Orbea Magazine #1. Castellano.

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Edici贸n 01

03 Sumario y editorial. 04 La cr贸nica de opini贸n. 06 From here to...Recorridos. 10 Pedaladas. En portada. 18 Inside. 20 Making of. 22 Te interesa.

mag.



Sumario y editorial 3

mag. 03 Sumario y editorial. / Jon Fernández. Homenaje a unos valores.

04 La crónica de opinión. / Cuando los que hablan son los vatios.

06 From here to... Recorridos. / Jaizkibel.

10 Pedaladas. En portada. / El aliento de la cuneta.

18 Inside. / Xabi Narbaiza.

AGRADECIMIENTOS. Gracias a toda la familia Orbea por construir las historias que hemos podido plasmar en esta primera edición de la Orbea Magazine. Muchas gracias. FOTO PORTADA. Iñaki Azanza www.zikliamatore.com © 2014 Orbea S. Coop. Polígono Industrial Goitondo s/n 48269, Mallabia (Bizkaia). Spain T: +34 943 17 19 50 F: +34 943 17 43 97

20 Making of. / Imágenes Orbea.

22 Te interesa. / Novedades.

EDITORIAL HOMENAJE A UNOS VALORES

Dentro del día en el que la vorágine y el ritmo de comunicación es cada vez más abundante, pudiera parecer que una revista se trata de una acción de comunicación más que lleva a cabo una marca.

Jon Fernández, Orbea CEO

No es así o al menos, en Orbea no queremos que sea así. Este formato clásico, pero no por ello menos innovador, supone abrir una ventana para tratar de compartir contenido de un carácter especial. Es por ello que no se trata sólo de un espacio de comunicación, sino también es un espacio para el encuentro. Un espacio para encontrarnos con nuestras raíces y para dibujar nuestro futuro. Un espacio para compartir valores e identidad con la comunidad Orbea. Un espacio en el que hablaremos de muchas cosas, pero sobre todo de Ciclismo. Un ciclismo que comienza con las primeras pedaladas titubeantes y que te va engrandeciendo hasta donde tú desees. En el fondo, hemos pretendido que la Orbea Magazine sea un formato para homenajear a todos aquellos que sentís que tenéis algo que os identifica en esto que llevamos haciendo desde hace ya casi 175 años. Para vosotros.


Opinión 4

CUANDO LOS QUE HABLAN SON LOS VATIOS Ya hace algunos meses que comenzamos a testar en carretera los primeros prototipos de la Orca 2015, pero no fue hasta hace bien poco que me incorporé con el prototipo del Orca 2015 a mi grupeta habitual. Más allá de comentar el diseño, que es el protagonista de la primera impresión, no tardaron en aparecer las 3 palabras mágicas de toda grupeta o foro de internet en cuanto a una bicicleta de carretera se refiere: aerodinámica, peso y rigidez. Joseba Arizaga Product manager de carretera

Aproveché dicho contexto, para hacer hincapié en que tratar dichos atributos de forma independiente es equivocado ya que, en realidad, la diferencia no la van a marcar exclusivamente unos gramos de peso o mayor o menor rigidez ni mucho menos las formas de los tubos, sino la combinación de ambos que hace que cada vatio que aplicamos en los pedales se traduzca en la máxima velocidad posible: la protagonista de la conversación debería de ser la eficiencia. EFICIENCIA: LO QUE MANDAN SON LOS VATIOS

La mejor bici de competición será la más eficiente, aquella que nos permita ir más rápido con los mismos vatios, que nos permita tener un mayor control de pilotaje y ganar segundos en cada curva, en cada subida o en cada arrancada. Ante ello, en la búsqueda de dicha eficiencia apostamos por el concepto “Riding Quality” o que una bicicleta transmita buenas sensaciones y que el ciclista sienta que tiene control sobre la bicicleta. Dicho concepto no sólo implica que una bicicleta sea ligera o rígida, sino que tenga la combinación de ambos para que el ciclista sea capaz de llevar el control de la bicicleta y ésta responda en las situaciones y terrenos que el ciclista necesite. Con una bici que sólo es buena en valores de rigidez, sólo conseguiremos que se comporte bien en situaciones muy concretas. Cuando el asfalto es rugoso e irregular todos los que montamos en bici sabemos que cuesta más mantener la velocidad. Las irregularidades del

asfalto producen un efecto rebote en la bicicleta que hacen que la velocidad de desplazamiento disminuya. Una bici con una buena rigidez torsional, junto con la capacidad de absorber las vibraciones, hará que la bicicleta “flote” sobre el asfalto y no decaiga la velocidad o necesitemos menos vatios para impulsarla. Asimismo cuando nos lanzamos en una bajada típica de las carreteras de montaña, donde lo habitual es encontrar un asfalto poco cuidado, con una bicicleta muy ligera o excesivamente rígida, aun siendo muy habilidosos, nos resultará más estresante negociar la bajada.

“LA MEJOR BICI SERÁ LA MÁS EFICIENTE, AQUELLA QUE NOS PERMITA IR MÁS RÁPIDO Y QUE NOS PERMITA TENER UN MAYOR CONTROL DE PILOTAJE.”


