Iglesia Misionera Hoy N° 511

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Navidad: Dios con nosotros



Editorial - Pbro. Dante De Sanzzi

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Navidad: Dios con nosotros La señal que da el profeta Isaías al rey Ajaz es el anuncio que nacerá un niño de una virgen. El receptor del mensaje, Ajaz, no quiere “tentar a Dios” ( Is 7,12) ; pero el profeta pide “no cansar al Señor” ( 7,13).

El nacimiento de Jesús es nuestra salvación. La vida del creyente, celebrando este acontecimiento, ya no es la misma. Reconocer la presencia de un Dios bondadoso cambia el pensamiento, reanima nuestra vida, levanta de las caídas, fortalece en la debilidad, reaviva la esperanza.

El niño, llamado Emmanuel, es el “Dios con nosotros”. El Creador se hace hombre y viene al mundo para salvarnos y redimirnos del pecado y de la muerte.

Que la llegada del Mesías resuene fuerte en nuestras vidas. Es Dios que está y se queda con nosotros. Es la presencia misionera del Padre que trae el anuncio de una vida mejor.


Revista

"Iglesia Misionera Hoy"

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Testimonio África: Alas, justo lo que estaba buscando

Testimonio África Mi amparo, mi refugio, mi Dios... COMINA V

Homenaje a Don Jaime de Nevares

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Beata Catalina de María: ¿Viajera o misionera?

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Pro­África Informe de las Colectas

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youtube.com/omparg

COMINA V

Conclusiones

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Para suscribirse a nuestra Revista 'Iglesia Misionera Hoy' escribe a: comunicacion@ompargentina.org.ar

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Lectura Orante Mensajeros de la Alegre Noticia

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Testimonio África: Efico ­ fiesta de la pubertad

Vocación Misionera La paciencia todo lo alcanza

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staff

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Editorial: Navidad: Dios con nosotros

N° 511 dic 2017 - feb 2018

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IAM Adviento Misionero

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COMINA V Con la fuerza arrolladora del Espíritu Santo

COMINA V

Misa de Clausura

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Propagación de la Fe Epifaná y Bautismo, ejes de la misión del Señor

Director: Pbro. Dante De Sanzzi Diagramación: Juan Repik Equipo de Redacción: Cristian Camargo (dibujo de Favio Rosso tapa) Pbro. Abel Iglesias Cortina, sdb Impreso: Administración: New Press Grupo Impresor Norma Jiménez

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Pastoral Biblica - CEA

Lectura Orante de la Palabra

Mensajeros de la alegre noticia (Is 40,1-11)

Te invito a acercarte a la Palabra en este tiempo de Adviento, de espera del Dios de la Vida. Tiempo de gozo sereno, porque sabemos que Jesús viene y su venida es presencia sanadora, Buena Noticia.

Invocamos la presencia del Espíritu

Proclamación de las Sagradas Escrituras Lectura del Profeta Isaías (Is 40,1-11)

Dios, Padre de misericordia, inúndanos con tu Espíritu! Que en medio de tantos anuncios y palabras, podamos abrirnos a tu Palabra que no pasa, que no se marchita… Danos tu Espíritu, que nos hace descubrirte hecho hombre entre nosotros, danos tu Espíritu que nos hace reconocer en lo que leemos tu Buena Noticia; ponemos en tu Corazón todas nuestras esperas y nuestras búsquedas, mientras aguardamos con gozo el cumplimiento de tu promesa.

“¡Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice su Dios! Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está paga, que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus pecados. Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios! ¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas

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se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies! Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor. Una voz dice: «¡Proclama!». Y yo respondo: «¿Qué proclamaré?». «Toda carne es hierba y toda su consistencia, como la flor de los campos: la hierba se seca, la flor se marchita cuando sopla sobre ella el aliento del Señor. Sí, el pueblo es la hierba. La hierba se seca, la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre». Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a las ciudades de Judá: «¡Aquí está tu Dios!». Ya llega el Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su victoria lo acompaña y su 4 recompensa lo precede. Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.

1- A la escucha de la Palabra… ¿Qué dice el texto?

Te invito a que vuelvas sobre el texto... ¿Qué significa consolar? ¿A quien está dirigida la orden? ¿Por qué? ¿Cuál es el anuncio que se invita a realizar? ¿Con qué se compara la Palabra de Dios? ¿Cuáles son las acciones que están invitados a llevar a cabo los mensajeros? ¿Cómo es el Señor que viene? El segundo Isaías (Is 40–55) se abre con este llamado que desinstala: ¡Consuelen, consuelen a mi pueblo!. Hacia el año 586 a.C, Babilonia invadió Jerusalén, destruyó su templo y llevó exiliados a una gran multitud. El pueblo, desterrado en Babilonia, sintió que lo ha perdido todo: tierra, rey y templo. Todo lo que lo vinculaba a la promesa del Dios que había ido acompañando la historia del pueblo y que le aseguraba su presencia. Y ahí están… si lo han perdido todo… ¿Dónde está Dios? ¿Acaso Dios no se ha olvidado de ellos? Ahí están preguntándose si es posible la esperanza para Israel. Si la Palabra del Señor permanece. Es entonces cuando Dios suscita en medio del pueblo desterrado esta comunidad de discípulos del profeta que reciben una misión: consolar al pueblo, hablar al corazón de ese pueblo que camina en tinieblas. La repetición del imperativo “consuelen” introduce y resume el tema fundamental. (v.1) El profeta es portador de un gozoso anuncio de consuelo y liberación, esa es su misión “háblenle al corazón” (v.2) Es el Señor quien consuela Jerusalén… y una voz celestial da la orden de preparar en el desierto el camino del Señor. Dios sigue actuando en la historia y conduciendo al pueblo. La liberación de Israel está próxima, el regreso a la tierra ya se aproxima. En la lectura aparecen dos escenarios, son lugares significativos en toda la historia de Salvación:


Desierto: lugar de soledad, de muerte; pero también de vida. Lugar de lágrimas; pero también lugar de alianza, de encuentro con Dios, de identidad de Pueblo elegido. Camino: toda la historia del pueblo de Israel se presenta como camino… Este nuevo camino que hay que preparar es el camino del retorno a la tierra que Dios mismo había dado por herencia, es un nuevo éxodo. Entonces, la “gloria del Señor”(v.5) (Kabôd) que estaba en el templo, se hace presente en la historia, en el desierto y en el camino… La gloria es la irradiación luminosa y visible de la santidad de Dios. Y aunque el hombre sea frágil y sus esperanzas efímeras la Palabra del Señor es estable y su compromiso eterno: el Pueblo deportado está llamado a confiar en la estabilidad de la promesa. (v. 6-8) Es tiempo de alegría (v.9-10), hay una buena noticia. La expresión en el texto dice “tú que llevas la buena noticia a Sion”. Llevar el mensaje ha sido traducido al griego como evangelizestahai (evangelizar). Es anuncio gozoso, sin temor, porque Dios es más grande que todos los dioses. ¡Ahí está Dios! ¡Aquí está tu Dios! (v.11); tan fuerte como un guerrero y tan tierno como un pastor…

2- Interpelados por la Palabra… ¿Qué me/nos dice el texto? Te invito a rumiar el texto... Luego que comprendí lo que dice el texto, llega el momento de aplicarlo a mi vida. Porque creo que Dios me habla en las Escrituras, no busco en ella solo una bella obra literaria, o una historia lejana sino una palabra que tiene algo para decirme en mi realidad y en mi situación concreta. • •

¿Qué me dice el texto a mí? ¿Qué nos dice a nosotros, a nuestra comunidad?

