3. El Estudio de la Palabra de Dios

El ayunar mueve a Dios a la acción (Esdras 8:23; Joel 2:12; Jonás 3:5, 10; Números 23:19).

El ayuno detiene la pérdida de poder espiritual (I Corintios 9:25-27; Romanos 13:14).

Es un ejercicio de dominio propio y debe ser parte de nuestra vida cristiana.

Posteriormente tendremos estudios más profundos sobre el ayuno, pero por ahora únete a cada ayuno que es programado para toda la Iglesia y tendrá experiencias como ninguna otra.

3. EL ESTUDIO DE LA PALABRA DE DIOS

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, afín de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” I Timoteo 3:16

La Palabra de Dios nos muestra Su pensamiento, Sus principios, en otras palabras, la mente de nuestro Dios.

Nunca podremos conocerle mejor, a menos que desarrollemos una disciplina personal del estudio de la Palabra de Dios. Este es el Pan de vida, el cual debe ser recibido diariamente para poder tener una vida espiritual fuerte y robusta.

Debes pedir la dirección de Dios para discernir su Palabra. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. I Corintios 2:13

Es necesario leer la palabra de Dios aplicando todos nuestros sentidos y tratando de entender que es lo que me está diciendo y cómo lo puedo aplicar a mi vida diaria.

Van a haber momentos donde tal vez no vas a entender algo, pero esto no debe ser motivo de frustración, simplemente escriba esa inquietud y busque el concejo de una persona con experiencia que le pueda ayudar. Acuda a personas que están en el ministerio dentro de la Iglesia o al pastor.

Tenga cuidado con personas que no son de la Iglesia. Recuerde que afuera hay muchas doctrinas e interpretaciones que le pueden confundir y desviar. No se deje llevar por la experiencia que muchos pueden decir que tienen, lo importante es si predican el mensaje apostólico del Nombre de Jesús que predicó de la iglesia primitiva y si tienen la unción del Espíritu Santo en sus vidas

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones: entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.”