Lecturas equivocadas

08/11/2012 De esta Gran Crisis se están haciendo algunas lecturas equivocadas que llevan a la zozobra a una parte importante de los “lectores”

La primera lectura equivocada que hacen algunos, es que la causa de la crisis son los políticos. La segunda, consecuencia de la primera, es que cambiando a los hombres, se resuelven los problemas que ha causado la crisis. La tercera, es que el Euro es la causa de la crisis. La cuarta, es la afirmación nacionalista (soberanista) como salida a la crisis.

A la primera hay que responder que el sistema de partidos ha existido desde que existen las sociedades, y ha tenido más o menos, los mismos problemas siempre, ya que estos problemas en su mayoría son consecuencia de la naturaleza humana de los individuos, es decir de sus propias debilidades y vicios, trátese de la sociedad en la antigua Grecia, Roma o en la Revolución Francesa, la historia está ahí para corroborarlo. Los partidos son instrumentos, no un fin en sí mismo. Los partidos son la manifestación del sentir de un grupo social más o menos amplio y por tanto siempre respetable, los partidos, son propios de sociedades civilizadas y democráticas, lo contrario es la dictadura o el caos. A la segunda hay que responder que las trasformaciones político-sociales de la humanidad siempre las han llevado a cabo individuos, al frente de organizaciones, que asumen las demandas de la sociedad, y cuando estas individualidades adoptan posturas mesiánica (individualista), apartadas de las demandas del “partido” conducen a las sociedades al caos, la guerra y la posterior frustración, no hace falta citar nombres que pasan ahora mismo por la mente del lector. Todo es cuestión de elecciones, de saber elegir, estar dispuesto a participar, controlar a los dirigentes, participar y ampliar la democracia participativa. Cualquier organización es la suma de

individualidades, de entre las cuales, estas organizaciones, eligen a sus dirigentes.

A nuevos problemas, nuevas soluciones

A la tercera, no hace falta recordar que gracias al Euro, se sostiene y crece el mercado europeo en el concierto internacional, facilita las relaciones comerciales entre las naciones europeas y sirve de refugio como moneda de alto valor en el mercado globalizado. La salida del Euro supondría el inicio de una aventura sin rumbo a un destino incierto, sometiendo a la nueva o vieja moneda a los vaivenes de un mercado de divisas dominado por las trampas y las ventajas de las (monedas) más poderosas. Occidente cuenta con dos baluartes (Euro y Dólar) frente a las monedas orientales (Yen y Yuan) que lejos de depreciarse van a seguir en alza, creer lo contrario es una ingenuidad, por consiguiente el Euro es un refugio y salir de este refugio supone exponerse a las inclemencias de un sistema económico y de divisas cada día más salvaje y desconsiderado con las débiles monedas nacionales reducidas a los mercados domésticos. A la cuarta, hay que responder que en un mundo cada vez más globalizado, las atomizaciones conducen a la evaporización. Europa está cosiendo poco a poco la unidad de los pueblos europeos bajo la bandera de la UE, hacer “retales” de lo ya cosido, es impresentable.

El nacionalismo es una reivindicación burguesa, reaccionaria y egoísta, que ha sido causa de innumerables guerras, que la historia ha demostrado resultaron desastrosas para los pueblos que las padecieron sin mejorar por ello sus condiciones de vida y que a largo plazo sólo han servido para emplazar estatuas y placas conmemorativas de tales efemérides y de los promotores de sus desaguisados. Los pueblos crecen y progresan gracias a la unidad, a los elementos comunes, a las afinidades, que es donde reside su fuerza y sus señas de identidad, Europa es un conjunto de pueblos atados por la historia, a pesar de haberse destruido innumerables veces en absurdas batallas, Europa ha encontrado el camino de la unidad después de miles de años de caos y autodestrucción nacionalista.

Estamos en un tiempo distinto al de la transición democrática

La lectura vale para España, Grecia y Portugal… también para el Reino Unido (Gran Bretaña).