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A mi Dios

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Padre nuestro

Padre nuestro

Zulma Núñez de González

Tal vez muchos me tilden de fanática religiosa, ¡pero cómo no amarte, mi Dios del Universo! ¡Cómo no amarte, mi Dios Creador! ¡Cómo no amarte, mi Padre Eterno! ¡Cómo no amarte, mi Gran Salvador! ¡Cómo no amarte en la luna y las estrellas! ¡Cómo no amarte al ver el río correr! ¡Como no amarte en la ola bravía y en el grito de la gaviota al pasar! ¡Cómo no amarte en el verdor de las plantas, en la montaña erguida y en el valle de solaz! ¡Cómo no amarte en el color de las flores, y en el arcoíris, mensaje de Paz! ¡Cómo no amarte, Señor, si sin ti no soy nada! ¡Si en ti confío y a ti imploro! ¡Cómo no amarte si siempre has estado en mi risa alegre y en mi triste pensar! ¡Cómo no amarte si después de cada día, veo nuevamente el sol nacer, y siento en mi alma que después de la tormenta siempre sale el astro mayor para darnos solaz!

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Tal vez me llamen fanática, pero quiero alabarte, pues eres vida y Vida me das. «Si quieres», al leproso dijiste. ¡Sí, quiero! ¡Y limpio fue! En eso confió, y en eso espero, ¡que un día me limpies! Por eso te alabo de día y de noche, ¡te alabo en cada pensar! Fanática o cuerda, ¡tan solo testigo de tu Divinidad!

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