en 2030 todos los envases sean reciclables o reutilizables; por su parte la ONU a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible promueve cambios que implícitamente afectan también a este sector. En el caso de los operadores de gran consumo, los tiempos son más breves pues aunque 2030 es la meta final de los planes presentados por los principales actores del sector, existen en la mayor parte de los casos objetivos más inmediatos que deberán ser visibles entre 2021 (año en que entrará en vigor la primera fase de la nueva Directiva Europea 2019/904 sobre plástico monouso) y 2025, y que en su mayor parte versan sobre un cambio total en el portfolio de los envases empleados por las empresas en favor de materiales reciclables, compostables o biodegradables.

En lo que respecta al envasado del aceite de oliva, conviene destacar la posibilidad de utilizar envases activos e inteligentes, siendo los primeros aquellos que interaccionan con el aceite confiriendo alguna propiedad o mejorando algún estado (como por ejemplo la incorporación de elementos que minimicen la presencia de oxígeno en el interior del envase y así reducen la posibilidad de enranciamiento, alargando además la vida útil del producto); por su parte los envases inteligentes interaccionan con el consumidor proporcionándole información útil sobre el producto, como es el caso de las etiquetas de color que indican el nivel de deterioro del producto y que además pueden ser leídas por los usuarios a través de dispositivos digitales capaces de suministrar más información adicional como por ejemplo recetas de cocina, etc.

A la hora de decantarse por una u otra alternativa de envasado, sin duda, la sostenibilidad es una de las tendencias principales a tener en cuenta por la industria, y se enmarca dentro de la economía circular y el desarrollo sostenible, lo que ha supuesto la aparición y el desarrollo de diferentes alternativas al envase tradicional. De esta manera se persigue reducir el peso de los materiales utilizados a través de la implementación de estrategias de ecodiseño, minimizando en consecuencia las emisiones asociadas de CO2, y procurando así una mayor reciclabilidad al final de su vida útil.

Por otra parte, cabe destacar que tanto los nuevos hábitos de consumo como el factor sostenibilidad han contribuido a la aparición de nuevos formatos como por ejemplo el bag-inbox, los dosificadores de spray, las monodosis en envases termoformados, pequeñas botellas con cierre a rosca, bolsitas e incluso envases monodosis 100% biobasados, así como las bolsas stand- up o los bricks. Se trata en definitiva de mejorar la usabilidad por parte del consumidor y de explorar nuevas oportunidades en el mercado.

En definitiva la elección del formato ideal ha de tener en cuenta múltiples aspectos como son la conservación del producto, la aceptación por parte del consumidor, sin descuidar todos los requisitos legales y también de sostenibilidad, por lo que se trataría de procurar un equilibrio entre los elementos anteriormente descritos y la transmisión de información al consumidor, es decir, valores de la marca, origen y procedencia del producto, etc.

This article is from: