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Los trastornos de conducta en el aula

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CASO 1

Santiago es un niño muy entusiasta que cursa primero de primaria en una escuela pública, sin embargo, su comportamiento no ha sido el más fácil para su docente y no ha tenido el desarrollo esperado en su aprendizaje, ni en el resto del grupo. Durante la jornada escolar, Santiago se niega a trabajar, agrede a los compañeros cuando éstos le piden que deje de interrumpir la clase, practica parkour en las clases escalando las paredes y aventándose sobre las mesas; al hacer esto tira y arruina los cuadernos y útiles de sus compañeros, trepando como si fueran escalones los estantes del rincón de lectura y ha mostrado señas obscenas al maestro estando de espaldas e insultado a sus compañeros.

Al acercarse el maestro a Santiago y cuestionarlo sobre este comportamiento, lo único que sucede es que Santiago se queda callado y solo ha expresado que las groserías las ha aprendido de su tío que cursa la secundaria.

QUÉ SON LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA

En el aula regular de cualquier nivel de educación básica suelen presentarse casos como el de Santiago, que no sólo representan un reto para el docente, sino que influyen en el ambiente que se genera en el salón de clases, en el aprovechamiento de los estudiantes y en el del

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mismo alumno. Los trastornos de conducta son descritos por la OMS (1992) como una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, las conductas y las relaciones con los demás. Es una serie de problemas conductuales y emocionales que se presentan en niños y adolescentes. Los problemas pueden involucrar comportamiento desafiante o impulsivo, consumo de drogas o actividad delictiva.

Se puede decir que los trastornos de conducta son un problema comportamental que afecta al individuo de manera que éste cuenta con un comportamiento difícil de controlar y afecta su contexto escolar, familiar, social y emocional por lo que es un gran obstáculo en su vida; ya que engloban un conjunto de conductas que implican oposición a las normas sociales y a los avisos de las figuras de autoridad, cuya consecuencia más destacada es el fastidio o la perturbación, más o menos crónica, de la convivencia con otras personas: compañeros, padres, profesores y personas desconocidas (Fernández y Olmedo, 1999). Estos comportamientos en muchos niños son pasajeros y se modifica la conducta al poner más límites, sin embargo, cuando estas conductas se presentan diario y cada vez son más evidentes es cuando podemos pensar en los trastornos de conducta (Adana, s.f.).

LOS PRICIPALES TIPOS DE TRASTORNOS DE CONDUCTA

En la siguiente tabla se explican los diferentes ejemplos de trastornos de conducta que existen y se describirán de manera que se pueda entender la dificultad que se atraviesa durante la vida diaria de las personas involucradas (alumno, padres, docentes, compañeros, etc.) al padecer cualquiera de éstos trastornos.

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A) Trastorno de Ansiedad: Cuando la persona tiene miedos y preocupaciones recurrentes, impidiendo que se concentren en la realización de sus tareas diarias. B) Síndrome de Tourette: Trastorno neurológico que produce movimientos repetitivos junto con sonidos vocales (tics) ambos de manera involuntaria. C) Trastornos Depresivos: Cuando predomina el estado de ánimo deprimido y una reducción de interés. D) Trastorno Disruptivo- negativista desafiante: Serie de conductas y actitudes desafiantes o negativas en el niño o adolescente, que desembocan en enfados y discusiones. E) Trastorno Esquizoide: Individuos se aíslan y evitan actividades sociales y relaciones interpersonales. F) Trastorno Esquizotípico: Rarezas en la apariencia, comportamiento y habla por experiencias perceptivas inusuales, y anomalías en la manera de pensar.

LA CONDUCTA INFANTIL EN EL AULA ESCOLAR

Los trastornos de conducta presentan un verdadero reto para los docentes que se encuentran en las escuelas de nivel básico puesto que muchas veces tienen un mal diagnóstico o simplemente no cuentan con él; debido a que el problema no es reconocido.

Achenbach y Edelbrock (1987) proponen que hay dos factores para poder analizar la conducta de los niños, un factor interno y un factor externo. Mismos que Reynolds (1992) los describe de la siguiente manera:

• El factor externo, comportamientos dirigidos al exterior, que pueden presentarse como problemas de agresión, impulsividad e hiperactividad. Estos se perciben como una mala adaptación a la sociedad y la molestia la reciben los otros.

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• El factor interno, comportamientos dirigidos al interior, estos pueden presentarse como ansiedad, miedo excesivo, depresión o introversión y el daño que producen es a uno mismo.

Estos factores afectan de manera directa su vida escolar debido a que los trastornos de conducta están relacionados con el entorno, ya sea familiar, escolar o social, así como consumo de drogas o alcohol de parte de los padres, experiencias traumáticas, pobreza, anomalías genéticas, habilidades sociales del individuo, su autoestima, su habilidad de comunicación y su inteligencia emocional (Roth, 2000).

Muchos de estos problemas son leves o van mejorando conforme va pasando el tiempo en la vida, cuando padres de familia y docentes se encuentran tratando con una conducta recurrente y los problemas de conducta se agravan, es cuando llega el momento de pensar en la posibilidad de que sea un trastorno de conducta antinormativa.

Aunque no siempre se trata de trastornos de conducta, según el DSM-IV-TR (2013) existe un nivel menos grave que es conocido como trastorno oposicionista desafiante (TOD) o trastorno oposicionista infantil (TOI); la diferencia entre TOD y TC es la gravedad de éstos, el TOD es mucho menos grave y se trata de un comportamiento colérico y desafiante mientras que el TC es más grave, repetitivo y se caracteriza por la violación de derechos e incumplimiento de normas. En ambos casos el comportamiento sigue siendo un obstáculo en el aula, pues el individuo sigue sin comportarse de manera correspondiente y esto refiere un problema tanto para el individuo como para sus compañeros y docentes.

Es necesario solicitar ayuda de un especialista que haga el diagnóstico y siga un tratamiento fuera del aula escolar pues se tiene que trabajar el trastorno de conducta con un profesional para que éste pueda ayudar al individuo a sobrellevar su problema y disminuir su impacto en el grupo

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escolar. Los niños que reciben un diagnóstico y tratamiento en edad temprana tienen mayor posibilidad de éxito en la superación de los problemas de comportamiento que presenten. El apoyo de la familia es sumamente necesario para tener un buen resultado del tratamiento, junto con el apoyo de los directivos y maestros de la escuela. Para poder comprenderlos y ser capaces de ayudar a los individuos que tienen este tipo de trastornos revisaremos con más detalle los trastornos de la conducta y su impacto en el trabajo del aula.

DIFICULTADES QUE PUEDEN SURGIR EN EL AULA

Debido a que estamos hablando de trastornos de conducta, éstos afectan al grupo de igual manera que afectan al niño, puesto que la conducta es la manera de comportarse en cierto lugar. Con la conducta del niño se ve perjudicada la dinámica escolar que afecta a todos y a cada uno de los alumnos, ya que al tener en el aula a uno o más niños con TC sin tener el diagnóstico correspondiente, ni las orientaciones de cómo interactuar con él, puede interrumpir de manera constante las clases al estarse parando y caminando por el salón, hablando con los compañeros y evitando que éstos presten atención, gritando, jugando, hablando sin que sea su turno, sin realizar sus trabajos, peleando constantemente o manifestando enojo con facilidad por lo que en ocasiones retan a la autoridad y no respetan normas.

Éstos son algunos de los obstáculos a los que se pueden enfrentar al tener un niño con TC en el aula, sin embargo, más adelante se comentarán las diferentes estrategias de intervención para poder manejar al grupo.

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EL DOCENTE FRENTE A LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA

Comúnmente los docentes son los que cuentan con el tiempo necesario para observar el comportamiento del niño y así poder iniciar el seguimiento correspondiente a estos casos, pues existe la sospecha de que podría tener algún trastorno de conducta. Debido a que en la observación se puede comparar con el comportamiento de los demás compañeros y darse cuenta que presenta una actuación disruptiva, en la cual parecería que nada le importa y que hasta podría tener alguna discapacidad intelectual, ya que presenta bajas calificaciones, poco interés y poca comprensión. De esta manera el docente podría comenzar a pensar que su coeficiente intelectual no es el indicado.

