Festejando nuestro aniversario
Plantemos 175 árboles
Mejorar el medio ambiente es también nuestra misión Un desafío para los grupos de IAM de la Argentina Plantar como mínimo un árbol este año Envíanos la foto y el mensaje a: iam@ompargentina.org.ar
Caminar junto a los jóvenes
Los jóvenes quieren una “Iglesia autentica”, que “se haga” con ellos dándoles protagonismo y que se comporte como una “verdadera familia” acogiéndolos a todos como sus hijos. Son estas algunas de las expectativas de la juventud planteadas en el Instrumentum Laboris, el documento de trabajo que servirá de guía del Sínodo de los Obispos que se celebrará del 3 al 28 de octubre en Roma con el lema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.” El texto recoge las problemáticas planteadas en las diversas consultas previas a la asamblea. Muchos jóvenes, al ser preguntados sobre cuál es el sentido de su vida, no saben qué responder. No siempre hacen la conexión entre vida y trascendencia Habiendo perdido la confianza en las instituciones, se han desvinculado de Iglesia abandonándola en silencio, o en algunos casos a través de apostasía. Por otra parte, las personas que participan en la vida de la Iglesia han expresado varias solicitudes específicas. Vuelve con frecuencia el tema de la liturgia más viva y cercana. Otra solicitud se refiere a la adopción de un estilo de diálogo: los jóvenes consideran necesario abordar algunas cuestiones de nuestro tiempo, por ejemplo, el reconocimiento y la valorización del rol de la mujer en la Iglesia y en la sociedad. Expresan el deseo de ver una Iglesia que sea testimonio viviente de lo que enseña, que sea testigo auténtico en el camino hacia la santidad, lo que incluye el reconocer los errores y el pedir perdón por ellos.
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Dar respuesta a estas búsquedas e inquietudes de los jóvenes no es una tarea facultativa para la Iglesia, más bien es una parte sustancial de su vocación y de su misión en la historia. Tomando como modelo el estilo pastoral de Jesús, el Documento Preparatorio propone asumir las siguientes acciones: Salir: de las rigideces que hacen que sea menos creíble el anuncio de la alegría del Evangelio, de los esquemas en los que las personas se sienten encasilladas y de un modo de ser Iglesia que a veces resulta anacrónico. Salir es también signo de libertad interior respecto a las actividades y a las preocupaciones habituales, a fin de permitir a los jóvenes ser protagonistas. Ver: cuando los Evangelios narran los encuentros de Jesús con los hombres y las mujeres de su tiempo, destacan precisamente su capacidad de detenerse con ellos y el atractivo que percibe quien cruza su mirada. Llamar: despertar el deseo, mover a las personas de lo que las tiene bloqueadas o de las comodidades en las que descansan. Es también plantear preguntas a las que no hay respuestas preelaboradas. El Documento Preparativo concluye con una reflexión sobre la santidad, porque esta debe ser propuesta como “horizonte accesible a todos los jóvenes”. Como todos los santos nacieron jóvenes, la narración de su vida puede permitir a los chicos de hoy que cultiven la esperanza para que “con coraje tomen la vida en sus manos, apunten a las cosas más bellas y más profundas y conserven siempre un corazón libre”, como lo hizo el beato Nunzio Sulprizio, el joven trabajador italiano que murió en 1836, a los 19 años por un tumor óseo causado muy probablemente por las terribles condiciones de trabajo. El mismo, como signo convincente, será canonizado (junto con el Papa Pablo VI, Monseñor Romero y otros) el 14 de octubre, en plena marcha del Sínodo.
Jerzy Marian Faliszek SVD ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO POR LOS JÓVENES Señor Jesús, tu Iglesia en camino hacia el Sínodo dirige su mirada a todos los jóvenes del mundo. Te pedimos para que con audacia se hagan cargo de la propia vida, vean las cosas más hermosas y profundas y conserven siempre el corazón libre. Acompañados por guías sabios y generosos, ayúdalos a responder a la llamada que Tú diriges a cada uno de ellos, para realizar el propio proyecto de vida y alcanzar la felicidad. Mantén abiertos sus corazones a los grandes sueños y haz que estén atentos al bien de los hermanos. Como el Discípulo amado, estén también ellos al pie de la Cruz para acoger a tu Madre, recibiéndola de Ti como un don. Sean testigos de la Resurrección y sepan reconocerte vivo junto a ellos anunciando con alegría que tú eres el Señor. Amén. 4
Junto a los jóvenes, llevemos el Evangelio a todos
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2018 Queridos jóvenes, deseo reflexionar con vosotros sobre la misión que Jesús nos ha confiado. Dirigiéndome a vosotros lo hago también a todos los cristianos que viven en la Iglesia la aventura de su existencia como hijos de Dios. Lo que me impulsa a hablar a todos, dialogando con vosotros, es la certeza de que la fe cristiana permanece siempre joven cuando se abre a la misión que Cristo nos confía. «La misión refuerza la fe», escribía san Juan Pablo II (Carta enc. Redemptoris missio, 2), un Papa que tanto amaba a los jóvenes y que se dedicó mucho a ellos. El Sínodo que celebraremos en Roma el próximo mes de octubre, mes misionero, nos ofrece la oportunidad de comprender mejor, a la luz de la fe, lo que el Señor Jesús os quiere decir a los jóvenes y, a través de vosotros, a las comunidades cristianas.
La vida es una misión Cada hombre y mujer es una misión, y esta es la razón por la que se encuentra viviendo en la tierra. Ser atraídos y ser enviados son los dos movimientos que nuestro corazón, sobre todo cuando es joven en edad, siente como fuerzas interiores del amor que prometen un futuro e impulsan hacia adelante nuestra existencia. Nadie mejor que los jóvenes percibe cómo la vida sorprende y atrae. Vivir con alegría la propia responsabilidad ante el mundo es un gran desafío. Conozco bien las luces y sombras del ser joven, y, si pienso en mi juventud y en mi familia, recuerdo lo intensa que era la esperanza en un futuro mejor. El hecho de que estemos en este mundo sin una previa decisión nuestra, nos hace intuir que hay una iniciativa que nos precede y nos llama a la existencia. Cada uno de nosotros está llamado a reflexionar sobre esta realidad: «Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 273).
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Os anunciamos a Jesucristo
Transmitir la fe hasta los confines de la tierra
La Iglesia, anunciando lo que ha recibido gratuitamente (cf. Mt 10,8; Hch 3,6), comparte con vosotros, jóvenes, el camino y la verdad que conducen al sentido de la existencia en esta tierra. Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros, se ofrece a nuestra libertad y la mueve a buscar, descubrir y anunciar este sentido pleno y verdadero. Queridos jóvenes, no tengáis miedo de Cristo y de su Iglesia. En ellos se encuentra el tesoro que llena de alegría la vida. Os lo digo por experiencia: gracias a la fe he encontrado el fundamento de mis anhelos y la fuerza para realizarlos. He visto mucho sufrimiento, mucha pobreza, desfigurar el rostro de tantos hermanos y hermanas. Sin embargo, para quien está con Jesús, el mal es un estímulo para amar cada vez más. Por amor al Evangelio, muchos hombres y mujeres, y muchos jóvenes, se han entregado generosamente a sí mismos, a veces hasta el martirio, al servicio de los hermanos. De la cruz de Jesús aprendemos la lógica divina del ofrecimiento de nosotros mismos (cf. 1 Co 1,1725), como anuncio del Evangelio para la vida del mundo (cf. Jn 3,16). Estar inflamados por el amor de Cristo consume a quien arde y hace crecer, ilumina y vivifica a quien se ama (cf. 2 Co 5,14). Siguiendo el ejemplo de los santos, que nos descubren los amplios horizontes de Dios, os invito a preguntaros en todo momento: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?».
También vosotros, jóvenes, por el Bautismo sois miembros vivos de la Iglesia, y juntos tenemos la misión de llevar a todos el Evangelio. Vosotros estáis abriéndoos a la vida. Crecer en la gracia de la fe, que se nos transmite en los sacramentos de la Iglesia, nos sumerge en una corriente de multitud de generaciones de testigos, donde la sabiduría del que tiene experiencia se convierte en testimonio y aliento para quien se abre al futuro. Y la novedad de los jóvenes se convierte, a su vez, en apoyo y esperanza para quien está cerca de la meta de su camino. En la convivencia entre los hombres de distintas edades, la misión de la Iglesia construye puentes inter-generacionales, en los cuales la fe en Dios y el amor al prójimo constituyen factores de unión profunda. Esta transmisión de la fe, corazón de la misión de la Iglesia, se realiza por el “contagio” del amor, en el que la alegría y el entusiasmo expresan el descubrimiento del sentido y la plenitud de la vida. La propagación de la fe por atracción exige corazones abiertos, dilatados por el amor. No se puede poner límites al amor: fuerte como la muerte es el amor (cf. Ct 8,6). Y esa expansión crea el encuentro, el testimonio, el anuncio; produce la participación en la caridad con todos los que están alejados de la fe y se muestran ante ella indiferentes, a veces opuestos y contrarios. Ambientes humanos, culturales y religiosos todavía ajenos al Evangelio de Jesús y a la presencia sacramental de la Iglesia representan las extremas periferias, “los confines de la tierra”, hacia donde sus discípulos misioneros son enviados, desde la Pascua de Jesús, con la certeza de tener siempre con ellos a su Señor (cf. Mt 28,20; Hch 1,8).
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En esto consiste lo que llamamos missio ad gentes. La periferia más desolada de la humanidad necesitada de Cristo es la indiferencia hacia la fe o incluso el odio contra la plenitud divina de la vida. Cualquier pobreza material y espiritual, cualquier discriminación de hermanos y hermanas es siempre consecuencia del rechazo a Dios y a su amor. Los confines de la tierra, queridos jóvenes, son para vosotros hoy muy relativos y siempre fácilmente “navegables”. El mundo digital, las redes sociales que nos invaden y traspasan, difuminan fronteras, borran límites y distancias, reducen las diferencias. Parece todo al alcance de la mano, todo tan cercano e inmediato. Sin embargo, sin el don comprometido de nuestras vidas, podremos tener miles de contactos pero no estaremos nunca inmersos en una verdadera comunión de vida. La misión hasta los confines de la tierra exige el don de sí en la vocación que nos ha dado quien nos ha puesto en esta tierra (cf. Lc 9,23-25). Me atrevería a decir que, para un joven que quiere seguir a Cristo, lo esencial es la búsqueda y la adhesión a la propia vocación. Testimoniar el amor Agradezco a todas las realidades eclesiales que os permiten encontrar personalmente a Cristo vivo en su Iglesia: las parroquias, asociaciones, movimientos, las comunidades religiosas, las distintas expresiones de servicio misionero. Muchos jóvenes encuentran en el voluntariado misionero una forma para servir a los “más pequeños” (cf. Mt 25,40), promoviendo la dignidad humana y testimoniando la alegría de amar y de ser cristianos. Estas experiencias eclesiales hacen que la formación de cada uno no sea solo una preparación para el propio éxito profesional, sino el desarrollo y el cuidado de un don del Señor para servir mejor a los demás.
Estas formas loables de servicio misionero temporal son un comienzo fecundo y, en el discernimiento vocacional, pueden ayudaros a decidir el don total de vosotros mismos como misioneros. Las Obras Misionales Pontificias nacieron de corazones jóvenes, con la finalidad de animar el anuncio del Evangelio a todas las gentes, contribuyendo al crecimiento cultural y humano de tanta gente sedienta de Verdad. La oración y la ayuda material, que generosamente son dadas y distribuidas por las OMP, sirven a la Santa Sede para procurar que quienes las reciben para su propia necesidad puedan, a su vez, ser capaces de dar testimonio en su entorno. Nadie es tan pobre que no pueda dar lo que tiene, y antes incluso lo que es. Me gusta repetir la exhortación que dirigí a los jóvenes chilenos: «Nunca pienses que no tienes nada que aportar o que no le haces falta a nadie: Le haces falta a mucha gente y esto piénsalo. Cada uno de vosotros piénselo en su corazón: Yo le hago falta a mucha gente» (Encuentro con los jóvenes, Santuario de Maipú, 17 de enero de 2018). Queridos jóvenes: el próximo octubre misionero, en el que se desarrollará el Sínodo que está dedicado a vosotros, será una nueva oportunidad para hacernos discípulos misioneros, cada vez más apasionados por Jesús y su misión, hasta los confines de la tierra. A María, Reina de los Apóstoles, a los santos Francisco Javier y Teresa del Niño Jesús, al beato Pablo Manna, les pido que intercedan por todos nosotros y nos acompañen siempre.