¿Cuál es el mensaje del que Jesús me hace portador? La alegría del anuncio que estoy invitada/o a llevar, ¿ha encontrado eco en lo profundo de mi corazón? Esta alegría de la Buena Noticia, ¿ha transformado mi vida, mi mirada y mis relaciones? ¿Creo que la Palabra de Dios permanece para siempre? ¿Cuál es la Palabra que guardo dentro y que anima mi caminar como misionero? Aquí está Dios, ya llega con poder… y apacienta como un pastor. ¿Cual es la imagen de Dios que hay en mi corazón? ¿Es el Adviento tiempo de profunda esperanza? El exilio, fue un período de reflexión y conversión al Señor, de hacer de la propia existencia un “templo”, de confianza en el camino de regreso a la tierra. ¿Qué implica para mí volver a la tierra en este Adviento?

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3- Respondemos a Dios… ¿Qué le digo/decimos a Dios a partir del texto?

Volver tu corazón y tu mirada a Dios… (¿Qué le digo?) Hemos leído las Escritura y analizamos nuestra historia. Nos preguntamos qué nos decía… Ahora pasamos a otro momento, de encuentro profundo, de intimidad… ¿Qué le digo a Jesús? ¿Qué le decimos?

Desde el silencio del corazón… Dejamos resonar en el silencio del corazón la invitación “consuelen”…

4- Respondemos a Dios… ¿Qué haré/ haremos a partir del texto?

Ponerse en camino de conversión… (¿A qué me comprometo?) 6

El Señor me ha hablado…; su Palabra como un espejo, nos desveló su amor en nuestras realidades… También yo estoy invitado/a a vivir mi vocación profética, adherirme a su mensaje y hacer de mi existencia una invitación permanente a la alegría de su presencia. Ser misionero es ser profeta de la esperanza, testigo de la alegría. Ser misionero es “preparar el camino al Señor” que llega. Ser misionero es anunciar con toda la vida

que, aunque seamos frágiles, y nuestras promesas muchas veces se diluyan, la Palabra del Señor es estable y su compromiso con la humanidad es eterno. Desde la experiencia del anuncio y el consuelo recibido… ¿De qué manera concreta voy/vamos a asumir este compromiso de “consolar”? ¡Ven Señor! Seguí susurrando en nuestros corazones tu anuncio que es “EVANGELIO”, porque nos trae el consuelo, nos alienta en la esperanza, nos hace alegres servidores de tu Reino. ¡Ven Señor y envíanos a llevar tu consuelo, en esta hora de la historia en que nos invitas A PONERNOS DE PIE Y EN SALIDA!

Podemos cantar: Consolad, a mi pueblo dice el Señor, hablad al corazón del hombre. Gritad, que mi amor ha vencido, preparad el camino, que viene tu Redentor. Yo te he elegido para amar. te doy mi fuerza y luz para guiar; yo soy consuelo en tu mirar, ¡Gloria a Dios! https://www.youtube.com/watch?v=emn4x0f0LpI


Victoria Allende (*)

¡Alas!, justo lo que estaba buscando… 7

La lectura es uno de los placeres a los que, en un principio, tuve que renunciar en tierra de misión… aunque no fue por mucho tiempo. Camino hacia una reunión por las pintorescas calles de Lubango, ciudad que combina sutilmente la decadencia de sus edificios vetustos con el brillo y la alegría de sus habitantes, entre el bullicio de la urbe adornada con vendedores ambulantes –que desde ropa hasta gallinas ofrecen todo lo necesario para la vida del transeúnte–, encontré un puesto de libros. Me detuve. Autores desconocidos, títulos extraños, portadas coloridas; me decidí por uno que llamó mi atención. Se o passado não tivesse asas (Si el pasado no tuviese alas): ¡alas!, justo lo que estaba buscando… Dios me ha dado enormes gracias en mi vida, pero puedo decir con certeza que estos meses en Angola me ha sorprendido con su tierno amor de Padre, con su dulce pedagogía y el inmenso cariño de incontables detalles que

sólo un padre puede tener con sus hijos. La vida, desde el inicio, es un misterio de amor tan grande que si quisiéramos desentrañarlo perderíamos el tiempo. Porque el amor no se entiende sino que se vive: se da y se recibe. Si tuviese que elegir una sola palabra para describir este tiempo de misión, esa sería Amor; ese con A mayúscula, el Amor que recibí sin esperarlo de las personas con las que el Señor fue a mi encuentro, ese que brota de la sonrisa del que estaba triste, el Amor que ofrece aquel que cree que no tiene nada, ese que se escondía solapado tras los rostros endurecidos que hoy se alegran, aquel Amor que nace junto con la esperanza del que ya no esperaba nada. ¿Quién lo iba a decir?, vine a África y encontré el Amor. Podría comenzar aquí a escribir las cosas que hacemos: alfabetización de niños y adultos en áreas rurales, acompañamiento a grupos parroquiales de jóvenes y mujeres, apoyo para


iniciativas de desenvolvimiento social; también compartir algunos de nuestros proyectos: talleres de arte, atención primaria de la salud y medicina natural, programas con niños de la calle; o bien elegir algunas experiencias de tantas historias compartidas para contar: Adriano y su familia, esa abuela que vende harina en la pracinha, aquellas mujeres que ayer escapaban de la guerra entre bombas y miseria y hoy mantienen vivas las costumbres ancestrales de sus comunidades a través de la artesanía. Mi corazón desborda de momentos compartidos: alegrías y caídas, encuentros y abrazos para reír y para llorar, manos que se tedien para levantarnos y caminar, silencios que contemplan el gran misterio que componen los dones de la vida y de la fe, sintiendo siempre la presencia fiel de Jesús, amigo, compañero y guía. Pero prefiero invitarte a que vos mismo conozcas los nombres de las personas con las que Dios te quiere encontrar, que vivas en

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primera persona las experiencias que el Señor ha pensado desde siempre para vos, que sonrías y llores en el lugar y el momento que tiene que ser, con aquellos que te esperan, para vivir la aventura que es cada día. Y para darle sentido al comienzo de estas palabras me animo a decir que el Amor son las alas de la vida. Podemos vivir sin alas… pero no vale la pena. Podemos ponernos alas para escapar… no llegaríamos lejos. Podemos, mejor, cultivar la semilla de Amor que Dios ha puesto en nuestro corazón y así desenvolver las alas para buscar la Voluntad del Señor en nuestras vidas, para sobrevolar las tormentas, para construir nidos, para cobijar pichones, para encontrarnos con otros. Hoy es siempre todavía, hoy es el día para amar, hoy es el día para abrir las alas y lanzarte a amar.


Efico - fiesta de la pubertad

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Es viernes por la tarde y empieza un fin de semana lleno de actividades pastorales. El Padre Luis me invita a visitar unas aldeas y emprendo el viaje. Después de algunas horas llego a las tierras coloradas de Cacula, con sus montañas y sus flores, con sus innumerables caminitos que nacen aquí y allá, cada uno conduciéndonos a un mundo nuevo, a una aldea que, aunque parecida, es verdaderamente distinta de las otras. Pero el Padre Luis hoy me tiene una sorpresa inesperada. Una vez en la camioneta me adelanta algo: “Las comunidades locales tienen una fiesta tradicional –me explica– que consiste en la presentación formal de las jóvenes que completan sus 15 años, ya listas para casarse. En portugués le llamamos la fiesta de la pubertad, pero el nombre verdadero es efico. Para la misma ocasión se circuncidan los niños entre 5 y 7 años aproximadamente. Nosotros, como Iglesia, lo que hicimos fue incorporar esta costumbre a una celebración religiosa donde tanto las jóvenes como los niños tienen una

bendición especial, acompañados por sus padres que los llevan hasta el altar. Terminada la Misa, cada uno de los agasajados va para su kimbo –conjunto de casas donde vive un grupo de familias– a continuar la fiesta con música y comida tradicionales.” La primera impresión que tuve fue una reminiscencia a unas celebraciones de Semana Santa en un pueblecito del Valle Sagrado en Perú, ese sincretismo entre las tradiciones ancestrales y el Evangelio, esa sintonía entre historia y fe, una verdadera combinación de sabores para un plato que sólo Dios puede preparar. Volvamos a África… ellas envueltas en telas de colores estridentes, los cabellos adornados de bordados con figuras geométricas perfectas y largas trenzas, bellas, bellísimas como las novias que esperan el llamado del Novio; los niños, también visten telas de vistosos estampados, portan en sus manos derechas palos como bastones, simbolizando ese hombre en potencia que


