Sábado 11 de agosto de 2012
2 TURISMO SIERRAS CORDOBESAS
Una aldea alpina En el Valle de Calamuchita, bosques de pinos enmarcan La Cumbrecita, un pueblo peatonal que exhibe arquitectura y tradiciones centroeuropeas. Los invitamos a visitar este rincón de ensueño. Es uno de los lugares más hermosos de este país. Una aldea alpina en miniatura. Miles de árboles plantados a mano uno a uno. Quizás sea la descripción más precisa que pueda hacerse de La Cumbrecita, un refugio en el medio de las sierras de Córdoba que parece sacado de un cuento infantil o de una novela de misterio. Este el pueblo al que viaja el protagonista de la novela "El Evangelio Según Van Hutten", de Abelardo Castillo. Para pasear por las callecitas de estilo alpino de este poblado situado en los faldeos de las Sierras Grandes, cerca del cerro Champaquí (el más alto de la provincia) hay que recorrer un poco más de 100 kilómetros desde la ciudad de Córdoba y subir hasta 1.450 metros sobre el nivel del mar. El trayecto de acceso sube más de 600 m desde Villa General Belgrano, cruza el río de los Reartes y pasa por los parajes Atos Pampa, Intiyaco y Villa Berna, de notable belleza, pertenecientes al departamento Calamuchita. En el camino los bosques de pinos aparecen como manchones en la aridez pedregosa de las sierras. Los árboles fueron plantados por un grupo de pioneros alemanes, que impusieron su arquitectura y su paisaje a estas tierras por entonces aisla-
das y de difícil acceso. Atrás quedaron los tiempos en los que había que emprender el ascenso a caballo o por un trabajoso camino de ripio. La cinta de asfalto avanza sin dificultades hasta la entrada del pueblo, donde hay que resignar el auto en un gigantesco playón y continuar a pie. La Cumbrecita es el primer pueblo peatonal del país desde 1996, donde rige una restricción vehicular permanente para el acceso de automóviles, principalmente en horarios diurnos. Esto lo anuncia un gran cartel de madera plantado en la entrada, donde también se advierte al visitante que se trata de una zona de protección ambiental. El anuncio recomienda abstenerse de acampar, cazar, tirar basura en las calles y arrancar plantas, arbustos y flores. Son varias las restricciones, pero basta con cruzar el puente que atraviesa el río Del Medio y separa el pueblo del resto del mundo, para recordar que todo paraíso implica una cuota de sacrificio. El invierno en La Cumbrecita parece la postal de un cuento nórdico de Navidad: el visitante es deslumbrado por techos a dos aguas, calles serpenteantes, cortinas de puntillas, tiendas de chocolates, pinos pintados de nieve. El blanco marca la diferencia
entre la luz y la sombra. Allí donde una curva o un árbol impiden el calor del sol, la nieve cubre todo con consistencia de hielo. Sobre los techos, en cambio, la nieve se desmolda y se convierte en gotas que marcan el paso húmedo de la calle principal. Los principales hoteles están montados sobre construcciones alpinas, rodeadas de jardines con techos a dos aguas, balcones de madera y ventanas de vidrio repartido. El Hotel Cumbrecita, con su estampa centroeuropea, es la primera construcción de la villa. Fue levantado en 1938 por el fundador del pueblo, el Dr. Helmut Cabjolsky, que llegó al país desde Alemania en 1932 con su familia, con el propósito de alojar a sus amigos y familiares. En la calle principal hay varios restaurantes, no dude y pruebe el "kassler garni", el plato más completo que lleva salchicha, chucrut, costilla de cerdo, puré de manzana y papas. Al realizar la caminata por el pueblo, se puede ver que está pulcramente señalizado con carteles artesanales de madera. El camino se divide a la altura de la Plaza de los Pioneros, donde un par de chicos intentan mover caballos,
Postales de La Cumbrecita nevada.
alfiles y peones de hierro y hojalata, distribuidos sobre un gigantesco tablero de ajedrez. El sendero sube por un bosque, que esconde una hermosa capilla ecuménica, coronada por una cúpula en forma de aguja. No muy lejos de allí, una campana custodia una fuente levantada sobre un estanque de madera. Su sonido alguna vez alertó a la gente del pueblo contra incendios y emergencias, aunque ahora se la nota tan quieta que cuesta imaginarla cumpliendo esas fun-
ciones. El silencio conduce al cementerio, donde se esconden los secretos y las historias de distintas generaciones de pobladores de la villa. Las tumbas de piedra están rodeadas de una espesa vegetación y de carteles que imploran "Respete la paz de este lugar". Desde su inicio fue planteado como un bello parque con frondosa arboleda. También en la zona alta del pueblo se destaca la presencia de (Continúa en pág. 3) La Cumbrecita está a orillas del río Del Medio, organizada administrativamente como una comuna.
Entrada al pueblo peatonal.
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TURISMO Hotel Cumbrecita
Cascada Grande
Gigante tablero de Ajedrez
Postal de la capilla ecuménica.
(Viene de pág. 2) una extraña construcción con forma de castillo, levantada a mediados de la década del 40. Su antiguo morador, Erwing Müller, vivía solo y, según cuentan los lugareños, comunicaba su estado de ánimo y de salud a través de
Datos útiles ¿Cómo llegar?: En auto o bus, está a 37 o 40 Km. al oeste de Villa General Belgrano, según la variante que se elija y a 118 de la ciudad de Córdoba. El vehículo se debe dejar en el playón de estacionamiento de la entrada del pueblo. ¿Dónde dormir?: En el casco histórico: en el famoso Hotel La Cumbrecita (www.hotelcumbrecita.com.ar), Hotel Verbenas, Cascadas y Suites de la Colina, inaugurado en septiembre de 2004, posee tres suites con vista al p u e b l o (www.suitesdelacolina.com). También hay cabañas, hostels y hospedajes de distintos precios, en el centro y en las afueras del pueblo. ¿Dónde comer?: Restaurante La Colina de Ricardo Nogueira: comida centroeuropea, abierto todos los días. Consultar por programas de aventura de medio día o día completo: cabalgatas, 4x4, rappel y escaladas. Para tener en cuenta: La Cumbrecita no cuenta con estación de servicio ni cajero automático, para recorrer es indispensable contar con calzado cómodo.
un sencillo sistema de códigos. Cuando colgaba del mástil la bandera verde, daba a entender que estaba rozagante y de buen humor; la bandera roja, en cambio, inducía a los vecinos a prestarle asistencia en los malos momentos. Si uno opta por el camino que lleva al arroyo Almbach, que se traduce como "arroyo de la colina", además del rumor del agua, descubre que la naturaleza construyó sus propias maravillas: La Olla es un piletón de seis metros de profundidad, donde las truchas aparecen a simple vista. Se puede seguir el curso del río entre bosques, saltos de agua y grandes piedras o emprender el camino ascendente hacia la impetuosa Cascada Grande, un salto de 14 metros de altura. Los más aventurados pueden realizar excursiones más largas, como el ascenso al cerro Wank o las caminatas hacia el Vallecito del Abedul y la Cascada Escondida. Al otro lado del arroyo, la casita de cuentos de Tante Liesbeth se distingue entre un bosque de abedules. El camino que la une a la realidad tiene la forma de un puente corto y estrecho, que permite acceder a una reparadora tasa de chocolate acompañada con strudel. Liesbeth Mehnert llegó a La Cumbrecita en 1934 como ama de llaves del fundador del pueblo. Con los años, la habilidad de la Sra. Mehnert para la repostería la llevó a crear junto a su marido la casa de té más famosa de la región. La primera edificación, realizada con adobe, fue iniciada en el año 1935. La idea original era que sirviera de casa de veraneo pero muy pronto se transformó en albergue para poder alojar a los amigos de la familia
Cabjolsky. Años más tarde, dado el creciente interés turístico, la misma comenzó a funcionar como una pequeña hostería familiar. Durante la década de 1940 se construyen las primeras casas particulares y el pueblo lentamente fue adquiriendo el carácter de tirolés que lo destaca. Poblada por emigrantes de Europa central, la villa es una joya ecoturística, completamente peatonal y reminiscente a los pequeños poblados germanos del siglo XV. Poco a poco, el paisaje se esfuma desde los ventanales empañados de la casita de Liesbeth. Entonces viene a la memoria otro bello pasaje de la novela de Abelardo Castillo: "No importa que se pueda llegar a La Cumbrecita en unas horas. Cuando estamos entre estos abedules, nuestro departamentito del Once nos parece tan remoto como la Prehistoria". Entrada del antiguo cementerio.
Turismo aventura Cerca de la Cumbrecita, está el Peñón del Aguila, cuya principal atracción es la tirolesa de más de 700 m de largo sobre bosques, ríos y cascadas. También se puede practicar arborismo sobre puentes y troncos, rappel y escalada en una pared de 50 m de altura y subir una palestra. Hay cuatriciclos, senderos de interpretación, un refugio para visitantes y un restaurante de platos centroeuropeos. Más información en: www.penondelaguila.com.ar
El Castillo
La Olla
Caminatas por el bosque
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4 TURISMO DE OTRA ÉPOCA
Condado de Kent, Inglaterra. Valor de la entrada: US$ 22 para ingresar al castillo y a los jardines y US$ 18 sólo para recorrer los jardines.
Salidos de un cuento de hadas Los castillos también existen fuera de los cuentos de hadas. Sus rincones nos conducen a través de la historia y reviven personajes únicos como Drácula, Hamlet, Cenicienta o Ana Bolena. Conózcalos y ¡asegúrese de tener un príncipe que lo rescate de la torre! CASTILLO DE HEVER: es conocido por ser el lugar donde vivió su infancia Ana Bolena, la mujer que logró marcar un punto de inflexión en la historia de Inglaterra al casarse con el rey Enrique VIII, separado de Catalina de Aragón. A pesar de su comienzo conflictivo en el que intervino la Iglesia, juntos tuvieron a Isabel I, última monarca de la dinastía Tudor. La historia de Ana Bolena tiene un final trágico: fue ejecutada, acusada de adulterio, incesto y traición. Pero sus primeros días fueron mucho más felices dentro del castillo de Hever, adquirido por su abuelo en 1426. Allí compartió su infancia junto a sus hermanos María y Jorge y además, se dice, fue el lugar donde Enrique VIII la conquistó. Al morir el padre de Ana Bolena y tras la ejecución de su herma-
no, el castillo pasó a manos del monarca. La parte más antigua de esta construcción histórica es del año 1270; pero la estructura actual es mérito de William Waldorf Astor, un millonario norteamericano que invirtió para hacer del lugar un paraíso rodeado de suntuosos jardines, un lago y la "aldea Tudor". El interior aún conserva algunas paredes originales y contiene una importante colección de armaduras y retratos de los Tudor, así como dos libros de oraciones firmados y escritos por Ana Bolena. Con frecuencia, se organizan eventos en el castillo, sobre todo durante el año 2009 porque se celebró el 500º aniversario del ascenso al trono de Enrique VIII. Más información en: www.hevercastle.co.uk
CASTILLO DE KRONBORG: el mismísimo William Shakespeare lo eligió como escenario de una de sus tragedias, Hamlet. Su pluma no sólo logró popularizar el pueblo de Elsinor en Dinamarca y al castillo como lugar de origen y residencia del protagonista de la obra, sino que hizo que muchas personas crean que la historia fue real. A través
de puestas en escenas y dramatizaciones, Kronborg mantiene vivo el mito. Pero más allá de las creencias populares, el castillo resultó ser víctima de contiendas históricas. Originalmente, fue construido en 1420 como fortificación durante el mandato de Erik de Pomerania, desde donde se cobraban impuestos a los barcos que intentaban pasar por el estrecho hacia el mar Báltico. Más
Retrato de Ana Bolena
Los hermosos jardines de Hever y su fascinante laberinto de setos.