Vaticano, 20 de mayo de 2018, Solemnidad de Pentecostés. 7
Cadena del Rosario misionero 1° al 31 de octubre de 2018
El mes de octubre es característico por celebrar el Domingo Mundial por las misiones y por ser también el mes del santo rosario Sabemos la importancia de la colecta, sumada a la ayuda espiritual que podemos hacer por los misioneros esparcidos en el mundo y que llevan la Buena Noticia a los más alejados. Y dentro de la ayuda espiritual, tenemos el rosario misionero. La mejor arma para combatir el mal y sentirnos cerca de Jesús, el gran misionero del Padre y de María, la Estrella de la Evangelización. Invitamos a toda la Iglesia argentina, cada diócesis, comunidad parroquial, capillas o colegios, a hacer esta oración del Rosario, pidiendo por las intenciones del Papa, del mundo entero, y por supuesto, por nosotros mismos, que descubramos nuestro ser misionero. Agradecidos como todos los años, los que estamos en continua misión, sentimos el poder de la oración de cada uno. La Virgen María, Reina de las Misiones, nos cubra con su manto y nos proteja con su intercesión
con María
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Octubre misionero
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El Evangelio es alegría Si bien hicimos una preparación previa al Congreso Americano Misionero (VCAM), todo comenzó en verdad, un día muy temprano cuando todavía el sol no asomaba, pero ¡Dios nos iluminaba! Teníamos en ese momento mucho frio y mas de dos días de viaje en auto por delante, pero nuestro corazón estaba ardiendo y ansiábamos empezar a andar, ir tras el rumbo que teníamos destinado. Pame, Alejandra, Padre Nico, Padre Mati y yo, celebramos misa a la 7 de la mañana y salimos de prisa, animados y confiados. Mientras avanzábamos compartíamos mates, experiencias, nos conocíamos un poco mas, y poníamos en común la mejor actitud y el estilo de cada uno, porque ya estábamos inmersos en esta misión donada por Dios y queríamos disfrutarla y aprovecharla al máximo. Todo lo vivido durante el viaje, en el andar y en cada una de las paradas, tanto en tierra argentina como en tierra boliviana, fue alegría, comunión y aprendizaje. Al llegar e incorporamos al congreso, nuestro entusiasmo crecía cada vez mas. Por un lado, nos encontrábamos con misioneros amigos, y por el otro, recibíamos la atención y lindos detalles que los hermanos de Bolivia nos tenían preparados. Así de acogidos y mimados vivimos nuestra estadía.
Cada familia de la comunidad parroquial nos daba la bienvenida y nos “adoptaba” extendiendo los brazos, esparciendo el pecho y abriendo su corazón. ¡Ese hogar ya era nuestro hogar! Y creo que este sentimiento no pasara jamás ya que quienes nos alojaban se preocupaban y ocupaban de que no tuviéramos ninguna necesidad, que nos sintiéramos como en casa, de la misma manera que cualquiera lo haría con los miembros de su familia. Y ese mismo aire se respiraba cuando compartíamos celebraciones en la parroquia. Estaban todo el tiempo interesándose por conocernos, queriendo compartir nuestras vidas, se brindaban, nos escuchaban y nos contaban sus distintas experiencias de fe. Iniciábamos cada día muy temprano, encontrándonos en la parroquia desde donde salíamos, cantando y divirtiéndonos, hacia el congreso. Allí nos uníamos con el resto de las comunidades y continuábamos, todos los países juntos, con el mismo espíritu de fiesta. Las ponencias que teníamos por la mañana eran prodigiosas. El Espíritu Santo, por medio de cada presentador, nos anunciaba el tema, lo profundizaba en el Evangelio, nos compartía su formación y, sobre todo, su experiencia vivida.
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Cada momento avivaba más nuestra pasión y acrecentaba la alegría por la misión encomendada por Dios. En muchas situaciones nos sentíamos identificados, podíamos entender lo que se estaba exponiendo, podíamos reconocer esa vivencia desde el corazón y, desde ahí, crecía y se fortalecía el espíritu de ser, todos, una Iglesia en salida, respondiendo también al enfático pedido del Papa Francisco. Renovamos juntos el llamado a la reconciliación, a salir con un corazón tierno y compasivo en las manos, sensibilizándonos con el contexto del que somos parte, con nuevas herramientas para trabajar, pero, sobre todo, con el entusiasmo de un continente que se reconoce fraterno en Cristo y que camina unido por la alegría de llevar el Evangelio a todos los rincones de la tierra. En los momentos libres, y en las actividades que teníamos por la tarde, seguíamos compartiendo experiencias de fe y de vida entre los misioneros, laicos, religiosos, sacerdotes y obispos de distintas tierras de misión, y sentíamos la sencillez que nos igualaba y el amor que nos acercaba nos admirábamos con el testimonio de muchos hermanos, pero todos hablábamos el mismo lenguaje y cada palabra era de comprensión y aliento, que nos edificaba y animaba a seguir, a cruzar fronteras, a dejarnos interpelar por Dios, y a confiarnos a su disposición, con la certeza de que su presencia estaba entre nosotros y que estábamos siendo transformados por su gracia. Al finalizar los talleres, asambleas o conversatorios, a los que estábamos convocados para profundizar temas específicos, nos reuníamos para regresar a nuestras comunidades parroquiales, las que siempre nos recibían con una sorpresa. Celebrábamos juntos la Eucaristía, y después nos esperaban con la cena y algún momento cultural preparado por ellos, con bailes, animación, demostraciones y degustaciones de comidas típicas, hechas por ellos con productos propios de la zona. La comunidad estaba de fiesta con la visita de los misioneros en esos días del congreso. 10
Nos traemos muchos rostros y todo el amor compartido en esas comunidades cruceñas donde la hospitalidad es ley y ellos nos lo demostraron con total calidad humana. Todo lo experimentado en el congreso reavivo en nosotros, ese primer amor con el que fuimos salvados y desde el cual somos llamados. Y esto, aumenta el fervor por salir a anunciarlo, apasionados, identificando cuales son nuestras periferias existenciales y desde ahí poder avanzar para llegar a nuevas tierras de misión dando testimonio desde el Espíritu que transforma y nos hace uno en el amor. Los que participamos del congreso reafirmamos nuestro compromiso de animar y ponernos al servicio de nuestras comunidades diocesanas con muchas ideas y con el extraordinario entusiasmo con el que lo vivimos, para que este ardor misionero llegue, se identifique y se acreciente en todos, nos renueve y, en comunión de toda obra misionera, seamos instrumentos para la salvación de todas las almas y en la edificación del reino. Agradezco de corazón a cada persona que hizo posible este congreso, a mis compañeros de viaje que hicieron especial esta experiencia y, sobre todo, a Dios que llama e insiste, en que me haga pequeña para que El pueda obrar y transformar mi misión cada día.
Cecilia Buchini Arquidiócesis de Santa Fe
Escuela Con Jesús Octubre 2018:
¡Con mucha alegría transitamos juntos este Octubre Misionero que nos encuentra celebrando los 175 años de la IAM! A través de esta propuesta de Escuela con Jesús, los invitamos a trabajar con los niños y adolescentes la maravilla de la misión: “¿Qué hacemos los misioneros?”. Anunciamos, compartimos, expresamos, hacemos, salimos… En una palabra: ¡Amamos! El ciclo con las actividades está pensado para niños y para adolescentes. Habrá indicaciones precisas para ambos casos, cuando sea necesario; aún así, los animadores adaptarán los encuentros y recursos según lo crean conveniente.
CATEQUESIS MISIONERA: ¡Un misionero… Ama! (y ama mucho) Objetivo: Que el niño/adolescente comprenda que los misioneros estamos llamados a amar, ya que la misión de Jesús consiste en anunciar el Amor, amando a los demás como Él lo hizo. Recursos: Semillas fácilmente reconocibles (girasol, maíz, etcétera). Si se pudiera, alguna imagen de plantas de girasol, maíz, etcétera, según la semilla elegida. Bollitos de papel de los colores de los continentes (armados como si fueran semillas) en cuyo interior habrá papelitos con la palabra “amar” en diferentes idiomas. Un afiche y plasticola. EXPERIENCIA DE VIDA: El animador mostrará semillas (las hará circular por el grupo para que todos tomen contacto con ellas) y preguntará si conocen de qué semilla se trata. Cuando todos respondan (pondremos por ejemplo que llevamos semillas de girasol) preguntará: Si la sembramos, ¿qué planta nacerá? (“Girasol”); ¿Y le saldrá una flor de qué especie? (“De girasol”); Y, finalmente, dará semillas ¿de qué especie? (“¡De girasol!”). El animador puede mostrar otras semillas de otras especies y preguntar lo mismo, a fin de mostrar más ejemplos. Luego, indagará acerca de por qué una semilla de girasol está llamada a ser girasol, dar flores de girasol y semillas de girasol… Los niños/adolescentes, claramente responderán “¡Porque es un girasol!”
Entonces, si una semilla de girasol (para seguir con el ejemplo) fue creada para ser girasol y solamente puede dar “productos” (aceite, por ejemplo) de girasol… Nosotros, las personas, los misioneros ¿a qué estamos llamados? ¿Para qué fuimos creados? ¿Qué es lo que estamos invitados a dar? ¡Vamos a averiguarlo! El animador le dirá a los niños/adolescentes que en salón (o en el patio, o donde se realice el encuentro) hay un montón de semillas que representan a todas las personas del mundo. ¡Vamos a buscarlas para descubrir juntos a qué estamos llamados! Los niños/adolescentes buscarán las semillas y, luego, las “abrirán” para ver cuál es esa verdad que escondemos todos, que nos indica nuestra misión. Al abrir los bollitos de papel, encontrarán papelitos con palabras del tipo: “Liebe“(alemán), “láska” (checo), “l'amour »(francés), « aroha” (maorí), etcétera… 11
ILUMINACIÓN: ¡Un montón de palabras! No conocemos, por ahora, su significado. El animador indicará que la única certeza que tiene es que todas las palabras dicen lo mismo, en diferentes idiomas, ya que todas las personas del mundo, en todas las culturas, en todos los continentes, ¡en todos los idiomas!, estamos llamados a lo mismo… ¡Jesús es la Palabra que nos va a ayudar a “traducir” y dar sentido a todos los papelitos encontrados!
“Ámense los unos a los otros. Como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros. Por el amor que se tengan los unos a los otros reconocerán todos que son mis discípulos” (Juan 13, 35-35) Reflexionamos: ¡Qué maravilla! Hemos sido creados por amor… Entonces, ¿para qué hemos sido hechos? ¡Claro! ¡Para amar! Esa es la verdad del misionero, la verdad de todas las personas, en todos los idiomas, en cualquier parte del mundo: Estamos llamados a amar…
“Y ahora, así dice el Señor, el que te creó (…), el que te formó (…) es que tú vales mucho para mí, eres valioso y yo te amo” (Isaías 43, 1; 4)
ESPIRITUALIDAD MISIONERA: “¡Amo… porque soy amado!” Objetivo: Que el niño/adolescente haga experiencia de saberse amado. De esta manera, confirmará que fue hecho por amor… para amar. Revisamos compromisos misioneros de la semana anterior.
Experiencia de vida: El animador mostrará a los niños/adolescentes una caja de bombones. La idea es que tenga variedad. Hará circular la caja para que todos puedan verla (aún nadie podrá sacar de ella ningún bombón). El animador preguntará: ¿Han probado alguno de estos bombones? ¿Si pudieran elegir, cuál querrían? ¿Por qué? (seguramente, los niños/adolescentes elegirán “los más ricos, los que más les gustan”). ¿Cuál de todos creen que es el más rico? ¿Cómo saben que éste (o estos) es (son) el (los) más rico(s)? (los niños/adolescentes, seguramente responderán que lo saben porque los han probado). El animador seleccionará dos bombones (o aquellos que hayan sido elegidos como “los más ricos”) y dirá: “Yo aún no probé nunca ninguno de estos bombones, ¿cuál me recomiendan? ¿Qué tengo que hacer para darme cuenta cuál de estos me gustará más?” (seguramente, todos responderán que deberá probarlos y descubrirlo). 12
El animador probará dos bombones y elegirá el que más le guste. Luego, animará a los niños/adolescentes a retirar de la caja los bombones que más les gusten. Reflexionamos: ¡Necesitamos probar los bombones para descubrir cuál es el más rico, cuál nos gusta! Si probamos el más rico, podemos discernir para la próxima cuál preferiremos y, seguramente, volveremos a elegir aquel que más nos gustó. ¡Con Dios pasa algo similar! En el encuentro pasado descubrimos que Dios nos hizo por amor y para amar… La misión del misionero es amar porque es amado. Pero, ¿Cómo sabemos esto? Básicamente, ¡porque hemos probado el Amor de Dios! Hemos hecho experiencia de ese Amor, nos ha gustado tanto que nos mueve a elegirlo, a “recomendarlo” y a seguir gustándolo… ¡Como los bombones!
ILUMINACIÓN: Escuchemos un pasaje de la Biblia en el cual se expresa cómo el misionero anuncia aquello que ha probado, que ha experimentado… “Prueben y vean qué bueno es el Señor, Dichoso el hombre que se refugia en Él” (Salmo 34 -33-, 9)
Reflexionamos: ¡Cuánto nos ama Dios! El animador invitará a los niños/adolescentes a preguntarse y responderse acerca de las experiencias de haberse sentido amados por Dios a lo largo de su vida. Indudablemente, ese amor los mueve hoy a amar, a ser misioneros de ese Amor y a seguir queriendo experimentarlo, gustarlo, saborearlo.
“El amor con el que te amo es eterno (…) no cambiará mi amor por tí, dice el Señor, que te ama” (Isaías 54)
PROYECCIÓN MISIONERA: ¡Amamos tanto, tanto…! Objetivo: Que el niño/adolescente anuncie el Amor a través de gestos concretos de amor. Específicamente, ¡que el misionero AME! Revisamos compromisos misioneros de la semana anterior.