aguarda escondido el tiempo de la madurez, tras cándidos rostros de pequeños un tanto asustados por tanto movimiento. La Misa tiene un momento especial donde los padres caminan con sus hijos hacia el altar, como quien lleva su oferta más preciosa al Señor. El Padre Luis, con una rama grande de olivo, empapada en agua bendita, les da la bendición. Por estas tierras es extraño que la Misa termine sin una danza, sobre todo en las aldeas. Pues no fue la excepción: madres e hijas desplegaron sus maravillosas destrezas artísticas, danzando y cantando hasta que la capilla, de adobe y chapa, se sumió bajo una nube de polvo. Debo confesar que este último detalle le dio un toque aun más místico a la celebración, fundiéndonos a todos los presentes en un espacio sin tiempo. Todo se detuvo, por lo menos en mi percepción, hasta que salimos en procesión. Siempre me ha llamado la atención la capacidad de integración e interacción del ser humano ante los aparentes –o digamos mejor, momentáneos– choques socio-culturales. La 10 armonía con la que las melodías de culturas milenarias se mixturan al ritmo de la Buena Nueva es parte del milagro que es la construcción del Reino. El anuncio del Evangelio no solamente acompaña sino que

renueva, completa y vivifica la vida y la fe de las naciones. Terminando la tarde, viene la última sorpresa. El soba –jefe de la comunidad– nos invita a su casa diciendo que es él quien ha preparado lo que nos espera servido en la mesa. Lo miro y lo vuelvo a mirar, encuentro algo familiar en él… debato unos instantes observándolo en silencio hasta que descubro ese halo conocido de su imagen: viste unos pantalones ajustados en la cintura por un cinto que sostiene un gran cuchillo, cubre su torso una camisa y lleva un sobrero en la cabeza. Quizás mi descripción no es lo suficientemente buena como para reflejar lo que vi, era un baqueano, gaucho pampeano, al estilo del Martín Fierro, que inclusive mientras charlábamos apoyaba su pie en la pared. ¡En seguida quise compartir con él estas coincidencias! Me gustan esos pequeños puntos de encuentro que diluyen las distancias físicas y echan por tierra los ficticios abismos que muchas veces creamos a base de prejuicios… disfruto de las cosas que nos unen, nos hermanan y ponen de manifiesto que somos todos hijos del mismo Dios, esas pequeñas y simples coincidencias que el Señor me regala sentándome a esa mesa, que no es otra que Su mesa, uniéndonos en la Eucaristía.


Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza. Estábamos en Luanda, en casa de las Teresianas, esperando las coordenadas de nuestro destino de misión. Recién llegadas a Angola, todo era novedad. Una de las personas que ahí conocí y que recuerdo frecuentemente con mucha felicidad es Tía Mingas. Delgada y envejecida, no sabría estimar su edad… solo sé que los surcos que marcan su rostro presentan la dualidad de una dulce sonrisa con la dureza de los años vividos. Madre, abuela y también hija, cocinera de la casa, supo conquistar nuestras barrigas y nuestros corazones con su inagotable alegría. Un día la encontré entre lágrimas, sola en la cocina. ¿Qué te pasa tía?, le dije con cariño. Ella compartió conmigo su dolor: “mi hijo, el más joven, está perdiendo su fe; se fue a otra iglesia, sólo discutimos, estoy muy triste, no sé qué hacer”. Qué decir ante el sufrimiento de esa madre, tomé sus manos en silencio. Nos abrazamos, intenté consolarla diciéndole algo que para mí podía sonar como una frase hecha, que se repite sin pensar: voy a rezar por él… Su cara cambió de repente, ahora se dibujada su sonrisa nuevamente. Las lágrimas se secaron, enderezó su postura, la luz de su rostro iluminó la gran cocina. ¡Ahora la desconcertada era yo! ¿Qué pasó?, no me animé a preguntar. Solo contemplaba el semblante nuevo de aquella mujer. Nos volvimos a abrazar, y cuando me disponía a despedirme ella me dijo: “ya no temo… sé que

Dios escuchará tu pedido”. Quedé muda, asustada, sorprendida, confundida. Salí directo hacia mi cuarto. Me senté en la cama y lloré, lloré y oré: Señor, cómo es posible que siempre esté dudando de Vos, de tu Amor, de tu Providencia, de tu Misericordia, de tu calor de Padre… Yo, la que pide sin creer, la que reclama sin intentar, la que no se entrega por completo porque siempre hay lugar para la duda. Yo, la que cae porque confía en sus propias fuerzas, la que no sabe orar de corazón, la que tantas veces desespera por falta de Esperanza. Sé con certeza que fue real lo que me dijo Tía Mingas: ella confía que Vos vas a escuchar mi pedido, y yo… ¿yo confío?, ¿creo con su fe, con su confianza?, ¿creo sin cuestionarme?, ¿creo y confío como ella en Vos con todo mi corazón? Qué lección tan grande me dio el Señor, creo que nunca voy a olvidar lo que para otros puede resultar una simple anécdota, ella fue para mí uno de los mayores testimonios de Fe que he visto en mi vida: ella creyó, sin más, sin vueltas, sin pensarlo. Aprendí lo que tantas veces escuché en Misa, en las catequesis, aquello de pidan creyendo que ya les fue concedido. Una vez más 11 el Evangelio se hace carne en mi vida, y si nosotros que somos malos, sabemos dar cosas buenas a nuestros hijos, ¿cuánto más hará con nosotros nuestro Padre del Cielo? Mingas me enseñó la importancia de la Confianza en Dios y la centralidad de la Fe para vivir con alegría. La oración de intercesión entre los hermanos es un hermoso instrumento en nuestra vida comunitaria. La Fe, pues, crece en el invernadero de la comunidad. El Espíritu Santo germina nuestros corazones y María, siempre atenta, riega las flores del jardín de su Hijo Jesús. Le pido a Dios que fortalezca con el abono de su Amor nuestra oración para que su campo de flores se extienda por todos los rincones del mundo.

(*) País: Angola Provincia: Huila Municipio: Lubango Arquidócesis: Lubango Obispo: Don Gabriel Bilingue Parroquia: Nossa Senhora Mama Muxima


P. Patricio Etchepareborda - patricioetchepareborda@gmail.com

Cuando comencé a hablar con gente que estuvo en Angola, y les compartí que me iba a misionar para allá, lo primero que todos me aconsejaron fue armarme de paciencia. Al ir un par de veces comprobé que había mucho de cierto en eso. Los caminos que acá se recorren en media hora, allá pueden llevar tres horas. Lo que acá uno puede arreglar fácilmente adquiriendo materiales en una ferretería, allá no hay más remedio que resignarse a verlo roto, o arreglarlo precariamente con lo que uno tenga en su casa. Y así podría enumerar muchas otras cosas. Sin embargo, compartiendo con muchos otros misioneros sus experiencias, me di cuenta que la paciencia es algo exigido por el mismo camino de discernimiento misionero, más allá del destino al que se apunte.