Opinión 5

LOS QUE MANDAN SON LOS VATIOS

PESO

LA BICI MÁS LIGERA O LA MÁS RÍGIDA NO ES LA MÁS RÁPIDA Es evidente: cuanto menos peso tenga una bicicleta, con la misma fuerza que apliquemos obtendremos mayor velocidad en subidas que la misma bicicleta con un peso superior. Siguiendo dicha lógica, en una en una competición disponer de una bici más ligera nos permitirá ahorrar energía que guardaremos para aplicarla en algún ataque o para aguantar un cambio de ritmo. La energía que apliquemos en dicho cambio de ritmo únicamente será efectiva con una bicicleta más rígida, por lo que no nos sirve de nada tener la bicicleta más ligera si está no responde cuando más lo necesitamos.

RIGIDEZ

AERODINÁMICA La deformación que sufre debido a la aplicación de una fuerza. Afirmamos que siempre es mejor una bicicleta más rígida pero no siempre es así. Podemos hablar de múltiples puntos de rigidez en un cuadro que se pueden agrupar en 3 estándares: rigidez de eje pedalier, rigidez vertical y rigidez torsional. La rigidez de eje pedalier se ocupa de que la fuerza que ejerzamos en la pedalada se transforme directamente en movimiento. Cuanto más rígido

Se trata de la resistencia que opone un objeto o cuerpo al aire. En el ciclismo, aproximadamente más del 75% de resistencia al aire no lo produce la bicicleta sino el cuerpo del/la ciclist@. Por tanto, la posición del ciclista es más trascendente que las formas de los tubos a la hora de mejorar los parámetros aerodinámicos. De ahí que los ciclistas profesionales inviertan tanto tiempo en mejorar su posición en la bicicleta trabajando la flexibilidad y llevando a cabo diferentes tests en el túnel del viento.

sea el eje pedalier, más optimizaremos nuestro esfuerzo en la bicicleta y por tanto obtendremos mayor aceleración y mayor velocidad. En cuanto a la rigidez torsional o lateral, se ocupa de que la bicicleta se mantenga estable en bajadas y a altas velocidades. Una bicicleta rígida torsionalmente hará que la bicicleta no flexe y por tanto no nos desequilibre. No obstante, será muy reactiva y requerirá de gran control y manejo, por lo que jugaremos con la rigidez torsional de una

RIGIDEZ + AERODINÁMICA + PESO =

manera o de otra dependiendo del tipo de bicicleta que queramos conseguir. El tercer tipo de rigidez es la rigidez vertical, la resistencia de la bicicleta respecto a las cargas verticales, como puede ser un bache. Por tanto, una bicicleta excesivamente rígida verticalmente no absorberá correctamente baches y obstáculos, haciéndola así más incómoda e ineficiente.

RIDING QUALITY POTENCIA CON CONTROL


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FROM HERE TO…

JAIZKIBEL Texto y fotos. Douglas McDonald, BasqueMTB (www.basquemtb.com)

La costa vasca es bella y natural, enmarcada por el verde brillante de los montes y el azul profundo del Cantábrico. Está surcada por unos senderos perfectos para explorar en bici de montaña. La costa es muy especial desde el punto de vista geológico, pues se asemeja a un libro formado por el sedimento depositado en el fondo de un antiguo mar, que más adelante se abrió con la colisión entre la placa ibérica y la euroasiática, desplegando e invitando a la lectura de 60 millones de páginas de historia. La misma colisión, lenta pero de gran violencia, fue la responsable de la formación de los Pirineos, los Picos de Europa y parte de los Alpes marítimos. A lo largo de la costa vasca, los estratos de roca sedimentaria que descansaban en el fondo oceánico se elevaron y formaron una suerte de cordillera que corre paralela al litoral. Los tipos de roca y el ángulo de elevación varían a medida que avanza la costa, que, por ese motivo, presenta grandes contrastes y ofrece unas vistas de insuperable belleza a cada paso. Mi montaña preferida es Jaizkibel, donde el antiguo fondo del mar se inclina en una serie de ángulos en bloques estratificados que se elevan hasta la cima, situada a 525 metros sobre el nivel del mar. La hermosa costa escarpada y la red de senderos convierten a la zona en un lugar fantástico para des-

cubrir con una bicicleta de montaña. Hay rutas que se pueden recorrer en varios días; pasan por pequeños pueblos de pescadores. También es posible enlazar con la costa y pasar el día rodando por estrechos senderos de arena y roca. Para un día perfecto sobre dos ruedas, el recorrido entre Hondarribia y San Sebastián a lo largo de la costa es una de las mejores opciones. Hay infinitas posibilidades para completar esta ruta. Las mejores las guardamos en secreto y sólo las desvelaremos ante quienes nos acompañen. Sí diremos que una opción es seguir el Camino de Santiago por la costa. Lo único que necesitamos saber para no perdernos es que el mar debe estar siempre a nuestra derecha.


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Iniciamos la marcha en el precioso pueblo de pescadores que es Hondarribia, una versión de San Sebastián a pequeña escala. Aquí, la gastronomía es fiel reflejo de la de San Sebastián. La parte antigua de la ciudad narra, a través de las heridas que han quedado grabadas en la muralla, la historia de guerras pasadas. A un lado, el río Bidasoa se encuentra con el Mar Cantábrico y al otro, se alza majestuoso el monte Jaizkibel. Sería una pena pasar muy poco tiempo en Hondarribia, así que recomendamos llegar pronto y sentarnos un rato a disfrutar de las vistas que ofrecen los cafés del Paseo Butrón, junto al mar. Al salir del pueblo, debemos tomar el bidegorri o carril bici, con el mar a nuestra derecha, calentando las piernas para el trayecto a medida que pasamos por el puerto deportivo y las playas de Hondarribia. Pronto llegaremos al puerto pesquero, donde el carril bici llega a su fin. En ese punto, deberemos ascender por una carretera hasta el faro de Higuer, desde donde veremos por primera vez en el recorrido las olas del Mar Cantábrico estrellándose contra la costa vasca.