EXPERIENCIA DE VIDA: Luego de tratar de recordar lo aprendido y experimentado en los encuentros anteriores, el animador preguntará: Entonces, de acuerdo a todo lo que hemos vivido, ¿Qué hace un misionero que se descubre amado?... ¡Ama! “El misionero ama”, así de simple, así de profundo… Para que el mensaje quede como síntesis, el animador repetirá varias veces “el misionero…” para que los niños/adolescentes repitan “¡Ama!”. Luego, hará que se lo digan al compañero de la derecha y de la izquierda; que lo griten al compañero del frente; que se pongan de pie (si están sentados) y que lo griten más fuerte para que se escuche más allá de las fronteras. Reflexionamos: El misionero ha sido creado por amor para amar. Con la vida misma, con el testimonio, con los gestos, estamos llamados a anunciar el Amor… Amando.
Reflexionamos: ¡No podemos quedarnos quietos! Estamos llamados a amar. ¡Eso hacen los amigos de Jesús, los discípulos! ¡Eso hacemos los misioneros! Gesto Misionero: Utilizando cartones, cartulinas, fibrones, etcétera, por grupo (si se trata de niños, se recomienda ya tener los carteles preparados para no perder tiempo; con adolescentes pueden realizarlos durante el encuentro) armarán carteles con consignas de amor para amar, por ejemplo: “Un abrazo por los niños del mundo”, “Un mate por la amistad”, “Una sonrisa por la paz”, “Te barremos la vereda por la IAM”, “Un Ave María por los niños y adolescentes del mundo”, “Una monedita por los niños del Orfanato de Bo (Sierra Leona)”, “Choque los cinco por la familia”… (si se utilizan estos mensajes, deberá preverse llevar mate, escoba, etcétera al encuentro, tal como se pide en algunos carteles)
Iluminación: “Ámense los unos a los otros. Como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros. Por el amor que se tengan los unos a los otros reconocerán todos que son mis discípulos” (Juan 13, 35-35) 13
Divididos en grupo, los niños/adolescentes saldrán a la calle con los carteles a cumplir las consignas con las personas con las que se encuentren (e invitándolas a responder al gesto de amor que se pide en dichos carteles).
Si se trata de adolescentes, se les puede pedir que saquen fotos de las consignas con las personas que las hayan cumplido y que las suban como historias a las redes sociales con el Hashtag #ElMisioneroAma. Se puede aprovechar para compartir acerca del DOMUND, una ocasión para seguir amando más allá de las fronteras.
COMUNIÓN MISIONERA: ¡Amándonos… Somos una comunidad de amor! Objetivo: Que el niño/adolescente festeje con su comunidad ser amado y llamado a amar en este mes misionero, aquí y más allá de las fronteras. NOTA: Este encuentro tiene una particularidad: La Comunión Misionera se vivirá en comunidad, en la celebración de la Eucaristía. Por lo que la propuesta consiste en que cada grupo pueda modificar el día y hora del encuentro semanal para vivir la Misa con la comunidad. Revisamos compromisos misioneros de la semana anterior. EXPERIENCIA DE VIDA: El Animador repasará con los niños/adolescentes lo vivido en este mes misionero. Invitará a que los niños/adolescentes puedan reflexionar acerca de por qué la Misa es por excelencia la muestra de Amor que nos mueve a amar en comunidad.
Oración: Agradecemos a Jesús por estos encuentros. Pedimos por todos los niños y adolescentes que a través de gestos de amor nuestros y de los demás podrán descubrirse amados, y por los misioneros, para que sientan que ese anuncio del Amor está siendo acompañado por nosotros, como comunidad.
ILUMINACIÓN: “La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como propios sus bienes, sino que todo lo tenían en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran poder, y aquél era para todos un tiempo de gracia sin igual” (Hechos 4, 32-33)
Compromisos: Los niños asumirán sus propios compromisos.
Reflexionamos: Somos comunidad de Amor que ama. Esto es la Eucaristía, esto es celebrar ser amados, amar a Dios y amar a los demás. ¡Vayamos a vivir juntos la Misa! (si coincidiera el Encuentro con la Jornada del DOMUND, se puede animar a los niños/adolescentes a que compartan testimonio acerca de las misiones y la importancia de ayudar a los misioneros y sus gestos concretos de 14 amor por los demás
Ezequiel Rogante Secretario Nacional IAM
“Busquen primero el Reino de Dios y su justicia” Mt.6,33
Como pueblo argentino estamos en un momento tan particular que me es difícil no hacerlo parte de esta reflexión que estoy rumiando hace un tiempo. Es una hora de fuertes posturas de todo tipo frente a valores fundamentales, que en otro tiempo eran incuestionables, y que obligan a definirse, manifestarse, optar con convicciones vitales. De frente a esta realidad me pregunto: ¿soy capaz de ver el Reino de Dios en todo esto?, ¿cuál es mi aporte?, ¿qué haría Jesús en mi lugar? como decía el Padre Hurtado. Me pasan por el corazón pasajes del Evangelio y veo a un Jesús que pasa por en medio de su pueblo haciendo el bien: sanando, liberando, perdonando, anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios ya presente; mientras los grandes y poderoso de su tiempo planeaban como correrlo del medio y callarlo, porque su modo no era el que esperaban o el que debía ser según su interpretación de lo que Dios había dicho a los antepasados. Pero mientras tanto Jesús seguía adelante con su misión, la que el Padre le había encomendado, porque para eso había venido a hacerse uno de tantos.
Y aquí se ilumina nuestro lema 2018 “Tu misión es hoy”, tu misión Yésica… tu misión Federico… mi misión Ivana. No hay otra realidad más contundente que el hoy, es lo único que tenemos, y que podemos modificar, entregarnos al presente con todo nuestro ser, sin esperar determinadas condiciones, o un momento especial. Como Jesús sin perder ni una oportunidad de entregarse a quien lo necesitara… ¡ese es el Kairós!... así como Jesús centinelas de oportunidades para hacer visible el Reino que ya está presente y actuando en medio de nosotros. La misión reclama generosidad, pero no creamos que estamos solos, Jesús es el primer y más grande evangelizador y nosotros somos uno más de una rica historia de evangelización, tenemos el testimonio de grandes personas que hicieron de su vida una misión preciosa (cf.EG 3) Hermanos y hermanas que ya gozan del banquete del Reino por que en su vida encarnaron el proyecto de Jesús, como Ceferino Namuncurá que deseaba “ser útil a su pueblo” y por eso se quiso donar totalmente como pastor; como Laurita Vicuña otra joven que descubrió su misión en su dura realidad familia; como Ma. Cecilia Perrin que en la maternidad desplegó la
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fuerza de la fe, la esperanza y el amor; como Mons. Angelelli que entendió que para servir es necesario estar muy atentos, “con un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio”; como el Padre Mugica que pedía perdón por acostumbrarse a tantas condiciones indignas de vida a su alrededor. Y así cada uno de los bautizados injertados en la vida y misión de Jesús no podemos solo pasar por este mundo, la humanidad necesita de nuestra entrega hoy, aquí, nuestro aporte único e irremplazable, nuestro personal modo de hacer visible los valores del Evangelio y nuestro modo de ser pueblo de Dios peregrino hacia un cielo nuevo y una tierra nueva. porque cada uno es una misión y para esto estamos aquí (cf. EG 273). Nos lo recuerda lo recientemente vivido en Bolivia con el CAM V: “Bautizados y enviados”, sumergidos en la vida nueva de los Hijos de Dios y urgidos a comunicarla, compartirla, anunciarla a toda la creación que gime dolores de parto. El hoy es la gran oportunidad que no podemos dejar pasar, es aquí y ahora donde cada uno tiene una misión única, de buscar el Reino de Dios y su justicia (Mt.6,33), nada más se nos pide, hacerlo con todo nuestro corazón y con toda nuestras fuerzas y capacidades. Discípulos misioneros de Jesucristo, nada de esto se improvisa, la misión se va gestando en la vida de intimidad con el Maestro, en la escucha de su Palabra, en la celebración de su Pascua en cada Eucaristía; y es él quien nos envía hasta los confines, los márgenes de cada realidad, esto exige el don de sí en la vocación que nos ha dado quien nos ha puesto en esta tierra… Es urgente renovar ahora mismo el encuentro personal con Jesús nos dice con ardor el Papa Francisco. Haciendo eco de su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones, y desde la secretaría de la Propagación de la Fe, animo a los jóvenes de modo particular en el contexto de su Sínodo, a hacerse protagonistas de la historia,
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a dejar su huella en la humanidad, donándose con toda la fuerza y la alegría que les es propia y sin miedo, Dios es fiel a su promesa y se hace cargo de lo que pide, Él nos llama y nos envía pero también nos espera ahí mismo, porque como nos asegura el Papa Francisco, nos primerea y no nos deja solos. Sus vidas quizá sean el único evangelio que lean muchos hermanos y hermanas que aún no conocen a Jesús, no les privemos de la alegría de la Buena Noticia, en esa misión se juega también la propia felicidad y se afianza el sentido de la vida, se ensancha el horizonte de la existencia, se plenifica toda nuestra persona. Queridos discípulos misioneros de Jesús, el Reino y su justicia no puede esperar, la caridad nos apura decía Mons. Jaime de Nevares citando a San Pablo, la misión se juega desde que nos despertamos cada día hasta que nos acostamos, en cada gesto, palabra, decisión vivimos en misión con toda nuestra persona y en el encuentro con cada persona, con la creación, con nosotros mismos, con Dios… por eso “tu misión es hoy”.
Hna. Ivana Lineares Secretaria Nacional de la Propagación de la fe
“La GRACIA DE DIOS es como lluvia que a todos moja” (Santo Cura Brochero) Una gracia enorme fue participar del VCAM (V Congreso Americano Misionero) en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, entre los días 10 y 14 de julio de este año. Si bien, como en todo congreso, hubo ponencias, talleres y demás, fue una verdadera experiencia de comunión y de fe y el compartir los momentos de break, almuerzos y merienda, enriquecen mas allá, ya que uno se encuentra con el hermano y en esa unión se encuentra con Dios. El encuentro no solo se vivió en el Colegio Don Bosco (sede central) sino también en las comunidades de la ciudad, a mi personalmente, me toco participar en la Parroquia San Martín de Porres, la cual nos espero con el amor que se recibe a un familiar, preparando cenas diarias, compartiendo la liturgia y actos culturales donde nos mostraron durante la semana la maravillosa cultura boliviana. Además cada uno vivió la experiencia de compartir todo lo vivido en las casas de familia donde nos alojaron, siendo Yolanda y Juan los mejores anfitriones que uno pudo tener. Párrafo aparte para la juventud de la Parroquia, la cual se movilizo de tal forma que me hizo ver que en toda America hay jóvenes de tienen como guía a Cristo, entre ellos esta el Movimiento Familiar Cristiano Juvenil (MFCJ)
del cual forman parte Laura y José María, quien junto a ISI (Catequista Confirmación) fueron nuestros guías en todos esos días, siempre estando atento a todas las necesidades, por si nos perdíamos, si los teléfonos no andaban y sobre todo animarnos siempre, llegando a tocar nuestros corazones y pasando a ser AMIGOS de ahora en adelante. La delegación Argentina, una de las más numerosas, se hizo sentir y estuvo conformada por Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Religiosas y Laicos, estuvo representada la IAM, la UEAM, la PUM, Familia Misionera y también GM. A mi personalmente me toco la gracia de participar en un taller que se llamo MISION Y JOVENES, en el cual estuve con hermanos de diferentes países comparando realidades y trabajando en propuestas que ayuden a los jóvenes en este camino de conocer a Dios. Por ese motivo el subsidio que presento hoy en base a lo vivido en Bolivia que espero pueda servir en las distintas comunidades, para crecer en la identidad misionera…el mismo se planteo en el método de trabajo experiencial VER – JUZGAR – ACTUAR, el cual fue utilizado en el Congreso como base para todas las ponencias, talleres, conversatorios, etc. 17
Plantear la realidad (Carta del Papa a los Jóvenes 2018) Se puede leer en grupos o en general y tener en un papel aparte las preguntas para responderlas personalmente, veamos nuestra realidad… Es comprensible que la repentina aparición del ángel y su misterioso saludo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lc 1,28) hayan causado una fuerte turbación en María, sorprendida por esta primera revelación de su identidad y de su vocación, desconocida para ella entonces. María, como otros personajes de las Sagradas Escrituras, tiembla ante el misterio de la llamada de Dios, que en un instante la sitúa ante la inmensidad de su propio designio y le hace sentir toda su pequeñez, como una humilde criatura. El ángel, leyendo en lo más profundo de su corazón, le dice: «¡No temas!». Dios también lee en nuestro corazón. Él conoce bien los desafíos que tenemos que afrontar en la vida, especialmente cuando nos encontramos ante las decisiones fundamentales de las que depende lo que seremos y lo que haremos en este mundo. Es la «emoción» que sentimos frente a las decisiones sobre nuestro futuro, nuestro estado de vida, nuestra vocación. En esos momentos nos sentimos turbados y embargados por tantos miedos. Y vosotros jóvenes, ¿qué miedos tenéis? ¿Qué es lo que más os preocupa en el fondo? En muchos de vosotros existe un miedo de «fondo» que es el de no ser amados, queridos, de no ser aceptados por lo que sois. Hoy en día, muchos jóvenes se sienten obligados a mostrarse distintos de lo que son en realidad, para intentar adecuarse a estándares a menudo artificiales e inalcanzables. Hacen continuos «retoques fotográficos» de su imagen, escondiéndose detrás de máscaras y falsas identidades, hasta casi convertirse ellos mismos en un «fake». Muchos están obsesionados con recibir el mayor número posible de «me gusta». Y este sentido de inadecuación produce muchos temores e incertidumbres. 18
Otros tienen miedo a no ser capaces de encontrar una seguridad afectiva y quedarse solos. Frente a la precariedad del trabajo, muchos tienen miedo a no poder alcanzar una situación profesional satisfactoria, a no ver cumplidos sus sueños. Se trata de temores que están presentes hoy en muchos jóvenes, tanto creyentes como no creyentes. E incluso aquellos que han abrazado el don de la fe y buscan seriamente su vocación tampoco están exentos de temores. Algunos piensan: quizás Dios me pide o me pedirá demasiado; quizás, yendo por el camino que me ha señalado, no seré realmente feliz, o no estaré a la altura de lo que me pide. Otros se preguntan: si sigo el camino que Dios me indica, ¿quién me garantiza que podré llegar hasta el final? ¿Me desanimaré? ¿Perderé el entusiasmo? ¿Seré capaz de perseverar toda mi vida? En los momentos en que las dudas y los miedos inundan nuestros corazones, resulta imprescindible el discernimiento. Nos permite poner orden en la confusión de nuestros pensamientos y sentimientos, para actuar de una manera justa y prudente. En este proceso, lo primero que hay que hacer para superar los miedos es identificarlos con claridad, para no perder tiempo y energías con fantasmas que no tienen rostro ni consistencia. Por esto, os invito a mirar dentro de vosotros y «dar un nombre» a vuestros miedos. Preguntaos: hoy, en mi situación concreta, ¿qué es lo que me angustia, qué es lo que más temo? ¿Qué es lo que me bloquea y me impide avanzar? ¿Por qué no tengo el valor para tomar las decisiones importantes que debo tomar? No tengáis miedo de mirar con sinceridad vuestros miedos, reconocerlos con realismo y afrontarlos.
Como nos vemos ante distintos actos de nuestras vidas, trabajemos con algunos personajes de la Biblia y analicemos esto. JUAN EL BAUTISTA - JUAN EL EVANGELISTA - LA MUJER ADULTERA EL JOVEN RICO - EL HIJO PRODIGO - JOSE (HIJO DE JACOB) Todos conocemos los nombres de arriba, en nuestras Biblias, buscamos los lugares donde aparecen, donde escribieron sobre ellos, lo leemos, analizamos y sacamos las características de cada uno, separados en seis grupos (uno por cada personaje, se aconseja grupos pequeños, si son muchos, los grupos pueden dividirse) los analizamos y luego presentamos a cada uno de la forma que creamos mas conveniente, como una propaganda, como una obra de teatro, como un articulo de revista o diario, con una lluvia de ideas, o las alternativas que ustedes crean convenientes.
¿Que hacemos?
Leemos la Carta del Papa a los Jóvenes: El discernimiento se vuelve indispensable cuando se trata de encontrar la propia vocación. La mayoría de las veces no está clara o totalmente evidente, pero se comprende poco a poco. El discernimiento, en este caso, no pretende ser un esfuerzo individual de introspección, con el objetivo de aprender más acerca de nuestros mecanismos internos para fortalecernos y lograr un cierto equilibrio. En ese caso, la persona puede llegar a ser más fuerte, pero permanece cerrada en el horizonte limitado de sus posibilidades y de sus puntos de vista. La vocación, en cambio, es una llamada que viene de arriba y el discernimiento consiste sobre todo en abrirse al Otro que llama.
Se necesita entonces el silencio de la oración para escuchar la voz de Dios que resuena en la conciencia. Él llama a la puerta de nuestro corazón, como lo hizo con María, con ganas de entablar en amistad con nosotros a través de la oración, de hablarnos a través de las Sagradas Escrituras, de ofrecernos su misericordia en el sacramento de la reconciliación, de ser uno con nosotros en la comunión eucarística. Pero también es importante hablar y dialogar con otros, hermanos y hermanas nuestros en la fe, que tienen más experiencia y nos ayudan a ver mejor y a escoger entre las diversas opciones. 19
El joven Samuel, cuando oyó la voz del Señor, no lo reconoció inmediatamente y por tres veces fue a Elí, el viejo sacerdote, quien al final le sugirió la respuesta correcta que debería dar a la llamada del Señor: «Si te llama de nuevo, di: “Habla Señor, que tu siervo escucha”» (1 S 3,9). Cuando dudéis, sabed que podéis contar con la Iglesia. Sé que hay buenos sacerdotes, consagrados y consagradas, fieles laicos, muchos de ellos jóvenes a su vez, que pueden acompañaros como hermanos y hermanas mayores en la fe; movidos por el Espíritu Santo, os ayudarán a despejar vuestras dudas y a leer el designio de vuestra vocación personal. El «otro» no es únicamente un guía espiritual, sino también el que nos ayuda a abrirnos a todas las riquezas infinitas de la existencia que Dios nos ha dado.
Teniendo en cuenta lo que dice Francisco y nuestro trabajo en el JUZGAR, nosotros como jóvenes, ¿Qué nos comprometemos como acción directa a hacer esta próxima semana, individualmente o como comunidad, para romper con nuestros miedos? Una acción directa, simple y que nos interpele, la cual podemos repetir o ir cambiando semana a semana.
Es necesario que dejemos espacio en nuestras ciudades y comunidades para crecer, soñar, mirar nuevos horizontes. Nunca perdáis el gusto de disfrutar del encuentro, de la amistad, el gusto de soñar juntos, de caminar con los demás. Los cristianos auténticos no tienen miedo de abrirse a los demás, compartir su espacio vital transformándolo en espacio de fraternidad. No dejéis, queridos jóvenes, que el resplandor de la juventud se apague en la oscuridad de una habitación cerrada en la que la única ventana para ver el mundo sea el ordenador y el smartphone. Abrid las puertas de vuestra vida. Que vuestro ambiente y vuestro tiempo estén ocupados por personas concretas, relaciones profundas, con las que podáis compartir experiencias auténticas y reales en vuestra vida cotidiana.
El V CAM nos dejo muchas cosas que nunca olvidaremos, nuevos amigos, la Alegría de vivir el Evangelio, pero sobre todo nos dejo la certeza de que DIOS esta presente en nosotros. “Te he llamado por tu nombre” (Is 43,1) es la certeza que tenemos todos, y el primer motivo para no tener miedo ¡Tu Misión es hoy!
Marcelo R. Ruiz Galeano 20
(Diócesis Azul)
Misión un estilo de vida Como consagrados estamos llamados a vivir , encarnar el estilo de vida Jesús, pensar como El, mirar como El, sentir como El, hablar como El, escuchar como El, respirar como El, Amar como El amo, sentir como El. La sociedad necesita del testimonio de los consagrados, consagrados que transmitan la alegría de vivir, y de pertenecerle solo a El. La presencia apostólica de la persona consagrada es una presencia de fronteras. Ellos se colocan en los confines del Reino y de la Iglesia. Entrecruzan huellas entre la proclamación del Evangelio, la transformación del mundo y el recuerdo de la presencia de Dios En este sentido la vida consagrada abre fronteras de apostolado y nuevos caminos a la misión de la Iglesia. La presencia de la vida consagrada, la vida de fraterna, la comunión fraterna, es ya un modo de apostolado y contribuye directamente a la obra de evangelización: la fraternidad vivida es signo excelente, “en esto sabrán que son mis discípulos si se aman unos a otros”. La experiencia de la comunión entonces, es una parte integral de la misión, habla de nuestro estilo de vida. Si queremos ser misioneros y apóstoles, debemos ir a la escuela de Jesús, y en esta escuela aprender del estilo de Jesús.” La misionera-apóstol” no puede jamás descubrir su propia vida de consagrada, porque está llamada a ser “exegesis viviente de la Palabra de Dios” que debe anunciar. a nosotros los consagrados se nos hace necesario crecer en la conciencia de la urgencia de un nuevo impulso misionero sostenido por nuestra docilidad al espíritu, por eso también es crucial que nos hagamos cargo también de un pensamiento y una acción profunda. “LA NOVEDAD DE LA MISIÓN ESTÁ EN HACER VISIBLE LA PRESENCIA DE CRISTO QUE AMA” Hna Ana Lía Aguirre Congregación Hermanas de los pobres de santa Catalina de Siena.
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UEAM Unión de Enfermos y Adultos Mayores Misioneros La UEAM fue iniciada por Margarita Godet, una joven francesa que, a principios de siglo pasado, se decidió a entregar su vida y esfuerzos, en pos de los que iban lejos de casa a misionar, pese a que ella, impedida por una parálisis desde los diez años, no podía movilizarse sin la asistencia de otros. Frente a la limitación física que impone una enfermedad o el paso de los años, uno puede quedarse encerrado en su rencor y desesperanza, o bien, y mejor, puede ofrecer lo que tiene y puede, a favor de aquellos que sí puedan hace lo que uno no. Al estilo de Jesús, Margarita supo entregar las habilidades que tenía, para que la Palabra de Dios llegue a todos los rincones de la tierra, a través de muchos misioneros. Y como Él, supo entregar su vida desde su propio padecimiento, para que otros reciban vida en abundancia. Ofreciendo la vida por amor, aún desde el dolor, se salva al mundo, y uno mismo encuentra un sentido nuevo a la existencia que inunda el corazón de felicidad. Les transcribimos una entrevista que realizamos a una miembro de la UEAM de Buenos Aires que, a pesar de tener los meniscos rotos, por lo cual prontamente deberá someterse a una operación, no deja de entregar lo que tiene en favor de los que necesitan.
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Si al leer estas líneas, te mueve el corazón a conocer más de esta vocación y pastoral, no dudes en contactarnos, a través de la página a ueam@ompargentina.org.ar
“Era alrededor de la hora décima”
“Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: «Este es el Cordero de Dios». Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. Él se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: «¿Qué buscan?». Ellos le respondieron: «Rabbí –que traducido significa Maestro– ¿dónde vives?». «Vengan y verán», les dijo. Fueron y vieron dónde vivía; y se quedaron con él aquel día. Era alrededor de la hora décima. Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo «Hemos encontrado al Mesías», que traducido significa Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas», que traducido significa Pedro.”
No habrá verdadera y auténtica misión sin ser antes discípulos del Señor. La misión dará verdaderos frutos y resultados sorprendentes si primero el misionero tiene la gracia del discipulado, la experiencia del “encuentro” con Dios para encontrarse con sus hermanos y hacer que éstos, a su vez, encuentren a Jesús, que es el fin de toda misión cristiana: anunciarlo y hacerlo conocer. Cuando ese encuentro con Jesús se lleva a cabo, el hombre se convierte en misionero, porque es tal la “alegría del encuentro” (cf. Mt. 13, 44) que inmediatamente lo convierte en miembro de una Iglesia en salida y anuncia así “la alegría del Evangelio”.
