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Cuarta sesión: ¡Llevemos la historia local a nuestras aulas

7. ORDENACIÓN, SELECCIÓN Y DISCUSIÓN DE LA INFORMACIÓN

Este es el momento más importante de la investigación en el que se inicia la elaboración de la información recogida. Para ello el investigador necesita determinar qué información usará directamente (es decir aquella información que será transcrita sin ser modificada por el investigador) y cuál será redactada o procesada (con re-redacción parcial o total de la información recogida).

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Elaboración de un borrador sobre la Historia local investigada.

Este texto, guión, imágenes, etc. es un "borrador", porque es susceptible de ser revisado y sirve además para evaluar lo realizado hasta el momento. Al ir elaborando el borrador es útil tratar de discutirlo con los actores principales (entrevistados, grupo de discusión, etc.), con el fin de validar la información recogida y completarla donde sea necesario.

En su calidad de borrador, el texto, guión o imágenes está sujeto a cambios, agregados, a re-redacciones de párrafos poco claros, y a la incorporación de imágenes que puedan enriquecer más la Historia Local.

Esto es lo más difícil. Hay que leer todas las notas, y buscar temas aptos para organizar los distintos hechos observados. ¿Cómo lo hará? ¿Ayudará a los alumnos dándole oportunidad de práctica inicial? 0, los dejará solos esperando que sean imaginativos. Recuerde, que hay más de una forma de presentar la historia local: puede ser una narrativa, escrita en un estilo literario como el caso de la historia de Curanilahue; o puede también ser un video o guión para una presentación dramatizada. Tome nota del trabajo sobre Cómo Díseñar Esquemas Cronológicos que está en el Apéndice 11.

8. PRESENTACIÓN DE LA HISTORIA LOCAL

Al completarse el trabajo anterior puede decirse que se está cerca de la finalización de la investigación, y que se está listo para hacer una presentación global de la misma. Antes de sentir-

nos satisfechos con el producto final podemos darlo a leer o mostrarlo a otras personas para que den su opinión.

Cuando haya terminado el borrador y decidido la forma de presentación, habrá que darle una forma final. Allí la ayuda de otros puede ser importante. ¿A quiénes piensa que podría consultar?

9. ENTREGA A IR COMUNIDAD

La elaboración de una Historia Local, tiene sentido si el producto de la investigación es entregado a la comunidad, es decir, si se da cuenta del trabajo realizado. Por ello, una vez terminada la investigación y con el producto en las manos, los investigadores deben determinar cómo, a quién, dónde y cuándo devolver la información.

La siguiente es una lista de posibilidades sobre cómo presentar una historia local. Vea con sus alumnos cuál es más apropiada para el estudio que se ha hecho:

a) Artículo para una revista.

b) Exposición permanente o itinerante, (colegios, centros comunitarios, organizaciones juveniles, etc.).

c) Diseño de un tira cómica o revista.

d) Video.

e) Confección de un periódico.

f) Obra teatral.

g) Cuento.

h) Mural.

i) Afiches.

En definitiva, la entrega de la Historia Local, puede hacerse por medio de cualquier expresión cultural que el grupo determine. Pero es importante hacerla, pues el recibimiento de la Historia Local, por parte de aquellos a quienes interesa (colegio, barrio, vecinos, etc.) es la instancia definitiva para decir "tarea cumplida".

AHORA LA IMPLEMENTACIÓN ...

Ya terminó la consideración de los pasos en el diseño de una historia local. Por tanto, ¡a proponerla a sus alumnos! Esperamos que vuelva a juntarse con sus colegas para saber cómo les fue en este proyecto.

Le sugerimos, que al finalizar esta sesión, o mas tarde, cuando vean los resultados de la historia local, piensen en una forma de difundir los resultados de su experiencia durante la discusión del módulo, utilizando uno de los siguientes medios:

un periódico.

una feria de historia local, una obra de teatro.

otro evento cultural, que reúna a la comunidad escolar y local.