«La paciencia to

El camino de una v

Mi camino de discernimiento en la misión ad Gentes comenzó casi en simultaneo con mi discernimiento a la vocación sacerdotal. En el secundario ya soñaba con ser sacerdote misionero en países lejanos. Leer las historias de grandes santos como san 12 Francisco Javier, y tantos otros encendían mi corazón de una manera única. Esto, más las experiencias de misión en el Chaco, gran Buenos Aires y Entre Ríos, fueron mostrándome que la misión es un llamado importante en la vida del cristiano. Con el tiempo, al ir creciendo, fui dejando de lado esos sueños de misión ad Gentes. Pensaba que tan sólo eran sueños, historia antigua, relatos de una época pasada y que allí debían quedar. Pero un día, de repente, Dios sacó del cajón ese anhelo y lo hizo volver a arder como si nunca se hubiera apagado. Estaba en el primer año del seminario (año introductorio). Un diácono recién ordenado fue a predicarnos en una misa a los que estábamos comenzando el seminario. Mi corazón se abrió de par en par al escuchar que había hecho una experiencia misionera de un mes en Mozambique. Pero diez veces más fue mi curiosidad cuando contó que allá


odo lo alcanza»

vocación misionera

de la Caridad. Sin lugar a dudas fue la experiencia más difícil, y más linda a la vez, de mi vida. Fueron días de mucha pelea interior con Dios. De encontrarme con la capacidad destructiva que el pecado tiene. Por primera vez me enfrentaba cara a cara con esa verdad que en la facultad tantas veces había escuchado: «El pecado mata». Ahí, uno lo veía de una manera muy cruda. El pecado, el egoísmo, el individualismo hacía que gente muriera todos los días, en la calle, solos, comidos por los gusanos y las ratas. Era una cosa espantosa. Pero a la vez me mostró lo que la gracia es capaz de hacer en el ser humano. Gente iba de todas partes del mundo a ayudar a otros. A lavar ropa, cortar el pelo, darles de comer, cambiarlos, sanar heridas, levantarlos de la calle, o lo que hiciera falta. Éramos voluntarios de China, España, Japón, Méjico, Irlanda, Argentina, y tantos otros lados, que fuimos solamente para ayudar a los demás, sin siquiera conocerlos. Esta experiencia me dio vuelta como una media. Me hizo volver a elegir mi fe, decirle que sí nuevamente a Jesús. Y especialmente 13 confirmó que Dios había sembrado en mi corazón una búsqueda de amar a los demás,

había un cura diocesano, el P. Ignacio Copello, de la arquidiócesis de Bs. As. (¡¡mi diócesis!!) misionando desde hacía más de veinte años. Apenas terminé el desayuno fui al despacho de mi superior a tocarle la puerta y decirle que yo también quería ir al África, que siempre lo había querido. Obviamente la respuesta del superior fue: “Vas a tener que esperar”. Desde ese día en adelante, cada superior que tuve, cada director espiritual y obispo, supo que yo quería ir a África y que sentía que, al menos, Dios me pedía me tomara eso en serio en mi discernimiento. Después de varios años (cuatro años y medio) de charlas y oración, logré hacer un paso más concreto en este camino. La providencia me abrió las puertas a tener una experiencia de un mes y medio en la India, más que nada en Calcuta, con las Misioneras


apasiona, que hace arder mi corazón como los discípulos de Emaús al escuchar a Jesús en el camino (cf. Lc 24,32). Confirmé que también podía decir con san Pablo, salvando las distancias: «¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!» (1Cor 9,16).

más allá de las fronteras de mi país y mi diócesis. Lo que le faltó a esa misión fue la posibilidad de un anuncio explícito del evangelio. Sin dudas que lo anunciaba en cada trabajo que hacía, ya fuera cortar las uñas o amortajar un muerto; pero a nadie le había podido anunciar con palabras que Dios es amor. Esto dio pie a que, por más que Dios ya me había regalado esa experiencia para profundizar en mi camino, yo insistiera varios años más (cinco años más) para poder concretar la 14 soñada ida al África. Ya no a Mozambique sino a Angola. Esto lo pude realizar, en unas vacaciones, ya como sacerdote. Fui a conocer la misión en la que estaba aquel sacerdote del que muchos años antes me habían hablado; ahora en Lumeje-Cameia, diócesis de Luena. Esto me permitió conocer la realidad del país, las condiciones de vida, algo de las dificultades sociales, la realidad eclesial y tantas otras cosas. Un año después volví, ya no tanto como espectador sino como un humilde protagonista y colaborador. Esa vez pude armarme de coraje y empezar a celebrar la misa, no sólo en portugués sino también en el dialecto del lugar: el chokwe, celebré con la comunidad de Cangamba la navidad, fui por varias aldeas junto a una misionera laica, Alba Aida Comán, dando la catequesis, confesando, llevando la comunión a los enfermos, entre otras actividades. Lo más maravilloso de esta experiencia fue darme cuenta que ardía mi corazón. Realmente Dios confirmaba, en cierta manera, que hay algo de la misión que me

Por último, éstas tres experiencias misioneras me mostraron sobre todo que Dios es fiel y no abandona la obra de sus manos (cf. Sal 138,8). Especialmente en la India, cuando todas las estanterías interiores se movían y todo parecía caerse, en mi interior le dije: «Señor, hacete cargo. Si vos me trajiste acá, hacete cargo». Y así lo hizo. La vida del misionero está anclada en una verdad que no cambia: «Dios es fiel». Si Dios me sostuvo en el seminario, si Dios me sostuvo en la India, en Lumeje, en Cangamba, ¿por qué no me va a sostener más adelante en donde me mande? El haberme aferrado a ese Dios que «me amó y se entregó por mí» (Gal 2,20) y no haber sido defraudado, me ayudó a confiar, no en mis capacidades, sino en que su amor no me va a abandonar. Es por eso que el próximo 19 de febrero, después de 13 años de camino interior, discernimiento, charlas, pedidos y experiencias, parto para Angola como misionero. No me creo san Francisco Javier por ello, sé que hoy es un paso más en este camino misionero que Dios va entretejiendo. Sí, me pongo en las manos de Dios para que, con sus modos y tiempos, vaya haciendo lo que quiera de este servidor que no busca más que hacer su deber (cf. Lc 17,10).


Lucrecia Casemajor - Diócesis de Neuquén - V° Congreso Misionero Nacional - Neuquén del 18 al 20 de nov 2017

Con la fuerza arrolladora del

Espíritu Santo Luego de la finalización del V Congreso Misionero Nacional, tres palabras quedaron en el aliento común de los hermanos neuquinos: espiritualidad, alegría, providencia. Cada una como síntesis, como expresión de una experiencia única y como aquello que no sólo es portador de un significado profundo, sino también de un sentido nuevo. El congreso se instaló entre nosotros de varias maneras. Como novedad, por ser la primera vez que se realizaba un congreso de nuestra Iglesia argentina en la Patagonia. Como desafío ante una organización que necesitaba de nuestro entendimiento, nuestro tiempo extra y nuestra entrega cotidiana al Espíritu Santo ante la envergadura de lo que se avecinaba. Y también como experiencia que debía ser vivida más allá de nosotros mismos, porque de nosotros dependía en mucho la realización de algo que era para todos.

A medida que el trabajo nos demandaba más esfuerzo, más atención, más creatividad, más comunión, se fue despertando una conciencia activa del ser misión que se fue ampliando y propagando más allá de los aspectos organizativos de cada área. Y –también más allá de las dificultades, las opiniones encontradas o los disensos que este armado conllevaba–, nos fuimos contagiando de un nuevo espíritu y de una nueva voluntad en el servicio para este encuentro que puso por delante la Alegría del Evangelio. Imitando a Francisco, podríamos decir que nos primereó, nos prepeó, nos inundó de la fuerza arrolladora del Espíritu Santo y nos centró en Jesús. Así, durante tres días inolvidables, la Iglesia neuquina fue anfitriona privilegiada de numerosos hermanos de todo el país, que se dieron cita para reflexionar juntos sobre la actividad misionera de nuestra iglesia. El Colegio Don Bosco fue la sede del congreso,

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Primer día: sábado para VER En la apertura, los congresistas fueron recibidos con un abrazo musical representado por temas relacionados de cada región. Con alegría, colores y baile se abrió esta puerta del congreso, para no cerrarse más.

donde se organizaron los diversos momentos previstos por una agenda cargada de expectativas para todos: la apertura, las tres ponencias, los trabajos en grupo, Misa, la exposición de cada región del país con sus diócesis y la expo-stand. Junto a los equipos nacionales de Obras Misionales Pontificias, compartimos alegría y 16 experiencias con doce obispos, sesenta y ocho sacerdotes, cincuenta y cinco religiosos, siete diáconos, cuatrocientos cuarenta y un laicos y laicas, cuatrocientos hermanos y hermanas de las diferentes pastorales de la diócesis de Neuquén y cincuenta invitados. Con generosidad, apertura y espíritu misionero por parte de trescientas familias neuquinas, los congresistas fueron alojados en diferentes sedes de las comunidades parroquiales, donde también pudieron compartir la cena del sábado y la Misa del domingo por la mañana. Por ser la Jornada Mundial de los Pobres –instituida por el Papa Francisco en esta fecha– se realizaron gestos misioneros en cada comunidad parroquial. Los testimonios posteriores a estas experiencias en comunión, dan cuenta de algo que ni las fotos ni los videos pueden mostrar, porque en su misión, “el Espíritu habita en el corazón de los fieles haciendo de ellos su propio templo”¹ y eso sólo adquiere su reflejo en las actitudes y los gestos que se dan en el encuentro entre abrazos y vivencias compartidas.