No puede guardar y contener el gozo de Dios sólo para sí, sino que lo comunica y lo comparte fraternalmente. Esta es una “experiencia divina” y, por lo tanto, es una gracia que tenemos que pedirle a Dios. Esta experiencia de lo “extraordinario” en lo “cotidiano de la vida” será siempre una manifestación del Misterio de la Encarnación hecha misión, pues en aquel Misterio lo extraordinario vino a lo cotidiano, haciendo que lo cotidiano llegue a ser partícipe del Misterio Divino. Vamos al pan de la palabra, llevaremos solo un bocado porque sería muy pretencioso querer comer todo este Pan de una sola vez. Rumiemos apenas unas migajas. 23
“Y se quedaron con Él aquel día”. Este verbo “quedarse” es el mismo que los discípulos usaron cuando le preguntaron: “Maestro, ¿dónde vives?, es decir, “¿Maestro, dónde te quedas, dónde permaneces; cuál es tu residencia perpetua?”. Es el mismo verbo griego, “meno”, que Jesús usa para decirnos “si el sarmiento no permanece en la vid, no puede dar frutos” (cf. Jn, 15, 4). Si el sarmiento no “permanece, no vive, no reside, no se queda”, en la vid, no llevará a cabo su misión, la de dar frutos, que es el fin por el cual fue creado. Algo vieron, algo les mostró el Señor a estos dos discípulos de Juan para que ellos se quedaran con él aquel día. ¡Qué experiencia de vida habrán tenido que decidieron permanecer en Cristo! Este quedarse con Él aquel día no se trata, entonces, de “permanecer” sólo por un rato, compartiendo un momento ameno con el Señor, sino que ha sido algo más: decidirse a pertenecer a Jesús y a su Reino. Era alrededor de la hora décima. Aquí está la clave de la experiencia. San Juan no lo dice explícitamente, pero con la ayuda del Espíritu Santo deduciremos qué han visto y cuál ha sido la experiencia de estos hombres que los marcó a fuego. El tema de la “hora” es muy revelador en San Juan: “La Hora” de Jesús en este Evangelio evoca el paso de este mundo al Padre, es la hora de la glorificación. Y a partir de esa Hora, podríamos decir, las demás horas cobran sentido. La hora décima es equivalente a las cuatro de la tarde para que nos ubiquemos en el tiempo. Pero vamos a respetar el texto original para que descubramos la intención del Espíritu Santo por medio de San Juan. El “diez” es signo de plenitud en la Biblia. Es la suma de 3+7. El 3 es el número de Dios, como los tres ángeles que visitaron a Abraham, evoca la Santísima Trinidad para nuestra doctrina cristiana. El 7 es signo de perfección en la creación. Evoca lo perfecto, pero al mismo tiempo lo creado y pasajero de este mundo donde vive el hombre. Así vemos que la Biblia habla de los siete días de la creación, de las 7 vacas gordas y las 7 vacas flacas en el sueño del Faraón, etc. 24
De modo que el diez es plenitud, pues es el encuentro entre lo divino (3) y lo humano, o lo creado (7). Así tenemos los 10 mandamientos, las 10 plagas de Egipto o llevar al Templo la décima parte (diezmo) de lo recolectado o producido. En los diez mandamientos, por ejemplo, encontramos 3 mandamientos referidos a Dios y 7 mandamientos referidos al orden de lo humano. La hora décima, por lo tanto, es la “hora de plenitud”, del encuentro definitivo entre lo Divino con lo humano. Remite por un lado al misterio de la Encarnación, pero al mismo tiempo al fin del hombre, partícipe de la Gloria eterna. En este sentido espiritual, en el Evangelio según san Juan, podemos decir que la hora Nona, (las tres de la tarde), la que precede a la hora décima, fue la “hora de la cruz”, de la “muerte de Jesús” y la hora décima es lo que sigue al misterio de Cruz: la “Resurrección”. Sí, Jesús les mostró entonces a estos discípulos, anticipadamente, la Gloria de Dios, su futura Resurrección, es la Trasfiguración velada en este Evangelio. El Señor les reveló que Él permanece, vive, y mora en el seno del Padre con el Espíritu Santo; les mostró lo que toda alma humana anhela por el hecho de haber sido creada a imagen y semejanza de Dios: la eternidad; morada perpetua del hombre con Dios; les reveló que también ellos participarían de ese mismo misterio de la gloria y de la eternidad si permanecen en su Amor. Y entonces, así, ellos, sin dudar, se quedaron con Él aquel día. Optaron por Jesús, el Mesías, y éste fue un día inolvidable. Estos discípulos optaron por Dios y su misterio, porque sus almas permanecieron atónitas y grabadas con la llama de Dios, (cf. Ct. 8, 6) como nos revela la Amada del Cantar. Tuvieron e hicieron “experiencia de Dios”. Dios aconteció en sus almas, en sus vidas, en la historia, al punto que recuerdan el día y la hora: “…aquel día.
Era como la hora décima”. Y esta experiencia inefable, inenarrable, solo experiencial, los convierte en misioneros fervorosos de Jesús, en Iglesia en salida, como los discípulos de Emaús cuando reconocen la gloria de Jesús resucitado al partirles el pan. Y ambos grupos, miembros de una misma Iglesia, salen corriendo a misionar, unos a Jerusalén para anunciar a sus hermanos esta gran “alegría del Evangelio”; Andrés lo hace con su propio hermano. Dios les mostró su Gloria, y ellos hacen experiencia de esta situación, esto ocurrió aquel día y era alrededor de la hora décima, la plenitud que anhela todo hombre sobre la faz de la tierra. Por eso cuando Andrés va a anunciarlo a su propio hermano Simón, no le dice: “hemos encontrado al Maestro, al Rabbi”, como lo había reconocido antes, sino “hemos encontrado al Mesías”, evoca la categoría divina que el pueblo de Israel estaba esperando. Rabinos había muchos en Israel, pero Mesías es uno solo. En el título de Maestro se refleja la humanidad de Jesús, lo visible de Dios, en la categoría “Mesías”, se designa la Divinidad de Jesús. De modo que en sintonía con el Profeta Isaías estos hombres están diciendo: “hemos encontrado al Emmanuel, al Dios con nosotros y nos manifestó su gloria, a la cual también nosotros estamos llamados a participar en ella, porque «Él trae a sus hijos desde lejos y a sus hijas desde el extremo de la tierra: ¡A todos los que son llamados con su Nombre, a los que ha creado para su gloria, a los que Él mismo hizo y formó!». (cf. Is. 43, 6-7). Uno de los dos discípulos era Andrés”. Y el otro, ¿quién habrá sido? Juan no nos dice nada. El Evangelio no es solamente un relato de lo sucedido hace 2000 años. El Evangelio es siempre actual, la Palabra de Dios habla “hoy y al hombre”.
El otro discípulo bien podés ser vos o yo, para que se despierte en tu alma una plegaria a Aquel que vino al mundo para salvarte: “Oh Señor, ¿Dónde vives? Muéstrame ese lugar para convertirme a Ti, y así, con espíritu renovado y lleno de fervor, te dé a conocer a mis hermanos”. Y el Señor te responderá: “Ven y verás. Te mostraré el abismo de mi Corazón, contempla el fuego de amor y de misericordia que en Él está reservado para ti (cf. Ct. 7, 14) y para quienes me quieran conocer. Todo lo que me da el Padre viene a mí, y al que venga a mí yo no lo rechazaré, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió. La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree en él, tenga Vida eterna y que yo lo resucite en el último día» (Jn. 6, 37-40) La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos. Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto. Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado (Jn. 15, 8-12) Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo (Lc. 15, 31) y del Padre (cf. Jn. 17, 10) Yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos (cf. Lc. 22, 32), enseñándoles a cumplir todo lo que yo te he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo. Tú ahora ve y haz que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (cf. Mt. 28, 19-20). Amén.
Pbro. Gerardo Rivetti Fraternidad Monástica Virgen del Signo. CC. 35. Ruta E- 90 Km. 28. 5809 Gral. Cabrera. Cba. Diócesis Villa de la Concepción del Río Cuarto.
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#Misionar en las Redes
Nunca ha sido tan fácil monitorearnos. Basta actualizar el perfil, escribir un comentario, subir una foto, compartir un pensamiento. Información instantánea, libre, gratuita y autorizada por el emitente, lanzada al universo de las redes sociales. Sin contar la vigilancia geolocalizada y los rastros de pago o actividades en línea. El consentimiento individual, en un mundo hiperconectado, ofrece libre acceso de la información personal hacia una audiencia tan heterogénea como desconocida, pese a los filtros de privacidad. ¿Tan importante es nuestra información personal? Para el marketing online sí, porque utiliza cada dato, cada una de nuestras huellas virtuales para fabricarse una idea de nuestros consumos y deseos. Las redes sociales fueron diseñadas para reforzar y consolidar relaciones interpersonales preexistentes, no para generar y fidelizar consumidores. Al menos en sus inicios fue así. Las redes se basan en tres elementos estructurales. El perfil del usuario (nombre, foto y biografía), lista de contactos (la comunidad de actividad o interés que se forma) y las posibilidades de comunicación interactiva de la plataforma (estados, eventos, fotos, videos, historias). La característica principal de las redes es la desintermediación, proceso en el cual desaparece la figura del mediador de la información. 28
Gracias a la inmediatez, las redes penetran el tejido social como medio de auto comunicación de masas. Organizadas en plataformas sociales, su sistema de intercambio en línea tiene fuerte impacto relacional dónde la modalidad de participación varía de una plataforma a otra. Además, la portabilidad del celular y su acceso a la red 4G nos sitúa ever connected, invadidos de toneladas de información actualizada al instante. 24 horas diarias, 168 semanales, 720 semanales. Por un total de ......... ¿cuántas horas de vida al año? Llevamos siempre el smartphone encendido en el bolsillo. ¿Cuándo lo apagué por última vez? No lo recuerdo. Del hábito de consumo a oportunidad para la misión La unión, entre la innovación comunicativa ofrecida por las redes es decir, interactividad y presunta participación, con la fidelidad del bautizado a la misión, nos sitúa ante un desafío pastoral. Ahora bien, somos misioneros y usuarios habituales de las redes. Entonces, ¿podemos servirnos de las redes para la misión? Si la respuesta es afirmativa, estamos pensando en una pastoral misionera digital o más precisamente invitando a misionar en las redes.
Un camino desafiantemente actual para las nuevas generaciones de misioneros nacidos en la “sociedad en red”. Aquellos para quienes las nuevas tecnologías e Internet forman parte de sus vidas desde siempre. Una sociedad flexible, un nuevo espacio social de interacción virtual que complementa, sin sustituir, el ambiente territorial. Los misioneros deben mirar las redes no como pasatiempo de la realidad. Sino como oportunidad para realizar una pastoral misionera en y por medio de las redes. Intensificando una evangelización integral y global. “La Iglesia, de hecho, no sólo está llamada a utilizar los medios para difundir el Evangelio sino, ahora más que nunca, a integrar el mensaje salvador en la "nueva cultura" que las poderosas herramientas de comunicación crean y amplifican” (S. Juan Pablo II, El rápido desarrollo, 2005).
Comunicar la Buena Noticia en y por medio las redes Evangelizar en las redes significa que el anuncio del Evangelio debe encontrar su espacio en el flujo comunicativo de la nueva cultura digital. Evangelizar por medio de las redes, es dirigir el anuncio de Jesucristo favoreciendo en la interacción un momento de encuentro y dialogo dónde se narre y se comparta la fe. Sabemos que el anuncio posee un fuerte carácter narrativo que, a través de la historia de fe, activa una dinámica en torno al testimonio personal. A su vez la narración se retroalimenta
con el feedback del contar/escuchar para volver a narrar una experiencia en común. En este sentido, la narración es la dinámica cristiana de encuentro y dialogo interpersonal. Por este motivo, misionar en la redes es estar “siempre dispuestos para dar una respuesta a quien les pida razón de su esperanza” (1P 3, 15). Ser “testigos de esperanza”, en el escenario cultural de la sociedad en red significa: considerar las redes como ambientes propicios para un anuncio explícito del Evangelio. Un anuncio que supere la sobrecarga informativa; que destierre la estética perfeccionista del autorretrato con sus declinaciones; que suprima los simulacros de vida en directo. Ser “testigos de esperanza” en las redes, es optar siempre por la revolución del contenido que se comparte, pues la Esperanza tiene nombre propio. La revolución del contenido ¿Por qué revolucionarlos? Porque muchos de los contenidos compartidos en las redes “a pesar de carecer de fundamento, obtienen una visibilidad tal que incluso los desmentidos oficiales difícilmente consiguen contener los daños que producen” (Francisco, Fake news y periodismo de paz, 2018). La misión es comunicación del Evangelio y comparte con las redes sociales aspectos comunicativos comunes como el encuentro, el diálogo, la relación, la comunidad y la narración. El testimonio compartido en las redes debe ser auténtico y personal, como la experiencia en Cristo, su contenido fundamental. Las redes no son como el diario, la radio o la televisión. Son construcciones culturales híbridas. Conjugan lo esencial de cada lenguaje tradicional de comunicación social como la palabra, la imagen y la voz, en una sola plataforma. En la actualidad todas las redes sociales presentes en el web ofrecen estructuras similares de registro y fruición. Quien se aventura en la pastoral misionera en y por medio de las redes necesita conocerlas y operarlas siguiendo sus reglas.
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Tres consejos para misionar en las redes · Superar el nivel del compartir “a fin publicitario”, del bombardeo autorreferencial. Es importante crear contenidos propios por medio de las miles de aplicaciones gratuitas existentes. En las redes se valora la creatividad de los contenidos porque ayudan a salir al encuentro de potenciales interlocutores. Es necesario fomentar un diálogo más allá del emoji. Porque las redes están “pobladas de humanidad, a menudo herida: hombres y mujeres que buscan una salvación o una esperanza, (...) en cualquier condición de vida en la que se encuentre, como para que el Evangelio pueda cruzar el umbral del templo y salir al encuentro de todos” (Francisco, Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro, 2014). · Recordar que nos desplazamos, de arriba hacia abajo, por pantallas en lugar de páginas. Frente a la pantalla el ojo se detiene con facilidad en una imagen o video.
Hoy, el contenido visual irrumpe y prevalece, invitando a descifrar la información de manera multisensorial. Por ese motivo, hay que evitar extensos comunicados de prensa, y reelaborar los contenidos a partir de los criterios de la imagen. Al menos en lo referido a brevedad, universalidad y capacidad de implicación emotiva. · Reconocer que la narración como testimonio de fe es un acto comunicativo referido a un evento personal. En ella, Dios siempre inicia el diálogo ofreciendo gratuitamente el don de la salvación. Recurrir al modelo comunicativo del kerygma (primer anuncio del Evangelio) es primordial para elaborar la propia narración en las redes: brevedad del mensaje, simplicidad del lenguaje e interacciones espontáneas. El Kerygma invita siempre a realizar una acción. Estructuralmente está formado por un indicativo concreto y un imperativo enérgico: “El Reino de Dios está cerca. ¡Conviértanse!”.
Pbro. Ariel Tosoni 30
Misionero de la Consolata Lic. En Comunicación Social
rap misionero En el contexto del Mes Misionero Extraordinario les presentamos un rap que llega de la mano de Obras Misionales Pontificias España (OMP) en colaboración con Grilex y los chicos de Not From This World, dos conocidas formaciones artísticas del mundo rapero urbano. Con el concepto “Cadena de Bondades”, OMP pretende concientizar a la población acerca de la posibilidad de hacer de este un mundo mejor, y de que cada uno tiene un papel fundamental en la Misión. Cada pequeño gesto cuenta y con la colaboración de todos, la presencia de las misiones por todo el mundo es posible.
