GUIA PARA COMENTAR UN TEXTO FILOSÓFICO Por Paco Espadas
Comentar un texto filosófico es reflexionar por escrito sobre su contenido, procurando que dicha reflexión sea ordenada, clara y que enriquezca el texto. Al comentar se pretende que el/la autor/a del texto "se exprese", haciendo nosotros (los/as comentaristas) todas las operaciones necesarias para facilitar que su pensamiento sea mejor comprendido y mejor valorado por cualquiera que lea nuestro trabajo. COMENTARIO CON PREGUNTAS GUIA Es la modalidad de comentario de texto filosófico que te encontrarás en las pruebas de acceso a la Universidad. En esta modalidad se propone un texto sobre el que se plantean cuatro preguntas. Responder a esas preguntas es comentar el texto, no pudiéndose entender, por tanto, que el comentario del texto sea una tarea distinta de la resolución de las preguntas. Las preguntas presentan las siguientes características: 1. Definición del sentido o significado de dos conceptos, expresiones o frases centrales del texto. Se valorará la claridad y precisión de la explicación de los términos, conceptos, expresiones o frases preguntados. Se puntuará con un máximo de 2 puntos. 2. Exposición de la temática de texto y su justificación desde la posición filosófica del autor. Se valorará la identificación y coherencia argumentativa del autor en el tema propuesto. Se puntuará con un máximo de 3 puntos. 3. Exposición del contexto histórico, cultural y filosófico del texto. Se valorará la adecuación de la contextualización realizada sobre el texto (histórica, cultural y filosófica). Se puntuará con un máximo de 2 puntos. 4. Relación del tema del texto con otra posición filosófica, exposición razonada de la visión personal de dicho tema y valoración de su actualidad. Se valorará el conocimiento de otro autor y su relación con el tema planteado en el texto; también la opinión del alumno/a, razonada, y la vigencia que tiene el texto. Se puntuará con un máximo de 3 puntos. TAREAS PREVIAS 1. Lectura del texto Es obvio, pero suele olvidarse muchas más veces de las deseables: No se puede abordar un comentario de texto filosófico sin una correcta lectura del texto. Una buena lectura del texto nos permite familiarizarnos con él, con su estilo, terminología y argumentos, hasta producir la conexión entre las dos mentes que participan de este juego: la del autor/a y la del/la comentarista. Os sugerimos dar los siguientes pasos:
a) Primera lectura del texto para obtener una visión de conjunto. b) Segunda lectura, más detenida. Es ahora cuando puedes dividir el texto en secciones o partes que contengan las ideas fundamentales y subrayar los términos y afirmaciones que te parezcan más relevantes. 2. Análisis de la estructura lógica o argumental del texto Sigue siendo un paso previo la resolución de las preguntas, pero resulta imprescindible para que tus respuestas sean coherentes con la temática del texto y no te queden como tareas al margen del mismo. El análisis tiene como finalidad mostrar la estructura de argumentos y problemas que aparecen en el texto, destacando las ideas centrales que en él se expresan. Para mostrar la estructura conviene: a) Expresar, de modo casi telegráfico, cada una de las ideas centrales del texto respetando su orden argumentativo b) Expresar la tesis central del texto de forma breve y precisa RESOLUCIÓN DE LAS PREGUNTAS QUE ACOMPAÑAN AL TEXTO 1. Definición de conceptos Define el término en cuestión sin perder de vista el significado preciso que el término tiene en el texto pero haciendo menciones frecuentes a la obra y el pensamiento general del autor. 2. Exposición de la temática del texto Este trabajo implica "comprender" el tema del texto y "extender” su significado al conjunto del pensamiento del autor y, si viene al caso, a otros autores de la historia de la filosofía. Para elaborar esta pregunta, puedes tener en cuenta las siguientes orientaciones: a) Identifica con claridad el tema, aislando bien su contenido y expresándolo con tus propias palabras. b) El tema es un aspecto parcial de la filosofía del/a autor/a. Es importante que lo tengas en cuenta para establecer relaciones con otros temas de dicha filosofía. c) A veces (no siempre) el tema permite que se le analice como si fuera una tesis. En ese caso, debe exponerse su fundamentación lógica, dando cuenta del razonamiento que lo sustenta. d) El tema puede servir de excusa para analizar un aspecto amplio de la filosofía del autor, un movimiento o un problema filosófico más general. 3. Contextualización del texto Puedes elaborar el contexto histórico y filosófico del texto teniendo en cuenta los siguientes tópicos: a) Relacionar el fragmento propuesto con la obra a la que pertenece, con el autor y con el conjunto de su obra filosófica. b) Ilustrar el sentido del texto con referencias históricas, sociales, culturales, políticas, económicas, etc. La filosofía siempre es hija de su tiempo, surge y se desarrolla en un “ambiente” intelectual concreto. c) Tratar de establecer relaciones entre el autor y las afirmaciones que hace en el texto con el movimiento filosófico en el que puede encuadrase, teniendo en cuenta las semejanzas y diferencias con otros personajes de la historia del pensamiento que con anterioridad se plantearon problemas parecidos. d) Indicar la relevancia de lo que plantea el texto en relación con épocas posteriores de la historia de la filosofía. e) Señalar la relevancia de las ideas del texto para nuestro tiempo. No interpretes lo anterior como pasos que hay que dar obligatoriamente, sino como puntos de referencia que deberías considerar a la hora de elaborar tu propia composición. Como habrás podido apreciar, todos los tópicos anteriores hacen hincapié en una misma idea: en los comentarios filosóficos lo importante son las relaciones entre conocimientos. Si estas se realizan de una manera “personal“ y “creativa”, mucho mejor. 4. Relación con otras filosofías, visión personal y actualización del tema Con esta tarea se trata de cerrar el comentario, resumiendo brevemente lo expuesto y haciendo una crítica valorativa de las ideas aparecidas y del modo en que han sido presentadas y defendidas. Puedes hacerte las siguientes preguntas a la hora de abordar la redacción de este apartado del comentario 1. ¿El autor pretende llegar o conducir a alguna conclusión concreta, o deja el tema abierto. para mayor discusión y profundización? 2. Cuáles son los argumentos que me parecen más convincentes? 3. ¿Puedo aportar algo al esclarecimiento de las cuestiones tratadas? 4. ¿Soy capaz de formular y fundamentar alguna afirmación a favor o en contra de las del autor? 5. ¿Las ideas tratadas en este texto mantienen vigencia en la actualidad? 6. ¿Me ha descubierto algo este texto?
