Reflexiones_Cuento

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Algunas reflexiones que llegaron a mi vida por fuera del aula de clase. Esteban Moscoso


No sé cuándo comenzó todo, solo sé que he entrado en un mundo que no hubiera querido entrar, pues la verdad no entiendo su sentido ni tampoco su manera de pensar, creo que estoy atrapado en un espacio que manipula mi inteligencia, pues la manipula porque tengo que aprender lo que ellos me obligan. Tal vez nunca me hubiera dado cuenta que todo esto pasaba en mi vida, pero fue aquel instante que jamás esperaba que me abrió los ojos y la mente, pues aquel día que me dirigía de mi casa a la escuela me encontré con un hombre, de traje negro y elegante, con un sombrero un poco llamativo y una voz elegante que hacía retumbar cada silaba que pronunciaba, yo pasé muy silencioso por el estrecho andén en el que él estaba parado, tuve un susto enorme cuando este hombre me dirigió un saludo, él me dijo “Hacia dondé te diriges” yo le respondí:


“Hacia la escuela” el hombre se notó un poco sorprendido por lo que yo le respondí y sus gestos eran como si yo estuviese tomando una mala decisión, él me dijo “Para que vas allá” y yo sin saber mucho qué responder le dije “Porque tengo 15 años y tengo qué ir a la escuela” no sabía qué más decir y por su aspecto y forma de dirigirse a mí tenía miedo, el hombre me dijo “Parece que estas asustado, no te preocupes sólo soy un hombre de mayor edad que tú, que está parado en un andén comprendiendo muchas cosas de las que pasan, tengo unos caramelos por si quieres” yo le respondí “Si me das caramelos yo me quedo” Y él se rió y al mismo tiempo me dijo “ Pues acompáñame al parque, allí te los daré” Íbamos directo al parque y ya estaba retrasado 20 minutos para la entrada a la escuela, pero después de 15 minutos de


retraso no entraba nadie, entonces decidí seguir con el hombre y no preocuparme más por la escuela, al fin y al cabo no tenía dinero para comprar caramelos y este hombre me los regalaría. Cuando llevábamos cerca de 10 minutos caminando el hombre se sentó en una banca que estaba en un andén en una carretera, yo también me senté, estirándole mi mano, esperando mis caramelos. El hombre con unos gestos en su rostro que jamás había visto me decía “No hay ningún parque, tampoco hay caramelos, solo te traje hasta acá porque yo quería” Me asuste aún más ante lo que escuchaba, no eran palabras normales, al menos nadie se había dirigido a mí alguna vez así y yo simplemente me intimidé ante ello y le dije “Por favor no me hagas nada, quiero volver a mi casa” Volvió a hacer un gesto raro, esta vez era algo como si se sintiera culpable y simplemente me dijo “Tranquilo, sólo quiero hablar contigo, pero si quieres ir a tu casa a que te regañen por no haber ido a estudiar y por estar con un hombre que no conoces, entonces vete” Él tenía toda la razón y yo me quedé

sentado, pues no quería que mis padres me regañaran y me castigaran, hubo un silencio muy profundo, nadie decía nada, solo se escuchaba el pasar de vehículos y algunos pájaros en la zona, hasta que a este hombre se le cayó un libro, el libro rodó un poco hasta la calle, yo salí corriendo por él, lo alcancé y se lo devolví al hombre, lo confieso, corrí el riesgo de recogerlo porque tenía la esperanza de qué me diera algún caramelo, se lo entregué y me dijo “Has recogido tu libro, te lo regalo” yo le respondí “Yo como para que este libro, es demasiado grande y no entiendo nada de lo que dice” me llamaba la atención que el hombre se volvió a reír, ya lo había hecho unas cuantas veces y yo le dije “Porque te ríes tanto de lo que digo si hablo muy en serio” el me miró fijamente y me dijo “Así mismo como yo me rio de lo que dices, en la escuela se



ríen de lo que haces” yo no entendía mucho estas palabras, hasta llegué a pensar que se refería a que yo era algo como un cuenta chistes, pero en ese momento bajé la mirada y leí que en la portada del libro que el hombre me había regalado decía “Estudiar para reírte de los demás”. Fueron tantas las dudas que sentí en ese momento, me sentía demasiado confundido, no solo por todo lo que había pasado en ese día, sino por las ideas que estaba experimentando, era algo como si estuviese hipnotizado y presenciando mi primera crisis existencial. El hombre me dijo “Creo que es hora de que vayas para tu casa y si te llama la atención y quieres darle una leída a tu nuevo libro” yo no me despedí, estaba un poco asustado, ni siquiera tuve en cuenta que eran las 9 de la mañana y me regañarían en la casa por llegar a esa hora, solo emprendí mi rumbo hacia mi casa, en 20 minutos llegue y no sabía si tocar la puerta o entrar por la ventana, si entrar con uniforme o ir por ropa donde un amigo, me estaba pasando lo que nunca me había llegado a pasar, tenía muchas dudas, de cada acción y cada palabra que planeaba hacer, al fin y al cabo tome mi mochila al hombro y mi libro en la mano, toque la puerta y con una postura como nunca la había tenido, salude a mi madre, ella me saludo un poco indiferente y me preguntaba porque estaba en la casa a esa hora, pero en mi cara se podía notar la angustia, duda, tristeza y muchos síntomas de la juventud que estaba