"No se puede hablar de vocación excluyendo la misión" "El Congreso fue, sin duda, un momento de verdadera conciencia del camino misionero de la Iglesia en Brasil y en el mundo". Así lo manifiestan, en su carta de compromiso, 235 seminaristas diocesanos y religiosos de 104 diócesis brasileñas, que participaron del III Congreso Nacional Misionero de Seminaristas 2019. Promovido por las Obras Misionales Pontificias y la Comisión Nacional COMISE (Conselho Missionário de Seminaristas), el Congreso tuvo como objetivo general, animar y mejorar la formación misionera de los futuros sacerdotes en Brasil, para que la misión sea verdaderamente el eje central de la formación y ayude a los seminaristas a adquirir un auténtico espíritu misionero. Ademas creen que fue un excelente espacio para reflexionar sobre la formación misionera de los futuros sacerdotes", los seminaristas subrayan: "Se nos animó a ser agentes activos en el proceso de conversión pastoral y a ayudar a la Iglesia a vivir la misión como una 'pasión por Jesús y, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo' (EG 268) a lo largo de todo el proceso de formación, tanto como permanente".
Misión ad gentes en y desde América
“Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo” (Mt 28, 18-20).
Con motivo del V Congreso Americano Misionero (V CAM), en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, del 10 al 14 de Julio del 2018; las Obras Misionales Pontificias de Argentina, ha tenido a su cargo el Taller: “Misión Ad Gentes en y desde América”. Con la metodología del taller, se desea obtener y canalizar la reflexión y el amor misionero de cada uno de los participantes que en tres encuentros siguieron el camino del Ver, Juzgar y Actuar. Cuando escribe Evangelii Gaudium o Gaudete et Exsultate, el Papa Francisco tiene en cuenta datos desde donde reflexiona y discierne la propuesta de renovación de la Iglesia en salida. La comparación numérica, entre la cantidad de habitantes del mundo y la cantidad de católicos, muestra la vigencia de la Misión Ad Gentes (cf. RM 1). La Iglesia que camina en América está invitada a participar de la misma solicitud y a dar de su pobreza (cf. P. 368). Los datos del Dossier de la Agencia Fides 2017, publicado con motivo del 91º Jornada Mundial de las Misiones, ofrece un panorama de la Iglesia en el mundo.
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Datos del último “Anuario Estadístico de la Iglesia” elaborados por la Agencia Fides Las tablas se han extrapolado del último “Anuario Estadístico de la Iglesia” (actualizado al día 31 de diciembre de 2015). Entre paréntesis se indica la variación, aumento (+) o disminución (-), con respecto al año anterior.
Población mundial - Católicos
Católicos en el mundo
Misioneros laicos y catequistas
Misioneros laicos y catequistas católicos en el mundo
Cf. AGENZIA FIDES, AGENZIADELLEPONTIFICIE OPERE MISSIONARIE, 91ª Jornada Mundial de Misiones, Las Estadísticas de la Iglesia Católica, 22 de Octubre de 2017, en: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/DOSSIER_FIDES_ESTADISTICAS_2017_ESP.pdf%20(3).pdf.
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La Iglesia católica administra 216.548 centros educativos en el mundo, frecuentados por más de 60 millones de alumnos. Además, son casi 5 millones y medio los jóvenes que frecuentan institutos católicos durante sus estudios superiores y universitarios. Por último hay más de 118 mil institutos de beneficencia y asistencia católicos (hospitales, leproserías, orfanato, casas de ancianos) repartidos por todo el mundo. De todos estos datos se concluye que la Iglesia que camina en América, está llamada a dar desde su riqueza, por ser la que tiene la mayor cantidad de católicos y porque ya ha hecho un camino de reflexión importante en la misión Ad Gentes. Aún así, se notó, en los integrantes del V CAM, la necesidad de seguir creciendo en la comprensión del concepto de Misión ad Gentes en sus diferentes aspectos: geográfico, jurídico (vinculado a Propaganda Fidei), los ámbitos socioculturales y los corazones que forman parte de este ámbito misionero que aún está en sus inicios. La misión Ad Gentes es el interés principal de la Iglesia. De aquí el valioso concepto de misionariedad del Papa Francisco.
Ante esta constatación, en el diálogo y la fraternidad de los integrantes del Taller, se ha percibido que: 1.Es aún incipiente la conciencia misionera Ad Gentes de todas las Iglesias que caminan en América. Es el continente que posee mayor cantidad de católicos, desde la Primera Evangelización ya hace más de 500 años, y sin embargo le cuesta aún dar a sus misioneros. 2.Hay muchos corazones generosos de laicos y por supuesto de religiosos/as y sacerdotes que quieren misionar ad gentes, pero aún encuentran sus obstáculos desde el interior de la Iglesia. 3.El Espíritu Santo está llamando y la Iglesia debe prestar el servicio de discernimiento a las vocaciones específicas ad gentes. 4.Las específicas vocaciones misioneras Ad Gentes (en el ámbito geográfico y jurídico), se gestan en la profunda espiritualidad y pastoral que supone a la “Iglesia en salida” en los diferentes ámbitos misioneros de la pastoral cotidiana en cada Diócesis: Pastoral y Nueva Evangelización y en la dimensión Ad Gentes sociocultural y de los corazones en la pastoral de la Animación Misionera de cada diócesis. El Papa Francisco habla de Misionariedad: para la Iglesia la misión no es un aspecto secundario de su vida, sino que es un aspecto esencial. Es un sustantivo que identifica a la Iglesia y a todo creyente, sin excepción, del Pueblo de Dios (cf. IL 14-15). Por último, las conclusiones concretas surgidas del Taller, para aplicar en cada Diócesis, son: 1.Fortalecer la animación y la espiritualidad misionera diocesana, para fomentar vocaciones específicas Ad Gentes (animación, formación, acompañamiento vocaciones y cooperación material). 2. Creación y fortalecimiento de centros de formación misionera ad gentes a nivel diocesano y regional.
Pbro. Marcelo Franchini 34
Uno de los compromisos de los Niños y Adolescentes Misioneros, junto con la oración, es la ayuda material. Este año la IAM Argentina recibió la invitación a solidarizarse con los niños de Sierra Leona. Es oportuno ampliar nuestro horizonte, conociendo las principales necesidades de los habitantes de dicho país africano.
SOLIDARIDAD CON SIERRA LEONA 2018 P. Jerzy Faliszek
Nivel de vida Sierra Leona es el peor lugar para convertirse en anciano. La esperanza de vida ronda los 47,5 años. La media mundial es de 67. La explicación para este retraso es clara: una larga guerra civil (“guerra por los diamantes”, de 1991 a 2002) dejó una legión de viudas, huérfanos y discapacitados Otra de las razones de la baja esperanza de vida tiene que ver con la mala nutrición. Las privaciones de que imponen determinados lugares donde el hambre es habitual hacen que muchas madres no bauticen a sus hijos hasta que cumplan dos años. Ese es el momento en el que consideran que su hijo tiene más posibilidades de vivir, y por tanto ya merece tener su nombre. No es extraño ver a niños en los hospitales enfermos por una extraña desnutrición, con aspecto hinchado, pero hambrientos por dentro.
Derecho a la identidad En Sierra Leona el 50% de los nacimientos no se registran a las autoridades correspondientes. Como resultado, muchos niños no tienen identidad ni nacionalidad oficial. Inevitablemente esto trae serios problemas a las personas que carecen de identidad o nacionalidad, ya que no existen de forma oficial y permanecen invisibles ante los ojos de la sociedad y no pueden ejercer sus derechos. Características generales: Nombre oficial: República de Sierra Leona. Superficie: de 71.740 km2 (equivalente al tamaño de la Prov. de Formosa)
Población: 7,396 millones (2016) Límites: frontera con Guinea y Liberia; costa atlántica al oeste del país. Capital: Freetown (1.007.000 habitantes); Idioma: inglés (oficial) menge, krio Religión: musulmanes 60%, animistas 30%, cristianos 10%, Moneda: Leone 35
Trabajo infantil En Sierra Leona uno de cada dos niños se ve obligado a trabajar para ayudar a satisfacer las necesidades de sus familias. Algunos encuentran trabajo en servicio doméstico, pero otros miles terminan trabajando bajo condiciones extremadamente peligrosas y, en ocasiones, mueren a consecuencia de estas. Algunos ejemplos, entre otros, son los niños mineros y trabajadores rurales. Si tienen la suerte de escapar, estos niños nunca superan las secuelas y, con frecuencia sufren problemas físicos y psicológicos.
Matrimonio infantil Oficialmente, la edad mínima para casarse es de 18 años. Pero, una de cada dos niñas se casa antes de haber cumplido esta edad. Se les prepara desde una edad temprana para su futuro papel como esposas. Sin embargo, estos matrimonios tienen en ocasiones consecuencias para la salud de las niñas, que no comprenden qué es lo que se espera de ellas. Derecho a la educación Casi el 30% de los niños en Sierra Leona no han tenido acceso a la educación Después de muchos años de guerra civil, que han producido el cierre de numerosos centros educativos, también se han llevado a cabo algunas mejoras en el acceso a la educación. No obstante, continúa siendo muy difícil para algunos niños ir al colegio, especialmente en las regiones más remotas del país. Los edificios que albergan escuelas se desmoronan y la mayoría de los profesores no están preparados. Además, muchos niños se ven obligados a trabajar para cubrir sus necesidades, una situación que indudablemente influye de forma negativa en su educación.
IAM ARGENTINA AYUDA A LOS NIÑOS DE SIERRA LEONA Se trata de un proyecto solidario, promovido por la Diócesis de Bo, situada en el centro del país, cuyos habitantes perteneces dos grupos étnicos: Mende y Temne. El cultivo de arroz, batatas y maní es la principal fuente de supervivencia. Miles de niños entre tres y dieciocho años de edad de las remotas zonas rurales y de los orfanatos de la ciudad de Bo no asisten a las escuelas. La deserción escolar de las niñas es 2,5 más grande que la de los varones. La mejor manera de luchar por el futuro de los niños es ofrecerles la posibilidad de estudiar. El acceso de los niños a la educación les aleja de las prácticas del trabajo, abuso, matrimonio y tráfico infantil. Para sostener el proyecto educativo de la Diócesis de Bo, se necesita en el presente año más de 11.000 USD, destinados a la compra de útiles escolares, funcionamiento de transporte escolar, albergue y comedor escolar. (fuente: Secretariado General IAM. Roma)
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Que pensamos y pretendemos los que estamos a favor de las dos vidas... Expresar una opinión personal basada sólo en la teoría, no es sinónimo de transmitir una verdad desde la experiencia sensible. Es importante precisar que la naturaleza humana no se comporta de la misma manera cuando siente, padece y experimenta “en carne propia”, como cuando imagina; y mucho más cuando las situaciones llevan una carga y una tensión desagradable y disparadora de angustias. Cuando los médicos hablamos de aborto queremos aportar una verdad fundamentada en la ciencia, y a la vez poner claridad frente al estado de confusión en relación a esta temática reinante en la sociedad. Estamos convencidos que es absolutamente necesario atender la vida del ser humano gestante en cualquiera de sus etapas. Como también y no menos importante debemos cuidar, proteger y contener la vida de esa mujer que es madre y que se encuentra en un estado de duda, que la lleva a decidir en medio de momentos extremadamente difíciles. Entendemos que sólo ella y muchas veces su entorno, pueden comprender la desgarradora situación que la ha llevado a vivir esa experiencia siempre traumática. Por ello, el aporte concreto realizado desde la intención de ayuda de manera integral y genuina no debe significar un descrédito para quienes no la han padecido.
Creo prudente y a la vez necesario que quienes trabajamos a favor de la vida, debemos estar preparados y capacitados para lograr la empatía necesaria, con el objeto de ponernos “al lado y del lado” de aquellos que se encuentran en esta situación. De modo de ofrecer siempre una solución sólida y permanente a ese problema, y no conformarnos con una salida emergente, que sólo se ocupe de disminuir el miedo, la angustia y la soledad que encierra ese momento, y que a su vez, por tratarse de un tema de vida y de muerte contribuye a ser disparadora de muchos otros problemas que no se terminan de abortar nunca en la vida de quien lo padece en su cuerpo. Frente a cualquier intensión de aborto, el tratamiento debe brindarse de forma holística, contemplando a toda la persona, a su entorno y a la sociedad. Es preciso y necesario ofrecer soluciones verdaderas y programas superadores a esa propuesta particular y simplista que conduzca a matar un ser humano que vive dentro de otro, en cualquiera de las etapas de la vida intrauterina. Porque una mujer es considerada un ser muy preciado, que merece toda atención y cuidado por parte de una sociedad madura, moderna e inteligente.
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Y por otro lado es imperativo promover y establecer una educación integral, la cual juega un papel fundamental especialmente en los niños y jóvenes en edad escolar. La población debe saber -ya que muchas veces no lo puede percibir como una condición natural- que la educación se construye en valores; se basa en el amor y en la responsabilidad, en el respeto por uno mismo y por el otro; se encuentra orientada a la felicidad y evita caer en cualquier reduccionismo temporal. El placer constituye una necesidad fundamental en todo ser humano y forma parte de su vida de relación, pero éste no es el único fin al cual una persona debe atender y buscar. La felicidad encierra mucho más que la búsqueda del placer.