adelante, Frederick II reconstruyó el lugar y lo convirtió en un maravilloso castillo renacentista. Se incendió, fue restaurado y redecorado con estilo barroco; fue tomado y saqueado por tropas suecas y vuelto a reconstruir. En la actualidad, el castillo está siendo acondicionado para convertirse en un centro moderno de exposiciones. Es imperdible la serie de tapices con los 113 reyes daneses
Elsinor, Dinamarca. Valor de la entrada: depende de las salas que se quieran conocer. El acceso a algunas de ellas es gratuito y en otras puede costar entre US$ 3 a US$ 17. Las visitas guiadas tienen un costo aparte.
y el recorrido con antorchas para desentrañar la leyenda del héroe de canción de gesta Holger Danske (se cree que su estatua revivirá para salvar a la nación cuando Dinamarca se encuentre en grave peligro). Más información en: www.ses.dk/en/slotteoghaver/ slotte/kronborg
Hamlet, representado por Laurence Olivier en el film británico de 1948
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TURISMO Baviera, Alemania. Valor de la entrada: US$ 12, para los niños de menores de 17 años inclusive la entrada es gratuita. También se puede comprar un bono de catorce días por US$ 28 que sirve para visitar más de cuarenta monumentos de Baviera.
CASTILLO DE NEUSCHWANSTEIN: es inevitable asociar a los parques temáticos de Disney con el castillo de Cenicienta, emblema de la compañía cuya silueta aparece en cada una de sus películas y se erige imponente dentro de Magic Kingdom. Sin embargo, se dice que el creador del famoso mundo de fantasía se inspiró, nada más y nada menos, que en el castillo de Neuschwanstein en Baviera,
Alemania. Esta construcción enclavada en medio de montañas se inició por orden del rey Luis II en 1869 y recién quince años más tarde pudo ser habitada. Para el solitario monarca, este castillo funcionaba como el refugio ideal para escapar de la vida pública e, incluso, le sirvió para habitar en un mundo paralelo (los últimos once años de su vida dormía durante el día y deambulaba por al noche). Detrás de la apariencia
CASTILLO BRAN: no hay nada más enigmático y tenebroso a la vez que la historia del conde Drácula, aquel personaje que vivía en un castillo deteriorado, dormía durante el día en un ataúd y a la noche, ya
como vampiro, salía poseído al servicio del mal para chuparle la sangre a sus víctimas. Créase o no, el novelista irlandés Bram Stoker se inspiró en una figura real para moldear a este villano: Vlad III, príncipe de Transilvania, Rumania. Valor de la entrada: US$ 6, incluida la cuota de fotos y filmación.
Fachada del maravilloso castillo de Neuschwanstein entre las montañas.
El castillo de Cenicienta, ubicado en el centro de Magic Kingdom en Walt Disney World, Estados Unidos.
medieval de Neuschwanstein, se esconde la técnica más avanzada y el máximo confort, que incluye calefacción central, agua corriente, elevador, instalación eléctrica conexión te-
lefónica. Igual de asombrosa es la decoración de los salones y habitaciones en las que reinan murales de diversas temáticas y pinturas inspiradas en las óperas de Richard Wagner, el
famoso compositor a quien el rey le dedicó el castillo, hoy uno de los más visitados de Europa. Más información en: www.neuschwanstein.de
Valaquia, antigua provincia de Rumania. También se lo conoció como "El Empalador" o "Dracul", que en rumano significa demonio. Todos estos apodos los ganó por su autoritarismo, su mano dura para gobernar y los métodos de castigo y tortura que utilizaba par repeler cualquier posible amenaza para destronarlo. Con el correr del tiempo, persona y personaje se fundieron. Tanto
es así, que la supuesta residencia de Vlad III, el castillo Bran, hoy se conoce como el "castillo de Drácula", monumento nacional. Esta construcción data del año 1212 y fue erigida como fortaleza con fines militares y económicos por los Caballeros Teutónicos, una orden religiosa y militar fundada por cruza-
dos alemanes. Pese al deterioro actual de su estructura, aún se puede caminar por sus pasadizos y salas. Además, se puede visitar el museo el castillo que alberga grandes colecciones de armas blancas, pinturas, esculturas y arte decorativo. Más información en: www.bran-castle.com
El actor Belá Lugosi interpretando a Drácula.