Sin embargo, como se comentaba anteriormente se tiene que tener un diagnóstico realizado por un especialista puesto que muchas veces se presenta una problemática conductual que puede ser debido a algún dilema social, escolar, psicológico, familiar o personal y de ser así es un problema completamente diferente.

Debido a la situación por la que están pasando los individuos con trastornos de conducta pueden presentar, síntomas de depresión y dificultades en el aprendizaje por lo que es necesario adaptar el currículo escolar para que de esta manera les sea más fácil adquirir el aprendizaje de acuerdo a su edad cronológica.

Un buen principio es observando de sus capacidades y sus áreas de oportunidad realizar anotaciones de sus comportamientos para después continuar con una referencia hacia el departamento de psicología o psicopedagogía para así, en conjunto, tener un acercamiento con los papás y solicitar la realización de las evaluaciones necesarias para que de esta manera contemos con un diagnóstico. Sin embargo, si no se cuenta con el apoyo de los padres o

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no existe el departamento psicopedagógico hay diferentes maneras de tener un acercamiento para poder ayudar al alumno, por ejemplo, mantener su actividad constante mediante escritura, cálculo, actividades que hagan que su mente trabaje y pueda ir desarrollando conocimientos en los que tal vez estén presentando dificultades (Ferrer, 2002).

También es posible realizar ciertas pruebas, no para diagnosticar un trastorno, ya que un docente no está capacitado para esto, pero sí puede emplearlos para dirigir los enfoques curriculares, por ejemplo, el Tests D2 de Rolf Brickenkamp que consiste en evaluar la atención o la EDAH (Evaluación del trastorno para el déficit de Atención e Hiperactividad) que consiste en evaluar la hiperactividad.

LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA Y SU IMPACTO EN EL GRUPO ESCOLAR

Los compañeros de los alumnos que tienen algún trastorno de conducta también son afectados por la situación, ya que al interactuar constantemente los alumnos, se pueden dar cuenta fácilmente de las diferencias en su comportamiento con el del resto de sus compañeros, en algunos casos tratarán de imitarlo, lo que multiplica el problema para el maestro, o bien expresar continuamente sus quejas e inconformidades por el mal comportamiento de su compañero con el maestro.

Es muy importante que los compañeros entiendan la condición de sus compañeros para que puedan tenerles la paciencia que es requerida y que entiendan las adecuaciones curriculares (si llegan a ser necesarias) de sus compañeros con trastorno de conducta.

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El docente debe encontrar un buen momento para hablar con el resto de los alumnos sobre los tratos especiales (de ser necesarios) que van a tener los que presentan trastornos de conducta.

LA INTERVENCIÓN DOCENTE FRENTE A LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA

El tener a un alumno con problemas de conducta en el aula puede llegar a ser muy confuso para el docente. En los últimos años, ha aumentado la demanda de atención a los problemas de conducta, ya que hacen falta instrumentos de evaluación que sean adecuados para la cultura, medio y entrono en el que se encuentran (Valencia-García, Andrade-Palacios, 2005). Una buena manera que el maestro pueda identificar a grandes rasgos los síndromes y poder abordarlos en el aula es con el Teacher’s report form (TRF) que fue diseñado para tener un entendimiento de los comportamientos de los estudiantes y poder categorizarlos de una manera efectiva, le da al docente el entendimiento de cómo funciona el alumno en sus entornos. También, esta prueba mide su capacidad de adaptación a estos entornos y su desempeño académico. Esta prueba de Achenback y Rescorla (2001) la puede aplicar cualquier maestro que haya participado con el alumno por más de dos meses en un ambiente escolar. En el sistema de evaluación ASEBA también pueden encontrar en la Lista de Comportamiento en niños y en el Autoreporte de la Juventud (Child Behavior Checklist y el Youth Self Report). Estos cuestionarios le pueden dar al docente un mejor entendimiento de los problemas del alumno e información global de su salud mental, esto no le resta importancia a que el alumno visite un psicólogo y sea tratado en caso de ser necesario. Una vez detectado si el problema de conducta del alumno es interiorizado o exteriorizado hay diferentes tipos de planes de acción para cada uno.