El obispo de Neuquén, Fernando Martín Croxatto, dio la bienvenida a los participantes diciendo “venimos porque Jesús, con su Evangelio, nos complicó la vida y porque queremos que nos la complique más” e invitó a realizar un gesto entre los más cercanos, para confirmar la vocación misionera, diciéndole al otro que cada uno es una misión, que somos misión, bendiciéndonos mutuamente para estos días de trabajo, reflexión y compartir. Luego de presentada la Memoria de los Congresos Misioneros anteriores y la metodología de trabajo cargo del sacerdote de Neuquén, Daniel Lorente, bajo el método del Ver, Iluminar y Actuar, los congresistas escucharon la primera ponencia, a cargo del obispo Auxiliar de Buenos Aires, Mons. Enrique Eguía Seguí, relacionada con el VER.


El obispo Eguía Seguí analizó la realidad misionera de la Iglesia en Argentina, destacando que Francisco “nos quiere inspirar con imágenes visibles, no con programas; por eso nos presenta su modelo de iglesia soñado y sostenido desde y en la misión y misericordia”. “Desde esta premisa, estamos llamados a ser una Iglesia cada vez más misionera y misericordiosa, lo que implica entonces, una renovación pastoral de todas nuestras actividades evangelizadoras”, dijo el obispo Eguía Seguí y agregó que el Papa Francisco “nos pide que asumamos un estilo de Iglesia misericordioso, que se haga actitud, hábito, vida”, porque amando “se evangeliza, amando se misiona”. Por la tarde, se organizaron grupos de trabajo para reflexionar sobre todo lo relacionado con esta exposición. Luego, en el Panel de Testimonio Misioneros, se realizaron dos mesas: la Mesa de Misión Ad Gentes “Ad Extra”, de misioneros argentinos en el exterior, y la Mesa de Misión Ad Gentes “Ad Intra”, de misioneros argentinos en el interior. Posteriormente, se finalizó el día con la Misa y todos se fueron retirando a las casas de acogida, donde se los esperaba para la cena en familia.

Segundo día: domingo de ILUMINACIÓN Luego del almuerzo, se dió lugar a la segunda ponencia a cargo del obispo Virginio Bressanelli, que habló sobre La Alegría del Evangelio, corazón de la Misión profética. “La vocación propia de la iglesia es evangelizar, esa la misión esencial de la iglesia, es su dicha, su identidad más profunda, su ADN; la iglesia anuncia el amor de Dios, la salvación en Cristo, la plenitud del ser humano, dando la vida en

abundancia que nos ofrece Cristo muerto y resucitado”, dijo Bressanelli. “La iglesia misionera, es una iglesia en salida; son personas que se involucran, que dan frutos y que festejan el anuncio y acogida del Reino de Dios en el mundo”, resaltó el obispo emérito de Neuquén y finalizó diciendo que “los discípulos misioneros, forman parte viva de la comunidad evangelizadora, viven un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva”. Luego, se realizó nuevamente un trabajo en grupos por estado de vida, para analizar lo expuesto en la ponencia anterior, desde cada perspectiva en común.

Para ACTUAR La tercera ponencia estuvo a cargo de la hermana Cilenia Rojas Arispe, de Bolivia, que nos habló sobre Principios y prioridades de la acción misionera hoy – Misión Profética. 17 “Ante los nuevos escenarios que el mundo presenta para la misión de la Iglesia en América, es un desafío permanente discernir los signos de los tiempos; dejarnos provocar por los nuevos sujetos emergentes –nuevas generaciones, indígenas, afroamericanos, mujeres, migrantes, refugiados, nuevos


empobrecidos, población LGTB, familias y otros– nos permitirá renovar nuestra fidelidad al mensaje de amor y misericordia que junto a Jesucristo millones de personas han comunicado y 18 testimonian con su vida; la Iglesia no es creíble cuando se mueve sólo por estadísticas sociológicas de número de personas que reciben los sacramentos de iniciación sino que tiene un tesoro que se comunica a cada creyente e implica ineludiblemente el encuentro con la Nueva Vida en Cristo”, dijo la hermana Cilenia. La Hermana Rojas Arispe, propuso algunas líneas de acción para avivar la misión: destacar la centralidad y la alegría del mensaje pascual; ir a las periferias del dolor y comunicar alegría; depurar y orientar la religiosidad popular; fomentar el sacramento del perdón y de la misericordia de Dios; promover el encuentro con la biblia en el ámbito cultural (crear escuelas interparroquiales de enseñanza bíblica); no abandonar a nuestros hermanos indígenas – (muchas veces ausentes en nuestros servicios pastorales); atención a nuestros jóvenes, a las familias; valorar el servicio y la entrega de la vida consagrada; que la caridad sea dinámica de la presencia misionera; crear un nuevo ministerio laical femenino (para la proclamación y

predicación del evangelio; el ministerio de la consolación; la corresponsabilidad con el párroco; celebrar el sacramento del bautismo y del matrimonio al igual que los diáconos actuales).

Último día: Conclusiones y Misa de envío El obispo de Neuquén, Fernando Martín Croxatto, nos dijo en la homilía que la misión “es salir para detenerse, es andar por parajes, pueblos, ciudades, realidades sociales, los areópagos modernos. Pero no solo pasando, sino deteniéndonos. Dejando que nos detengan para acercarnos, para mirar a los que gritando desde las orillas; los invito a que traigamos al corazón a tantos que conocemos y que por tan diversos motivos están al margen de la vida, como lo recordamos también en la Primera Jornada Mundial de los Pobres”, expresó el obispo de Neuquén. Antes de la bendición final, el obispo Croxatto presentó al nuevo director nacional de Misiones, p. Jorge Mariano Faliszek svd y al sacerdote Rodrigo Vélez, de la Congregación del Santísimo Redentor, de la Diócesis de Merlo-Moreno, quien fue enviado desde este congreso a Thailandia. Ambos recibieron la bendición de todos los obispos.


Memoria agradecida Homenaje a Don

Jaime de Nevares

Para recordar al primer Obispo de Neuquén, Mons. Jaime de Nevares, quien lo sucedió Mons. Agustín Radrizzani, hoy Arzobispo de Mercedes-Luján, realizó un homenaje hablando de la Verdad, de la Bondad y la Belleza, citando para cada caso, palabras textuales de don Jaime en cartas y homilías. Por su parte, Mons. Marcelo Melani hizo un recorrido según los conceptos que se fueron vertiendo sobre la misión en estos días, comparando la vida de don Jaime y contando historias del extenso anecdotario de su vida como Obispo de Neuquén. 19


Conclusiones de V Congreso Misionero Nacional Los participantes del 5º Congreso Misionero Nacional, reunidos en la ciudad de Neuquén, del 18 al 20 de noviembre de 2017, bajo el lema “Argentina en misión, el Evangelio es alegría”,

Observamos 20

una mayor conciencia misionera, como consecuencia de las enseñanzas del Papa Francisco;

un cambio y renovación de las estructuras pastorales a través de gestos y acciones propias de una Iglesia en salida;

una profundización en la formación, como consecuencia de su importancia en la actividad misionera; y en la espiritualidad, a través de una mayor valorización de la piedad popular;

dificultades en la comunicación, falta de comunión, clericalismo y poca perseverancia;

resistencias y miedos a los cambios y a salir al encuentro, por falta de confianza en la eficacia del Evangelio;

signos de cansancio, desinterés y poca pasión en la tarea evangelizadora.