padeciendo, yo guardé silencio y la miré fijamente a los ojos, ella me tomó de la mano y me acompañó hasta la habitación, allí hablamos un rato, nunca llegué a imaginarme que fuera tan importante mi palabra para ella, ya me estaba acostumbrando a que tenía que levantar la mano para hablar y simplemente me responderían a lo que preguntara, sin importar por qué lo hacía, ni si en verdad me importaba. La conversación fue más de mis dudas de juventud y entablamos una bella conversación hasta el punto que mi madre se retiró de la habitación y yo comencé a dormir. Cuando desperté tenía el libro entre mis manos, pareciera que este me perseguía, casualmente tenía aún mucha pereza de levantarme así que decidí abrir el libro, en la primer parte del libro decía “Solo lee el prólogo, luego te estaré esperando en la banca de la

carretera a la salida de tu escuela”. En ese momento, yo comencé a darle un vistazo al libro, más especialmente su primer parte “el prólogo” y vi que este decía un retrato de vida. Era de un hombre mayor al parecer y este contaba como transcurrió su niñez, entre grandes dificultades y entre falta de valores, lo digo porque él decía que no podía jugar ni disfrutar su tiempo, en otras palabras, tuvo una infancia en vano. Y me llamo mucho la atención que en una parte él relataba que nunca tuvo creatividad y cuando era un adulto dependía de su mamá. Al otro día yo salí de la escuela y me fui a ver con el hombre al mismo lugar, nos saludamos, ya un poco más cordialmente y él me dijo que si yo había leído el prólogo del libro, yo le respondí “si lo leí y me dio mucha curiosidad de porque el hombre después del estudio siguió dependiendo de su mama”. Yo no me podía demorar mucho


así que se lo hice saber al hombre y el solo me dijo “El hombre quedo dependiendo de su mama porque lo que aprendió en la escuela solo le ayudaba a solucionar problemas matemáticos y saberes importantes en el conocimiento, pero en este tipo de educación ofrecida nunca le enseñaron a ser una persona de valores íntegros con las demás personas y el escribió el libro para chicos como tú, que están a tiempo de aprender a vivir, eso no lo enseñan en la escuela. El hombre de aquél libro soy yo y espero que lo continúes leyendo” Yo totalmente anonadado por las palabras que me decía esté hombre me despedí muy educadamente y le dije al hombre que yo leería el libro. Esa misma tarde al llegar a mi casa, tenía una diferente actitud, mi mama y yo, los dos estábamos un poco diferentes por lo sucedido el día anterior, pero estábamos bien, yo solo tomé mi tiempo en el libro que ahora se convertiría en mi especie de salvador. Leí las páginas siguientes del libro, estas explicaban un poco la vida del hombre y lo que le había pasado, era una historia de vida un poco impactante y la verdad en el colegio nunca me había pasado

Ejecuta:

algo que me conmoviera el corazón como me pasaba en ese momento con un libro y su historia. Cuando llevaba unas cuantas paginas el hombre daba a conocer unas cuantas maneras de tener valores y esta parte trataba de cómo ser una persona íntegra, hasta ese momento llegué a darme cuenta que la ética es tan importante en nuestra vida, nunca me habían enseñado sobre la ética. Al leer en breve unas cuantas páginas cerré el libro, tenía que hacer otros deberes. En ese me di cuenta de muchas cosas que no había hecho y que en muy poco tiempo me construyeron un poco como la lectura, las conversaciones importantes, las personas, las historias, los valores y muchas otras cosas que comenzaría a aprender con el transcurso del tiempo. En este momento me siento muy afortunado porque en el momento que mi vida tenía un rumbo que yo no conocía y que se basaba en la obediencia me sucedió todo esto y ya tengo la capacidad de sentarme con un lápiz y un papel a redactar los momentos que tuvieron mi vida, sin duda alguna esté redactado, que gracias a lo sucedido puedo estar entendiendo lo ocurrido y expresando de una manera educada.


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