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LA CONDUCTA Y LOS ALUMNOS CON AGRESIVIDAD EXTREMA

A los alumnos con agresividad extrema se les caracteriza porque “se les dificulta controlar sus impulsos, atentando continuamente contra los derechos de los demás y contra sí mismo” (Cardona y Arámbula, 2012). Estos alumnos suelen tener conductas y características muy específicas que dichos autores describen de la siguiente manera, junto con recomendaciones para los padres y los docentes de qué hacer en caso de que estos se presenten.

A continuación se muestra unos puntos con Estrategias de Intervención.

CARACTERÍSTICAS

a) Les cuesta trabajo adaptarse a cualquier situación de convivencia. b) Procede de un ambiente familiar (alcoholismo o adicción en algún miembro de la familia, mal situación económica…) c) Participa en la mayoría de las riñas entre alumnos. d) Actúa sin pensar en las consecuencias de sus actos. e) Es rechazado en los equipos de trabajo y en los de la clase de educación física. f) Es solitario y aislado (parece encerrarse en sí mismo.) g) Carece de afecto por su persona. h) Presenta perturbaciones emocionales. i) Fracaso escolar. j) Cambios reiterados de escuela. k) Demanda constante a atención directa del maestro. l) No respeta las reglas.

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ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PARA MAESTROS

a) Identificar la causa del problema. b) Realizar visitas domiciliarias. c) Solicitar apoyo del DIF. d) Enseñar hábitos sociales. e) Establecer reglas de conducta de forma clara, específica y concreta. f) Evitar confrontaciones. g) Socializar mediante el trabajo de equipo. h) Ser paciente y tolerante. i) Resaltar los logros del alumno. j) Encargar tareas de duración limitada e inmediata. k) Promover la independencia del alumno. l) Dedicar tiempo exclusivo para el alumno y porpiciar su participación en todas las actividades.

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PARA PADRES

a) Informarles de la problemática del niño. b) Involucrarse en la atención de su hijo. c) Comprometerse a acudir a los llamados de la escuela para la atención de su hijo. d) Establecer la triada colaborativa (maestro regular-maestro especialista y padres) e) Trabajar en casa el programa de valores y hábitos. f) No responder impulsivamente ante una conducta indeseable del niño. g) En pareja hacer un plan para redistribuir la carga, por escrito, y mantenerlo a la vista. h) Participar en círculos de padres con la misma problemática. i) Enseñarle a que perciba las señales internas de su enojo (la mandíbula se aprieta, puños cerrados) para que se aparte de la situación. j) Platicar con su hijo después en una situación de enojo.

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En el aula, comúnmente no es necesario hacer adecuaciones curriculares para la enseñanza de las asignaturas, sin embargo, se recomienda tener ciertas actitudes con el alumno para aumentar su aprendizaje y su buena conducta durante la clase. Es muy importante hacer que el alumno se sienta parte del grupo y establecer un clima de confianza y seguridad a todo momento. Algunas de las recomendaciones para tener una clase con alumnos con conductas agresivas son:

• Buscar el contacto físico y contacto visual al iniciar conversaciones. • Alentar la participación en clase, que haga preguntas o hacerle preguntas, estimularlo de manera que dé su opinión en clase. • Utilizar el juego como método de enseñanza. • Adaptar el tiempo de las actividades, de modo que el alumno logre terminar su trabajo y no sea una razón de frustración. • Partir de situaciones de la vida real interesantes para el alumno.

LA CONDUCTA Y LOS ALUMNOS CON INHIBICIÓN EXTREMA

A los alumnos que son muy tímidos e inseguros, no quieren participar en clase y tienen poca autoestima se les considera que su problema de conducta es inhibición extrema. Para alumnos con este problema no cambia la metodología de enseñanza que con el resto de los compañeros. Es muy importante que el niño se sienta integrado en el grupo. Las adecuaciones curriculares para un alumno con inhibición extrema se deben organizar en el contexto del grupo y ser de tal manera que la interacción entre alumnos sea esencial, evitando un señalar su situación.