V° Congreso Misionero Nacional - Neuquén del 18 al 20 de nov 2017

Creemos que

Proponemos

la alegría de evangelizar echa sus raíces en el encuentro con Cristo resucitado, que reconocemos en el otro;

→ generar ámbitos de encuentro con Cristo a través de una espiritualidad misionera centrada en la Eucaristía y la Palabra de Dios;

esta alegría pascual es la que nos ayuda a superar el miedo, la comodidad y la indiferencia;

acrecentar la formación misionera en 21 todos los ámbitos pastorales;

favorecer los vínculos de comunión y el trabajo en equipo para un testimonio misionero fecundo;

disponernos a la escucha de nuestro pueblo, acrecentando la salida al encuentro con los pobres;

revitalizar espacios de difusión, formación y acompañamiento de las vocaciones ad gentes.

Confiamos en que el Señor infunda en nuestras vidas la fuerza de su Espíritu Santo para que renueve en nosotros la pasión por la misión y nos haga anunciadores de la alegría del Evangelio.

la misión expresa el amor de Dios y la misericordia por todos;

la fe se vive y se testimonia desde una comunidad de discípulos misioneros.


Misa de Clausu Mons. Fernan recorre, busca, visita. Y a la luz de esta Palabra, me animo a decir: la misión es salir para detenerse.. es andar por parajes, pueblos, ciudades, realidades sociales, los areópagos modernos. Pero no solo pasando, sino deteniéndonos.. Hemos venido a que se nos complique la vida por el Evangelio. Porque si amar en serio siempre complica qué podemos decir si amamos a Jesús y a su Evangelio. ... Estamos alentados a mantenernos firmes, llenos de valor, a preferir incluso la muerte antes que fallarle al Señor.... A no traicionar el amor, a no callar nuestro anuncio. Recordando expresiones de Francisco

22 que tenemos presente estos días, no es

lo mismo haber conocido a Jesús, que no conocerlo, caminar con Él que caminar a tientas... No es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra. No es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en Él, que no poder hacerlo. El verdadero misionero que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él. Y la vida se nos complica. Pero qué bueno que se nos complique porque la vida con Él es mucho más plena y le encuentra sentido a todo. Por eso, Argentina en misión: El Evangelio es Alegría. Misioneros a la misión - El Evangelio es Alegría. Hoy también el Señor nos regala esta palabra del ciego de Jericó, del ciego al borde del camino. El misionero camina y en estos tiempos de Francisco, es alguien en salida. No está a la espera, que lo vengan a buscar, sino que

Dejando que nos detengan para acercarnos, para mirar a los que gritando desde las orillas. Los invito a que traigamos al corazón a tantos que conocemos y que por tantos diversos motivos están al margen de la vida, como lo recordamos también ayer en la I Jornada Mundial de los Pobres. Los que la vida y las circunstancias los han planchado, y los pusieron al margen de la alegría, de una vida con sentido, con dignidad. Y son muchos los que viven hoy sin ver por sí mismos, y se han vuelto esclavos, presos. Tomando algo que festejamos los argentinos en este día de la soberanía nacional, podríamos decir que han perdido la soberanía de sí mismos, porque atados a los que los otros hagan de y con ellos, decidan por ellos, metiéndolos en el gran gimnasio


V° Congreso Misionero Nacional - Neuquén del 18 al 20 de nov 2017

ura, a cargo de ndo Croxatto de los hombres sin fe hoy han construido, relegando mucho de la marca de hijos de Dios grabada en sus corazones, que son tantos los que están necesitados y sedientos de Cristo... los que no han gustado de la libertad que tenemos nosotros que es tan hermosa de los hijos de Dios. Cómo no sentir esta hermosa alegría de evangelizar? Cómo no sentir esta urgencia hoy de la misión? Por eso, Argentina en misión: El Evangelio es Alegría. Misioneros a la misión - El Evangelio es Alegría. Ahora los quiero invitar de un modo especial porque hemos dicho que somos simples discípulos misioneros. No somos discípulos y misioneros, lo que significa que siempre necesitamos ponernos delante del maestro, a los pies de Jesús... y gustar y sentir la pregunta que sale de sus labios y que Él nos la dice a nosotros: qué querés que haga por ti? Y una y mil veces tenemos que decirle: Señor, hacé que yo vea. Voy a ir leyendo esto a modo de oración.

Haz Señor que vea. Haz que podamos encontrar lugar en donde renovar la propia fe en vos, nuestro Jesús crucificado y resucitado. Lugares donde compartir las propias preguntas profundas y las preocupaciones cotidianas, donde discernir en profundidad con criterios evangélicos sobre nuestra existencia, experiencia para que todo lo que elegimos cada día se oriente al bien y tenga esa toque de 23 belleza que atraiga y contagie. Haz Señor que vea. Haz que no nos conformemos con algunos espacios de espiritualidad y misión que no alimentan el encuentro con los demás, el compromiso en el mundo, la pasión evangelizadora. Que no entremos en esa obsesión por ser como todos y por tener lo que poseen los demás, que terminen ahogando la alegría misionera y así las tareas evangelizadoras se vuelven forzadas. Que no nos dejemos robar el entusiasmo misionero. Haz que no nos escapemos de los compromisos que nos pueden robar nuestro tiempo libre, como si la tarea evangelizadora fuera un veneno peligroso, y no una alegre respuesta al amor de Dios que nos convoca a una misión, y nos vuelve plenos y fecundo.. Que probemos a fondo el gusto por la misión.


Hna Silvia Somaré (ecj) - - madrecatalinademaria.com

Beata Catalina de María ¿viajera o misionera? 24

Catalina nació y vivió en Córdoba, en una época de inestabilidad política, de malones, de luchas entre unitarios y federales, con una Universidad prestigiosa y una Sociedad y una Iglesia marcadas por el protagonismo masculino; la mujer, en cambio tenía un rol familiar, doméstico y pasivo puertas adentro. Ella perteneció a una distinguida Familia comprometida con la política y con la fe. Algunos ejemplos: Su padre fue secretario de los Gobernadores Bustos y Paz, su primo Santiago