“ES MARAVILLOSO RODAR POR ESTAS SENDAS PANORÁMICAS EN UNA BICI QUE HA NACIDO EN ESTAS TIERRAS: LOS SENDEROS ESCARPADOS Y TÉCNICOS SIN DUDA HAN TENIDO INFLUENCIA EN EL DISEÑO DE LAS NUEVAS BICICLETAS DE MONTAÑA DE ORBEA.” En el faro dejamos atrás el asfalto para comenzar a pedalear por el cortafuegos. Aquí hay varias alternativas, pero para no forzar las piernas, recomendamos seguir por el cortafuegos durante unos pocos kilómetros, asegurándonos de tener siempre el mar a nuestra derecha. Más adelante, nos encontramos con un cruce. Allí veremos una marcada subida que nos obligará a continuar andando hasta llegar a una pequeña bahía, donde no tendremos otra opción que llevar la bicicleta a cuestas por el empinado y estrecho sendero. Avanzamos junto a la costa vasca durante varios kilómetros. En días claros, las vistas son increíbles y hasta se llega a divisar Bilbao. Es maravilloso rodar por estas sendas panorámicas en una bici que ha nacido en estas tierras: los senderos escarpados y técnicos sin duda han tenido influencia en el diseño de las nuevas bicicletas de montaña de Orbea. Durante el trayecto, si tenemos suerte, podremos divisar ballenas en la bahía. Lo que sin duda veremos serán pottokas o caballos salvajes que

deambulan por las verdes extensiones de tierra y ayudan a mantener las tierras de pastoreo en condiciones para el ganado y las ovejas. Los buitres son bastante comunes en la zona. Incluso podremos ver alguno alimentándose de un pottoka o una vaca que ha perdido el equilibrio en alguna sección menos protegida de un sendero. No debemos descuidarnos ni cometer errores, pues podríamos convertirnos en la próxima cena de esas aves rapaces. Las opciones para ascender son varias, pero lo cierto es que tenemos que subir y dejar atrás por un rato la bella zona costera. Una alternativa es seguir las flechas que indican el itinerario del Camino de Santiago, pero recomendamos abandonar el empinado sendero y tomar el cortafuegos, que no presenta tantas dificultades. Pronto encontraremos la carretera asfaltada. Tras un breve trecho descendente, veremos nuevamente las flechas que señalan el cruce del Camino de Santiago. Si seguimos por ese camino, llegaremos a Pasajes. Una vez más, aquí las opciones para bajar por la pendiente son varias. Los guías de basqueMTB las han probado, pero sólo compartiremos la experiencia con nuestros acompañantes. No obstante, una alternativa interesante consiste en seguir las indicaciones del Camino de Santiago

“DESPUÉS DE UN FANTÁSTICO TRAYECTO POR UN SENDERO ESCARPADO Y ANGOSTO, LLEGAREMOS A PASAJES EN UNA SERIE DE ESCALONES ALTAMENTE TÉCNICOS.”

Donostia Fin del trayecto. Es hora de coger fuerzas con una cerveza y unos pintxos.


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Mar Cantábrico

Cuidado con los peatones, el monte es para todos.

Hondarribia Desayunar bien y salir desde el puerto a primera hora de la mañana.

Hay paisajes preciosos donde parar y sacar fotos.

Podemos seguir por El Camino de Santiago pero siempre será más divertido salirse del recorrido.

Pasaia

y así llegar a Pasajes. En esta zona el sendero es muy técnico, rocoso y divertido. Nos esperan múltiples desafíos. Los ciclistas menos experimentados tendrán mayores dificultades en los tramos descendentes; para quienes tienen experiencia, el reto consistirá en mantener la velocidad. Debemos tener en cuenta que compartiremos senda con caminantes y que ellos tienen prioridad; de modo que nuestra obligación como ciclistas es detenernos y siempre aminorar la marcha, aun cuando los que van a pie nos cedan el paso. Asimismo, debemos tratar de no apartarnos de la senda, ni en las curvas ni en las secciones más duras. Lamentablemente, muchos ciclistas (y otros tantos peatones) no tienen este tipo de consideraciones, de modo que se están formando nuevas sendas que se desvían de las secciones más técnicas. Algunas personas están comprometidas con el desarrollo de nuevas habilidades; por ello, no evitan los tramos que presentan dificultades. Después de un fantástico trayecto por un sendero escarpado y angosto y un corto segmento de concreto, llegaremos a Pasajes en una serie de escalones altamente técnicos para la mayoría de los ciclistas. Debemos mantener el peso en el centro de la bicicleta y dejar que las ruedas giren. Nos sorprenderemos con todo lo que puede hacer la bici. Si aprendemos a pivotar sobre la rueda delantera, podremos superar mejor los ángulos más difíciles. En Pasajes hay decenas de lugares para comer, salvo los lunes, pues ese día de la semana muchos restaurantes están cerrados. Después de comer, la tarde será fabulosa: cargaremos nuestras bicis en el