LE SUGERIMOS QUE

lea el conjunto de los registros efectuados en su diario profesional hasta este momento y sistematice su experiencia en alguna de las siguientes formas: escriba una carta destinada a una persona que pueda estar interesada en el tema y narre algunas vivencias del trabajo de este módulo. considere en forma escrita si el título de este módulo le parece apropiado y por qué.

EFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

• Bach.Richard(s/f)Ilusiones.Santiago:Pomaire.

• Bisquerra,R.(1989). Métodosde Investigación Educativa.Barcelona:CEAC.

Briones,Guiillermo(1992).La Investigaciónen elAula y enla Escuela, Formación de Docentes enInvestigaciónEducativa,.Bogotá: SECAB(SecretaríaEjecutivadel ConvenioAndrésBello),2°edición,.

• Briones,Guillermo(1985). Métodosy Técnicas de Investigación paralasCiencias

Sociales. México:EditorialTrillas.

• Briones,Guillermo(1988). LaEvaluacíónInteractíva.OrientacionesMetodológicas paraun Trabajo Participativo enel Terreno.Santiago:PIIE.

• ECO(1994).Historias paraun Fin de Siglo. Santiago: Pehuén.

• ECO,CIDE,JUNDEP(1992).SesionesdelTallerdeHistoriasLocales. Santiago:FONDEC

• Garcés,M.yMilos,P(1987).AspectosEducativo-PolíticoenlaRecuperacióndela

MemoriaPopular.Santiago:ECO.DocumentodetrabajoN°16.

• Garcés,Marioetal.(1993).VocesdeIdentidad.PropuestaMeteorológica parala RecuperacióndelaHistoriaLocal. Santiago:CIDE,ECO,JUNDEP,FONDEC/MINEDUC.

• García,M.Ibáñez,J.yAlvira,Ecompiladores(1993). ElAnálisisdela Realidad

Social. Métodosy TécnicasdeInvestigación. Madrid:AlianzaUniversidadTextos,5° impresión.

• Krebs,R.(1995).HaciaunaHistoriadelaVidaCotidiana.Revista Universitaria No50.

Santiago:PontificiaUniversidadCatólicadeChile.

• Levi,Carlos(1982). CristoSeParó enEboli. Madrid:PlazayJanés,S.A.

• Luc,Jean-Noél(1981).La Enseñanza delaHistoriaaTravésdelMedio.Madrid:

Cincel-Kapelusz.

• Sur (1985). Historiografía Chilena. Balances y Perspectivas. Actas del Seminario de

Historia de Chile. Santiago: SUR.

Taylor, S:1. y Bogdan, R. (1992). Introducción a losMétodos Cualitativos de Investiga-ción. Barcelona: Ediciones Paidós.

REFLEXIONES EN TORNO R LR HISTORIA LOCAL

Mabel Garrido Vargas

LR HISTORIO ESTÁ R NUESTRO ALREDEDOR

La Historia está a nuestro alrededor... ¡ Qué verdad tan obvia! ¡ Qué trivialidad el recordarlo! (Luc,1981, p.15) y sin embargo, cuando pensamos en la historia, inmediatamente evocamos el pasado, un pasado lleno de héroes, batallas, enfrentamientos; un pasado lejano, un pasado distante...

En un sentido más amplio, la Historia puede ser definida como el estudio del conocimiento del pasado que es un conocimiento diferente al conocimiento sociológico. También podría ser definida como el pasado del hombre y sus experiencias a través del tiempo. Es decir, su objeto de estudio es el hombre y su realidad social, realidad. que se comporta como un conjunto de particularidades en movimiento.

Pero esta realidad no sólo está constituida por una sucesión de episodios épicos o elecciones presidenciales, sino que también comprende las "Interpretaciones" y los "Significados" que los sujetos atribuyen a los acontecimientos del cual son parte involucrada.

Esta cadena de particularidades son las que nutren y fortalecen la historia acontecida, y que es distinta a la historia escrita o historiografía, pues intenta explicar los hechos y los sentidos que emergen desde las experiencias colectivas. Esta historia, es una nueva forma de hacer historia, pues rescata y reconstruye la identidad de los que por mucho tiempo no tuvieron voz.