Derqui, presidente de la Nación, su tío Nolasco Rodríguez, Gobernador de Córdoba, otro de sus tíos Juan Justo Rodríguez, teólogo y Vicario General de la Diócesis. Huérfana de padres desde muy pequeña, la criaron sus tías abuelas a través de quienes bebió la espiritualidad jesuita ya que con otros laicos, sostenían la obra de los Ejercicios Espirituales en ausencia de ellos, al ser expulsados de América y a su regreso, por Juan Manuel de Rosas. A sus 17 años hace por primera vez los Ejercicios. Puede decirse que allí realiza su primer viaje, hacia su interioridad, y se encuentra con un Dios misericordioso que la invitaba a consagrarle la vida, a ser como los jesuitas pero en femenino. Dio con el obstáculo de que en Argentina solo había Monasterios femeninos de clausura y según sus palabras “no tenía espíritu para esos conventos”. Pasó el tiempo, se dedicó a ayudar la obra de los Ejercicios Espirituales y a los 28 años realiza un viaje que ella no esperaba: el del matrimonio; se casa llevada más por la compasión que por el amor con el Coronel Manuel Zavalía, un viudo que tenía dos hijos y con él tuvo una hija que muere al nacer. En 1865, en ese camino, da con el obstáculo de que se muere su esposo, el ser que más había amado después de Dios y renace con fuerza su primera vocación. Según ella misma lo cuenta en sus Memorias que mientras iba de camino a rezar al Monasterio de las Catalinas: me vino al pensamiento que tenía un terreno en el que se podía edificar una Casa de Ejercicios y formar una comunidad de

señoras que estuviesen al servicio de ella… observaríamos las reglas del Instituto de San Ignacio, enseñaríamos la Doctrina a las niñas y asilaríamos a esas mujeres que causa pena verlas en peligro obligadas por la necesidad. Se abre un nuevo camino, un nuevo viaje. A Catalina le preocupa que ediliciamente a Córdoba le hiciera falta una Casa de Ejercicios y para eso piensa en SU terreno, pero lo que la conmueve es la situación precaria que vivían las mujeres de la época. Y aquí nuevamente viaja pero hacia afuera de ella, hacia 25 el prójimo que se le presenta por delante en su camino de samaritana. Es importante destacar que en la época se les llamaba mujeres a las prostitutas, esclavas, mulatas y se las identificaba como señoras (casadas o no) a las mujeres que por apellido, esposo, posición económica, eran reconocidas socialmente. Catalina, señora de la época, invierte este paradigma. Le preocupa la suerte de las mujeres que tienen esa vida indigna no por opción sino por necesidad y propone que las señoras sean instrumentos de Dios para que esas mujeres salgan de la situación que no han elegido, catequizándolas, enseñándoles a trabajar, educándolas. Luego de 7 años de un viaje cuesta arriba y con viento en contra, atravesando hasta la epidemia del Cólera, llega al destino que ella llama su “Sueño Dorado”. A los 17 años quiso ser religiosa, en 1872 a los 49 años, funda la primera Congregación religiosa de vida apostólica de la Argentina, como ella decía, lo más parecidas a los jesuitas, con la centralidad en el Sagrado Corazón y el Carisma del


cruzado un condón montañoso de 3000 metros a caballo, a un lugar que no figuraba en los mapas, pero sí estaba presente en el corazón de este par de cordobeses que veían el olvido que había en torno a la entidad de la mujer, especialmente su educación. Más adelante llegarían Santiago del Estero, San Juan, Mendoza, Salta, Tucumán, Santa Fe, La Rioja, San Luis y Buenos Aires. A todas visita, a todas les escribe hasta que fallece en abril de 1896.

Amor y la Reparación. A partir de aquí inicia varios viajes más. En una época en donde los caminos eran huellas, los

26 medios de transporte carruajes tirados por caballos, los

trenes transitaban lentamente y descarrilaban con frecuencia y los barcos no siempre llegaban a destino, Catalina recorrió entre estos tres medios 46.000 kilómetros. Una mujer de salud frágil, en la mitad del siglo 19 ¿Qué motivación habrá tenido? Tenía dos: la pasión por el Corazón de Jesús, de quien había recibido mucho amor a pesar de los quiebres de su vida y la pasión por la humanidad que la llevaba casi intuitivamente a ayudar a los demás, a no pensar en sus límites. Ella buscó la promoción de la mujer desde una tríada, los Ejercicios espirituales para darles a conocer a Dios, los Hogares para protegerlas de riesgos como espacios destinados a enseñarles a trabajar, a creer en ellas mismas, a curarles las heridas del desamor y finalmente la Educación, como modo de darles una herramienta generalmente escasa por estas tierras. Catalina recorrió Argentina fundando esas mesas de tres patas a las que invitó a sentarse a todos. A las hermanas las mandó a donde fuese necesario para llevar la misericordia del Sagrado Corazón, les dijo que volaran como ángeles veloces. Pero antes voló ella misma para abrir caminos y para acompañar. En 1880 uniendo sueños con el santo cura Brochero envía 16 hermanas

Catalina siempre viajó hacia su corazón buscando a Dios y viajó hacia los demás para llevarles ese Dios, nunca fue hacia y desde ella misma. Todo misionero debe ser un buen viajero, pero antes debe dejar que Dios viaje por su corazón. Catalina de María se dejó misericordear y misericordió; por eso no fue una viajera, fue una misionera.


27

María Soledad Baggini y Hna. Adriana Cabrera SJS - IAM Jesús Sacramentado- Rio Cuarto

Adviento Misionero ¿Sabías qué? En su raíz epistemológica, la palabra adviento viene de la palabra latina adventus-us (llegada) derivado del supino adventum del verbo advenire (llegar) ad (a hacia). Para los cristianos es el comienzo del tiempo litúrgico, el cual abarca las cuatro semanas anteriores a la navidad.

Sus orígenes nos indican la misión que todo niño y adolescente misionero debe tener: llegar … a hacia. Así, nuestro lema «que los niños y adolescentes, ayuden a otros niños y adolescentes», nos recuerda y nos invita que lleguemos a lugares donde solo un niño o adolescente puede llegar, «al corazón de otro hermano». Esta actitud nos permite marcar un rumbo «a hacia» donde sólo la alegría, el servicio y el


En este tiempo también podemos no sólo presentar nuestra ofrenda material, sino también la espiritual teniendo en cuenta que este pequeño sacrificio será una gran recompensa para nuestro corazón misionero. 2) «Hagan todo el bien Posible»: como niños y adolescentes misioneros, en este tiempo de adviento es muy importante renovar nuestro compromiso misionero qué y mejor que hacerlo a través de nuestro Decálogo:

entusiasmo nos transforman y nos convierten en «los pequeños, grandes colaboradores que la evangelización necesita». Los niños y adolescentes misioneros no podemos dejar pasar este tiempo de forma desapercibida, debemos actuar. Para ello, es necesario conocer que el adviento nos invita a 28 llegar al gran anuncio, el Nacimiento de nuestro Redentor, Salvador… Jesús. Esta invitación es una propuesta para que a través de los valores y virtudes podamos experimentar la alegría de la transformación evangélica. La Venerable Madre María Benita Arias, fundadora de las siervas de Jesús Sacramentado, tenía muchos dichos de los cuales, éstos dos, podrán ayudarnos a vivir este tiempo con mayor compromiso para no dejar de anunciar que Jesús está viniendo a nuestros corazones. 1) «Por pequeño Sacrificio eterno galardón»: los niños y adolescentes misioneros ayudamos a otros niños y adolescentes misioneros, con el «sacrificio», la ofrenda semanal, que presentamos a través de nuestras alcancías misioneras.


esta esperanza visible un motor para ayudar a otros niños y adolescentes a acercarse a Jesús? Poder hacer consciente todo esto nos permitirá superar con mayor fortaleza cualquier desánimo que aparezca en nuestro camino misionero, ya que la alegría del amor de Dios invade nuestros corazones para que podamos continuar siendo: De los niños y adolescentes del mundo… ¡Siempre amigos!

El Adviento, es también, un tiempo de esperanza. El Papa Francisco expresó que «a menudo, cuando nos hablan de esperanza, se refieren a algo que no está al alcance del hombre, o que no es visible». Pero, «la Navidad de Cristo, nos habla de esperanza de una forma diferente, una esperanza en la que se puede confiar, visible y comprensible, porque se fundamenta en Dios». La esperanza, «entra en el mundo y nos da la fuerza para caminar con Él hacia la plenitud de la vida y de permanecer en el presente de una manera nueva, aunque sea fatigosa». Ésta es la esperanza que nos moviliza a ser misioneros y así poder llegar al corazón del hermano a través de la Palabra. Mantener viva esa esperanza nos permite caminar por la senda correcta, la del amor de Dios que se nos manifestó en la humanidad de Jesús, aquel Niño que nació en Belén hace casi dos mil diecisiete años. En este tiempo de adviento, los niños y adolescentes misioneros tenemos que permitirnos preguntarnos: ¿Vivo con alegría la esperanza de la Navidad? ¿Cómo se hace visible la esperanza del nacimiento del Niño Jesús? ¿Hago de

Preparemos nuestro corazón y el de nuestros hermanos para que podamos contemplar en la Noche de Navidad, a ese pequeño niño, como cada uno de nosotros, que viene al mundo con un nuevo mensaje de amor. Acunarlo en nuestros brazos y decirle con todo el amor estas palabras o alguna similar: 29

Poesía al Niño Jesús por Madre Benita Arias Soles claros son tus ojitos bellos Oro tus cabellos Fuego el corazón. Rayos celestiales Echan tus mejillas Son tus lagrimillas Perlas orientales. Tus labios corales Tu llanto canción Oro los cabellos Fuego el corazón. Muere, si quieres vivir, Pena, si quieres gozar; Pierde, si quieres ganar Baja; si quiere subir.