pequeño ferry que cruza la bahía hasta San Pedro. Desde aquí, siguiendo el Camino de Santiago, nos encontraremos con una gran serie de escalones que tendremos que subir. Si bien la opción es hermosa, es demasiado difícil, por lo que recomendamos atravesar la ciudad y ascender hasta el faro por vías asfaltadas. Aquí, el Camino de Santiago se reúne con la costa mientras nos aventuramos por el monte Ulia. Salvo los mejores y más fuertes bikers, nadie logra completar el sendero, pues es sumamente técnico y empinado en ciertas zonas. Sin embargo, los paisajes son bellísimos y las secciones menos difíciles compensan el esfuerzo. Más adelante se encuentra un mirador desde el que podremos admirar la ciudad de San Sebastián, una de las más hermosas de Europa en opinión de muchos de sus visitantes. Siguiendo el camino, descenderemos hasta llegar a San Sebastián pasando por otro sector de escalones, que se pueden disfrutar aunque representen un reto. Aquí también nos cruzaremos con personas andando, lo que nos obliga a ser considerados y a recordar que una bicicleta que baja escalones hace mucho ruido y puede ser molesta para quienes van a pie. No tendremos ningún problema con el acceso a los senderos. Esperemos que siga así, que podamos seguir disfrutando de la costa vasca montados en nuestras bicicletas. Al llegar a San Sebastián, debemos avanzar hacia la playa de Gros, donde daremos por finalizada la travesía. Será entonces la hora de sentarnos en uno de los tantos bares que nos ofrece este barrio, para relajarnos bebiendo una refrescante caña, acompañada de uno o dos pintxos.


Pedaladas 10

EL ALIENT DE LA CUN


TO NETA

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La tradici贸n explica el sentimiento ciclista en el Pa铆s Vasco y la manera apasionada y justa con la que su afici贸n, admirada en todo el mundo, vive un deporte enraizado en su cultura. Texto. Alain Laiseka Fotos. Zigor Alkorta


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TODO EMPIEZA EN UN BAÚL SIN FONDO, EL ÚNICO EN EL QUE CABE TODO

LOS OJOS Cuando los abrió, a Regina se le llenaron de bicicletas. A ella, a quien su madre quiso ponerle el nombre de su abuela para recordarla siempre, y a Markel y Oinatz, sus dos hermanos mayores. Por ahí, el túnel infinito de los ojos, lo absorbieron todo. Los niños son así. Esponjas. Recogen y guardan todo lo que ven. Y lo que oyen. En casa de Markel, Oinatz y Regina se habla de ciclismo como del tiempo; ahora sí y luego también. Y la bicicleta es un utensilio más del hogar. Más común que una escoba; más útil que el calentador de agua. A Regina no hay quien le baje de ella. La bici es su osito. Su amiga. Se conocieron con dos añitos y ahora, cuatro añazos, ya sin ruedines y a merced del equilibrio, baja de Gatika a Mungia (5 kilómetros) junto a sus padres para comprar el pan. O va a la escuela cada mañana y protesta, y con ella sus hermanos, porque es invierno y el aire frío le duele en las manos y en la cara. Los lamentos no sirven de nada. Pedalean hasta clase. A veces Joane, su madre, antes Somarriba, la gran ciclista vasca, una leyenda que ganó un Mundial, tres Tours, dos Giros y muchas cosas más, quiere contarle con su voz dulce de sirena lo que se siente pedaleando allí arriba en las montañas, en los Pirineos o en los Alpes; explicarle que eso es la felicidad o lo que a ella le hizo feliz como le hizo dichoso a su padre, Ramontxu González Arrieta, ciclista también,

escalador, ganador de una Clásica de los Alpes y gregario de Indurain en los Tours dorados de la primera mitad de los años 90. Pero no se lo dicen. Prefieren que lo vea ella misma. Y así, se le van llenando los ojos de bicicletas. “Como a mí”, dice Joane, que tiene guardada la imagen de una niña en el recodo de la carretera que sube de Bermeo hasta Sollube durante, cree recordar, una Vuelta a España de los años 70. Esa niña es ella. La llevó hasta allí, a ver a los ciclistas, su padre, que era marino y pasaba largas temporadas en la mar, pero cuando volvía era como si la puerta de casa la abriera el golpe fuerte de una ola y todo se inundara de ciclismo. “Aita era un apasionado del ciclismo y esa pasión nos la transmitió a nosotros porque era lo que veíamos en casa y de lo que se hablaba”. Era la época de la Vuelta a España en mayo, “de los retos con la bicicleta en la ikastola intentando imitar a Merckx, a Marino, a Hinault…”, recuerda Joane. La edad también de descubrir, de aventuras como la de subirse a una moto pequeña junto a su hermana para ir las dos a ver la Vuelta al País Vasco y regresar después bajo la lluvia, empapadas hasta los huesos. En casa tenían que aguantar otro chaparrón, la bronca de ama. Y el castigo. A la habitación. Pero se iban contentas. Esa noche soñaban con bicicletas y ciclistas.

“ES LO QUE PASABA EN EUSKADI, QUE HABÍA TANTA TRADICIÓN CICLISTA QUE ESTA SE IBA HEREDANDO COMO SI FUESE ALGO GENÉTICO.” Joane Somarriba Exciclista profesional


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“EL CICLISMO, LE DECÍA PARA CONVENCERLE, ERA SUFRIMIENTO Y DOLOR, Y HAMBRE. NO HUBO MANERA. LA PASIÓN NO SABE ESCUCHAR.”