INICIO DEL CAMINO

El camino que se debió recorrer para llegar a esta nueva forma de hacer historia, fue largo y penoso, e incluso lleno de incomprensiones y también de perseverancias. La nueva concepción se expandió en forma vertiginosa y estuvo ligada al advenimiento de un nuevo paradigma en la investigación que comprende el uso de la observación descriptiva, las entrevistas en profundidad y otros métodos cualitativos.

Los orígenes de la Nueva Historia, se encuentran en las narrativas de viajeros y escritores desde Heródoto a Marco Polo; pero es sólo a partir del siglo XIX, que se empieza a utilizar conscientemente esta forma de investigación social e histórica. Hasta el siglo XVIII no se había prestado atención a describir y analizar la vida de grupos sociales "sin voz" (sirvientes, clases bajas, proletariado, campesinos, vida rural, tribus, etc.). Incluso, cuando en la literatura aparecían personajes pertenecientes a estos grupos sociales, se les miraba con poca seriedad, incomprensión y menosprecio, considerándolos de un nivel inferior (Bisquerra, 1989).

A partir del siglo XIX, el interés por el mundo de los pobres, de los marginados, en definitiva de las clases populares, crece progresivamente. Proliferan los informes y las narraciones de viajes. Se relata la vida de los habitantes de las colonias que los países europeos tenían en ultramar. Surge así, la antropología, la etnología, también aparecen las primeras biografías, que se toman y utilizan como fuente documental para hacer historia.

Así, una nueva forma de hacer historia entra en el siglo XX, como reacción deliberada contra el paradigma tradicional como definido por Thomas Kuhn, el historiador de la ciencia. Se observa, entonces, " uno de los hechos más fascinantes en el campo de las Ciencias Humanas, ... la renovación que ha experimentando la Ciencia Histórica en los últimos decenios, conocida como la "Nueva Historia", la Nouvelle Historie" (Krebs,1996) .

EN CHILE

En Chile, la historiografía nacional se ha caracterizado por seguir los cánones clásicos, es decir, reconstrucción del hecho social particular, siguiendo la trayectoria de los actores protagónicos y mostrando los procesos históricos en un enfoque conectado con determinados proyectos nacionales (nación, patria, etc.).

De este modo, el tipo de Historia de Chile que ha sido predominante, ha configurado una identidad histórica nacional conservadora, llevando a una desigual distribución de la conciencia histórica entre los chilenos. No ha logrado ponerse al día con nuestra cambiante realidad social y ha perdido significativamente su capacidad para explicarnos como sociedad.

En los últimos veinte años, en Chile el revisionismo histórico ha significado una serie de quiebres y alteraciones, cuyas consecuencias han sido, entre otras, que la conciencia histórica se ha intensificado y con ello, el interés por la observación historiográfica. El revisionismo histórico está haciendo importantes esfuerzos por sacar a la historiografía nacional de su "tradicionalismo", reconociendo que hacerlo es una necesidad social, que tiene que ver con lo popular y también con la posibilidad de asentar un sentido más social y dinámico de la unidad nacional, que el que la historiografía conservadora ha impuesto.

La perspectiva del revisionismo histórico ha generado un cierto número de líneas de investigación, como la historia urbana, la historia demográfica, la historia económica, la tradición oral, que en su conjunto, parecen estar echando las bases para un nuevo movimiento historiográfico (Sur, 1985).

Esta nueva Historia; en contraposición a la historia tradicional, presenta una cambio en la percepción y en el quehacer historiográfico, cambio que se refleja lentamente desde antes de la década de 1970, pero que se acelera y toma forma a partir de la crisis política general que sufre Chile con el gobierno militar.

Se comienza a hacer historia crítica; crítica que se hacia desde los años 50, principalmente la ausencia, en la historia, de amplios sectores sociales. También se critica a la historiografía marxista chilena que había hecho una adopción mecánica de la historia nacional a la teoría marxista propiamente tal (Sur, 1985).