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Algunas de las recomendaciones para tener una clase con alumnos con inhibición extrema son:

• Utilizar el juego para el aprendizaje y que el alumno desarrolle habilidades sociales. • Utilizar actividades comunicativas como trabalenguas y adivinanzas. • Juegos de pronunciación y memoria auditiva como hacer juegos (el eco, en el que los alumnos repiten lo que el maestro dice. Yo digo más, en el que el maestro dice una frase y cada alumno, uno a uno, va aumentando la cantidad de cosas que se dicen.) • Ampliar su vocabulario.

Las siguientes son recomendaciones propuestas por Cardona y Arámbula (2012) para los padres y los docentes que se enfrenten con alumnos con inhibición extrema.

CARACTERÍSTICAS

a) Baja autoestima. b) No se comunica verbalmente y cuando lo hace utiliza monosílabos (sí/no) o movimientos de cabeza. c) Es reservado al manifestar sus sentimientos y muy poco expresivo. d) Se mantiene atento, pero apenas reacciona a estímulos ambientales, se muestra retraído y participa poco en juegos grupales. e) Su conducta comunicativa en el hogar es distinta (habla normal) f) No muestra iniciativa para participar en actividades grupales o para contestar preguntas hechas por el profesor. g) Se aísla en el recreo, no juega se reserva a compartir y deambula solitario. h) Habilidades sociales inmaduras. i) No parece escuchar cuando le hablan. j) Tiene dificultad para seguir instrucciones.

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k) Dificultad para enfocar y mantener la atención, especialmente en actividades que requieren esfuerzo mental. l) Presenta deficientes habilidades de estudio. m) Rendimiento inconsistente. Un día es capaz de realizar una actividad y al siguiente no puede.

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PARA MAESTROS

a) Propiciar dentro del aula actividades y situaciones que favorezcan el intercambio verbal entre compañeros. b) Tener un salón de clases estructurado, positivo, hospitalario, incluyente y bien administrado. c) Optimizar el ambiente del salón de clases (tratar a los niños con dignidad y respeto sin provocarles temor a ser criticados, avergonzados o humillados). d) Tener material manipulable que motive, que atraiga su interés y los mantenga involucrados. e) Comunicarse con los padres frecuentemente. f) Asignar lugares preferenciales (al frente, al alcance de las señales del maestro y lejos de puertas, ventanas y áreas de tráfico intenso del salón). g) Situarlo junto a alumnos atentos y que sean un ejemplo a seguir. h) Variar el tono de voz cuando explique o presente un tema a los alumnos, evite la monotonía. i) Utilizar material de apoyo multisensorial. j) Envíe mensajes y notas especiales al niño, reconociendo sus esfuerzos y conductas con las que usted esté satisfecha. k) Coloque estos mensajes en su silla, o engrápelos en sus trabajos antes de regresarlos. l) Verificar la comprensión de instrucciones o explicaciones con preguntas. m) Promover actividades o juegos que estimulen la atención n) Propiciar diferentes situaciones sociales y motive al niño a participar. ñ) Buscar una actividad que incremente su confianza social haciendo que el niño desarrolle una habilidad en la que destaca.

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o) Asegurar el éxito enfocando al niño con su fuerza más que con su debilidad. p) La aprobación de los niños de su edad es vital; facilitarle oportunidades de éxito cuando el niño esté delante de sus compañeros. q) Proporcionar refuerzos inmediatos para sus logros. r) Animar al niño a hablar de sus problemas y frustraciones que siente. s) Incluir al niño en todas las actividades, modificarlas cuando sea necesario.

