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Las fobias y la pandemia

Diana Lee Díaz Guzmán

«La pandemia (COVID-19) es el estudio más amplio de la época».

Una invisibilidad lineal entre lo emocional y lo físico se crea ante la batalla mundial que todos peleamos. Buscando la solución antes de analizar el problema. La lógica piensa en tomar remedios caseros o medicinas que tal vez no se pueden comprar; esto empeora el problema retumbando el pensamiento crítico. Es lo que conduce a un estado emocional perdido que conlleva el miedo mundial compartido. Se dice miedo compartido porque el sentimiento de querer no contagiarse y no contagiar a los seres queridos es mutuo. Pocas personas saben sobre el poder de la mente y lo que conlleva lograr hacerlo. Al principio de la pandemia se empezó a hablar sobre la hipocondría. Es un trastorno mental que se caracteriza por una preocupación por la salud o exagerar los sufrimientos que pueden ser reales o imaginarios. Esto conlleva a que pensemos que tenemos un síntoma que realmente es emocional y no es real. La mente es capaz de simular ese síntoma y llegar a engañar el cuerpo a sentirlo. Los síntomas más comunes del COVID-19 son fiebre, tos seca y cansancio. La persona que sufre hipocondría puede tener estos síntomas, pero realmente no los tiene, sólo los siente “mentalmente” por el miedo; lo que ocasiona el trauma.

Al principio de la pandemia sentía incomodidad mental cuando estaba trabajando en la oficina. Cuando estaba cerca de mis compañeros sentía que todo estaba contagiado y que podía contagiarme. No duré una semana cuando anunciaron la cuarentena y tuve que trabajar y estudiar virtualmente. Durante meses estuve controlando el miedo de salir y ser tocada hasta por el aire. Descubrí que tenía verminofobia (fobia a los gérmenes) y que era algo que ya tenía desde siempre, pero en bajo nivel y no

lo sabía. Siempre me preocupaba la higiene, pero cuando llegó la pandemia se descontroló la “manía”. Ahí fue cuando empecé a investigar. El estudio del tema me ayudó a desarrollar la calma ante la situación y controlar mis miedos a los gérmenes. Con el estudio de la hipocondría pude saber muchas cosas sobre la pandemia y el ser humano, lo que me llevó al descubrimiento de la descripción del primer párrafo de esta narrativa.

Otras de las fobias desarrolladas durante la pandemia es la hafefobia; el miedo al ser tocados. Las personas hoy en día mantienen una distancia entre ellos por regla de la pandemia y, lo cual, ya se ha convertido en un instinto humano. Tal vez cuando llegue el día de recobro normal diario, las personas ya se habrán acostumbrado al distanciamiento y siempre tendrán la pregunta: “¿Tendrá el virus?” cuando vean a alguien. El resultado final de la pandemia no será solo controlar los contagios sino el cambio de rutina y mentalidad que les causará a las personas permanentemente. Sin dejar atrás las controversias que han surgido sobre el origen y el propósito de la pandemia tenemos que estar de acuerdo en una cosa: la pandemia (COVID-19) es el estudio más amplio de la época.

Para los científicos y personas relevantes al estudio humanístico debe ser una caja de Pandora. Muchos temas e hipótesis que dar; sin mencionar ya los resueltos que no van en esta narrativa, ya que, el objetivo de esta es pensar más allá de la situación. Al principio de esta narrativa se habla del poder de la mente, pero ¿Cómo se relaciona con la pandemia? Esto se deja a discreción de cada lector, ya que, con la información dada en este escrito las soluciones y pensamientos se dejan a lo personal. Pero para finalizar con esta maravillosa narrativa casi ensayo informativo, dejaré una pequeña y última información cautiva. En 1971 se hizo uno de los estudios psicológicos más famosos de la historia en la Universidad de Stanford. Un profesor universitario recluta un grupo de estudiantes y les pide que imaginen que están en una cárcel. Nombra a algunos “guardias” y otros “prisioneros”. En poco tiempo, los “carceleros” se volvieron sádicos abusando de los “prisioneros” que el experimento tuvo que ser suspendido. El objetivo de

varios experimentos que se hicieron de esta manera en diferentes lugares era para analizar la obediencia a la autoridad. En una entrevista de 2018 le dijo Philip Zimbardo, quien realizó el estudio, a BBC News: “[El estudio] nos dice que la naturaleza humana no está totalmente bajo el control de lo que nos gusta pensar como libre albedrío, sino que la mayoría de nosotros podemos ser seducidos para comportarnos de una manera totalmente atípica con respecto a lo que creemos que somos”.

Ahora, con esto dicho, debemos crear una separación de lo razonable y no razonable para poder desarrollar el instinto de adaptación en nosotros. La falta de razonabilidad emocional crea miedos y traumas innecesarios que perjudican la toma de decisiones en nuestras vidas. La pregunta no es cómo vamos a sobrellevar la situación sino cómo voy a pensar estando en ella. Si una persona te dice que te ves mal con un estilo de moda, tal vez no te importe, pero si otra persona te dice lo mismo tu mente empieza a dudar. Ya una tercera vez te lo crees y te cambias la ropa. Sólo tres personas bastaron para hacerte creer que te veías mal con el estilo de ropa; ahora imagínate 7 billones de personas. Cada uno tiene su fobia, pero está en cada quién controlarla. Mi solución fue pensar que tengo un sistema inmunológico, el cual, con ayuda de buena alimentación y ejercicios lo ayuda a fortalecerse y es algo humano. Hay muchas otras cosas que ayudan, pero sin olvidar que la decisión de seguir lo razonable o no; está en uno.

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