Puede que la verdad termine siendo cruel, pero los adultos sabemos que hay distintos modos de transmitirla, aplicado en cada caso las estrategias necesarias que permitan el entendimiento, sin que conduzcan al desasosiego de las personas; máxime cuando se trate de aquellas que no podrían manejar estas situaciones afectivas que exigen cierto grado de madurez. Educar en la esperanza, el respeto mutuo, el amor puro y la verdad, supera cualquier otra adversidad y además fortalecen la personalidad permitiendo afrontar las adversidades de la vida. Esta actitud no es propia de las culturas, ni siquiera de las religiones o creencias, sino connatural del ser humano. Ninguna persona que haya sido educada bajo esta mirada podrá proponer salidas parciales que incluyan una muerte, porque desde su conciencia surgirán entonces sentimientos de búsqueda y necesidad de propuestas integrales y no temporales, aún cuando conlleven sacrificio y esfuerzo. Un intelecto que busca el bien común junto a un corazón que no siembra el odio ni el rencor, nunca se orienta a la destrucción en cualquiera de sus formas o circunstancias.
Dr. Fabián Romano MN: 96.766 Presidente de la Federación de Asociaciones Médicas de Latino América -FAMCLAM-
Es por ello que no podemos desconocer que un proceso educativo debe contemplar la existencia del sufrimiento y la frustración como elementos existentes, ya ellos además de ser parte de la vida también son elementos constitutivos de cuentos, novelas y películas infantiles, los cuales se encargan de recordar estas realidades. Si educáramos a nuestros hijos bajo un manto de placer y felicidad en ausencia de una existencia verdadera de dolor o de muerte, estaríamos negando una realidad y equivocando el camino.
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Para entender (เขา้ใจ) hace falta poner el corazón Desde las montaña del Doi Inthanon los misioneros redentoristas vienen trabajando hace más de 40 años con las comunidades nativas de los Karen. En tailandia existen estas tribus de las montañas que son diferentes a los tailandeses, tienen su propia cultura, su idioma, sus costumbres, pero quizás lo más interesante es que estas comunidades nativas, han hecho un proceso de conversión al cristianismo muy valioso, su modo de vivir la fe es algo admirable. En este primer año estoy adentrándome en la cultura y el idioma especialmente, estuve 6 meses estudiando el tailandés en Bangkok mientras colaboraba con la única iglesia en Bangkok que ofrece varias misas en inglés para los católicos extranjeros, migrantes. Tailandia es un país budista en un 90 %, se ven templos budistas por todos lados, con una población de más de 70 millones de habitantes, el nivel socio económico de Bangkok, dista mucho de la gente del interior. Aquí el rey es la figura más relevante de la sociedad, y los monjes gozan de gran respeto. Ya en el sexto mes me encuentro en nuestra misión en las montañas de Mae Chaem. Aquí tenemos como misión acompañar pastoralmente a 13 comunidades. Aldeas que se encuentran repartidas en las laderas de las montañas donde el trabajo de la gente consiste en los cultivos de arroz, maíz, zapallos y variedad de frutas y verduras. Estas comunidades organizadas con sus costumbres propias envían a sus chicos a estudiar a los pueblos más grandes donde están las escuelas. En nuestra misión, tenemos un albergue de niños y niñas.
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El equipo de misión es muy enriquecedor ya que esta compuesto por 2 sacerdotes, 1 seminarista filipino en su año de inmersión, 3 religiosas y una familia que forman parte del staff de acompañamiento. La misión es más que un desafío a corto plazo. La misión en estas tierras son un gran regalo de Dios, pero también un reto que implica el ejercicio de dejar costumbres, familia, comidas, amigos... un camino de despojo, para animarse a dejarse vestir por el evangelio. Es un don maravilloso el poder ser testigos de la fe que se viste del color y del calor de este pueblo tan diferente pero tan cercano a la vez. Los primeros días de aprendizaje del idioma en esta tierra, aprendí que en tailandés ¨ entender ¨ se dice ´kouchay¨ , que significa entra en el corazón, o sea que para entender, hace falta poner el corazón. Este idioma que tiene más de 40 consonantes, 21 vocales y 5 tonos, también es sencillo y rico a la vez para expresar lo profundo del corazón. Ya en las comunidades de la montaña el desafío es doble ya que allí se habla el idioma Karen. Sin duda que hay mucho por aprender, pero lo más lindo de la misión ad gentes es que uno descubre en el hermano que ¨ tocar lo humano, es invocar sobre uno, lo divino ´. Me alegra compartir estos primeros pasos de mi misión con ustedes y pido a Dios nos regale siempre la capacidad del asombro ante la misión que él nos encomienda.
Rodrigo Vélez Sacerdote misionero Redentorista Tailandia
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Donar la vida en lo cotidiano Hay gente que elige la misión, y hay otra gente como yo, a la que la misión elige. Hace nueve años me encontré de sopetón con una realidad nueva para mí: ser misionera fuera de mi país. No era algo improvisado, porque Dios prepara sus proyectos con cuidado y atención, no era algo tirado de los pelos, sino un nuevo sendero en la aventura de querer donar la vida cada día, en lo cotidiano, que se hacía concreto con mi consagración religiosa. Sí, soy Pequeña Hermana de la Sagrada Familia, pero dentro de mi vocación, al menos yo no había pensado en la posibilidad de ir a otros lugares para anunciar el Evangelio. Pero el Señor, que siempre toma la iniciativa, me empujó a aceptar la propuesta de mi Madre General para dejar mi amada tierra, y llegar a la nueva realidad que se estaba gestando en Lomé, Togo, un pequeño país de África del Oeste. Medio a los trompicones empecé a prepararme. Busqué un poco de información de un país casi desconocido para mí, y empecé a dejar que el corazón llorara las pérdidas y las partidas, expresando también todo lo importante que dejaba y todo lo importante por lo que me iba. Así, llegué a Lomé, para integrar la comunidad de formación de nuestra familia religiosa. Nada, nada te prepara para la realidad, y hasta el más experto con las palabras, tiene dificultades para expresar todo lo que se ve. Una cultura distinta, una lengua distinta, una manera de ver la vida y la fe distinta, un clima distinto. El primer tiempo es para conocer, para adaptarse. Para romper todas las ilusiones y empezar a construir desde la realidad de las personas que encontramos, con sus dones, con sus defectos. 41
Fue un tiempo para descubrir lo difícil y lo liberador de sentirse inútil, pequeño, sin recursos. Fue un tiempo para empezar a aprender la lengua, que aquí es el francés, y saber que en realidad se comunica más con una sonrisa, una caricia, un gesto, frente a tanta gente que no habla francés porque no está escolarizada y hablan sólo la lengua local, el ewé. Para mí cambió la idea de misión tan pobre y reducida que tenía, para abrir la puerta a la experiencia de la presencia. Cuando uno comienza a conocer el contexto se siente más seguro, pero también se descubre que hay elementos culturales que nos los entenderé nunca, pero que tengo que respetarlos; que hay maneras de pensar tan arraigadas que no hay lógica válida para hacer cambiar de opinión, lo que implica ser creativo y paciente. Es un desafío pasar de la crítica de lo que no nos gusta a la valorización de las actitudes y valores que pueden producir un cambio. Después de estos años, y con tanto por aprender, reafirmo que la gente no me necesita, lo poco que hago lo puede hacer cualquier otro, pero soy yo la que necesitaba y necesito esta experiencia para crecer, vislumbrar horizontes nuevos, liberarme de algunas esclavitudes, y buscar siempre más lo esencial del Evangelio. La misión no me invitó a planificar, proyectar, proponer, sino a estar en medio del pueblo, a acoger lo distinto sin dejar de lado lo que soy, porque en definitiva no aportaría nada si pierdo mi identidad; me invitó a reconocer en estos rostros morenos la presencia del Señor que se hace hermano; me desafió a amar hasta el extremo, aún en la soledad, en la incomprensión, en el desconcierto.
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Creo que el misionero es aquel ha entendido la vida como un peregrinaje. Francisco de Asís, apropiándose de las palabras de la carta de San Pedro decía a sus frailes: “vayan como peregrinos y forasteros”. Sin falsos protagonismos y haciéndose cargo de la vida que reclama; sin falsas ilusiones sabiendo que también los más pobres serán los que te mientan, te engañen, te rechacen; sin apropiarse de nada ni de nadie pero amando incondicionalmente; sin querer solucionar todos los problemas pero gritando y rebelándose frente a las injusticias. Mi tarea es principalmente la formación de mis hermanas, también doy clases en un Instituto de formación para catequistas, y acompaño un grupo de catequistas de una de las capillas de nuestra parroquia. Intento compartir mi experiencia y acompañar a los otros para que hagan crecer en ellos la fe que han recibido. Me siento pequeña entre los pequeños, intentando acoger lo maravilloso que el Señor me regala cotidianamente: su Palabra, su Eucaristía, cada gesto y sonrisa. Sin Su Presencia, yo no podría ser presencia. Sí, podemos estar seguros ¡Él estará con nosotros hasta el fin del mundo!
Hna. María Cecilia Miranda Pequeña Hermana de la Sagrada Familia – Lomé – Togo
Yo soy una misión en esta tierra Son muchos los sentimientos que me invaden, dos meses en estas benditas tierras bajas de la Amazonía en la parroquia de San Ignacio de Mojos, y eso que aún quedan muchas vivencias que no he podido procesar. Con el corazón repleto de rostros, de gestos, de música me he dejado enamorar y seducir por esta gente menuda, sencilla y de sonrisa amplia y afable. Me han permitido entrar a su Tierra Sagrada, a su Territorio Ancestral, este territorio que hace al propio corazón del pueblo indígena amazónico. Ciertamente me cuesta cada día el descalzarme ante esta realidad desconocida, para ingresar a su vida en puntas de pie, caminando con la mayor cautela y delicadeza posible. Me pesa, ciertamente me pesa ser de una cultura dominante e impositiva. Me apesadumbra ver el dolor y el sufrimiento que infligimos y no hablo de la dominación colonial, que aquí ciertamente no se vivió gracias a las reducciones jesuíticas que supieron cuidar y hacer florecer estos pueblos, hablo de la dominación consumista que hacemos del mundo, de la mirada mercantil que atraviesa incluso nuestras relaciones personales más íntimas. Hablo de que todo es una relación de costos y beneficios, todo es medible, cuantificable y debe darnos algún tipo de provecho o beneficio. Esta cultura que llega a través de los medios de comunicación, de los comerciantes de otras naciones (aunque sean de la misma Bolivia) y de nosotros los muchos agentes de pastoral que caminamos estos suelos.
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Nos hemos creído ciertamente los dueños del mundo y poseedores de un saber supremo que hemos querido transmitir desde nuestras propias instituciones de ayuda, lamentablemente muchas veces transmisoras-reproductoras de una lógica de beneficencia y lastima (hablo de las escuelas, las instituciones sanitarias, nuestra misma manera de ver, concebir la vida y estructura de la iglesia). Sin quererlo, sin conciencia e incluso en ignorancia hemos hecho daño, y hacemos daño con nuestra forma de ver el mundo; debemos y debo en primera persona dejar que la mirada, que mi mirada, se transforme y se vaya asemejando a la suya paulatinamente. Es un proceso largo el del despojo, el vaciarse y limpiar la mirada, ruego a Dios que me permita una mirada nueva, una mirada desde estos pueblos, una mirada que se asemeje más a la de Jesús. Con estas consideraciones y miedos comenzaré a intentar poner palabras a este mundo nuevo. Siempre es novedad el encuentro con el otro, si bien viví en este territorio dos años hace cinco años atrás y he venido desde aquel entonces un mes al año a visitar y acompañar alguna actividad pastoral específica, pero siempre logran sorprenderme y trastocar mi manera de pensar (y doy abundante gracias a Dios por ello) Cada encuentro me transforma. Estos dos meses han sido muy intensos a nivel de recorridos por <el territorio>, caminarlo ha sido muy significativo para m. Hemos podido recorrer muchos kilómetros en moto y hasta avioneta para llegar a 8 de las 64 comunidades que pertenecen a nuestra parroquia de san Ignacio de Mojos.