“Es lo que pasaba en Euskadi, que había tanta tradición ciclista que ésta se iba heredando como si fuese algo genético”, cuenta Somarriba; “la pasión por el ciclismo aquí viene de ver y escuchar. Y junto a la pasión se heredaba el respeto al ciclista, la admiración por esa gente sufrida que tanto se sacrificaba por un deporte tan duro como este”.

Antón Barrutia Exciclista profesional (1953-1966)

Lo comprobó ella más tarde, lo de la dureza del ciclismo y lo del respeto que se le procesa al ciclista, porque ella se sintió admirada y querida por una afición que, más aún que idolatrarle como reina del Tour, la amó. “Recuerdo el Tourmalet lleno de aficionados, de gente de casa, y de cómo estando muerta, sin fuerzas, esa visión me hacía revivir y me animaba para sufrir más aún”. Eso que cuenta lo repiten siempre los ciclistas. Una cuneta vacía deprime al mismo tiempo que una poblada de ojos apasionados ilusiona y motiva. Se lo decía el pelotón entero del Tour de 2001 a Somarriba. Aquella edición de la carrera francesa salió de Bilbao. “Fue algo inolvidable, exagerado”. Las carreteras se plagaron de aficionados. “Nunca antes, ni después, he visto tanta gente viendo una carrera de chicas. Y no lo digo yo, sino que todas las compañeras de aquel pelotón estaban alucinadas de lo que estaban viendo, del ambiente, de lo bonito que era todo aquello y de lo gratificante que era que la gente no solo me animara a mí -Joane era la heroína que defendía el trono del Tour y lo hacía partiendo desde casa, el inicio soñado- sino a todas, desde la primera a la última, con la misma intensidad”.

La tradición. El padre de Antón Barrutia (Iurreta, 1933) quiso abrirle los ojos. “Con un golfo en casa ya es suficiente”, le dijo cuando le contó que quería ser ciclista, como su hermano Cosme. Antón tenía 16 años, había entrado a trabajar en la cantera y ganaba 2.500 pesetas, el doble que su padre. El ciclismo, le decía para convencerle, era sufrimiento y dolor, y hambre. No hubo manera. La pasión no sabe escuchar. “Y la culpa era suya, de mi padre, que siempre estaba hablando de ciclismo, de Fede Ezquerra, de Agirrezabal, de Mancisidor. Y también de mi hermano, que ya andaba en bicicleta. De uno heredé la pasión y al otro quise seguirle los pasos”. Entonces, los años 30 de la Guerra Civil, y los 40 de la posguerra, el ciclismo no se veía, se escuchaba. “Íbamos a la única radio que había en el pueblo a oír lo que pasaba en la Vuelta a España. Apretábamos las manos fuerte y acercábamos la oreja al aparato cuando contaban la llegada a meta y nos hacía ilusión imaginarnos cómo sería ver aquello y ver a los ciclistas a los que admirábamos no porque les considerábamos héroes, sino por su nobleza, porque practicaban un deporte duro, en el que se sufre mucho entrenando con el calor, con el frío, en cualquier condición”. Antón Barrutia trabajaba por la mañana cargando ladrillos en la cantera y por la tarde, cogía la bici y se iba a ver la Bicicleta Eibarresa o la Subida a Arrate. “Iba mucha gente, más que ahora, mucha más. Y eso que se iba andando, con el bocadillo y la botella de vino porque entonces no había otra manera de ir. La afición que había era tremenda. ¿Por qué? Porque había buenos corredores, Ezquerra, Langarica y todos los demás, y siempre los hubo.


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Eso es lo que atraía a la gente a las carreras, que había muchas como la Vuelta a España, la Bicicleta Eibarresa, Arrate o un Gran Premio de Ondarroa que recuerdo cuando yo ya era ciclista y los de fuera, Mascaró, Company, Poblet, Serra, Masip y otros estaban acojonados del ambiente y de la manera de animar de la gente, porque nos tenían más cariño a nosotros, los de casa, claro, pero se les aplaudía a todos”. Eso fue así, dice Barrutia, hasta el enfrentamiento entre Loroño y Bahamontes, un acontecimiento cumbre del ciclismo español. “La afición se dividió”, recuerda. Era la lucha de la clase de un ciclista “un poco loco” contra la tenacidad de Loroño, “que era duro, se enganchaba a la rueda y se iba diciendo: ‘No me dejas, no me dejas’”. Ese enfrentamiento apasionó, pero trascendió lo deportivo. Cuando Dalmacio Langarica dejó fuera del equipo del Tour del 59 a Loroño para que Bahamontes fuera el único

líder, le rompieron los cristales de la tienda de bicis que el entonces seleccionador español tenía en Bilbao e insultaban a su mujer cuando paseaba por la calle. “Pero a mí siempre me recibían bien en el País Vasco”, suele recordar agradecido Bahamontes. “Era increíble la afición que había allí y de la que antes de conocerla ya había oído hablar. En las carreras, sobre todo en la Subida a Arrate, se juntaba una cantidad de público que no te puedes hacer idea. Venían de todos lados, de Eibar, San Sebastián, Bilbao… A mí me querían. El difunto Juanito Txoko (alma y fundador de la prueba) me llamó una vez que no iba a correr porque estaba en cama para decirme que tenía que ir, que yo era el que llenaba la subida de público”. “Al público lo que le ha gustado siempre es el espectáculo”, abunda Barrutia; “y Bahamontes y muchos otros de aquella época