Entre las décadas de 1960 -1970, los historiadores intentan construir la historia del país, del continente y de América Latina a partir de sus propias determinaciones históricas. Antes de 1973, e independiente de la historia tradicional, se desarrolló una historiografía crítica y centrista que se opuso tanto a las prácticas conservadoras como al marxismo tradicional. Se privilegió lo económico-social sobre lo político-cultural. Pero la mayoría de los historiadores que tomaron este camino desembocaron en la problemática de los modelos de producción. Otros desarrollaron historia cuantitativa, demográfica y otros dieron especial relevancia a la nueva historia política, de los movimientos sociales y de la difusión popular. Se podría decir que este desarrollo reproduce, aproximadamente, el movimiento de la historiografía europea reciente, en el sentido de pasar de una fase erudito-filológica a otra de la historia económica-social (cuantitativa) y de ésta al integralismo de la "Historia Social" (Sur, 1985).

Así en la base de la sociedad chilena y en los vastos sectores populares, la historia comienza a tener una gran resonancia especialmente a nivel local o de la investigación relativa a lo local. Se advierte un desplazamiento de interés, al pasar del estudio a escala nacional al estudio local; y desde el estudio de las instituciones públicas al de la vida doméstica o cotidiana.

Este tipo de historia representa un intento por ensanchar la base histórica, de aumentar su campo de estudio, de utilizar nuevas fuentes y ofrecer nuevos aportes al conocimiento. Es así, que la historia popular se emplea hoy para denotar una historia cuya escala es local, cuyo tema es la región, el municipio o la parroquia, el barrio, el suburbio e incluso una calle.

LO HISTORIO LOCRL

La historia local, dentro del contexto historiográfico chileno, es una nueva forma de conocimiento histórico. Es una historia que afirma la identidad y que mide paso a paso experiencias acotadas a un territorio y a una sociabilidad que es singular a una localidad. Estas experiencias son relatadas y explicadas por sus propios protagonistas. Y han contribuido en forma paulatina a revitalizar la ciencia histórica, explicando la realidad con las contradicciones económico-sociales, que permanentemente potencian el movimiento de los sujetos en pos del cambio, otorgándoles una marcada historicidad.

La recuperación de las Historias Locales, aún en forma embrionaria, nos permite conocer algunos aspectos de la vida social y valorar las identidades sociales populares que conviven en nuestro país.

En efecto, la preocupación por las identidades sociales se ha vuelto relevante. Esto se debe, entre otros motivos, a la creciente tendencia a la homogeneización que viven las sociedades modernas. El desarrollo de las comunicaciones a escala planetaria y los procesos de transnacionalización de las economías, que se han intensificado en las últimas décadas, están produciendo una suerte de "universalización de la cultura". Sin embargo, más allá de la homogeneización, las identidades sociales se hacen sentir en los más diversos procesos sociales, políticos y culturales. Y es allí, donde la historia local actúa como una auténtica "pedagogía social" que puede contribuir a la recuperación de imágenes y experiencias que han marcado nuestra sociedad y que trascienden los sesgados modelos culturales vigentes (Sur, 1994).

Frente a esta manera de ver la historia, existe un sentido común que la entiende como conocimientos determinados que algunos poseen y que sólo pueden ser adquiridos a través de lecturas y memorización. Este sentido común es reafirmado constantemente tanto en la educación básica como de la educación media y la enseñanza superior, por parte de educadores, historiadores e intelectuales que apoyan la lógica de la escuela tradicional con su actitud pasiva frente al conocimiento.

Por otra parte, crece la demanda de ver en la realidad un recurso útil y necesario para una transformación, y la posibilidad de reapropiarse de sus cualidades y sentidos.

La historia social en Chile, producida en los últimos años, ha desarrollado líneas de investigación que tematizan la vida cotidiana y sus interacciones sociales, contribuyendo de este modo a que diversos sectores de la sociedad se reconozcan en un pasado común y en sus aportes a la cultura nacional (ECO, 1994).

HISTORIAS LOCALES Y EDUCOCION...