7. ¿Qué relaciones puedo establecer entre las cuestiones aquí debatidas y mis conocimientos sobre otras filosofías, mis concepciones y mis expectativas? 8. ¿cuál es el valor del texto como instrumento para intervenir con lucidez en los debates de opinión que se generan actualmente en el mundo? Te en cuenta que para este apartado se requiere mucha madurez personal y capacidad para defender con coherencia, y fundamentar teóricamente, las propias posiciones. El trabajo concienzudo con las actividades de clase (siempre procuramos explotar esta rica vertiente de la Historia de la Filosofía), te será de gran ayuda LO QUE DEBES EVITAR A TODA COSTA EN UN COMENTARIO
Las faltas de ortografía Un incorrecto estilo de expresión. Emplear inadecuadamente los signos de puntuación y las tildes, masacrar la sintaxis del castellano, pasarse con los términos coloquiales o demostrar pobreza de vocabulario. Repetir de modo mecánico un desarrollo aprendido de memoria. Hay que procurar dar un tono personal al comentario y demostrar que se tiene madurez intelectual conectando con sentido unos asuntos con otros. Emplear expresiones sin contenido. Los galimatías para llenar papel, el "rollo", no cuelan. Si no se conoce bien la respuesta a una cuestión, es mejor ser escueto e indicar claramente lo que se sabe que irse por los cerros de Úbeda. No hay nada peor para un/a lector/a que descubrir que el/la autor/a trata de confundirnos o de aparentar lo que no es en realidad. Confundir conceptos o autores. Es mejor no escribir aquello de lo que no estamos seguros. Confundir un concepto o adscribir una teoría a un autor equivocado supone hacer pensar al lector/a que no tenemos demasiada idea de lo que decimos. Seguramente quedará predispuesto a valorar negativamente también nuestros aciertos. Las divagaciones. El escribir sin rumbo, el demostrar desorden mental, el parafrasear constantemente la misma idea que ya has repetido cien veces con anterioridad. Los rodeos sólo indican que no sabes por donde meter mano a lo que se pregunta. Hacer pasar ideas personales por teoría. Puedes estar de acuerdo o en desacuerdo con lo que dice el filósofo de turno, pero nunca obviar sus aportaciones. Hay que demostrar que se conoce la teoría antes de someterla a crítica razonada. Confundir “opinión” con “conocimiento”. Yerra quien piensa que la filosofía es un juego de “opiniones”. Las “opiniones” son todas válidas, pero unas son más verdaderas que otras. Cuando ofrecemos nuestra opinión debemos aportar al mismo tiempo elementos racionales para que otros puedan enjuiciarla intelectualmente. El “esto es así porque a mí me lo parece” no es la postura que triunfa en filosofía. Evita hacer afirmaciones gratuitas y, sobre todo, parapetarte tras ellas impidiendo que te las puedan rebatir con argumentos. Intentar salir del paso con biografías o hechos históricos. El comentario de texto filosófico es, fundamentalmente, filosofía. De nada vale saber mucho de la historia de Grecia y de la vida de Platón si no demuestras que entiendes sus ideas.
LO QUE DEBES PROCURAR POR ENCIMA DE TODO Mantener un orden coherente. en el que cada cosa que se diga esté relacionada con lo que se ha dicho anteriormente y con lo que se va a decir a continuación.
Procurar claridad expresiva, utilizando un lenguaje sencillo y evitando frases rebuscadas o demasiado largas que dificultan la comprensión de lo que se dice. Mostrar rigor y exactitud en los datos que se manejan, para obtener la veracidad y fiabilidad que se precisan. Hacer una presentación correcta: letra legible, ortografía cuidada, márgenes, etc.