“ERA INCREÍBLE LA AFICIÓN QUE HABÍA ALLÍ Y DE LA QUE ANTES DE CONOCERLA YA HABÍA OÍDO HABLAR.” Federico Martín Bahamontes Exciclista profesional (1954-1965)


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o anteriores, lo daban. Eso era lo que la gente admiraba y apreciaba. Por eso se llenaban las carreteras de público”. “Vamos a ir a correr al País Vasco”, le dijo a Pedro Delgado (Segovia, 1960) su director del Moliner cuando solo era un juvenil. Y fueron y se volvieron sin correr, fastidiados, además, enfadados. “Así que mi primera impresión fue desagradable. Me volví a casa pensando a ver qué se creían estos vascos para no dejarnos correr”, recuerda el segoviano, cuyos ojos de niño estaban llenos de bicicletas y del paisaje castellano, de los campos secos y vacíos hasta donde le alcanzaba la vista, más o menos el horizonte. “Corríamos solos, sin público salvo alguno que anduviera por ahí de casualidad”, cuenta. “Se dice y es verdad que la mejor afición de España está en el País Vasco. Yo lo descubrí la segunda vez que fui y, esta vez sí, pude

participar. Acostumbrado a correr sin público, me impresionó la de gente que había en las cunetas, en los puertos, en la salida o en la meta. Eso no lo había visto nunca. Y luego comprobé que era siempre así. Que en cualquier carrera de cualquier categoría había público, mucho, y no un público cualquiera, sino uno cualificado y crítico que sabía y entendía, que conocía a los corredores, a todos, los consagrados, los jóvenes, los chavalillos, y que cuando te reprochaba algo lo hacía con argumentos. Cuando te hablan así sabes que enfrente tienes un interlocutor válido, aunque sea crítico contigo, y que puedes mantener una conversación sobre ciclismo”, reflexiona Delgado, que coincidió como Bahamontes con Loroño, en época, los 80, y escenario, la montaña, con Marino Lejarreta, el corredor que fue aún más grande que su enorme palmarés.

La afición le adoraba. “A la gente le gustaba el espectáculo”, sentencia Delgado. Y eso era Marino. Una gozada de ciclista que perdía carreras y ganaba adeptos, admiradores, devotos. Corría con el corazón. Le dejaba hablar a él, que se expresara, que se sintiera libre para atacar y perder, que era como ganar. En el podio, segundo tantas veces, los honores del público, la admiración y los aplausos eran para él. “Pero a la vez, a nosotros que éramos sus rivales nos agradecían y valoraban si dábamos eso que ellos querían: espectáculo. Yo siempre me he sentido querido en el País Vasco. Y corredores como Belda que se morían en la bicicleta, también. Eso era lo que pedían”, traza Delgado. Marino, generoso en el esfuerzo ciclista pero a la vez cercano, humano, un tipo normal, de carne y hueso al que se podía tocar, al que se le


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“AQUEL DÍA EN EL QUE LOS PIRINEOS SE VOLVIERON REPENTINAMENTE NARANJAS, EL COLOR QUE IDENTIFICA DESDE ENTONCES AL CICLISMO VASCO COMO UN FENÓMENO SOCIAL INCOMPARABLE.” Jean Marie Leblanc

Exdirector del Tour de Francia (1989-2005)

podía hablar con naturalidad si te lo cruzabas por la calle, encarnaba todo aquello que admira la afición vasca y que resume Jean Marie Leblanc, director del Tour de Francia desde 1989 hasta 2005, cuando dice que el ciclismo es un deporte “que adoran los vascos porque, quizás, simboliza los valores que han forjado su carácter como pueblo: coraje, perseverancia, audacia, nobleza…”. Eso son los ciclistas para la afición vasca, independientemente del maillot, el nombre o la bandera. Por eso les admiran. “Son justos y apasionados”, ensalzaba Jens Voigt en una carta de agradecimiento; “son leales. No importa si hay 5 grados con nieve ni con lluvia, ni sol de verano, siempre están prestos a echar una mano cuando sufres. Te animan igual que seas el mejor ciclista del mundo o vayas en el grupeto”. Eso simbolizaba, seguramente más que ningún otro momento, la victoria de Roberto Laiseka en Luz Ardiden en el Tour de 2001. “Recuerdo pocas victorias de etapa en las que el suspense y la simbología fueran tan intensos”, señala Leblanc aquel día en el que los Pirineos se volvieron repentinamente naranjas, el color que identifica desde entonces al ciclismo vasco como un fenómeno social incomparable. “Un boom”, analiza Delgado; “una gran idea que hacía que se reconociese a los aficionados vascos en las carreras, pero que no se debe confundir con la impresión de que la afición vasca nace en ese momento. El ciclismo en el País Vasco ha apasionado siempre”. Desde la cuna.

La Vuelta Ciclista al País Vasco y el Tour de Francia son los acontecimientos en los que más se hace notar la afición vasca.