Lo anterior, nos permite hablar de un sentido educativo de los procesos de recuperación de la memoria histórica, principalmente de la recuperación de la historia local. Este sentido educativo favorece la reapropiación por parte de los actores de su propia historia y redefine

la relación con el historiador (profesor de historia). Permite realizar aprendizajes, interpelaciones y desafíos en la producción del saber histórico, abriéndose a hacer del conocimiento histórico, una ocasión de aprendizaje.

Este aprendizaje, como propuesta para una nueva forma de hacer historia, se basa en los procesos de recuperación de la memoria histórica a partir de la visión que las personas tienen del presente. Esto significa que la indagación del conocimiento acumulado y sistematizado, se orienta por los interrogantes y problemas que los actores ven en la realidad en que viven.

La mirada hacia el pasado adquiere un valor significativo, y por ende un sentido educativo, en tanto contribuye a dilucidar los problemas del presente y genera un conocimiento que puede modificar o confirmar la visión de la actualidad y el diseño de respuestas ante sus problemas.

El reconocimiento de la propia memoria como conocimiento válido y valioso para reconstruir la historia local, hace que los actores cambien su concepción de la historia y por ende su rol en ella. Esto significa que la historia se va transformando en un saber hacer historia, como un doble ejercicio de recuperación del pasado propio y de posibilidad de incidencia presente y futura.

Pero, la recuperación de la memoria histórica debe basarse en una metodología o concepción educativa que permita y facilite la expresividad del actor. En la medida que la experiencia histórica de los sujetos, recurriendo a su memoria o actual experiencia, está a la base de estos procesos, se debe facilitar la expresión libre. Se debe acortar la distancia entre los que saben más de historia de los que no saben, por medio de materiales educativos que no refuercen esta distancia. Ello permitirá valorar el propio conocimiento, sin perder de vista que el objeto de análisis es el presente y que en función de él se recurre al pasado y a su memoria. Esta centralidad del tiempo presente es la que asegura la posibilidad de una relación educativa con el pasado; favorece la capacidad de hacerle preguntas significativas y construir sus posibles respuestas.

La acumulación de conocimiento y por tanto la posibilidad de modificar las formas de comprender y actuar, debe hacerse a partir de la interrogación que desde el presente se hace al pasado. Es decir, se trata de producir un conocimiento diacrónico que ponga en relación efectiva las aproximaciones parciales al pasado, al presente o al futuro. Desde el punto de vista pedagógico, uno de los modos de realizar este proceso reside en la capacidad

de los grupos de ir visualizando e identificando problemas articulados a partir de estas tres dimensiones temporales (pasado, presente y futuro). Otra forma mas global, compleja y complementaria a la anterior es la reflexión en torno a los factores que permiten definir y hablar de un movimiento o proceso histórico; es decir, de los hilos conductores que articulan ese proceso y que permiten percibir la continuidad del cambio.

Este aprendizaje, implica orientaciones para la acción, pues el punto de partida de estos procesos es el presente y sus problemas; permitiendo, por lo general, que sus logros cristalicen en una nueva visión de la realidad y en una mayor capacidad de actuar sobre ella.

Finalmente, el valor de las experiencias y de las identidades sociales históricamente construidas, no pueden ser vistas como un recurso romántico que permita a ciertos sectores populares sentirse satisfechos con su pasado. Por el contrario, estas experiencias tienen valor en la configuración de las identidades sociales populares y tienen valor educativo, pues se trata de procesos y aspectos relevantes para el desarrollo económico social y para la profundización de la democracia (ECO, 1994).

¿CÓMO DISEÑAR ESQUEMAS CRONOLÓGICOS?

María Angélica Oliva Ureta y Mabel Garrido Vargas.

Los esquemas cronológicos o cuadros cronológicos constituyen un medio para aproximarse a la estructura temporal de la Historia. Son una representación gráfica, un modelo que permite ejemplificar el transcurso del tiempo histórico de una manera más didáctica.

A través de los esquemas cronológicos se puede:

Contribuir a desarrollar el pensamiento cronológico.

Analizar criticamente las fortalezas y debilidades de las representaciones iconográficas (esquemas cronológicos) del sentido del tiempo.

Aplicar diversas formas de representación iconográfica del sentido histórico o del tiempo en el Liceo.

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