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Quisiera poder adentrarme y compartir con ustedes esta Epifanía que he vivido, y que tiene mucho que ver con lo que antes exprese de la necesidad de miradas culturales limpias y del pisar la Tierra Sagrada. Para estos pueblos su tierra, el Territorio, es sagrado no es un mero espacio físico territorial delimitado para ser explotado por el hombre económicamente hablando. Para ellos su Territorio es su Vida, ellos son el Territorio, este les da su identidad porque en él han caminado sus padres, sus abuelos, sus ancestros; es fuente de sabiduría. Lo escuché en Trinidacito (comunidad del TIPNIS), “nosotros somos tierra, somos naturaleza”, cuidar la Madre Tierra no es cuidar algo ajeno e inerte, sino más bien es cuidarse a uno mismo, es cuidar a sus hijos y a los hijos de los hijos que han de nacer. La forma en que se relacionan con la Madre (la Tierra) es la misma en la que ellos se relacionan y viven entre sí. No es una relación de intereses y poder sino de afecto, de familia donde cada uno toma y recibe lo que necesita y sólo eso, nada es para guardar , acumular o lucrar. No se explota a la madre, no se la comercializa; se vive de su afecto, de lo que ella pueda darnos. Entre comunarios, es decir entre hermanos hijos de la misma Madre. Nadie cobra por servir como hermano mayor a su comunidad, más bien se deja de trabajar para ponerse a disposición de las necesidades de todos. Las tierras son comunales, no existen las parcelas de propiedad privada; cada familia recibe para trabajar una porción de tierra comunal que el cabildo ve adecuada para el sostenimiento de la misma. Los árboles se talan por necesidad, para construir alguna vivienda o para comprar algo imprescindible para la comunidad. La justicia se define en comunidad, se dialoga, se pregunta, se escucha a todos. Se caza, se pesca, se recolecta, se siembra y se tala con permiso de la Madre, de su espíritu; se habla con ella porque tiene Vida y da Vida.
Lamentablemente esta tierra Sagrada está siendo amenazada, este Territorio Ancestral quieren parcelarlo para propiedades privadas que permita su explotación, nuevos Modelos de Desarrollo se escucha de voces del gobierno y de profesionales tecnócratas. Tristemente el ideal de desarrollo propuesto por la mirada occidental es destruir y vender a la Madre (tierra), es dejar de servir a los hermanos y ser familia grandecomunidad, es acaparar por dinero sin necesidad, dejar el cariño y la gratitud por los dones recibidos de Dios. Estos pueblos nos dicen: “¡no somos pobres! el monte, la selva los ríos nos dan todo lo que necesitamos”. Ante este planteo ¿quién puede querer este desarrollo capitalista? Estos pueblos suplican a Dios, y a nosotros la iglesia, que podamos escuchar su clamor; ellos sólo quieren vivir bien como han hecho cientos de años sus ancestros, y seguir siendo fieles al pedido de Dios en el relato del Génesis: “cuidar la creación”. El papa Francisco es consciente de esta necesidad de acompañar a estos pueblos, y nos ha convocado la iglesia al Sínodo Panamazónico; quiere que podamos descalzarnos de nuestros prejuicios, de nuestras estructuras y que al fin así: libres, podamos escuchar estos pueblos que tanto tiene para enseñarnos y reconstruir con ellos nuestra forma de vida e Iglesia, una Vida de cuidado y cariño. Que María, nuestra Señora del camino, madre de los silencios y del costado de la historia, nos enseñe a ser como ella para poder escuchar y caminar junto al pueblo, Amén.
Eugenia Carrizo Diócesis de Rio Cuarto
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COOPERAR
COOPERACIÓN MISIONERA “Hay mayor felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20, 35) (cf. RMi 81). Dios nos ha dado bienes (vida, valores, posibilidades, etc.) no para nuestro sólo bien sino para que los usemos en favor de todos los hermanos. Estamos en deuda con ese Dios que nos ama y nos ha dado mucho. Los talentos recibidos (cf. Mt 25) son para hacer que produzcan abundantes frutos para el Reino de Dios. Somos administradores de ellos y de otros bienes de Dios. Es la fe la que nos mueve a compartir nuestro pan con los hermanos.
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Primer momento: Les proponemos que se dividan en pequeños grupos para que puedan leer el material, reflexionar y compartir sobre la cooperación y sus distintas formas. Para ayudar a la reflexión, más abajo les sugerimos unas preguntas para contestar.
¿Qué es la cooperación misionera? Juan Pablo II en su encíclica misionera nos dice: “Miembros de la Iglesia en virtud del bautismo, todos los cristianos son corresponsables de la actividad misionera. La participación de las comunidades y de cada fiel en este derecho-deber se llama cooperación misionera. Tal cooperación se fundamenta y se vive, ante todo, mediante la unión personal con Cristo: sólo si se está unido a él, como el sarmiento a la viña (cf. Jn 15, 5), se pueden producir buenos frutos. La santidad de vida permite a cada cristiano ser fecundo en la misión de la Iglesia” (RMi 77)
¿Cuáles son las formas de cooperación misionera? La cooperación misionera puede realizarse de diferentes formas:
Cooperación Espiritual: Entre las formas de participación, el primer lugar corresponde a la cooperación espiritual: oración y sacrificios.La oración debe acompañar el camino de los misioneros, para que el anuncio de la Palabra resulte eficaz por medio de la gracia divina. San Pablo, en sus Cartas, pide a menudo a los fieles que recen por él, para que pueda anunciar el Evangelio con confianza y franqueza. A la oración misionera es necesario unir el sacrificio. El valor del sacrificio ofrecido por causa del Evangelio es constante en la predicación de Jesús y en las enseñanzas de los apóstoles y deriva del sacrificio de Cristo, que llama a los miembros de su Cuerpo místico a unirse a sus padecimientos y completarlos en la propia carne (cf. Col 1, 24) San Francisco Javier, impulsado de celo evangelizador para llevar el nombre de Jesús hasta los confines de la tierra, no dudó en afrontar todo tipo de penalidades: hambre, frío, naufragios, persecuciones, enfermedades; solo la muerte interrumpió su marcha apostólica. Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las Misiones, cautiva de amor en el Carmelo de Lisieux, habría querido recorrer todo el mundo para plantar por doquier la cruz de Cristo. «Quisiera ser misionera – escribe -, no solo algunos años; quisiera haberlo sido desde la creación del mundo hasta la consumación de los siglos» Al ejemplo de estos dos corazones misioneros se unen de manera especial los que cada año mueren de forma martirial, precisamente por ser misioneros.
Bibliografía Carta Encíclica Redemptoris Missio, Capítulo VII. Documento Cooperatio Missionalis. OMP España
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Cooperación personal: “Heme aquí, Señor, estoy dispuesto, envíame” (cf. Isaías 6, 8). Esta es la respuesta que espera Dios de cada uno nosotros: ser misioneros todo el día y todos los días. Esta forma de cooperación se refiere al servicio misionero personal y al envío de misioneros a otras Iglesias hermanas. Cada uno colabora con sus servicios y con todo, según sus posibilidades (RMi 81). Tenemos la responsabilidad de ser misioneros en la comunidad local y misioneros para el mundo entero. Así integramos la dimensión local con la dimensión universal. Superando las tentaciones de hacer sólo o primero la misión en la comunidad local; o la tentación de esperar realizar solamente la misión más allá de las fronteras (cf. EA 74). Entonces, los servicios misioneros implican globalmente ser misionero en la familia, misionero en la comunidad y misionero para el mundo entero. ¿Quiénes son los agentes de la cooperación personal? -los miembros de Institutos de vida consagrada y, particularmente, los Institutos y Congregaciones específicamente misioneros, que han asumido su compromiso misionero ad vitam. -sacerdotes diocesanos “Fidei donum”, que a nombre de la propia Iglesia particular y permaneciendo unidos a ella, van desde una Iglesia a compartir la evangelización de la otra Iglesia particular. -el voluntariado misionero (por un tiempo determinado): jóvenes, familias misioneras, profesionales
Cooperación material: Son muchas las necesidades materiales y económicas de las misiones; no sólo para fundar la Iglesia con estructuras mínimas (capillas, escuelas para catequistas y seminaristas, viviendas), sino también para sostener las obras de caridad, de educación y promoción humana, campo inmenso de acción, especialmente en los países pobres. La Iglesia misionera da lo que recibe; distribuye a los pobres lo que sus hijos más pudientes en recursos materiales ponen generosamente a su disposición. Ante las necesidades de los otros y la conciencia de reconocer que lo que somos y tenemos es pura gratuidad, nace de manera natural la cooperación con los más débiles y necesitados. Cuanto más eficaz sea esta labor de sensibilización, tanto más cada fiel toma conciencia de abrir el corazón a cuantos en las misiones viven a menudo en situaciones de dramática indigencia material y espiritual. 48
¿Cuáles son las formas de la cooperación material? Colecta Pro-África (el 6 de enero o el domingo cercano a esa fecha). Colecta de Domingo de las Misiones (en Argentina: segundo domingo de octubre). Becas misioneras: Muchas personas se ofrecen para solventar los costos para la formación de un sacerdote o un religioso/a nativo de países de misión: (Obra de San Pedro Apóstol). Apadrinamiento de un misionero para solventar los costos que demanda su estadía en el país donde está realizando su misión. Aporte de los niños y adolescentes misioneros a través de la alcancía misionera. Colaboración con” las Iglesias hermanas”. ¿Cómo y con qué espíritu hay que vivir la cooperación? Sacrificada: el valor de la ofrenda depende del sacrificio que hagan para prepararla y entregarla. No se trata de dar lo que nos sobra, sino de dar con generosidad también de lo que nos hace falta. (“dar, hasta que duela”: Madre Teresa de Calcuta); Dada con humildad y discreción: sin alardes ni comparaciones; para gloria de Dios. Que tu mano derecha no sepa lo que da la izquierda; Universal: no escogemos a quién ayudar (nuestro propio pobre), ni reducimos nuestro campo de ayuda a las necesidades locales o a las de las personas que conocemos. Todos ayudamos a todos y recibimos de todos, conforme a nuestra solicitud y necesidad. A modo de conclusión La misión es cuestión de fe: cuanto mas fe tengamos mas cooperación misionera haremos. En nuestra cooperación misionera se mide nuestra fe. La fe se expresa en nuestra cooperación misionera y crece por ella. Así, la cooperación misionera va mucho más allá de dar una limosna o de ofrecer algunas oraciones por las misiones. La llamada es a ser misionero con todo: con nuestra vida, nuestro trabajo, nuestros bienes, nuestro tiempo. Ser misioneros continuamente y siempre. Ser misioneros en nuestra comunidad local y para el mundo entero.
Preguntas para la reflexión: ¿Cuál es el valor de la cooperación misionera? ¿Qué es necesario cultivar personal y comunitariamente para cooperar con las misiones? En este momento de la historia ¿cuál sería el medio para animar a la cooperación misionera? 49
Segundo Momento:
Celebración
Luego de todo lo aprendido, compartido y reflexionado sobre la cooperación misionera y las formas en que podemos ayudar para la evangelización del mundo, los invitamos a reflexionar sobre su cooperación misionera en su parroquia, diócesis o región. Preparamos un lugar para el momento celebrativo con una Biblia, dos velas a su alrededor, dos monedas y una imagen de una anciana pobre. Guía: Los invitamos a ponerse en clima de oración mirando el video de la canción “Dar hasta que duela” Después de este momento les proponemos que escuchen una vez mas lo que dice la canción y así puedan compartir que les impacto y por qué. La cooperación misionera, es un deber de todos los bautizados. Coopero cuando rezo por los misioneros y lugares de misión. Coopero cuando ofrezco mi tiempo a los enfermos, a los que están solos y cuando doy mi tiempo en las vacaciones para salir a misionar. Coopero cuando soy solidario materialmente. Guía: Compartimos el texto bíblico Lc 21, 1-4 . En esta lectura, Jesús nos invita a levantar la mirada, a mirar más allá de lo externo y descubrir la actitud interior del que entrega. Jesús alaba al que se da. A Jesús no le llama la atención todos los que ponían su ofrenda en cantidad, por que les sobraba… Jesús se siente atraído por el gesto de la anciana que no tiene nada más para vivir y eso entrega todo lo que tiene. Por eso, debemos animarnos a darle a Jesús todo lo que somos y tenemos. Aunque a nuestros ojos parezca que lo que podemos dar es insignificante, Él quiere contar con esa nada para hacer sus obras. Pongamos todo en sus manos y dejemos que Él se encargue de todo lo demás.
Guía: Haciendo un momento de silencio reflexionamos personalmente: ¿Cuáles son esas dos monedas que aportas para la misión en tu parroquia y/o diócesis? ¿De qué manera cooperás para la misión ad gentes? Compromiso: (Se reparten unas monedas de cartulina a cada participante con una lapicera) Guía: Compromiso personal: Los invitamos a escribir en las monedas de qué forma se comprometen a cooperar en la misión dentro de su parroquia y diócesis. Compromiso grupal: Los invitamos a investigar como grupo si hay misioneros ad gentes que pertenezcan a sus parroquias, diócesis y/o región y a pensar en un compromiso concreto para cooperar con ellos en su misión. Mientras cantamos “Esto que soy, esto te doy” colocamos en el canasto los compromisos y pedimos a Dios que nos ayude a ser misioneros generosos material y espiritualmente para que muchas más personas puedan conocerlo,amarlo y seguirlo. Oración final: Guía: Terminamos este momento de oración rezando juntos. Señor, confiamos en tu palabra, abrimos nuestro corazón a tu mensaje misionero y te suplicamos con la fuerza de la fe recibida. Que nuestras diócesis y nuestras comunidades sean misioneras y rechacen la tentación de encerrarse en sí mismas. Que las Iglesias nacientes en la misión cooperen con otras más necesitadas y den de su pobreza. Que los jóvenes, enfermos y personas consagradas participen en el compromiso misionero. Que los llamados a la vocación misionera respondan a ella con generosidad. Que los bautizados participemos en la actividad misionera de la Iglesia, como responsables de tu envío. Te lo pedimos con María, Reina de las misiones. Amén.
50 Cantamos “Misión un Estilo de Vida”.
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