Hay quien asegura que el País Vasco es la cuna del ciclismo español. Que la Vuelta a España nació ahí. Como algunos de los mejores equipos:

el legendario Kas, o el Fagor. Que los corredores, los mejores, todos, de aquí y allá, del Mediterráneo o de los campos de Castilla, viajaban de niños al norte para hacerse ciclistas, una emigración forzosa. La universidad. Ese camino siguió Delgado. Y como él, otros: Mancebo, Sastre, Joaquim Rodríguez, Contador… Todos. O casi. Paulino no es nadie. Sólo un jubilado que pasa los días bajo el cielo castellano donde nació, tras emigrar a Euskadi en los años 50, la cruda posguerra, no para ser ciclista sino en busca de trabajo. Lo encontró en una fábrica en Mondragón. Allí se quedó para verlo: la subida a Arrate, la gente de pie en las cunetas esperando entusiasmada, una imagen sublime. Antón Barrutia dice que parte, mucha, de aquella pasión se ha perdido, que ya no es lo mismo. Y Delgado, que cada vez que programan una carrera en televisión, las audiencias en el País Vasco se elevan de manera espectacular. Paulino no quiere escuchar ni una cosa ni otra. Recuerda a Bahamontes y a Loroño, claro y, riéndose, a Sagarduy, “que era un chuparuedas”. Dice que lo que han visto sus ojitos que no se lo cuente nadie. Mientras, Regina baja con sus padres a comprar el pan a Mungia en bicicleta. Y así, se le van llenando los ojos.


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XABI NARBAIZA MIRADA DE LINCE, CORAZÓN DE USUARIO.

Si conducís algún Alma, Oiz, Occam o Rallón tendréis la suerte de escuchar que al pedalear, al pasar por una curva, al subir un repecho imposible.. suena una suave melodía. Una melodía compuesta por una banda de Jazz capitaneada por Xabi Narbaiza, Product Manager de MTB. Texto y fotos. Jon Saez


Inside 19

No hace falta que Xabi hable de sus bicicletas para que creas en ellas. Basta con que te hable de un mueble, del pan que ha comprado por la mañana o de los juguetes de su niña para percatarte de que sobre ese cuerpo flaco y alargado, se sitúa una pupila de alcance microscópico y una mente obsesiva por los detalles. Ésa que se refleja en cada entrada de cableado o ángulo de las juntas de la bicicleta de MTB y que hace sacar el pitufo gruñón que lleva dentro cuando el mimo o la alerta en los proyectos baja la guardia. Pese a situarse en el meridiano entre los 30 y los 40 (Eibar, 1979), su experiencia en la casa es amplia; 12 años cultivando una pasión y amor por la bicicleta que cuando le preguntas el porqué te dirá que “lo tiene todo, en especial el Mountain Bike. Deporte, naturaleza, colegas, viajar, mecánica, ingienería, adrenalina, dificultad técnica, reto físico…”. Probablemente serán muchos más. Ya lo decía Théodule-Armand Ribot (psicólogo francés): la pasión es una emoción crónica. No obstante, las pasiones se sufren en la misma dosis que se disfrutan y esos 12 años se han convertido en un aprendizaje constante, en un proceso de evolución en las que “hemos pasado algunas noches sin dormir”. Es por ello que cuando le preguntas sobre cómo llevan las espectaculares valoraciones de la última Rallon rápidamente esquiva la pregunta afirmando que “sería un error venirnos arriba y pensar que todo está hecho. Sería renunciar a la manera en la que hemos llegado aquí, incluso diría que a nuestra identidad” y continúa quitándose méritos individuales hiendo hincapié en que “aunque suene a tópico, es una trabajo en equipo”. Quizás, una de las la labores más transcententales de Xabi en la casa sea la de conseguir que en el equipo de desarrollo de MTB fluya la comunicación y el trabajo de manera natural. En ese sentido, Mikel, Beñat y Aitor forman el núcleo del equipo de trabajo de una categoría

que cada vez es más transversal en el organigrama de Orbea. Un equipo que junto a su “líder espiritual” -tal y como Aitor se suele referir a Xabi- van a recorrer senderos y testar productos los viernes después de su jornada laboral. Un equipo sin complejos de caricaturizarse con un punto de “frikismo” admitiendo, en tono cómico, que duermen “con un amortiguador en la mesa de noche”.

“ENCONTRAMOS USUARIOS CON TANTA PASIÓN, QUE LA ENERGÍA Y LA ILUSIÓN QUE PONEN ES COMO GASOLINA; SE ENCHUFA Y NOS HACE SENTIR QUE LES DEBEMOS EL MEJOR TRABAJO QUE PODAMOS HACER”.

Y es que algo que aparece a menudo en las conversaciones que rodean a Xabi es la importancia de tener usuarios en la casa: “tener una experiencia en primera persona facilita el poder hablar el mismo idioma, entender las oportunidades y objetivos que tenemos. Incluso a veces ser consciente de la relevancia que tiene hasta la más pequeña de nuestras tareas, lo relevante que puede ser para nuestro cliente que una pieza vaya correctamente ajustada, que una gráfica se adapte perfectamente al cuadro… “Creo que es mucho más fácil integrar muchas de estas cosas siendo practicante que siendo distante”, afirma. Aunque más allá de quedarse estancados en dicha fortaleza acuden a la escucha de los usuarios externos, siendo este momento un hito cuasi-espiritual dentro del proceso de desarrollo: “encontramos usuarios con tanta pasión que la energía, la ilusión que ponen es como gasolina; se enchufa y nos hace sentir que les debemos a esa gente que nos ha dedicado una tarde el mejor trabajo que podamos hacer”.

Xabi Narbaiza, MTB Product Manager.