Epifanía y Bautismo, ejes

30

En el comienzo del Evangelio de San Mateo, donde el apóstol presenta a la persona de Jesús, hijo de Dios, expone en el capítulo 2 su misión de salvación ofrecida al mundo. A los sabios de Oriente, los Magos, los atrae hacia su luz. Manifestado Dios como hombre, muestra las experiencias dolorosas del destierro a Egipto unida a la vuelta casi humillada con su familia. Los Magos se pusieron en camino para adorar al niño Dios (Mt 2,9), una estrella los iba guiando. Sin dudas, el evangelista piensa manifiestamente en un astro luminoso, del que es inútil buscar una explicación natural. Jesús vino al mundo para apacentar al pueblo de Israel. Su presencia, su manifestación, su nacimiento y aparición entre los hombres, muestra que el Hijo es enviado por el Padre a la misión de iluminar, alegrar, aliviar, sostener.

Con estas cualidades se pone en marcha en la historia la misión del Salvador. El estar presente en medio de su gente es la manifestación de un Dios Amor que viene a rescatar a su pueblo del dominio del pecado y de la muerte. Sin tener pecado, Jesús se somete al bautismo de Juan en el que se conoce una etapa exigida por Dios. Se pone en marcha el plan de salvación y Jesús viene a cumplir y perfeccionar la ley antigua. Jesús es ungido para su misión mesiánica. A partir de aquí el mismo Señor seguirá dirigiendo la misión de la Iglesia; se santifica el agua y se prepara el bautismo cristiano. De todo esto deducimos que todos venimos al mundo para “cumplir una misión”; y que “todo bautizado es misionero”. El Espíritu


s de la misión del Señor.

Pbro. Dante De Sanzzi

31

Santo desciende del cielo y el “Hijo amado” sustituye al Siervo. Luego vendrá el desierto y las tentaciones durante cuarenta días, rememorando los cuarenta años de desierto del pueblo de Israel. Jesús lucha contra el mal, rechaza los falsos dioses, no busca otro alimento que no sea Dios mismo, contempla toda la humanidad desde la cima del monte. Jesús desde el Bautismo, abre el camino de la salvación. Nos habla de no confiarnos tanto de sí mismos ni seguir la vida fácil, sino de ser obedientes a Dios y trabajar por el Reino. Para llegar a ser nuestro Mesías ha pasado por seducciones externas. Tuvo que contemplar un mesianismo político y glorioso, pero prefirió un mesianismo espiritual, en sumisión total a Dios.

Luego del episodio de Pentecostés, sus discípulos, con la ayuda del Espíritu Santo, sostienen sus vidas y testimonio con la misión de captar las almas y llevarlas al seno del Padre. Debemos hoy manifestarnos al mundo. Y que el Bautismo recibido sea la antesala a la misión que no debemos dejar pasar de largo. El capítulo 10 de Mateo es el discurso misionero del Señor, Y desde el versículo 16 hasta el fin del capítulo son las enseñanzas y un completo libro que sobrepasa la misión de los apóstoles y nos interpela como un excelente manual del misionero bautizado.


Cont. Norma Jiménez

Informe de la colecta pro África comparativos 2016-2017 en pesos ARQUIDIOCESIS Buenos Aires Bahia Blanca Córdoba Corrientes La Plata Mendoza Mercedes­Luján Paraná Resistencia Rosario Salta San Juan Santa Fe Tucumán DIOCESIS Alto Valle Rio Negro 32 Añatuya Avellaneda­Lanus Azul Catamarca Comodoro Rivadavia Concepción Concordia Cruz del Eje Chascomús Formosa Goya Gualeguaychú Jujuy Laferrere La Rioja Lomas de Zamora Mar del Plata Merlo Moreno Morón Neuquén Nueve de Julio Oberá Oran Posadas

2016 $

2017 $

Variación

259.584,00 55.251,00 17.101,60 34.571,15 15.478,00 230.937,58 13.353,62 59.067,78 ­ 94.351,66 ­ 43.041,65 239.231,10 83.940,81

301.071,00 70.640,00 35.547,75 ­ 17.216,50 208.976,56 13.278,00 ­ ­ 115.373,25 8.923,00 49.765,75 270.232,51 104.611,50

41.487,00 15.389,00 18.446,15 ­34.571,15 1.738,50 ­21.961,02 ­75,62 ­59.067,78 0,00 21.021,59 8.923,00 6.724,10 31.001,41 20.670,69

2016 $

2017 $

Variación

11.804,62 ­ 26.444,00 ­ ­ ­ ­ 17.385,93 ­ 19.522,90 82.669,28 5.826,00 ­ 45.822,00 8.642,00 ­ ­ 11.502,05 ­ ­ 10.644,00 ­ 27.040,50 20.761,00 ­

21.055,73 1.628,00 ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­ 97.402,30 16.192,00 ­ 58.294,50 ­ ­ ­ 23.000,00 ­ ­ ­ ­ 39.534,00 19.768,50 ­

9.251,11 1.628,00 ­26.444,00 0,00 0,00 0,00 0,00 ­17.385,93 0,00 ­19.522,90 14.733,02 10.366,00 0,00 12.472,50 ­8.642,00 0,00 0,00 11.497,95 0,00 0,00 ­10.644,00 0,00 12.493,50 ­992,50 0,00

Puerto Iguazú Quilmes Rafaela Reconquista Río Cuarto Río Gallegos San Carlos Bariloche San Francisco San Isidro San Justo San Luis San Martin San Miguel San Nicolás San Rafael San Roque Santa Rosa Santiago Del Estero Santo Tomé Venado Tuerto Viedma Villa María Zárate­Campana PRELATURAS Cafayate Dean Funes Esquel Humahuaca Opus Dei

­0 22.633,42 72.738,37 28.560,91 88.157,57 19.713,33 2.518,00 44.229,75 26.022,44 25.000,00 14.966,42 33.440,00 ­ ­ 72.963,90 64.668,10 41.404,08 4.000,00 23.868,13 10.606,00 ­ 62.759,81 55.940,00

­0 27.300,65 76.878,35 ­ 100.588,00 6.720,30 ­ ­ 45.297,52 26.500,00 14.345,06 ­ ­ ­ 88.395,70 79.322,32 48.146,40 ­ 26.495,00 24.872,00 ­ 84.270.83 83.127,85

0.00 4.667,23 4.139,98 ­28.560,91 12.430,43 ­12.993,03 ­2.518,00 ­44.229,75 19.275,08 1.500,00 ­621,36 ­33.440,00 0,00 0,00 15.431,80 14.654,22 6.742.32 ­4.000,00 2.626,87 14.266,00 0,00 21.511,02 27.187,85

2016 $

2017 $

Variación

13.000,00 19.160,85 2.075,50 ­ ­ ­ ­ ­ ­ ­

6.160,85 ­2.075,50 0,00 0,00 0,00

EPARQUIAS Armenia Maronita Ucraniana

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ORDINARIATOS Castrense Oriental Colegios Particulares 2016

­ ­ ­ 23.008,00 67.015,00 44.007,00 $

2017

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