Comedor del tenebroso castillo Bran
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6 TURISMO LA VENECIA DE HOLANDA
Giethoorn: un pueblo acuático Si odia el tráfico lento y pesado, si no se lleva bien con los autos y tiene poca paciencia para conducir, ha encontrado su lugar en el mundo: el pueblo de Giethoorn, en Holanda, donde no existen calles ni medios de transporte que no sean barcos. En otras palabras, la versión holandesa de la ciudad de Venecia. Sabemos que Holanda es un país donde los canales no son ninguna rareza. De hecho, Ámsterdam es conocida como la ciudad de los canales, por lo que hasta acá no hay nada extraño. Sin embargo, hay una pequeña ciudad holandesa, tal vez no tan popular entre las grandes atracciones del país, que es conocida como la "Venecia del Norte", o la "Venecia de Holanda", por su antigua tradición en los métodos de circular. Se llama Giethoorn y se localiza en la provincia de Overijssel, en el norte del país. En el pasado, ningún auto recorría sus calles y no había rutas para roda-
dos en la parte antigua. Por eso la única vía de transporte eran los canales de agua y los botes constituían entonces el alma de la ciudad. Hoy, las cosas han cambiando un poco, pero el encanto y la fantasía por surcar las aguas permanecen intactas. Aunque los automóviles ya no son una curiosidad en Giethoorn y su casco histórico fue modernizado con una serie de sendas para bicicletas que han facilitado mucho la comunicación entre lugares distantes de la ciudad, los canales siguen siendo las arterias urbanas ya que no hay otra vía que conecte toda el área más antigua. De hecho, es el princi-
pal atractivo turístico de la pintoresca ciudad. Una de las actividades más populares que ofrece la peculiar ciudad para disfrutar de una tarde inolvidable es realizar un paseo en bote. Hay varias opciones, se pueden alquilar las típicas lanchas rojas a motor, los Whisper (embarcaciones especiales con motor eléctrico que transportan ocho pasajeros) o las barcas a remo. Para los más románticos, la mejor opción es la del "Punter", una góndola de fondo plano y corte cuadrado que se mueve con ayuda de sus pasajeros. Viajar en uno de éstos consiste en empujar el fondo del canal con una caña larga de modo que se impulse hacia adelante. Esta posibilidad requiere de un espíritu bastante deportivo, pero en realidad no es tan difícil como parece. Una vez que la embarcación ha comenzado a avanzar, la inercia hace el trabajo más sencillo y todo lo que queda es disfrutar de un paseo (Continúa en pág. 7)
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TURISMO Tradicional lancha roja a orillas del canal.
(Viene de pág. 6) sumamente original. Se alquilan por horas y el precio varía dependiendo de la compañía. Dos horas suele ser lo ideal, las tarifas rondan los 25 euros, aunque hay gente que alquila el barco más tiempo y se aventuran en una reserva natural que está junto al pueblo (tres horas debería ser suficiente para este paseo). Con el barco se entrega un mapa de los canales del lugar. También es posible contar con la ayuda de expertos que nos guíen en el recorrido a través de la ciudad. Los viajes organizados son muy convenientes para quienes deseen conocer más sobre la historia y los lugares claves del lugar, o
simplemente para aquellos que prefieren relajarse y dejarse llevar por las aguas de sus canales. Además de su particularidad, Giethroon es uno de los vecindarios más bellos de Holanda. No tiene nada que envidiarle a la ciudad de los canales, Venecia. Este pueblo ofrece paisajes espectaculares y construcciones increíbles, albergando casas enormes y lujosas. Posee una gran oferta gastronómica ya que cuenta con varios restaurantes en los que se pueden comer "pannenkoeken" y otras delicias del país. Sin dudas, todo turista que visite Holanda no debe dejar pasar por alto este peculiar, exótico y mágico poblado.