Quizás, a uno se le pasa por la cabeza que entre tanta pasión hay algo de eso que llaman “workholic”, algo que cuestiona afirmando que “el equilibrio lo hace uno mismo. Hay mucha tendencia a pensar que hay que desconectar. Yo tengo unas obligaciones por cumplir, unos objetivos, pero por ahora siento que es equilibrado, que mi vida es muy compatible entre lo que me gusta hacer y lo que hago tanto a nivel personal como a nivel profesional”. No obstante, admite que “a veces es necesario desconectar y tomárselo desde otra dimensión”.


Making of 20

MAKING OF Orbea es mejora constante. Es beta permanente. Es sudor. Es 24h x 365 días. Por ello este apartado. Estas imágenes.

/ Casi una tonelada de carne Un total de 950 kg de carne fueron preparadas con mimo para saciar el apetito de los 6.700 participantes de la 14ª edición del Maratón de los Monegros.

/ Artesanía Industrial toda la tecnología e innovación de las bicicletas necesita del ojo y delicadeza humana para que terminen de funcionar correctamente. Javi Lorenzo, mecánico de Orbea, aplica la suya a esta alma.


Making of 21

/ Amor a primera vista Jon Larrinaga e Illar Zuazubizkar, ciclistas del equipo Euskadi, no le quitaban ojo a la Orca 2015 durante los días de grabación del vídeo promocional.

/ Sheriff Tras la pose seria y serena de Jon Fernández, Gerente de Orbea, se esconde una persona sin complejos a montar avituallamientos o repartir dorsales cuando la ocasión lo requiere.

/ De cine El cine más antiguo de los pirineos situado en Isaba fue el escenario elegido para presentar la nueva gama de bicicletas a la prensa y distribuidores.

/ Túnel del viento Andrew Starykowicz, bajo la mirada de Joseba Arizaga, y Scott Warren, contribuyó a la mejora aerodinámica de la Ordu OME en la visita al túnel del viento de North Caroline.


Te interesa 22

ROAD

Nueva / Orca 2015 Ligereza, rigidez, rendimiento y geometría de competición.

En términos objetivos, el Orca 2015 es la mejor bicicleta de competición que Orbea ha desarrollado para carretera. Fijando como prioridad en el desarrollo la eficiencia del cuadro o el “riding quality”, se ha conseguido un modelo un 20% más ligero y un 24% más rígido que la anterior versión. Hablar de Orca es ahora, más que nunca, hablar de competición y rendimiento. Descubre más en orbea.com

/ Orbea R10 El R10 es la punta de lanza de la actualizada gama de cascos de Orbea. Se ha rediseñado el concepto de casco obteniendo en un mismo sistema propiedades de ligereza, ventilación y aerodinámica a través de una carcasa incorporable en las ocasiones que más necesitemos reducir la fricción del aire.

TRI

/ Un nuevo miembro en la familia Ordu: Ordu OME Completamos la familia Ordu con una bicicleta dirigida al triatleta no-profesional, con una bicicleta versátil y accesible sin renunciar a lo que busca todo triatleta: la aerodinámica. Descubre más en orbea.com

/ Sillín Prólogo Orbea ha co-diseñado junto al fabricante de sillines Prologo el sillín Zero Tri Pas acompañándonos tanto en tests en el túnel del viento como en ensayos de campo. El sillín estará disponible en exclusividad en todos los montajes de triatlón de Orbea.


Te interesa 23

/ Rallón, todo un éxito

MTB

/ Oiz 27 y 29

La cuarta versión de la saga Rallón no ha pasado desapercibida, siendo una de las pocas bicicletas de Enduro que ha sido excelentemente valorada por las revistas.

La bicicleta que, ya en su fase de prototipado fue ganadora de una de las pruebas de la copa del mundo de Cross Country, se actualiza en versiones para ruedas de 27 y 29 pulgadas. Toda la tecnología e innovación de Orbea para avalar que, para muchos, es uno de los diseños más espectaculares del mercado.

“Definitivamente es una de las pocas bicicletas que merece la denominación de auténtica bicicleta de enduro.” pinkbike.com

“Enfila la bajada... ¡La Rallon se reanima! La calculada combinación de geometría y suspensión BOS realmente consigue que esta bicicleta adquiera vida propia, y para nosotros tres fue una experiencia reveladora. Pide a gritos que la montes a más y más velocidad, que la impulses más alto y más lejos, y en ningún momento da la sensación de estar agotada.” vitalmtb.com

/ Crece la familia Alma La Alma Hydro, hermana pequeña del Alma presentado en Eurobike 2013, llega un año después para ofrecer todas las tecnologías e innovación que lleva su versión de carbono en un cuadro de aluminio hidroformado.

ALL USE

/ All Use Urban La nueva “speed” de Orbea está pensada para moverte cada día por la city, busca eficiencia y estilo a un precio que se puede dejar candado en la calle mientras trabajas, cenas o haces la compra… si es que consigues bajarte de ella. La ergonomía es menos exigente que en Dude o Carpe, pero con un buen compromiso entre comodidad y eficiencia deportiva. Te permitirá moverte con libertad y también darle mucha “caña”. Así es la nueva propuesta de Orbea para los ciclistas que realmente nos movemos a diario por la city: Una bici muy esencial y potente, pero asequible y realmente pensada para disfrutar en tus “tracks” Urbanos.

/ TERNUA Son muchos los valores que compartimos con la marca de textil de montaña y los hemos querido plasmar en la equipación que el staff de Orbea hemos lucido en Eurobike 2014. ternua.com


www.orbea.com


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