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN PARA PADRES

a) Informarles de la problemática del niño. b) Involucrarse en la atención de su hijo. c) Comprometerse a acudir a los llamados de la escuela para la atención de su hijo. d) Establecer la triada colaborativa (maestro regular-maestro especialista y padres de familia). e) Trabajar en casa programa de valores y hábitos sociales. f) Establecer una comunicación entre la familia y la escuela. g) Participar en el taller de “Escuela para Padres”. h) Al corregir a su hijo evitar el sarcasmo, la humillación o la crítica a su carácter o inteligencia. i) Dar a su hijo responsabilidades apropiadas de acuerdo a su nivel de desarrollo. j) Comunicar a su hijo su amor incondicional y su firme creencia en él. k) Mostrar y guardar los trabajos de su hijo de los cuales él esté orgulloso. l) Procurar una comunicación de calidad, aprendiendo a escuchar y verificando si el niño entendió la información. m) Evitar ser sobreprotectores y no dejarse llevar por caprichos. n) Utilizar la diversión y la risa como técnicas de relajación ñ) Enseñar a su hijo habilidades sociales apropiadas. o) Analizar con su hijo un determinado comportamiento, identifique sentimientos y motivarlo a expresarlos cuando lo requiera. p) Incluir al niño en todas las discusiones sobre él y permitir que participe en las decisiones.

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LA CONDUCTA DE LOS NIÑOS CON DÉFICIT DE A TENCIÓN E HIPERACTIVIDAD EN EL AULA

Las necesidades educativas especiales asociadas al trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se caracterizan por faltas de atención por tiempo prolongado y falta de autocontrol constante. Los niños que presentan este trastorno suelen tener problemas de aprendizaje en las áreas de lenguaje y matemáticas y un rendimiento menor en la escuela. Suelen tener problemas al interactuar con sus compañeros, ya que suelen mostrar deficiencia en el desarrollo de sus interacciones sociales. Algunas características que caracterizan a los niños con déficit de atención son:

• Actuar de manera impulsiva. • Presentar movimientos excesivos (correr, brincar, mover manos y pies.) • Interrumpir juegos o a las personas al hablar. • Actuar con agresividad. • Inmadurez social. • Dificulta para mantenerse en silencio o hacer actividades tranquilamente. • Parece no escuchar cuando se le habla. • Presenta dificultad para organizarse.

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Para lograr una inclusión de niños con TDAH en el aula será importante adecuar el contexto del alumno ya que facilita la forma de aprender del alumno con métodos organizativos y metodológicos. Estas son algunas formas de lograrlo:

• Mantener un ambiente bien estructurado: Debido a la dificultad que tienen en organizarse antes de actuar, mantener un ambiente que tenga un orden determinado en las actividades, en el que se les explique de antemano lo que se debe de hacer paso a paso con instrucciones simples se los facilita.

• Llevar un ambiente predecible: Poner expectativas de aprendizajes y comportamiento, de esta manera hay objetivos alcanzables desde el inicio. Adicionalmente se recomienda destacar puntos clave sobre una actividad o tarea para que los pueda cumplir con más facilidad.

• Fomentar conductas positivas: Mantener cercanía con el niño, utilizar expresiones faciales, contacto visual y mostrarle formas de aprobación físicas (abrazo, sonrisa, etc.), tener un tono de voz tranquilo, brindarle diversos incentivos y recompensas positivas a sus acciones (Pérez – Villena, 2016).

Los trastornos de conducta pueden llegar a ser realmente complicados para quien lo padece, los padres y docentes, debido a que no siempre se cuenta con el conocimiento de que existen, sin embargo, al tener la noción de su presencia es más sencillo tratarlos. Normalmente se culpa al individuo por su manera de comportarse, pues parece que no le interesa y lo hace a propósito pero en realidad es completamente involuntario y tenemos que tener mucha paciencia y tratar de ayudarlo con las intervenciones necesarias para que así comience a tener un cambio y sienta que no es solamente una carga o una molestia, sino que, a pesar del problema que tiene cuenta con el apoyo y la ayuda necesaria para que no importe que padezca este trastorno, hay manera

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de mejorar. Los docentes deben de tener conocimiento sobre estos trastornos, ya que es común que se presenten dentro del aula y con ellos pueden realizar las adecuaciones necesarias para que todos los alumnos de su clase sean incluidos de manera correcta.

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La atención a la necesidades Motrices

MI MADRE NOS DECÍA: “CARL, PONTE TUS ZAPATOS. OSCAR, PONTE TU PRÓTESIS; ENTONCES CRECÍ PENSANDO QUE TENÍA UN PAR DE ZAPATOS DIFERENTES.

- OSCAR PISTORIOUS

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