Hay que tener en cuenta que en invierno no se pueden hacer todas las actividades porque la nieve impide los paseos en bote. Es un lugar increíble y recomendable para visitar en primavera, verano o al comienzo del otoño.
Datos útiles ¿Cómo llegar? El pueblo está a unos cinco kilómetros de Steenwijk, el lugar más cercano con parada de tren. El acceso no es fácil y tampoco es barato, por lo que la opción más recomendable es alquilar un auto y llegar conduciendo uno mismo. El viaje dura un poco más de una hora y media en condiciones ideales de tráfico. Pero también se puede ir en el transporte público, tomando como punto de partida la Estación Central de Amsterdam. Esta opción dura alrededor de dos horas y media y requiere de dos trenes y un autobús.
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8 TURISMO TURISMO AVENTURA EN MENDOZA
El promedio de precipitación anual de nieve es de 6 m en la base, 8 m en la cota intermedia y 10 m en la cumbre.
Aventura en Las Leñas Después de la temporada de esquí, el centro invernal propone actividades en contacto directo con la naturaleza. Un lugar a pura adrenalina en todas las estaciones del año. De a poco, el blanco brillante de la nieve va descorriendo su velo en el departamento Malargüe y aflora el verde fosforescente de la yareta, una variedad de musgo. Con la metamorfosis del impactante paisaje del sur de Mendoza, el Valle de Las Leñas empieza a desplegar sus opciones de turismo aventura. Es uno de los centros de esquí y de snowboard más importantes de Argentina. Posee 13 medios de elevación, que permiten acceder a 27 pistas clasificadas en principiantes, intermedios, avanzadas y expertos. Posee, además, el descenso ininterrumpido más largo del país, con 7.050 m conectando las pistas Apolo, Neptuno y Venus. El dominio esquiable es de unos 65 Km. Existe un "Terrain Park" de 1.500 m con saltos, peraltes y barandas, un lugar elegido por snowboarders. Algunas pistas (un total de 1.400 m) son iluminadas para permitir el esquí nocturno. La base se encuentra a 2.240 metros sobre el nivel del mar, y la cumbre a 3.430 msnm. Después de la temporada de esquí, el complejo turístico de alta montaña propone salir a explorar la región a caballo, en bicicleta y en bote a remo. La gran novedad de las opciones en contacto estrecho con la naturaleza es un circuito de medio día en mountain bike hasta una zona de grutas ocultas. El recorrido demanda atravesar ríos, trepar por caminos de ripio y, finalmente, escalar hasta
llegar a los 2 mil metros de altura. Las emociones se extienden a una salida de rafting por el torrentoso río Salado, rappel, tirolesa de 400 m de largo, escalada de la Pared de los Morros, cabalgata de tres horas desde Valle Hermoso hasta las aguas termales de El Azufre (después de superar los ríos Cobre y Tordillo) y una excursión hasta los volcanes. Por cuestas empinadas, llanuras, médanos y profundas pendientes, otros circuitos en 4x4 vinculan El Infiernillo (por la ruta 222, a 35 Km. de Las Leñas) con las lagunas Salinilla y Blanca. Los sitios recomendables para practicar trekking, safari fotográfico y mountain bike abundan a los costados de la ruta que apunta desde Las Leñas hacia el este. Ese collar brillante incluye una cantera de yeso, Pozo de las Ánimas, las lagunas Niña Encantada y Llancanelo, un bosque petrificado, la cascada de Chihuido y la Caverna de las Brujas. Son algunas de las bellezas naturales que se despliegan cerca de Malargüe (a 75 Km. de Las Leñas), donde, como para ir entrando en clima, conviene degustar chivito asado, paté de cordero, escabeches y truchas, más un infaltable tinto mendocino. Nunca faltan esos exquisitos platos autóctonos cuando se celebra la Fiesta Nacional del Chivo y Provincial del Cordero que convoca todos los años en enero a los vecinos de Malargüe y sus visitantes.
Las Leñas es el centro de esquí y snowboard más elevado del país.
Mountain bike en Valle Hermoso
La cascada de Chihuido Tirolesa
Trekking
Pozo de las Ánimas